Hola a todos! vaya! si tengo reviews y todo! muchas gracias, Airam Lilian Lupin! espero que te haya gustado todo lo que he escrito y que te resulte interesante este capítulo. ya sólo faltan 6 y el epílogo!
Bueno, lo del disclaimer, que los derechos de publicación son de Rowling, que yo no gano dinero con esto y patatín, patatán ya se lo saben ¿no? así que sin más, disfruten del capítulo... y reviews, por favor, me alegran la vista!
Capítulo 20: La elección de Draco
Draco salió del cementerio con cara de circunstancias. Las últimas palabras de Lord Voldemort resonaban en su cabeza como un cántico macabro:
"Se trata de Hermione Granger, Hermione Granger..."
¡Hermione Granger¿Y como iba a ser capaz de hacerle el más mínimo daño? Pero había que actuar... y rápido, su vida no era lo único que estaba en juego... tenía que hacerlo... aunque pasara el resto de su miserable vida lamentándolo...
Esa noche, Draco no pudo dormir, pensaba que al día siguiente, Hermione, su amada Hermione, dejaría de existir para siempre... Y pasó la noche... larga y solitaria y a la vez corta, demasiado corta... larga en sus lentos suspiros y corta en sus horas fugaces.
Y llegó el día... el último día que pasarían ese año es Hogwarts, y también el último día del famoso Harry Potter y la chica de pelo castaño y rizado que había conseguido que fuera capaz de sentir... algo que nadie había logrado hasta ahora... debería haber sido un día gris y lluvioso, por contra, el sol resplandecía en el cielo, como provocando a todo aquel que estuviera dispuesto a arruinar aquel hermoso día... ¡El día! No hubo día se fue no más llegar y la noche se acercó con pasos silenciosos, recordando que al amparo de su oscuridad, ocurrirían muchas cosas.
El Gran Comedor, estaba resplandeciente, aquel era el día de entregar la copa de la casa y, a la mañana siguiente, todos los alumnos partirían para sus casas.
Los alumnos, comentaban durante la cena, las anécdotas del curso. Pero había alguien que no estaba allí.
¿Dónde está Potter?- se preguntó Draco- no se le habrá ocurrido desaparecer justo hoy...
Pero antes, tenía que ejecutar la primera parte del plan de su señor... así que se acercó a la mesa de Gryffindor con paso seguro.
Pronto divisó la melena rizada de Hermione en medio de la multitud. Tragó saliva.
Aunque me muera por dentro- pensó- no borraré la sonrisa de mis labios.
Por fin se acercó a ella. Ven conmigo- susurró en su oído- Y salió del Gran Comedor.
Hermione no hizo ninguna pregunta, se levantó de la mesa con el pretexto de ir al baño, y siguió a Draco que ya la esperaba fuera.
¿Dónde vamos?- preguntó entonces con curiosidad.
Es una sorpresa- repuso Draco sonriendo- Ya lo verás- añadió.
Hermione se dejó guiar dócilmente por Draco.
¿Dónde está Harry?- preguntó éste al cabo de cinco minutos.
Pues... bueno... te lo diré. Pero no se lo digas a nadie ¿De acuerdo?- pidió Hermione, dubitativa.
Claro- afirmó Draco con seguridad. ¿A qué viene tanto misterio?-preguntó.
Viene a que Harry está en la habitación del ejército de Dumbledore, viendo los pensaderos de sus padres.
¿Los pensaderos... de sus padres?- inquirió Draco con incredulidad.
Sí- repuso Hermione. Ginny lo dijo. Pero aún no sabemos lo que hay tan importante, porque Harry lleva allí dentro todo el día.
No podría haber salido mejor- pensó Draco para sí- Cuando Harry venga conmigo, Dumbledore pensará que sigue en la habitación.
Bueno, vamos- dijo entonces con impaciencia tomando a Hermione de la mano y conduciéndola hasta un pasillo de las mazmorras que ella no había visto nunca.
Ahora- dijo Draco- voy a hacer algo que desearé no haber hecho jamás. Pero no tengo otra salida... tal vez algún día lo entiendas.
Besó a Hermione, y sin más dilación, sacó la varita de su bolsillo y pronunció con voz alta y clara:
¡AVADA KEDAVRA!
Pero no sucedió nada. Ningún rayo de luz salió de la varita de Draco.
Éste miró la varita, confundido. Claro... eso es- murmuró- ya sé lo que ha pasado.
Hermione... - susurró- yo... Ella lo miraba con expresión de horror.
Draco... - empezó- ¿Qué has... ¿Por qué querías... ? No pudo terminar, el labio le temblaba y de pronto, se echó a llorar, estremecida.
Hermione yo... - empezó Draco. No encontraba palabras para explicar lo que había estado a punto de hacer. –El hechizo no ha funcionado porque no te odio, no puedo odiarte. Y sin odio, la maldición no funciona- dijo con un deje de amargura en la voz-.
Hermione- continuó- tenía que hacerlo... Voldemort... pero no, no lo haré. Escóndete, sí, eso es. Encontraremos un buen escondite para ocultarte.
Hermione seguía llorando, mientras en su pecho se advertían los violentos espasmos provocados por el llanto.
Draco la estrechó entre sus brazos, mientras le acariciaba el pelo. Pero Hermione lo rechazó de inmediato.
No- murmuró- no puedo estar contigo, no después de esto.
Hermione- musitó Draco- lo siento, yo...
Draco se abrazó las rodillas y se derrumbó en el suelo, escondiendo la cabeza entre las manos.
Hermione tuvo la seguridad de que estaba llorando. Draco Malfoy... El que siempre miraba a todo el mundo por encima del hombro... el protegido del profesor Snape... Draco Malfoy... el que despreciaba a los "sangre sucia"...
Yo también lo siento- dijo entonces. Dando media vuelta y saliendo por el extremo del pasillo.
Draco oyó un ruido... una especie de chasquido que le hizo sospechar lo peor. Levantó la vista. El anillo que le había regalado a Hermione yacía a sus pies, ella lo había tirado. Draco se sintió un ser miserable.
Pero lo que ambos ignoraban, es que, oculto tras las sombras, alguien había escuchado la conversación.
Unos fuertes brazos sujetaron a Hermione y una mano le cubrió la boca para evitar que gritase.
Bien... muy bien- siseó una voz ronca que arrastraba las palabras- te has empeñado en cambiar a Draco... Todo habría salido bien... de no ser porque desde que vi ese anillo en tu dedo, supe que él iba a traicionarnos. Por eso le ordenamos matarte, para ver hasta dónde podía llegar su lealtad...
Mi hijo es un mortífago, Granger. Nunca podrás cambiar eso.
Hermione abrió mucho los ojos. ¡Un mortífago¡Harry estaba en peligro!
Lo siento, Hermione, tengo órdenes del señor tenebroso de llevarte junto a él- dijo Lucius Malfoy.
Hermione intentó gritar, pero Draco ya estaba al otro extremo del pasillo. Pronto llegaría a dónde estaba Harry. No había escapatoria posible... Finalmente, Lord Voldemort había vencido.
