Capitulo 1 Izumo

Tal y como habían acordado Ryu estaba allí, lo encontró lustrando su motocicleta.

Anna - ¿De verdad crees que sea posible Ir y volver de Izumo en una sola tarde es difícil, incluso yendo en tu moto –

Ryu - Es verdad que no existe motocicleta en el mercado que pueda por si sola recorrer ese trecho en tan poco tiempo… pero, nadie dijo que íbamos a depender solo de mi moto –

La itako le dirigió una mirada curiosa mientras consideraba las posibilidades. En aquella ocasión tendría que confiar en la palabra de Ryu, después de todo ella no conocía ningún otro método para ir y regresar a tiempo.

Anna - Bien, será mejor que salgamos ya –

Ryu esbozó una de sus mega-sonrisas… (de tanto tiempo que pasó con Yoh adquirió el hábito)

– TOKAGERO! POSECIONA LA MOTOCICLETA – el espíritu acompañante de Ryu obedeció de inmediato

Anna - Así que esto es lo que te da tanta confianza -

Ryu - Todo Listo Doña Anna, partimos cuando usted quiera – dijo el hombre del peinado extraño mientras se colocaba su casco ( aun más extraño que el peinado), luego se detuvo un instante pensativo, algo faltaba pero no recordaba qué … - ¡Ah! antes de partir usted debe colocarse este casco, no podemos ir arriesgando su vida haciéndola viajar desprotegida –

Anna - Lo que sea Ryu solo arranca de una vez – dijo la itako recibiendo el casco que le ofrecían y colocándoselo.

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- Bienvenida señorita Anna –

Tamao había salido a recibirlos. Por una vez la itako aceptó darle cierto crédito a Ryu, quién había cumplido, el viaje de ida había durado apenas hora y media. Tokagero hacia de esa motocicleta algo de veras especial.

- Tamao, vine a ver a la señora Kino –

- Si, la señora te ha estado esperando – Dijo Tamao distraída, parecía estar buscando a alguien en los alrededores.

- Yoh no vino, se quedó en la Pensión haciendo las tareas que le encargué – repuso Anna comprendiendo de inmediato la intención de la niña de cabello rosa.

Tamao, sintiéndose expuesta, se puso rojísima y no supo que responder. Volvió a mirar a su alrededor, necesitaba encontrar una excusa para salir de esa situación comprometida. A lo lejos vio a Ryu que habiendo aparcado la moto a un costado de la entrada descansaba bajo la sombra de un árbol, Tokagero estaba con él. Evaluando las posibilidades comprendió cual sería la mejor salida

- Señorita Anna, la señora Kino la espera en el templo. Yo iré a saludar a Ryu -

- Bien – dijo la itako emprendiendo camino hacia el templo.

Ryu- Vaya Tokagero, si que hace calor, aún peor viajando en la moto, creo que el motor está calentándose más de lo normal –

Tokagero - Bueno, no es que yo sepa mucho de estas cosas, pero creo que el nuevo motor que le has puesto es demasiado pesado. La arquitectura de la moto no fue readaptada, por eso no puedes aprovechar toda la potencia del motor y al exigirlo de más es lógico que recaliente –

Ryu - Oye, eso que dices tiene sentido ¿Dónde aprendiste todas esas cosas –

Tokagero - Pues escuchándote platicar con la pandilla y observándote trabajar en la moto –

Ryu - Ya veo, hmmm, que lata que no tenga aquí las herramientas que necesito para intentar ajustar mejor la motocicleta –

Tamao- Pues tenemos muchas herramientas aquí, si me dices cuales son las que necesitas yo podría buscártelas –

Ruy - ¿Tamao –

Tamao- ¡Hola! –

Ryu - Vaya, has crecido mucho y te has puesto muy guapa –

A la joven de pelo rosa se le subieron los colores, sus mejillas se habían sonrojado en una tonalidad escarlata.

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Anna golpeó la puerta dos veces y esperó.

- Adelante – se oyó la voz de Kino desde adentro.

- Buenas tardes – Saludo la itako mientras entraba, cerrando la puerta tras ella.

- Buenas tardes Anna, te he estado esperando ¿Cómo han estado tú y tu prometido en Tokio –

A la itako le molestaban este tipo de preguntas, la incomodaban, sabía que Kino la había mandado a llamar por otros motivos. Aun así, debía comportarse, después de todo se trataba de su maestra.

- Pues Yoh es flojo como siempre, tengo que estar dando ordenes y controlándolo para que las cumpla. En la escuela sus notas han mejorado, está recibiendo ayuda de su amigo Manta y parece que así logra entender más –

- ¿Y cómo están tus cosas –

- Como siempre, supongo –

- Bien. Ahora Anna, necesito que me digas si últimamente has notado algún comportamiento extraño en Yoh –

No era la primera vez que Kino le preguntaba eso. Nunca había entendido el punto.

- Pues no sé. Yo no lo noto diferente, pero como vivimos juntos es posible que él haya cambiado y que yo no lo haya notado –

- Anna, necesito que le prestes mucha atención, él puede estar en problemas –

- ¿Problemas ¿Qué tipo de problemas No entiendo –

- Hacia el final del torneo Hao… le arrebató su espíritu – Kino hizo un largo silencio. Por supuesto que Anna recordaba aquello, las escenas se le repetían a veces en sus pesadillas. Llegaba corriendo y lo veía tendido en el suelo, sin vida. Muchas veces había despertado con un grito.

- Si lo recuerdo –

- No sabemos que fue lo que Hao le hizo a Yoh mientras estuvo a su merced. Tampoco sabemos si esto podría traerle algún tipo de consecuencias. Tienes que entender que Hao es muy inteligente, tiene ese tipo de experiencia que le otorgan los siglos, lo más probable es que tuviera algo pensado –

- Entiendo. Usted cree que Hao pudo haber hecho algo que pudiera repercutir en Yoh más adelante –

- Solo digo que es una probabilidad –

- No creo que Yoh pueda ser afectado por las influencias a las que ese sujeto lo sometió. Él nunca dejará de ser como es –

- Ojalá tengas razón. Me da gusto que tengas tanta confianza en mi nieto –

Ahora era el turno de Anna para sentirse expuesta. Aun así no le pareció lógico echarse atrás.

- Puede que sea flojo y exasperante, pero no es una de esas personas que pueda decepcionarte, nunca me ha fallado ni tampoco a sus amigos… por supuesto que confió en él –

Se sentía tonta después de haber dicho esto, pero sabía que de haberlo ocultado Kino se habría dado cuenta.

- Aun así, no podemos correr riesgos. Por favor, tienes que estar muy atenta a su comportamiento, estar más cerca de él y si encuentras cualquier comportamiento fuera de lo normal debes comunicarte conmigo de inmediato porque podría estar en riesgo-

- Bien. Estaré atenta –

- Y Anna … - Kino hizo una breve pausa reordenando lo que tenía que decir – Se que esto que te estoy pidiendo no es fácil para ti, créeme que te lo agradezco mucho –

En verdad no sería fácil. Acercarse a Yoh requería un cambio de actitud en Anna hacia su prometido, una ruptura deliberada de su faceta distante. Sin embargo la idea de que alguien más se encargara de la tarea le resultaba inaceptable.

- No se preocupe –

Kino avanzó unos pasos, pidiéndole a la itako que la siguiera

- Ven, tengo que entregarte algo –

Anna la siguió intrigada. Avanzaban adentrándose en el templo, Kino se detuvo en frente del altar.

- La restauración ya está completa. Creo que esto no puede estar en mejores manos que en las tuyas –

Kino comenzó con una oración, ejecutaba a la vez complejos movimientos con sus manos. La itako no entendía aun de que se trataba. Sobre el altar había un cofre sellado, al terminar la oración el sello que ,mantenía al cofre cerrado se rompió. Unos instantes después Kino le extendía su mano, haciendo entrega del rosario de los mil ochenta.

- ¿Pero cómo El rosario no sobrevivió a la batalla contra Hao –

- Pues digamos que cierto joven despreocupado quiso tener un buen gesto contigo y luego de la batalla se ocupó de juntar cuenta por cuenta (estaban esparcidas por toda la zona) y de traérmelas para que pudiera restaurarlo-

"Yoh…" pensó Anna, pero inmediatamente se vio asaltada por una duda.

- ¿Es posible restaurar objetos sagrados

- Oh, si pueden ser restaurados, pero la ceremonia no es fácil de ejecutar –

- Se lo agradezco mucho –

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Ryu terminó de ajustar las últimas piezas.

- Esto está listo – exclamó satisfecho extendiéndole una herramienta a Tamao – Te agradezco mucho el que hayas buscado todas estas herramientas –

- No fue nada Ryu, me alegra poder ayudar –

Momentos más tarde Anna salía del templo, habiéndose antes despedido de Kino. Caminó apresurada rumbo a la entrada, donde Ryu le había dicho que la esperaría. El calor había comenzado a afectarle, pero si no se apresuraba no llegaría a tiempo a la cena y sabe Dios que desastre podrían armar Yoh y sus amistades. Por otra parte, había algo que la tenía inquieta, aunque se trataba solo de una corazonada, se sentiría más tranquila una vez de vuelta en Tokio.

Cuando llegó con Ryu y Tamao, encontró al primero bastante manchado por el aceite del motor que acababa de ajustar y a la joven sosteniendo una caja llena de herramientas.

Anna - ¿Qué ocurre aquí

Ryu - Pues estuve ajustando algunas cosas, verá la mega velocidad que Ryu de la espada de madera alcanza ahora con su motocicleta mejorada –

Anna - Cómo sea Ryu, vamos rápido –

Ryu - No quisiera tener que contradecirla doña Anna, pero yo no puedo conducir todo manchado de aceite, mucho menos presentarme así en la reunión –

Tamao - Si quiere puedo conseguirle una toalla y podría darse una ducha antes de partir –

Anna - De ninguna manera, el viaje de regreso es largo, debemos salir cuanto antes – sentenció la itako con su seño más serio.

Ryu tuvo un impulso de insistir, pero hacer eso equivaldría a desafiar la voluntad de Anna y eso, hasta donde sabía, era algo inédito. Hizo un gesto de resignación.

- Señorita Anna – Tamao acudió al rescate – ahora que Ryu hizo ajustes en la moto seguramente el viaje será mucho más rápido –

Anna medito un segundo. Tenía algo de hambre, pues era media tarde y a esa hora ella y su prometido solían merendar.

Anna- Esta bien, tienes 20 minutos. No te retrases – Luego giró hacia Tamao – Prepara un poco de té, mientras espero a Ryu vamos a charlar un rato –

Tamao- Enseguida preparo el té. Señor Ryu, sígame por favor, lo llevaré a donde pueda bañarse – Ryu se apresuro a seguirla.

Anna se dirigió hacia un lugar de los jardines de la residencia. Se trataba de una zona cercana a los estanques, había una mesa de cemento. Cuando eran niños allí solían merendar Tamao, Yoh y ella. Se sentó en una de las bancas de cemento que estaban alrededor de la mesa. Instintivamente se quedó mirando un árbol en particular, era el lugar favorito de Yoh en todo Izumo pues desde ahí se observaba mejor las estrellas que desde otros lados. Allí él le había confesado hace algunos años su sueño de convertirse en el rey de todos los Shamanes, claro que en aquellos tiempos ella aun no entendía muy bien cual era la importancia del Shaman King ni los privilegios que este obtenía.

- Señorita Anna, aquí traigo el té – Tamao avanzaba con una bandeja en su mano

Anna- Muchas Gracias –

Tamao tendió un mantel sobre la mesa y luego sirvió el té, en el centro de la mesa colocó algunas galletas.

Tamao - ¿Cómo han estado usted y el joven Yoh en Tokio

Anna - Bien supongo, cómo siempre, las cosas no han cambiado mucho –

Tamao - Supongo que sí -

Anna - Oye Tamao, tengo una sensación extraña, y no estoy segura de qué pueda ser –

Tamao - ¿ Le preocupa algo en especial –

Anna - No se si sea algo para preocuparse, solo es una sensación extraña –

Tamao - ¿Una sensación extraña –

Anna- Si –

Tamao - Podría consultar con la tablilla, quizá nos diga algo –

Anna- Supongo que podríamos hacer el intento -

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Anna - ¿Estas segura de eso ¿No dice nada más –

Tamao- La tablilla señala que habrá un cambio, pero no especifica nada acerca de él…

La chica de cabellos rosas notó cierta preocupación en la expresión de la itako.

Tamao - No debería preocuparse tanto. Un cambio no en sí algo bueno o malo, el que sea positivo o negativo se funda en una instancia posterior, depende más que nada de que uno se sienta cómodo o incómodo con el nuevo orden de las cosas-

Tamao le hablaba con una sabiduría que la sorprendía, era obvio que en estos años había madurado mucho. Pero aun así Anna no podía dejar de preocuparse, no después de lo que Kino le había dicho aquella tarde… "maldito Hao, nos sigues trayendo problemas aun después de que te derrotamos en aquella ocasión".

Tamao comprendió que nada de lo que ella pudiera decirle tranquilizaría a la itako. El resto de la merienda transcurrió en silencio.

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La motocicleta se desplazaba a una velocidad asombrosa por la ruta.

Ryu - PARECE QUE VA A LLOVER, EL CIELO SE ESTA NUBLANDO… -

" ¡¡Dios, lleva 20 minutos con la maldita canción…" Pensaba Anna estaba sumida en una mezcla de ansias y furia. Claro que su rostro no demostraba nada de ello…

Ryu - PARECE QUE VA A LLOVER, AY MAMA ME ESTOY MOJANDOOOOO…. ¡¡YEAH! LA SENSACION DE VELOCIDAD ES MEGAFABULOSA-

" Solo apresúrate Ryu, por lo que más quieras…"

Ryu - ¡¡Vamos doña Anna, cante usted también. Verá que se siente increíble!

" …" La paciencia de Anna ya no daba más de sí " ¿Por qué le pedí a Ryu que me acompañara Debí pedirle a Manta que arreglara para realizar el viaje en el avión de su familia"