DISCLAIMER: Ninguno de estos personajes son mios. Todo pertenece a JK Rowling, Warner Bros, etc, etc... no gano dinero con esto... ¡es solo una forma de pasar el tiempo hasta que llegue el verdadero libro 6!

ADVERTENCIA: este fic contiene slash (relacion chico/chico), si no te gusta no lo leas. ¡ESTÁS ADVERTIDO!

¡AHORA SI, A LEER!

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Antes de comenzar quiero pedir disculpas por la demora. Como sabe, este ff tiene su co-autora y ella estuvo con algunos problemas personales. Por eso, no pudimos escribir el capítulo cuando queríamos. Espero que sigan leyendo y que nos disculpen.

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CAPITULO 20: El Mapa Merodeador.

Caroline abrió los ojos y sintió que no había descansado absolutamente nada. La última semana, tanto los días como las noches no habían sido mas que ridículas discusiones y peleas. Remus, Aramlen y los niños... si tan sólo pudiera desaparecer.

Había un brazo posado sobre su desnudo cuerpo, rodeándola, manteniéndola acostada, protegiéndola y aprisionándola. Un brazo que tenía su hombro izquierdo firmemente tomado en su mano y que no pensaba soltar. Un brazo que ella sabía a quien pertenecía, un brazo que iba a aprisionarla cada noche de su vida en no tanto tiempo, un brazo que ahora se movía y la acariciaba tierna y suavemente.

-Hola amor... -dijo una rasposa voz en su oído.

-Buen día. -respondió ella secamente.

-¿Estás molesta conmigo? -preguntó el ángel con una sonrisa mientras acomodaba todo su cuerpo sobre ella.

-Déjame, Aramlen. -medio pidió, medio ordenó Caroline al sentir la dureza de su prometido presionando contra ella. -No hay tiempo ahora. Debo ir al Gran comedor a desayunar y...

-Oh vamos.. siempre hay tiempo...

Justo cuando el ángel comenzaba a besar su cuello y sus manos dejaban de ser una simple caricia para adentrarse en lugares solo reservados para él, alguien llamó a la puerta.

-¡CARY!

-Voy a matarlo. -murmuró Aramlen al reconocer la voz. -Voy a matarlo dolorosa y lentamente y...

En un guiño de ojos Aramlen era el que estaba tumbado de espaldas en la cama, con Caroline sobre él, pero sin intenciones de seguir el juego que habían comenzado.

-Vuelves a pensar algo así nuevamente, y te arrepentirás de haber nacido.

-Amor... no pensarás que...

-No juegues conmigo Aramlen. Eres mi prometido, pero Remus es tan cercano a mi como mi hermano. No te atrevas a amenazarlo si quiera.

Con esas duras palabras, Caroline se levantó de la cama, se enfundó en una bata abrigada y salió de la habitación, para encontrarse con Remus, que la observaba entre divertido y molesto.

-Por tu estado de vestido, anoche hubo guerra...

-Remus...

-Pero por la expresión de tu rostro el ángel no es tan buen guerrero.

-¡Remus Lupin! -lo regañó Caroline, aunque con una sonrisa en su rostro -¿Podemos dejar las peleas y discusiones para otro día? Realmente quiero pasar un día sin problemas.

-Con gusto, cariño. -dijo Lupin abrazándola -Me mantendré lejos de él durante todo el día.

-Lupin. -las palabras de Aramlen podían ser tomadas como un simple saludo, pero el tono de amenaza estaba presente.

-Aramlen. -dijo el licántropo con fingida amabilidad mientras se separaba de Caroline mas lentamente de lo que debería. -Estás flaca, Cary. Deberías comer mas.

-Oh cállate. -respondió ella sonriendo, aunque la sonrisa se evaporó cuando sintió los posesivos brazos de su prometido cerrarse en torno a su cintura, manteniéndola contra su cuerpo y marcándola como suya frente a Remus.. -¿Los niños?

-Aún duermen. La "conversación" de anoche debe haberlos dejado agotados.

-Seguro. -respondió ella escapando de los brazos de Aramlen. -Iré a despertarlos. ¿Puedes desayunar con ellos, Moony?

-No tienes que pedirlo. ¿Tu irás al Gran Salón?

-Si, debo hablar con Albus. ¿Qué harás tu?

-Me reuniré con el ED.

-Claro. ¿Aramlen¿Qué tienes planeado para hoy?

-Nada en especial. Pensé que como era sábado podíamos ir a algún lugar fuera de este castillo.

-Lo siento -dijo Caroline regalándole un ínfimo beso en sus labios -Tengo miles de ensayos que corregir y clases que preparar. -cuando vio que Aramlen estaba dispuesto a quejarse, añadió -Y no puedo alejarme de Hogwarts, mis sobrinos me necesitan aquí.

-¡Tus sobrinos tienen un padre!

-Un padre que no está aquí con ellos porque debe encargarse de los negocios de la familia mientras yo los protejo.

-¿De verdad estás justificando a tu hermano!

-Mide tus palabras Aramlen, ya te lo advertí una vez.

Con esa última frase, Caroline se encerró en el baño, mientras Remus hacía uso de toda su fuerza de voluntad para no asesinar al ángel frente a él. ¿cómo era posible que Caroline estuviera con él? Nunca lo entendería.

-Mantente alejado de ella, licántropo.

-Oblígame. -lo desafió Remus.

-Lo haré, no lo dudes. -la sonrisa y el brillo en los ojos de Aramlen eran completamente diferentes los que mostraba cuando Caroline estaba cerca -Lo haré.

-Te juro que no va a casarse contigo. No me interesa lo que tenga que hacer. Pero ella no va a destruir su vida al unirse contigo.

Remus hizo un último gran esfuerzo y se perdió tras la puerta que llevaba a las habitaciones de los niños. Debía calmarse, despertar a los niños y no permitir que el demonio vestido de ángel los perturbara mas de lo que solía hacerlo.

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Nunca antes se había visto tal incredulidad y desesperanza en el rostro de los jóvenes alumnos de Hogwarts que pertenecían al Ejército de Dumbledore. En el salón del requerimiento el silencio fue lo único que Ron y Hermione consiguieron después de afirmar, a todos los que no habían estado en Hogsmeade durante el ataque, que Harry Potter había sido uno de los mortífagos.

Tanto Ron como Hermione habían pasado los últimos días casi encerrados y sin hablar con nadie mas que algunas palabras con Ginny o Neville. La poca esperanza que les quedaba se les había desplomado esa tarde que vieron con sus propios ojos como Harry Potter había usado un poderoso y oscuro maleficio contra un hombre inocente. Ahora... ahora todo estaba perdido.

Pero luego habían mantenido una seria conversación con Lupin. El ex profesor de Defensa contra las Artes Oscuras les había aconsejado como actuar y les había dado a entender que no debían ser demasiado duros con Harry. Sí, se había unido al asesino de sus propios padres; pero también había que reconocer que lo hizo manipulado y furioso con el mundo por los secretos que eran guardados.

Por eso habían reunido nuevamente al Ejército de Dumbledore. Por eso ahora se encontraban haciéndole frente a un grupo de alumnos que los observaban con los ojos tan abiertos que debían doler. Por eso debían incentivarlos a continuar. Porque, a pesar de todo, la guerra aún no estaba perdida.

-¿Están locos? -preguntó Zacarías Smith, llevándoles la contraria -¿Cómo pretenden hacernos creer que tenemos una oportunidad frente al Innombrable y Potter!

-¿CÓMO SE ATREVEN A INTENTAR METERNOS EN LA GUERRA! -exclamó Cho Chang.

-Nadie habló de ir como soldados a una guerra. -dijo Hermione con una tranquilidad que no poseía -Estamos hablando de saber defendernos.

-Pero... el ED se formó para aprender Defensa contra las Artes Oscuras y llevarle la contra a Umbridge, nada mas.

-Honestamente Chang -refunfuñó Hermione -cualquiera diría que tu tendrías interés en la guerra, después de todo Voldemort asesinó a Diggory.

El silencio reinó nuevamente. Ron la pegó un codazo a Hermione y Ginny abrió mucho los ojos. Nunca se hubieran imaginado que Hermione podía si quiera pensar algo así. Y mucho menos decirlo, pues había sido un golpe bajo y durísimo.

-Disculpen la tardanza. -dijo Lupin al entrar a la sala. -Tuve asuntos que atender.

-Está bien Profesor. -dijo Ron aún atónito. -Estábamos por decirles que usted iba a ayudarnos con los entrenamientos.

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Cuando Harry despertó esa mañana, notó que se encontraba en una situación bastante diferente a la habitual. Estaba desnudo, boca abajo, y con sus brazos y piernas atados a los postes de la cama, formando una gran X.

-¿Draco? -preguntó confundido.

-Oh... ya has despertado. Que bien.

-¿Draco qué haces?

El rubio se estiró sobre Harry, aprisionándolo por completo en la cama, y suavemente trazó un camino de besos desde la nuca hasta el oído derecho.

-Siempre dejo que hagas lo que quieras conmigo. -susurró sensualmente -Pero no será así esta vez. Esta vez yo voy a poseerte.

-Merlín... -susurró Harry entre asustado y entusiasmado.

Draco había dedicado mucho tiempo en planear ese encuentro, por lo que sabía hasta el más ínfimo detalle. Sabía que partes de su amante deseaba acariciar, con sus manos o su boca, y sabía que Harry iba a rogar por su liberación.

Harry, en cambio, no sabía como sentirse ante la incertidumbre de no conocer los planes del otro. Y fue en ese momento cuando se dio cuenta de que Draco siempre se dejaba dominar, de que Draco nunca ponía excusas como él, y de que Draco era siempre quien llevaba marcas consigo. Tal vez debería ser algo mas equitativo...

Escena NC-17 eliminada (pueden encontrarla en slasheaven)

Harry no pudo mas que gemir audiblemente cuando Draco lo penetró salvaje y poderosamente, como nunca lo había hecho. Y se dejó arrastrar por ese mar de sensaciones que Draco estaba despertando en él, mientras lo reclamaba y lo marcaba, lo poseía y se adueñaba de él.

Y esa total entrega fue el motivo por el cual no supo que sucedió después de que el mas agonizante de sus orgasmos se apoderara de él. Lo único que supo fue que cuando abrió los ojos, Draco tenía dos dedos dentro suyo, y una sensación de calidez se expandía en su orificio.

-¿Draco? -gimió Harry agotado.

-Sh... -susurró el rubio sin dejar su tarea. -Te lastimé.

-Draco, ven.

-Quédate quieto y déjame curarte.

-Basta. -Draco giró bruscamente, ignorando su dolor y arrastró al rubio junto a él. -Estoy bien. Tan solo podré sentir tu presencia durante el resto del día.

-Oh Harry... yo...

-Es mi culpa por haberte dominado demasiado. Llegué a tu límite y... -Draco dijo algo que Harry no alcanzó a escuchar -¿qué fue eso?

-Que me gusta que me domines. -susurró el rubio.

-Y a mi me gusta dominarte. -coincidió Harry posicionándose sobre él. -Me gusta llevar las riendas y acabar dentro tuyo. Que supliques y ruegues. Y me gusta que grites y gimas mientras te hago mío. Pero, tal vez, deberíamos intercambiar roles mas a menudo.

-No. -susurró Draco abriendo sus ojos, solo para que Harry notara que la lujuria que los caracterizaba estaba de regreso.

Aunque, esta vez, las caricias de Harry fueron interrumpidas por un insistente golpe en la puerta. La frustración de ambos se hizo presente e intentaron ignorar el molesto sonido, pero no iba a detenerse.

-¿Qué demonios quieres? -siseó Harry peligrosamente a Pettigrew cuando abrió la puerta.

-El... el Señor te llama.

-Dile que iré luego. -respondió Harry cerrando la puerta.

-Dijo que era... urgente... es... es sobre el Mapa.

-Maldición. -masculló Harry cerrando la puerta de un golpe.

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El salón principal de la casa se encontraba completamente iluminado, y solo dos personas estaban dentro. Harry Potter y Lord Voldemort estaban sentados frente a frente. el primero esperando que el mayor se decida a hablar.

-Lamento haber interrumpido tus "actividades" de esta mañana. Quien hubiera dicho que Draco Malfoy sería tan... ruidoso. Comparándolo con su padre, que a penas si demuestra que está ocupando su cuerpo en algo... debe ser algo digno de ver.

-Draco es mío, Voldemort. -dijo Harry con furia -SOLO mío.

-Bien, bien... -dijo al mago oscuro desinteresadamente. -Te he llamado porque Colagusano me estuvo comentado del mas útil de los mapas.

-No lo tengo conmigo, si es lo que quieres saber. Está en Hogwarts, con el resto de mis cosas.

-Habrá que ir a buscarlo, entonces. -contempló Voldemort.

-¿A buscarlo? -preguntó Harry atónito -¿A Hogwarts?

-Creo que no te das cuenta de la importancia que puede tener ese mapa.

-Pero...

-En tu camino hacia tu entrenamiento, dile a Severus que venga. ¡Colagusano!

-¿Si.. ssss... si, Señor?

-Busca a Bella, a Lucius y a Rodolphus.

-S.. si, se.. Señor.

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La noche se apoderó de Hogwarts, pero no todos dormían. En los aposentos de Miss Caroline, la guerra había tomado mas fuerza que nunca. No era una guerra normal, nadie atacaba con golpes o hechizos, o al menos no eran maldiciones. Aunque sí estaban presentes los gritos, los reclamos, las discusiones y los celos.

-¡NO VOY A DEJARLA SOLA CONTIGO, LICÁNTROPO!

-Aramlen. -dijo Caroline agotada por la continua situación. -Mis sobrinos están intentando dormir.

-¡Me importa un bledo¡¡No puedes hablar en serio cuando me dices algo así!

-BASTA. -ordenó la mujer. -Estoy cansada de esto. Tengo un deber que cumplir y tu no vas a impedirlo. Remus va a quedarse conmigo mientras lo hago, porque es el único que ha estado presente antes y l necesito a él esta vez. Por favor Aramlen, comprende.

-¿Qué quieres que comprenda¿Qué prefieres a "este" para cuidar de ti, en lugar de a tu propio prometido¿Para qué te casarás conmigo si no puedes confiarme tu seguridad?

-Es suficiente. No quiero escuchar un interrogante mas. Albus ya dispuso una habitación para ti y ahí vas a permanecer hasta mañana. Es una decisión tomada y no tienes opinión sobre ella.

-Pe...

-Vete, Aramlen, antes que decida correrte de Hogwarts.

-Tranquilízate Cary. -susurró Remus en su oído cuando el ángel ya se había ido. -Necesitas estar serena o Él te notará.

-Lo se. -dijo ella dejándose envolver por la ternura y calidez del licántropo. -¿Todo está listo?

-Si. Los niños están avisados y solo podrán entrar si es una urgencia y llamando antes a la puerta. -Remus plantó un beso en su frente. -Sólo ve y acuéstate. Yo cambiaré la contraseña del retrato y estaré a tu lado.

Tal y como prometió, Lupin estuvo junto a ella en menos de cinco minutos. Miss Caroline yacía acostada en su cama, serenando su cuerpo, mientras vaciaba su mente y se concentraba en su tarea.

Por eso, en cuanto sintió la suave mano de Remus haciendo contacto con la suya, demostrándole que estaba siento protegida, dejó su mente vagar por Hogwarts, por Hogsmeade, por el campo. Dejó que poco a poco su espíritu se liberara y se trasladó a donde estaba él, a donde su esencia le decía que esta Severus Snape.

Y lo encontró. Lo encontró acostado en una amplia cama, en una oscura e impersonal habitación. Algunos juegos de túnicas y capas negras distribuidos por el lugar, zapatos y algunas pociones. Pero lo que particularmente llamó su atención fue esa máscara. La máscara blanca que demostraba que Severus Snape se había convertido, de alguna manera, en aquello que ella detestaba.

Dejó de husmear y se dedicó a lo que verdaderamente debía. Despertar a Severus y hablar con él. Severus era la única esperanza para la luz, para la caída de Voldemort, ya que sin él, nadie iba a poder adelantar los movimientos del mago oscuro.

-Sev... -susurró acariciándole el rostro con amor, como solía hacerlo cuando amanecían juntos en sus épocas de estudiantes. -Sev, despierta.

-Cary...

-Si, Sev... soy yo. Despierta, por favor.

Snape abrió los ojos cuando escuchó una voz familiar requiriendo su presencia. Y, por un momento, deseó no haber despertado. Caroline estaba allí, arrodillada junto a su cama, acariciando su rostro como había hecho tantas veces, y con los ojos enfocados en él. Pero algo no estaba bien, porque su piel era demasiado blanca, era casi como...

-¿Qué demonios...? -exclamó alejándose apresuradamente de ella, sin ignorar la dolorida mirada que su comportamiento generó.

-Soy yo Sev... te dije que encontraría una manera de comunicarme contigo.

-Pe... Pero estás...

-Oh.. -dijo Caroline comprendiendo. -No soy un fantasma, ni estoy muerta. Lamento haberte asustado. Es simplemente mi espíritu teletransportado aquí.

-¿No es peligroso? -preguntó Severus acercando su mano al rostro de Caroline. Y le acarició la mejilla, aunque era algo extraño, pues no era corpórea, pero tampoco tenía la contextura de un fantasma, y ella parecía haber sentido la caricia, pues su rostro se inclinó mas a esa mano. -¿No puede sentirte?

-No. Voldemort no se dará cuenta mientras solo sea mi espíritu. -Severus tembló ante el nombre y bajó la mano avergonzado. -Y Remus está cuidando de mi cuerpo en Hogwarts.

-¿Lupin? -siseó Severus con furia.

-Remus es mi amigo y confiaría en él con la vida de mis sobrinos.

-Lo se, lo siento.

-Sev... -susurró Caroline después de varios minutos en silencio, en los que solo se miraron, temerosos de romper la fragilidad de su encuentro. -Regresa, por favor.

-No. -dijo él sonriendo tristemente. -No puedo, Cary. Si fui lo suficientemente estúpido y terco para meterme en esto, debo permanecer aquí hasta el final, espiando y redimiendo mi error.

-¿Al menos prométeme que te cuidarás?

-Lo prometo. -susurró Severus antes de recobrar su usual seriedad -Escucha Cary, Él va a enviar a Potter y Malfoy a Hogwarts a buscar un mapa. Dile a Lupin, él debe saber de que se trata. A nosotros solo nos dijo sus planes y lo ayudamos a buscar la mejor manera para que entren desapercibidos. Enviará a ellos dos porque está seguro de que Dumbledore aún guarda la esperanza de que regresen y no ha cambiado las protecciones del castillo para repelerlos o avisarle que están allí.

-Está bien. -respondió ella del mismo modo. -¿Sabes cuando?

-La semana que viene. No puedo saber la fecha exacta, pero por lo menos es algo.

-¿Algo mas?

-No por ahora.

-Está bien. -Caroline continuó mirándolo hasta que sus emociones la desbordaron y las lágrimas empezaron a fluir libremente.

-Oh no... por favor... no llores. -pidió Severus afectado -No cuando ni siquiera puedo abrazarte apropiadamente.

-¿Por qué me dijiste "eso" cuando dejaste Hogwarts?

-Te amo, Cary. -susurró Severus otra vez. -Pero ahora debes irte. No es seguro para ti.

-Pero...

-Ve, por favor. -dijo Snape cerrando los ojos, acostándose y tapándose hasta el cuello, mientras le daba la espalda a Caroline, que comenzó a desaparecer de la habitación.

Cuando Caroline abrió los ojos nuevamente, los sintió llenos de lágrimas, y supo que tenía sus manos apretadas porque sentía la sangre salir de sus palmas.

-Cary.. te estás haciendo daño con tus uñas... -decía Remus -por favor afloja las manos. Relájate.

-Tuvo los nervios de decirme que me ama pero que debía irme... -susurró dificultosamente entre su llanto -no quiero su lástima.

-Shhh. -Remus acarició con suavidad su rostro. -No es lástima. Estoy seguro de que Severus te sigue amando, Cary.

-No lo se... y en este momento todo lo que quiero es dormir.

-Duerme entonces, cariño, duerme.

-Ven. -susurró Caroline retirando las sábanas y dejando un espacio para Remus, espacio que éste no tardó en ocupar.

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Durante la mañana siguiente, Harry explicó a Draco todo cuanto sabía del mapa. Cómo lo habían encontrado los gemelos Weasley, como se lo habían obsequiado a él y como lo había utilizado en incontables ocasiones.

-Lo que no comprendo es por que no hacen otro, en lugar de enviarnos a buscar ese a Hogwarts.

-Porque, Draco, Colagusano no fue el único involucrado en su fabricación. -dijo Harry desde su lugar en el sillón. -De hecho, sospecho que Colagusano tuvo muy poco que ver en ello. Mi padre, mi padrino y Lupin deben haberlo hecho todo.

-¿Te refieres a Black? -preguntó Draco con un pequeño temblor.

-Si... Sirius... -susurró Harry.

-¿Por qué seguiste viviendo con los muggles si tu padrino era inocente, Harry?

-Él está... -Harry se detuvo, incapaz de continuar. -Cayó tras el velo del Departamento de Misterios en el Ministerio de la Magia.

-Oh... lo siento.

-Yo también.

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Por primera vez en mucho tiempo, Caroline era parte invitada de una reunión de la Orden del Fénix. Su prometido estaba allí también, pues se había negado a volver a separarse de ella, cosa que molestaba a Caroline cada vez mas.

Todos habían escuchado su relato sobre las noticias de Severus y ahora miraban a su líder buscando una salida, mientras ella intentaba que Aramlen dejara de acariciarla, por lo menos para aparentar estar interesado en lo que sucedía.

-Creo que debemos dejarlos que vengan.

-¿QUÉ!

-Digo -prosiguió Dumbledore. -que debemos dejar que entren y busquen el Mapa. Yo lo estaré esperando.

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MUCHAS GRACIAS.

BESOS

GALA.