Y ahora, es tiempo de otro exitante episodio de...

Magical Girl Hunters

Episodio 12: "En las cartas" o "Shub-sotano"

Por John D. Evans )

Presentado por ImproFanfic )

Magical Girl Hunters creado por Aaron Shattuck

Precaución: Esta historia contiene ilustraciones de gente y cosas

muriendo en formas poco plasenteras, para no mencionar el fuerte

lenguaje. Si acaso esto los sorprende, entonces se nota que no han

leido los episodios anteriores de modo que... por que empiezan por

la parte 12???

Este episodio editado por mis personalidades alternas. Digan hola

chicos.

Cover: Hola chicos

Vedic: A pesar de lo que pienses, eso no necesita decirse.

Stalker: Hail Aaron!

Bandolier: COMENZEMOS CON ESTO!

Uh, bien... entonces, sin más preámbulos, los traemos en vivo con Yoi-

san. Yoi?

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Bueno, han sido unos días algo ocupados. Después de haber sido

atorado en un contrato, alquilado para otro, detenido-en-el-tiempo,

vapuleado, salpicado con substancias innombrables y disparado con una

increible variedad de armas... para no mencionar matar a sesenta y

cuatro niñas mágicas sin otra compensación que la de, quizás, no haber

sido asesinado... mucha gente en nuestra linea de trabajo se tomaría

un día de descanso.

Aunque no estoy muy seguro si de hecho hay más gente en

NUESTRA linea de trabajo.

El punto era... han sido unos días bastante ajetreados.

Después del asalto en el club feliz-feliz-alegre-alegre de Shubby

-chan, todos estabamos cansados. Itami y H regresaron a su

apartamento para 'recuperarse'. Estaba tratando de no considerar lo

que eso significaba...no por respeto a Itami, aclaro, sino porque

sabía que tal linea solo me engendraría bastante frustración. Aika

estaba presumiblemente en la escuela siendo repetidamente educada,

a menos claro que no hubiese tenido el suficiente descanso para

aguantar despierta durante las clases.

Eso me dejaba solo. Había sido considerablemente golpeado

por la creatura disfrazada de niña mágica (o quizás niña mágica

disfrazada de creatura... no estaba muy seguro). Sin embargo, los

poderes mágicos de Aika habían funcionado de tal forma que incluso

me levanté y fuí a la oficina como siempre, en lugar de quedarme en

cama y pasar el día gimiendo como pensé que haría.

De modo que heme aquí, sentado en mi escritorio y arrojando

dardos a la diana.

thunk

Escuché una vez de un músico famoso que solo era realmente

bueno componiendo en cama tomando té de naranja. Yo, por otro lado,

solo necesito arrojar algunos dardos. Era la única razón por la que

mantengo esa diana; jugar contra Itami es, si excusan el termino,

superfluo...el es demasiado bueno usando objetos afilados.

thunk

Eso me puso a pensar sobre esa espada que Itami había recibido

recientemente. El había dicho que tenía una maldición. También dijo

que la obtuvo de su madre, quien facellió en un tragico accidente con

un compactador de basura. Esa cosa parecía absorber la luz alrededor

cuando la desenvainaba. Lo más ennervante de todo, es que la vez que

lo ví usarla en combate, el tipo me sonrió.

thunk

Ahora, mi trabajo me forza a tomar una cierta perspectiva de

las cosas. Me doy cuenta que mi propósito en la vida es matar niñas

mágicas, las cuales no son solo jovencitas, sino también usualmente

escogidas campeones de la luz y las cosas buenas. Se podría habrir

un caso en mi contra por estar del lado del mal y oscuridad, y

tiempo atrás que ya me había reconciliado con ese dilema. Pero la

espada de Itami... esa me preocupaba. Parecía como si el estuviera

comenzando a ser controladopor una especie de fuerza oscura.

Realmente no me incomoda el que el disfrute su trabajo (carajo, yo

lo hago!), pero el era casi la única persona a la cual puedo llamar

un amigo, y maldito seré si lo dejo ser el tirere de algún poder

mayor (o inferior).

thunk

"Hey, costal de pus".

Ya tenía ua 9mm en mis manos listo para acallar la voz...

cuando la reconocí.

"HEY!" ¿Que te he dicho de andar apuntando con armas hijo

de..."

"Oh, hey, lo siento Murray". Bajé el arma. "Es solo que,

bueno, sorprender a alguien en mi linea de trabajo no es una buena

idea, sabes?"

Murray me miró friamente, y plegó sus alas. Dejenme decirles

que cuando un buitre se te queda viendo en verdád te sientes

observado. Sentí la necesidad de disculparme... pero entonces me dí

cuenta que no tenía la menor idea de como hacerle platica a un ave

de carroña.

"Entonces Murray...uh...que hay de nuevo?" dije después de un

momento.

Murray refunfuñó un poco y se meció de afuera a adentro en el

marco de la ventana. Tuve un extraño presentimiento de que había algo

sobre lo que le costaba trabajo hablar.

"Bueno, verás... es esta basura del 'compañero animal'. No

tengo idea de como se supone que trabaja. Digo, se todo eso de lo

que Aika puede hacer... lo que no se es por que se supone que ella

tenga que hacerlo.

"Ya veo" mentí.

"Me he estado preguntando si hay alguna forma de renunciar".

Me dedicó otra de sus miradas, como retándome a insultarlo. "No

pienso ser un feliz compañero animal y demás mierdas. Soy un

BUITRE carajo!".

"Entonces... veniste a preguntarnos, desde que tenemos...

experiencia con niñas mágicas". El movió sus ojos un solo poco, pero

en general transmitiendo una impresión de acuerdo.

Decidí que mi mejor apuesta sería la impersonación de operador

comprensivo que usaba para los clientes. "No estoy muy seguro de

que decirte. Verás, todas las niñas mágicas con las que hemos tenido

contacto son de 'equipos'. Los heroes curativos felices, la fuerza

de defensa Angel Idol...tu sabes. Este asunto de la 'niña

solitaria'... es nuevo para nosostros. Para no mencionar que nunca

habíamos escuchado de nadie siendo convertido en niña mágica contra

su voluntad". Me dí cuenta que no estaba siendo muy sutil pero,

desgraciadamente, en realidad no sabía que decirle...

Entonces se me ocurrió algo. "¿Piensas que pudo haber sido

Mashihaisha Ultra quien convirtiera a Aika en niña mágica?". Noté que

mi mano se estaba dirigiendo inconscientemente a tomar otro dardo. Lo

dejé volar y este golpeó la diana con un satisfactorio thunk. "Sin

embargo... ahora que lo pienso, probablemente no halla sido el,

puesto que el más bien parece estar interesado en a) matarnos,

b) desacreditar a las niñas mágicas, ambas requiriendo instrucciones

muy espeficicas. El no dejaría a alguien suelto de esa forma".

"No fué el" Murray añadió.

Mi mano se detuvo en el cajón de los dardos. "¿Como sabes?"

Hizo una mueca. "Magia. Tengo un sentido de animal mágico, o

alguna otra fregadera. Ultra y el tipo que nos hizo son diferentes".

Parpadée. "¿Puedes decirme algo más sobre Ultra? ¿Puedes sentir

quien es, o donde está?".

Murray dió vuelta a su cabeza, cosa que era bastante extraña

de observar. "No de esa forma. Es más bien como oler sus mentes o

algo. No lo se carajo. Solo puedo distinguir que son diferentes".

El miró directamente hacia mí con sus ojos vidriosos de buitre

"Pensar no es facil ¿sabes?. Antes era solo volar, comer, defecar,

quizás buscarme una hembra buitre de vez en cuando... simple. Ahora

tengo que preocuparme por las jodidas fuerzas del bien el mal. No

solo eso. también tengo que preocuparme sobre si realmente tengo

que preocuparme por eso".

Me tomé un momento para digerir el soliloquio. Me sentí

relajado de que Aika no era de un complot para matarnos... no por

Ultra al menos. Murray no parecía ser capaz de rastrear a Ultra,

cosa que hubiera sido util, pero quizás su 'olfateo de mentes'

podría sernos util después de alguna forma. Pero aún estaba el

misterio de quien había creado a Aika ...y también estaba la espada

de Itami, y otras cosas...

Dejé que un último dardo volara, ignorando el chink

mientras fallaba su objetivo. "Visitaré a un amigo mío quien podría

saber un poco más, Murray. Te dejaré saber de lo que encuentre... o

le diré a Aika, ella probablemente te pueda informar. Mantente en

contacto".

Murray ladró una risa. "Comienza y yo me mantendré en jodido

contacto".

Esa me detuvo por un momento. Humor de buitres, supongo.

-----

Aún cuando cazo niñas 'mágicas' para vivir, en realidad no se

nada sobre mágia en si. Por supuesto, tampoco he tenido alguna

necesidad . ¿Por que molestarme comprendiendo a las niñas mágicas

cuando bien puedo solo matarlas? Mi experiencia, por ende, es la

mayoría en el area de artillería. Sin embargo, tengo un conocido que

sabe un poco sobre las 'artes ocultas', como el las llama. No puedo

decir que el tipo sea el 'Finn' de la magia, pero me ayudó cuando

Sailor Mirth había maldecido mi cara con su Ataque de Amor y Sonrizas.

Si había alguien con algo útil que decir al respecto, era probablemente

el.

Caminando por Tokyo, noté un gran número de luces, arboles, y

gente plástica en trajes rojos iluminando las calles. Parecía que se

estaba aproximando esa epoca del año nuevamente. Con todas las carreras,

disparos, etc. que han estado consumiendo mi tiempo, no me había dado

cuenta que ya era diciembre. Ni siquiera le había comprado un regalo a

Itami. No es que le importe mucho; cada año le doy un videocasette de

luchas de sumo y el me dá municiones. Tengo la impresión de que el no

extrañaría mucho el paqueño intercambio si se me olvida, pero el gesto

supongo que es importante. Después de todo, como dije, el es la única

persona a la que puedo llamar un amigo.

Entonces me encontré preguntándome si comprarle un regalo a Aika.

Ella ya estaba comenzando a sentirse parte del equipo...y sobre ese tren

de pensamiento, bien podría regalarle alago a H también. Quizás si le

regalara más panties de vinil negro las modelaría para mi.

Promentiéndome una ducha fría cuando llegase a casa, finalmente

encontré el letrero que estaba buscando: 'Secretos del universo revelados!

Tarot, astrología, encantamientos shinto'. Nunca pensé que ese anuncio

tuviera fuerza alguna, pero aparentemente a Keikaku le gusta de esa forma.

Empujé la puerta, entrando a un cuarto pequeño y ordinario el cual

alguien había tratado de hacer parecer misterioso de alguna forma. Las

paredes eran azul claro con simbolos astrologicos negros en ellas, y

fotos de lugares exoticos y presumiblemente mágicos llenaban las paredes.

En el centro había una mesa redonda con un mantel rosa, en la cual un

hombre parecía jugar solitario con cartas de tarot.

"Hey, Keikaku," le dije.

"Yoi, pasa. Es bueno verte". Keikaku era alguien de aspecto simple,

peso promedio, algo delgado, cabello corto y negro. Vestía una túnica

negra, pero igual se veía ordinaria en el, inclusive comparandola con las

perdedoras túnicas de los cultistas de Shubby-chan. No se molestó en levantar

la mirada de su juego mientras hablaba. "Por favor, sientate... por cierto...

es esta visita de negocios o personal?".

"No lo se, cual es tu tarifa?" Le dí vuelta a la silla y la monté,

mirándolo desde el otro lado de la mesa.

"El dinero no es lo que importa, sino el espíritu del asunto. El

intercambio. Si buscas ayuda profesional, necesitas pagar... pero te daré

un descuento por ser un buen tipo. Digamos, 1000 yen por hora".

Nunca había entendido a Keikaku, y no estoy seguro de poder algún

día. Nada parecía serle de de importancia excepto su extravagante tienda

donde leía la fortuna de señoras viejas, y aún eso era bastante ñoño.

Casi sentía lastima por el algunas veces.

"Esto no deberá tomar mucho tiempo, pero aquí están 2000 de todas

formas. Me siento generoso el día de hoy". Saqué algunos billetes y los

puse sobre la mesa.

"Justo". Tomó el dinero lo puso en alguna parte de su túnica. Solo

entonces tornó su mirada hacia mi. "Siempre me gusta saber donde dejo las

cosas". Sonrió como haciendolo de algun chiste privado. "Entonces, como has

estado? ¿Como sigue el negocio?".

"Raro. En efecto, de eso es lo que quería hablarte". Procedí a poner

a Keikaku al corriente sobre los eventos recientes. No dijo una sola palabra

durante lo que duró el relato, siendo alguien del tipo 'pensar antes de

actuar'. Afortunadamente, el no tenía que preocuparse sobre niñas mágicas

disparándole, de modo que podía darse ese lujo.

¿Que puedo decir? yo vivo mi trabajo.

"Entonces me preguntaba si es que tendrías tu alguna pista sobre

cualquiera de estos eventos... tu sabes, cualquier cosa que decir sobre

cualquiera de los tópicos" concluí. "Me siento algo fuera de mi elemento

ahi, de modo que si puedieras darme cualquier respuesta..." me encaminé

afuera, y miré si hacia Keikaku para ver si aún me estaba prestando atención.

Keikaku estaba mirando la mesa. "Ya veo" dijo después de un momento.

"Bastantes cosas raras. Tendré que meditarlo por algunos minutos. Por

fortuna, acabo de ganar este juego, de modo que ya puedo usar las cartas".

Juntó las cartas y comenzó a barajear.

Ahora, esta es la cosa sobre Keikaku que nunca llegué a entender. El

tomaba estas cosas como si en realidad importaran. "Keikaku... mira, sabes

que te respeto pero... no crees que en realidad funcione todo esto ¿O si?

Digo, cultistas en túnicas negras haciendo rituales oscuros para alguna

deidad maligna, eso tiene sentido, pero poner cartas sobre una mesa se ve

simplemente...tonto".

"Ah, Yoi, tu nunca lo entendiste ¿O si?" Me miró casi con lastima,

cosa que encontré algo molesta. "No se trata de si las coas en realidad

funcionan o no, sino como te sientas tu sobre ellas lo que importa". El

suspiró, y cortó la baraja con una mano. "por ahora, limitemonos a hablar

del asunto..."

Keikaku comenzó a poner las cartas en un patrón presumiblemente

usado para leer la fortuna. "Tu hablas del bien y el mal como si fueran

absolutos. como si pudieras hacer una especia de malignometro y usarlo

para cazar demonios y abogados. No es de esa forma como trabaja".

"Oh, se a que te refieras" dije, empeñado en no parecer ignorante.

"Estás hablando del 'nosotros-ellos' en lugar de 'bien-mal' ". Un punto de

vista que había tomado de algún libro y encontré bastante racional y casi

perfectamente adecuado para mi linea de trabajo.

"Bueno, si, en cierto sentido" el dijo, mirando las cartas que estaba

dejando sobre la mesa. De pronto me llegó la idea que de que Keikaku hacía

esto más para concentrarse, de la forma que yo hago con los dardos. Quizás

a eso se refería con 'como nos sentimos sobre ello'. "Verás, hay muchas

fuerzas supernaturales trabajando en este mundo, algunas obvias y otras

sutiles. No creo que sea exageración el aseverar que todas están en el

mismo bando: el suyo propio. Aún así, podemos hacer algunas generalizaciones.

Por ejemplo, existen muchos grupos que buscan ganar poder en la sociedad

humana, o simplemente dominarla".

Esa me la sabía bastante bien. "La mayoría de mis clientes caen bajo

esa categoría".

Keikaku sonrió mientras consideraba las cartas. "Sin duda. Después

tenemos las organizaciones que sienten que vale la pena salvar a la humanidad

del mal".

"Niñas mágicas" dije, asintiendo.

"Probablemente. Pero entonces también tenemos las fuerzas que se

oponen ya sea a una o a la otra de las fuerzas anteriores, y no sienten

verdadero aprecio hacia la humanidad. Esas también abarcan niñas mágicas...

el giró una carta de la baraja y la observó. "La carrosa. Ayuda, triunfo,

guerra, presunsión, venganza..."

Una luz se asomó. "Si su único interés está en pelear con alguien

más...entonces no les importarán las victimas inocentes".

Keikaku sonrió nuevamente. "Probablemente no. También tenemos a los

fantasmas y demonios que actúan sobre pasiones humanas... venganza, ira, o

quizás solo odio hacia el mundo. Muchos demonios son, en efecto, fantasmas

humanos llenos de emociones bajas que se las ingeniaron para ganar poder

después de la muerte".

Miré fijamente para volver a tener esa sensación de 'en mi cabeza'.

"Y... esos podrían ser usados por, quizás, mis clientes?".

"Posiblemente. Pero ellos trabajan usualmente en otras formas. Por

ejemplo, tengo el presentimiento de que la espada de tu amigo Itami está

poseida por un espiritu el cual tiene una gran cantidad de odio hacia los

vivos. No todos quieren o alquilarte o matarte, Yoi".

Eso fué una pequeña sorpresa. "Entonces... no es una espada Maligna-

con-M-mayúsucula?"

"¿Que es el mal, Yoi?" Keikaku preguntó entretenido. "Desde mi punto

de vista, el mal solo tiene significado para los humanos... entonces, solo

las creaturas con deseos humanos pueden hacer cosas malignas. Digo, si un

terremoto mata a alguien no lo llamas maligno, desde que no tiene ninguna

intención. Por supuesto... a esa arma se le podría haber sido despertado

su espíritu como espada por un poderoso mago... pero no hay mucha diferencia

entre eso y posesión. Cinco de espadas; degradación, infamia, deshonor..."

Me dí cuenta que Keikaku se estaba yendo por la tangente, e intenté

pensar en algo para traerlo de vuelta. "¿Que hay de esos... cazadores de

Youma, Kyo y Mai? ¿Donde encajan ellos?".

El me miró por encima de las cartas. "Bueno, ellos podrían ser agentes

de algún poder similar a aquel creando a las niñas mágicas... o podrían ser

humanos con acceso a poderes mágicos que decidieron cazar Youma para proteger

a la sociedad. Policías auto-nombrados. De hecho, esa explicación me suena

mucho más plausible".

Asentí; Kyo y Mai lucían lo suficientemente humanos para mi. Como

que dudé que alguna intelligencia extraterrestre estuviera interesado en el

travestismo. "Muy bien...que de los cultistas y Shub-Niggurath? ¿Son malos

todos?"

"Una pregunta dificil", el dijo mientras giraba la carta de encima de

la baraja y la observaba. "Shub-Niggurath es una entidad extraterrestre. Sus

motivos son probablemente imposibles de entender para los humanos. Quizás

tiene tratos con los cultistas; ellos le ofrecen sacrificios, y ella les

ofrece los servicios de sus jovenes de la oscuridad".

Un montón de tuercas estaban girando ahora en mi cabeza. "Desde que

eso requiere de sacrificios, eso podría hacerla malvada en los canones

humanos... no es algo que el humano promedio pueda soportar. Y la gente que

la venera le ofrece sacrificios, lo cual probablemente encaje en la

difinición de mal". Noté a Keikaku mirándome con una sonriza extraña;

después de un momento me dí cuenta por que. "No me interesa que pasemos

a en cual categoría encajo yo, si es lo que estás pensando" le dije,

haciendo mi imitación de Itami para desalentar más discusión.

"Por supuesto" Keikaku dijo. "Tu dinero, tu plática". De todas

formas, soy un desarrollador web, no un psiquiatra".

Lo miré extrañado.

El me regresó la mirada. "¿Que, acaso piensas que esto paga mi

renta? Pero regresando al asunto..." El me mostró la carta que había

girado, tenía la imagen de una cosa con cabeza de cabra, y el titulo

'diablo'. "Otra cosa sobre los jovenes de la oscuridad de Shub-Niggurath

es que sus jovenes de la oscuridad son tan diferentes de la vida humana

que la mayoría los clasificaría como demonios, y ciertamente malignos.

Ellos probablemente no coexisten bien con los humanos".

"Si, pienso que es una afirmación razonable" dije. "Entonces...

este tipo Nigel Ramsbottom. De algún modo, no estoy convencido de que

nos halla contratado solo porque somos buenos matando gente. Pienso que

debe tener una razón para no encargarse de los cultistas personalmente.

Y tu?"

"Bueno, concuerdo contigo en una cosa... pero no estoy seguro de

que razón pueda tener. Quizás quiera en verdád salvar el universo... pero

pienso más bien que los cultistas interfieren con su agenda de algún modo".

Medité eso. "Si, eso tiene sentido. Eso solo me deja una pregunta.

¿Quien curó a Aika y la convirtió en una niña mágica... y por que?".

Keikaku me miró directamente. "Para estas alturas ya deberías

saberlo tan bien como yo".

Después de un momento, asentí. "Podría ser cualquiera de estas

'fuerzas'... pero en realidad no hay forma de afirmar nada ahora desde

el momento que estás implicando no saber de alguna forma para adivinar

quien fué".

"Correcto. Sin embargo..." giró la siguiente carta en la baraja,

y me miró de forma expectante.

Lo miré de vuelta. "Sin embargo... que?".

El indicó la carta. "La estrella; perdida y abandono, o

alternativamente esperanza".

Entonces capté. "Sin embargo, desde que nadie parece estar dándole

ordenes, probablemente no deberíamos estarnos preocupando".

"No me habías dicho que Ultra te alquiló para encargarte de

su propia niña mágica?".

Asentí, suprimiento un escalofrío. "Capitán Kawaii". Estaba tratando

de olvidar a aquella sádica chiquilla. "Definitivamente pensaba deshacerse

de ella... de modo que, si cualquier fuerza entra en descontento con ella,

se asegurará de que lo sepamos".

"Exacto. De modo que tu relájate. Si algo necesita hacerse, lo

sabrás". La sonrizita de Keikaku tomó un tinte maniatico.

Bueno, esto ha sido ligeramente productivo. "Es mi trabajo

preocuparme por cosas, Keikaku, es por eso que tenemos una taza de exito

del 99%, tu sabes; pienso en los detalles". Me levanté y dispuse a irme.

"Gracias por la asesoría...realmente ahora me siento en mayor control de

las cosas". Una bizarra imagen me vino a la mente de un par de manijas en

un rascacielos.

"Una cosa más antes que te vayas, Yoi. Bueno, de hecho dos" Me dí

la vuelta para ver a Keikaku palpando su túnica, como si hubieran bolsas

escondidas. De pronto sentí a Keikaku más entendible. Yo tenía bastantes

bolsas en mi abrigo. Sentí que este lazo se fortalecía cuando sacó un

cuchillo de alguna parte. "Esto es para ti".

"¿Que es?" pregunté, aun cuando era obviamente un cuchillo.

"Llamalo un talisman de buena suerte" el dijo. "Aunque es

básicamente un cuchillo".

"Si, lo noté, pero que hace?"

"No estoy seguro. Lo obtuve de un amigo, quien dijo que era un

antiguo cuchillo espiritual como la espada de Itami. Hasta donde se y

puedo sentir, quizás a algún sacerdote se le ocurrió simplemente ponerle

las manos encima y pronunciarlo mágico. Siempre puedes encajarselo a

alguien y hacerlo sangrar de no hacer otra cosa".

Normalmente no me molestaría con esas cosas, pero tras una buena

inspección resultó ser un cuchillo muy bueno. Era de hecho un 'Tanto',

un cuchillo japonés sin funda hecho con tecnicas japonesas para hacer

espadas. Usualmente uso cuchillos militares ordinarios, pero este parecía

como el arma de último recurso de algún samurai Tokugawa. Se que usualmente

pongo mi fé en plomo volador, pero después de que la preciada arma del

Finn se trabó en plena acción, esta lucía bastante bien. Además, era

mejor que mi actual arma de último recurso.

on.

"Bueno, Keikaku... este sucede que es un GRAN cuchillo. De modo

que si me dejas llevarmelo gratis, carajo, lo tomo". Me dí la vuelta y

noté un pequeño diseño 'ying-yang' en el mango. Levantando una ceja,

se lo señalé. "¿Y que es esto?".

"En este caso, simboliza balance. Lo pensé apropiado para ti". El

sonrió. "Solo una cosa... no se lo des a Itami. No creo que le guste a esa

espada suya".

Guardé el cuchillo. "Seguro. Nos acabamos de surtir en todo caso;

el ya tiene más que suficiente con que jugar". Ya estaba girando la perilla

cuando recordé otra cosa "¿Y que era la otra cosa?" pregunté, volviendome a

dar vuelta.

Keikaku miró sin dirección por un momento, y después regresó su

mirada hacia mi. "Ah si, era otra idea acerca de esos cultistas de Shub-

Niggurath de los que estabas hablando. Dijiste que los ibas a visitar de

nuevo mañana... y que los panfletos decían que ella era la 'guardiana de

los jovenes', correcto?"

"Si" de pronto, me surgió un mal presentimiento.

"Bueno... la pregunta es, a que Jovenes cuida?".

-----

Bueno, suficiente de andar molestando. Hora de ponerse a trabajar.

Llamé a Itami, y concordamos checar la dirección en la caja de

pizza esa noche. Obtuve los planos del lugar de los archivos de la ciudad,

como siempre, y entonces fuí a recoger a Itami para que pudiera ser

incomunicativo durante la jornada, como siempre. Una vez más, estabamos

observando una bodega abandonada. Esta ni siquiera había sido

acondicionada para lucir como una guardería. Sentí como si mi cerebro

se estuviera royendo su propia pierna para escapar del mortal aburrimiento.

"Entonces, Itami" dije.

Itami miró hacia mi.

"Er..." Intenté desesperadamente pensar algo que decir.

"...quieres escuchar algo de radio?"

Itami me dió una mirada de '¿te has vuelto loco?', la cual después

de un momento cambió en una de 'oh, está bien'. Se reclinó y encendió el

radio.

"--y no lo olviden, el concierto de beneficencia Idol se llevará

a cabo el próximo martes en el Sonrizódromo de Tokyo, compren sus boletos!

Ahora, continuando nuestra hora de Insomnio Nocturno de Tokyo Fun, aquí

está Lovely Angel Fighter Aiko con 'Hay alguien para ti'. Dedicamos esta

a todos aquellos a quienes cupido les está robando el sueño. Y recuerden...

siempre hay alguien para CLICK'. Apagué la radio y me sumí en mi asiento,

ignorando la expresión de Itami. Afortunadamente, ya había pensado en algo

sobre que charlar.

"Entonces Itami...ya te dijo H el por que no apareció para la

misión de reconocimiento hace un par de días?".

Itami sacudió su cabeza ligeramente.

Después de un momento, parpadée. "¿No te ha dicho donde estaba?"

"hrm" Itami gruñió.

Esto me pareció algo raro. "...has siquiera hablado con ella?"

"No la he visto".

Bueno, sabía que H estaba lejos de ser un miembro regular del

equipo. Quizás decidió que matar cultistas era una perdida de tiempo.

Sin embargo, realmente tenía la impresión que finalmente había podido

escarvar su camino hacia el, er, corazón de Itami, y que esta vez se

quedaría más tiempo.

Bueno, tampoco es nada nuevo el que yo sea un paranóico.

Itami silbó suavemente. Me sacudí de mi ensueño y noté a tres niñas

caminando hacia la bodega. Mi instinto de cazador de niñas mágicas me

alarmó cuando voltée a verlas. Ciertamente no eran del tipo obsesivo de la

lindura; sin embargo, había cierta confianza en su caminar. Pude distinguir

que eran gente determinada... dificil de vencer, como lo son las niñas

mágicas.

"Igual" murmuró Itami.

"¿Que?"

"Todas caminan igual".

Miré de vuelta a las niñas, y tuve el extraño presentimiento que

Itami estaba en lo correcto. Las tres niñas caminaban con el mismo paso,

y no hablaban mucho. Si tan solo caminaran sincronizadas, parecerían

soldados marchando. Afortunadamente, todas lucían diferente, o realmente

me habría asustado. Una tenía cabello azul que le llegaba a los hombros,

otra tenía cabello castaño rizado, y la tercera era castaña una cola de

caballo. Su ropa tmbién era diferente, pero casual y olvidable. Las niñas

desaparecieron en la entrada de la bodega.

"Lucían como niñas mágicas".

"Si".

Me voltée para ver a Itami. "Te parecieron... extrañas?"

"Si".

Esperé, pero no añadió nada más. "...¿piensas que puedan ser

niñas transformadas, como las que peleamos en el club de Shubby-chan?"

finalmente pregunté.

"Quizás".

Eso pareció terminar la conversación. El resto de la jornada

fué sin novedad. Nada entró o salió de la bodega durante todo el

tiempo, y eventualmente volví a prender el radio (en una estación

NO de Tokyo Fun desde luego). Finalmente, en las primeras horas de

la madrugada terminamos la jornada y acordamos vernos en la oficina

en la tarde para discutir lo que encontramos a la hora en que quedamos

con Aika y H. Llevé a Itami a casa y después regresé a mi apartamento.

Mis sueños fueron más raros de lo usual esa noche, llenos de creaturas

oscuras e inhumanas, así como de podadoras rugientes y descarriadas.