Capítulo VII
El Comienzo de la Guerra.
Ese día se había levantado con una corazonada.
Algo malo iba a pasar.
El comienzo de algo.
Algo que la iba a marcar siempre, aunque ella no lo supiera.
Miró a la mesa se Slytherin.
Él no estaba.
Hacía dos meses le había dicho que no lo perdonaba… que a Parkinson la habían echado.
¿Qué le había dicho en estos dos meses?
Nada.
Él no le dijo nada, ella menos.
¿Cuánto faltaba para terminar el año?
Pues nada…
Él se iría, ella se quedaría.
Capaz nunca más se volverían a ver y ella dejaría las cosas así.
No le diría que lo amaba desde aquel momento en el que él se lo dijo.
No le diría que lo había extrañado mucho.
Y así estuvo hasta la cena.
Las clases se le hacían cada vez más insoportables.
Todos los profesores estaban muy nerviosos este último tiempo y parecía que nadie sabía porqué.
Pero ella sospechaba.
Sabía que algo andaba mal.
Que él desaparecía por semanas.
Que su mejor amiga andaba muy nerviosa y que Ron trataba de calmarla a pesar de sus propios nervios cada día más notorios.
Sabía que el día de la Guerra Final se avecinaba y que Harry se iba por ello.
Esas vacaciones…
Hermione le había dicho que iban a destruir unas cosas llamadas "horcruxes".
Pero al final no fueron.
McGonagall un día se presentó en su casa y había hablado con su amiga, Harry y su hermano.
Ahora se daba cuenta que por eso no habían ido…
Pero… ¿para que servirían esas cosas?
Algo que ver con Voldemort, seguro.
Ya que estaba atando cabos…
¿Qué era lo que había hecho Harry esa tarde con Dumbledore el año anterior?
Desaparecieron los dos y nadie nunca supo.
¿No habrán ido a destruir uno de esos cosos?
Se dirigió a él.
Estaba hablando con su hermano.
Lo agarró de la túnica y lo arrastró hacia un lugar apartado.
Él la miró sorprendido.
Ella no era de hacer esas cosas, jamás.
-¿Por qué estás tan extraño últimamente¿Qué esta pasando¿Qué saben Hermione y Ron que yo no se¿Por qué no me dices la verdad?
¿Cómo decirle?
Para empezar…
Todas las semanas se iba con alguien de la Orden a destruir cada horcruxe que encontraban.
Ya habían destruido todos, salvo al propio Voldemort.
Ginny ni sabía de la profecía…
Ella no tenía que sufrir… ella no tenía que sufrir por lo que le iba a pasar.
Tenía toda la vida por delante.
Él no tiene porqué arruinársela.
Todavía la amaba.
Sabía que ella lo estaba de Malfoy… pero no controlaba sus sentimientos.
Y, a pesar de todo, estaba feliz por ella.
¿De eso se trata, no?
Si ella está feliz, el debería estarlo.
-Ginny… yo… no te lo puedo decir…
Se estaba dando vuelta cuando ella le musitó-¿Es por esos horcruxes, no es cierto?
-Si.
-¿Qué son?
-Cuando alguien como Voldemort, quiere ser como "inmortal", divide su alma en varias partes para que siempre este. Por ejemplo, cuando fue lo de el diario de Tom Riddle, ese era un horcruxe. Era un recuerdo, una parte de él. Para poder hacer eso, tiene que previamente matar a una persona. Es decir, cuando mató a alguien se volvió "impuro", entonces pudo separar su alma en siete elementos. Más o menos una cosa así¿entiendes?-dijo el porque vio su cara de asombro. Pero no era que no entendía… era que no sabía porqué justo ÉL tenía que matar a Voldemort cuando los otros podían.
-¿Por qué justo tú lo tienes que matar?
Él bufó.
-Cuando Sirius murió-un nudo se le hizo en la garganta-esa noche… Dumbledore me contó que yo estaba unido a Voldemort por una profecía… en la que decía que aquellos que habían retado tres veces al señor oscuros y su hijo naciera en la muerte del séptimo mes, el lo consideraría su igual… y que uno tendrá que matar al otro para ese uno pueda vivir. Y ese igual fui yo en vez de Neville.
-¿Neville¿Y porqué te consideró su igual?
-Porque yo soy de sangre mezclada y el también… su padre era muggle.
Ella no sabía nada… ¿Ahora se venía a enterar?
La guerra estaba tan cerca…
-Ginny… yo, antes que se termine todo, debo decirte algo…
-¿Qué cosa?
-Yo te sigo amando… y te voy a amar hasta la muerte… se que amas a Malfoy… y créeme que me gusta que estés feliz… pero creo que te lo tenía que decir… no se, tengo un mal presentimiento… como si algo malo fuera a pasarme… y creo que es el momento indicado.
-Harry… yo también… yo también presiento que algo muy malo va a pasar…-exclamó ella asustada.
Se fue a paso rápido a cenar.
Y así cenó.
Draco no había llegado.
Recién llegó cuando terminó.
Salió corriendo.
-Tenemos que hablar-dijo ella.
-Bien, vamos, pues.
En el salón no había nadie, mejor.
-Que Draco… tengo un mal presentimiento, Harry también y…
-¿Potter?
-Si.
-¿Te dijo finalmente que te seguía amando, no?
-¿Qué¿Cómo sabes?
-Por favor… no es muy difícil darse cuenta… te mira y se le nota en la cara.
¿Cómo no lo había notado?
-Bueno el tema es que… yo no me puedo quedar sin decirte algo…
-¿Qué lo amas y que te vas con él?-hacía suposiciones sin escuchar.
-No… que te perdono y que te amo a ti-y dicho esto le besó sin pensar en que, capaz, ese sería su último beso.
Y sonrió cuando él le correspondió.
-Que escena tan romántica… bueno hijo… por lo menos sé que no sos tan inútil, que sabes besar…-dijo la voz de Lucius Malfoy a sus espaldas. Ellos giraron asustados.
Draco se puso frente a Ginny protegiéndola.
-¿Qué quieres, padre?-oyó decir de la boca de él.
-¿Qué va a hacer? Demostrar que los sangres pura somos mejores que los sangres sucias, matar a Potter… ¿y porqué no? A tu noviecita.
Sintió un escalofrió en su espalda.
-Eso jamás.
Dicho esto, se aparecieron centenares de mortífagos en la escuela.
-Potter… el comienzo de la guerra está por empezar… prepárate… porque te queda muy poco tiempo de vida-se escuchó la voz de Lord Voldemort en todo el castillo.
Segundos después, los gritos desesperados no se tardaron en escuchar.
