Xkari, gracias por ese guiño y por esos comentarios largos, son geniales para mi. Paresu tendrá su merecido en este capítulo, espero que lo disfrutes tanto como yo jajajja.

Shadir, no son sólo rollos mentales, es que una chica de 18 años que queda embarazada de sopetón se enfrenta a una cierta exclusión social, y reconozcámoslo, Bra no está precisamente en su punto álgido de sociabilidad.

Alexa, seguiré echandole ganas gracias a vosotras que me animais tanto.

Camii, Goten en este capítulo tiene bastante más gracia ¿eh?

Angela, gracias nuevamente, espero que este capítulo te guste, al menos en lo que toca al cara a cara de Paresu.

Shadow, que perdío que estás chico, ¿donde andas?.

Capítulo 8: Cara a cara.

- Paresu... - La voz ronca y fría de Goten resonó en la habitación donde ella estaba durmiendo.

- AHHHH. ¡Goten me has asustado! No esperaba que entrases así por la noche de repente... y sin avisar... jamás utilizaste la llave que te di, aunque supongo que ahora que nos vamos a casar eso no importa, jijijiji, así que no podías esperar a verme mañana... o quizás es que quieres un poco de... Mmmmm. - Paresu se lanzó en sus brazos y de sopetón Goten la apartó no demasiado suavemente dejando que se desplomase en la cama.

Los ojos insondables del saiyajin que llevaba dentro quemaban los ojos mentirosos de ella como dos dagas envenenadas. Había entrado por la ventana de su habitación y mientras estaba dormida, él había puesto sus manos en su vientre para tratar de sentir algún ki diminuto dentro. Para su sorpresa e ira, averiguó que no existía semejante ki, lo cual sólo podía significar que su 'querida' novia le estaba mintiendo.

- T... te pasa algo ¿Goten? - Paresu tartamudeó un poco ante aquella mirada de brillo animal que jamás antes había visto en él.

- ¿Por qué? - Pronunció de nuevo ásperamente, moliendo sus dientes.

- ¿Cómo dices? No comprendo. - Fingió ella.

Goten la sujetó del brazo con fuerza pero tratando de controlarse. - No estás embarazada Paresu... deja ya la farsa. -

- ¿Quién te ha dicho semejante mentira? Claro que lo estoy, a no ser que tú y tu manera de tratarme me ocasionen un aborto. - Su táctica cambió de pronto hacia la de víctima. - ¿Quizás es que no quieres a nuestro bebe? -

- Que falsa eres... no se cómo pude pensar que te amaba alguna vez... - Paresu abrió los ojos asombrada de la crudeza del hombre que estaba delante de ella.

- GOTEN. ¿Qué estás diciendo? ¿Piensas abandonarnos acaso? Creo que no seré capaz de soportar esto. Si aborto será culpa tuya. - Paresu trataba de manipular la situación. Sabía que no podría fingir el falso embarazo mucho más tiempo, de modo que fingiendo que abortó después de la boda y haciéndose la víctima, podría manejar todo el asunto para mantener a Goten enganchado a ella.

- Hemos terminado. - Él la liberó del abrazo y se dio la vuelta para salir de la casa y de la vista de ella para siempre.

- ¿Todo es por culpa de esa niñata verdad? - El tono de voz afectado de Paresu cambió de pronto a uno frío e iracundo, mostrando su verdadero semblante. Goten paro su caminata decidida hacia fuera de la casa y abrió los ojos en la sorpresa. Nunca esperó que pudiera ser tan transparente como para que alguien adivinase lo que sentía por Bra.

- Ella lleva años tratando de conquistarte... la muy zorra... - Ahora losojos de Goten se abrieron más aún. Realmente no era que a él se le notase el amor hacia Bra, sino que Paresu era consciente de que ella parecía sentir amor hacia él. - El otro día me llamó y me dijo que iba a encargarse de arruinar nuestra boda. Yo no la creí al principio, pero ahora veo que era cierto. Es una enferma mental. Me dijo que quería que nos separásemos y luego te dejaría y se iría con su novio... Tú eres sólo un juego, un reto para ella, ¿es que no te das cuenta? - Paresu comenzó a llorar desoladoramente, encerándose en su mundo de mentiras.

- Estás mintiendo. - Gritó Goten rabioso y clavando sus ojos en los de ella con una furia implacable.

- La escenita del Tapión fue perfecta, sólo quería ponerte celoso, era lo único que pretendía. Seguro que ella te ha dicho que no estoy embarazada ¿verdad? - Paresu sabía que nadie en todo el mundo sabía su pequeño secreto. Ella había mentido a todos, familia, amigos, interpretando su papel a la perfección. - Y tú la has creído... Ella me odia, por eso ha tramado todo esto... -

- Hazte un favor... muérdete esa lengua de víbora que tienes y atragántate con el veneno. Adiós. - Goten salió del apartamento sintiéndose liberado y estúpido al mismo tiempo. ¡Cómo había podido ser tan ingenuo!

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Mientras tanto... en el apartamento de Bra, el teléfono sonaba.

- ¿Quién es? -

- Soy mamá, cielo. -

- Ho…Hola mamá. -

- ¿Te pasa algo cariño? -

- No ¿por qué? -

- Tu voz suena triste... ¿estabas llorando? -

- No, en absoluto. Debe ser por el teléfono que distorsiona un poco el sonido. - Bra se limpió una lágrima y procuró que su voz sonara más estable.

Bulma frunció el ceño. Ella era un genio y su hija ¿pretendía engañarla con semejante excusa? Pero mejor se centraba en su objetivo principal. - Bra... tu padre y yo estamos muy contentos, mañana vuelves a casa ¿verdad? -

Bra tembló al escuchar aquello. - No. - Contestó casi por reflejo.

- ¿Cómo? -

- Que no. No volveré hasta dentro de un mes más. Necesito ese tiempo mamá... -

- Hija, tu padre no va a estar muy feliz sobre esto. NO, VEGETA, DEJA EL TELEFONO. -

Bra escuchaba la conversación de detrás del teléfono con una gota de sudor y una mirada sombría. Su padre trataba de arrebatarle el teléfono a su madre, seguramente para decirle cualquier barbaridad. Ella había incumplido su parte del trato, que era volver a casa en un mes más.

- BRA. - Y el Príncipe de los Saiyajins rugió detrás del teléfono, por supuesto.

- Papá, necesito un mes más para ordenar mis ideas... -

- No es eso lo que habías prometido. -

- Es mi vida. -

- ¿Qué te pasa? ¿Estás llorando? -

- SIIIIIIIIII. -

- ¿Por qué? - Su padre no era precisamente un psicólogo cuando se trataba de sentimientos. Mas bruto imposible...

- Por qué no soporto más la presión que pones sobre mí, estoy HARTA. Quiero que te alejes de mi vida, quiero que no te acerques a mí, y quiero que me dejes en paz. - Vegeta se estremeció en el otro lado del teléfono. ¿Era esta su pequeña princesa? No sólo le estaba gritando, sino que además le estaba apartando de su vida.

El silencio se hizo en el otro lado de la línea y una presión en el pecho se cernió sobre el alma de Bra. Había estallado pagándola con su padre. Le había hecho daño. - ¿Papá? - Preguntó débilmente al no sentir ninguna respuesta.

La situación se tensó más cuando siguió sin escuchar nada. - ¡PAPA! Contéstame... maldita sea... - Lloró Bra. - Lo siento... lo siento... lo SIENTO... no quise decir todo eso. - El silencio continuó detrás de la línea.

- Perdóname... te quiero... papá... - Dijo ella en un susurro antes de colgar el teléfono.

Nada más colgar el teléfono se escuchó el sonido de un golpe en la ventana de la terraza. Bra no se atrevía casi a acercarse temiendo que su padre hubiera querido continuar la conversación cara a cara con ella en lugar de telefónicamente. Sin embargo, quien estaba en su balcón, como si fuera una especie de Romeo saiyajin, era Goten. El corazón de ella palpitó y un rubor extremo cubrió sus mejillas al verle. Luego recordó lo que pasó en la playa.

- "Seguramente quiere asegurarse de que no le diré a Paresu nada de lo del beso que me dio..." - Bra avanzó al balcón con pose fría y abrió la puerta dejándole pasar sin mirarle siquiera.

- Si has venido por lo de antes, no te preocupes, no diré nada a Paresu, así que te puedes marchar con tu estúpida mujercita... - Dijo volviéndose de espaldas para sentarse en el sofá.

- No. - De nuevo el corazón de Bra se agitó al sentir aquella respuesta áspera y salvaje. Sus ojos volaron hasta encontrarse directamente con la mirada indescriptible de Goten.

- ¿Qué...? - Antes de que pudiera siquiera formular la pregunta, Goten la había abrazado besándola apasionadamente. Bra no pudo ni quiso evitar aquel beso, que bebió con avidez. Sus lenguas se arremolinaron en una competición apasionada, y sus manos vagaron por sus cuerpos despiadadamente.

- ¡QUÉ PASA AQUÍ! - El grito furioso de Vegeta inundó la habitación haciendo que ellos se separaran de golpe.

- Papá. - Bra tragó saliva asustada.

- Señor Vegeta... esto... no es lo que parece... -

- Ah ¿no? Es curioso porque llegó a mi casa el otro día una invitación para tu boda... y creo recordar que la novia no era mi hija. - Escupió cruelmente el príncipe.

Bra sintió que la realidad la golpeaba nuevamente de modo brutal.

- No voy a casarme con ella. -

- Ah, ya veo... lo que a ti te gusta es ir dejando embarazadas a las mujeres y luego abandonarlas ¿no? Justo como tu padre... - Volvió a decir iracundamente.

- NO. - Antes de que pudiera dar una explicación el puño de Vegeta se había incrustado en la boca de su estómago haciéndole escupir sangre. Goten se dobló por el dolor incapaz de pronunciar palabra alguna en su defensa.

Vegeta se volvió hasta su hija. - ¿Era por esto que querías vivir tu vida? ¿Para traer hombres a tu habitación? ¿Por eso me engañaste? -

Aquella acusación había sido demasiado para ella. Bra sintió que las palabras de su padre le desgarraban el alma. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Su cerebro ardía por la presión que había soportado todo ese día. De pronto sintió una punzada en su vientre. Vegeta la sostuvo antes de que se cayera al suelo, sorprendido.

De pronto sus ojos se abrieron inmensamente al descubrir el ki que habitaba el vientre de su hija. Con su pie aplastó la garganta de Goten sosteniendo aún a Bra semi inconsciente.

De pronto, la puerta del apartamento de abrió y caminó dentro de la casa Iron, el cual primero se sorprendió y luego frunció el ceño al presenciar la escena tremenda. Bra casi desmayada en los brazos de su padre, y el estúpido de Goten aplastado por el pie de Vegeta. Bueno, la escena no era tan mala después de todo, pero de todos modos no le gustaba ni un pelo.

- ¿Qué pasa aquí? Bra, ¿qué te pasa? - En este punto ella había perdido el conocimiento por completo.

Goten de pronto se transformó en Super Saiyajin y salió del agarre terrible de Vegeta.

- Bastardo. La dejaste embarazada. - Pronunció con rabia mirando a Iron.

Iron permaneció en silencio a sabiendas de que por supuesto, él la había dejado embarazada. Omitió su sonrisa interior. Realmente su plan había sido ese desde el principio. Salir con la hija de la familia más rica del mundo no se daba todos los días y el sabría explotar su suerte a la perfección. ¿Qué mejor modo de atar a una mujer que dejándola embarazada?

Antes de que Vegeta pudiera reaccionar, Goten ya tenía asido el cuello de Iron contra la pared.

Aquella situación estaba poniéndose cada vez más fea. Encuentra a su hija besándose con un hombre, pero resulta que el padre del bebé que llevaba dentro era otro hombre. ¿Tan mal la había educado que andaba con unos y otros? Con un gruñido rabioso, Vegeta asió del cuello a Goten y Iron.

- Vosotros dos... os voy a machacar por haberos atrevido a tocarla... -

- BASTA. - Gritó Bra aún desde el sofá sosteniendo su vientre.

- Goten, quiero que te marches inmediatamente. - Pronunció ella en un susurro gélido.

- Ya la has oído... será mejor que te marches... luego ajustaremos cuentas tu y yo... - Goten frunció el ceño pero supo que debía marcharse. Después de todo el no era el padre de la criatura, seguramente iban a hablar de ese tema.

- Pues yo quiero saber por qué acaba de decir el señor Vegeta que tu has tocado a mi novia... - Afirmó Iron ya liberado del cuello.

- Iron, luego hablaremos acerca de eso. Ahora hay otra cosa más importante que tratar. - Goten abandonó la habitación, no sin escuchar con rabia la pregunta de Iron.

- Bra, ¿es verdad que vamos a ser padres? - Preguntó él con su voz más suave y conmovedora. La puerta del apartamento resonó cerrada de un portazo y detrás de ella, Goten tembló de rabia, celos y miedo. Miedo a no poder sostenerla ni besarla nunca más.

- Si. - Susurró ella cerrando los ojos.

- Papá, se lo que te prometí, pero lo que pasó... no puedo cambiarlo. Lo siento. Sólo espero... - Bra se levantó para abrazarle. Vegeta tenía sus brazos cruzados en pose fría. Cuando ella anduvo a su altura de nuevo sintió esa punzada terrible en su vientre y se aferró a su padre.

- ¿Qué te pasa? - Iron y Vegeta la asistieron de inmediato cuando la vieron palidecer extremamente.

- Papá... llévame al hospital... esto... no puede ser bueno... - Vegeta sin preocuparse por Iron siquiera, la tomó entre sus brazos y salió volando con ella por la ventana.

Iron quedó con los ojos como platos OoO. - Hay que ver las cosas que inventan en Cápsula Corporation... -

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