DISCLAIMER: Ninguno de estos personajes son mios. Todo pertenece a JK Rowling, Warner Bros, etc, etc... no gano dinero con esto...es solo una forma de pasar el tiempo hasta que llegue el verdadero libro 6!!

ADVERTENCIA: este fic contiene slash (relacion chico/chico), si no te gusta no lo leas. Estas advertido!!!!!

VERSIONES: En ff.net: el ff contiene relaciones heterosexuales y homosexuales.

En sf.net: el ff contiene slash solamente y mencion a las relaciones het.

GRACIAS A MI AMIGA DEL ALMA QUE ME DEJO TRANSFORMAR SU FF!!

RESPUESTA A LOS REVIEWS:

Agathahudson: Esta barby no tiene cura. Siempre contando las enfermedades de la gente. Por suerte ya volvió de su viaje y me pasó el nuevo capitulo, ayer lo modifique y hoy lo subo!

Chikinkira: Lo importante es que dejen el review, no interesa si no dicen nada. Siempre es bueno saber que hay gente que lee mis ff´s.

Liam Black: La version de Barby es super tranquila, aca va a haber muuuchas escenas mas...interesantes. Los Weasley reaccionaron como se esperaba, porque Percy se portó muy mal con ellos.

Snivelly: El resentimiento contra Dumbledore va a ir creciendo, además Harry no va a ser el único que esté enojado con él. Y lo de Percy, no creo que muera, pero tampoco le va a ser fácil para él.

CAPITULO 5: PRONGS (Cornamenta)

Los rayos del sol veraniego brillaban como hilos de oro, irrumpiendo en cada habitación de Hogwarts. En una, en especial, parecían disfrutar su entrada matutina. Reflejándose, como cada día, en los instrumentos plateados, formando extrañas figuras, colándose en los retratos, despertándo a sus ocupantes. Las plumas de Fawkes aceptaban la calides de los intrusos. Estirando las alas, el ave demostraba por que se decía que los fénix eran criaturas asombrosamente bellas.

Los centellantes ojos azules de Albus Dumbledore, parecían haber perdido esa cualidad. Cansado, viejo, derrotado y abatido, el jefe de La Orden del Fénix ya se había resignado a no dormir nuevamente. Desde la desaparición de Harry Potter, el sueño era un lujo para él. Ya no descansaba, pues las apenas tres o cuatro horas que lograba dormir, lo hacía intranquilamente.

El canto de su mas fiel compañero le ayudaba a encontrar armonía entre tantos pensamientos nefastos y preocupantes. ¿Qué hacer cuando la esperanza del mundo mágico está extraviada en algún recóndito lugar, a merced del mas temible de los magos oscuros? Sus ojos se abrieron, desorbitados, al ver el titular de la Edición Matutina de El Profeta. Depositó algunas monedas en la bolsa que colgaba de la pata del animal y comenzó a leer.

LA DESAPARICIÓN DEL NIÑO QUE VIVIÓ

Harry Potter, "el niño que vivió", se encuentra hoy con paradero desconocido, luegod e abandonar a su familia en el mundo muggle, hace aproximadamente una semana. Nuestra fuente confirmó que se ha escapado por su propia voluntad, aunque son desconocidos los hechos que lo llevaron a tan drástica decisión.

Luego de los acontecimientos del pasado mes de junio en el Departamento de Misterios del Ministerio de la Magia, Harry Potter no ha tenido contacto alguno con el mundo mágico al que pertenece. Algunos amigos del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, nos han prestado sus testimonios.

"No me extraña su actitud –nos cuenta Blaise Zabini –Al finalizar el año escolar se lo podía ver mas extraño y silencioso que lo acostumbrado. Ni siquiera concurrió al banquete de despedida"

"En mi opinión –Pansy Parkinson es quien nos lo dice –no hay de que preocuparse. Lo único que busca es llamar la atención"

Lo único que queda por hacer, es mantener las esperanzas de que nuestro admirado Harry Potter esté a salvo de todo peligro.

(mas información: páginas 5 y 6)

-Lo que nos faltaba –dijo entre resoplidos el anciando al apoyarse en el respaldo de su silla –DOBBY!

-Si Señor Director Dumbledore Señor, ¿me llamó? –exclamó feliz el elfo doméstico al aparecer frente a él.

-Si Dobby. Necesito que reúnas a todos los miembros de La Orden del Fénix en el Gran Salón lo antes posible.

-A sus órdenes, Señor director, señor.

***

El Caldero Chorreante estaba abarrotado de gente. Magos y Brujas de todas las edades llegaban con el periódico bajo el brazo, o en la mano, y conversaban sobre una noticia, aparentemente, importante. Mientras que Keith y Sophie, desayunaban sumergidos en su despreocupación, haciendo planes para el día que comenzaba.

-Tom –lo llamó amablemente Sophie, mientras bebía su te –¿Qué es lo que sucede con toda esta gente?

-¡Oh! ¡Señorita Richards! Ustedes no han recibido El Profeta esta mañana, ¿verdad?

-De hecho –respondió Keith –Las vacaciones son mejores cuando no se leen las noticias.

-Voy a prestarle mi edición, Señorita Richards –dijo Tom sin hacerle caso a Keith.

-No entiendo que puede ser tan importante como para armar este alboroto.

-No lo sé Keith –dijo Sophie seriamente –¿Y si es algo relacionado con Vo...Quien Tu Sabes?

-Lo dudo. Habría aurors por todos lados.

-Aquí tiene –dijo Tom entregándole el diario a la pelirroja –Le agradecería que me lo regresara luego.

Harry tomó el periódico de las manos del cantinero. Con despreocupación, dirigió sus ojos hacia la primera plana, mientras se llevaba la taza de té a la boca. Pero en cuanto leyó el gran titular, escupió la infusión de la sorpresa.

-¿Qué es? –preguntó Keith asustado y, al ver que la chica no respondía, le arrebató el periódico, para quedarse con la boca abierta de par en par –¿Potter? –dijo con asco –¿Escapó? El muy estúpido no va a llegar al primero de septiembre con vida.

-¿Por qué hablas así de él? –Preguntó Harry asombrado –No lo conoces, cierto? –Draco tuvo que negar –Yo no creo que todo lo que se dijo de él sea ciertio. No creo que esté loco.

-¡Tu tampoco lo conoces!

-Lo sé. Pero no creo que su vida haya sido fácil –dijo Harry, dándose cuenta de que hablar de él mismo en tercera persona lo hacía todo mas fácil –Es huérfano desde pequeño, casi no conoció a sus padres, tuvo que vivir con muggles y lo persigue Quien Tu Sabes para matarlo. No me parece que sea "un niño con problemas que sólo busca llamar la atención con sus delirios de héroe", como decía Fudge.

-Puede ser, nunca lo había pensado de esa forma –concedió Draco –Siempre lo ví, quiero decir, lo imaginé como un estúpido consentido.

-Yo creo que si fuera un consentido, no lo habrían dejado con esos odiosos muggles.

-¿Y tu cómo sabes que son odiosos?

-Eh...bueno...yo... –el rostro de Harry se estaba sonrojando, al no encontrar una buena excusa para responder.

-¡DEBÍ IMAGINARLO! –exclamó Draco –¡Una admiradora el "Adorable niño qyue vivió"! –se levantó y se internó en el Callejón Diagon.

***

Sólo faltaba un miembro de La Orden del Fénix, pero nadie creía posible que se presente en la reunión. Según una carta que reposaba sobre la mesa, Voldemort había requerido la presencia de Severus Snape con suma urgencia. Sólo podía significar una cosa: ya conocía la desaparición de Harry Potter y, seguramente, estaba formulando un plan para encontrarlo antes que ellos.

Debatir, cuestionar, proponer. Actividades que no estaban dando sus frutos. Para ser sinceros, TODOS habían subestimado la inteligencia del chico, pues no tenían ni la más mínima idea de dónde buscarlo. Las lechuzas que le habían enviado regresaban al día siguiente sin haberlo encontrado. Ese comportamiento en las aves se producía sólo cuando el destinatario estaba muerto, pero ellos no se dejaban abatir por eas idea.

Ni siquiera Fawkes había logrado encontrarlo. Aunque Remus Lupin y Albus Dumbledore consideraban que, si las sospechas del anciano eran correctas, el chico estaba protegido. Ambos habían intentado comunicarse con ella, pero no recibieron respuesta, por lo que supusieron, ella no estaba en "su casa", y encontrarla fuera de allí era casi imposible.

Un cuervo negro hizo su aparición, interrumpiendo las voces de los miembros e La Orden del fénix. Con su vuelo amenazante y agresivo, se posó frente a Albus Dumbledore y estiró la pata, dejando ver un pergamino rojo, tan rojo como la sangre misma. El anciando tomó el mensaje y el ave emprendió vuelo, mientras el howler hacía sonar una voz siseante, temible, tenebrosa y fría, amplificada, para que se escuche en todo el Castillo.

Mi querido Albus Dumbledore, el chico se te está escapando de las manos, ¿verdad? No sabes la satisfacción que me ha dado huyéndo de los muggles. Lo voy a encontrar Dumbledore, y me voy a divertir a TU costa por un largo período antes de que mueras. Ah! Me olvidaba, dile al licántropo que su amigo Pettigrew le manda su mas sentido pésame por la muerte de Black

La risa fría, cruel y cargada de ironía de Voldemort culminó el mensaje, antes de que el pergamino se prenda fuego atomáticamente. Muy pocas personas habían escuchado su voz con anterioridad y todos, salvo Albus Dumbledore, temblaban de pies a cabeza, con el temor impreso en el rostro. A excepción de Lupin, cuya expresión se asemejaba a la ira, producida, seguramente, por la mención de Sirius Black.

Las puertas del Gran Salón se abrieron, haciendo que los miembros de La Orden empuñaran sus varitas inmediatamente. Varitas que fueron bajadas al ver los temblorosos cuerpos de Hermione Granger, Luna Lovegood, Neville Longbottom y Ron Weasley, cargando en sus brazos a su hermana Ginny, que se había desmayado al reconocer la voz de Tom Riddle.

***

¿Por qué había reaccionado de ese modo? Eso estaba mas que claro. Él odiaba a Harry Potter. Lo que no podía entender era por qué. Keith no lo conocía, no tenía motivos para odiarlo. ¿Por qué se había enojado así con él...o ella? Demasiadas preguntas sin respuestas, para un Harry Potter que se encontraba en un cuerpo prestado, sentado en el suelo, con la espalda apoyada en la pared de la Heladería de Florean Fortescue.

Las lágrimas caían libremente por su rostro, mientras fumaba un cigarrillo que acababa de adquirir. Ni siquiera sabía por qué estaba fumando, pero el humo que entraba y salía de sus pulmones le daba una necesaria sensación de calidez. Aunque no era como lo que sentía cuano Keith lo abrazaba en sus noches de pesadillas. El chico se había convertido en alguien sumamente importante y necesario para Harry. Era su amigo, su apoyo, su hermano mayor.

¿A quién quería engañar? Ya no podía evitar lo que le pasaba. Se sentía seguro junto a él, deseaba tener pesadillas por las noches para dormir en la misma cama, y adoraba su sonrisa y sus ojos azules. Todo lo referente a Keith le gustaba, porque Keith le gustaba.

Se sentía una basura. Le estaba mintiendo. Keith creía que él era una mujer de 20 años, no un chico de 16. Cuando se enterara de la verdad lo iba a odiar y rechazar, aú mas de lo que lo aborrecía sin saber que Harry Potter y Sophie Richards eran una misma persona.

***

Draco Malfoy había regresado al Caldero Chorreante después de una hora, en la que aceptó que estaba celoso. Sophie adoraba al maldito Harry Potter, y él no era nada a comparación del "héroe del mundo mágico". Él era sólo un chico de quince años, que aún iba al colegio. No era Keith Magnus y de ningún modo ella iba a aceptar manterer una relación con alguien cinco años menor.

Todas las noches la observaba dormir tranquila, antes de que las pesadillas se apoderaban de sus sueños. Entonces, Draco Malfoy sonreía. Sabía que era egoísta de su parte, pero dormir junto a ella, abrazados, era un placer incomparable. Cada mañana la observaba salir del cuarto de baño, vestida con su túnica verde o negra, y el cabello mojado. No podía dejar de mirarle el agraciado cuerpo, pero lo que mas le atraían eran sus labios, se veían tan suaves que lo único que pensaba era cuál sería su sabor.

Y ahora la había cagado. Había dejado que le gane un ataque de celos, le gritó y la abandonó, frente a toda esa gente que lo miraba de mala manera. Tom le había dicho que sophie había pagado el desayuno y se había internado en el Callejón. Llevaba media hora buscándola, hasta que la vió, abrazándose las piernas flexionadas y la frente apoyada en las rodillas. No podía ver su rostro, pero esa cabellera la reconocería entre mil pelirrojos juntos.

Se acercó con cuidado, decidido a guardarse su "orgullo Malfoy" y se arrodilló frente a la primer persona que le había hecho sentir algo a su corazón.

-Sophie –la llamó tiernamente.

-Vete. Busca a alguna otra idiota para agredir.

-No Sophie. Yo...lo siento –no pudo evitarlo y sumergió una de sus manos en el cabello fueguino que tenía frente a él –Me dieron...estaba...celoso.

-¿Celoso? –preguntó Harry levantando el rostro.

-No...no llores –Draco se maldijo a sí mismo mientras secaba sus lágrimas con el dorso de su mano derecha –perdóname por favor. No quise gritarte.

-Si quisiste –dijo Harry mirando fijamente los ojos azules de Keith.

-Ven –pidió Draco poniéndose de pie y ofreciéndole su mano para ayudarla.

-Puedo sola, gracias.

-Sophie, de verdad lo siento –dijo Draco tomándole el mentón para enfocar sus ojos –No quise hacerte daño. ¿No puedes comprender que fue un ataque de celos?

-No tienes por qué ponerte celoso de alguien que no conocemos –respondió Harry intentando sonar duro, pero se estaba deshaciendo por dentro, si Keith estaba celoso, tal vez lo quería –Ya te dije que eres mi único amigo aquí.

-No quiero tu amistad –dijo Draco, sabiendo que ese era el momento, y que iba a aprovechar lo mas posible el tiempo que le quedaba junto a la pelirroja –Quiero mas que eso.

-¿Qué quieres Keith? –preguntó Harry acercándose mas a él.

-Demasiadas cosas, pero por ahora me conformo con esto.

Draco tomó a Sophie del cuello y se acercó lo suficiente para poder besarla. Con delicadeza posó sus labios sobre los de su pelirroja, besándolos suavemente, moviéndose a ritmo lento, para darle oportunidad a alejarse si quería. Pero eso nunca sucedió, pues Harry subió sus manos y las pasó por detrás del cuello de Keith, dejando que afloren sus sentimientos hacia el chico que tenía en frente.

Pronto la lengua de Draco pedía permiso para entrar a esa boca que tanto ansiaba conocer, lamiendo con sensualidad los labios de su acompañante. Harry abrió obedientemente sus labios, permitiendo el ingreso. Draco recorrió con su lengua, cada rincón de esa húmeda cavidad, saboreando y disfrutando del roce de lenguas, de sus dientes, y su paladar, y cerró sus brazós alrededor de la cintura de Sophie, atrayéndola hacia él y pegándola a su cuerpo.

-¿Por qué sabes a tabaco? –preguntó Draco cuando rompieron el beso, apoyados cada uno en la frente del otro, con los ojos aún cerrados.

-Me fumé un cigarrilo –fue la obvia respuesta de Harry.

-Tu no fumas.

-Necesitaba calmarme y fue lo primero que se me ocurrió.

-Siento haberte hecho llorar –le dijo Draco al oído –Pero sé de una manera para reivindicarme –terminó mordiéndole suavemente el lóbulo de la oreja.

-No se por quién me tomas –dijo Harry separándose de Keith, que ya estaba por pedir disculpas cuando habló nuevamente –Vas a tener que reivindicarte varias veces para que te disculpe.

-Todas las veces que quieras –dijo Draco tomándolo de la mano y besándolo nuevamente.

Harry no sabía que estaba haciendo, pero estaba dispuesto a disfrutar del tiempo que tuviera a Keith a su lado, porque cuando la verdad saliera a la luz, él iba a rechazarlo por ser un hombre, por ser Harry Potter y por haberle mentido. Tomados de la mano, atravesaron el Callejón Diagon y llegaron a la posada. Sin hacer caso a Tom, el cantinero, que los miraba sonriente, subieron a su habitación.

La puerta se cerró, dejando dentro a dos jóvenes dispuestos a amarse hasta enloquecer. Draco atrajo a Sophie hacia él de la cintura, y la besó profundamente, mostrándole todo su deseo. Mientras que Harry revolvía el cabello castaño de Keith, tan suave y sedoso, Draco la guió a la cama mas grande.

Harry no pudo mas que soltar un gemido al sentir la dureza de Keith haciendo presión sobre él, y lo tomó del trasero apretándolo mas. Draco sonrió con satisfacción y dejó los labios de su amante, para centrar sus atenciones en su blanco y perfecto cuello. Su piel era tan suave como la seda y desprendía un delicioso y casi imperceptible aroma a durazno.

Mientras besaba su cuello, Draco bajó sus mano derecha, rozando las curvas de la mujer bajo él, provocándole estremecimientos involuntarios. La curiosa mano pronto se abrió paso dentro de la túnica, acariciándo los muslos y luego subiendo por el vientre, hasta encontrar lo que buscaba.

Harry volvió a gemir al sentir el contacto de Keith bajo la túnica. Le acariciaba uno de sus senos con maestría, ejerciendo presión y luego suavizando el tacto. Decidió poner manos a la obra y comenzó a desabrochar la túnica de Keith, con manos ansiosas y algo torpes, pues nunca antes había tenido un encuentro tan íntimo con otra persona.

Draco se arrodilló sobre la cama, poniendo una pierna a cada lado de Sophie, para poder quitarse la túnica con comodidad, quedándo sólo en bóxers negros, que se ajustaban en torno a su medio erguido miembro. Esta vez, Harry cambió de posición y quedó sobre Keith, que intentaba quitarle la túnica, mientras él besaba cada porción de piel que encontraba en su camino. Cuello y hombros fueron rápidamemte marcados como propios. Ahora Harry se encargaba de endurecer los pezones de Keith, que arqueaba la espalda, gimiendo y mordiéndose el labio inferior.

Con un último movimiento, Draco se deshizo de la túnica de su compañera y la acercó para besarña, mientras recorría de arriba hacia abajo su columna vertebral con sus manos. Harry bajó su rostro nuevamente, pero pasó de largo el pecho, para estacionar su boca en el estómago de Keith. Con su lengua delineó cada abdominal para luego hundirla en el ombligo. Lo lamió y mordisqueó hasta que Draco volvió a cambiar de posición.

-Todo esto es muy placentero –dijo Draco entre jadeos –Pero yo soy el que tiene que reivindicarse.

Con sus hábiles manos, Draco se deshizo del sostén de Sophie y acarició los senos con ambas manos, mientras la besaba. Harry sentía que la piel le quemaba, que cada célula de su cuerpo se había vuelto loca y no podía pensal nada coherente. Draco trazó con su lengua una de las clavículas de Sophie y bajó por su pecho para succionar, lamer, mordisquear y besar sus senos.

Las manos de Draco se situaron en los bordes de la pantaleta de su amante y la quitaron del medio rápidamente. Harry perdió la noción del tiempo y lugar al sentir la mano de Keith acariciar su entrepierna. No había tenido sexo como hombre, pero podía dar fe de que las mujeres sí gozaban cuando Keith introdijo un dedo en su cavidad, haciéndolo gemir desesperadamente.

Sus labios volvían a sborearse ahora, mientras Harry bajaba el bóxer de Keith, y Draco metía y sacaba dos de sus dedos de la vagina de Sophie. Entonces Harry se rindió, ya no soportaba mas el cúmulo de sensaciones y tomó en su mano el pene de Keith acercándolo a su entrada. Draco retiró sus dedos, se introdujo de golpe, y ambos liberaron sus gemidos.

A cada embestida, el ritmo aumentaba y la necesidad de llegar mas profundamente era mutua. Ya no respiraban, sólo jadeaban incontrolablemente; y sus gemidos no eran tales, sino que eran gritos cargados de pasión y lujuria. Con una última entrada, Draco se vino dentro de Sophie, y Harry llegó a su primer y último orgasmo femenino.

Draco se desplomó sobre el cuerpo sudoroso de su compañera y ambos guardaron silencio, abrazados, esperando normalizar sus respiraciones. Al tiempo, Harry sintió que Keith abandonaba su cuerpo y le daba un tierno beso en los labios, sólo para tumbarse boca ariiba junto a él y atraerlo en un abrazo posesivo.

-¡Wow! Nunca en mi vida había vivido algo semejante –confesó Draco acariciando la espalda desnuda de Sophie.

-Ni yo –respondió Harry besándole el torso –Estás perdonado.

Luego de una ducha compartida, la nueva pareja dejó el Caldero Chorreante, en busca de algún lugar para almorzar. Besándose tiernamente entre bocado y bocado, ambos habían decidido dejar de pensar en el futuro y dedicarse a sabar el mayor provecho posible a su tiempo juntos. Pero nada es para siempre, sobre todo tratándose de Harry Potter.

Una explosión en las afueras del restaurante llamó su atención. Horrorizados, vislumbraron, a través de los cristales del local, magos y brujas corriendo de un lado al otro, al grito de "mortífagos" y "dementores". Sin dudarlo, Harry empuñó su varita y corrió a su encuentro, con Draco Malfoy detrás suyo gritándole que regrese.

Al salir, Harry notó que el panorama era desastrozo. Los dementores se estaban dando un verdadero "banquete" de alegría ajena, mientras los mortífagos que habían concurrido, los observaban divertidos a través de sus máscaras.

Su cuerpo se enfrió, helándose por dentro, haciéndolo caer de rodillas, mientras comenzaba a escuchar los gritos y súplicas de su madre dentro de su mente. Entonces decidió que era hora de ponerle fin a ese martirio y, recordando su reciente experiencia, apuntó a los tres dementores que se le acercaban, junto aire y fuerzas y conjuró su Patrono.

En el momento en que un precioso ciervo se formaba a partir de la luz plateada que emitía su varita, hizo su aparición La Orden del Fénix, a prestar apoyo a los aurors del Ministerio de la Magia. El ciervo plateado ahuyentó a los dementores de su alrededor y Harry le ordenó que aleje a otros dos que se acercaban a una niña de rizos dorados que lloraba encogida cerca de un cesto de basura.

Harry pensó que lo mejor era salir de allí, cuando vio a Remus Lupin y Albus Dumbledore buscándolo entre la gente, sin dejar de dar órdenes a sus propios Patronos. Demasiado tarde había reparado en que iban a reconocer su ciervo. Pero ellos no fueron los únicos, pues uno de los mortífagos se quitó la máscara, dejándo ver un rostro nauseabundo, ojos rojos, dos orificios en lugar de nariz y labios inexistentes, en un cuerpo esquelético, pálido y frío como la muerte.

-¿Dónde estás pequeño Harry? –preguntó Lord Voldemort audiblemente, provocándo mas caos en el Callejón.

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO.

TARDÉ MUCHO EN ACTUALIZAR, PORQUE BARBY (LA AUTORA REAL) SE HABIA IDO DE VIAJE, PERO AHORA YA VOLVIO Y ME PASO EL CAPITULO!

¿QUE VA A PASAR AHORA? NADIE LO SABE, SOLO BARBY.

DEJENME SUS REVIEWS, QUE ME HACEN MUY FELIZ.

GALA.