DISCLAIMER: Ninguno de estos personajes son mios. Todo pertenece a JK Rowling, Warner Bros, etc, etc... no gano dinero con esto... ¡¡es solo una forma de pasar el tiempo hasta que llegue el verdadero libro 6!!
ADVERTENCIA: este fic contiene slash (relacion chico/chico), si no te gusta no lo leas. ¡¡¡¡¡ESTÁS ADVERTIDO!!!!!
¡AHORA SI, A LEER!
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CAPITULO 15: ¿GRYFFINDOR O SLYTHERIN?
Harry había logrado esquivar las conversaciones que todos los miembros del staff de profesores querían tener con él. No tenía ninguna intención de dar explicaciones a nadie, cuando a él todos le ocultaban cosas.
Ahora caminaba hacia la clase de Defensa, para su cita semanal con Miss Caroline. Las clases de Oclumencia eran completamente diferentes a las del año anterior. La profesora parecía ser una buena persona. Era amable y comprensiva con él, y le daba instrucciones útiles para cerrar su mente. No podía comparársela con Snape.
Por otro lado, le daba una gran sensación de seguridad que Remus Lupin estuviera casi siempre con ellos. Aunque se había disculpado algunos días y no había permanecido con ellos, la mayoría de las veces se quedaba sentado en un rincón, prestando gran atención a sus progresos.
Cuando Harry abrió la puerta, se encontró con que era una de esas excepciones. Miss Caroline estaba sola, sentada frente a su escritorio, corrigiendo ensayos de los alumnos.
-Oh Harry, que bueno que hayas llegado. Estaba corrigiendo tu ensayo sobre maldiciones antiguas. Muy bueno por cierto.
-Gracias. El.. tema es interesante.
-Ya lo creo. –Caroline dejó los pergaminos de lado y le indicó a Harry que se siente frente a ella. –No quiero que te sientas.... mmmm... presionado a hablar conmigo. No es mi intención inmiscuirme en tus problemas. Sólo me gustaría saber como te encuentras después de la pelea en el Gran Salón.
-No lo sé. Es.... extraño.
-Puedo imaginarlo. –dijo ella en voz muy baja –No es fácil decidir el rumbo a tomar. Siempre hay algún costo que pagar por la decisión que se tome.
-Es que... Ron y Hermione estuvieron conmigo siempre durante estos últimos cinco años. Pero ahora creo... no lo sé. No me siento a gusto con ellos.
-Y te sientes bien con Draco. –no fue una pregunta la de Caroline. –Es comprensible. Draco Malfoy es un chico extraordinariamente inteligente y, por lo que veo, se han vuelto muy unidos. Tal vez tengas mas cosas en común con él que con los chicos de Gryffindor.
Harry no dijo nada por un largo tiempo. Sólo miraba a Miss Caroline buscando alguna señal de que se estuviera burlando de él. Al fin y al cabo, ella y, tal vez Remus, eran las únicas personas que no lo habían juzgado. Eran los únicos que no le recriminaban por su amistad con Draco.
-Tu tienes muchas cualidades de Slytherin. –siguió ella –La mayoría de ellos tuvieron que educarse y criarse solos. Sus padres no se preocuparon por ellos. Y, aunque me consta que tus padres te amaron mas que a sus propias vidas, no fue lo mismo con tus tíos. ¿Verdad?
-El Sombrero Seleccionador quiso ponerme en Slytherin.
-¿Y puedo saber por que te negaste? –preguntó Carolina verdaderamente interesada.
-Porque... Hagrid me había dicho que de esa casa había salido Voldemort –Harry notó que ella no le tenía miedo al nombre –Y... mi primer amigo fue Ron y... Draco lo insultó en el Expresso. Cuando noté que él iba para Slytherin, quise ir a otra casa.
-Claro. Lástima.
-¿Perdón?
-Hubiera sido interesante ver el curso que tomaban las cosas si hubieras ido a Slytherin. Tal vez la rivalidad entre Casas se hubiera terminado. Tal vez los demás dejaran de enviar a los Slytherin directamente a ser magos oscuros.
-¿Usted quiere decir que es culpa del resto que los Slytherin sean como son?
-Discriminación, Harry. Esa es la mayor causa por la que un Slytherin se vuelve al lado oscuro. No hay nadie que confíe en ellos. No les queda otro camino.
-Nunca lo había visto así. –reconoció Harry.
-¿Y bien? ¿Qué es lo que piensas? ¿A qué casa perteneces Harry?
-No lo se Miss Caroline. Últimamente estoy mas convencido de que soy un Slytherin.
-Interesante. –dijo ella y dio por terminada la discusión. –Deja tu varita sobre la mesa y concéntrate.
Durante toda la noche, Harry no pudo dormir. Una y otra vez le daba vueltas la misma duda en la cabeza. ¿Cuál era su verdadera casa? ¿Gryffindor o Slytherin?
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Muy pocas veces su Jefe de casa lo había llamado con tanta urgencia. Una simple nota con escuetas palabras descansaba en su mesa de noche cuando abrió sus ojos grises para darle la bienvenida a un nuevo día.
Draco se vistió de prisa, sabiendo que Severus Snape consideraba un insulto cualquier retraso, sin importar que fueran a penas segundos. Si le decía que debía estar en su despacho a las 8.30, debía estar ahí.
Internamente sabía cual era el motivo de la "reunión". Harry Potter. ¿Qué iba a decirle Snape? ¿O qué iba a reclamarle? ¿Qué no lo hubiera entregado al Señor Tenebroso? ¿O que lo esté llevando al lado oscuro?
Draco no era ningún niño ingenuo. Conocía lo que significaba estar en guerra. Sabía que no podía confiar en absolutamente nadie. Y Snape no era la excepción. Estudió el comportamiento del profesor de Pociones desde que lo conoció, y aún no podía dilucidar si era leal al Señor de las Tinieblas o a Dumbledore.
La lealtad de Snape no era algo que le quitara el sueño, pero su padre le había dicho, en su primer año en Hogwarts, que era un mago poderoso y que debía andar con cuidado alrededor suyo. Nunca debía mostrarle debilidades o puntos frágiles.
Con suaves movimientos se deslizó por las mazmorras, mas frías que nunca por la mañana. A penas al tocar la puerta del despacho de su profesor y Jefe de Casa, la pesada madera se abrió.
Severus Snape estaba sentado en su escritorio, evidentemente esperándolo. Cualquiera hubiera dicho que estaba completamente tranquilo, viendo su pose despreocupada. Pero Draco lo conocía mas que eso. Draco lo había estudiado a la perfección.
Podía notar la tensión que descansaba como una gran carga en los hombros del Slytherin mayor. Podía notar que algo lo perturbaba. Y ya no estaba seguro de que fuera Harry.
-¿Necesitaba hablar conmigo, señor?
-Si Señor Malfoy. –dijo severus haciéndole una seña para que tomara asiento –Ha llamado mi atención el hecho de que, no solo ha forjado "amistad" con Potter, también lo ha invitado a la Sala común de Slytherin.
-Si señor. –admitió Draco. Había esperado que Snape lo dejara pasar, pero evidentemente se equivocó.
-Quiero una buena justificación, Señor Malfoy. Los alumnos de Hogwarts están divididos en Casas por una razón. Y las Salas Comunes tienen contraseñas para que los "extraños" no puedan ingresar.
-Lo sé Señor, pero Harry necesitaba tranquilidad y, como podrá imaginar, la Sala Común de Gryffindor debe ser desastrosamente ruidosa.
-Comprendo eso. Pero, si el señor Potter necesitaba "descansar", podría haber puesto un hechizo silenciador alrededor de sus doseles en su propia cama y no colarse en una cama ajena.
-No volverá a suceder, Señor.
-Por supuesto que no señor Malfoy porque, de hacerlo, conocería la parte de mi que está reservada exclusivamente para Gryffindors. –Severus entrecerró sus ojos amenazadoramente -¿Entendido?
-Si. Si señor. –Draco se puso de pie y se dirigió a la puerta. Definitivamente quería salir de allí cuanto antes.
-Y tenga cuidado, Señor Malfoy –agregó Severus, cuando Draco estaba abriendo la puerta –Dumbledore le está prestando mucha atención a sus movimientos y, por supuesto, a los de Potter.
-¿Por qué no puede dejarlo en paz? –murmuró Draco para sí mismo.
-Él hace lo que le parece correcto –dijo Severus con sarcasmo, odiaba admitirlo, pero a veces comprendía a Potter.
-Pues todas sus "buenas intenciones" se van a derrumbar en cualquier momento. –dijo Draco antes de irse.
Las últimas palabras del rubio dejaron preocupado a Snape, que creyó entender el significado de ellas. Había solo una manera de que Potter despedazara las esperanzas de Dumbledore. Sólo esperaba no verlo jamás.
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No podía dormir. Sentía que algo estaba profundamente mal. No era algo común en él. Ron nunca tenía problemas para dormir, pero esa noche sentía dentro de su corazón que algo no estaba bien, que alguien no estaba bien.
Se levantó de la cama y observó su reloj. Apenas pasaban las tres de la mañana. Tal vez fuera una estupidez, y no lo merecía, pero se acercó a la cama de Harry para comprobar que no estuviera sufriendo ninguna pesadilla. Nada. El moreno dormía plácidamente.
Haciendo el mayor silencio posible, Ron abandonó el dormitorio que compartía con sus compañeros de sexto año. Las escaleras que llevaban a la Sala común fueron recorridas con la misma cautela. Después de todo, aún no comprendía qué era lo que estaba mal.
La Sala común estaba vacía. Las llamas crepitaban haciendo pequeños chasquidos y dibujando somras en el suelo y las paredes. No había nadie en los sillones, ni banquetas. Definitivamente estaba loco. Giró y volvió al dormitorio.
En cuanto puso un pie en el primer escalón sintió un gemido. Sonaba a una voz conocida, pero lastimosa y acongojada. Afirmó con fuerza su varita en su mano derecha y caminó hacia la fuente del sonido. Lo que vio no era lo que esperaba.
Hermione estaba hecha una bola sentada en el suelo. La espalda apoyada contra un sillón y sus brazos abrazan sus rodillas. El rostro escondido y su cabello enmarañado cayendo mas desordenado que nunca. Y dejó salir otro gemido.
Ron no sabía que decir, por lo que decidió acercarse en silencio y arrodillarse frente a ella. Aún sin hablar, llevó tentativamente una mano al cabello de su amiga y lo acarició con cuidado, temiendo sobresaltarla. Ella no levantó la vista, pero pareció haberlo reconocido de algún modo.
-¿Ron?
-¿Qué sucede?
-Tengo tanto miedo. -susurró Hermione de forma casi inaudible.
Ron le levantó el rostro suavemente y no pudo dejar de maravillarse por lo bella que se veía, aún con los ojos hinchados de llorar, las lágrimas cayendo por sus mejillas y los labios fruncidos.
Aún en silencio, y sin dejar de mirarla a los ojos, le tomó una mano y la guió hacia uno de los sillones, donde se sentó y la sentó en su regazo. Hermione lo miró extrañada, pero ron sólo llevó suavemente su cabeza contra su torso y le acarició el cabello con ternura, intentando calmarla.
Hremione se relajó en los brazos de ron, sintiendose protegida. Tan protegida como cuando, en sus tiempor de niñita, su padre la abrazaba después de una pesadilla y le prometía que no dejaría jamas que le hagan daño.
-Gracias. -susurró con el rostro escondido en el torso de su amigo.
-¿Estás mejor?
-Si. Yo... -Hermione levantó el rostro pero Ron negó con la cabeza.
-No tienes que decirme.
-Pero quiero hacerlo. -sonrió tristemente antes de acomodarse nuevamente -Tengo miedo e que Harry se vuelva como Voldemort.
-No... digas...su... nombre. -dijo Ron intentando suprimir un escalofrío.
-Lo siento. -se disculpo Hermione -Está actuando tan extraño, y todo el tiempo se la pasa con Malfoy... Ya no sé que pensar.
-¿Crees que es cierto lo que dicen? ¿Qué son... mas que amigos?
-Es posible. -Hermione sintió el rubor cubrir sus mejillas, y podía imaginar a Ron en la misma situación -¿Tu que crees?
-¡Pero a Harry le gusta Cho! ¡Se besaron! ¡Ellos...!
-A Harry le gustó Cho el año pasado Ron. Y no fue la mas grandiosa experiencia que digamos.
-Si, pero...
-No es eso lo que me preocupa. -Hermione termino el tema tan abruptamente como lo habían empezado. A ella tampoco le hacía gracia que su amigo estuviera involucrado sentimentalmente con un Malfoy. -A lo que me refiero es... me llamó "sangre sucia" y...
-Y no debes hacerle caso. -dijo Ron furioso, por el evidente daño en los ojos de su amiga -Es una idiotez. A nadie le importa que seas hija de muggles. Y si él tiene un problema con eso, entonces que se vea al espejo, porque su madre lo era también.
-¿Y si nos deja? ¿Y si se une a Vol... a "Él"?
-No lo hará. -dijo Ron apretando mas el agarre a Hermione, pero no estaba tan seguro de tener razón.
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-¿Dónde vas? -preguntó Draco acelerndo el paso para quedar junto a Harry, que caminaba apurado por los terrenos del castillo.
-A ver a Hagrid.
-¿Y a qué se supone que vas a ver a ese semi-gigante? -preguntó Draco con desprecio.
-Escucha Draco. -Harry habló secamente -Hagrid es, tal vez, la única persona dentro de este desagradable mundo que confía en mi lo suficiente como para decirme cosas.
-Eso no es cierto. -dijo Draco tomándolo de un brazo. -Sabes que no es cierto.
-Lo siento. -dijo Harry bajando la mirada -Estoy siendo injusto contigo. Pero Hagrid me pidió que fuera a visitarlo y no puedo negarme. No cuando él fue el único que el año pasado me dijo que era excatamante lo que había hecho y lo que estaba sucediendo.
-Está bien. -dijo Draco sin comprenderlo -sólo quería avisarte que Snape me prohibió que te deje entrar nuevamente a Slytherin.
Con un elegante giro que hizo ondear su capa, Draco dejó a Harry. De pie, en medio de los terrenos, el moreno se arrepintió de haber sido tan duro con Draco. el rubio no tenía la culpa de las confusiones que él estaba sufriendo.
Suspiró audiblemente, acariciándose el puente de la nariz, debajo de sus lentes y reemprendió su camino a la cabaña de Hagrid, preguntándose que era lo que su enorme amigo tenía en mente esta vez.
-¡Harry! -exclamó el profesor de Criaturas Mágicas al abrir la puerta -Ya estaba preocupado. Creí que no vendrías.
-Hola Hagrid. -saludó el moreno sin hacer caso a la mención de la preocupación. -¿Cómo has estado?
-Eh... Bien. Gracias. Pero... me gustaría saber como estás tu.
-¿Yo? -preguntó Harry haciéndose el desentendido -Yo estoy bien. No sé por que lo preguntas.
-Bueno... -el semi-gigante se notaba incómodo -con lo de Sirius en junio y tu tía en el verano yo creí que.....
-Van a pagar Hagrid -dijo Harry con voz helada y los ojos verdes brillando intensamente -Van a pagar por haberlos matado.
-Eh...
-¿Y.... Cómo está tu... "amigo"? El del Bosque.
-Grwapy está muy bien. -dijo Hagrid emocionado -Ya habla nuestro idioma casi de corrido. Tiene algunos problemas de pronunciación, pero.. creo que es normal.
-Me alegra saberlo -dijo Harry sonriendo sinceramente, volviendo a ser el niño de siempre. -Después de todo, me salvó en junio.
-Si... Es muy valiente mi hermnito.
Harry no sabía si echarle a reír o golpear a Hagrid por la expresión de ensoñación que tenía en el rostro. Su "hermanito" era casi una montaña parlante y caminante. No tenía nada de pequeño. Pero, en definitiva, era Hagrid, el mismo que había tenido una cría de dragón como mascota.
Luego de terminar el extraño te que Hagrid le había servido y de guardar en sus bolsillos las galletas que le había ofrecido, se despidió y volvió al castillo, con aire renovado y algo mas liviano, al saber que aún podía tener un amigo allí dentro.
Y entonces recordó a Draco y sus ojos grises tan fríos y distantes cuando se habían separado. Iba a tener que solucionar ese pequeño inconveniente lo antes posible. Los Malfoy eran orgullosos y sabía que él había tenido parte de la culpa.
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Severus caminaba por los pasillos de "sus" mazmorras cuando vio una figura vestida con una capa azul moverse con cautela entre las sombras. No parecía peligroso. No era un adulto. Pero, aún así, debía averiguar de quien se trataba.
Con la destreza que le habían otorgado sus lecciones de duelo en su época escolar y, mas tarde, las lecciones entre miortífagos, pronto tuvo al extraño contra una rocosa pared. Aunque tuviera el rostro pegado a las piedras, no tardó en descubrir de quien se trataba.
-¿Qué hace Potter? -preguntó peligrosamente mientras lo soltaba. Pero el chico ni se inmutó.
-La próxima vez, por favor hágase ver y no sea tan rudo. -dijo el moreno sacudiéndose la túnica -Pudo haber arruinado mi ropa.
-Le hice una pregunta. -Snape entornó sus ojos.
-Oh si, lo siento. Iba a ver a Draco. -respondió Harry con naturalidad.
-No puede entrar a la sala Común de Slytherin, Potter. ¿O es que el Señor Malfoy olvidó mencionárselo?
-Si me dijo. Pero pensé que, si nunca me interesó lo que usted opinabva, menos tendría que interesarme ahora.
-No sea irrespetuoso Potter. Tiene detención por el resto de la semana y....
-¿Qué? -preguntó Harry con calma -¿Cuántos puntos va a sacarme? ¿50? ¿100? No se si lo habrá notado, pero NO me interesa.
-Lo escoltaré hasta su Sala Común. -dijo Snape tomandolo del brazo no muy cordialmente.
-No será necesario. -Harry se soltó del agarre -No me gustaría que me vieran en su compañía. Buenas noches "profesor".
Harry caminó hasta perder de vista a snape y luego tomó un camino que no llevaba a su habitación, sino que era un atajo para llegar a la Sala común de Slytherin. Un camino que Draco le había mostrado y que no creía que Snape supiera que conocía.
Al fin llegó a su objetivo y pronunció la contraseña, sonriendo satisfecho al entrar. Parkinson, Crabbe y Zabini de su curso estaban allí, junto a algunos mas grandes de séptimo año. todos lo saludaron con una inclinación de la cabeza y él respondió de la misma manera, caminando decidido hacia la habitación de Draco.
No se detuvo a golpear, sino que entró directamente. Después de todo, el rubio no le ocultaba nada, o eso era lo que siempre decía. Draco estaba sentado frente a su escritorio, inclinado sobre un par de pergaminos y un libro de Aritmancia. Levantó la vista, lo vio y volvió a su tarea.
-Vamos Draco, no seas testarudo.
-¿Qué haces aquí, Potter?
-Oh... ahora soy Potter. -murmuró el Gryffindor acercándose a él -Draco, quiero hablar contigo.
-Pues yo no. Y, si me escuchaste antes, sabrás que Snape no desea que estés aquí.
Harry gruñó exhasperado, pero no iba a dejar que un estúpido mal entendido lo aleje de su rubio. Cuando estuvo a su lado, se apoyó casualmente en el escritorio y obligó al Slytherin a levantar la mirada, tomándolo del mentón.
-Lo siento. De verdad no quise decir que no confiabas en mi. Me refería a los demás y lo sabes.
-Bien, bien. Ya deijiste lo que querías, ahora vete.
-Oh no... No tuve una agradable discusión con Snape para que me corras de tu dormitorio como si nada.
-¿Discutiste con Snape?
-Si, pero no es nada nuevo. -dijo Harry quitándole importancia -Draco... de verdad lo siento.
-Lo se. -dijo el rubio mirándolo intensamente a los ojos.
-Y quiero compansarte. -Harry sonrió con lujuria. -Ven.
Draco se puso de pie y, guiado por el Gryffindor, se sentó sobre el escritorio, sobre todos sus pergaminos. Harry le abrió las piernas con cuidado y se situó entre ellas, pegándose a su cuerpo, mientras sus labios se unían en un frenético beso.
ESCENA NC-17 CORTADA. YA SABEN QUE PUEDEN ENCONTRARLA EN SLASHEAVEN (VER EL HOMEPAGE EN MI INFO)
Uno sobre el otro, enderados y aún sin separarse, se miraron a los ojos y se besaron con pereza, cansados por el desenfreno que se había apoderado de ellos. Ni Harry deseaba que Draco saliera de dentro suyo, ni el rubio tenía ganas de despalzarse fuera de él.
-Tendríamos que hacer esto mas seguido. -murmuró el Gryffindor, logrando que Draco estallara en carcajadas.
-No voy a negarme. -respondió saliendo de él y acomodándose a su lado. -Eres tan hermoso.
-¿Draco Malfoy alagándome tiernamente? -rió Harry -Habría que documentarlo.
-Idiota.
-Tu eres hermoso. -dijo Harry besándole la punta de la nariz.
-¿Dónde vas? -preguntó Draco cuando Harry se levantó de la cama.
-A mi dormitorio.
-No digas estupideces. -dijo Draco tirándolo de un brazo hasta acostarlo junto a él nuevamente y reodeándolo posesivamente con sus brazos y piernas. -Snape puede irse al mismo infierno, pero tu duermes aquí. Tal vez quiera sexo en la mañana.
Harry rió y se acurrucó junto a Draco. Ambos se durmieron casi inmediatamente, con sendas sonrisas en sus rostros.
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Snape se quedó patruyando los pasillos después de ver que Harry se iba rumbo a su Sala Común. Maldito Potter. Ya no lograba intimidarlo y nada que hiciera iba a lograr afectarlo. Tenía que encontrar alguna manera de detenerlo o iba a ir directo a las manos del Señor de las tinieblas.
-¿Severus?
-Lupin. -gruñó Snape. Lo último que necesitaba era al licántropo burlarse de él. -¿Qué quieres?
-Hablar contigo. -Al ver que iba a discutir sontinuó -Sobre Caroline.
-¿Está bien? -preguntó preocupado, sin importarle olvidar su fachada fría.
-¿Podemos ir a otro lugar? No uiqero arriesgarme a que nos escuchen.
-Sígueme.
Remus siguió a Snape hasta sus aposentos, donde el profesor de Pociones estaba seguro que nadie los interrumpiría y estarían a salvo de oídos indiscretos. Cuando Lupin se sentó en uno de sus sillones, frente a la ardiente chimenea, él lo imitó.
-¿Y bien? -dijo molesto cuando el licántropo no hablaba.
-Ella no lo sabe. -dijo Lupin y, ante la mirada confundida de Severus, aclaró. -No sé de tus motivos para unirte a Voldemort y mucho menos el por que de tu regreso a la Luz, pero nunca le dije que eras un mortífago.
-¿Por qué? -preguntó Severus con la voz a punto de quebrarse.
-Porque no quería dañarla. Porque odio ver sus ojos llenos de dolor. Y porque su corazón iba a romperse si se enteraba de algo así.
-Y me lo dices....
-Harry es muy unido a ella. -explicó el licántropo -Y, me parece, que tendrías que decírselo antes de que él lo haga.
-¿Qué ganaría Potter con decírselo? Él no sabe que nosotros fuimos...
-Claro que no. Pero podría decírselo en cualquier momento. En un arrebato de furia contra tí o contra Dumbledore o contra vaya a saber uno quien.
-No puedo hacerlo Lupin. Va a odiarme.
-¿Tan poco la conoces? -exclamó Remus furioso -¿Tan poco que no sabes aún que no es capaz de odiarte? ¡Sólo hay una persona en el mundo que tiene su desprecio y es Voldemort! Y estoy seguro que no lo odia. Debe tenerle lástima, pero odio jamás.
-No voy a decírselo. Jamás. -dijo el Slytherin decidido -¿Por qué habría de hacerlo? Nosotros ya no somos lo que éramos. Y seguramente ella me olvidó después de lo que pasó. Le dije las peores cosas que puedan ocurrírsete Lupin, estuve a punto de golpearla.
-Lo se. -dijo Remus con pena -Pero la amas. Y si no se lo dices vas a perderla. No va a gustarle enterarse por otro y, creeme, cuando te digo que conozco a alguien que estará MUY interesado en que ella conzca la verdad.
-¿De quién hablas? -preguntó Severus preocupado. el Señor Tenebroso no podía....
-No es Voldemort Severus. -aclaró -Es... otra persona.
-¡DEMONIOS LUPIN! ¡DEJA DE JUGAR A LAS ADIVINANZAS Y DÍMELO!
-Su prometido, Severus. Díselo y no dejes que se case con él.
Lupin se levantó de su asiento y dejó a Severus solo con la información, sus pensamientos, su temor, sus dudas y su culpa. Estaba comprometida. Iba a casarse con alguien mas.
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RESPUESTA A LOS REVIEWS:
Setsuna: Ya tomé la decisión y empecé un ff nuevo. Así que este queda como lo planifiqué en un principio. Coincido con vos en que Dumbledore se merece el odio de Harry, despues de todo, él es el que mas culpa tiene por la muerte de Sirius. Con lo que no estoy de acuerdo es con que trate tan mal a Ron y Hermione, pero no puedo evitar escribirlo. Me pongo en su lugar, a mi si me matan a mi padrino los asesino a todos. Un beso.
Aryblack: Espero que tus vacaciones hayan sido bien divertidas. Yo, lamentablemente, aun tendo que esperar bastante para eso. Besos.
Ophelia Dakker: ¿Vos te diste cuenta de que el slash es una obsesión? Yo no puedo evitarlo tampoco, cada vez me gustan mas.... La censura está difícil, así que los lemons vuelan a Slasheaven. Un beso y gracais por estar siempre ahí.
Luna-Loveblack: ¿Qué decirte? Ya habrás visto que no se le va a hacer fácil a Severus acercarse románticamente a Caroline de nuevo.... Pero bue... que se le va a hacer. Y, con respecto a la opinión que pedí, como verás, ya empecé otro ff. Jejejeje. mi macabra mente necesitaba hacer un HP/SS. Y sí, por la censura tengo que cortar las escenas NC-17, porque no quiero que me corran. Besos.
Kei-Kugodgy: De nada. Siempre ayuda que alguien de unas palabras de aliento. Harry si está actuando extraño, pero no es mi culpa. Es de JK, que mató a Sirius..... sniff Besos.
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¿LES GUST"? ¿LO ODIARON? DÉJENME SUS REVIEWS, QUE SERÁN RESPONDIDOS!
BESOS
GALA SNAPE.
