Disclaimer: Love Hina y sus personajes son propiedad de Ken Akamatsu. (Pero Masako y demás personajes que no aparecen en la serie Love Hina original son de mi propiedad :P).

"Hola": Diálogo

Hola: Pensamiento


EMPEZAR DE NUEVO

Capítulo 9

-- En algún lugar de Japón --

Una furgoneta estaba parada al lado de la carretera mientras uno de sus ocupantes, un joven de pelo castaño oscuro, estaba fuera de ella cambiando una rueda pinchada. Dentro del vehículo había dos personas en los asientos delanteros. En el asiento del conductor estaba un hombre de mediana edad durmiendo; en el del acompañante, una niña rubia que miraba con mala cara el desértico paisaje en el que se encontraba.

El muchacho que estaba cambiando la rueda tampoco parecía muy feliz.

Keitaro: Uf, qué calor... ¿Por qué tengo que hacer esto?... Yo no he venido por propia voluntad... Si me hubieran pedido que viniera, no hubiera aceptado... Pero no es que no me guste excavar junto al profesor Seta... Eso me encanta... Lo que no me gusta es tener que aguantar a Sara todo el día molestándome y haciéndome la vida imposible... Parece que me odia... Encima me ha roto las gafas y no veo nada bien ahora… Para aguantar a Sara, preferiría estar en la residencia con Naru y Motoko pegándome por cosas que no he hecho o que he hecho pero sin mala intención... Pensándolo mejor... Me quedaría con la nueva vida que estaba empezando en Tokio... Masako, aparte de ser muy guapa...

Keitaro se puso un poco colorado al recordarla bañándose con él en las aguas termales del hostal.

Keitaro: ... es una persona muy amable y generosa... Después está, su hermana Megami... Aún pareciéndose tanto a Sara físicamente, su manera de tratarme es totalmente diferente... No he tenido mucha ocasión de hablar con ella, pero seguramente será como su hermana... Aparte de tener un sitio perfecto donde vivir, tengo un buen trabajo del que no me puedo quejar... Primero ser tutor de una chica guapísima mientras aprovecho para repasar para el examen de la Toudai, y luego, ser cocinero mejorando un poco mis cualidades de cocinero... Más no podía pedir... Pero no... Se le ocurrió al profesor Seta de ir a una excavación justo ahora... A unos días de empezar la Academia para prepararme los exámenes de ingreso... Espero que no nos tome mucho este viaje...

Mientras Keitaro reflexionaba sobre todo lo que le había ocurrido en los últimos días, no estaba haciendo nada. Sólo estaba de pie al lado de la rueda que tenía que cambiar, mirando al vacío y con el pie puesto en el gato con el que levantaría un poco el coche.

Dentro de la furgoneta, Sara se estaba empezando a impacientar. Echó un vistazo a su reloj de muñeca, vio que ya habían pasado cinco minutos y que todavía Keitaro no había levantado un poco el coche.

Sara: ¿Cómo puede tardar tanto en empezar a cambiar la rueda¿Tanto le cuesta hacer un poco de fuerza con el pie?

Sara sacó la cabeza por la ventana y la giró en dirección a donde estaba Keitaro.

Sara: "Oye idiota¿qué haces ahí parado con cara de imbécil¡Pon la rueda ya!"

Keitaro, como hacía algunas veces, estaba desconectado del mundo y no escuchó a Sara. Enfadada, salió del vehículo y le dio una patada en la espinilla.

Keitaro: "¡AYYYYY!"

Sara: "Esto para que me hagas caso cuando te hablo."

Sara se preparó para darle un puñetazo en la cara.

Sara: "Y esta para que dejes de hacer el tonto."

Pero el ataque nunca llegó a su destino. Keitaro lo había parado y miraba a Sara con tristeza.

Keitaro: "Sara... ¿Por qué siempre andas pegándome y haces todo lo posible para que me vaya?... ¿Tanto me odias?..."

Sara se quedó sorprendida por la reacción de Keitaro. La expresión que tenía en la cara no le gustaba nada. Era demasiado triste.

Sara: "Yo... yo..." Idiota... No es que te odie... Al contrario, me gustas mucho... Te pareces mucho a mi papá y yo a él le quiero mucho... Podría decir que no le quiero como un padre, sino como hombre... Pero no puede ser, ya que la diferencia de edad es bastante grande... Contigo... La diferencia no es muy grande, pero seguramente tú nunca sentirás algo por mí... Ni siquiera cuando crezca y sea mayor de edad... La cosa de pegarte la hago porque es una especie de desahogo... Para vengarme por tener este cariño que te tengo...

Sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas.

Sara: Para superar este sentimiento no correspondido... "Keitaro... Yo no te odio... Sólo lo hago para... Protegerme..."

Keitaro se sorprendió un poco al oírla decir su nombre.

Sara no podía aguantarlo más... Se sentía muy mal por lo que le hacía a Keitaro, pero... Para ella era la única forma de superar sus sentimientos por él...

Se acercó llorando a Keitaro y lo abrazó fuertemente.

Con esto, el cerebro de Keitaro empezó a echar humo. ¿Cómo podía haberse imaginado que Sara iba a llorar por lo que él le había dicho?

Pero aún estando tan impresionado como estaba por la actitud de la niña, podía escucharla murmurar entre lágrimas…

Sara: "Keitaro… (Snif)… Perdóname… (Snif)… Yo no te echaba de mi lado porque te odiara… (Snif)… Lo hacía porque… yo… yo te… (Snif)… quiero…"

Después de escucharla decir aquellas palabras, el chico la abrazó conmovido. Después de unos minutos en esa postura y con el único sonido de los sollozos de Sara, Keitaro se separó un poco y le levantó un poco la barbilla. En ese momento, Sara se calmó un poco pero mantuvo los ojos cerrados.

Sara: ¿Será que yo también le gusto y me va a dar un beso?...

Keitaro: "Sara… Mírame…"

Al abrir los ojos lentamente, la niña vio unos grandes ojos marrones con unas lágrimas a punto de derramarse.

Keitaro: "Sara… Aunque no lo creas… Yo también te quiero…"

Se acercó lentamente a Sara, que estaba a punto de morirse de la felicidad, y la besó…

…en la frente. (N.A.: Keitaro no es pederasta :P

Keitaro: "Kaolla, Shinobu y tú sois como mis hermanas pequeñas…"

Sara: "Pero Keitaro… Yo…"

Keitaro la abrazó contra su pecho fuertemente y le empezó a acariciar el pelo largo y rubio.

Keitaro: "Shhh… No digas nada…"

Sara le correspondió el abrazo y cerró los ojos disfrutando del momento.

Sara: "Está bien…" Al menos, aunque no sea del mismo modo que yo te quiero, tú me quieres a mí…

Al cabo de uno o dos minutos, la voz de Seta hizo que rompieran el abrazo y que Sara volviera al mundo real.

Seta: "Chicos, es mejor darse un poco de prisa. Nuestro avión sale en menos de media hora y el aeropuerto está todavía a unos cuarenta kilómetros de aquí."

Sara: "Está bien, papá… Keitaro, es mejor que salgamos cuanto antes si no queremos experimentar la forma en la que conduce papá cuando tiene prisa…"

Keitaro: "Me parece que tienes razón."

Sara y Keitaro subieron a la furgoneta, se pusieron los cinturones de seguridad y se agarraron a lo que tenían a mano. Sara a su cinturón de seguridad y Keitaro al asiento del conductor.

Keitaro: "Profesor Seta, ya estamos listos."

Seta: "Muy bien, chicos. Allá vamos…"

Dicho esto, Seta puso el coche en marcha y fueron a toda velocidad hasta llegar al aeropuerto. El viaje fue muy agitado ya que recorrieron los cuarenta kilómetros que los separaban de su destino en diez minutos y la carretera no estaba muy tranquila. Cuando llegaron a los aparcamientos del aeropuerto, Seta aparcó a su "manera": se chocó con una de las paredes del edificio y salió del coche como si no hubiera pasado nada, salvo que tenía un hilo de sangre saliéndole de la cabeza. Los transeúntes que pasaban cerca del vehículo "aparcado" miraban con asombro a Seta, quien se estaba limpiando la sangre y poniéndose una tirita en la herida de la cabeza como si fuera una cosa normal.

Desde dentro del coche se escuchaban algunos gemidos de dolor.

Sara: "Ouch… A ver si me acuerdo la próxima vez y me traigo un casco… La forma que tiene papá de frenar es bastante dolorosa…"

Keitaro: "Ya te digo… ¡Ay!... Me duele todo el cuerpo en cuanto me muevo lo más mínimo… ¡Ay!..." Menos mal que me recupero rápido…

Seta se asomó por la ventanilla del conductor.

Seta: "Escuchadme… No es por ser pesado, pero daros prisa que el avión sale dentro de poco…"

Sara: "Ya sabemos, papi… Lo que pasa es que estamos recuperándonos aún de tu "perfecta" parada…"

Seta: "Je, je… Lo siento, chicos… Ya sabéis como soy yo con mi querida furgoneta cuando se trata de parar en algún sitio…"

Keitaro: "Sí, profesor… Lo sabemos muy bien…"

Keitaro y Sara salieron del coche un poco mareados y entraron con Seta en el aeropuerto.

El edificio era muy grande, tanto como cualquier aeropuerto importante. Tenía muchas tiendas donde comprar cosas: recuerdos, ropa, regalos, alimentos para comer en el avión (patatas fritas, caramelos, bebidas), etc. Había también muchas hileras de asientos de plástico en los cuáles había mucha gente sentada. Sobre las hileras de sillas, a unos dos metros de altura, había varios monitores que indicaban los horarios de los aviones, sus destinos y las puertas de embarque por las que se pasaban al avión correspondiente.

Seta: "Parece que es mejor que embarquemos ya… El avión sale en diez minutos… A ver… Destino Estados Unidos… Puerta de embarque 3… Vamos."

Se dirigieron a la puerta de embarque correspondiente. Allí una joven estaba revisando los billetes. Al verla, Sara se acordó de algo.

Sara: "Papá… No se te habrá olvidado traer los billetes¿verdad?"

Seta: "Claro que no, Sara… ¿Por quién me tomas?... Están en mi bolsillo…"

Seta se metió la mano en el bolsillo del pantalón, después la otra mano en el bolsillo del otro lado…

Seta: "… Pero si estoy seguro que los cogí antes de salir de casa…"

Sara se estaba empezando impacientar puesto que veía que se acercaba su turno de entregar los billetes.

Sara: "Papá, encuéntralos ya… Después de esta familia nos toca a nosotros…"

Seta: "Eso intento, Sara… Pero no me acuerdo donde metí los billetes cuando los cogí…"

Keitaro: "Profesor…"

Seta: "¿Qué pasa, Keitaro?"

Keitaro: "Los billetes no serán esos papeles que le sobresalen un poco del calcetín¿no?"

Seta: "¿Del calcetín?... Anda, pues sí lo son…"

Keitaro y Sara: "…"

Joven: "Buenas tardes, señor. ¿Me permite ver sus billetes, por favor?"

Seta: "Claro… Tome…"

Seta le dio los billetes a la joven, quien miró con asco los papeles que le eran dados.

Joven: ¡Puaj! Qué asco… Este hombre es un guarro… Mira que guardarse los billetes en el calcetín sudado y luego dármelos… "Gracias, señor… Que tengan un buen viaje…"

Seta: "Gracias. Bueno chicos… Andando…"

Los tres pasaron la puerta de embarque y salieron al exterior. Seta se adelantó un poco diciendo que tenía que hablar con alguien sobre un tema importante.

El avión era uno de pasajeros normal y corriente de una compañía japonesa bastante popular. Aún así, Keitaro miraba el avión con la misma cara con la que un niño, que va por primera vez al zoo, ve un león.

Keitaro: "Vaaaaaya…" Esta va a ser la primera vez que viajo en un avión…

Sara: "¿Preparado, Keitaro?" Je, je… Se le nota claramente que es la primera vez que va a montarse en un avión…

Keitaro: "Cla…Claro, Sara… Je, je… Es sólo un avión… ¿Por qué no debería de estar preparado para viajar en él?"

Keitaro estaba muy nervioso. Le temblaba todo el cuerpo, de pies a cabeza. Viéndolo en ese estado, Sara no podía aguantarse mucho la risa.

Sara: "Ya veo, Keitaro… Ja, ja, ja… Te veo muy preparado…"

Keitaro se puso colorado.

Keitaro: "Entiéndelo, Sara… Es la primera vez que voy a viajar en avión… ¿Tú cómo estabas la primera vez?"

Sara: "Igual que tú… Pero enseguida se me pasó el miedo…"

Keitaro: "¿Sí¿Y cómo lo conseguiste?"

Sara le cogió la mano y se la apretó un poco pero sin hacerle daño.

Sara: "Así…"

Sara se puso un poco colorada al estar cogiéndole la mano al chico que quería.

Al ver el bonito gesto de Sara, Keitaro sonrió.

Keitaro: "Vaya… Tienes razón… Me siento mucho mejor…"

Keitaro miró a Sara, pero ella tenía la cara mirando al suelo para que no se le viera lo colorada que estaba.

Keitaro: "Muchas gracias, Sara… Ahora vamos junto a tu padre... Parece que ya ha terminado de hablar con quienquiera que sea…"

Así era. Seta estaba esperándolos junto a las escaleras por las que se subían al avión con cara de impaciencia.

Keitaro y Sara se soltaron las manos con naturalidad cuando llegaron a las escaleras, como si no hubiera pasado nada. Las subieron y se sentaron en sus correspondientes asientos, que estaban en la parte izquierda del avión ni muy atrás ni muy delante.

Altavoces: "Señores pasajeros. Les pedimos que presten atención a las indicaciones que les van a hacer las azafatas dentro de unos momentos… Son para… cuando tengamos algún problema durante un viaje… Sin nada más que decirle, les deseamos que tengan un buen viaje, el piloto Tenji Mirasawa y la copiloto Miyu Bushira."

Un par de azafatas empezaron a señalizar las salidas de emergencias que tenía el avión y daban instrucciones de qué había que hacer en situaciones de grandes turbulencias. Terminadas las explicaciones, las azafatas se sentaron en unos asientos que había en un pequeño pasillo que daba a la sala de mandos. Momentos después el avión comenzó a moverse, un par de segundos más tarde, el avión se inclinó un poco hacia arriba y otro par de segundos después, estaban volando.

El asiento que le había tocado a Keitaro tenía a un lado una de las ventanillas y al otro, Sara. Ella se veía feliz, ya que estaba sentada entre los dos hombres que más quería en el mundo: Seta y Keitaro. Pero había algo que no le hacía mucha gracia. Los viajes en avión siempre duraban poco.

Sara: "Papá… ¿Cuánto vamos a tardar en llegar a dondequiera que vayamos?"

Seta: "Supongo que cuatro o cinco horas… No te preocupes, Sara. El tiempo pasa volando."

Sara: "Ya…" Pero yo no quiero que pase muy rápido… Al contrario… Me quedaría así toda la vida, si pudiera…

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Llevaban ya tres horas de vuelo y era de noche.

Keitaro estaba preocupado por lo qué podrían pensar Masako, Megami y su nuevo jefe cuando vean que él no vuelve en días.

Keitaro: Si sólo supiera el número de teléfono del hostal o el del bar…

Seta: "¿Qué te pasa, Keitaro? No se te ve muy contento… ¿No te gusta la idea de trabajar conmigo en las excavaciones?"

Keitaro: "Claro que sí, profesor…Sí me gusta la idea… Lo que pasa es que me he ido sin avisar a nadie… Y supongo que no terminaremos en poco tiempo con las excavaciones… ¿Me equivoco, profesor?"

Seta: "No, Keitaro… En lo del tiempo no te equivocas…"

Keitaro sonrió débilmente.

Seta: "Pero te equivocas en lo de que no hay nadie avisado de que vamos a una isla a excavar…"

Keitaro se sorprendió al escuchar lo que acababa de decirle el profesor.

Keitaro: "¿Y quién está avisado¿Fue con esa persona con quien habló antes de entrar en el avión?"

Seta: "Sí, Keitaro… La avisé antes de entrar aquí… Hablé con ella por el móvil… En los aviones no te dejan tener el móvil encendido…"

Keitaro: "¿Ella?" No será con Naru¿verdad?... Espero que no sea ni con ella ni con ninguna de las otras chicas de la residencia… "¿Me puede decir ya con quién habló, profesor?"

Seta: "Je, je… Creo que mejor te voy a dejar con la intriga, Keitaro… Hasta que lleguemos a nuestro destino…"

Sara: "Qué malo eres, papá… Díselo al pobre… ¿No ves lo intrigado que está?..."

Seta: "Vaya, Sara… Me sorprendes… Antes lo molestabas todo el tiempo… Y ahora… Mírate… Je, je… Defendiéndolo… Cómo cambian las cosas… Pero lo siento, Sara… Va a ser que no os lo voy a decir hasta que lleguemos…"

Sara se puso un poco colorada ante el comentario de Seta sobre su cambio de actitud con Keitaro.

Sara: "Papá¿por qué no lo dices?... ¿Es al-"

Pero no pudo terminar la frase. Se había quedado sin voz ante lo que acababa de ocurrir. El avión entero se había movido de una manera terrible. Una de las azafatas, que pasaba cerca de ellos con el carrito de bebidas en el momento de la turbulencia, salió disparada hasta el techo, se chocó contra él y luego cayó al suelo golpeándose fuertemente en la cabeza quedando inconsciente. Por suerte, el suelo estaba enmoquetado y lo único que le pasaría cuando despertara sería que se sentiría un poco mareada y como mucho, le saldría un chichón en el lugar que se había golpeado.

Altavoces: "Señores pasajeros. Manténganse todos sentados en sus asientos y abróchense bien los cinturones. En estos momentos, estamos pasando por una zona de turbulencias. Mantengan la calma. Dentro de poco llegaremos a nuestro destino. Perdonen las molestias."

Seta, después de asegurarse que los tres tuvieran bien puestos los cinturones, le cogió la mano a Sara con fuerza pero sin llegar a hacerle daño.

Seta: "Tranquila, Sara… Estoy aquí contigo… No va a pasar nada…"

En ese momento, el avión volvió a moverse pero esta vez con más fuerza que antes. A pesar de que todos tenían puesto los cinturones puestos, algunos pasajeros estaban sufriendo algunos daños, ya que el contenido de los carritos y ellos mismos salían despedidos de un lado a otro con cada turbulencia por la que pasaba el avión. Tras la tercera turbulencia, varios pasajeros estaban heridos gravemente después de que hubieran sido golpeados brutalmente con el carrito. (N.A: Pensareis que no es para tanto un carrito de bebidas, pero este carrito es una nevera para mantener las bebidas frías. Así que no es difícil de imaginar lo que debe de pesar… Unos cuarenta kilos como mínimo…

Sara tenía sus ojos cerrados mientras lloraba y apretaba con fuerza la mano de su padre.

Sara: Esto no puede estar pasando… Esto no puede estar pasando… Esto debe ser una mala pesadilla… Y puedo despertar cuando quiera…

De repente, Sara sintió que alguien le cogía la mano izquierda. Abrió lentamente los ojos y miró al dueño de esa mano. Keitaro la estaba mirando directamente a los ojos.

Keitaro: "Sara… Tranquilízate… Dentro de poco, pasaremos estas malditas turbulencias y llegaremos sanos y salvos a tierra… Ten fe."

Sara sonrió un poco. Soltó un momento la mano de su padre, se quitó las lágrimas que caían de sus mejillas y volvió a coger la mano de Seta.

Sara: ¡QUE TENGA FE? Con lo que le ha pasado a esa pobre azafata… Me va a ser difícil tranquilizarme… "Está bien, Keitaro… Tendré fe…"

Momentos después, hubo otra turbulencia pero esta tenía la fuerza unida de todas las anteriores. Se escucharon varios crujidos ensordecedores e instantes después, la parte delantera del avión, donde estaban los pilotos y las azafatas, se separó y salió volando hacia arriba como si fuera una simple hoja de papel. El paisaje que se veía por el espacio donde estaba antes la cabina podría poner los pelos de punta al más valiente. Delante del avión, a uno o dos kilómetros, se podían distinguir dos columnas que iban desde el cielo hasta el océano que se extendía bajo el avión. Esas dos columnas eran nada menos que dos tornados.

Algunos pasajeros histéricos se quitaron los cinturones en busca de una salida de aquel infierno, consiguiendo únicamente ser sacados del avión y correr la misma suerte que la cabina.

Sara, ante tal espectáculo, no pudo soportarlo más y se desmayó. Seta y Keitaro le seguían cogiendo las manos con fuerza, como si creyeran que si las soltaban, Sara correría la misma suerte que los que habían salido volando.

Keitaro: Sara… Por nada del mundo dejaré que te pase algo… Aunque me cueste la vida…

Seta: Mi querida Sara… ¿Por qué tuviste que insistir en venir conmigo?... ¿Y por qué no pude dejarte con Haruka como he hecho ya varias veces?... ¿Por qué te dejé venir?... Ahora puede que muramos todos… Y tú, Sara… Teniendo toda una vida por delante…

El viento que entraba y salía del avión aumentaba su fuerza cada minuto, ya que los dos tornados se estaban acercando. De repente, un fuerte crujido dejó unos momentos en segundo plano el ruido del viento. El ala derecha del avión salió volando y el avión empezó a dar vueltas y a caer en picado hacia las aguas turbulentas. Todos los pasajeros gritaban desesperados viendo que sus vidas iban a terminar en unos momentos.

Seta: "¡KEITARO, ESCUCHAME BIEN! SI TU Y SARA SALIIS DE ESTA, CUIDALA COMO SI FUERA TU HIJA…" Yo estoy seguro que no voy a salir vivo…

Keitaro: "¡POR SUPUESTO, PROFESOR! ELLA ES COMO UNA HERMANA PARA MI… PERO NO VA A HACER FALTA QUE YO LA CUIDE… USTED TAMBIEN SALDRA DE ESTA, PROFESOR…"

Faltaban unos metros para que llegaran al agua. Seta y Keitaro cerraron los ojos, preparándose para el impacto. Segundos después notaron como si un enorme tren chocara contra sus cuerpos. Pasaron unos instantes y sintieron mucho frío y mareo, como si estuvieran en una lavadora gigante llena de cubitos de hielo. Después…

... no sintieron nada.

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A la mañana siguiente…

-- En el piso superior de la cafetería Hinata --

Haruka estaba limpiando el suelo de su casa mientras escuchaba la radio. Era una emisora en la que ponían noticias y música de todo tipo, desde música clásica hasta heavy metal. En esos momentos, estaban poniendo una canción de The Offspring y, para su sorpresa, Haruka la tarareaba mientras barría el suelo.

Radio:

Your one vice
You're too nice
Come around now can't you see

I want you
All tattooed
I want you bad

Complete me
Mistreat me
Want you to be bad…

Haruka: "Vaya… No creí que una canción de este tipo me podría gustar…"

Radio: Y ahora, señores oyentes, pasemos a las noticias… Ayer por la noche, el avión 727, que salió del aeropuerto de Kyoto a las siete de la noche, fue destruido por dos tornados que surgieron a unos mil kilómetros de las costas norteamericanas. El avión, con destino a San Francisco, fue hecho pedazos y el fuerte oleaje, provocado por los tornados, hizo que varios trozos llegaran a costas americanas. Por lo que sabemos, no se han encontrado aún supervivientes. De los noventa pasajeros se han encontrado ya sesenta muertos. Algunos de ellos no se podían identificar, ya que estaban destrozados. La lista de fallecidos encontrados la transmitirán esta noche en el canal internacional de Japón… Pasemos a la siguiente noticia… El jugador de fútbol japonés Ishi-

Haruka apagó la radio. Se sentó en una silla cercana y se encendió un cigarrillo. Cerró los ojos y aspiró hondo, dejando que la nicotina hiciera su efecto.

Haruka: Haruka, tranquilízate… Ninguno de sus nombres aparecerá esta noche… No pueden aparecer…

De sus ojos cerrados habían empezado a salir varias lágrimas, que hacía tiempo que no se dejaban ver por aquel rostro severo.

Haruka: Si aparece alguno de ellos… Me moriré…

Tomó otra calada a su cigarrillo, mientras seguía dejando que las lágrimas salieran libremente de sus ojos.

Haruka: Seta… Maldito momento en que te llamaron para esa estúpida excavación…


Bueno... Hacía tiempo que no actualizaba... Pero ya veis como he actualizado :P

Antes que nada, me gustaría pediros perdón por no actualizar en la fecha que decía que iba a actualizar... Tuve muchos problemas con el ordenador y no pude subir el capítulo... Después se me borró lo que tenía escrito y tuve que empezar de nuevo... Pero creo que ha sido mejor que pasara eso... Ese capítulo no tenía punto de comparación con este... :P

También me gustaría seguir dando las gracias a los que leeis la historia y me dejais vuestros comentarios... En serio... No sabeis lo feliz que me hace ver que hay personas que leen esta pequeña historia de un escritor novato :P

Bueno... Solo me quedas daros un aviso... Puede que no os guste... Pero puede pasar... Puede que este capítulo sea el último durante un tiempo... Depende de lo que pase el 8 de septiembre, podré o no seguir la historia próximamente... Si no, el siguiente capítulo lo subiré el próximo verano...

Espero que no sea así...

Hasta el próximo capítulo :P