Capítulo 21: El traslador

Cuando Harry salió de la habitación del ejército de Dumbledore, estaba completamente blanco. Nunca olvidaría lo que había en aquellos pensaderos. Ahora entendía porqué el sombrero seleccionador había dudado en qué casa ponerlo. ¿Cómo se podía ser el heredero de Godric Gryffindor y, a la vez, el hijo de una mortífaga? Mortífaga... odiaba tanto esa palabra... nunca pensó que la usaría para referirse a la persona que le había salvado la vida. Lo que dijo Draco a continuación, le heló la sangre en las venas:

-Vamos, Harry¡Lupin se ha transformado en hombre lobo y está atacando a Snape!

Harry no lo pensó dos veces, salió disparado tras Draco pasillo abajo.

Ninguno de los los dos dijo una palabra más hasta que estuvieron fuera del castillo.

-¿Dónde están?- preguntó Harry entonces con expresión asustada.

-En la casa de los gritos- repuso Draco- Vamos¡Rápido!

Draco no podía arriesgarse a que nada saliera mal. No quería hacerlo. Lo hacía por... ella. Si no cumplía su parte del plan, sabrían que ella estaba viva. Una vez, todo hubiera dado resultado, diría que no la había podido encontrar o algo así. Lo importante era que ella estuviera a salvo.

Por fin llegaron al sauce boxeador, pero justo cuando Harry se disponía a tocar el nudo del árbol para entrar en el pasadizo, Draco lo agarró del brazo, y cogió el traslador con la otra mano.

Ahora los dos se desplazaban a velocidad de vértigo hacia el cementerio donde Voldemort esperaba.