Hola! siento haber estado tanto tiempo sin escribir, como el último capítulo no lo leyó nadie... de todas formas, yo siempre acabo lo que empiezo, así que ahí va el siguiente: (bueno, creo que voy a poner dos o tres cap.)

(el disclaimer no lo voy a poner en cada cap. ya sabéis que los personajes, carcteres y todo lo que reconozcaís pertenece a Rowling. Yo sólo me encargo de la trama y no cobro por eso.)

Capítulo 17: El último día en Hogwarts

Finalmente, llegó la mañana del último día que los alumnos iban a pasar ese año en el colegio Hogwarts de magia y hechicería.

El cielo, apareció limpio y sin una sola nube. El sol resplandecía con un brillo casi cegador, iluminando a la tierra con sus cálidos rayos y nada hacía sospechar los oscuros acontecimientos que tendrían lugar ese día.

Sólo escasas horas después del amanecer, Ginny irrumpía precipitadamente en la habitación que Harry compartía con su hermano y otros chicos de sexto curso.

El motivo de una entrada tan intempestiva era que Dumbledore, finalmente había accedido a su petición pero con una condición: Harry no debía saber de su intervención en aquello. Ginny debía llevar a Harry hasta la habitación donde se realizaban las reuniones del Ejército de Dumbledore. Allí encontraría ambos pensaderos. Había de ser necesariamente dicha habitación, para que pudiera estar tranquilo.

Así que Ginny se dispuso a cumplir su parte de lo acordado.

¡Harry!- lo llamó alegremente, mientras lo zarandeaba para que despertara.

El muchacho abrió los ojos y vio a Ginny.

¡Ginny¿Qué haces aquí tan temprano?- preguntó.

Ven, rápido, tengo que enseñarte algo increíble que he descubierto- añadió, recordando la petición de Dumbledore de no revelar su participación en aquel asunto.

Sin dejarle decir nada, Ginny tomó a Harry de la mano y se lo llevó a rastras hasta la habitación donde solían practicar Defensa contra las artes oscuras.

¡Vamos¡Abre la puerta!- lo apremió una vez llegaron a ella.

Harry rió. ¿Qué pasa?- preguntó con curiosidad mientras abría la puerta.

En cuanto lo hizo, ambos observaron que en el suelo de la habitación se hallaban dos enormes cántaros con una luz blanquecina que parecía brotar de sus entrañas. Harry entró. Sabía perfectamente que aquello eran pensaderos. Pero... ¿En una habitación que desaparecía cuando no se la necesitaba?

Harry se dio la vuelta para observar la reacción de Ginny, pero ella ya no estaba. Había desaparecido rápidamente, cuidando de cerrar la puerta tras ella.

Harry volvió a dirigir su mirada hacia los pensaderos. El que se hallaba situado en primer plano, parecía proyectar su luz blanquecina hacia él y, de pronto, Harry oyó salir un suave siseo desde el interior del pensadero:

"Ven, Harry. Ven a mí y mira en mi interior. Nada temas, pues dentro de mi alma no correrás ningún peligro. Ven, acércate y descubre mi secreto."

¿El pensadero lo estaba incitando a entrar¿O era sólo la imaginación de Harry que le estaba jugando una mala pasada? Y sin embargo... la voz, no le era desconocida, incluso podría haber jurado que la había escuchado antes, en algún lugar... de pronto, recordó. ¡La voz que salía del pensadero era la de su madre!