Improfanfic presenta... MAGICAL GIRL HUNTERS Un Improfanfic creó por Aaron Shattuck. Episodio 2: El Servicio Postal Escrito por Spencer Cody Revisado por Bobby Jr, el impedido favorito de todos! =) Traducido por ROMeo y Montalve - - - Donde nos quedamos, nuestros" héroes" [nota del traductor: yo diría villanos] estaban bajo el ataque brutal de la luchadora pre-adolescente de la justicia [o la masacre según sea el caso], Capitán Kawaii... Todas mis dudas previas sobre "cuidarse" de niñas mágicas estaban siendo confirmadas. Estaba allí con varias laceraciones, hematomas, y una costilla rota, viendo como a mi compañero le dislocaba los brazos una pequeña psicópata. Una extraña sensación se permeaba a través de mí. Era una furia que nunca había experimentado antes, presumiblemente debido a nuestra anterior "taza de trabajos exitosos de 99%". Perder una batalla era algo nuevo para mi, y sobraba decir que no lo disfrutaba mucho. Mi cerebro estaba registrando impulsos erráticos, y viendo que no había otra opción, elegí la opción que me pareció más adecuada en ese momento. "Hey!" grite y Capitán Kawaii levantó su cabeza, desviando su atención del paroxismo de alegría que sólo viene cuando estás infligiendo castigo en un blanco indefenso. Pensé lo más rápido que pude. "Uh, ¡Ven por mi, pequeña...niña!" Esa fue probablemente la provocación mas ñoña y estúpida que había usado alguna vez, pero mientras ella ignorase a Itami, no me importaba. Así que empecé a retroceder lentamente. "Ooooh, presa viva..." Ella dentelleó una sonrisa maléfica tan extensa que casi conectan sus orejas por vía de los dientes. La distracción había cumplido su trabajo. Comencé a escabullirme, cosa que fue un gran error. Capitán Kawaii tomó su vara de muerte y chamuscó mi pantorrilla izquierda. "¡Oh... Fudge! Esto... quema", grité mientras cojeaba lejos de ahí a la mayor rapidez posible. Oh, nada puede darle tanto significado a un gran día como una quemadura de segundo grado. Brincando mi camino en franca retirada, giré mi cabeza para ver que ella estaba acechándome muy despacio, como si jugara conmigo. "No es esto divertido?" pensé. - - - Al momento de salir del callejón y tomar la transitada calle de 6 vías con el heraldo de muerte en mis talones, más pensamientos entraron en mi mente. Necesitaba algo para alejarme y rápido. Examinando mi alrededor, rechacé como opciones una bicicleta no encadenada, un ciclomotor, e incluso una silla de ruedas. La risa maniática podía oírse a corta distancia. Entonces, noté algunos automóviles esperando que el semáforo marcara luz verde, así que me abalance al automóvil más cercano, abrí la puerta y arrojé al conductor fuera. Se lo merecía por no llevar el cinturón puesto. Esto tenía que ser el primer intervalo afortunado de mi día. Era un Lotus GT V8 (plata) . Era una lastima que muy probablemente recibiría daño masivo. Me subí a la acera, tracé un circulo alrededor del grupo de automóviles cercanos y, y regresé sobre la misma calle, mientras divisaba al furioso dueño con el rabillo del ojo, gritándome hasta de lo que me iba a morir. Avanzando y esquivando a través de los automóviles que venían me dirigí hacía Capitán Kawaii, a quien ya tenía en la mira. Deduje en su expresión que ella estaba menos que impresionada. Disparé hacia mi blanco, quien empezó a moverse rápidamente. Podía ver rayos como de arco iris volar hacía mi, los cuales me recordaron el tremendo dolor que seguramente me estaba esperando. Girando el carro 180°, el parabrisas trasero crujió bajo el bombardeo de energía mientras el olor a la pintura quemada lleno el ambiente. Automóviles que antes intentaban pasar ahora se detenían y sus conductores se preguntában que demonios pasaba. "Maldición" exclamé. Había fallado por escasos 90 centímetros esta vez... Los rayos de luz continuaban volando como si no fuera a haber un mañana y "mi" automóvil estaba recibiendo todo el impacto, aunque afortunadamente este no había sido suficientemente fuerte como para penetrar la carrocería. Y claro, hablé demasiado pronto. La tormenta de rayos se detuvo el tiempo suficiente para atraer mi interés, el cual desvié para cambiar direcciones una vez más sólo para notar al pequeño demonio sujetando su vara con ambas manos, aparentemente acumulando una masa de energía suficientemente grande para tirar una casa. "Bien, Yoi" pensé de nuevo, "Ahora SI estás jodido". Retractándome de mi curso de colisión con la pequeña, pisé el acelerador sin mirar atrás y un segundo después, una gigantesca onda de choque golpeo el automóvil, haciéndolo girar y dándome esa placentera sensación de vértigo. Dándome la vuelta, noté que la parte derecha de atrás de mi transporte estaba destrozada y en llamas. Sin embargo, el neumático de algún modo aun estaba intacto. Ya me había cansado de este juego, y necesitaba asegurarme que Itami seguía respirando, de modo que, poniendo un último curso empecé a acelerar al máximo hacia el objeto de mi odio. A través de mi parabrisas golpeado, pude ver a Capitán Kawaii agitando su varita con una mirada de frustración en su rostro. Al parecer, se le había terminado la "munición de amor". Esta era mi oportunidad, probablemente la única vez que ella no estaba disparando su arma. "Y entonces nosotros tendremos... Felices, felices, sonrisas" murmuraba ligeramente. No podía pensar en un mejor himno de victoria al momento. Justo antes del impacto, al darse cuenta a destiempo, Capitán Kawaii intentó saltar, pero no fue suficientemente rápida. Escuché un sonido no muy diferente al de muchas ramas secas reventando al pescar su pierna con el auto, eso iluminó mi día. Arremetí de golpe contra los frenos, desabroché el cinturón del asiento (la seguridad primero), salí, e hice mi camino hacia un lado de la pequeña desvalida (espero) que yacía en el suelo. La levante a 1 metro del suelo del cuello del fuku y empecé mi pseudo-discurso. "¡Esto... es por mi dolor!" la golpee brutalmente en la cara. "¡Esto... es por la cuenta del hospital!" exclamé, sintiendo mi carne quemada al golpearla una vez mas. "¡Y esto... por Coca-Cola!" fue lo primero que me cruzó la mente. "¡Y por último, Itami!" Ella estaba a punto de morir. Racionalicé por un momento, pensando cuan perverso me veía de pie allí, sosteniendo una niña de 8 años inconsciente. Entonces recordé quién era esta 8 añera, y todo cobró sentido. De pie en la posición correcta hice un rápido giro con mi muñeca, y rompí su cuello con un *crick* satisfactorio. Deje caer el cadáver al suelo e ignoré las miradas de horror a mi alrededor y las sirenas policíacas acercándose. Y mientras me preguntaba cómo estaba el "muerto viviente"... - - - Regresé al callejón con un andar ligero y ahí encontré a Itami inconsciente, el cual tenía un brazo gratuitamente doblado y el otro en casi la misma condición. Sin embargo aun respiraba y eso era lo que contaba. Lo cargué sobre mi hombro (con un inmenso dolor) y empecé a arrastrarme a donde pensé que estaba nuestro cuartel. "Saludos," Una voz vino de atrás de mi. Me di la cuelta y observe fijamente a un hombre bastante delgado, rubio en un traje que bien localizar en, digamos, algún Halloween. "Vengo de la orden de Mashihaisha Ultra. Soy uno de sus generales principales, Haikite". "Oh, como podrá ver, atrapamos a Capitán Kawaii." Él dudo por un momento. "Sí, lo sabemos. Es un buen trabajo el que hicieron". Había un tono raro en su voz. Mis sospechas aumentaron. "¿Donde cobramos nuestro pago?" pregunté. "Oh, no necesitarán ir a ningún lado. Lo tengo justo aquí..." Entonces me percaté. El viejo y gastado cliché lo puso claro. Mashihaisha nos pensaba joder, así que coloqué a Itami en el suelo y me paré derecho. "Ve al grano, ¿Dónde está nuestro 'pago'?" "Pienso que lo disfrutarán. ¡Conozcan a... Mashyite Shell!" El sujeto invoco un portal del cual apareció una enorme tortuga metálica humanoide. Ahá. Caparazón (shell). ¿Que nombre mas inteligente verdad? "¡Disfruten... sus muertes!" Dijo y desapareció en un chispazo de luz. Movi a Itami fuera del camino y me puse en guardia. La monstruosidad estaba haciendo toda una escena por si sola azotando y gruñendo a nadie en particular. "Oh vamos! No me quites mi tiempo", grité, intentando sonar intimidante. Claro, existe la posibilidad de no poder "intimidar" algo con un sistema nervioso central escasamente capaz del manejo de sus propias necesidades respiratorias en todo caso. La cosa dejo salir un gruñido rudimentario mientras su espalda parecía abrirse y con un ligero siseo hidráulico, una extensa ráfaga de diminutos mísiles salió de ella. "Fuck..." Era todo lo que podía pensar. Por fortuna, no eran mísiles buscadores, de modo que al esconderme detrás de un grueso pedazo obtuve un escudo lo bastante bueno como para mandar los proyectiles inofensivamente a través de la calle, es decir, hasta que explotaran junto con varias estructuras y automóviles. La bestia estaba avanzando despacio hacia mí, ahora, blandiendo un cañón automático en su pico. De todos los mashyites, tenia que perseguirme el maldito mecha-tanque. Nunca había querido un lanza-cohetes como ahora. Mientras reflexionaba el impacto que ha causado mi vida en el resto del mundo y me escondía silenciosamente vi que el monstruo había sido repentinamente distraído por algo atrás en el callejón. Se escuchó como muchos tiros disparándose y rebotando en acero (como si hubiera podido ser otra cosa...). Como el centro de su atención había sido cambiado, me asomé hacia la cosa esa para ver que rayos pasaba. Había un tipo y una mujer disparando armas automáticas con gran exactitud y agilidad, lo suficiente como para no ser golpeados por contra-ataques. La tortuga definitivamente intentaba defenderse, pero los daños eran demasiado grandes. Había pequeñas explosiones iluminando la escondida área, así que la muchacha aprovechó para desenfundar lo que no podía ser otra cosa que una espada y atravesó a la criatura con un golpe critico. Ante esto me apresure a salvar a Itami del típico "radio de golpe de la explosión youma" (como viene documentado en muchos animes de niñas mágicas), y estuvimos fuera del rango justo a tiempo. "Shit", murmure para mí mismo. - - - Al desempolvarme por la que tenía que ser la 34a. vez esa tarde, hice mi camino hacia los 2 extraños que nos habían salvado (a lo que estaba muy agradecido). Ellos estaban sosteniendo una conversación ociosa, como si fuera simplemente un evento cotidiano. "Uh", estaba pensando en como NO lucir como un total perdedor para esta primera impresión. "¿Quién demonios son ustedes?" Viendo la espada gigante que la mujer estaba sosteniendo, pude leer vagamente una inscripción en su hoja: *Termina traseros*. "Yo podría hacerte la misma pregunta". El tipo que contesto sólo podía ser descrito como un bishounen envuelto en jaranas y MUCHAS armas automáticas. Decidí ser yo quien contestara primero. "Soy Yoi, y aquel...", dije apuntando a un amasijo de carne en el suelo. "Es mi compañero Itami. Somos cazadores de niñas Mágicas de oficio. ¿Y ustedes?". Tuve problemas imaginando a cualquier otro repitiendo esta conversación de forma tan casual, saben?. "Nosotros somos asesinos de Youmas" él interrumpió. "Nosotros limpiamos SUS desastres" ¿Cuán mas patético se puede tornar mi día?" "Yo soy Kyo, y ella es Mai. Nosotros cubrimos a todas las niñas mágicas "perdidas". Entonces, quizás incluso podrían contratarlos para matarnos. Aunque solo por si aun no se dan cuenta, perderían, de modo que ni se les ocurra intentarlo". Este tipo era bastante modesto. Antes de que yo tuviera oportunidad de responder hablo de nuevo. "Los veremos algún otro día. Y si tienen suerte, estaremos salvándoles de nuevo el pellejo". Mientras ambos se alejaban, mi mente se inundó de pensamientos. Para ser concretos, pensamientos de cómo una mujer pudiera verse como Mai y comer, bueno, eso y cómo recibir nuestro dinero de Mashihaisha Ultra-cretino. "La próxima vez, conseguiremos más armas" me comenté a mi mismo mientras llevaba a Itami a un hospital. - - - Bien, ¡eso fue emocionante! ¿Disfrutaste editando, Bobby Junior? B.J: Hola! Uh, hola Bobby Jr. B.J: Hola! Um, olvidalo... B.J: H -... Eso es suficiente Bobby Jr. - - - azalin1@lycos.com emontalve@hotmail.com http://www.improfanfic.com/mgh
