Siento mucho haber cambiado la historia, pero no me gustaba como estaba. Ya me diréis si tenía que hacerlo o no.

Disclaimer: Love Hina y sus propiedades son propiedad de Ken Akamatsu.

"hola": Diálogo

hola : Pensamiento


EMPEZAR DE NUEVO

Capítulo 2

-- En la Residencia Hinata (Sala de estar) --

Pero Keitaro no podía estar más equivocado. Después de tanto tiempo pasando juntos, Keitaro se había hecho un hueco en el corazón de cada una de las chicas. Después de ver que había llegado la hora de la cena y él no había vuelto todavía, todas estaban preocupadas por él. Pero sólo por dentro, porque por fuera sólo hacían bromas de lo que le podía haberle pasado y se metían con su torpeza.

Naru: "Seguro que ese idiota se ha perdido y ahora no sabe como volver aquí. Será tonto..." (Ja, ja, ja)

Motoko: "Seguro" (Ja, ja, ja)

Kitsune: "O también puede ser que ese pervertido se haya encontrado con una chica y ambos estén dando rienda suelta a su pasión..."

Naru: "No creo que ese estúpido pervertido haga eso..."

Kitsune: "¿De verdad? Qué segura estás, Naru... ¿No será que vosotros ya lo ha..." (¡PAM!)

Naru le había pegado.

Naru: "¡Kitsune! ¡Hay niñas delante! ¡Además yo no haría nada con ese inútil!"

Kitsune: "Vale, vale." ¡Cómo se pone por una broma!

Motoko: "Bueno, no sé que estamos haciendo aquí hablando. Shinobu, ¿la cena está lista?"

Shinobu: "Sí... ¿Pero no vamos a esperar a que Keitaro vuelva?"

Motoko: "Conociéndole como lo conocemos, ese debilucho no volverá hasta mañana. Pero por si acaso vuelve esta noche, le guardaremos su parte de la cena. ¿Te vale eso, Shinobu?"

Shinobu: "Claro."

Motoko: "Bueno pues ya está. Vamos a cenar."

Kaolla y Sarah: "¡Bieeeeeen! ¡Comida buena!"

o-o-o-o-o-o

Keitaro: Creo que debería llamar a la residencia para decirles lo que me ha pasado y no me maten cuando vuelva mañana por la mañana...

Con la intención de buscar un teléfono por el hostal, salió de su habitación y dio un paseo por el edificio. Por dentro era mucho más grande de lo que parecía por fuera. Había 10 habitaciones en cada uno de los 3 pisos que tenía el hostal, pero parecía que no había muchas ocupadas. Bajando las escaleras que había al final del pasillo en el que estaba su habitación, se encontró en el recibidor. No se había fijado antes, pero era bastante amplio. Al lado de las escaleras había una mesa con un teléfono y un florero. Keitaro descolgó el teléfono y marcó el número de la residencia. Era bastante tarde, pero esperaba que hubiera alguien levantado todavía. Después de 3 tonos, Naru cogió el teléfono al otro lado de la línea.

( Click)

Naru: "¿Diga?"

Keitaro: "Hola Naru. Soy yo, Keitaro. Siento llamar tan tarde pero..."

Naru: "¿Por qué no has vuelto todavía, idiota?"

Keitaro: "Porque hoy alguien que yo me sé se pasó con la patada y me mandó hasta Tokyo."

Naru: "¿¡Tokyo!?... Perdona por darte más fuerte de lo normal, pero comprende que ya hartas con tus meteduras de pata."

Keitaro: "Pero tú sabes que son sin querer."

Naru: "Sí, pero muchas veces parece que lo hagas aposta. Bueno, ¿para qué llamabas a estas horas?"

Keitaro: "Para que supierais donde estaba y que estaba bien. No quería preocuparos."

Naru: "¿Crees que nos preocupa lo que te pase?"

Keitaro: "¿No os preocupa que no vuelva?"

Naru: "No. La verdad es que nos daría igual que no volvieras a aparecer por aquí..."

Hubo unos minutos de incómodo silencio.

Naru: ¡Mierda! Creo que me he pasado un montón... La verdad es que no siento eso... Y parece que le he hecho daño... Mejor intento suavizar la frase... "Pero Keitaro, eso no quiere decir que puedes dejar tu trabajo de encargado en la resid..." (Click)

Keitaro había colgado.

Naru: ¿Qué he hecho? Con lo que le he dicho, puede que no vuelva nunca. ¡Qué imbécil soy! ¿Por qué me cuesta tanto aceptar que le quiero? ¡Qué idiota! Si no me hubiera confesado que me quería, ahora todo iría la mar de bien. Pero no puedo culparle por lo que siente. Yo tendría que hacer lo mismo que él, y revelar mis verdaderos sentimientos. Pero seguro que ya es demasiado tarde...

Naru se fue corriendo a su habitación mientras dejaba escapar algunas lágrimas. Ya en su habitación dejó escapar todas las lágrimas que había estado reteniendo por el camino.

o-o-o-o-o-o

Pero Naru no fue la única que lloró esa noche. Keitaro había quedado destrozado después de la conversación que había tenido con ella. Le fue muy difícil llegar a su habitación. Entre que no llevaba las gafas y que se le nublaba la vista por culpa de las lágrimas, no veía casi nada. La luz no era problema, aunque fuera de noche. Había luna llena e iluminaba todo con luz plateada. Cuando llegó a su habitación, se sentó en la cama y dejó que sus lágrimas corrieran libres por sus mejillas. Y así se quedó toda la noche mientras miraba la luna.

Keitaro: ¿Qué hice ahora?...¿Me merecía lo que me dijo Naru?...¿Será verdad que no les importo lo más mínimo a ninguna de ellas?...¿Por qué me pongo así?...Es normal que alguien como yo no les importe lo más mínimo a una chicas como ellas... Pero...¿Por qué me lo tuviste que decir tú, Naru?...Si hubiera sido cualquiera de las demás... No quiere decir que no me hubiera dolido pero... No me hubieran destrozado tanto aquellas palabras dichas por cualquiera de las otras... Ahora sé que no tiene sentido seguir en la residencia... Me quedaba esperando que me respondieras algún día... Con la esperanza de que me dijeras que tú también me querías... Pero que tonto que he sido... Mañana iré a la residencia muy temprano y recogeré todas mis cosas... Espero que no haya nadie levantada... o sino no sé que haré...

Perdido en sus pensamientos se quedó hasta que empezó a salir el sol por el horizonte. Los primeros rayos de luz le avisaban que acababa de empezar uno de los días más duro de su vida. El día en que dejaría la residencia para siempre.

Keitaro se levantó sin ánimos, y se vistió para salir a la calle. Salió de su habitación y descubrió que por suerte nadie se había despertado todavía en el hostal. Echó un vistazo al reloj que había en el recibidor y vio que eran las seis de la mañana. Después salió del hostal y se dirigió a la parada de autobuses más cercana. El servicio de autobuses empezaba a las seis, así que no tuvo que esperar mucho para montarse en uno.

El autobús llegó a la ciudad de Hinata en poco tiempo, ya que era muy temprano y no había mucho tráfico por la carretera todavía. Keitaro se bajó en la parada más cercana a la residencia. Subió las escaleras que le conducían a la residencia con el mismo ánimo con el que se había levantado de la cama. Al llegar arriba, miró al tejado por si Motoko ya se había puesto a practicar Kendo. Para su alivio no había nadie, así que se dirigió a la entrada con un poco de más tranquilidad ya que no se encontraría a nadie levantado. Motoko era la única que podía haber estado despierta, pero por lo que parecía, no lo estaba.

Keitaro entró por la entrada principal con el mismo sigilo de un ladrón. Caminó de puntillas por los pasillos hasta llegar a su habitación. Abrió la puerta con mucho cuidado y entró. Ya dentro sacó de su armario una maleta de viaje y la puso abierta sobre su cama. Después empezó a meter todo lo que había en la habitación que necesitaba para vivir: Toda su ropa, su cartera con su carné de identidad y su dinero, el carné de estudiante de la escuela preparatoria, sus libros de estudio, su álbum de fotos y un par de gafas que tenía de repuesto. Después de meter todo, la cerró bien, ató un extremo de una cuerda al asa de la maleta y la sacó despacio por la ventana, mientras agarraba el otro extremo de la cuerda. Cuando la dejó en suelo firme, soltó la cuerda dejándola caer encima de la maleta. Después sacó de su bolsillo dos sobres. Cada sobre tenía dentro una carta que había escrito aquella noche. Dejó uno de los sobres sobre su mesa. En el exterior de ese sobre ponía: Del encargado de la residencia a sus residentes. Después se subió sobre la mesa, y retiró el tablón que tapaba el agujero que comunicaba su habitación con la de Naru. Pasó a través de él, y, después de echar un último vistazo a la figura durmiente de Naru, dejó el otro sobre en la mesa de la chica. En este otro sobre ponía: De Keitaro a Naru.

Dando por terminada su tarea allí, salió de la residencia de la misma forma que entró.


Aquí dejo el segundo capítulo.

Sigo pidiendo perdón por lo que he hecho. ¿Pero no creéis que ahora está mejor?

Por favor, dejad reviews y dejádmelo saber.

Gracias por leer mi historia :P