Capítulo 2: El Incidente de la roca
Encargarse del jardín… listo
Yoh había terminado barrer las hojas del jardín, la lista de actividades que su prometida le había dejado solo contemplaba una ronda más de 580 abdominales, luego podría darse una ducha y prepararse para recibir a sus amigos.
Amidamaru: - Amo Yoh ¿Le dijo la señora Anna a donde iba? –
Yoh: - No, solo que tenía unos asuntos que atender –
Amidamaru: - Ya se ha tardado ¿No le preocupa? –
Yoh:- No, dijo que regresaría a tiempo, se que lo hará – Yoh trago saliva – por eso se que no debo tardarme, porque puede regresar en cualquier momento y si para entonces no termine con lo que me encargó me va a castigar -
De inmediato comenzó con la última ronda. Solo le llevó unos minutos terminarla, era evidente que el nuevo entrenamiento estaba mostrando sus efectos, los músculos no le dolían y esto era muy extraño. Yoh se encogió de hombros, Anna era quien sabia de entrenamientos y si ella decía que esto era suficiente… pues mejor para él. De todos modos el torneo de los Shamanes ya había acabado y las cosas parecían estar en paz.
Décima ronda de 580 abdominales… listo.
Pero su conciencia ( ? ) no lo dejó, no estaba acostumbrado a terminar un entrenamiento sin que los músculos le dolieran al menos un poco ¿Qué? ¿Seguir entrenando aun después de cumplir con lo que su prometida le había dicho que debía hacer? Ni el mismo se lo podía creer, pero estaba decidido, quizá resultara divertido.
Yoh: - Amidamaru –
Amidamaru: - ¿Se le ofrece algo amo Yoh? –
Yoh:- ¡Concédeme tu alma!… ¡Fusión de almas! –
Amidamaru respondió al pedido casi instintivamente.
Yoh:- ¿Cómo se siente? –
Amidamaru: - Increíble, nunca antes habíamos tenido una fusión como esta, es totalmente diferente –
Yoh: - Vamos a hacer la prueba- dijo Yoh tomando una espada de madera y girando hacia una gran roca que había quedado en el jardín desde una tarde en que Anna, muy sacada de sus casillas, quiso arrojársela a Horo Horo (manta no estaba cerca lo que imposibilitaba su técnica especial Nº 2). La itako iba a pedirle a Yoh que se deshiciera de ella, pero pronto descubrió que podría tener una utilidad y desde entonces obligaba a Yoh a tratar de partirla con su espada (No con Harusame pues sería muy fácil sino con una espada de madera y sin que el shaman pudiera usar la posesión de objetos). No solo Yoh había intentado partirla, también Horo Horo, Ryu y hasta Len Tao. Ninguno había tenido éxito.
Yoh saltó y atacó la roca con un violentísimo ataque aéreo. Logró levantar una gran nube de polvo, pero la roca ni se movió.
Yoh: - Jijijiji parece que ni la fusión de almas alcanza para partirla. Demo… - se quedó pensativo un instante – intentemos otra cosa -.
El shaman dio unos cuantos pasos alejándose y…
Yoh: - ¿Estás listo Amidamaru? – El samurai le hizo saber que estaba preparado, inclinó su cuerpo adoptando la posición conveniente … - ¡Cuchilla de Buda! –
Fue tremendo. La roca en un principio se movió por el impacto y luego de unos instantes acabó por partirse en dos fragmentos casi simétricos, pero el ataque no se detuvo allí sino que avanzó rumbo a la casa. Un segundo después escucharon un ruido que les hizo saber que habían roto algo más que la roca.
Yoh: - ¡¡ La ventana de la habitación de Annita! ¡¡Voy a morir, se que va a matarme!-
- Lo siento mucho amo Yoh – Siempre fiel, Amidamaru estaba a su lado.
Yoh: - ¿Qué le voy a decir? T.T –
Amidamaru: - Quiza si fuera por un nuevo cristal y lo reemplazara ella no se daría cuenta –
Yoh: - No, no tiene sentido, los espíritus de la casa se lo dirían U.U… -
Ya nada iba a poder hacer al respecto así que se dirigió tranquilamente a la ducha intentando pensar en algo que decirle a su prometida cuando esta regresara.
Ryu: - Bien señorita Anna, aquí estamos –
Anna: - Te lo agradezco Ryu ¿Vas a pasar? –
Ryu: - Lo siento mucho doña Anna, pero ahora debo ir junto al joven Manta al aeropuerto para recibir a Lizerg –
Anna: - Bien – dijo la itako bajando de la motocicleta y caminando hacia la casa.
Llevaba tanta prisa que no notó el desastre en el jardín (pequeños fragmentos de la roca habían quedado esparcidos uniformemente en toda la zona). Entró y se dirigió a la cocina, encontró la lista de actividades que le había dejado a Yoh sobre la mesada con indicaciones de que había sido cumplida al pie de la letra. Le dio una ojeada rápida y la volvió a dejar sobre la mesada, dirigiéndose a las escaleras.
Desde el baño Yoh escuchó como su prometida subía escalón por escalón dirigiéndose a su habitación.
Yoh: - En cualquier momento…– Dijo el shaman preparándose para recibir la furia que sobre él se desataría
La puerta se abrió, antes los ojos de Anna se alzaba el desastre.
3, 2, 1…
Anna:- ¡¡ Yoh Asakura! ¿Qué demonios pasó en mi habitación?
Yoh: - Jijiji, parece que ya lo notó –
Los fragmentos de vidrio estaban por todos lados, incluso sobre la cama, y la madera del marco de la ventana había sido astillada de tal forma que iba a tener que ser reemplazada. La corriente de viento que se filtraba por el ahora roto cristal había esparcido por todo el lugar las hojas sueltas que la itako había dejado sobre el escritorio. Una ola de furia comenzó a agitarse en el interior.
Se oyeron pasos furiosos descender la escalera. Para sorpresa de Yoh, la puerta del baño se abrió, no esperaba que su prometida se atreviera a entrar
Yoh: - Anna… este… ¡Hola! –
Anna: - Yoh Asakura… eres un… solo mira como quedó mi habitación –
Yoh: - Lo siento, estaba entrenando y se me pasó la mano. No te preocupes, luego ordeno todo –
Anna: - De ninguna manera, sabes que tienes prohibido entrar en mi cuarto –
Yoh: - Bueno -
Anna: - Quedas castigado, durante 7 días tu entrenamiento aumentará en un 75 -
Yoh: - Ya sabía que ibas a salir con algo así –
Anna: - No protestes –
Por unos instantes hubo silencio.
Yoh: - Anna… -
Anna: - ¿Qué quieres? –
Yoh: - Si tu estás aquí… no puedo salir de la ducha –
Anna:- Bien.
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Estaba en su habitación tratando de ordenar un poco el desastre, al cabo de un rato se cansó de barrer… resignada se recostó contra el marco de la puerta y contempló nuevamente la magnitud de los daños: ni modo, aquella habitación no iba a poder ser usada esa noche.
- Annita… – Yoh la observaba sentado en el barandal de la escalera
- ¿Qué quieres? –
- ¿Has decidido que te pondrás esta noche para cuando vengan los muchachos?-
- No –
-¿Me permitirías entonces hacerte una sugerencia? –
La itako no acababa de entender ¿Desde cuando Yoh se preocupaba por lo que ella iba o no iba a vestir? No dijo nada, pero alzó una mirada distante hacia su prometido para mostrarle que tenía su atención. El shaman le regaló una de sus sonrisas y le arrojó una bolsa de color negro.
- ¿ Qué demo…? – Aunque Anna, sorprendida, no hizo el menor esfuerzo por atajar la bolsa esta fue a parar delicadamente a sus manos: El envío llevaba la fuerza y dirección exactas.
- Pruébatelo por favor. En la mañana, cuando me pediste que fuera por ingredientes para el desayuno, lo encontré en una de las tiendas del centro de Funbari. En la tarde cuando estaba corriendo aproveché que el recorrido que tu me señalaste pasaba cerca de allí para comprártelo-
- … - La itako aun no se recuperaba de la impresión y no atinó a decir nada.
- Te dejo sola para que puedas probártelo, voy a ver si puedo hacer algo para despejar del jardín los dos fragmentos grandotes que quedaron de la roca -
Y sin más Yoh se incorporó sobre el barandal y saltó dejándose caer hacia el primer piso. La sacerdotisa escuchó los pasos alejarse rumbo al jardín, abrazó la bolsa y susurró el nombre de su prometido.
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¡¡¡¡ Fusión al 120 !
Pero el fragmento no se movió mucho. Yoh soltó la soga que estaba usando para jalarlo fuera del jardín y tomó aire.
- Lo siento mucho amo Yoh, si tan solo fuera más fuerte -
- Oye Amidamaru, no es tu destreza lo que nos esta impidiendo hacer progresos aquí, sucede que a mi me falta fuerza ¡Una vez más!–
Y el shaman lo volvió a intentar, no solo hizo muy poco progreso con el fragmento grande, sino que tropezó con uno más pequeño y terminó en el suelo.
- Vaya, te falta fuerza, veo que alguien no ha estado tomando suficiente leche –
Sobre uno de los fragmentos de la roca (el que Yoh no estaba arrastrando fuera del jardín) Len observaba la escena con una sonrisa. Dejó su bolso sobre el jardín y giro hacia la roca.
- Te mostraré como se hace – Y el muchacho de los ojos dorados comenzó a arrastrar la roca con todas sus fuerzas pero sin hacer tampoco grandes progresos. Quizá por el esfuerzo que estaba haciendo, sino por la vergüenza que sentía al no alcanzar el progreso que quería, su cara fue adquiriendo un color rojo.
Por su parte, ante semejante escena, Yoh estaba rodando de la risa en el suelo del jardín. Esto hizo que Len enfureciera y un par de segundos después ya estaba cargando contra su amigo.
¡Golden Thunder Impalement!
Del suelo del jardín comenzaron a levantarse innumerables puntas de lanza que, en línea recta, fueron avanzando hacia donde estaba Yoh quien al ver venir el ataque atinó a rodar hacia un costado quedando fuera del rango de alcance de este.
¡Cuchilla dorada!
Yoh se apresuró a tomar una espada de las espadas de madera que usaba para entrenar e hizo oversoul de segundo grado en la misma. Con ayuda de Amidamaru logró bloquear el ataque. Lanza contra espada, oversoul contra oversoul, los amigos se miraron y deshicieron las posesiones con una sonrisa en sus rostros.
- Pse! Para estar descalcificado no lo haces nada mal –
- Anna no afloja con la rigidez de los entrenamientos ni siquiera ahora que el torneó ha terminado-
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¡FUSION DE ALMAS! Gritaron a duo los shamanes que ahora jalaban la soga juntos. Aun así no arrastraron la roca más que unos metros.
- Fue más fácil partirla de lo que nos está resultando moverla – Se quejaba Yoh tomándose la espalda en una expresión de cansancio.
- Es demasiado pesada, hay que reducirle el tamaño –
- Ningún problema - Se oyó una voz a sus espalda. En ese momento en aire comenzó a enfriar; la soga acabó por congelarse al igual que la roca. Yoh y Len giraron hacia la entrada para encontrarse a un Horo Horo con oversoul de segundo grado sobre su tabla.
- Ahora que esta congelada pueden reducirla a fragmentos más pequeños -
- ¿Acaso se te heló el cerebro bobo? Estábamos sujetando esa soga, pudiste hacernos cubito helado a nosotros también - le reclamo Len bastante molesto.
Yoh por su parte lo saludaba alegre con su mano. El ainú miró al chino con sesgo desafiante pero se vio disuadido por su hermana quien le dio un tirón de orejas.
- Recién llegas y ya estas por involucrarte en una pelea –
- Pero hermana, es él quien me provoca a pelear –
- No hay excusas – Y jaló más fuerte de la oreja de su hermano.
- ¡OUCH! Pilika, eso me dolio mucho -
- Merecido lo tienes -
- Cruel -
- ¿Cómo me llamaste?- Lo golpea repetidas veces.
- ¡Ouch! ¡Ouch! ¡Ouch! -
Mientras esto ocurría Yoh estaba desencajándose de la risa que la situación le provocaba y Len había quedado muy impresionado por la forma en que Pilika le pegaba al Ainú .
"qué mujer" (.).
Y así la noche fue cayendo, poco a poco la pensión se fue llenando de shamanes. Pilika y Jun se hicieron cargo de la cena, en cuanto a los fragmentos de roca luego de que Horo Horo los congelara costó poco trabajo reducir su tamaño, pero fue mucho más difícil tarea recoger todos los fragmentos más pequeños que quedaron.
- Estas roquitas nunca se agotan ¡Y ya tengo muchísima hambre! – Se quejaba el Ainú.
- ¿Y en qué momento estás sin hambre tú? –
- ¿Tienes ganas de pelear cabeza de aleta? –
- Pues si tengo ganas de barrer el piso contigo cabeza de puercoespín-
- Una horo-barredora xD-
- Tu cállate moreno – exigieron simultáneamente Horo Horo y Len
- Cálmense muchachos, pelear es muy agotador ¿no creen? – Decía Yoh mientras trataba de detener al chino mientras Lizerg hacía lo mismo con el ainú.
- Me parece que la pelea se va a suspender por mal tiempo, miren esas nubes - Manta quien observaba la escena desde la entrada de la casa intervino tratando de salvar la situación
Los shamanes terminaron de juntar los fragmentos justo antes de que comenzara a llover, y llovía con fuerza.
- Vaya, está lloviendo mucho – Dijo Yoh que era él último en entrar a la pensión, cerró la puerta tras de sí. Tenía el pelo y la ropa empapados pues Anna lo había mandando a comprar algunas bebidas para la cena. No encontró a nadie en el hall de entrada, iba a ir a la cocina cuando una voz a sus espaldas lo detuvo.
- Estás empapado; mejor ve a secarte o te vas a resfriar, yo me encargo de darle las bebidas a Pilika y Jun –
Del cielo el cayó una toalla sobre su cabeza. Al oir pasos que bajaban la escalera giró para encontrarse a Anna quien lucía el vestido que él le había regalado aquella tarde. La verdad es que se veía muy hermosa.
- Mírate nomás , con eso en la cabeza pareces el monstruo de la toalla - (nn tributo a Mermelade Boy).
A Yoh le sorprendió que un comentario como ese viniera de su prometida, desde la mañana que no se estaba comportando normal. Es más, caía en cuenta de que no lo había golpeado en todo el día.
- ¿Te pasa algo? –
- No – Dijo mientras lo empujaba escaleras arriba. Yoh subió a su habitación, se secó un poco el cabello y se quitó la ropa mojada. Se vistió con las primeras prendas que encontró, luciendo un conjunto un tanto más formal que el de costumbre y bajó las escaleras. Allí fue donde sucedió…
