Hola! Es la segunda parte de mi oneshot, únicamente es el punto de vista de Hermione…
Eso sí, recordad que estos personajes son de Rowling, no míos…. Si fueran mios yo ahora sería rica :p
"Un año más y no estás a mi lado… se hace extraño… sin duda tú sufres más que yo porque yo aún puedo verte desde aquí y tú a mí no… Mi pequeño dragón… siempre bromeaba con llamarte así ¿recuerdas?
Claro que sí… ¿cómo vas a olvidarlo? Tú me mirabas de forma altiva y me decías que nada en ti era pequeño… y entonces yo reía.
Puedo sentir la tristeza de tu corazón desde aquí; no ha pasado ni un solo minuto en todo este año que no haya percibido la soledad que te rodea, el frío muro que has creado a tu alrededor y la culpabilidad que parece haberse adueñado de tu alma…
¿Dónde está mi dragón altivo? Ahora yace abatido bajo un manto de intranquilidad y lágrimas no expresadas que rebasan el orgullo y la arrogancia que una vez dominaron sus ojos. ¿Dónde está el orgullo del que siempre presumías? ¿Dónde dejaste tus risas que eran sólo para mí y esa mirada protectora que únicamente yo podía ver cuando los demás veían desdén? ¿Dónde está mi dragón? Aquel del que me enamoré… aquel del cual sigo enamorada…
Tus ojos siguen como siempre; inexpresivos y fríos para los que no te saben descifrar, para los que no saben leer en ellos el amor que tienes por todo lo que te rodea…Ojos grises. Tan extraños como tú mismo… destellos azulados en tu iris cuando el sol te daba directamente sobre la cara… Ojos grises, capaces de helar a cualquiera con tu mirada y capaces de derretir el hielo que hubo en mí…
¿Has preguntado si te he amado? Con mi vida y con mi alma, dragón; quizá debería sentirme ofendida de que dudarás de mí, pero no puedo hacerlo cuando yo misma dudé de ello en el mismo momento en que me di cuenta.
Ni siquiera sé como pasé del odio al amor, no recuerdo el momento, el instante, el lugar exacto en que eso ocurrió y todo mi mundo se derrumbó…
Ahora me río pero creéme que pasé unas semanas terribles mientras intentaba descifrar porqué mi corazón latía rápido cuando te veía, porque mis ojos buscaban los tuyos, porqué tenía esa necesidad de saber dónde estabas en cada momento…
Yo que siempre lo sabía todo y me jactaba de ello no podía comprender el motivo de mi nerviosismo cada vez que nos cruzábamos, el brillo en mis ojos o el rubor en mis mejillas formaban ya parte de mí cuando escuchaba tu voz…
¿Y aún preguntas si te amé alguna vez? Jamás nadie ha podido amar como yo te he amado, dragón…
Y si alguna duda alberga tu corazón, deberías recordar que fijé todos mis sentimientos a ti con aquel beso bajo la lluvia que acabó por llevarse lo poco que me quedaba de cordura y razón.
No recuerdo el motivo de mis lágrimas si eran de felicidad o de miedo o de dolor lo ignoro y tampoco me parece relevante… no recuerdo el día que era, ni el motivo por el que estaba fuera del castillo empapada… no recuerdo la ropa que llevaba o si aquel día alguno de mis habituales libros se mojó bajo la lluvia… pero te recuerdo a ti…
Recuerdo el modo en que me aferraste por la cintura y me besaste con rudeza; y recuerdo la impresión que causó en mí sentir tus fríos labios sobre los míos, amoldándose a ellos y dándome el calor que la lluvia me había arrebatado; y recuerdo el sabor a menta de tu boca y el frescor de tu aliento que inundó mi garganta; y recuerdo el modo en que me separaste de ti cuando notaste que no me quedaba aire en los pulmones para respirar y recuerdo tu mirada brillante y anhelante ante tu precipitada acción, temeroso de que pudiera rechazarte…
Y recuerdo el modo en que mis brazos se unieron detrás de tu nuca y la manera en la que me incliné hacia ti atrapando de nuevo tu boca para dar otro dulce beso, para recibir otro anhelante beso.
Y es curioso… es curioso como no recuerdo nada de aquel día y sin embargo, todas las sensaciones, todas las emociones que viví a tu lado siguen ahí, en mi memoria, como un constante recuerdo de lo que una vez fuimos… dos corazones que se encontraron bajo las gotas de agua para demostrarse su amor y la garantía de que no estaban solos bajo el ocaso del día.
Hablas de caricias… aún siendo etérea casi puedo sentir tus manos sobre mis mejillas, y cuando lo hago, tengo la impresión de que sigues a mi lado, de que siempre estarás a mi lado…
Tus manos aristocráticas rozaban mi mejilla para infundirme tranquilidad, sus dedos rozaban timidamente mis brazos cuando me abrazabas; incluso tu cabello me acariciaba la frente cuando me recostaba contra tu pecho en nuestros primeros encuentros furtivos… Caricias que nunca olvidaré ni estando en este lugar…
¿Por qué te culpas Draco? ¿Por qué te culpas por algo que no pudiste controlar? ¿Acaso es eso? ¿Hirió tu orgullo el hecho de no poder controlar algo en tu vida? Tú controlabas a aquellos que te rodeaban, controlabas Slytherin, las otras casas te tenían miedo, incluso me atrevería a decir detrás de esta sonrisa que controlabas a Snape… Pero no pudiste controlar las habladurías…
¿Fue eso, dragón? ¿Fue por eso por lo que me dejaste? Ahora lo sé, pero en aquel momento no lo sabía y ni siquiera podía sospecharlo…
No tuviste la culpa, mi fiel dragón, en cualquier otra circunstancia yo hubiera pensado lo mismo que pensaste tú; me hubiera sentido traicionada y engañada y ni siquiera habría permitido que emitieras una palabra de protesta ante mi mirada, seguramente, desconfiada y desdeñosa…
Soy yo quien debería pedirte disculpas… fue uno de los míos quien inició el rumor… ¿cómo acallarlo si no tuve tiempo de hacerlo antes de que llegara a tus oídos? Y cuando lo quise acallar, cuando encontré la fuente del rumor, ya era demasiado tarde…
Bien es sabido que todo Hogwarts esperaba con ansías el momento en que nuestra relación terminara… mis amigos para alejarme de ti, un dragón orgulloso y cálido que me respetaba y me amaba donde ellos sólo podían ver una serpiente mentirosa y escurridiza; tus amigos para alejarte de mí, alguien sin una pizca de sangre noble que no merecía ni siquiera estar a tu lado.
Y fue uno de los míos quien nos separó…
Lo siento… lo lamento tanto amor…
Si no hubiese sido tan confiada… tan gryffindor, cómo tú solías recordarme unas siete veces al día, quizá nada de esto hubiera ocurrido, quizá ahora podríamos estar los dos juntos, riendo, hablando, planeando nuestro futuro porque sí, teníamos un futuro…
Te quería… te quería entonces y te seguiré queriendo siempre…
Deja de culparte dragón… deja de culparte… se me parte el alma cada vez que te culpas de algo que no pudiste controlar…
Fui yo quien salió corriendo aquella noche de tormenta, aún sabiendo los peligros que eso entrañaba; incluso creo que fui yo quien provocó la tormenta… En el momento en el que me dejaste con palabras entrecortadas, mi magia y mis sentimientos se descontrolaron y la naturaleza alcanzó a hacer lo que yo no podía expresar…
Llovía porque yo estaba llorando… había tormenta porque yo estaba furiosa… caían rayos porque estaba batallando contra mi propia mente… Fue mi culpa, no tuya, dragón…
Dices que te estás despidiendo de mí para dejarme en libertad…
Libre… ya lo soy, mi pequeño dragón… elegí mi libertad estando a tu lado y a tu lado seguiré aunque tú no puedas verme…
Deja de llorar mi pérdida, dragón, nunca me perderás porque siempre estaré a tu lado… Sólo no me olvides…
No olvides mis caricias y mis besos, mis palabras y mi voz, mi mirada, mi sonrisa… no olvides nada de eso porque cuando lo hagas será cuando te olvides de mí y eso podría hacer que mi espíritu desapareciera…
Te dejo junto a tu cuerpo un rizo de mi cabello… guárdalo como el más bello tesoro, del mismo modo en que yo aún conservo tu mechón dorado…
Y no olvides nunca Draco Malfoy que te quiero y que, en algún momento, nos volveremos a encontrar…
Hasta entonces…que mi beso llegue a tu alma…"
Draco despertó; estaba solo… otra vez solo… había tenido un sueño hermoso con ella; su ángel, su luz, su vida…
le había perdonado, le había dicho que no había sido su culpa, le había dicho que siempre le había querido y que siempre le querría, le había animado, le había alentado apelando a su orgullo…
Le había asegurado que siempre estaría con él aunque no la viese…
Sonrió.
Un sueño; hermoso, sí; pero sólo un sueño después de todo.
Giró en la cama; un bucle castaño atado en ambos extremos para no deshilararse se encontraba sobre la almohada en la que tantas veces había estado la cabellera de ella.
Lo tomó entre sus manos y sonrió.
Una ráfaga de aire llegó a sus labios dándole una sensación de paz y armonía.
Sonrió.
Quizá, después de todo, no había sido un sueño.
"Nos veremos pronto, amor"
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Bien? Alguien me pidió la continuación. Eso sí, aviso que este es el final. Ahora están los dos puntos de vista.
Espero vuestros comentarios. Mil besitos. Nos leemos!
