Capítulo V.
Quidditch Sucio
"Deberíamos cortar"
Si eso quería el, bueno…
Había mil chicos que jugaban todo por estar con ella.
Como el dijo, seguiría con su vida.
-Señorita Weasley¿me puede decir como se transforma una pluma en un espejo, por favor?-dijo Mcgonagall llamándole la atención.
Ella meditó y se dio cuenta que no lo sabía.
-Pues… no, en verdad no.
-Cinco puntos menos para Gryffindor-dicho esto, la chica tuvo que soportar las miradas enfadadas de sus compañeros. Desde ese momento prestó atención toda la clase.
Cuando hubo sonado la campana, salio del aula y se cruzó en el medio del pasillo con su hermano.
-¿Y¿Alguna idea?
-Lucius Malfoy-dijo ella simplemente.
-¿Él¿Estás segura?
-Si… hable con Draco y me di cuenta que era él ya que antes me había cruzado con Parkinson… además papá no es de esas personas… el preferiría decírmelo en la cara, y lo sabes.
-Eso es verdad… bueno, entonces… ¿Qué harás?-él esperaba que ella le dijera que iba a cortar. Ni se imaginaba que cerca estaba.
-Nada… no me importa ya-le dijo fríamente, siguió su camino y dejó a su hermano con la boca abierta.
-¡Eh, Hermione!-exclamó. La castaña se dio vuelta y le sonrió.
-¿Qué tal, Ginny?-preguntó.
-Bien… ¿tú¿Qué tal con mi hermano?-sonrió ella de manera pícara.
-Mmm… no sé si contarte-la pelirroja le mandó una mirada de odio- vale… quedamos en probar.
-¿Probar qué?
-¿Cómo que qué¡Probar entablar una relación!
Entonces ella comprendió.
-Ah… ¡Me alegro! Por fin… ya me estaba hartando que sigan así…
-Si, a mi también… ¿Y qué tal lo tuyo con Malfoy?
-Me cortó-dijo ella bajito.
-Disculpa… creo que escuché mal.
-Pues no. Cortamos.
-¿Por qué? Tan uniditos que parecían…
-La carta que me mandó mi padre no me la envió él… sino el papi de Draco.
Hermione abrió los ojos de la sorpresa.
-No me digas…
-Pues si. Y por esa estúpida razón me cortó.
-Bueno… pero piensa que capaz el lo hizo para protegerte…
-¿Lastimándome más?-la pelirroja estaba bastante resentida y estaba a punto de romper lo que tenga a su alcance.
-Si… bueno, no se… es que verás… su padre es mortífago… te puede hacer daño, y mucho.
-¿Te piensas que me interesa?-gritó Ginny. Ya explotó y muchos de los que estaban en el pasillo principal, donde habían ido caminando mientras hablaban, se dieron vuelta. -Te tendría que interesar. Él quiere lo mejor para ti.
-¿Y piensas que haciendo eso hace lo mejor?
-¡Si! Prefiere que te pongas mal por él antes que te mueras o algo parecido.
-Prefiero la muerte antes que estar sin el-gritó con todo. Ya todos armaban una ronda alrededor de las dos. No siempre las mejores amigas se gritaban así- Además¿ahora lo defiendes¿Recuerdas como te llamaba antes?
-Si, Ginevra. Por suerte, no tengo amnesia.
-Pues no parece.
-Mira-dijo ella tranquilizándose y usando un tono dulce-no voy a discutir por eso…
Ginny, tan enfadada estaba, que tenía más cerca a Hermione, entonces se descargaba con ella y le llevaba la contra.
-¡Yo sí!
-Bueno… entonces ve escogiendo bien a quien gritarle, por que yo no tengo ganas de llevarme toda la bronca porque te hayan cortado a TI. Porque por si no lo recuerdas a TI te cortaron y yo no tengo la culpa…
Ginny se quedó muda.
Entonces, antes de salir corriendo y llevarse a todos por delante, empujó con todas sus fuerzas a Hermione, quién calló con todo en el piso.
Empezó a correr y no paró hasta llegar al baño de Myrtle la Llorona. Ahí seguro que nadie le molestaría.
Cuando llegó, se sentó en el piso.
Pero no lloró. Pensó todo rato.
Reconocía que había sido muy dura con Hermione pero ella le había hablado hirientemente.
Y le dio en su punto débil.
-¿Tú también vienes aquí para llorar?-dijo la voz del fantasma.
-No estoy llorando.
-Pues parece que estás a punto.
-No voy a llorar.
Y estuvo mucho rato pensando.
Tanto que se quedó dormida ahí mismo y no despertó hasta las diez de la noche.
Se levantó con pesadez del piso y se encaminó a la sala común.
Cuando llegó, vio a Hermione con su hermano y Harry.
Pasó por al lado de ellos y subió a su habitación.
Se puso el pijama y se durmió a penas apoyó su cabeza en la almohada.
Ginny abrió los ojos.
Se dio cuenta que desde aquel día en que había discutido con Hermione había sido hace un mes.
A ella ni la miraba.
A Draco menos.
Se había unido mucho más con Harry y prácticamente, además de su hermano, era con el único que se hablaba.
Él le contaba todo y ella también.
Era increíble… de novios pasaron a mejores amigos.
-Ginny apúrate que llagamos bien tarde-dijo la voz de Patricia.
-Mmm… ¿Qué hora es?
-Las nueve… en quince minutos entramos a clase.
Se vistió, arregló su mochila y salió con su amiga.
Cuando iban por los pasillos, varios chicos se daban vuelta para observarlas.
Pero a ella no le interesó.
Había decidido no salir más con nadie hasta no estar preparada.
-¡Ginny!-escuchó que la llamaba una voz.
Se dio vuelta y vio a Colin Creevey corriendo hacia ella.
Todos los miraban.
-Ginny… mmm… el sábado hay salida a Hogsmade… ¿Quieres ir conmigo?-dijo el sonrojado.
-Oh… perdona Colin, pero mejor no. Gracias igual.
-¿segura?
-Si… si quieres, otro día vamos.
El sonrió y se fue como había llegado.
Ella suspiró.
¿Cuántas veces había dicho eso?
Dirigió una mirada alrededor y se dio cuenta que todos la estaban mirando.
Y sus ojos se chocaron con unos grises que inconfundiblemente eran de Draco Malfoy.
Ella dirigió su mirada a otra parte.
-¿Tengo algo en la cara o qué?- todos se dieron vuelta y siguieron con lo suyo. Sin embargo siguió sintiendo la mirada del rubio. Le dirigió una mirada recargada de odio y continuó su camino a clase.
No se iba a rendir.
Aprovechó para dormir en la clase de Binns ya que se había dormido a eso de las cinco de la mañana porque se quedó conversando con Patricia.
El sonido de las campanas la despertó y se dirigió a su siguiente clase.
Últimamente hacía eso (salvo lo de quedarse dormida, por supuesto)
Iba de clase a clase y cuando éstas terminaban. Iba a su habitación y sólo salía para cenar.
Luego de salir de botánica, fue a almorzar.
Se sentó al lado de Harry y empezaron a hablar del partido que tenían contra Slytherin la semana siguiente.
Habían competido contra Ravenclaw y ganado por mucha ventaja.
Estaban en los vestidores. Harry había dado algunas indicaciones y les deseó suerte.
Salieron al campo a máxima velocidad.
Ella miró con furia a los ojos grises que tanto amaba.
Él la miró apenado.
Un momento…
¿Apenado?
Pues eso parecía, sin embargo ella no se iba a dejar pasar así como así.
A penas empezó el partido, tomó control de todo y anotó un tanto.
Sonrió y miró con superioridad a Draco.
Él negó con la cabeza y empezó a recorrer el estadio buscando la snitch.
Cinco minutos después, el marcador iba 70-0 a favor de Gryffindor.
Ginny le quería demostrar que no se dejaría pisotear.
-Parece que Potter vio la snitch-exclamó la voz del estadio-y Malfoy le está siguiendo.
Ginny vio que Harry se dirigía a ella y Draco también.
Vio a la pelotita con alas que volaba alrededor suyo.
Ella se quedó quieta para que Harry la pueda agarrar.
Miró con su peor cara a su ex-novio para que él se desconcentre y lo logró. Se la quedó viendo y no se fijó cuando Harry agarró la pelota.
Ella le sonrió triunfante a Harry y lo abrasó con fuerza cuando hubieron bajado al piso.
-¡Ganamos Harry, ganamos!-gritaba ella.
Vio a Draco tirando la escoba al piso con fuerza y mirándole como no lo hacía desde hacía mucho tiempo.
Con odio.
Se separó de Harry y caminó hasta el rubio.
-¿Vienes a burlarte o qué?
-¿No puedo caminar por aquí?
-No-dijo secamente el rubio.
-¿Estás ofendido tú¿Acaso yo te corté a ti o fue al revés? Que yo recuerde tú me dejaste con el corazón partido en muchos trozos.
-Recuerdas bien. Pero yo no te dirigí esas miradas de odio ni hice que pierdas el partido¿o si?
-No. Pero yo no hice que lo pierdas. Yo i sólo te miré /i.
-No te hagas la tonta. Me miraste para que yo me desconcentre.
-¿Y si lo hice qué?
Fijó su vista alrededor y no vio a nadie.
Si quería, lo podía besar y nadie la vería.
-Que no tenías porqué hacerlo. Hice lo mejor por ti. No quería que mi padre te lastimara.
-¿Y pensaste que cortándome harías bien?
-Mi padre no hizo nada¿o si?
-No me importaba lo que haya o haga tu papi. Yo te amaba y no lo supiste apreciar.
Él tragó ruidosamente.
¿Lo i amaba?
¿Ya no?
-Así que Draco, si me hiciste. Me dañaste mu…
Pero no alcanzó a terminar.
Él la estaba besando apasionadamente.
Y ella le correspondía.
Cayeron al pasto y siguieron besándose.
Él metió su mano por la blusa y empezó a tocarle el vientre.
Llegó a su pecho y ella le detuvo.
-No quiero que sea acá… nos podría ver cualquiera.
El retiró su mano, sonrió y se levantó.
Extendió su mano, ayudó a levantarla y agarró su escoba.
Cuando ella agarró la suya, le siguió a él en el castillo.
Pasaron tres veces por el mismo pasillo hacia la sala de los Menesteres y apareció una puerta.
Luego hicieron lo propio.
