Capítulo 6: Dumbledore lo sabe todo

Vaya, señor Malfoy, va a tener que darme una buena explicación de porqué está usted merodeando por el sauce boxeador a las tres de la mañana cuando se supone que los alumnos lo tienen prohibido.
Draco se quedó helado, ¿Qué hacía Dumbledore fuera del castillo a esas horas? ¿Cuánto habría visto?
Sin mediar una palabra, echó a andar tras Dumbledore.
Éste lo llevó hasta la imagen de un fénix grabado en piedra que, parecía cubrir una amplia ventana en el tercer piso.

Estaba a punto de preguntar por qué se detenían allí, cuando Dumbledore exclamó:
¡MEIGAS FRITAS!
El fénix empezó a moverse hacia arriba, describiendo círculos como si se tratara de un ascensor muggle.
Así que ese era el despacho secreto de Dumbledore-pensó Draco.
Su padre había estado allí muchas veces, por supuesto, pero nunca le había dicho que estaba oculto tras el fénix de piedra.
En cuanto llegaron al despacho, Dumbledore se sentó en el sillón que había tras la mesa.
Draco empezó a observar el despacho, había allí artefactos realmente curiosos, le llamó la atención un retrato de un antepasado suyo que parecía haber sido director de Hogwarts, colgado en la pared, pero, tal vez lo más curioso de todo, fuese un fénix color fuego, posado sobre una pira y una espada con la empuñadura cuajada de refulgentes rubíes.
Cuando se acercó un poco más para observarla, descubrió con sorpresa que en la empuñadura podía leerse: Godric Gryffindor.

Así que Dumbledore tiene la otra espada... pensó Draco.

No era la primera vez que Draco veía una espada como aquella. Él había visto antes una como esta en manos del señor oscuro.
Pero la espada que poseía Lord Voldemort tenía la empuñadura cuajada de esmeraldas en lugar de rubíes y en ella podía leerse: Salazar Slytherin. Aquella espada había pertenecido a su casa desde siempre.
Su padre le contó que sólo había dos espadas tan poderosas como ésta en el mundo que habían pertenecido a dos de los fundadores de Hogwarts.
Rowena Ravenclaw y Helga Hufflepuff poseían un arco en lugar de una espada.
Las cuatro armas de los fundadores representaban y tenían el poder de los cuatro elementos de la tierra: aire, fuego, tierra y agua. Si se juntaban el aire y la tierra, no sucedería nada, en cambio, si se juntaban el fuego y el agua, representados por las espadas, al ser elementos contradictorios uno de los dos había de prevalecer sobre el otro. Y las consecuencias serían devastadoras para el que tuviera entre sus manos la espada vencida. Esta leyenda, se pasaba de padres a hijos desde hacía siglos, Voldemort, por tanto, la conocía al ser el heredero de Slytherin.

Draco se quedó anonadado observando la espada, hasta que la voz de Dumbledore interrumpió bruscamente sus pensamientos:

-Si ya te has cansado de mirar-dijo-podrías empezar a darme una explicación... El tono de Dumbledore era duro y frío.
Draco no dijo nada, se limitó a mirar detenidamente a Dumbledore. ¿Quién iba a pensar que él...? ¿Por qué no actuaba ya?
-¿Y bien?-repuso Dumbledore.
Pues... Draco intentó pensar una excusa creíble de porqué estaba a esas horas en el sauce boxeador.
La verdad-empezó, es que sólo estaba paseando sé que era un poco tarde y que merezco un castigo pero...
¿Un castigo?-inquirió Dumbledore, estaba completamente blanco y parecía estar muy enfadado.
Si tú no me dices la verdad, te la diré yo-prosiguió.

No estabas paseando porque da la casualidad que conozco el pasadizo que arranca en el sauce boxeador.
Sí, conozco la existencia de dicho pasadizo- afirmó al ver la sorprendida expresión de Draco.
Ese pasadizo, repuso, llega hasta la casa de los gritos, que es, precisamente donde sitúan a Voldemort los últimos descubrimientos de la orden. Pero supongo que eso ya lo sabías-prosiguió amargamente.
A Draco le sorprendió notar un tono decepcionado en su voz.
¿Qué está intentando decirme?-preguntó en un tono de voz temeroso.
Sé porque estabas allí -dijo Dumbledore quedamente.
Si descubro cualquier evidencia de mis sospechas, te echaré de Hogwarts y ni tu padre, ni siquiera tu propio señor en persona me harán reconsiderar mi decisión. Este colegio fue construido para que futuros magos pudieran defenderse del mal. Si tú perteneces a él, entonces no podemos enseñarte nada aquí.

Draco se quedó helado. Dumbledore lo sabía, lo sabía pero no tenía pruebas. Y ahora él debía evitar que las consiguiera o el plan de su señor fracasaría y entonces tendría problemas, muchos problemas.
Draco suspiró, se preguntó lo que sería tener una vida tranquila.
Ahora vete.-dijo Dumbledore.
Draco no respondió, se dirigió a la puerta sin dedicar otra mirada a la espada y se fue.

-¿No crees que has sido un poco duro con el chico?-preguntó el retrato del antiguo director de Hogwarts, Phineas Nigellus.
-No-respondió Dumbledore secamente y no me gusta como se ha quedado mirando la espada de Godric Gryffindor. ¿Es posible que sepa la leyenda que la rodea?- se preguntó Dumbledore como a sí mismo. Pero, no- resolvió- ¿Quién se la habría contado?
Dumbledore miró el retrato de Phineas, pero éste se había dormido con la cabeza sobre un brazo.

En cuanto Draco salió del despacho de Dumbledore, se encontró con Samantha. Era una persona muy extraña. Parecía encontrar a Draco siempre que tenía problemas. Ella no dijo nada, se limitó a mirarlo con sus ojos brillantes. Y fríos. Más fríos que el más oscuro de los icebergs porque eso es lo malo de éstos, nunca sabes lo que esconden bajo el agua. ¿Qué escondería Samantha?

A Draco, empezaban a darle miedo esos ojos. Esos ojos verdes que alguien podría mirar con deseo pero que a él sólo le hacían recordar que era mortífago porque no tenía el valor necesario para enfrentarse a su padre. ¿Porqué tenían que haberlo prometido con ella?-pensaba Draco con pesar. Odiaba esos ojos. Siempre que los veía, a continuación pasaba algo horrible. Eran unos ojos fríos, extraños, tal vez, envolventes. Podías mirarlos y perderte en ellos pero eran inexpresivos a la vez, fríos e inexpresivos.
Samantha parecía saber lo que le pasaba a Draco por la cabeza pero se limitó a sonreír misteriosamente.
Esa sonrisa recordó algo a Draco, tenía que salir con esa maldita sangre sucia si no quería que Dumbledore se enterase de su secreto porque Samantha se lo contaría, por supuesto.
Decidió hacer algo pronto, a la mañana siguiente si era preciso, en cuanto la viese.

-¿Qué hacías aquí?-le preguntó a Samantha. Es muy tarde.

-Me iré a dormir cuando tú hagas lo mismo.-replicó Samantha.
Draco la miró. Después se dio la vuelta y se fue por el pasillo hasta su sala común. Samantha lo siguió.

En cuanto entraron en ella, Samantha dijo:

-Tienes que empezar mañana, esa sangre sucia no será fácil de conquistar.

Draco se atrevió a preguntarle algo que le había estado rondando por la cabeza:

-¿Por qué me haces chantaje con ella? ¿Qué tiene ella que ver en todo esto?
Samantha alzó las cejas, sorprendida.
-No tiene nada que ver.-repuso. Pero me divierte. Me divierte ver como te rechaza cada vez que te acercas a ella. No te creo capaz de hacer que se enamore de ti y que después la dejes.
Draco la miró instintivamente.

-¿Así que haces esto porque crees que no voy a ser capaz y así lo contarás todo? ¿Me salvaste echándole el hechizo desmemorizador a Pansy para tenerme en tu poder? ¿Para hacerme chantaje sólo para divertirte?

Samantha esbozó una maligna sonrisa.

-Vaya-dijo-creo que lo has entendido. Así que sino consigues conquistar a esa estúpida de Hermione Granger... estás muerto. Si Voldemort se entera de que has dejado ver que eres mortífago... te matará. Dicho esto, Samantha se dio media vuelta y se dirigió al dormitorio de las chicas para acostarse, pero Draco la cogió por el brazo y le gritó en la cara:

-Eres maligna, Samantha. Realmente disfrutas con esto... ¿no es así?
-¿Tienes miedo Draco?- preguntó Samantha regodeándose.
Draco le soltó el brazo bruscamente y se dirigió hacia su dormitorio.
En cuanto estuvo dentro pensó: fantástico: ahora para que no me maten, tengo que ganarme la confianza del cabeza rajada y conquistar a la "sangre sucia". ¿Qué será lo siguiente?-se preguntó. ¿Hacerle un monumento al pobretón?

reviews: Gracias por los mensajes, meiling.animorphs y Lily Kitt me alegro muchímo de que os guste, y espero que disfrutéis los nuevos capítulos que voy a poner!!!!!! Muchas gracias!!!!

Lily