Capítulo 9: Nuevos sentimientos, extraños sentimientos

Harry, ¿Qué te ha contestado mi hermana?-quien así se dirigía a Harry, era un Ron muy serio que miraba a Harry con curiosidad.

Mmmm. ¿Sobre qué?-preguntó el chico haciéndose el despistado.

Venga, Harry, no te hagas el tonto conmigo, vi como le pedías ayer que fuera al baile de navidad contigo.

Ah, sobre eso.-dijo Harry enrojeciendo. Me ha dicho que sí. Harry enrojeció aún más.

Ron, en lugar de alegrarse se puso muy serio. ¿Harry a ti te gusta mi hermana?-preguntó directamente.

Verás, es que no quiero que mi hermana se vuelva a hacer ilusiones y le vuelvan a hacer daño, ¿entiendes? Y conste que no lo digo por ti, lo digo por...Dean.

Pero si a Dean lo dejó ella-dijo Harry asombrado.

Sí,-repuso Ron porque se pasaba la vida detrás de Parvati Patil.

Lo que quiero es que no la dejes luego plantada. Así que contesta a mi pregunta.

Harry volvió a enrojecer y luego dijo en voz baja: Ron, a mí me gusta tu hermana desde que la saqué de la cámara secreta. Cho fue sólo un capricho pasajero. Me di cuenta cuando Ginny me dijo que sí. Comprendí que me hacía mucha más ilusión que si Cho me hubiera dicho que sí en cuarto.

Los dos se callaron durante un buen rato. Luego, Harry rompió el silencio bruscamente. Ron, voy a pedirle a tu hermana que salga conmigo el día del baile.

Ron se quedó pensativo durante un instante. Luego dijo: ¡Vamos a ser cuñados!

Durante la clase de transformaciones, Hermione intentaba concentrarse en Ron, al que se suponía que debía convertir en un águila. Pero la cara de Draco se le aparecía a cada instante. Y así pasó la mañana.

Llegó la hora de comer y mientras la comida, carne con patatas, Ron trató de hablar con Hermione, pero ésta no estaba como para concentrarse en lo que Ron intentaba decirle.

Al acabar la comida, Ron volvió a dirigirse a Hermione y le dijo:

¿Quieres venir al baile de navidad conmigo? Como en cuarto me dijiste que la próxima vez te lo pidiera antes pues yo...bueno ¿Qué decides?-preguntó Ron enrojeciendo hasta la raíz del cabello, que por otra parte ya era completamente rojo.

¡Ay! Ron, lo siento mucho-hermione verdaderamente lamentaba no ir con él- pero ya tengo pareja.

Vaya-murmuró Ron, parece que siempre llego tarde ¿no? Y...-Ron titubeó antes de continuar-¿puedo saber quien es esta vez?

Hermione tomó aire. Draco Malfoy-dijo sin vacilar.

Ron no dijo nada, abrió la boca como un baúl y se quedó mirando a Hermione.

Hermione trató de aparentar indiferencia. Me lo pidió y le dije que sí. –dijo, encogiéndose de hombros.

Ron fulminó a Hermione con la mirada. No creo que vayas con él porque quieres-dijo- y mucho menos que él vaya contigo porque sí, hay algo detrás de esto y voy a averiguarlo.

Hermione lo miró, indulgente. Tú verás-dijo. Pero no hay nada extraño en esto-prosiguió.

Hermione: ¡Él te llama "sangre sucia"!

Hermione bajó la mirada, y sin decir una palabra más a Ron, se alejó por el pasillo hacia la sala común.

La mañana en el día que se iba a celebrar el baile de navidad amaneció radiante. Igual que Ginny, que se despertó con la mirada brillante y una sonrisa triunfal.

Luna Lovegood había intentado sacarle con quien iba a ir al baile pero como Ginny no le había dicho nada, lo había adivinado por su cuenta. Y no le había sido difícil, ya que no cesaba de hacer referencia a sus "maravillosos ojos verdes".

¿Con quién vas a ir tú al baile, Luna?-preguntó Ginny a ésta. Pues no lo sé-repuso ella-nadie me lo ha pedido. Concluyó, con un hilo de voz. Pero no importa-terminó. Me quedaré aquí y escribiré mi historia.

¿Estás escribiendo una historia?-preguntó Ginny, interesada.

Sí, dijo ésta muy contenta ya me falta poco para terminarla.

Pero de todos modos puedes ir al baile-dijo Ginny.

Los de quinto pueden ir aunque no tengan pareja.

No, creo que no-dijo Luna haría el ridículo.

Bueno, como quieras-dijo Ginny.

Y se quedó pensativa. ¡Pobre Luna!-pensaba. Ya sé que es un poco... bueno...rara. Pero es una chica muy simpática y muy inteligente. Bueno, eso es evidente porque es de Ravenclaw, pero Cho también lo es y, sin embargo, no lo parece.

Si yo pudiera... pero, no, no sería justo que alguien fuera con Luna sólo porque yo se lo pidiera, debería ir con ella porque es una chica excepcional.

Este incidente, enturbió un poco la enorme felicidad que Ginny sentía aquel día. Pero, los sentimientos a esta edad son fugaces y, enseguida se descubrió de nuevo pensando en Harry y en la noche tan maravillosa que iba a pasar con él...

Mientras, Harry estaba nervioso por lo que iba a decirle a Ginny. ¿Y si me dice que no?-preguntó a Ron.

Éste rió. Conociendo a mi hermana-dijo-seguro que cuando se lo preguntes es la chica más feliz del mundo. De hecho, -añadió mirando hacia la puerta, que Ginny atravesaba en ese momento, dando saltitos-creo que ya lo es.

¡Buenos días!-exclamó Ginny, muy contenta.

Harry y Ron se echaron a reír, inevitablemente.

Ginny los miró con curiosidad. ¿De qué os reís?-preguntó. Pero no obtuvo respuesta. Vamos, contádmelo, no seáis así...

Pero Harry y Ron estallaron en una carcajada por toda respuesta.

Hermione, en contra de su costumbre, seguía en su cama esa mañana, en el dormitorio de las chicas.

Como sus amigos, pensaba en esa noche pero, al contrario que ellos, no se reía, ni daba saltitos.

Pensaba que iba a ir al baile con Draco Malfoy, el hijo del mortífago más fiel que había tenido nunca Voldemort y que seguramente seguiría sus pasos en un futuro no muy lejano...tal vez ya lo hacía...

Draco, al igual que Hermione, había estado dando vueltas en su cama hasta altas horas de la mañana y, en ese momento, acababa de levantarse y se dirigía a la sala común cuando se encontró de frente con Samantha.

Ella le dirigió una mirada muy significativa, pero no dijo nada.

Draco, tampoco dijo nada, pero cuando estaba a punto de perderla de vista, no pudo contenerse por más tiempo y la llamó: ¡Eh, Sammy!

¿Qué pasa?-preguntó ella.

¿Con quién vas a ir al baile?-le preguntó Draco.

Samantha rió. Con el verdadero Terry Boot-respondió.

Draco no entendió lo que había querido decir con verdadero hasta que recordó el día que conoció a Samantha. Terry Boot era el falso nombre que él le había dado al principio a Samantha.

Al recordar esto, enrojeció. Se dio la vuelta para observar a Samantha, pero ésta ya había desaparecido.

Que chica tan extraña-pensó Draco-aparece y desaparece en los momentos más inesperados...

Ron estaba en mitad del pasillo, hablando consigo mismo. Más que hablando, parecía estar ensayando una conversación: ¿Quieres venir conmigo al baile de esta noche?-le preguntaba a una armadura que presumiblemente representaba a la chica a la que iban dirigidas esas palabras.

Obviamente, la armadura no respondió, pero a Ron no pareció importarle porque murmuró: no, no se lo puedo pedir así, directamente.

En ese momento, Luna Lovegood salió de detrás de la armadura.

Se rió, divertida. ¿A quién quieres invitar al baile, Ron?-preguntó.

Luna, -dijo Ron, muy sorprendido-¿De dónde has salido?

De mi sala común, repuso Luna como si fuera obvio.

¿De tu sala común?-preguntó Ron, desconcertado-¿Dónde está?

La entrada está detrás de esa armadura-dijo Luna, señalando la armadura con la que Ron había estado hablando minutos antes.

Ah...-dijo Ron, y enrojeció tanto que parecía un semáforo en rojo. Pues...-balbuceó- ...quería invitar...

Venga Ron-lo apremió Luna- no te voy a morder ¿Es alguien de mi casa?-preguntó.

Es...eres...tú.

Esta vez le tocó a Luna enrojecer, al punto que se podría freír un huevo en su cara.

Y, bueno...-prosiguió Ron, algo incómodo- ¿Te gustaría venir conmigo al baile de esta noche?

Pues...sí, me gustaría mucho-dijo Luna al fin.

¿Nos vemos esta noche, entonces?-preguntó Ron.

Sí, sí, claro,...eso...esta noche-contestó Luna entrecortadamente.