DISCLAIMER: Nada de este mundo de fantasía me pertenece. Todo es propiedad de JK Rowling y sus asociados.

CAPITULO 12: EXTRAÑAS ACITUDES.

La primer clase de defensa contra las Artes Oscuras llegó demasiado pronto. Todos los alumnos sentados en sus pupitres, enfrentando el lugar donde debería estar la profesora.

Los comentarios que circulaban por los pasillos del castillo era que las clases eran absolutamente fabulosas y que no había nada que "Miss Caroline" no supiera.

Harry se encontraba contrariado con la nueva profesora. Por un lado, deseaba confiar en ella, tal como Idril le había pedido; pero por otra parte, su confianza había sido aprovechada tantas veces en el pasado. Decidió que lo mejor, era esperar a conocer a la profesora.

El Niño que Vivió tomó asiento en el fondo del salón, evitando a Hermione y a Ron, que ya se habían encaminado hacia el frente, por recomendación de Ginny.

Neville fue el que ocupó el asiento a su lado, y Harry le sonrió con algo de simpatía. El muchacho gordito reflejaba en sus ojos la preocupación por él, pero no hacía preguntas y, gracias a todos los dioses, no le tenía lástima.

-Buen día clase -la voz de la profesora sacó a Harry de sus cavilaciones.

-Buenos días Miss Caroline -respondieron todos los Gryffindors de Sexto año con voz montótona.

-Si todos están aquí es porque han tenido un buen desempeño en sus MHBs, por lo que los felicito. Para conocerlos un poco mas, voy a pedirles que la próxima clase me entreguen un pergamino con sus calificaciones, opciones de carreras, sus materias favoritas, los temas que les gustaría desarrollar este año en esta materia y, por supuesto, sus nombres.

Harry escuchaba a su nueva profesora, pero sin prestarle atención verdaderamente. Lo que sí hacía era examinar sus movimientos corporales, sus ojos, sus manos, buscando algo que le indicara que no debía confiar en ella.

Pero por mas que se esmeraba, no podía ver nada agresivo en la profesora. aunque cierto era que tampoco tenía esa falsa dulzura de Umbridge, por lo cual estaba agradecido. La profesora caminaba entre los bancos, dando algunos detalles ams de las clases, hasta que se detuvo frente al suyo.

Harry suspiró. Ya sabía lo que se venía a continuación. "Harry Potter, es un gran placer conocerte". Podía escuchar, en su mente, los estúpidos cumplidos por algo que no había hecho cuando era tan sólo un bebé. Pero grande fue su sorpresa cuando no fue lo que pasó.

-Tu eres Longbottom, ¿verdad?

-Er... si. Neville.

-Encantada pequeño. Te pareces mucho a tu padre, aunque... mirandote mejor, tienes mucho de tu madre. -todos en la clase miraba el intercambio sorprendidos -Me gustaría hablar contigo.

-Cla... claro profesora.

-Bien. -Miss caroline regresó al frente de la clase -Como les iba diciendo, este año veremos no sólo hechizos, maldiciones y conjuros; sino también algunos... "personajes" oscuros, y otros que el común de los magos tiende a calificarlos como tales, pero que no lo son.

La clase se removió inquieta. A nadie le gustaba el tono con el que se había referido al "común de los magos". La profesora no pareció notarlo.

-Hoy hablaremos de las Sirenas. Me gustaría saber sus opiniones sobre ellas. ¿Las consideran criaturas oscuras o no? ¿Han visto alguna vez una? -Caroline hizo una pausa, observándo a sus alumnos, hasta que vió que se levantaba una mano y sonrió. -Señorita Granger.

-No hay duda que las sirenas son criaturas oscuras. Todos los libros nos dicen que arrastran a los hombres a la perdición, incluso suelen comerse a sus propias víctimas, pero su peor acto es que retienen las almas de las víctimas bajo el agua. -Hermione ofreció su discurso completamente apoyada por, seguramente, miles de libros que habría leído en algún momento.

-¿Alguien más? -nadie respondió -¿Nadie vio nunca una sirena? -preguntó Caroline desilusión.

-Yo. -dijo Harry de pronto. -Yo vi Sirenas y Tritones el la segunda prueba del Torneo de los Tres Magos.

-Cierto. Ambas familias habitan el Lago. Y dime Potter ¿alguno de ellos intentó algo contra tí?

-No. Sólo... sólo se negron a ayudar.

-Excelente. Verán, las Sirenas, al igual que los Tritones, son seres muy amigables si se sabe tratarlos. A diferencia de la creencia general, su piel es cetrina y sus ojos son verdes, rojos o amarillos. Su cabellos suele ser de un color verdoso bastante desagradable, pero muy útil para ocultarse en el agua. El problema con estos seres, es que la mayoría de la gente le tiene miedo por los relatos e historias sobre su "maldad natural", que no es mas que un mito. Las Sirenas son guardianas del fondo del mar, lago, río o laguna en la que habiten, y viven en comunidades junto a los Tritones. Ambas especies mantienen la armonía dentro del agua y, debo agregar, están muy organizados en su vida en comunidad. -Caroline hizo una pausa, que fue aprovechada por Lavender.

-La profesora Trelawney me ha dicho que ver una Sirena es un muy mal augurio.

-Brown, ¿verdad? -la alumna asintió -Sin intenciones de faltar el respeto a una de mis colegas, debo decir que esa noción también es falsa. Se basa, principalmente, en que las Sirenas atacaban a quienes se atrevían distorsionar sus sociedades. Muchos magos, e incluso muggles, han dedidado sus vidas a la búsqueda de tesoros en el agua. Pues bien, esos tesoros están bajo la protección de las Sirenas y NADIE puede tomarlos, sin pedirlos, ni dar nada a cambio. ¿Alguna pregunta antes de proseguir?

-Disculpe profesora, pero... ¿Usted pretende decirnos que todo lo que escriben los libros sobre sirenas y tritones es falso? -Hermione parecía a punto a asesinar a Caroline con la mirada por poner en duda sus tan amados libros.

-No todo Granger, pero la mayoría. No sólo sucede con las Sirenas pero, como este es el caso de hoy, les explicaré un poco mas. Yo tengo el gusto de ser amiga de una familia de Sirenas y Tritones. Y puedo asegurarte, que no dudaría en dejar a mis hijos con ellos. -un silencio sepulcral llenó el aula -Bien. continuemos entonces....

La clase de Miss Caroline fue magistral. No dejó nada al azar y los instruyó sobre hasta el más ínfimo detalle. Y todos coincidían en que la profesora sabía de lo que hablaba y, sin malicia de su parte, era divertido ver a Hermione indignada por su opinión contraria a todos los libros de la materia.

-Bien. Espero en mi escritorio un pergamino de 34 centímetros sobre las Sirenas para la próxima clase. Y tómense la libertad de enfocarlo desde el punto que deseen. Pueden volcarse a sus hábitos, a sus estructuras sociales, las maneras de capturarlas. en fin, hagan lo que deseen y siéntanse libres de consultarme por algún libro si no encuentran lo que buscan en la Biblioteca. Hasta la próxima chicos. -todos los alumnos guardaron sus pergaminos en sus bolsas y se disponían a salir -Potter y Longbottom, quédense unos momentos por favor.

-¿Si.... profesora? -preguntó Neville tímidamente.

-Necesito entregarles algunas cosas. Síganme.

Harry y Neville la siguieron a su despacho, que este año estaba completamente decorado de inmaculado blanco. El escritorio y las repisas eran de madera muy clarita y daba una inexplicable sensación de calidez.

-Sólo me tomará un minuto. -dijo Caroline garabateando sobre unos pergaminos -Esto -dijo entregándole el primero a Neville -es la justificación por la tardanza a Pociones, no queremos que el profesor Snape le quite puntos a Gryffindor por mi culpa.

-Gracias, profesora.

-Bien, los hice quedar porque, como sabrán, conocí a sus padres. Neville, esto es para ti. -le entrgó un cofre de madera con una rosa tallada en él -Son... fotografías de mi época de estudiante. La última vez que fui a ver a tus padres decidí entregártelas. No sé si tienes muchas de Alice.

-¿Usted... usted es... quiero decir... era amiga de ellos? -preguntó Neville con los ojos vidriosos.

-No. SOY amiga de ellos. -aseguró Caroline -No pierdas las esperanzas pequeño, nadie dice que no puedan regresar su estado anterior.

-Claro. Discúlpeme, no... no quiero llegar tarde a Pociones. Y... gracias.

Harry sintió ira correr por sus venas. Bellatrix Lestrange, la misma mujer que le había arrebatado a su padrino, era la causante de que los padres de Neville estuvieran en San Mungo probablemente de por vida.

Tenía que matarla, pero primero tenía que hacerla sufrir tanto, tanto que debía rogar por su liberación. No se dio cuenta cuando sus manos se aferraron con fuerza a los apoya-brazos del sillón, ni cuando todos los objetos del despacho comenzaron a vibrar.

-¡HARRY! -al escuchar esa voz que lo llamaba, Potter salió de su trance. -¿Estás bien?

-Si, lo... lo siento. ¿Qué me decía profesora?

-Te decía que vas a tener que reanudar las clases de Occulmancia porque no...

-¡Pero ya no sueño con Voldemort! -exclamó Harry defendiéndose al instante.

-Lo sé. Pero necesitas controlar tus emociones también. De lo contrario, todo a tu alrededor puede explotar en cualquier momento.

-¿A qué se refiere? -Harry la miró extrañado.

-Mira a tu alrededor, por favor.

Harry lo hizo y se encontró con que varios libros habían caído de los estantes, que un tintero había explotado y que las ventanas del despacho se habían abierto. ¿Eso lo había hecho él?

-Lo... ¿Lo siento?

-No te preocupes -con un movimiento de su mano, Caroline reacomodó todo en su lugar -Pero si esto sucediera en el Gran Salón, estaríamos en problemas. ¿Comprendes?

-Pero... ¿No puede enseñarme el profes... Remus Lupin?

-Él no está capacitado para ello.

-Es que Snape...

-No Harry, Snape no será el encargado de enseñarte esta vez.

-¿Dumbledore? -preguntó Harry sin saber cual de los dos podría ser peor.

-Yo.

-¿Usted? -preguntó Harry entrecerrando los ojos -¿Por qué?

-Porque alguien tiene que enseñarte y quiero hacerlo. Y si no confías en mi, puedes hablar con Remus. Ya sabes que él se está quedando en el castillo. Después de la cena puedo acompañarte a nuestras habitaciones.

-¿Usted... usted vive con Remus?

-Si. -dijo Caroline sonriendo -¿Quieres verlo después entonces?

-Claro.

-----------------------------

Severus Snape aguardaba observó a sus alumnos de 6° año ingresar a su salón de clases en las mazmorras.

Todos los integrantes de su casa habían llegado puntuales y en perfecto estado. Los Ravenclaws habían sido los primeros en llegar, junto al único alumno de Hufflepuff que había logrado las calificaciones esperadas en sus MHBs.

Pero los Gryffindors habían venido corriendo. Era algo extraño verlos a todos agitados. Era evidente que la clase predecesora a la suya había sido interesante, y se encontró preguntándose si no habría sido con Caroline.

Cuando todos los alumnos ya estaban dentro del aula, Severus no evitó notar la ausencia de dos de ellos. No era difícil sabiendo que eran sólo seis los Gryffindors que eran aceptados ese año y sólo habían cuatro de ellos. Y sonrió internamente, sabiendo que Gryffindor iba a perder muchos puntos durante ese día.

A los diez minutos de dar por comenzada la clase, en la puerta sonaron unos tímidos toques, que sólo lograron hacerle perder su paciencia. Mejor dicho, lograron enfurecerlo, porque nunca fue paciente.

-Adelante. -rugió peligrosamente.

-Disculpe profesor Snape.

-Longbottom. -dijo Severus con desprecio -¿Acaso cree que puede entrar a mi salón de clases a la hora que a usted se le ocurra? Que haya pagado a alguien en el Ministerio para que le otorguen las calificaciones que deseaba en sus MHBs, no significa que pueda usted hacer lo que se le antoje. 10 pun...

-Tengo una justificación. -dijo Neville sorprendiendo a todos sus compañeros por la seguridad en su voz.

-Démela -ordenó Severus quitándosela de la mano de una forma no muy amable.

Sus ojos se suavizaron con el simple hecho de conocer la caligrafía del pergamino. El mensaje no era nada personal, pero era de su puño y letra.

-Siéntese Longbottom y empiece con su poción.

La clase observó atónita como el mas temido profesor de Hogwarts no le quitaba puntos a Neville por su tardanza, pero los Gryffindors sabían que no había manera de que suceda lo mismo cuando el segundo ausemnte se presentara.

Cuando ya llevaban media hora de clases apareció Harry, que golpeó a la puerta y cuando Severus lo autorizó, se acercó a él desafiante.

-Potter nos alumbra con su presencia. ¿Es que la clase entera es demasiado para el Niño Dorado?

-Buenos días para usted también -le dijo Harry sin ocultar su sarcasmo y le tendió una segunda nota.

"Severus,

Siento haber demorado también a Harry, pero Albus quería que conversara con él sobre algunas "clases especiales" que debe tomar. No lo regañes por favor. Fue totalmente mi culpa.

Tengo que hablar contigo.

Caroline"

Severus sabía que no podía negarle nada que le pidiera. Pero Potter estaba ahí... tan dispuesto a un castigo, era casi imposible no sucumbir a la tentación y humillarlo un poco.

-Siéntese junto a.... Malfoy, Potter.

-Bien. -dijo el moreno sin mostrar nada de disgusto y Severus se arrepintió al instante.

Por primera vez desde que pisó Hogwarts, Harry cumplió una orden de Severus Snape sin protestar al respecto. Se dirigió al pupitre vacío junto a draco y se acomodó.

-Hola. -dijo mirando al rubio mientras dispersaba los ingredientes para preparar la poción del día.

-¿Por qué te demoraste? -preguntó Draco ladeando la cabeza -Y... ¿Qué decía ese papel que Snape no te quitó puntos?

-Me quedé hablando con Miss Caroline. Ella me mandó el justificante.

-¿Y qué quería hablar contigo? -susurró Draco.

-¿Es un interrogatorio oficial? -preguntó Harry riendo suavemente.

-¡POTTER! ¿NO PUEDE MANTENER LA BOCA CERRADA? ¡5 PUNTOS MENOS PARA GRYFFINDOR!

-Pobre Potty -dijo una voz de mujer tras ellos.

-¡Oh cállate Pansy! -exclamó Draco. -Déjalo tranquilo.

-¿QUÉ? -gritó la Slytherin llamando la atención de todos, incluído el profesor que ya se disponía a quitarle mas puntos a Potter cuando vio que el ojiverde estaba concentrado en su poción y la discusión era con Draco -¿POR QUÉ LO DEFIENDES?

-Porque quiero Pansy. Cállate y no molestes.

-Está bien Draco -dijo Harry tocándole el brazo con intenciones de calmarlo, y señalándole con la mirada a Snape.

La clase transcurrió en total y unusual tranquilidad y, ni siquera Neville hizo explotar su caldero. De hecho, su poción era bastante pasable por primera vez.

-Quiero un pergamino de 50 centímetros sobre los efectos sobre la sobredosis de esta poción y las maneras de evitarlos para la próxima clase. -dijo Snape cuando todos terminaron de entregarle sus pociones.

Al quedarse sólo en el salón, lo único que atinó a hacer fue a sentarse en su escritorio y refunfuñar sobre la cantidad de problemas que iban a aparecer con la "nueva amistad" de Hogwarts.

------------------------------------

Durante todo el trayecto hacia el Gran Salón, Harry caminó junto a Draco, manteniendo una amena conversación sobre la clase de Defensa con Caroline. El rubio aún no había tenido a la profesora y le intrigaba saber si verdaderamente era tan buena como los demás decían.

Tan concentrados estaban en su charla, que no notaron las miradas aturdidas de todos los alumnos del colegios, ni de los profesores, al separarse para dirigirse a sus mesas.

Harry se sentó en su usual sitio, junto a Ron y frente a Hermione, y comenzó a servirse comida, hasta que reparó en que todas las miradas estaban puestas en él y que nadie hablaba en el Gran Salón. Con disgusto, enfrentó la mirada que mas a mano tenía.

-¿Qué miras?

-¿Qué fue lo que sucedió en clase de Pociones Harry? -preguntó Hermione, que no sabía si estar enojada por su tono hostil o preocupada por su amigo.

-Llegué tarde porque Miss Caroline me retuvo.

-Sabes que no me refiero a eso.

-¿A qué entonces? -preguntó Harry cada vez mas disgustado.

-A Malfoy -dijo Ron entre dientes.

-Ah, eso. -dijo Harry y sólo siguió comiendo.

-¿"AH, ESO"? ¿ESA ES TU RESPUESTA? -Si antes nadie hablaba, ahora las palabras (o gritos) de Ron retumbaban audiblemente en el Gran salón -¿QUÉ SE SUPONE QUE HACÍAS HABLANDO CON EL HURÓN?

-No lo llames así Ron. -dijo Harry intentando ignorar el nudo que se estaba formando en su estómago.

-¿QUÉ? ¡¡PERO SI AHORA LO DEFIENDES!! ¿TE HAS VUELTO LOCO?

Ese fue el límite que Harry pudo soportar. Miró a Ron con furia, sus ojos verdes mas brillantes que nunca detrás de sus anteojos redondos, lo tomó de la túnica con fuerza y acercó sus rostros hasta que estuvieron a centímetros uno del otro.

-Es MI vida Ronald Weasley -siseó peligrosamente -Y no me gusta que me digan que hacer con ella.

Luego lo soltó de golpe, dejándolo algo aturdido, se puso de pie, y salió del lugar. Lo único que necesitaba era alejarse de esos dos que eran tan molestos como moscas.

-----------------------------

Estaba tan cansado. Todo el maldito día no hizo mas que escuchar conversaciones sobre la nueva actitud de Potter. si no eran sus alumnos, eran los profesores y sino, eran los cuadros. ¿Es que verdaderamente a alguien podía importarle tanto?

Está bien. Debía reconocerlo. Estaba comenzando a preocuparse. El Niño que vivió se estaba acercando demasiado a Draco Malfoy, y eso no era bueno. Hasta los Slytherins lo miraban con cautela, salvo Pansy Parkinson. Esa chica no valoraba su vida.

Pero ahora debía olvidarse del mocoso y concentrarse en lo que iba a decirle a Caroline. Un elfo le había dicho que estaba en su despacho, preparando las clases del día siguiente y SOLA. Tal vez no gozara del mismo ataque de valor que la noche anterior, pero debía hablar con ella.

Una vez mas atravesó el salón de clases de Defensa y, por primera vez, no sintió odio hacia el profesor. Por primera vez no resintió a Dumbledore por no otorgarle el puesto que tanto deseaba.

Al fin llegó a la puerta del despacho. Estaba completamente abierta y otorgaba una visión de lo mas encantadora y que hizo que su corazón saltara de emoción.

Caroline tenía el cabello desordenado, a medio agarrar con una ramita de un árbol, mientras escribía en un pergamino. La expresión de concentración estaba dada por sus dientes superiores, que mordían suavemente el labio inferior.

Severus sonrió al recordar la cantidad de veces que la había visto así, en la biblioteca, debajo de algún árbol, o en los salones de clases cuando hacía sus exámenes. Pero no podía estar todo el tiempo recordando, tenía que hacerse notar y golpeó suavemente a la puerta, aún sonriendo.

-Severus. -dijo Caroline cuando levantó la vista -¿A qué debo tu visita?

-En la nota de Potter pusiste que querías hablar conmigo.

-Ah. Bueno, no era "tan" urgente. Siéntate. ¿Puedo ofrecerte un té?

-Gracias.

-¿Negro con un terrón de azúcar, verdad?

-Lo recuerdas. -dijo Severus sorprendido.

-Claro. -Caroline le sonrió por primera vez desde que había llegado a dar clases, mientras agitaba su varita y hacía aparecer su servicio de te -Verás...

-Fui a verte a tus habitaciones anoche -dejó salir Severus casi sin darse cuenta.

-¿Eras tu? -preguntó Caroline sorprendida -Remus no quiso decirme.

-¿Están juntos? -Severus no sabía que le sucedía a su boca, que no paraba de soltar preguntas.

-Siempre directo. -murmuró Caroline -Si te refieres a si está viviendo conmigo, sí. Ahora, si lo que quieres preguntar es si somos pareja... no.

-Oh. Yo creí que...

-Supongo que tus suposiciones son entendibles. -dijo Caroline sacudiendo la cabeza, pensando en las cosas que hacía el licántropo para protegerla de Severus.

-Cary... yo....

-¡Oh! ¡Lo siento Miss Caroline! -exclamó una voz desde la puerta.

-Está bien Harry. Pasa. ¿Quieres algo de cenar? Albus me dijo que no fuiste a la comida.

-No tengo hambre, gracias. Fui a las cocinas.

-Potter -dijo Snape con voz ázpera -¿Se puede saber por qué fue a molestar a los elfos cuando se estaba sirviendo la cena en el Gran Salón?

-¡Oh vamos Severus! ¡Nosotros debemos haberlo hecho unas cien veces! Siéntate Harry, ya comenzamos con tus clases de Occulmencia.

-Hablamos en otro momento Miss Caroline -dijo Severus enfurecido por la interrupción -Hasta mañana.

-¿Interrumpí algo importante? -preguntó Harry divertido.

-No, claro que no. Pero Severus no se veía muy complacido. En fin, déjame avisarle a Remus que ya estás aquí.

-----------------------------------

POR CADA CAPITULO QUE ALCANZO A PONER, NOS ACERCAMOS MAS A DONDE LO DEJAMOS EN EL FORO.

BESOS PARA TODOS Y GRACIAS POR SEGUIRME ACA.

BARBY