DISCLAIMER: Ninguno de estos personajes son mios. Todo pertenece a JK Rowling, Warner Bros, etc, etc... no gano dinero con esto... ¡¡es solo una forma de pasar el tiempo hasta que llegue el verdadero libro 6!!

ADVERTENCIA: este fic contiene slash (relacion chico/chico), si no te gusta no lo leas. ¡¡¡¡¡ESTÁS ADVERTIDO!!!!!

¡AHORA SI, A LEER!

CAPITULO 13: NUEVO EQUIPO.

Una semana había pasado desde que Harry comenzara las clases de Oculmencia con Miss Caroline. No había manera de cerrar su mente frente a ella. Si Snape conocía a la perfección esa ciencia, Caroline era una verdadera Maestra.

Por otro lado, aún no lograba descifrarla. Se suponía que la nueva profesora era confiable, pero había ciertos puntos que no lograban convencerlo.

Tenía a su favor que había sido amiga de sus padres, pero también lo había sido Colagusano. Idril le había dicho que confíe en ella el día que lo dejó en Hogwarts, pero no veía como hacerlo cuando ni siquiera conocía su apellido.

Por otra parte, durante las clases de Oculmencia, Remus siempre estaba presente. Harry suponía que se debía a que comprendía su falta de confianza, pero... ¿qué si había algo mas?

Y Snape... Snape parecía perseguirla a todas partes. Ella sólo almorzaba en el Gran Salón, tomando las otras comidas en sus aposentos, con Remus. Pero durante cada almuerzo, Snape parecía a punto de querer saltar sobre ella. Lo mas extraño, era que no había una pizca de odio en los ojos negros de su profesor.

-Hola -dijo una voz a su derecha, interrumpiendo el curso de sus pensamientos. -¿Puedo sentarme junto a ti?

-Eh... seguro -dijo Harry entre confundido y molesto.

-¿Extrañas "El Paraíso? -preguntó Luna, sentada a su lado, al borde del Bosque Prohibido.

-Supongo. -fue la simple respuesta de Harry, que no se sentía con ánimos de hablar.

-Yo lo extraño. -Luna dejó salir u suspiro -Este verano no pude ir...

-¿Has ido? -ahora sí que tenía toda la atención de Harry.

-Mi madre era muy amiga de Idril. Y bueno yo... -se sonrojó -lo soy de los chicos.

-¿Tal vez de alguno en especial? -preguntó Harry divertido.

-Amras. Es mi mejor amigo.

-¿Sólo amigo?

-Es mi alma gemela, si es lo que deseas saber.

-¿Alma gemela? -preguntó Harry ladeando la cabeza.

-No todo el mundo la encuentra y, se supone que somos muy afortunados, pero no es fácil cuando la encuentras a los seis años.

-¿Lo extrañas?

-Ya no. Lo veo todas las noches. -dijo Luna con una sonrisa soñadora que Harry nunca le había visto antes.

-¿A qué te refieres?

-Oh.... él... yo... mientras duermo, ¿comprendes?

-Ya veo.

-Todos los ángeles son grandes "Legilimens". -el silencio se apoderó de ellos, hasta que Luna se puso de pie, miró a Harry y volvió a hablar antes de irse -Se que tu vida no es fácil y que desearías ser cualquier otra persona, pero es la que te tocó en suerte. Debes ser fuerte Harry, resistir a la tentación y creer. El amor es lo único que nos salvará.

-¡Espera! -Harry se puso de pie y la tomó de un brazo, obligándola a verlo a los ojos. -¿Qué quieres decir?

-Que no pienses tanto y "sientas" mas.

Luna partió, esta vez sin que Harry la detenga. El moreno se quedó de pie en el mismo lugar por un largo tiempo. Definitivamente había algo extraño en ella. ¿Cómo era posible que siempre supiera lo que le sucedía?

Cuando comenzaba a oscurecer, decidió dejar de pensar, aún sin llegar a conclusión alguna, y se dirigió al castillo. Lo último que le faltaba era que Ron o Hermione comenzaran a interrogarlo sobre sus últimas actividades del día.

Una semana. Una semana había pasado desde que había podido hablar con Caroline. Una semana y todo lo que había descubierto de ella era que no estaba en pareja con Lupin. Bien. Eso era un alivio, pero hasta no saber que no estaba con nadie mas, no iba a quedarse tranquilo.

Ya estaba cansado de intentar mantener una conversación con ella durante los almuerzos, las únicas comidas que Caroline pasaba en el Gran Salón. Y nada. Si no era Flitwick, era Sprout, o McGonagall, pero nadie le dejaba hablar con ella.

Y por eso ahora estaba haciendo su segundo intento y se dirigía a su despacho. ¿Por qué todo tenía que ser tan complicado para él? ¿Por qué simplemente no podía abrir su corazón y decirle todo? ¿Por qué se había comportado como un cobarde 19 años atrás?

-¿Puedo pasar? -preguntó Severus cuando estuvo en el umbral de entrada.

-Claro Severus. ¿Te?

-No gracias -dijo Severus mientras se sentaba -Necesito hablar contigo de algunas cosas.

-Dime.

De pronto, ante la sonrisa de Caroline, el mundo se le vino abajo. No podía articular ninguna palabra. ¿Qué iba a decirle? ¿cómo podía decirle que aún la amaba?

-¿Cómo le va a Potter con las clases? -se encontró preguntando y se maldijo a si mismo.

-Bien. -dijo Caroline sonriendo. -Bueno, no realmente.

-No me extraña. Potter es tan arrogante que no "pierde tiempo" practicando cada noche ni...

-No te equivoques Severus -dijo Caroline sirviéndose un te -Es mas difícil bloquearme a mi que a ti.

-Claro. De todos modos...

-¿Viniste a hablarme de Harry? -preguntó Caroline sabiendo la respuesta, pero deseaba tener esa conversación con Severus y aclarar absolutamente todo.

-No realmente. -Severus hizo una mueca que sólo Caroline podía reconocer como vergüenza, pues sólo ella podía leer sus emociones a la perfección.

-Te escucho.

-Cary... quiero pedirte perdón. Lo que te dije, lo que hice la última vez que nos vimos fue... yo... estaba asustado. Tienes que comprender que era demasiado.

-Lo se Sev -Caroline sonrió -Y no tienes que pedirme perdón. Yo sé que debí comprender tu reacción en ese momento, pero dolió demasiado.

-Oh Cary yo....

-¡AMY! -exclamó Caroline mirando sobre el hombro de Severus, quien se giró y casi muere de la impresión.

En la puerta había una niña de unos tres o cuatro años. Y era un réplica a escala de Caroline. Tenía sus mismos ojos, su mismo cabello, su misma sonrisa, su misma boca.

-¿Qué haces aquí? -preguntó Caroline, olvidando completamente a Severus.

-Me aburro. -declaró la niña. -Mis hermanos no quieren jugar conmigo.

-Ya te dije que no puedes abandonar nuestras habitaciones. Nadie sabe que están aquí. Y puede ser peligroso andar sola por el castillo. ¿Por qué Remus te dejó salir?

-Tío Moony se durmió leyéndome un cuento.

-Voy a matarlo -murmuró Caroline y tomó a la niña en brazos, justo en ese momento recordó a Snape -Lo siento Severus, continuaremos esta conversación en otro momento.

-Cla... claro -dijo Snape con toda la dignidad que pudo reunir, viendo como Caroline se iba con la niña en brazos.

Ahora sí que estaba todo dicho. Caroline tenía una hija. No. No una... la pequeña dijo que sus hermanos no querían jugar con ella. ¡Por Merlín! ¿Qué había hecho? ¡Había mandado a la mujer de su vida a manos de otro cuando la dejó!

Harry despertó la mañana del sábado gruñiendo y refunfuñando. La profesora McGonagall había puesto un aviso en la Sala Común, informando que se llevarían a cabo las pruebas de Quidditch.

En cuanto lo vió, se había sentido melancólico, pero también aliviado. No le encontraba demasiado sentido al juego con todos los acontecimientos de su vida. Y le dolía si quiera observar de lejos la Saeta ed Fuego que le había obsequiado Sirius. No quería ni imaginar lo que suedería si tenía que volar en ella.

Pero su alivio fue repentino, pues la mañana anterior, después de la clase de Transformaciones, McGonagall le había informado que se había levantado su "suspensión de por vida" y que esperaba se presentara en el campo de Quidditch a las pruebas.

Desayunó sin ganas, en silencio y solo. Era demasiado temprano para que hubiera alguien en el Gran Salón, a excepción de Snape y algunos Slytherin, entre los cuales no estaba Draco.

Había estado toda esa semana evitando a Ron y Hermione. Sabía que ellos tenían buenas intenciones, pero no alcanzaba. Dumbledore también decía tener buenas intenciones, y había dejado morir a sus padres, a Cedric y a Sirius.

La conversación con Luna aún le rondaba en la cabeza. No comprendía que era lo que quería decir con que sienta mas y piense menos. O, mejor dicho, lo que no comprendía era qué se suponía que tenía que sentir.

Todo dentro suyo era un remolino. No sabía en quien confiar, mas allá de Remus. ¡cómo se arrepentía de no haberse quedado en "El Paraíso"! Deseaba tanto la paz que le transmitía Idril y extrañaba tanto a Larien.

Al fin llegó al campo de Quidditch, donde ya esperaba la Profesora McGonagall, junto a Madame Hooch. Se acercó dudoso, no le gustaba las expresiones de sus rostros.

-Buen día Potter -dijo McGonagall.

-Buen día profesoras.

-¡Potter! ¡Qué bueno que has llegado antes que los postulantes! -exclamó la profesora de vuelo - Debo ponerte al tanto de algunas de tus nuevas responsabilidades.

-¿Responsabilidades? -preguntó Harry confundido.

-Potter -McGonagall llamó su atención -He decidido que seas el nuevo capitán del equipo.

-¿Yo?

-Si, Potter, nadie mejor que tu para el puesto. -dijo Madame Hooch entusiasmada.

-Pero yo no...

-¿No que? -preguntó la mas jóven nuevamente -No vas a decirme que no quieres serlo. Cualquier jugador nato como tu lo desearía. Es el puesto que todos buscan y muy pocos obtienen.

-Seguro. -dijo Harry sin ganas. -Y... ¿Cuáles son esas nuevas responsabilidades?

-Oh claro. Verás, tienes que ser el primero y el último en irte de cada entrenamiento, porque eres el encargado de abrir y cerrar los armarios de escobas, donde se encuentran los baúles con las pelotas. Debes cerciorarte de que nadie se lleve "sin intenciones" alguna de ellas también. Y... oh si. Debes decirme cuando alguna sección del campo se deteriore.

-Entendido. -dijo Harry resignado, viendo llegar al resto sus compañeros.

El aquipo había quedado completamente desarmado. Harry era el miembro mas antigüo y luego estaban Ginny y Ron, que habían sido incluídos el año anterior. Detrás de ellos dos, pudo ver a Hermione, que se acomodaba en una de las gradas.

-Como todos sabrán -dijo McGonagall y las distendidas conversaciones terminaron en ese instante -hubo que elegir un nuevo capitán este año. Al ser la Jefa de Casa, he decidido que Harry Potter es quien ocupará ese lugar. Él será el encargado de llevar adelante esta prueba. ¿Señor Potter?

-Eh.. sí, claro. Bien... -Harry no sabía bien or donde compenzar, pero decidió ene se instante que si le habían encomendado esa tarea, tal vez podría dejar de pensar en lo demás, como le recomendó Luna -Comenzaremos por los Cazadores. -dijo al fin con voz segura -Todos los que deseen el puesto, síganme. Ron, tu también.

Ron siguió a Harry hasta el centro del campo, donde lo miró interrogante. Harry sólo fijó sus ojos en los postulantes y vio a Ginny entre ellos. Al parecer, era cierto que le gustaba mas ese puesto que el de Buscador.

-Anoten sus nombres en este pergamino -dijo haciendo aparecer uno, junto a una pluma -Irán pasando de a uno, e intentarán marcar un los aros custodiados por Ron.

-¿Por qué no me habías dicho que te habían nombrado Capitán del Equipo? -preguntó Ron mientras los demás anotaban sus nombres.

-Porque acaban de informármelo Ronald. -respondió Harry, que aún estaba enfadado por el griterío que le había armado en el Gran Salón, una semana atrás.

-Aquí tienes Harry -Ginny le entregó el pergamino.

-Bien. Tu irás primera Ginny.

Harry empredió vuelo, seguido por Ron y su hermana. El pelirrojo fue directamente a los aros y se puso en posición, listo para detener las Quaffles enviadas por su hermana.

Ginny escuchó atentamente las órdenes de Harry y así comenzó la prueba. A Ginny le siguierom Colin Creevey, Martin Postmes, Mariah Lawnson, Raphael Nikaley, Mona Coles y Paul Miwe.

Después de unos minutos de espera, Harry tomó la decisión. Los nuevos Cazadores de Gryffindor serían: Ginny Weasley, Mona Coles y Raphael Nikaley.

La siguiente prueba era de los Bateadores. Con la ayuda de los flamantes agregados, Harry pudo apreciar la performance de Neville Longbottom, Dean Thomas, Ricchi Truingard y Rasmen Volte.

Fue, sin dudas, la mas complicadas de todas. Increíblemente, Neville había mejorado muchísimo sobre la escoba y poseía mucha mas fuerza de la que pensaban. Tal vez se ebiera al hecho de que su autoestima había mejorado con el Ejercito de Dumbledore el año anterior. De hecho, Neville y Dean fueron los elegidos para el puesto.

Al terminar las pruebas, Harry acomodó prolijamente el armario de las escobas. Ya casi era la hora de la cena. Sólo le hacía falta un buen baño, comer y dormir.

La cena fue monótona y silenciosa. Pero a Harry no le molestaba en absoluto. Definitivamente la prefería así, antes de tener que soportar interrogatorios y peleas estúpidas entre Ron y Hermione.

Pero nada es eterno, y mucho menos la poca tranquilidad que había logrado conseguir. Una mano moviéndose frente a él llamó su atención.

-Harry...

-¿Qué quieres Hermione? -bufó molesto.

-Te preguntaba que tal ha ido la práctica.

-Estabas ahí, tu lo viste -fue la respuesta de Harry, antes de seguir comiendo su pastel de carne.

-Pero... me refiero a si este año hay posibilidades de ganar la Copa, con tantos jugadores nuevos.

-No lo sé, Hermione. No es algo que dependa de mi.

-Harry -dijo Hermione suavemente observando el rostro cada vez mas colorado de Ron -¿Qué te sucede?

-No se de que me hablas.

-Desde que llegaste no nos has dirigido la palabra mas que cuando te hacemos alguna pregunta y nos contestas siempre como si fueramos una molestia para ti. ¿Por qué Harry? ¿Qué fue lo que te hicimos?

-Nada Hermione, nada.

-Harry, tu sabes que nosotros siempre....

-¿Puedes dejarme en paz? -la interrumpió Harry furioso -No puedo ni cenar en armonía en este inmundo lugar. ¿Puedes dejar de comportarte como un loro parlanchín y dedicarte a comer o a leer alguno de esos "tan fascinantes" libros que hay en la Biblioteca?

Hermione lo observó con ojos llorozos y salió del Gran Salón a toda prisa, antes de largarse a llorar delante de todo el Colegio.

Ron, en cambio, estaba comenzando a sentir ganas de asesinar a su amigo, si es que aún podía llamarlo así.

-¿Cómo te atreves? -dejó salir el pelirrojo. -¿Cómo puedes tener tan poco corazón? ¡La has hecho llorar!

-Como si tu nunca hubieras hecho llorar a Hermione, Ronald, por favor déjame en paz y ve a consolarla si tanto te importa.

-¡Harry! ¡No puedo creer lo que estoy escuchando! ¡El año pasado se puso en peligro sólo por acompañarte a tí! ¡¿Qué demonios te sucede?!

-¿Terminaste Ronald? -preguntó Harry poniendose de pie -Porque estoy cansado de tu estúpida voz.

-No. No terminé -dijo Ron imitando a Harry y plantándose frente a él, sin posibilidades de abandonar el Gran Salón y llamando la atención de todos los alumnos y profesores.

-Entonces dime lo que sea y apártate.

Pero Ron nunca abrió la boca, porque estaba tan furioso que hizo lo primero que se le cruzó por la mente. Le dio a Harry tal puñetazo que lo tiró de espaldas.

Dumbledore se puso de pie para evitar que la pelea pase a mayores, pero nunca hubiera esperado lo que sucedió cuando estuvo a punto de abrir la boca.

Draco había estado toda la cena observando a Granger intentando hablar con Harry, y luego la vio salir al borde del llanto del Gran Salón. Lo vio cruzar doa palabras con Weasley antes de ponerse de pie y luego como el pelirrojo se cruzaba en su camino.

Sintió su sangre hervir cuando Weasley golpeó a Harry en el rostro. Sin dudarlo ni un instante, se pró sobre su banco, saltó la mesa y le hizo señas a Crabbe y Goyle para que lo siguieran. Como era de esperar, los dos gorilas cumplieron con su órden.

Llegó junto a Harry en el momento en que Weasley se le tiraba encima para seguir golpeándolo. Crabbe detuvo a Ron por un brazo, mientras que Goyle se ponía entre Harry y ellos, mostrando sus puños en forma amenazante.

-¿Estás bien? -le preguntó a Harry, tendiéndole una mano.

-Si, pero voy a estar mejor cuando "ese" reciba su merecido.

-Después Harry, está todo el mundo mirándo. -dijo Draco señalándole con la mirada a Dumbledore.

Harry hizo a un lado a Goyle y se acercó a Ron, que estaba siendo apresado por los brazos de Crabbe. Lo miró fijamente a los ojos y habló, dejando impresionados hasta al mismo Draco.

-No quiero que vuelvas a acercarte a mi Weasley. Ni tu ni tu amiguita sangre sucia. ¿Te quedó claro?

-¡Eres un maldito desagradecido! -le gritó Ron intentando soltarse de los brazos que lo mantenían quieto.

-¿Qué debería agradecerte? No eres difetente a los demás. Sólo eres un pobre estúpido cuyo mayor problema es cuantos pergaminos debes completar para tener bien la tarea. Madura Weasley.

Harry pasó junto a Ron y escupió a sus pies. Draco lo siguió y la sonrisa despectiva y llena de odio que le envió al pelirrojo fue suficiente para que reaccionara, pues se había quedado de piedra al escuchar lo que su, hasta hacía cinco minutos, amigo decía.

Todos los alumnos cuchicheaban sobre la nueva actitud de Potter. La mayoría enojados por el desplante que le había hecho a ron y el insulto a Hermione. Muchos de ellos preocupados por las connotaciones que podría traer en la guerra un Harry Potter que... que... ¿que se estaba volviendo hacia el lado oscuro?

Los Slytherins, en cambio, comenzaban a apreciar esta nueva faceta del Salvador del Mundo Mágico. No todos ellos apoyaban al Señor Oscuro, pero sí coincidían en que la nueva forma de hablar de Potter (prácticamente siseando) y su actitud para con los Gryffindors era digna de cualquiera de la casa de la serpiente y estaban dispuestos a darle una cordial bienvenida.

La mesa de profesores era, en cambio, inescrutable. Todos continuaban comiendo como si nada hubietra pasado, pero McGonagall tenía los nudillos blancos de tanto apretar el tenedor, umbledore parecía estar deseando que la puerta se abriese nuevamente y por ella entrara Harry Potter diciendo que todo era una broma, pues no despegaba la mirada del roble.

Y Snape. Snape no sabía si alegrarse o cortarse la cabeza. Había tenido la esperanza de que Potter arrastrara a Draco a la luz, y no alrevés. Pero lo mas probable era que su alumno mas molesto se convirtiera en un Slythein mas.

Gracias a Merlín los alumnos no podían cambiarse de Casas, pues no podía imaginarse a sí mismo otorgándole puntos a Potter, aunque estuviera en Slytherin.

Remus y Caroline esperaban a Harry en el aula de Defensa contra las Artes Oscuras, pero el moreno llevaba media hora de retraso y eso no era bueno.

El licántropo estaba completamente nervioso. Conocía los motivos imperiosos por los que debía practicar Occulmencia y necesitaba hacer lo posible para que Harry comprendiera que sus poderes podían icluso llegar a perderse si no lo hacía.

Caroline, en cambio, cerró los ojos y llevó una de sus manos hacie el puente de su pequeña nariz, frunciendo el ceño como si estuviera pensando y....

-Voy a matar a ese viejo decrépito, molesto y manipulador. -declaró de pronto.

-¿Cary? -Remus levantó la vista para verla completamente enfurecida. Una visión nada agradable. -Cary, dime que sucede.

-Es su culpa. Es su maldita culpa que Harry no sepa cual es su lugar...

-¿Puedes decirme que pasa con Harry?

-Está sobre la fina línea que nos diferencia de ellos. Está comenzando a utilizar la basura de la pureza de la sangre y el poco dinero para lastimar a los demás.

-¿De qué demonios hablas? -dijo Lupin enojado, mas que preocupado -Harry no haría algo asi.

-Pued déjame decirte que lo ha hecho, y en medio del Gran Salón, en hora de la cena, delante de todos.

-Pero...

-Necesito ver a Dumbledore. -dijo Caroline abandonando el salón.

-Voy contigo.

Ambos caminaron en silencio y a gran velocidad hasta el despacho del Director. Después de decir la contraseña, y subir por la escalera, escucharon las inconfundibles voces de severus, McGonagall y Dumbledore del otro lado.

Caroline no se dignó a tocar la puerta, y mucho menos a esperar que le abrieran. En ese momento, lo único que deseaba era romperle el cuello a Dumbledore y llevarse a Harry lejos de allí.

-Caroline... ¿A qué debo...? -comenzó Dumbledore pero fue interrumpido por una varita en su nariz.

-No lo mato en este preciso momento porque sería todo demasiado sencillo para Voldemort.

-Cary creo que deberías calmarte -dijo Severus asombrado por su actitud; evidentemente, muchas cosas en ella habían cambiado.

-No me digas lo que debo o no debo hacer Severus. Esta basura -dijo señalando a Dumbledore y permitiendo que Snape le saque la varita de su mano -es el culpable de todo lo que está sucediendo.

-Caroline, yo no puedo dirigir la vida de Harry Potter, y tu bien deberías saberlo -Dumbledore habló con tal grado de entendimiento que Severus hizo una nota mental para preguntarle que demonios había querido deir.

-¡¡¡Ah!!! ¡¡Pero si AHORA no puede dirigir la vida de los demás!! ¡¡HIP"CRITA!! ¿Eso fue lo que hizo todos estos años? ¿"No manejar la vida de Harry"? Pues déjeme decirle que le salió bastante mal. De hecho, diría que ha hecho todo lo contrario. ¡¡Viejo manipulador!!

-¡Caroline! -exclamó McGonagall.

-Lo mismo hizo con Sirius. Dígame Dumbledore... ¿Qué cree que le sucederá a Harry si lo sigue manteniendo a la sombra? -Caroline se acercó al escritorio y colocó sus manos sobre él, acercando su rostro al de Dumbledore -Sirius cayó tras el velo.... Dígame que sucederá con Harry. ¿Se unirá a Voldemort? ¿Morirá? ¿Irá tras el velo en búsqueda de Sirius? ¡CONTESTE!

-Creo que estás exagerando querida... -dijo McGonagall, sólo para arrepentirse inmediatamente.

Caroline se giró hacia ella hecha una furia. En sus ojos titilaba el odio, la furia y la impotencia. Levantó su mano derecha y....

Remus fue mas rápido que ella. Había previsto un escenario así y por eso había ido con Caroline. McGonagall simplemente no sabía cuando silenciarse. era bien sabido que Caroline era una de las pocas Gryffindor que la mujer no había querido demasiado, pero siempre había respetado su magia, hasta ahora... definitivamente no valoraba su vida.

Se lanzó sobre McGonagall, lanzándola al suelo, pero desviándola del recorrido de la luz que había salido de la palma de Caroline.

Dumbledore parecía demasiado asombrado para poder hablar, mientras que Remus seguía sobre Minnerva, evitando que Caroline tenga un blanco demasiado fácil. Odiaba lo que iba a hacer a continuación, pero alguien debía intevenir.

-¡Severus! ¡Llévatela de aquí, mld!ta sea!

Snape salió de su mundo paralelo. Por un momento Caroline había sido aquello que tanto había temido 19 años atrás. "No, no, no. -se dijo mentalemente a sí mismo -Caroline no es un montruo. Cary sólo se dejó llevar, defendiendo al hijo de su mejor amiga. A su ahijado."

Se acercó a Cary lentamente y le acarició el rostro, apenas con la yema de sus dedos. Ella parecía no notarlo al principio, pero luego un escalofrío hizo que Snape sonriera, pues era la reacción que siempre había tenido a sus caricias.

-Caroline... -la llamó, pero ella aún no lo miraba -Cary, mírame. Eso es... vamos. Necesito hablar contigo y debes salir de aquí antes de que asesines a alguien.

-Oh... ¿Qué....? -Caroline parecía a punto de llorar, por lo que Snape sólo rodeó sus hombros con uno de sus brazos e hizo que recostara su cabeza en su pecho

-Shhhh -dijo acariciándole el cabello -Todo está bien. Vamos afuera.

-¿Puedes calmarte? -preguntó por décima vez en la noche.

-¡NO! ¡NO PUEDO! -contestó Harry -¿Cómo quieres que me calme cuando nadie me deja vivir tranquilo? Soy sólo un peón en un tablero de Ajedrez. Todo el que se acerca a mi lo hace por esta estúpida cicatriz.

-No es mi caso -dijo Draco tomándolo por los hombros y mirándolo seriamente a los ojos -Me importa un bledo si tienes o no una cicatriz en la frente, me daría lo mismo si no la tuvieras. ¿Entendido?

-Lo sé....

-Entonces dejar de decir que todos queremos lo mismo de ti.

-¿Qué quieres de mi Draco? -preguntó Harry sonando demasiado cansado para ser un adolescente de 16 años.

Draco observó la mirada que le estaba dando Harry en silencio. Era casi una súplica. El moreno ya había perdido todas las esperanzas de tener una vida normal, con amigos y familiares que lo quieran. era todo tan injusto con él.

-Sólo te quiero a ti, nada mas que a ti -murmuró sobre sus labios.

Sus labios se unieron en un beso suave, sin apuros y sin otra intención mas que transmitir afecto y comprensión. Draco aún lo tenía tomado por los hombros y HArry llevó sus manos por el pecho del rubio, hasta llegar a cruzarlas detrás de su nuca y acariciar esos cabellos casi plateados que lo volvían loco.

Cuando la lengua de Draco asomó pidiendo autorización, Harry no pudo hacer mas que acercar aún mas el rostro del rubio al suyo y abrir los labios obedientemente. el placer que le daba solo ese beso era increíble.

Pronto el beso dejó de ser un simple consuelo y se convirtió en el centro de su existencia. Necesitaban mas. Ambos necesitaban estar lo mas cerca posible, el uno del otro.

Draco bajó sus manos a la espalda de Harry, apretándolo contra él, permitiéndole sentir su creciente erección, mientras lo obligaba a caminar de espaldas hacia la pared mas cercana del castillo.

El Lago, la luna y las estrellas eran los únicos testigos de su encuentro, pero ninguno de los dos reparó en lo "romántico" de la situación.

Cuando se separaron, la boca de Harry encontró un nuevo trabajo: trazó besos a lo largo de todo el cuello de su acompañante, deleitándose con la suavidad de su piel y los sonidos que abandonaban su garganta.

Mordió suavemente la piel donde se unen el cuello y el hombro y Draco ya no pudo ni quiso soportarlo. Bajó las manos hasta el trasero de Harry y lo levantó con fuerza. Harry, comprendiendo la acción, enredó sus piernas en la cintura del rubio.

Ahora sus erecciones se frotaban natural y dolorosamente, una contra la otra, a un ritmo impuesto por dos jóvenes que se encontraban por primera vez en sus cuerpos y con plena consciencia de su compañero.

Los gemidos aumentaban junto con el ritmo de sus caderas y ya no había lugar para besos o caricias. Simplemente, tenían sus rostros enterrados en el cuello del otro y hacían todo lo posible por respirar.

-Más rápido Draco.... -pidió Harry, sabiendo que su momento se acercaba.

-Oh... Por Merlín.... -dijo Draco entre jadeos y gemidos, mientras aumentaba el ritmo - voy a... voy a....

Harry llegó a su punto cúlmine y, como acto reflejo, sus piernas se apretaron mas aún alrededor del rubio y volvió a morderlo, esta vez, justo debajo del oído.

Todo fue demasiado para el rubio, que simplemente se movió una vez mas, para acabar dentro de sus pantalones, tal como Harry lo había hecho unos segundos atrás y gemir el nombre del Niño que Vivió en ese momento.

Recuperando sus respiraciones, se dejaron resbalar por la piedra y se sentaron en el suelo. Harry guió a Draco a apoyarse en su torso, quedando el rubio entre las piernas del moreno, que ya no estaban enredadas alrededor de su cintura.

-Hermoso -murmuró Harry mientras acariciaba sus cabellos platinados.

-Mjm -coincidió Draco -Definitivamente.

-Draco...

-No digas nada. -pidió el rubio levantando la mirada. -Mañana hablaremos si quieres. Ahora -se puso de pie y le tendió una mano -Vamos a dormir. Podemos compartir la habitación.

-Pero... ¿Y tus compañeros de cuarto?

-No tengo. En Slytherin los Prefectos y los Premios Anuales tienen habitación individual. ¿Vienes?

-Claro. -dijo Harry sonriendo y tomando su mano.

RESPUESTAS A LOS REVIEWS:

Ordrade: Que bueno que te guste el ff. Sería también muy bueno poder decirte cada cuanto actualizo. Es medio imposible. El ff no lo escribo sola y, además de la facultad, mi trabajo y todo, tengo que coordinar conla co-autora para poder escribir cada capítulo. Intentamos que no pase de las 2 semanas... Un beso y espero que sigas leyendo.

Luna-Loveblack: Gracias por tantos alagos. De verdad me hacés sonrojar.. Hago lo posible para que la historia (mejor dicho, ambas) queden bien y sean agradables para el que las lee. Espero que te guste este capítulo. Un beso

Dudinemwen: Ok. Creo que estás un poco confundida. Yo no soy Barby, simplemente escribo junto a ella este ff. Me alegra que te guste esta versión del ff casi mas que la del foro. Debo decir que cuando se lo comuniqué se rió a mas no poder. Dice que estás completamente loca... Me alegro que hayas pasado por mi ff y espero que lo sigas leyendo. Un beso.

Arianne: Acá está el nuevo capítulo. Espero que te haya gustado y la espera haya valido la pena. Un beso.

Ophelia Dakker: Siempre con ventaja y ahora también... Espero que hayas disfrutado este nuevo capítulo y que puedas actualizar pronto vos también, que tu ff me tiene intrigadísima. Besos. Yo también te quiero mucho.

Key-kugodgy: Para serte sincera, iba a esperar un poco mas en poner algo "romántico" de Harry y Draco, pero al ver tu pedido me pareció buena idea agregar algo en este capítulo. Espero que haya cumplido. Un beso.

MUCHAS GRACIAS A TODAS....

DEJENME SUS REVIEWS.....

Y DÍGANME QUE LES PARECI" EL CAPÍTULO...

LAS SUGERENCIAS SON BIEN RECIBIDAS.

BESOS PARA TODOS LOS QUE LEAN...

GALA SNAPE

(Miembro de la Orden Severusiana y demás grupos que pueden encontrar en mi Profile.)