Hiei, Youko y Yo.
Capitulo IV
Una pequeña frase puede hacerte sentir de mil maneras. Desde una inmensa felicidad, hasta una infinita tristeza. Puede alegrarte, entristecerte y hasta preocuparte. Hacerte sentir dolor, o simplemente matar tu corazón.
-Tenemos que hablar. –la voz de Kurama fue un pequeño susurró, apenas perceptible para Hiei, pero lo suficientemente fuerte para hacer que su corazón diera un respingo y comenzara a latir sin control.
La tarde había transcurrido rápido, después de todo, entre amigos el tiempo se va con velocidad, y ni siquiera se percató de ello. Caminaba despacio, un par de pasos más adelante, una larga cabellera roja se movía con un delicado vaivén, mientras su dueño daba firmes pasos rumbo a su casa. Se habían mirado después de esa frase y Hiei asintió en silencio. Kurama emprendió la marcha rumbo a su hogar, dando por hecho que el demonio lo seguiría. Y así lo hizo.
No tenía que girarse para asegurarse que lo hacía. Podía percibir el suave aroma del youkai junto con la suave brisa que le refrescaba. Sentía esa cálida sensación que emanaba de ese pequeño cuerpo, y su cuerpo se estremecía de placer. Era todo lo que necesitaba. Estar cerca de Hiei para que su cuerpo reaccionara con fruición.
Llegaron a la entrada de la casa de Kurama, Hiei mirando atentamente al zorro caminar a la puerta. No se movió, esperando quizá a que entrara. A Kurama le extrañó que Hiei no desapareciera en ese instante para entrar por la ventana, por lo que nervioso se giró para enfrentar al pequeño demonio.
-¿Quieres... quieres pasar? –dijo, abriendo la puerta, esperando a un lado, sabía que Hiei nunca aceptaba, tantas veces que lo había invitado, las mismas que se había negado. Como leyendo su mente y debido al nerviosismo del koorime agregó –Mi madre no está.
Dicho esto, Hiei se atrevió a entrar, pasando por el umbral, entrando a una casa que desconocía. Había estado cientos de veces en la habitación de Kurama, incluso había usado el baño, tomando una ducha. Pero jamás en ese pequeño saloncito.
Ambos se sentaron. Hiei en un gran sofá de color crema, frente a él una pequeña mesita de madera y cristal sostenía un florero repleto de hermosas rosas rojas, cortesía de Kurama, seguramente. El pelirrojo se sentó en un pequeño taburete del mismo tono del sofá. La poco luz que brindaba el sol se filtraba entre las cortinas, dándole una suave luz de matiz rojizo a la estancia. Como en un mutuo acuerdo ambos se giraron y se quedaron viendo a los ojos por varios segundos.
-Kurama yo... –comenzó Hiei. Pero en ese momento, como impulsado por un resorte, Kurama se puso de pie.
-Iré por Té. –gritó, desapareciendo rumbo a la cocina. Hiei sólo lo miró sorprendido y confundido por la extraña actitud del zorro, pero se limitó a echar la cabeza contra el respaldo del sofá, dejando escapar un suspiro.
"Es más difícil de lo que creí." Pensó. Tantas cosas que decir, tanto que aclarar, pero las palabras no salían con tanta facilidad. Sabía lo que tenía que hacer, pero el zorro tampoco lo hacía sencillo. Después de todo, él había pedido que hablaran, y ahora escapaba a la cocina, por un poco de esa desagradable bebida.
-¿Qué haces? ¡Regresa! Estaba a punto de decirnos algo... ¡y huiste como un cobarde!
-Lo sé. Sólo me puse algo nervioso. No es un crimen ¿sabes?. –le miró con reproche.
-Pero Hiei raramente nos habla en ese tono... tan sexy. –la sonrisa lujuriosa que adornó el rostro del Youko no pasó desapercibida.
-¿Sexy? Su voz se escuchaba igual que siempre. –gruñó, ya era bastante molesto tener que controlar todos y cada uno de sus impulsos cuando estaba con Hiei, como para tener que soportar las ideas locas y pervertidas de su ¿consciencia?
-Eres un caso perdido. La cuestión es que debes de decirle a Hiei cuanto lo amamos. –estrelló su puño contra su mano, afirmando con la cabeza.
-Muy ansioso ¿eh?
-Quiero estar con Hiei. Sentir sus suaves labios sobre los míos. Esas fuertes manos sujetándome por la cintura. Sus piernas enredadas en las mías. Su cálido aliento cerca de mí... –a cada una de sus palabras, los gestos de su cara y sus manos eran bastante sugerentes, como deslizar sus dedos por sus labios, dando claras muestras de lo que en realidad deseaba.
-¡Basta! ¿No piensas en otra cosa que en sexo?
-¿La verdad? –inclinó un poco su rostro y levantó una ceja, dispuesto a contestarle.
-No sé ni porque pregunté. –replicó, adivinando la respuesta que iban a darle.
-¡Hey! Que yo no pienso sólo en sexo. –el pelirrojo arqueó una ceja.
-¿Ah no? –se cruzó de brazos.
-No. Pienso en Hiei. En lo mucho que deseo sentir a Hiei dentro...
-¡Demonios! ¡Cállate de una buena vez! ¡Ya entendí que no sólo piensas en sexo, sino en sexo con Hiei! –el grito exasperado, hizo que el Youko diera un respingo, y se le quedara viendo con un poco de temor.
-Qué no pienso en sexo con Hiei. –contestó con un puchero y cruzándose de brazos -Pienso en hacer el amor con Hiei. –y Kurama pudo jurar en ese momento que no había visto una sonrisa más grande que esa, claro que no podía afirmar si la sonrisa era de felicidad o de lujuria.
-Es la misma exacta cosa. -refunfuñó.
-No. ¡Tú lo dijiste! No es lo mismo. –se defendió, señalándolo acusadoramente con el dedo y negando con la cabeza frenéticamente.
-Ya. –concedió.
-¿Acaso tú no piensas en Hiei? –la pregunta daba en que pensar realmente, claro que podía pensar en muchas y diferentes cosas, pero con una voz que en cada mínima oportunidad menciona al objeto de tus afectos, es un tanto difícil pensar en otra cosa que no sea... esto... Hiei.
-Claro, pero no es el centro de mi universo. Tengo amigos, familia, muchas cosas además de Hiei. –unos ojos dorados brillaron con suspicacia, ¿a quién pretendía engañar con esa mentira? A él no por supuesto. De cualquier forma, el pelirrojo lo negaría, eso lo sabía.
-Yo solo quiero a Hiei. Estar con Hiei. Hacer el amor con Hiei... –y la letanía venía de nuevo ¿no se cansaba de hacerlo ruborizarse con sus comentarios implícitos con sexo en cada frase?
-Vale que ya entendí. Hiei es lo único para ti. ¿Tienes que decir tanto su nombre?
-Deja lo pienso... –dijo sujetando uno de sus brazos y colocando la mano libre en su mentón, para después golpear con esa misma su palma y sonreír –Sí. Hiei. Hiei. Hiei. Es como música para mis oídos. No como esa basura a la que tú llamas música que sueles escuchar.
-Y yo que creí que teníamos los mismos gustos. –fue su turno para fruncir el ceño y hacer un bonito puchero que resaltó sus sonrosados labios.
-Los tenemos, era sólo para molestarte. –afirmó con la cabeza y sonrió... de nuevo.
-Ya, muy gracioso.
-¿Estas molesto? –se acercó, dispuesto a pasarle un brazo por los hombros.
-No ¿Por qué habría de estarlo? –el pelirrojo se escabulló, apartando con un empujón un tanto brusco el brazo que iba a posarse en sus hombros.
-Tiendes a decir "ya" cuando estas molesto. –dijo divertido por la acción –En fin. Termina de perder el tiempo y regresa 'ya' con mi Hiei.
-¿Desde cuando es tuyo? –la mirada asesina hizo al Youko reír un tanto nervioso, para recomponerse y mirarlo seriamente.
-Desde siempre.
-Ya. Dueño todo poderoso de Hiei.
-¿Lo ves? –y rió fuerte.
Kurama colocó un para de tazas en una bandeja y unas cuantas galletas en un platón. Y salió a donde había dejado a Hiei. Tuvo que contener al aliento al mirar al koorime sentado en el sofá, con la cabeza hacía atrás. Tenia los ojos cerrados como si estuviese dormido. Su respiración era acompasada y se le notaba bastante relajado.
Se acercó lentamente y dejó la bandeja en la pequeña mesita, tratando de no hacer ruido. Estaba a punto de acercarse al demonio, cuando este levantó el rostro y lo miró.
-¿Quieres Té, Hiei? –a lo que Hiei dio un respingo, quizá si no hubiese sido lo que él es, habría brincado del sofá y hubiese salido corriendo. Demasiados recuerdos, tan recientes que podía palparlos. Negó con la cabeza.
-¡Ah! Yo... –y Hiei se reprendió por sacar esa mirada de tristeza en el Youko, por lo que se obligó a contestar algo más rápidamente.
-Es que no se me antoja algo caliente ahora –muchas palabras, tanto interés mostrado, una respuesta demasiado rápida y ansiosa ¿Se daría cuenta Kurama? ¿Tan desesperado por complacerlo se había escuchado?
-Ya veo. ¿Un poco de helado entonces? –preguntó con una sonrisa que hizo que Hiei se sonrojara y asintiera. Kurama que había caído de rodillas después de que Hiei "despertara", se levantó rápido y salió rumbo a la cocina de nuevo.
"¿Por qué tenía que ofrecerme ese estúpido Té? ¿Acaso no se da cuenta que lo detesto?" Hiei puso sus manos en sus sienes y las masajeó con suavidad. "Podría decirle 'Kurama me gustas' pero es tan trivial y podría interpretarlo de otra forma... 'Te Quiero' ¡Nah! Es muy cursi para mí... 'Me como la asquerosa comida ningen que me das, acepto hacer cosas ridículamente vergonzosas y denigrantes, paso todo mi tiempo libre contigo ¿No te suena a algo?'... a mí me parecen suficientes motivos... aunque yo tampoco me había dado cuenta... pero se supone que él es más listo y debería notarlo... de todos modos es muy largo... quizá si digo su nombre como él dijo el mío la otra noche... '¡Kurama!' no, suena como cuando estamos en una pelea... 'Kurama' ese sonó muy patético..."
-Kurama...
-¿Sucede algo Hiei? –ahora si que Hiei se incorporó de un salto. Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que no se percató cuando el zorro regresó con un par de copitas llenas de una sustancia marrón y blanca, tampoco había notado que estuviese diciendo el nombre del zorro tan fuerte, que él recordara, todo lo había estado pensando ¿¡y si todo lo había dicho en voz alta?! ¿¡Qué tanto habría escuchado el zorro?!
-Nada... yo... quería saber de que sabor es... –murmuró, tartamudeando un poco, dejándose caer en el sillón. Kurama sonrió. Nada valía ver a Hiei en ese estado, agachando la cabeza, avergonzado por sabrá Dios que cosa, con su flequillo cayéndole por el rostro, sus manos como garras sobre sus rodillas, sintió enormes deseos de acercarse y abrazarlo, besarle el rostro, su cuello, deslizar sus manos por todo su... ¡Oh Dios! ¡Comenzaba a pensar como Youko!
-Te dije que somos uno. –murmuró una voz divertida.
-Es de chocolate y crema. Sabe bien. –esta vez se había arrodillado del lado en que Hiei estaba sentado, quedando relativamente cerca del koorime, no supo porque, pero pronto su mano se coloco frente a Hiei, sujetando la pequeña cucharita cubierta de helado.
Hiei lo miró con horror. Sabía que debía hacer algo, pero no qué. Temiendo una posible mala reacción abrió la boca, esperando. Por su parte Kurama tarde notó su error, pero ya no podía dar marcha atrás por lo que encaminó su mano hasta introducir la pequeña cucharita en la boca del Youkai, el cual, al sentir el frío y dulce sabor del helado cerró su boca con suavidad. Kurama comenzó a deslizar la cucharita fuera de la boca, Hiei cerró sus ojos, saboreando el delicioso sabor que le inundaba los sentidos.
En ese momento, Kurama perdió todo el control que había estado mostrando, y sin más se incorporó para sentarse junto al koorime para tomar sus labios en un furioso beso. Hiei al sentir como Kurama se sentaba junto de él, iba a levantarse, pero el zorro fue más rápido, sorprendentemente más rápido, y lo besó. Sintió la cálida lengua invadir su fría boca, regalándole una placentera sensación que lo hizo sonreír. Kurama por su parte saboreaba el dulce sabor del chocolate que aun permanecía en la boca de Hiei, y se alegró cuando sintió la sonrisa del youkai.
El beso se hacía más demandante, ambos luchaban por el control, ambos querían explorar hasta el fondo la tibia cavidad del otro. Y ninguno se rendía. Se separaron un poco en busca de aire. Kurama abrió un poco los ojos y se encontró a él recostado ligeramente sobre Hiei. ¿Cuándo se habían acostado en el sillón?
Hiei mantenía sus ojos cerrados y deslizaba sus manos por la espalda de Kurama, dando pequeñas caricias, se sentían tan bien las manos del demonio de fuego en su espalda desnuda... ¿espalda desnuda? ¿Cómo habían llegado a esa situación?
-Y luego el lujurioso soy yo. Se suponía que ibas a ha... a habla... ¡dioses! ¿Quién le enseñó a moverse de esa forma?
Claro que Kurama no estaba para sostener discusiones, ni para recordar conversaciones olvidadas. ¿Quién lo haría después de sentir las delgadas caderas de Hiei moviéndose despacito para incitarlo a seguir? Por supuesto que él no. Un nuevo beso fue compartido, en el que suaves gemidos subían por sus gargantas, ahogándose antes de ver el exterior.
Kurama comenzó a desabrochar uno de los cinturones que el koorime usaba, después otro. Sabía lo que quería y no descansaría hasta obtenerlo. Hiei por su parte deslizaba su lengua por los hombros del zorro, por su cuello. Claro que sabía que debían hablar, pero su cuerpo reaccionaba solo y cuando en un principio trató de resistirse, al sentir la suavidad de esa piel entre sus manos, olvidó por completo lo que quería decir.
Hiei sintió como sus pantalones iban deslizándose por sus piernas, sin salir completamente, y abrió sus ojos para encontrarse con una mirada esmeralda que brillaba con intensidad. El zorro deslizó su lengua fuera, pasándola por sus labios en un sugerente gesto que predecía lo que estaba a punto de hacer. Hiei sonrió y sintió cuando la humedad de la lengua del youko se posó en él.
El pelirrojo comenzó a deslizar su lengua con lentitud, disfrutando de la calidez que manaba y del dulce sabor que se combinaba con el del helado. Las manos de Hiei lo sujetaron con fuerza de la cabeza, acariciando el largo cabello rojo que se deslizaba sutilmente por sus dedos. Kurama se posó en la puntita de aquello a lo que le brindaba tal devoción, dispuesto a cubrirlo con toda su boca y succionar con suavidad y...
-¡Shuuichi estoy en casa! –se escuchó el suave grito de la madre de Kurama y como la puerta se cerraba con un poco de fuerza.
-¡Ahhhh! –gritó el Youko -¡Mátala! ¡Mátala!
Continuará...
Holas n.n disculpen la demora, pero el próximo prometo que no pasa de la semana y lo publico. Gracias por leer.
Jen Sweet o.o gomen por la tardanza, prometo que no pasa de nuevo, disfruta leyendo n.n
Yukii ToT por un momento creí que no te había gustado y casi me corto la venas con una galleta maria... es broma n.n gracias por leer, y si, a mi también me gusta cuando Hiei no es tan ignorante y sabe defenderse en la cama n.n
Vanne gracias mil por leer, y disculpa la demora n.nU
lastlightangel a mi también me vuelve loca Hiei O.o él y Kurama son mis personajes favoritos y los que a mi parecer tienen una mejor historia que los otros personajes.
Valsed je je je creo que no supiste cual fue la pregunta ni la respuesta... y tendrás que esperar un poquito u.u pero ojalá y este capitulo también te guste n.n
Saludos a todos y gracias por leer.
