Capítulo 12: Unidos para siempre
Las semanas transcurrían y Samantha no despertaba. Draco se escapaba por las noches a la torre de Gryffindor para estar con Hermione... mientras el anillo pesaba en su bolsillo como si estuviera hecho de plomo...
Draco se pasaba los días pensando en que hacer con él... si Hermione descubría que estaba prometido con Samantha... no querría saber nada de él nunca más.
Hermione debió notar algo, porque le preguntó a Draco que porqué estaba siempre pensativo.
No, no es nada-respondía él siempre. Es sólo que... me preocupa que Samantha no despierte... -explicaba Draco- ya han pasado tres semanas...
Pues claro que despertará- decía entonces Hermione. Yo lo hice ¿no?
Sí, pero ¿qué mago sería tan poderoso como para lanzar una maldición cruciatus de esos efectos?
No le sé-decía Hermione- pero lo averiguaremos.
Draco tenía cada vez más cosas en la cabeza, aparte de tener que seguir con el plan de su señor, aunque no quisiera, ahora tenía que añadir a eso que estaba desobedeciendo a su padre al seguir con Hermione... Y que tarde o temprano, tendría que contarle a ella que estaba prometido con Samantha...
Para colmo de males, y como hecho a propósito para los planes de Voldemort, dos días después, Dumbledore anunció la llegada del nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras...
Sé que a todos os ha extrañado que no tengamos aún profesor de defensa contra las artes oscuras este año... - dijo Dumbledore un día durante la cena en el gran comedor- y más teniendo en cuenta como están las cosas ahora... por eso, he decidido contratar al mejor... aunque sé que algunos no aprobarán mi decisión, os aseguró que va a hacer un gran bien a este colegio-prosiguió Dumbledore- ahora, me gustaría que todos dierais una calurosa bienvenida al profesor... ¡REMUS LUPIN!
El Gran comedor estallo en vítores, mientras lupin entraba por la puerta situada detrás de la mesa de los profesores y se sentaba en el único sitio libre... a la derecha de Snape.
La mesa de Slytherin, fue la única que permaneció en silencio. Draco estaba a punto de sufrir un ataque de nervios. ¿Por qué este año?-se preguntaba. Ahora será tan fácil que Potter se lo crea todo... aunque-pensó-por otro lado, que importa, mientras que Hermione no esté en peligro... lo demás no importa.
Harry entendió de inmediato porque Lupin no había llegado antes a Hogwarts...
La noche del baile-les dijo a Ron y Hermione- había luna llena, ¿recordáis? Por eso Lupin no ha podido venir hasta hoy.
Sí- dijo Hermione- además, el día del baile era el primer día de luna llena.
Yo no recuerdo nada- se lamentó Ron- creo que al final acabé bebiendo más cerveza de mantequilla que Luna... – se dio la vuelta para mirarla y Luna le sonrió, nerviosamente desde la mesa de Ravenclaw- cuando Ron volvió a mirar hacia Harry, descubrió con sorpresa que éste parecía enfadado.
¿Qué ocurre?- preguntó- no pareces muy contento de que Lupin esté aquí...
Es que ahora tendré que verlo todos los días-respondió Harry.
¿Y que?-volvió a preguntar Ron Yo creía que te caía bien.
Pero él no me dejó que fuera al arco a buscar a Sirius... –repuso Harry con tristeza, - si Sirius está allí encerrado, es culpa suya...
Si no fuera por él- dijo Hermione- estaríamos todos muertos. ¿Quién te enseñó a hacer el patronus con el que nos salvaste a todos en tercero? Él –inquirió. Además- prosiguió Hermione como si le explicara las cosas a un niño de seis años- sé sensato, Harry, nadie sabe lo que hay detrás de ese arco...
¿Y por qué no lo investigan de una vez?- preguntó Harry, enfadado, dando un puñetazo en la mesa.
Entonces, se levantó bruscamente de su asiento y se dirigió hacia los terrenos, hecho una furia.
Ginny se apresuró a seguirlo.
Lupin había observado toda la escena y vio salir a Harry del Gran Comedor con pesar. La verdad es que podía imaginar como se sentía el hijo de su mejor amigo. Pero no se arrepentía de lo que había hecho. No iba a permitir que le pasara nada a Harry... y menos ahora... porque ahora lo necesitaba. Si Harry sabía lo que se ocultaba tras el arco, tal vez querría atravesarlo... y él no estaba dispuesto a permitirlo, ahora que lo necesitaba... ¿un sentimiento egoísta?- tal vez, pero desde que Sirius se había ido el año anterior, Lupin se sentía tan solo...
Las noches de luna llena eran lo peor... aunque ya no era peligroso para los demás cuando tomaba su poción, Lupin se acurrucaba en un rincón y espera a que llegase el alba... aunque no había diferencia entre el alba y el anochecer, porque canuto y cornamenta estaban en su mundo, en su mundo perfecto sin acordarse de él... los echaba tanto de menos...
Ginny alcanzó a Harry que paseaba por los terrenos de Hogwarts: ¡Harry, espera!- gritó- ¿por qué has salido del Gran Comedor?
Porque no tengo ganas de ver a Lupin-respondió Harry de mal talante.
Ha estado muy preocupado por ti este verano, ¿sabes? Y así se lo agradeces... - le reprochó Ginny.
¿Y eso que importa?- Harry explotó- que se preocupe por mi no va a hacer que vuelva Sirius... y ahora déjame en paz ¿quieres?-gritó Harry.
Ginny se dio la vuelta e hizo ademán de marcharse, paro Harry la retuvo. Espera- dijo- lo siento, Ginny no sé por qué me pongo así contigo, tú eres lo único bueno que me queda... no te vayas, por favor.
Cuando la miró a los ojos, descubrió que una lágrima resbalaba por la mejilla de Ginny.
Soy idiota- musitó Harry- perdóname, ¿vale?- preguntó mientras limpiaba la lágrima de ella con el pulgar.
Ginny asintió. No vuelvas a gritarme-dijo.
No, nunca- dijo Harry mientras la besaba.
En ese momento, en el Gran Comedor, todos los alumnos se dirigían a sus respectivas habitaciones.
Draco, se acercó a la mesa de Gryffindor y le susurró algo a Hermione: Ven esta noche a la torre de astronomía- dijo- Pero ahora, simula que me he metido contigo, hay gente mirándonos.
Hermione se levantó de su asiento impetuosamente, y se puso a gritarle a Draco como si éste la hubiese ofendido gravemente. ¿Crees que puedes venir aquí a insultar a mi familia?-gritó.
Eres hija de muggles, Hermione- dijo Draco arrastrando las palabras.- no será la última vez que tengas que aguantar esto. Tras escuchar esto, Hermione, abofeteó a Draco, sin poder contenerse.
Draco se llevó la mano a la mejilla, sorprendido y herido en su orgullo.
¡Vámonos!-dijo Hermione a Ron con precipitación. Y salió de allí, con altivez.
Esa misma noche, pocas horas después, Hermione trataba de convencer a Harry de que le prestara la capa invisible para ir a la torre sin ser vista.
¡Vamos!- decía Hermione, sólo serán un par de horas.
Sabes que en otras circunstancias te la dejaría- repuso él- Pero... después de lo que Ron me ha contado que sucedió en el comedor...
¡Ron no tiene ni idea!- exclamó Hermione, enfadada. Sólo lo dijo porque teníamos que fingir que estaba metiéndose conmigo o la gente sospecharía algo.
Hermione- repuso Ron, con desdén- la gente no sospecha nada, la gente lo sabe todo gracias a vosotros dos. ¿Es que piensas que nadie vio cómo os besabais en el baile de navidad? Además... ¡no tenía por qué decirte eso! Draco es un Malfoy, Hermione, ¿quieres abrir los ojos de una vez?
Ya sé que tú no crees que haya cambiado- repuso Hermione, indignada. Pero yo sí, así que cuídate mucho de expresar tu opinión sobre él en voz alta cuando estoy yo delante.
Harry, viendo que se avecinaba una fuerte discusión entre los dos amigos, dio su brazo a torcer.
Está bien- aceptó- toma la capa. Pero, por favor, ten mucho cuidado con ella, ya sabes que es lo único que me queda de mi padre... -la previno Harry.
Lo sé- repuso Hermione, triunfante- no te preocupes, no le pasará nada.
Ya has conseguido lo que querías- dijo Ron enfadado- venga, ¡vete con él pero sé que luego vendrás llorando porque Malfoy nunca cambiará!
No te preocupes- dijo Hermione-que eso no pasará.
¡Bien!-repuso Ron, irritado.
¡Bien!-contestó Hermione en el mismo tono y desapareció tras el retrato de la dama gorda.
¿Por qué se la has dejado, Harry?- preguntó Ron indignado. Sabes que Malfoy no es una buena influencia para ella. ¿O crees de verdad que ese estúpido engreído ha cambiado lo más mínimo? Seguro que está utilizando a Hermione para alguno de los planes del señor tenebroso. Habría que informar a Dumbledore de esto...
¡No!- exclamó Harry.
Ron lo miró sorprendido. ¿Por qué?- preguntó.
Por lo que tú has dicho de que es un Malfoy- terció Harry-Sirius era un Black ¿sabes? Y aún así era un buen hombre. ¿Por qué no puede Draco ser igual?-inquirió Harry.
Entonces sí crees lo que ha dicho Hermione- repuso Ron, bastante molesto.
Mira-dijo Harry, harto ya de aquella situación- Creo dos cosas: la primera, que lo que te pasa a ti es que estás celoso.
Ron abrió la boca para protestar. Pero Harry no lo dejó. Y la segunda- prosiguió- es que no importa la familia de donde venga una persona, sino la propia persona. Y que Draco se merece una segunda oportunidad, al menos por mi parte.
Bien, muy bien, perfecto- repuso Ron- si eso es lo que pensáis todos, no estaré allí cuando os deis de narices con la verdad. Y subió a su habitación con paso firme.
Harry lo dejó por imposible.
Mientras tanto, Hermione había llegado hasta la torre de adivinación. Y encontró a Draco esperando, apoyado en la puerta.
Siento llegar tarde- dijo Hermione, jadeante.
No importa- repuso Draco, con semblante serio.
Y... siento mucho la bofetada- añadió Hermione, algo sonrojada- creo que se me fue la mano...
No-terció Draco- la culpa ha sido mía. No debería haberte dicho eso. Lo lamento- dijo, esbozando una sonrisa a medias. Se le notaba nervioso y algo preocupado.
¿Ocurre algo?- interrogó Hermione.
Ven-le pidió él, tomándola de la mano y conduciéndola hasta dos sillas, situadas estratégicamente frente a la única ventana de la torre, desde donde se observaban las estrellas.
Siéntate- indicó señalando la silla situada a su izquierda.
Hermione lo hizo, y Draco se sentó a su lado.
Me gustaría... -empezó Draco con decisión- darte una cosa... - dijo mientras le entregaba a Hermione un pequeño estuche plateado.
Ábrelo-le pidió.
Hermione lo hizo, y dentro encontró el anillo que Lucius había dado a Draco, semanas antes, para Samantha.
¿Qué significa esto, Draco?- preguntó Hermione, intrigada.
Significa-aclaró Draco mientras introducía el dedo anular de Hermione en el anillo- que te quiero y que algún día quiero casarme contigo. No tiene porqué ser pronto, pero me gustaría que lo tuvieras.
Hermione observó el anillo, que relucía a la luz de la luna. Luego sonrió, complacida. Es precioso, Draco-dijo, besándolo en los labios.
Draco esbozó una sonrisa y dijo: Es un símbolo, significa que vamos a estar unidos para siempre...
