Magical Girl Hunters Parte 6: En el puerto Por Andy Kent Creado por Aaron Shattuck Traducido por ROMeo Advertencia: Este fic NO es luminoso y sonriente, incluso en vista del tema. Hay un par de ocasiones donde el *penchant* del autor por la descripción minuciosa de los efectos de la costosa tecnología militar en el cuerpo humano pudo haber excedido de hecho los límites del buen gusto, y él realmente espera que disfruten cada una de éllas. Comentarios de correo y amenazas de muerte a akent@pdq.net por favor. Unas apresuradas gracias a Addison Godel y Myungsu Suh por un agradable y pronto trabajo de edición. --- "Por favor pasa a la sala", dijo la araña a la mosca. Por supuesto, cuando uno está mirando directamente a dos personas que estaban certificablemente muertas hace escazamente unas cuantas horas, ninguno de los dos habiendo disfrutado que digamos la experiencia, parecía más como un par de arañas viniendo a la oficina de la mosca. "Eso -dolió-, sabes?". Kyo tenía una de esas muecas, la clase que decía 'Estoy a punto de lastimar a alguien y gozarlo mucho, mucho ... gracias' con mayúsculas. Obviamente, ella tenía asuntos por resolver. Decidí intentar pensar rápido. "Hey, lo siento, pero no hubo ningún daño, verdad? Digo, uno ni siquiera adivinaría que les dispararon". Esto sin duda era cierto; no había cicatrices, marcas, ni contusiones. "Como hacen eso?" Mai se rió entre dientes, y mientras 'la' miraba, me preguntaba cómo había podido confundir a cualquiera con una manzana de Adán de -ese- tamaño con una mujer. "Entonces, Yoi, es ésta la parte donde divulgamos todos nuestros planes maléficos y te dejamos escapar?" Para ser honesto, me importaban un maldito carajo sus planes maléficos, aunque el escapar sonaba una buena idea. "Cualquier cosa que no implique daño corporal masivo a mi persona es aceptable, supongo". "Bien, te perdono supongo, supongo que soy un viejo sensible ..." Kyo se sentó en la silla de Itami, y me hice de la mía antes de que a Mai se le ocurriera cualquier cosa. Maldíganme si iba a ser el que estuviera parado esta vez. "Pero, de todas formas, no tenemos ningun plan 'malvado' per se. Que es el mal, de todos modos?" "Eso es correcto", Mai interrumpió. "Nosotros -realmente- somos cazadores de youmas. Por supuesto nos volvemos de la muerte; habrías entrado tu en este negocio si tuvieras que preocuparte de tonterias como perder la cabeza por una ráfaga parda de energía?" Me refrené de comentar ese yo estaba de hecho en el negocio y personalmente no tenía mucho interés en confirmar mi propia mortalidad, así que solo asenté con la cebeza. "Así pues, exactamente que estaban haciendodo ustedes, destrozando el lugar de Mashi? Digo, ¿No es la fuente de todas las niñas mágicas acaso?" "No seas tonto". Kyo sacó la lengua. "Cualquier equipo de niñas mágicas que se prespeten tienen más entrenamiento y demás, sabes? Por lo que podemos decir, Mashi está haciendo sacando algunas niñas mágicas propias, para desacreditar a las que están haciendo su trabajo. ¿Sabes a que me refiero?" De hecho sí, sabía a lo que se refería. Ustedes no lo supondrían, pero aún en vista del hecho de que cazo niñas mágicas renegadas para vivir y me sentía bien al respecto, había algunas de ellas que honestamente sentía que eran algo bueno para el mundo. Naturalmente, la mayoría de éstas ya habían pasado por suficiente tiempo para graduarse de niñas mágicas a superheroinas, pero la experiencia les debe valer de algo". "O lo que sea que está posando como Mashi", dije pensativamente. Lección: niños, no reflexionen cuando asesinos potencialmente inestables están teniendo una conversación cortéz con ustedes. Los ojos de Mai casi se le salen del cráneo mirandome fijamente. "Sabes algo que nosotros no, Yoi?" Ah, que demonios. Canté la historia completa de mi primer visita a Mashilandia. Hubo un par de momentos que gocé, y quizás adorné incluso el número y la fuerza de la oposición un poco... Para cuando había terminado, chispas bailaban en los ojos de Kyo. "Oh, wow. Eso es tan cool..." Erk. Otra lección. Podré tener mis bizarrezes, pero el transexualismo no es una de ellas. No la practico y tampoco me siento atraído hacia gente que lo hace. Mai golpeó a su socio en la nuca. "Ok, sí, estamos ambos en asombro, ahora deja de idolatrar!. Jeez. Hey, Yoi, nos vamos. La próxima vez que nos veas, podrías abstenerte de dispararnos? Digo, salva parque!" Asenté y dije, "promesa solemne". Por supuesto, mis dedos estaban cruzados detrás de mi espalda. Le pregunté a Kyo, que estaba siendo físicamente arrastrado del cuarto por su sobre musculoso socio "Hey, cómo supieron mi nombre?" "De que otra forma? Ustedes están en esa 'lista de la gente del gran imperio maligno', tu sabes. tu -Y- tu lindo cuate. "Ella me guinó un ojo antes de que Mai cerrara la puerta detrás de ellos. Oh man. La vida solo se sigue poniendo más y más complicada. --- Mi apartamento era pequeño. Realmente pequeño. Apemas iba ahí, aparte de para dormir y ocasional entrnenimiento, pero hasta yo tenía que admitir que no estaba demasiado lejos de un agujero de ratas. No debería haber estado pensando en mi apartamento. Debería haber estado dormido, teniendo sueños donde le quitaba el fuku a Sailor H y procedía con actos de salvaje perversión, o de fallar en quitarle dicho fuku y hacer lo mismo. El insomnio apesta. Dónde comenzó todo esto? Digo, dónde consigues las cosas para hacer a una niña mágica en todo caso? Por que no chicos mágicos? ¿O viejos borrachos? Tenía que haber una cierta lógica en ello, eh? No, me recordé, no hay tal. La vida no es lógica. Ninguna fuerza del bien habría elegido deliberadamente crear a capitán Kawaii. Era solo una manifestación rara de entropía, o una manifestación del impulso secreto de la humanidad a morir gritando, o un subproducto natural de todo youma. Probablemente. Cualquier ser supremo(o semi) escuchando mis pensamientos estaría riendo hacia sus divinos adentros (o divinas; yo debería saber mejor que cualquiera sobre poderes femeninos y demás), si no estuviera tan ocupado favoreciendo a mi socio. Itami tiene toda la suerte con las damas. --- La mañana siguiente fué agradable. llegué a la oficina bien y temprano, y procedí a quitar varios objetos filosos del tablero de dardos. Itami llegó, quizás una hora después, y se desplomó en su silla. Se veía ojeroso, parecía cansado, lucía despeinado, pero eso no era nada inusual. "Hey, Itami, cómo estuvo?" Él me lanzó una mala mirada con toda la intensidad de una linterna que había sido dejada por un mes en el fondo de un estanque en alguna parte. "rudo", él dijo. Mentalmente levanté una ceja, parecía que H-chan estaba efectivamentecada tan necesitada de afecto como lucía. Esperabamos a un cliente a las once. Hey, sé lo que estan pensando... porqué estamos esperando clientes, cuando bien podemos tan solo acabar con el impostor de Mashi y acabar con una fuente de niñas mágicas? Simple niños... primero, tengo un negocio, no una sociedad de caridad, y toma mucho dinero de mantener armas y munición, no digamos el alquiler en Tokio. En segundo lugar, quería sentarme y ver cómo reaccionaría Mashi a los eventos recientes. Tercero, él tenía cincuenta y malditas nueve niñas mágicas al menos alrededor del lugar, no estaba loco. Pasé el tiempo haciendo la contabilidad. Con lo que tomamos de Mashi y nuestro último par de trabajos que si pagaban, estabamos en solidos números negros. De hecho, podríamos incluso darnos el lujo de un extra este mes. Que rayos, quizás hasta declarara impuestos este año....nah. El timbre sonó a diez con doce. De ninguna manera posible podría ser nuestro contacto de industrias de pesca Mizumo; él nos tenía dicho que tenía un horario ocupado y que no podría llegar antes de las diez cuarenta y cinco o por ahí. Miré a Itami, asenté, él asintió, y ambos fuimos a arraigarnos en nuestros escritorios. Saqué una linda .45, y él tenía varios trozos filosos de metal, así que supuse estabamos listos para problemas. Una de las desventajas de tener una bonita puerta de cristal helado con tu nombre de negocio pintado en él, en estilizado deletreado inglés, es la completa imposibilidad de instalar un ojo secreto estándar. Uno de estos días nos conseguiremos un sistema avanzado de cámaras completo con circuito cerrado de TV, de modo que podamos ver a nuestros visitantes antes de ir a la puerta. Después de que compre ese nuevo apartamento y mi home theater, quizás. Como estaban las circunstancias, tuve que abrir subitamente la puerta, tapar la boca de la muchacha con una mano, y traerla adentro. Cerrando la puerta con el pie, presioné el arma a su sien y dije, "¿Que?, pensaron que funcionaría otra vez, huh? Nadie me juega el mismo truco dos veces... " Itami me miraba extrañado, y eché un vistazo hacia mi cautivo. Ella no usaba sailor fuku. Demonios, probablemente ni era una niña mágica. Lo que si era es más bien de dieciséis años, linda de un modo anticuado, y apunto de enloquecer de miedo. Oh. Um... Dios, esto es embarazoso. Me hace parecer paranoico, cosa que SI soy, y un idiota, que no soy a menos que le pregunten a Itami. La solté y tomé asiento, cuidadoso de mantener el arma apuntándole. Después de todo, solo porque no tenía una varita en plena vista no significa que no tenga una varita. "Lo lamento". Gesticulé con el arma, y ella tomó asiento en un bote de basura volcado. "Tienes exactamente un minuto para explicar lo que estas haciendo aquí y por qu". "Yo, estee, necesito una cierta ayuda. La gente me dijo que ustedes saben lo que hacen... " Me encogí de hombros. "Trabajamos normalmente con previa cita solamente. Tienes un problema de niñas mágicas?" "Aha..." Ay Dios, por favor que no sea uno de esos problemas donde una niña mágica está destinada a pasar eternidad con el novio de esta niña. Nos encontramos en uno de ésos hace casi un año, y cuando las cosas habían finalmente concluído... la niña mágica en cuestión estaba muerta, así como cinco o seises de sus cohortes, pero el tipo decidió renunciar a las mujeres y hacerse monje, y nuestra cliente se deprimió de tal forma que se colgó antes de pagarnos. Ven la clase de daño colateral que hacen estas muchachas? Bajé el arma. Apuntar a clientes potenciales era un gaffe social serio. "Detalles, por favor". Ella jugaba con una trenza gruesa de cabello castaño. "Um... todo comenzó hace dos semanas. Miraba la lucha entre esos youma y las tropas en Osaka... " Decidí inmediatamente que ella estaba loca. Ya nadie mira luchas con youma; son demasiado comunes muy frecuentemente un transeunte es golpeado. "Me golpearon con algo, una clase de rayo de alguna de las niñas mágicas que se mostraron. Pensé, como que, bueno, estás muerta Aika... y justo antes de desvanecerme, alguien se inclina sobre mí, murmura algo, y de pronto ya estoy bien... o algo as". "Algo así?" Itami no había bajado su cuchillo. Pienso que su encuentro ayer por la noche lo había dejado más tenso de lo usual. Es divertido como eso relaja a la mayoría de gente... "Aquí, um, les mostraré. Solo vean, okay?" Ella se puso de pie, se dio vuelta, y sacó algo de su bolsillo. No era una pequeña varita rosada con un corazón en él, como estaba medio-esperando. Era un Maglite en buenas condiciones, y cuando ella lo chasqueó, tenía una vivo rosado. Rechazo de plano describir los treinta segundos próximos. Después de todo, estamos hablando una transformación mágica estándar aquí, y ustedes las ha visto sin duda alguna un millón de veces antes. El resultado final, sin emargo, si lo describiré. Ella todavía tenía la gruesa trenza castaña y los anteojos. El fuku blanco y azul era nuevo, sin embargo, y ella de alguna manera adquirió una banda en su cabeza durante el proceso. Para no mencionar los cambios corporales. Ella debe haber crecido unos diez centímetros ... oh, y también era más alta. Qué puedo decir? Éstas son las cosas que noté. "... ellas te convirtieron en una niña mágica?" Mi quijada colgaba, y no solo debido a la visión. El solo pensamiento de ser -involuntariamente- convertido en uno de esos engendros era algo perturbador. Nunca había pensado que tal cosa fuera posible. " Um... sí. Yo no pedí esto, de veras. Solo deseaba mirar las armas! Digo, todos tienen un hobby, ok?" Asentí tontamente. "Todos dicen que ustedes son los mejores para encargarse de problemas de niñas mágicas... pueden ayudarme?" Esto era malo. Realmente malo. "Mira... Aika, verdád? Sabes como nos encargamos de los problemas con niñas mágicas, eh?" Ella me miraba, pero no entendía obviamente. Tomé mi arma, corté cartucho y una bala salió eyectada de la camara. Ella entendió -eso-. "Um, sí, OK, estoy dispuesto a intentar eso..." Ella cerró sus ojos. --- Le había dicho a Itami que no debía fumar. Eso iba a matarlo, le dije. Nuestra línea del trabajo era ya bastante peligrosa. Él nunca me creyó, no hasta que su cigarrillo cayó de su boca y le prendió fuego al alboroto en su escritorio. Entre los tres nos las ingeniamos para apagar el fuego antes de que hiciera algo más que atractivamente chamuscar el acabado de falsa madera. No obstante, seguía siendo un shock. "Permiteme poner esto en claro... quieres que te matemos?" realmente no estaba preparado para esto. Aika asintió. "No creo que pueda vivir así. No estoy en el rollo de la 'dulzura y luz', saben? Deseo unirme a la JSDF, no a las fuerzas del bien." Abreviadamente, consideraba cuan buena la vida sería si todas hicieran esta clase de cosas al principio. Nos salvaría un buen de caminatas. Por otra parte, nadie nos pagaría por sentarnos y dispararles tan pronto entraran. Lo que me recuerda... "Ok, ningún problema. Nuestra tarifa es de quinientos mil, por adelantado. ¿Los traes contigo?" Debo admitir, estaba algo contento cuando ella se puso gris. "¿Quin-n-nientos mil? solo tengo tres mil." "Itami se encogió de hombros. Yo continué, "Sí, no podemos matarte a menos que puedas pagar la tarifa. Nos sentiríamos mal, sabes?" "No puedo conseguir esa cantidad de dinero!" "Trabaja para nosotros". Yo no había dicho eso. Miré fijamente Itami, y él devolvió una mirada de "Me sonó una buena idea al momento" Dicho prospecto inmediatamente la alegró. "¿Qué? No había pensado en eso... quieren decir que mataría niñas mágicas?" "Bueno, si, esa es la idea general". Itami, en que demonios estabas pensando? No iba a quedarme callado con esto. Carajo, que si sabremos sobre 'fuego amigable' por parte de niñas mágicas. Pero entonces, supongo que habría cierta ironía en eso. Heh. --- Escondimos a Aika en el cuarto posterior cuando llegó el tipo de Mizumo. Después de todo, no sería bueno asustarlo. En alguna parte a lo largo de la conversación, le hablamos de cambiar de nuevo a su forma normal (obviamente, fué su idea, y lo hizo antes de que se lo pidiéramos), y ella era de nuevo una muchacha potencialmente linda pero matada. Era espeluznante. La mayoría de estas muchachas...con un carajo ...puedes reconocerlas incluso cuando no están 'en caracter'. Itami salió a dar una caminata. Él no tenía exactamente un efecto relajador en los clientes, y definitivamente el ya necesitaba aire fresco. El individuo de Mizumo era un salaryman completo. Traje de negocios, corbata de negocio, tarjeta de presentación, el paquete completo. Quizá cincuenta libras de exceso de peso, pero el traje le quedaba lo suficientemente bien. Se sentó y deslizó un folder a través del escritorio. "Quisiéramos a estas muchachas... eliminadas". Abrí el folder para encontrar un passel de fotos, todas mostrando niñas mágicas. Había tres fotos de grupo (una de ellas estaba posando!), cada uno incluyendo una docena de las jovencitas y lo qué parecía un delfín. Las otras fotos me dieron caras, pseudónimos, y un poco de información sobre ellos. No voy a quejarme de si el cliente hace su propio trabajo. "Se llaman a si mismas la ecológicamente-consciente docena de la luz. Hasta ahora, han arruinado ocho plataformas petroleras, seis de los viejos modelos de petroleros gigantes, y bastantes de contratistas independientes de manejo de desechos". El trajeado tosió. "Recientemente, comenzaron a centrarse en nuestras operaciónes. Como usted sabe, seguimos siendo una de las pocas industrias pesqueras de ballenas en el negocio... " Realmente, no sabía. Asentir con la cabeza me pareció una buena ida sin embargo, y él continuó. "Tenemos solamente dos barcos-fábrica propios para procesar ballenas, debido a las regulaciones ambientales recientes. Hace dos semanas, estas muchachas atacaron y casi hundieron el Aoizumi, partiendo en dos nuestra capacidad operacional. Probablemente después atacarán el Akaimizu. Queremos emplearlos para detenerlas, por supuesto". Bien, hora del schmoozing estandar al cliente. "Hombre, los bajaron a solo una nave? Debe ser duro". El trajeado se alegró. "Realmente, estas regulaciones han sido un regalo del cielo a nuestra compañía. Con las restricciones en pesca de ballenas, podemos tomar nuestro máximo legalmente asignado por mandato con una fracción minúscula de los costos fijos incurridos antes de la regulación, y vendemos los productos en un margen de beneficio enorme, culpando una fuente restringida. Nuestras acciones nunca han sido mejores. Aunque, debo decir, si estos terroristas logran desabilitar el Akaimizu, estaremos en un serio apuro financiero". Ustedes podrían casi oír el sonido de mí parpadeo en schock. Ocurre que había más formas de mal en el mundo que la clase que engendraba youma o niñas mágicas. También ocurre que este individuo acababa de pedirme que me encargara de un maldito equipo completo a la vez. Oh, feliz día. "Podemos hacerlo, pero una docena es mucho que matar, sabe? Podía ser algo excesivo". "Estamos preparados para compensarle con su tarifa estándar... " Al -diablo- con eso. No hago tratos de 'Compre una, llévese once gratis' "...por cada una de las muchachas a que puedan confirmar eliminadas. Más una prima del doble esa cantidad, si el equipo completo es desbandado. Nos damos cuenta que es un trabajo peligroso, Yoi-san". Mantuve de alguna forma mi quijada lejos del suelo, pero la pequeña caja registradora en mi cabeza seguía haciendo 'ka-ching!' por el valor completo. No le dí importancia. "Señor, usted tiene a sus cazaproblemas". --- Me estacioné fuera del almacén y bajé del coche, checando la puerta dos veces para cerciorarme que estaba bien cerrada. No era exactamente la clase de vecindario en la cual te gustaría estacionarte después de todo. No viviría aquí. No trabajaría aquí. Carajo, no me gustaba particularmente venir de visita. Pero el Finn no viene a ti. Tu tienes que ir a él. Quizás mejor me explico. El Finn era nuestro distribuidor de armas, quien nos recibe los objetos robados, e intermediario en general. Él era el sexto Finn que habíamos usado; cuatro de ellos los dejamos cuando no pudieron surtirnos con el equipo necesario. El quinto fué atrapado por una niña mágica perdida hace seis meses. Todos se llaman a si mismos el Finn. Supuestamente, eso venía de un viejo libro de sci-fi gaijin, pero esa clase de cosas no eran mi estilo. Carajo, en serio que no me importaba como quisiera que lo llamaramos, este individuo tenía siempre lo bueno. A una esquina del almacén estaba el 'taller' del Finn. Bastantes herramientas, estantes de autopartes, piezas de armas y de cosas sobre las que realmente no deseaba especular, tarjetas de circuito cajas, todas apiladas de una manera que obviamente tenía mucho sentido para el Finn. En el centro de todo esto, atacando cierta clase de manija con un afilador, estaba el Finn mismo. El individuo era incluso más feo que los otros; más una rata que un ser humano, realmente, aunque él no era un mutante o un youma o cualquier cosa divertida como esas. Tan solo alguien a quien la naturaleza había decidido pegarle con la varita de la fealdad un par de veces cuando era pequeño... más de un par. "Hey, Finn". El roedor miraba desde su obra y sonrió. "Tienes mi envío?" "Ah, Yoi. Es siempre un placer verte". Finn recorrió hasta un estante de casilleros y abrió uno. "Aunque es mucho más agradable cuando llamas y me dices que 'el dinero no es problema'. "Me topé con algo de efectivo". Esto era verdad; esa pila que robé del impersonador de Ultra era un poco más de lo que estabamos acostumbrados a tener, y era un firme creyente en el principio de la reinversión cuidadosa. "Así pues, que has conseguido?" Finn sacó varias cajas cerradas, apilándolas en un banco de trabajo mugriento. "Es tu día de suerte, Yoi. Me impresiono yo mismo con mi habilidad y suerte, consiguiéndole todo este equipo". Mencioné que Finn tenía una tendencia a pararse el cuello? "Toma, te gustará esta". La primer caja tenía... un arma. Pistola, gruesa, clip grande. "Ya tengo pistolas, Finn". "Me lastimas, Yoi. Esto," él dijo, mientras gesticulaba al arma, "es prototipo de una fábrica genuina de Smith&Wesson. Pistola capaz de fuego en ráfagas, nueve milimetros, con un rate cíclico que solo ves ordinariamente en sistemas de defensa de punta en barcos. Te pone tres balas en el mismo agujero". Levanté el arma. Un poco más pesada de lo que acostumbro, pero tenía buen balance. "Suena bien. Confiable?" "No se ha atorado una vez. Me la llevé afuera y la probé con un par de cientos de balas. La muñeca la sentí como rota por una hora o más después. Para una nueve milimetros, tiene un friego de retrocarga". Finn gesticuló a otra caja. "Me tomé la libertad de prepararte algunos cartuchos. La primer bala es un penetrador kinético, en segundo lugar una expansiva, tercero un explosivo ácido. Diez cartuchos de treinta balas" . Treinta balas era un monstruo de cartucho para una pistola, resultaba. Bueno, de terminarseme, siempre puedo noquear a una de ellas con el cartucho. "¿Que más?" "Pruebate esto". Trajo una especie de chaqueta, que lucía como que definitivamente no era cuero. "Me gusta mi saco, Finn". "Te gustará más esta...". Me encogí de hombros y me la puse. Caliente, un poco tieza. "Espero que no pienses que está reforzada..." Mejor que eso. Un par de tipos la sacaron de uno de los tipos en el equipo de control de Youma #23, Has oido de ellos? Rayos, no sabía, pero Aika me sopló un poco... esos equipos eran la forma de nuestro gobierno de decirnos que tenían el problema youma bajo control, y siendo honestos, hacían un buen trabajo. El Youma promedio no tenía gran oportunidad contra poder de fuego militar, en todo caso. El 23, sin embargo, cometió un GRAN error; quedar atrapados entre sus blancos, un par de cosas que lucían como los hijos ilegítimos de Godzilla y Gamera, y un grupo de niñas mágicas determinadas en subyugar a los monstruos. El equipo sufrió un 80% de bajas debido al encuentro, mas unas cuantas victimas variadas, como mi nuevo amigo. Le daba todo un nuevo significado al termino 'fuego amigable' supongo. "Bueno, de hecho, rescataron algunos fragmentos, los llevaron a su cabaña en Osaka, y le hicieron ingeniería inversa. Consideralo como una prueba de campo". "Okay, que hace?" Finn sonrió. "Armadura de impacto. Se endurece cuando te golpean...mira". El sacó una barra de acero y golpeó con ella mi brazo, más rápido de lo que pensé un roedor podría moverse. Intenté moverme, pero igual acertó... y mi brazo completo se congeló un segundo, pero cuando se normalizó estaba bien. Carajo, ni siquiera lo sentí. Ahora era mi turno de sonreir. "Esto puede resultar útil". "No te confíes chico. Esa cosa no detendrá una bala, y seguramente tampoco funcionará contra lo que sea que tus pequeñas amigas usan. Había también otras cosas: una escopeta absurdamente recortada, un buen de munición para las armas que ya teníamos, y granadas de humo rosa. "¿Rosa?" pregunté. "Claro, rosa. Pensé que podría darte alguna ventaja". El podría tener razón en eso... no hay forma de saber -que- cosas esos monstruos pueden encontrar 'lindo'. "Oh, y una cosa más..." Finn sacó de su escritorio una pequeña resortera de cuero, llena con una docena de cuchillos. "Para Itami. Un herrero en Texas escuchó de ustedes; hizo una 'donación para la causa'. Quizás el pueda usarlos, no se. Entonces, crees que puedas llevarte una docena de ellos ahora?" Había pedido algo de eso la semana pasada cuando llamé, pero ahora no creo que fuera suficiente. "Probablemente. Puedes hacerme otras cinco docenas?" Alguna vez han visto a una rata palidecer? No es agradable. "Cinco jodidas docenas? ¿Que demonios pasa?" Le expliqué la historia completa. Habíamos corrido con suerte, encontrandonos solo a cinco de las sesenta y cuatro 'Caballeros Crayola', y personalmente no tenía prisa de encontrarmelas de nuevo, pero ustedes conocen las leyes de Murphy, y yo también. Me tomó casi una media hora subir todo al auto de forma incospicua y segura. Sin embargo, me sentía muy bien. ¿Saben? Creo que al fin se a que se refería mamá cuando hablaba de cuanto le gustaba ir de compras. --- "NO, no puedes venir con nosotros!" Si Aika fuera un poco más atractiva, hubiera llamado a lo que hizo un 'giro', pero dadas las condiciones, era más un berrinche que cualquier otra cosa. "No veo por que no... digo, esto va a ser dificil no? Necesitan mi ayuda!" "No, no la necesitamos. Y -dame- eso!!". Le quité la .45 que tomó del escritorio y la puse en su funda. Soy muy territorial con las armas. "Mira, no me importa que tan buena seas con un arma. Si vas y te matan no nos haces ningún beneficio" Aika paso saliva. "Um... supongo que podría, uhm, cambiar. Después de todo, las niñas mágicas no son fáciles de matar, correcto?" Sudé una gota suficientemente grande para llenar un vaso. "¿Y que pasará cuando de pronto esté rodeado y no vea más que fuku? Odio decirlo, pero no luces muy diferente de las otras uniformadas. Y NI pienses que puedes engañarme en dispararte por accidente!!" Después de todo, soy mejor que la gente que cazo, no? "Eso es cierto..." Aika se dió la vuelta. "No, lo es". Me lancé a cubierto detrás del escritorio de Itami, empujando a Aika al piso, y emergiendo de el con la escopeta. Nada que entre de -esa- forma por una ventana puede ser amigable. Especialmente cuando luce como un FEO buitre. Un feo buitre parlante? "HEY HEY HEY apunta esa maldita cosa en alguna otra dirección, BASTARDO!" Corrigo, un feo buitre mal-hablado. Aika subió a una silla, sobando su cabeza. "Murray, -no- hagas eso. Te he dicho que no me espíes, pajaro idiota..." El buitre bufó. "Estoy tan feliz respecto a todo esto como tu, perra. No es como si yo hubiera pedido esto tampoco". La gota de sudor estaba de vuelta, junto con su hermano mayor, y hermana. "Esperen un minuto! ¿Que carajos pasa aquí!?" Y ellos me dijeron. Murray, al parecer, era el pequeño amigo animal de Aika. Parece que estaba en 'el vecindario' de Osaka hará un par de semanas, vió un buen de cadaveres, y bajó por un bocadillo ...lo siguiente que supo, es que estaba vinculado a, en sus palabras, 'una atolondrada y ratón de biblioteca otaku militar sin ninguna idea de como pasarla bien'. Bueno, algo aproximado en sus palabras; no tengo ninguna necesidad de describir todas las maldiciones que usó. Ella tampoco estaba nada felíz de tener a un 'asquerozo carroñero' siguiendola. De hecho, aunque ninguno de los dos lo había dicho, supuse que ella ya había intentado deshacerse de el un par de veces. Me tomó media hora de para de reir antes de recordar el primer comentario de Murray. "Entonces, que más?". "¿De que hablas, tu jodido...um, oh si. Bueno, la cosa va así. Ella no se diferenciado todavía, la muy pendeja. Ese ñoño fuku es más bien algo así como la opción de default. Ella podría intentar mostrarse como algo diferente, de tan solo usar esa bola de estiercol que llama cerebro". Bueno, eso ciertamente tenía potencial. --- Cuando Itami regresó, traía un tubo de poster cubierto de estampillas postales; aparentemente, Itami hizo una parada por la oficina postal en su camino de regreso. Ni siquiera reaccionó ante el ave gigante. En su lugar, solo se sentó a abrir su paquete, sacando... Una katana de ornato con todo y funda. Oh genial. "Mira Itami, en serio espero que NO estes planeando usar esa cosa. Suena más bien como algo que nuestras pequeñas amigas harían". "Era de mamá. La maldición de la familia. La tornó un poco rara... dejó asomar dos puladas de la hoja y la temperatura del cuarto instantaneamente bajó veinte grados. Yo -juro- que ví pequeñas partículas negras bailando alrededor de la hoja expuesta antes de que la volviera a cubrir. Aika entró disparada desde el otro cuarto, trayendo consigo una de mis 9mm. "¿Que fué -ESO-?" gesticulé al arma de Itami, y ella se estremeció ligeramente. "Lo sentí desde el otro cuarto. Frío, oscuro, no se... maligno?" Oh, geeeenial. Lo último que necesito, un compañero portando un jodido señuelo para toda niña mágica en la ciudad. "¿Puedes sentirlo en este momento Aika?" "No lo creo, Yoi...quizás. Un poco?" --- Recordaré el trayecto hacia el embarcadero de Mizumo por un largo, largo tiempo. No porque el escenario fuese agradable, que no lo era. Tampoco por haber pasado todo el tiempo instruyendo a la pequeña Aika sobre todo lo que ibamos a hacer y el porque ella habría de esperarnos en el auto... sino porque le dí a Itami las llaves del auto y lo dejé -conducir mi auto-. Hojeamos los archivos que ya teníamos, que eran bastante buenos. Uno no escucha con mucha frecuencia sobre la ecologivamente- consciente docena de la luz hoy día. No han tenido mucha acción que digamos en los tres o cuatro años que tienen activas. Claro que si dejaran de perseguir contaminadores ilegales y comenzaran a patear youma como las niñas normales, ya serían heroes nacionales. Parecían tener un motiff de indole astrológica... cada una tomando el nombre y uno o dos ataques de un diferente signo zodiacal. Eso y una coordinación acorde de color en sus respectivoss fuku, lo cual me daba cierta ventaja suponiendo que pudiera recordar dichos datos en medio de la acción. Aries, Tauro, Escorpión, Piscis, y Leo todas tenían un ataque de energía estandar, nada que no se halla visto ya. Acuari era la especialista en teletransportación. Capricornio y Sagitario tenían poderes realmente complicados pero virtualmente inútiles en una pelea, de modo que no pensaba preocuparme por ellas. Virgo y Libra eran más de 'sensores' que ninguna otra cosa. Nunca habían visto a Geminis hacer algo especial de acuerdo a todas las fotos que le tomaron en su fuku amarillo brillante. Eso en particular me daba escalofrios; cada determinado tiempo uno está destinado a toparse con una de estas, y frecuentemente son del tipo que tienen uno de esos ataques 'destructores de mundos' o algo igualmente dramático. Algo que se supone que nunca deben hacer... a menos que las paniquées, en cuyo caso SIEMPRE es a lo primero que recurren; y dejenme decirles, ya una ves estuvimos a medio segundo del apocalipsis, menos mal que mi arma no se atascó. --- Estabamos listos, escondiendonos detrás de pilas de cajas, ellas se mostraron como una hora después. Los trabajadores del muelle se dispersaron inmediatamente; después de todo, si una docena de niñas de pronto marchan en medio de un ocupado distrito industrial en brillantes aunque monocromáticos fuku y largas varitas con símbolos de astrología occidental, simplemente no puede haber una buena forma como tomarlo. Los trabajadores, siendo gente que procura evitar estragos, se hicieron humo... y así es precisamente la manera en que me gusta. Hasta ahora, nunca he herido a un transeunte, y ayuda bastante cuando no están circulando por el lugar viéndome trabajar. Las dejamos rebasarnos. Nunca confrontes a un equipo de estos por el frente, es lo que hemos aprendido. Ellas siempre parecen caminar en la formación precisa que protege mejor a cada miembro del equipo, aunque jamás lograrás hacer que una de ellas te diga como lo hacen, porque ellas mismas no lo saben. Era tan solo la suerte, o el destino, o lo que sea que las hizo niñas mágicas en primer lugar influenciando los eventos. Ahora que a la inversa, cuando las despachas por la espalda tienes dos de tres ventajas. Primera, tienes ese esencial primer segundo de sorpresa, y frecuentemente puedes empacartelas completas con una linda arma con efecto de area en ese instante. Segunda, las agarras fuera de su pequeña formación, y no muy preparadas a pelear de espaldas. Tercera, tienden a dispersarse en diferentes direcciones en lugar de retroceder, dándole al oportunista (ese soy yo) la oportunidad de cazarlas una por una. Por mucho algo más seguro. Perdí el rápido piedra-papel-tijeras con Itami, de modo que me tocó el lado del muelle que dá hacia el mar para cubrir. Eso era malo, MUY malo, al menos dos de ellas tenían poderes relacionados con el agua y yo no era ningún nadador olímpico. Además, aquí yo no contaba con protectoras bodegas para esconderme detrás. No, estaba atascado en una pila inestable de cajas, muy probablemente llenas de material inflamable... bueno, al menos no contenían explosivos, solo no pregunten como aprendí a checar esas cosas. Primero lo primero pues. Saqué una granada de humo de mi cartuchera y retiré la espoleta. Nunca tires la espoleta, oh no. Ellas siempre escuchan la caida de un alfiler, un cliché demasiado onmipotente como para omitir. Encuentra la aleta en el agua, apunta, arroja, listo. Nada de advertencias por parte del señor delfín por hoy amigas. La granda de humo hizo un arco perfecto hacia el pequeño y lindo delfín, golpeando la aleta antes de detonar en una tremenda bola de fuego. La cosa explotó como si fuera una bomba de napalm, cubriendo varios metros cuadrados de agua de ardiente
