DISCLAIMER: OBVIAMENTE, NADA DE ESTO ME PERTENECE. JK ROWLING, Y LA WARNER SON LOS DUEÑOS DE ESTE MARAVILLOSO MUNDO Y YO SOLO LOS TOMO PRESTADO PARA DIVERTIRME UN POCO.
HP Y LA ANTORCHA DE LA LLAMA VERDE
CAPITULO 1: TIA PETUNIA.
Todo era silencio en Little Whinning, Surrey. Las noches de verano eran tan calurosas como los días. Los habitantes de Privet Drive dormían con las ventanas abiertas, salvo uno de ellos, al que no le permitían abrir la ventana, ni salir de su cuarto mas que 15 minutos cada 5 o 6 horas, para ir al baño. Un chico próximo a cumplir 16 años, al cual le pasaban comida por un agujero en la puerta y al cual no dejaban hacer los deberes de vacaciones.
Harry Potter era ese chico. No era un chico normal, era un mago. Pero tampoco era un mago normal, era "el niño que vivió". Odiaba que se lo recuerden, pero era así. La comunidad mágica entera lo admiraba, ahora que sabían que era verdad que Lord Voldemort, el mago mas tenebroso de todos los tiempos, había regresado.
Harry Potter estaba en su habitación enrejada, como si fuera un preso. Intentaba no dormir, para no tener que soportar las malditas pesadillas que lo atormentaban cada noche. Tenía una gran variedad de ellas: sus padres muriendo, Cedric muriendo, Sirius muriendo y Voldemort, Voldemort que le decía cosas en parsel. Realmente estaba cansado de su vida. Todo era culpa de Dumbledore, por no haberle dicho como eran las cosas, por no haberle dicho la verdad, y Sirius había pagado las consecuencias.
Pero no era sólo eso lo que lo inquietaba. Habían demasiada culpa en su corazón, en su mente. Él llevó a Cedric directo a su muerte, al tomar juntos la copa del Torneo de los Tres Magos. Él llevó a Sirius a su muerte, al creer en Kreacher, al dirigirse al Ministerio de la Magia. Pero por mas vueltas que le daba al asunto, siempre llegaba a una misma conclusión: Él era el culpable, pero el responsable de todo era Dumbledore. Dumbledore no se había percatado de que Moody no era el verdadero, y Dumbledore no le había dicho lo que de verdad sucedía.
Dumbledore lo estaba utilizando para ganar esa estúpida guerra, cuando lo único que Harry quería era estar con sus padres y su padrino, lejos de todo. El viejo lo consideraba sólo un peón en un gran tablero de ajedrez. No era mas que eso. Por lo único que se interesaba en él era por su estúpida cicatriz. Ojalá todo hubiese sido diferente, ojalá Voldemort hubiese elegido a Neville en su lugar....ojalá....el sueño lo venció.
Y ahí estaba él, como siempre, caminando por un campo desierto, en el que no habían mas que arbustos y plantas desconocidas, sin señales de alguna persona. Pero esta vez era diferente, estaba seguro de que lo vigilaban, de que lo seguían, de que lo observaban. Empuñó su varita y giró bruscamente, para encontrarse cara a cara con Lord Voldemort.
La figura alta, esquelética, imponente de su enemigo estaba frente a él. Sus ojos rojos parecían incrustarse en los suyos, y su boca se curvaba en lo que parecía una amigable sonrisa. Pero por alguna extraña razón, se sintió seguro, su cicatriz no le dolía, no tenía miedo, estaba listo para enfrentar su muerte.
-No voy a matarte Harry. –siseó Voldemort acercándose a él. –Sé que es lo que deseas, pero no voy a matarte.
-Por qué? Por favor...termina con este suplicio...mátame...
-No. –dijo Voldemort nuevamente –Antes de morir, creo que deberías considerar vengar a tu padrino, Harry. Vengar a Sirius Black.
-Qué quieres decir?
-Te lo diré bien clarito: Por qué fue Sirius a Azkaban?....Porque Dumbledore no confió en él y ni siquiera tuvo la inteligencia de preguntarle qué había pasado. Por qué Sirius se sentía tan frustrado el año pasado? Porque Dumbledore no lo dejaba salir de la pocilga donde estaba encerrado. Por qué Sirius murió? Porque Dumbledore no te advirtió de la profesía, porque no te dijo que yo te iba a usar para obtenerla, y tu fuiste, y él fue a protegerte.
-No! Eso no es verdad! Está muerto porque Bellatrix lo mató!
-Eso es cierto...podrías matarla a ella también...pero nada hubiese sucedido si Dumbledore te decía la verdad por una vez en tu vida....
-Basta! Es mentira! Vete!
-Me voy Harry...pero recuerda....El viejo te está usando, porque él no puede matarme....
-VETE! NO QUIERO ESCUCHARTE!! VETE!!!
-Harry....Harry...Harry...
-VETE!
-Harry! –dijo una susurrante voz, muy diferente a la de Voldemort, atrayéndolo a la realidad.
-Tía? –preguntó Harry enfocando lo mejor que podía a la mujer que tenía enfrente suyo, sentada en el borde de la cama.
Petunia lo atrajo hacia ella, lo abrazó como nunca antes lo había hecho, lo contuvo, le susurró palabras de aliento. Harry no entendía bien que era lo que pasaba. Era cierto que su tía Petunia ya no lo trataba como escoria, pero tampoco se había comportado de ese modo desde que él había vuelto de sus vacaciones.
-Pue...puedo hacerte una pegunta tía?
-Claro. Te responderé tus dudas...pero debes prometerme que no dirás nada. –dijo Petunia sonriendo, mientras retiraba el cabello humedecido por el sudor de la frente de Harry.
-Te lo prometo –dijo Harry, que sospechaba que esto seguía siendo un sueño –Cómo sabías de los Dementores? Por qué....por qué me tratas....eh...bien?
-Mira Harry...esto no es fácil. Yo...hay un mago en nuestros antepasados. No se bien quién es...pero eso no es lo importante. La cosa es que nosotros creíamos que ya se había acabado la magia en la familia....pero no era así....
-No entiendo....
-Harry...no somos muggles. Desde ese mago en adelante, somos squibs, salvo Lily.
-Qué? Tu...tu....
-Si Harry. Lo siento, yo no quise mentirte. En realidad, si quise. Es que....me costó demasiado asumir que tu madre era una bruja...y tan buena. Y después se casó con James...y yo me casé con Vernon, y él odiaba todo ese mundo y....
-Tia...por qué nunca me dijiste? Yo creía que tu me odiabas y...
-Harry..ya lo sé. No entiendes aún? –dijo Petunia apesumbrada –Yo envidiaba a Lily con toda mi alma, y a ti por extensión. Yo quería ser una bruja también, y sólo soy una maldita squib.
-QUÉ? –gritó Vernon desde la puerta.
-Ver..Vernon.... –dijo Petunia temblando de pies a cabeza.
-TE VAS MUCHACHO! YA HE TENIDO SUFICIENTE!! ESAS COSAS ATACARON A MI HIJO Y AHORA....ESTO!!!
-NO SE VA A NINGÚN LADO! –dijo Petunia enfrentándolo.
-QUE??? TE HAS VUELTO LOCA!!!
-No Vernon. Harry se queda y si no te gusta lo lamento –dijo Petunia seriamente.
-AGRRR! Está bien. Se queda...EN LA ALACENA! SE VA DE ESTE CUARTO!
-Pero...
-Está bien tía...me quedo en la alacena. Ya me voy para allí. –dijo Harry aún confundido, se levantó y se dirigió a su viejo y nuevo "dormitorio" debajo de las escaleras.
Harry pasó todo el día en la alacena debajo de las escaleras. Todo el día escuchando como Vernon gritaba a Petunia por cualquier cosa y la trataba aún peor que a él. Otra vez la culpa. Si él no hubiera preguntado a su tíá que era lo que pasaba, entonces Vernon no hubiera escuchado su conversación y todo seguiría normalmente. Pero claro...cómo iba a esperar que sucediera algo normal en su vida?
Cuando cayó la noche, Harry se sentó en el suelo, pues si se sentaba en la pequeña camita, la cabeza le tocaba el techo y se tenía que encorvar. Una vez en el suelo, comenzó a meditar, como siempre, sobre sus con Dumbledore. O era las culpas de Dumbledore, compartidas por él? Poco a poco cayó en un sueño.
Otra vez ese mismo campo, sólo que esta vez, Voldemort lo esperaba frente a él, sonriendo y sin varita visible. Harry intentó sacar la suya, pero no la tenía. Voldemort rió, pero no fue una de sus escalofriantes risas, sino mas bien...amigable?
-Buenas noches Harry.
-Qué demonios quieres? Déjame en paz! Ya no quiero que me sigas molestando...
-Harry...sabes que eso no es posible...vengo a proponerte un trato.
-Ja! Un trato? Estás completamente loco si crees que voy a confiar en el asesino de mis padres!
-Es muy sencillo –continuó Voldemort sin hacer caso a lo que dijo Harry –Quiero que unamos fuerzas. Prometo no matar ni lastimar a ninguna de las personas que tu marques como "intocables".
-Y qué quieres a cambio?
-Tu poder. Te quiero conmigo. No un simple mortífago. Con el entrenamiento adecuado, creo que podrías ser mi mano derecha...mi igual. Juntos podemos hacer que todo sea como debe ser. Podemos reinar...y tu te podrás vengar del viejo loco.
-ESTAS COMPLETAMENTE DESQUICIADO! JAMÁS ME UNIRÉ A TI!!
-Se que quieres vengarte Harry...lo se....somos iguales...tu y yo.....acepta Harry....
-VETE!!! YO NO SOY COMO TU!!!
-Podrás matar a Bellatrix, no me opondré –dijo Voldemort sin escuchar sus gritos.
-NO ME ESCUCHAS? VETE!!!
-El chico te dijo que te fueras Tom. –dijo una voz femenina, dulce, suave, angelical, armoniosa.
Entre Voldemort y Harry apareció una tercer figura. Una mujer alta, esbelta y cubierta completamente por una capa blanca, resplandeciente. A su alrededor, un rasplandor de luz blanca brilló cegando a ambos participantes del sueño. Luego se acercó a Voldemort y lo obligó a irse. Cuando el Señor Tenebroso desapareció, la mujer giró para quedar frente a frente con Harry.
Era realmente hermosa. Facciones delicadas, como si fuera una perfecta estatua, moldeada por el mejor de los escultores. La capucha blanca tapaba su cabello, pero aún así, Harry creyó ver unos mechones rubios, platinados, casi blancos. Sus ojos grices eran mas bien plateados, y no había un rastro de maldad en ellos. Por un momento, Harry creyó estar viendo un ángel.
La mano blanca de esa mujer se acercó al rostro de Harry, que no sentía miedo, sino felicidad. Por primera vez en las tres semanas que llevaba de vacaciones, Harry Potter era feliz. No quería que ese momento terminara, esta vez, quería dormir para siempre.
-Debes despertar ahora Harry. –dijo la mujer, casi cantando, y llenando de dicha el corazón del morocho. –No volverá, eso te lo prometo...
-No....
-Harry...despierta. Tu tía está preocupada. Yo velaré por tus sueños....Despierta...
-No quiero despertar...
-Despierta....
La voz de esa mujer fue poco a poco confundiendose con una voz ya conocida para Harry. Al abrir los ojos, se encontró con su tía Petunia, arrodillada frente a él. Lo miraba con pena, pero aún así, con amor.
-Estás bien? Una pesadilla con.....
-No... –dijo Harry sonriendo –Comenzó con Voldemort –Petunia sufrió un escalofrío –Pero luego apareció alguien...
-Alguien?
-Una mujer...hermosa. Parecía un ángel y...
-Probablemente era un ángel Harry. Ya no te preocupes, si apareció una vez, va a volver y te va a cuidar mientras duermes.
-Un ángel?
-Los ángeles existen Harry. Son criaturas hermosas, perfectas e inmortales. No se dejan ver a menudo, lo que significa que eres especial.
-Tu cómo sabes?
-Los squibs sabemos leer Harry....y en casa había muchos libros cuando tu mamá y yo eramos pequeñas...
-Lo siento –dijo Harry recriminándose ser tan bestia con su tía. –Te estoy trayendo problemas. Tío Vernon...
-No importa. Tengo que reparar mis errores pequeño. Te traté muy mal toda tu corta vida y tengo que hacer las cosas bien esta vez..
-Gracias.
-No tienes por que agradecerme. Ahora –dijo Petunia saliendo de la alacena –hoy no comiste nada...ven, te guardé un poco de la cena.
Harry siguó a su tía hasta la cocina, donde ella lo obligó a sentarse y le dio de comer. Un delicioso pastel de carne con verduras, ración doble, fue la comida del día. Petunia lo observaba comer hambriento, y seguía reprochándose los malos tratos que le había dado durante los años anteriores. Al finalizar la comida, Harry agradeció y se fue a dormir. No mas sueños con Voldemort, no mas ángel.
Una semana pasó desde la revelación de tía Petunia y las cosas en la casa de los Dursley iban de mal en peor. Duddley y Vernon gritaban y humillaban a Petunia por cualquier motivo y en cualquier momento. Ella, sólo bajaba la cabeza y se limitaba a no prestarles atención. Las palabras e insultos eran demasiado hirientes, ellos eran su hijo y su marido, y ahora la trataban como si fuera una asesina o peor.
Harry se sentía demasiado culpable por su tía. La culpa era tan grande y por tantos motivos, que no dejaba de pensar en SUS muertos (como él llamaba a sus padres, Cedric y Sirius) y su tía. Si no fuera por él, todos hubieran tenido una mejor vida. Estarían vivos ahora. Esa noche iba a hablar con su tía.
-Estuve pensando... –dijo Harry interrumpiendo su comida –Quiero irme de aquí.
-No! Harry, por favor. No puedes irte. Ya falta casi un mes. Mañana es tu cumpleaños. No te vayas. Es peligroso.
-Pero...es que...
-Yo se que es difícil. –dijo Petunia acariciándole el hombro –Pero tienes que ser fuerte. Tienes que quedarte en casa.
-No quiero. Ven conmigo. –dijo Harry mientras él mismo se sorprendía de estar pidiéndole a su tía que abandone a su familia.
-Sabes que no puedo hacerlo. Vernon y Duddley son mi vida. Tengo que quedarme aquí y tu no puedes alejarte tampoco.
-Está bien. –dijo Harry a regañadientes.
Luego de la cena, Harry entró en la alacena, tomó una lapicera y un papel y escribió una nota para su tía Petunia. Acto seguido, cargó todas sus cosas en el baúl (no eran muchas las que podía tener afuera), tomó la jaula de Hedwig y se dirigió a la entrada de la casa.
Rápidamente caminó unas cuadras bajo la capa de invisibilidad de su padre, impidiendo así que el gato de la Sra Figg que se encontraba en la vereda fuera a avisarle. Cuando estuvo seguro de que nadie lo había visto ni seguido, se quitó la capa y la guardó en el baúl. Abrió la jaula de Hedwig dispuesto a decirle que lo espere en La Madriguera, pero pensó en una segunda opción.
Le dio órden a Hedwig de que no se moviera de la casa de sus tíos, que vigile desde el exterior si algo le pasaba a su tía. Si Vernon o Duddley continuaban con sus malos tratos, debía volar hacia él y entonces iba a tomar cartas en el asunto. La última órden fue que por mas que el mismo Merlín le envié una carta, no debía moverse de Privet Drive, no quería ser encontrado por la Orden.
La lechuza ululó en disconformidad con su tarea de espía, pero aún así le dio un suave picotón de despedida, y regresó a Privet Drive, posándose en el techo de la casa de sus tíos. Esa casa en la que nunca antes había recibido cariño, pero que ahora...ahora al menos, había una persona que no le tenía miedo, asco o repulsión.
Qué hacer a partir de ese momento? A dónde ir? De algo estaba seguro...la Orden no debía encontrarlo, o lo harían regresar a lo de los Dursley. Tenía que encontrar un buen refugio. Pero...dónde? En el mundo mágico todos sabían quién era él. En el mundo muggle era sólo un chico desconocido con una graciosa cicatriz en la frente.
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO.....
NO CUESTA NADA UN REVIEW... POR FAVOR?
BESOS
BARBY
