Capítulo 7: Aborto

Habían pasado algo más de dos semanas desde el incidente en el Tapión. Goten despertó sobresaltado. Se había quedado dormido esa noche en la playa. No sabía por qué no podía dejar de acudir cada noche a mirar a Bra, verla calmaba su alma atormentada, aún cuando ella ni siquiera era consciente del bálsamo que era para él. Un sentimiento desolador le inundó de repente al darse cuenta de que esa noche Bra no había acudido a su pequeño y artístico 'entrenamiento'. Goten no sabía por qué el no verla le estaba volviendo loco, tenía que ser amor, pero a la vez, era un amor imposible, imposible porque él iba a ser padre, del bebe que Paresu llevaba en su vientre.

- Paresu... - Goten susurró su nombre tristemente, se sentía culpable, desde que supo que estaba embarazada la había evitado por completo, no quería siquiera tocarla, le había dicho que se casarían, que sería un buen padre, pero no era capaz de tocarla, era como ser infiel... pero infiel a ¿qué?. ¿Infiel a quién?. Bra no era más que la hermana de su mejor amigo. Sin embargo, durante estas semanas, sin saber cómo había surgido siquiera, él sentía que ella era la mujer de sus sueños, la única que jamás le iba a hacer sentir que el mundo entero se iba a caer en pedazos si no la veía. Pero eso era algo que tendría que cambiar, él no sería tan mal padre como lo fue el suyo, el se esforzaría por eliminar esos sentimientos apasionados, que violentamente le asaltaban a cada instante turbándolo y calmándolo a la vez. Tenía que hacerlo por su futuro hijo. A Goku, su padre, puede que no le importase abandonarles a su suerte, pero él no era como él, por mucho que se le pareciera físicamente, aunque se pasara el resto de su vida fantaseando con besar a la chica que amaba, aunque le doliera el alma como en esos momentos le dolía al percatarse de que esa noche ella no había acudido a la playa, él no sería desleal a su novia. Sería responsable y consecuente con sus acciones, él se acostó con Paresu, ella quedó embarazada, y ahora no hbaía vuelta atrás, sería un buen padre y trataría de ser un buen esposo para ella, aún cuando ni siquiera la amase, aun cuando su corazón golpeara firmemente en su pecho, y suspirase por la chiquilla de pelo azul que ni siquiera sabía de aquellos poderosos sentimientos. Goten se elevó y voló hasta su casa para ducharse y marcharse al trabajo.

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Mientras tanto, Bra estaba sentada en el pollete de la bañera, sus ojos reflejaban un miedo terrible mientras sotenía en sus manos temblorosas un palito alargado.

- No es posible. - Una de sus manos se ciñó a su frente encerrando en su puño sus cabellos. Su cuerpo se sobló de rodillas sobre el suelo frío del cuarto de baño. Su cara descendió hasta sus rodillas para llorar silenciosamente, dolorosamente, como si temiera que alguien la escuchase a pesar de estar sóla. - No puede ser... - Lloró mientras sujetaba su vientre sintiendo nuevamente algo que la noche pasada la había sobresaltado. Un pequeño ki, un ki diminuto creciendo en su interior. El test de embarazo confirmó sus sospechas, estaba embarazada. - ¿Qué voy a hacer ahora? - Lloró calladamente sintiendo que un mar de lágrimas inundaba su interior ahogándola por dentro.

El mundo se le había venido encima de pronto. Su padre esperaba que después de haber cumplido su parte del trato ella volviera a casa de nuevo. Ella prometió volver apenas a final de semana. Pero cómo iba a ocultarle su estado. Vegeta no era ningún estúpido. En cuanto ella se acercase a él sentiría la pequeña presencia. ¿Qué haría entonces?.

Bra recordó la pequeña conversación que su padre y ella tuvieron apenas el día que decidió mudarse a vivir al apartamento.

FLASH (retrocedemos unas cuantas semanas atrás)

- ¡Papá!. - Vegeta entró por la ventana del apartamento con pose seria. Bra frunció el ceño y cruzó sus brazos. - Si has venido para... -

- No saques conclusiones de antemano mocosa. - Bra enmudeció, su padre parecía bastante enojado con ella. La había llamado mocosa incluso. - ¿Por qué te has marchado de casa?. - Vegeta calmó su tono de voz a uno suave. Sus ojos fríos azabaches se volvieron cálidos mientras observaba directamente los azules de la que sería siempre 'su pequeña niña' para él.

- Papá... yo... - Bra tragó saliba no sabiendo muy bien si podría enfrentar esta conversación adecuadamente.

- Bra, yo... - Vegeta la interrumpió, tenía que sacar fuera toda la angustia que había estado sosteniendo en su alma desde que Bulma le anunció que su niña se había ido de casa por su culpa, por su mal hacer como padre. - Sólo quiero lo mejor para tí. Cuando eras tan sólo un pequeño bebé, en el hospital, cuando te sostuve por primera vez, me prometí a mi mismo que jamás dejaría que nada ni nadie te hiciera daño. Pero comprende que no soy un padre humano, yo soy un saiyajin, y adaptarme a estas costumbres humanas es súmamente... 'atroz' para mi. ¡Diablos!. Si todo esto es por ese in... ese... 'Iron' - El Príncipe se contuvo lo más que pudo.

- No es por Iron papá, ¿no lo comprendes?. - Los ojos azules se hicieron vidriosos y los de vegeta reflejaron un miedo interior inmenso al comprobar que quizás su esposa estaba en lo cierto.

- Iron sólo ha sido la gota que colmó el vaso. No puedo soportar más tu actitud hacia mi. No importa cuanto le eches la culpa a tu condición de Saiyajin. - Ella hizo una pausa calmando su fulgor y acercándose a Vegeta con una pequeña y triste sonrisa. - Se que siempre has cuidado de mi, y yo toda mi vida me he sentido tan protegida y tan feliz de eso... - Bra abrazó a su padre con ternura. - Yo siempre te he adorado papá, siempre te he admirado, y he estado orgullosa de tener un padre tan fuerte y tan genial. Cuando era pequeña, no importaba lo que yo hiciera, siempre me defendías, de mamá, de Trunks. - Bra rió un tanto divertida. - No se cuantos castigos se llevó mi hermano por mi culpa, pero... jaja se que siempre fui tu preferida, y se que me quieres mucho y que tenemos una conexión especial entre nosotros. Pero ahora ya no soy una niña, y aunque te sigo queriendo, papá, mi vida debe cambiar, porque si no se va a ir a pique. Tengo que vivir mi vida, no se si me comprendes. No se, me siento asfixiada. Se que sólo quieres protegerme, pero necesito tener mis propias experiencias en la vida, necesito VIVIR. Vivir yo misma, y protegerme yo solita, no es que no te necesite, es que necesito 'necesitarme', valerme por mi misma. ¿Cómprendes?. -

Vegeta dibujó una sonrisa en su rostro. Su hija era toda una mujer y él ni siquiera se había dado cuenta de ello. Pero hacía tan poco tiempo que ella iba detrás de él donde quiera que fuera... siguiéndole por toda la casa ante las risitas de Bulma y Trunks. Hacía tan poco tiempo que su pequeña niña le convencía para hacer cientos de cosas impensables para un Príncipe Saiyajin... - Lo comprendo. - Bra abrió los ojos sorprendida. No esperaba que diera eso. - Comprendo que quieras vivir tu vida y yo no intervendré en eso, debiste aprender a cuidarte sóla, he fallado en ese sentido, lo reconozco, en mi afan de protegerte te hice débil. Pero aún así, quisiera que confiaras en mi. Quiero enseñarte a defenderte, Bra, vuelve a casa, confía en mí. No intervendré en tu vida, pero tampoco puedo dejar que la vivas sin enseñarte algunas cosas valiosas... No sabes apenas nada del mundo, se que... -

- NO. - Bra gritó enojada. - Yo no soy inguna ingenua, puedo vivir mi vida sin que tu me estés indicando cómo hacerlo. Y NO SOY DEBIL. NO LO SOY. - Vegeta sonrió un tanto triste en esta afirmación. Es verdad, ella era fuerte, no debió llamarla débil, esa no era la palabra adecuada, quizás debió decir ingenua, desconocedora de las almas humanas, sobre todo, de la maldad que encierran ciertas personas. Diablos, aquella ingenuidad le venía de familia. Bulma, su madre, era igual de ingenua que ella. Y aunque las cartas de la vida jugaron a favor de ella haciendo que en su camino se cruzase Vegeta, y haciendo que ambos se enamorasen, esa candidez bien pudo haberle costado cara.

- Está bien, no eres debil, pero si demasiado ingenua. -

- NO, NO, NO Y NO. - Bra estaba roja de furia. - ¿Es que no puedes tan sólo confiar en mi un poco?. - Su expresión cambió a una triste.

- Bra... - Vegeta sintió que su corazón le golpeaba firmemente. - Comprende que sólo quiero tu bien. - Dijo él con firmeza. - ¿Es que tu tampoco puedes confiar em mi?. - Preguntó agudizando sus sentidos.

- No confío en tí, rompiste tu promesa, prometiste no hacerle nada a Iron, y al final mira lo que pasó, ¿Cómo quieres que confíe en tí si no eres capaz de cumplir tus promesas?. - Bra se cruzó de brazos esperando una disculpa que por supuesto no llegaría jamás.

- RAYOS. - Gritó Vegeta y luego contuvo su fulgor. 'Es tan testaruda como su madre'. El príncipe se puso firme de pronto. Esta cuestión debía resolverse sabiamente. Su honor estaba en entredicho. - Bien, no rompí mi palabra al atacarle... yo prometí que no le haría daño a no ser que él te lo hiciera a tí. Y él os estaba manipulando claramente a tu madre y a tí... -

La mirada de desaprobación de su hija le devolvió a la realidad. - Lo que tu imagines no es la realidad. - Vegeta molió sus dientes y gruñó por lo bajo. Esta situación debía manejarse con firmeza.

- Bien. Te ofreceré un trato. - Afirmó seriamente Vegeta.

- Escucho. - Contestó en la misma pose Bra.

- Me alejaré de tu vida durante un més. No nos veremos, y no intervendré en absoluto en lo que te suceda, bueno o malo en ese espacio de tiempo, ni siquiera aunque me lo pidas. - Su mirada era fiera y determinada en este punto. Bra iba a aprender una lección. Tendría que valerse por si misma durante este més. Iba a ser muy duro para ambos, pero era un mal necesario. Así aprendería que los extremos no son deseables.

- ¿Y será así de fácil?. - Preguntó ella mirándole con los ojos achicados medio sin creerselo.

- Sólo exigiré de tu parte una cierta prueba de confianza durante este més... - Bra suspiró, sabía que no sería tan sencillo.

- ¿Y cuál es?. - Añadió con fastidio.

Vegeta tosió antes de expresar la otra parte del trato. - No deberás permitir que ningún hombre aparee contigo. -

Bra abrió los ojos roja de verguenza. - PAPAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA. ¿Cómo se te ocurre decir semejante cosa?. Además, no se dice aparear, no soy una mona, soy una persona. - Su gesto irritado cambió a uno avergonzado y muy bajito reconoció. - Además, yo no he pensado siquiera en dar ese paso aún... - Vegeta respiró aliviado escuchando esa frase.

- Entonces, ¿trato hecho?. -

- Trato. - Ambos, padre e hija sonrieron, después se dieron un abrazo cálido. Después de todo no se iban a ver por un més.

Bulma llamó después para convencerla de que al paso de ese més del cual le había hablado Vegeta ella volviera a casa, y Bra había prometido que lo haría, siempre y cuando ella también se comprometiera a dejarla vivir su vida durante ese tiempo. Los dos tratos fueron sellados.

Fin del Flash.

Bra se sentía miserable totalmente, ella había incumplido su parte del trato, pero es que además, ni siquiera podría negarlo, porque no sólo la había incumplido, sino que había demostrado ser incapaz de cuidar de si misma sóla. Dios, estaba embarazada. ¿Qué le iba a decir su madre?. Hay cientos de métodos anticonceptivos... pero de nuevo, ¿cómo podría ella reconocerles que Iron se acostó con ella cuando estaba borracha?. Eso sería aún más bochornoso de reconocer. Y ya no tanto por dejar mal al chico, sino porque ella habría demostrado que tampoco era capaz de cuidar de si misma permaneciendo sobria. Era su fallo. Bra sollozó nuevamente pensando en su novio. Iron estaba cada vez más posesivo con ella. A pesar de que Bra le había parado los pies en el terreno sexual no permitiendo que la tocase más, él la había mortificado día a día con sus comentarios ácidos. Ella se sentía culpable por la situación. Realmente él la hacía sentir la persona más horrible del mundo. Estaba celoso de Goten desde el incidente del Tapión, y lo peor de todo es que tenía por qué estar celoso. El corazón de Bra pertenecía a él aún cuando Goten ni siquiera le hiciera caso alguno, aún cuando él fuera a ser padre y esposo, aún cuando ni siquiera él la amase. Ella le amaba con todas sus fuerzas. Pero estaba con Iron, haciéndolo desgraciado, provocando su furia con su desamor... ella tenía la culpa de sus desaires y sus maltratos, realmente merecía que la insultase, porque así como la sóla idea de consumar el acto sexual con Iron se le hacía insoportable, Bra soñaba con los besos de su amr platónico, y se habría entregado a él sin reservas en caso de haberle correspondido en su amor. Pero eso eran sólo sueños malditos que en la realidad nunca suceden. La realidad golpea duramente la imaginación todo el tiempo. Bra se sintió nuevamente culpable, debería haber cortado con Iron, pero tenía tanto miedo de sentirse sola, sin amor, tenía tanto miedo de que su padre le dijera 'te lo dije' y que todo lo que habia ganado de independencia se le fuera por el retrete de un plumazo... Y ahora todo era aún más complicado. Ella había utilizado a Iron, y le había salido todo mal. Estaba embarazada de un hombre que no amaba. Además se sentía miserable como persona, incapaz de encontrar un hombre en el mundo que la quisiera. ¿Quién iba a querer a una especie de medio extraterrestre que hasta Iron denominaba como psicópata?.

Si, él jugaba sucio, la desmoralizaba, con cada pequeña palabra se comía una parte de su autoestima, había hecho un buen trabajo. ya que no podía conseguir su corazón, se dedicó a maltratarla psicológicamente para engancharla a él. En este punto Bra estaba encerrada en una situación indeseable. Iron era el único ser en todo el mundo que parecía comprenderla y amarla, es lo que ella pensaba. Su padre la repudiaría por haber incumplido su promesa ' Has dehonrado tu sangre y a tu familia. Fuera de mi vista' (imaginaba su respuesta mentalmente cuando lo supiera), su madre la aborrecería por no haber sido responsable ' ¿Como has podido ser tan irresponsable? has arruinado tu vida...', su hermano la acusaría también 'no eres más que una niña mimada de papa que no sabe ni lo que quiere'. Pan la compadecería 'Lo siento...' y luego la reñiría '¿en qué estabas pensando?'. Paresu se reiría de ella en su cara pensando para sus adentros: 'Oh, mira, ¿parece que querías imitarme o algo? pero yo soy la que al final se ha llevado a Goten y tu estás embarazada de un hombre al que no amas, mientras que yo y Goten nos adoramos el uno al otro'. Chichi, cuando lo supiera actuaría cortésmente pero pensaría 'hay que ver las niñas de hoy... que desverguenza...'. En la Universidad sería el hazmerreir 'Mira, allí viene la ballena, cuando de a luz va a nacer un pequeño monstruito del fango... espero que no sea tan psicópata como la madre... pobre Iron, haber dado con una perra que se quedó preñada para cazarle' . Los profesores pensarían de ella que era una promiscua. Y la prensa, Oh Dios, la prensa enviaría la noticia por todo el mundo entero 'la más jovencita de los Briefs se ha quedado embarazada sin estar casada, con apenas 18 años. Parece que la chica ha salido un poco... ligerita de cascos... seguiremos su embarazo y su romance a diario' serían 9 meses espantosos de fotografías, de amas de casa opinando acerca de su vida sexual, de su vida amorosa, de su físico cuando el embarazo siguiera su curso, habladurías, chismorreos, inventos, exageraciones... no podría salir a la calle en esos 9 meses sin que un flash la cegara y sin que alguien la reconociera por la calle 'eh no es esa la chiquita de los Briefs? Tanta clase como dicen tener, con lo ricos que son, y mirales al final, les salió una hija tonta'. En su mente se atormentaba pensando las terribles consecuencias de su actual estado.

Su mente siguió divagando tormentosamente por aquellas elucubraciones de lo que todos dirían o pensaría de ella. Su respiración estaba siendo agitada.

Aquella tarde se encontró con cierta chica que le proporcionó unas pastillas abortivas. Le aseguró que sólo sentiría que le baja la regla algo más abundantemente, sólo eso, y se libraría del problema. Ella podía elegir abortar, ella era la dueña de su cuerpo, y aquel feto no era ningún ser independiente, sino como una berruga, o como una uña, o como una parte de cabello que hay que cortar. Era el razonamiento de Killie. Pero Bra dentro de ella sabía una verdad que los pobres humanos no podían siquiera divinar. Aquel pequeño ser tenía un ki, un diminuto ki que era totalmente distinto al de ella, tenía vida, tenía alma, tenía espíritu y ser. Pero ella no podría enfrentarse a tanta mierda, Bra no podría enfrentar la mirada acusadora de su padre, su sentimiento horrible de traición aun cuando, en el mejor de los casos no asesinase a Iron en el acto. Bra sostuvo la píldora en sus manos cerrando el puño sobre el que gotearon lágrimas muy dolorosas. Bebió el vaso de agua y estuvo llorando todo el resto de la tarde hasta caer rendida.

Por la noche acudió a la playa. Goten acudió también, se prometió que esta sería la última noche que iría a verla. Después se dedicaría a su mujer y a su bebé que estaba por nacer. sin embargo algo le estremeció el alma al ver como Bra no hacía juegos acuáticos, ni figuras luminosas bellas, ni fuegos artificiales preciosos... ella enviaba ondas de ki hacia el mar haciendo avaporarse buena parte del agua salada, parecía rabiosa, dolor, se leía en su rostro un dolor interior terrible. Goten quería ir a consolarla pero tenía miedo de sí mismo, de ir a ella y no poder evitar besarla, no poder contenerse en decirle cuanto la amaba.

Bra gritó terriblemente volando mar adentro. Goten sintió un golpe en su corazón al verla actuar así. No estaba bien. Si ki no se leía, por algúna razón extraña, su ki estaba suprimido mientras hacía sus entrenamientos, pero de nuevo, el sabía por las ondas que la cubrían y por la electricidad del ambiente que la liberación de energía que se disponía a efectuar era súmamente peligrosa, si seguía así, iba a acabar por estallar ella misma. Sin pensarlo dos veces voló hasta ella siendo sorprendido en el acto por una onda expansiva de dimensiones terribles que formó un tsunami gigantesco. Goten corrió con sus super velocidad y frenó el tsunami antes de que golpeara la orilla debastando la ciudad. Luego revisó en busca de Bra, no se veía. Ningún ki. No, un diminuto ki se sentía, por suerte, dentro del agua. Goten se sumergió en busca de ese ki. Bra estaba casi llegando al fondo del mar. Goten la sacó volando y trató de reanimarla para que escupiera el agua que había respirado, pero no funcionaba, no lograba que lo hiciera, no respiraba a pesar de hacerle el boca a boca.

- BRAAAAAAA NOOOOOOOOOOOOOO. - Goten la levantó tratando de hacerla reaccionar inutilmente. Por suerte detectó un pulso muy débil y de nuevo por suerte, sacó de su cuello un saquito que siempre llevaba con él y que conservaba una aluvia senzu curativa. Se la dió una vez dejada sobre la arena sosteniéndola en sus brazos amorosamente. Bra despertó sin poder creer siquiera quien la estaba abrazando.

- Bra... ¿estás bien?. - Bra le abrazó llorando, el correspondió el abrazo. - Bra... no vuelvas a hacer algo así. - Ella se separó un poco al ver la voz afectada de Goten. - Pensé que te había perdido para siempre. - Sin más se quedaron mirándose a los ojos y sin saber como, un beso que llevaba una emoción contenida por demasiado tiempoasaltó sus bocas sedientas de su mutuo amor. Goten la abrazó tan fuerte que si hubiera sido una mujer normal de seguro le hubiera roto los huesos, ella le besó tan apasionadamente que de haber sido un chico normal, le hubiera quemado los labios seguramente. Las manos de Goten sondearon sus cabellos mojados, las manos de ella sondearon su espalda musculosa. De repente, Goten, en un segundo fue consciente de lo que estaba haciendo y se separó.

- Lo siento... lo siento... Bra... perdóname... - Dijo mirándola asustado de sí mismo, de lo que había hecho con ella.

Bra comenzó a llorar, luego le abofeteó fuertemente. - Lo siento. - Volvió él a repetir. Ella le volvió a golpear, pero esta vez queriendo hacerle daño realmente, tanto daño como aquellas palabras le estaban haciendo a ella. Sus puños vagaron torpemente y Goten la esquivó con facilidad. Ella no tenía ninguna formación en batalla, no podría vencer a alguien tan experimentado como él. Ella se enojó más aún y siguió atacándole hasta que Goten la abrazó para frenar aquella sinrazón.

- LO SIENTO. - Gritó sosteniéndola y tentado aún de besar a la furia azul que sujetaba rabiosa y llena de lágrimas. De pronto se percató de que aquel pequeño ki que había sentido no era el de ella. Abrió sus ojos en el choque, posó su mano en el vientre de ella. - Tu estás... -

Bra se vino abajo. Aquello era demasiado para ella, Goten acababa de descubrir su pequeño secreto. Se odió a si misma por no haber sido capaz de tomar aquella píldora, se odió por haber sido descubierta de esta forma tan humilllante.

- Estoy embarazada, si, ya lo ves, soy una cualquiera... -

- No digas eso. - La respiración de Goten se congeló. - ¿Ha sido ese bastardo de novio que tienes?. ¿Te ha forzado?. - Escupió rabioso.

Pero Bra siguió llorando y el no pudo más que abrazarla. Goten voló con ella en brazos.

- ¿ Qué haces? -

- Te llevo a casa. -

- NO, ahora vivo en mi apartamento y me puedo ir sóla, no te necesito... NO NECESITO A NADIE. -

Bra voló a toda velocidad, Goten la siguió hasta asegurarse de que entraba por la ventana en su apartamento. De pronto una furia interior le sobrevino. Si el había sido capaz de sentir el ki del bebé de Bra, ¿Cómo es que no había sido capaz de sentir el ki del bebé de Paresu? de su propio hijo... ¿Sería que ella le estaba mintiendo?.

Goten voló rabiosamente. Iba a descubrir que estaba pasando por la cabeza de aquella maldita novia suya. Y si le había mentido...

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