Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen (si tuviera esos derechos ya habría eliminado a Kabuto de la faz del mundo del anime), este escrito son solo ideas de una fan plasmadas en palabras escritas.

Este capitulo contiene lemon, si no es de tu agrado no te aconsejaría seguir.

Capitulo VII: The last dance

Aquel día si había sido una autentica locura en Konoha, muchachas corriendo de un lado a otro, preparativos, guirnaldas y un par de jounins perseguidas por Tsunade-hime quien las maldecía y gritaba para que se pararan. Todo era frenético aquel día pero llegada la tarde, la aldea se sumió en una calma absoluta; parecía una aldea fantasma.

En casa de Kurenai se habían reunido todas, maestras y alumnas para ayudarse entre ellas; la primera en llegar fue Nakuru tras de ella Hinata junto a Tenten e Ino, un rato después las ninjas de la Arena. Rato después llegó Sakura;

- Lo siento –medio suspiró intentando tomar aire de su carrera-

- Como siempre tarde, frentuda, se te están pegando las mañas de tu antiguo sensei.

- Cállate Ino-cerda –chinchó la pelirrosa- perdón por la tardanza

- No pasa nada Sakura-chan –sonrió Kurenai- Ahora empecemos a arreglarnos.

La tarde de las muchachas pasó entre peinados, risas y vestidos; ellas saldrían de casa de Kurenai vestidas a la fiesta. O por lo menos eso habían pensado porque los hombres, tanto profesores como alumnos habían pensado en ir a recogerlas. Las risas de las muchachas iban y venían por culpa de los nervios, en una de las habitaciones Reiko, Sakura, Ino y Midori reían, Midori se había puesto a peinarlas mientras Nakuru las ayudaba a vestir cuando terminaran y Kurenai las maquillaba. Aún así entre pase y pase las muchachas reían y cuchicheaban con las profesoras, descubriendo sus parejas, sus vestidos…

- Esto… Midori-san –susurró Sakura

- ¿Aha? –respondió esta mientras arreglaba los bucles que llevaba Ino – Dime Sakura…

- ¿Se pondrá la mascara en la fiesta? -La jounin enarcó una ceja pensativa, mientras las muchachas la observaban expectante.

- Ah oneesan por favor, eso no va con el vestido… vamos no te la pongas- pidió Reiko.

- Será una sorpresa –respondió la mayor terminando de arreglar a Ino.

Un par de golpes en la puerta de la casa sobresaltaron a las chicas quienes riendo comenzaron a correr de un sitio a otro para que no las vieran. Las risas de las maestras al verlas así se acrecentó, Nakuru abrió la puerta encontrándose a un sonrojado Naruto y a Shikamaru.

- Oh hola… ¿a quienes venís a buscar?

- Buenas noches Nakuru-san eh… venimos por Temari-chan y por Hinata-san –respondió el muchacho del clan Nara.

- Y por Ino-chan también –dijo tras de ellos Chouji.

Nakuru sonrió, los muchachos iban muy bien vestidos pero se sorprenderían al ver a las muchachas. Ino fue la primera en bajar, llevaba un vestido rojo sin tirantas y corto, sus cabellos estaban cayendo en graciosos bucles que enmarcaban su cara; tras de ella Temari vestía un conjunto de dos piezas en violeta y blanco, la falda no era ni excesivamente larga ni corta el largo estaba delineado por graciosos picos que le daban una vista mas juvenil, la camiseta era semitransparente y tenía dos pequeñas tiras que le servían para aguantar la tela a su cuerpo y su cabello corto lo había dejado completamente suelto. Shikamaru parecía haberse quedado en shock, Naruto a su lado sonreía entre nervioso y malicioso, pero fue Chouji quien le despertó del trance.

- Ino estás… linda –sonrió el Akimichi, ella solo bajó la mirada levemente; era la primera vez que alguien con una sola palabra la había llenado. Se sentía bonita por primera vez en mucho tiempo- Temari-san también está..

- …preciosa- susurró Shikamaru terminando la respuesta de su compañero de grupo al ver a su chica, Temari le guiñó un ojo a su novio.

Tras de las dos rubias, una pequeña presencia embutida en un kimono de suave color púrpura se veía, su corto cabello recogido en una especie de peinado antiguo pero que no dejaba de quitarle vistosidad a los enormes ojos opalinos delineados exquisitamente y sus labios con un brillo suave, sus mejillas sonrojadas y las manos unidas jugueteando nerviosamente con los dedos dejaban ver a Hinata aún más nerviosa. Naruto no dejaba de observarla de arriba a abajo, contemplando con deleite los finos bordados del kimono, unas pequeñas flores de lilas que recorrían todo el cuerpo del kimono. El obi, de un púrpura más oscuro que el propio kimono estaba graciosamente atado en su espalda.

- Oye¿y que dices tu ahora? –rió Nakuru al ver la cara embobada de Naruto observando a la Hyuuga, Hinata seguía jugueteando con sus dedos nerviosamente hasta que vio una mano tendida ante ella, con una dulce sonrisa la tomó. Era Naruto.

- Están todas lindas –se acercó a Hinata y susurró- pero nadie se compara contigo Hinata-chan.

El color de las mejillas de Hinata se hizo presente entre las risitas de sus amigos y de Nakuru quien los despidió esperándoles ver en la fiesta, cuando un risueño Iruka le sonrió. Nakuru contestó la sonrisa mirándole de arriba abajo guiñándole un ojo, iba muy guapo aquella noche.

- Jamás te había visto de camisa y menos con el cabello suelto –soltó ella rápidamente mientras las risitas de las chicas se escuchaban dentro. Iruka le dio las gracias con su mirada tierna y sonrió levemente. – Me han dicho que vas con Sakura… pervertido –dijo sacándole la lengua- estás juntándote demasiado con Kakashi-baka y Jiraiya-sama

- E…E..Esto Nakuruuuu –el chuunin se sonrojó bruscamente, cuando la risa de ella se calmó Iruka visualizó lo que en su vida aún había visto, la mujer más hermosa sin duda alguna para sus ojos. Jamás hubiera imaginado ver a Sakura ni a ninguna de sus alumnas así pero esa noche, la pelirrosada estaba hermosísima. Su cabello largo estaba recogido en alto dejando algunas puntas rebeldes brotar en él dándole un toque juvenil, un par de mechones delanteros cayendo enmarcando la cara de Sakura quien tenía sus ojos verdes maquillados en un azul mucho más claro que su vestido iluminando su mirada y un toque rosa muy pálido daba color a sus labios. Su vestido era azul, pero ni oscuro ni claro, era un punto exquisitamente medio, era corto pero un poco sobre sus rodillas dándole un estilo además de suavidad en su cuerpo. Un pequeño chal rosa claro que hacía juego con sus zapatos que tenía un poco de tacón, iba sobre sus hombros.

Nakuru tuvo que pasar su mano un par de veces ante los ojos de Iruka quien no parecía reaccionar ante la muchacha que se veía muy hermosa. Sakura sonrió a su antiguo profesor y eso parece que le despertó;

- Estás preciosa Sakura…

- Muy cambiada Sakura-san pero me alegro de ver que las flores de Konoha vuelven a florecer –al lado de Iruka estaba Lee quien recién había llegado. Nakuru enarcó una ceja al verlo, por suerte se había quitado aquel horrible mono verde (y seguro que a Gai le daba algo malo al verle) pero su aire no había cambiado. La castaña sonrió maliciosa y arrastró al muchacho dentro con un "vamos a ponerte bien guapo Lee" a lo que Sakura e Iruka solo pudieron reír saliendo de la casa de Kurenai que parecía que iba a ser la más visitada en toda Konoha.

Mientras Midori peinaba a Kurenai ayudada por Reiko; Tenten y Mizanaki cuidaban de que Lee y Megumi no se vieran por lo menos hasta que el muchacho saliera de lo que habían llamado "sala de torturas de Nakuru". Un par de risas se escuchaban tras de la puerta provenientes de la jounin y algún que otro quejido de Lee, rato después la castaña salió de allí con una sonrisa de oreja a oreja, su objetivo estaba conseguido. Tras de ella un sonrojado Lee se encontraba. La camisa abierta unos botones y fuera de los pantalones los cuales ahora tenían un aire algo más desenfadado igual que sus cabellos. Nakuru había despeinado totalmente al muchacho utilizando aquel corte tan característico, al alborotárselo se le habían quedado algunas puntas desafiando la gravedad gracias a algún que otro producto capilar. La sonrisa de la jounin se ensanchó al ver las caras de las muchachas, Tenten se acercó a su compañero observándole.

- Si me llegan a decir que eres tu no lo creo –dijo la muchachita

- Lo mismo me pasa a mi –dijo Lee con una sonrisa- estás muy bonita Tenten.

Tenten sonrió levemente girando sobre ella misma mostrándose ante Lee quien le sonreía, llevaba una falda corta de color negro que dejaba a la vista sus piernas bien formadas, a los laterales tenía dos cortes que se hacían aún más insinuantes. Una camisa al estilo chino de color verde agua cerraba el conjunto el cual enmarcaba su ya larga melena castaña que caía maravillosamente peinada por su espalda. Terminando por sus labios con un poco de brillo labial.

- ¿Y yo? –la tenue voz de la muchachita se dio a conocer, Lee volteó su mirada quedándose de nuevo sin palabras. La voz venía de la puerta que habían custodiado Mizanaki y Tenten, quien había salido de allí no era más ni menos que Megumi, aquella muchachita que había conocido en la llegada de los shinobis de la arena, a quien había visto un par de veces más y se le antojaba pequeña como una niña.

Pero aquella noche todas parecían haber sacado su mejor arsenal y ella no era menos, Lee parpadeó un par de veces sin creer lo que veía pero si era verdad. Megumi llevaba una falda blanca que de un lado era larga y del contrario corta a medio muslo, acababa en un pico casi por debajo de las rodillas de la muchacha. Su pelo anaranjado estaba recogido con dos pequeñas florecillas a cada lado dejando caer unos graciosos bucles que le hacían ver con un aspecto más aniñado, una camiseta de un naranja más oscuro que el de su cabello terminaba su conjunto con un vertiginoso escote.

Lee se acercó a ella tomándola de la mano y le dio una vuelta sobre ella quien rió tímidamente acentuando más aún el rojo de sus mejillas;

- No hay palabra para describir lo hermosa que estás pequeña flor del desierto – Tenten rió levemente, Lee no cambiaría nunca. Mizanaki bufó levemente, si todos los de la hoja eran como este o como el idiota de Neji Hyuuga no quería ni pensar lo aburrida que podía ser aquella fiesta. Lee la miró pero no dijo nada, las veces que había visto a aquella chica no había cambiado su expresión… solo cuando hizo aquella apuesta con Neji, al que por cierto, había descubierto que había podido desarmar. Aún así la belleza arrebatadora de aquella chica de ojos grises era palpable, y la sensualidad que se gastaba aquella noche se palpaba.

La altura de la Sakurakuza se había visto perfecta para llevar un largo vestido de color negro, atado al cuello por dos tiras anchas del mismo vestido dejando ver un escote en forma redondeada. En el lado derecho de este bajo sus pechos tenía una abertura que le tomaba hasta la cintura dejando parte de su cuerpo fuera y bajo esto un corte hasta media pierna. Sus cabellos estaban recogidos dejando caer varios mechones rojos, sus ojos levemente maquillados y un leve color malva en sus labios terminaban por perfilar a la muchacha de la arena.

Lee no dejaba de mirarlas, sin duda alguna si se habían puesto manos a la obra para verse lo más lindas posibles aquella noche.

- ¿Nos vamos Lee-san? –preguntó Megumi con una leve sonrisa que él contestó.

- Esperamos un momento a Neji, él venía para acá.- a la mención del nombre del Hyuuga la muchacha del vestido negro se tensó y Tenten al verla sonrió maliciosa. En ese momento un par de golpes a la puerta de Kurenai llamó la atención de todas; Tenten se escondió tras uno de los sillones de la sala de la profesora de Kiba y Mizanaki rápidamente entró a la habitación que se encontraba en sus espaldas. Megumi rió y soltándose de la mano de Lee, quien la tenía bien sujeta, fue a abrir la puerta encontrándose al Hyuuga tras de ella vestido con un Hakama en colores oscuros. La muchachita le miró con una sonrisa, tras de ella Lee saludó a Neji,

- Megumi-chan, pidele a Sakurakuza-san que venga por favor-pidió Lee a la par que Tenten salía tras del sofá.

- Pensé que era Kankuro… -suspiró esta encaminándose hacia sus compañeros de grupo.

- ¿Vas con el hermano del Kazekage? –susurró el Hyuuga mirando a la muchacha que asintió –Jamás lo hubiera imaginado.-En ese momento la puerta de la habitación se abrió saliendo Megumi y Mizanaki de ella. Neji parpadeó un par de veces intentando asimilar la visión de aquella muchacha frente a él, no era ni por un asomo la misma con la que había peleado antes, solo su ceño fruncido le hacían ver al muchacho que si, que en verdad era la shinobi de la arena.

- ¿Nos vamos? –preguntó Megumi al ver que Neji y Mizanaki parecían embelesados en la admiración del otro. Estos asintieron y salieron mientras Tenten se despedía de ellos.

- ¿Quiénes salieron? –preguntó Kurenai ya totalmente arreglada saliendo de la habitación. Tenten la miró sonriente, hasta las profesoras se veían distintas sin sus siempre trajes de batalla, Kurenai embutida en aquel vestido rojo y negro parecía más alta o tal vez fueran los tacones finos que llevaba. Aún así se veía muy bonita, pensó Tenten, y el traje le gustaba con una manga completa y la otra enseñando la blanca piel del brazo de la jounin y aquel corte que dejaba ver sus piernas al caminar ya que lo tenía en la parte de atrás. Sus cabellos estaban medio recogidos dándole un aspecto más juvenil de lo normal.

- Ah… Neji y Lee vinieron a por Megumi-san y Mizanaki-san –sonrió la alumna de Gai- Jamás imaginé lo que podíamos cambiar así Kurenai-sensei.

La profesora sonrió mirando a la chica, y era cierto; solo necesitaban un poco de cambio y llamaban la atención mucho. Miró el reloj y suspiró levemente, en 15 minutos comenzaría la fiesta y curiosamente a Asuma se le estaban pegando las mañas de Kakashi. Escuchó el timbre y rezó para que fuera él pero para su desgracia, iba a ser de las ultimas en salir; esa vez eran Kankuro, Gaara y Sasuke al que parecía habían encontrado llegando allí;

- Buenas noches Kazekage-sama, Kankuro-san, Sasuke-kun –saludó la morena; en ese momento un torbellino castaño salió quedando justo frente de Kankuro sonriéndole.

- Vaya, si que las mujeres de Konoha pueden cambiar… estás preciosa Tenten

- No solo las de Konoha, Kankuro –chisteó Gaara haciendo que su hermano y Sasuke observaran al interior, de una de las habitaciones salían las hermanas de la aldea de la arena quienes se quedaron mirando a los muchachos que aguardaban a la puerta. Sasuke parpadeó un par de veces sin creer que era Reiko quien estaba delante de él vestida con un precioso vestido amarillo pálido, el cuerpo era un corsé sin tirantas algo más oscuro que el resto del vestido. La falda del vestido era de seda, una seda que caía suavemente por su cuerpo y le tapaba algo más arriba de sus rodillas, su corto cabello se veía más azulado como si aquellos reflejos del cabello azabache se hicieran más azulados con la luz del interior y sus labios pintados con un suave brillo rosado brillaran y se hicieran aún más deseables a la luz.

La risita de Kurenai y Midori no se hizo esperar al ver la cara con la que, sobre todo Sasuke, miraban a la peliazul fijamente. Este se sonrojó levemente ante la risita de Kankuro y las profesoras.

- Midori-san, está realmente tentadora esta noche –todos se volvieron sorprendidos a las palabras, eran de Gaara. La morena sonrió levemente y se acercó a él mirándole;

- Miren quien habla… ¿quieres que todas las muchachas de Konoha sientan celos de mí? –las risas volvieron pero hubo algo en que no se dieron cuenta.

- Midori-san… no... ¿no llevas mascara?

- Pues creo que no pega mucho con el vestido, Kankuro-kun –sonrió ella- aunque si queréis me la pongo.

- ¡Nooo! Bastante me costó quitársela como para ponerla de nuevo. Tenten vamonos antes que se les ocurra algo más –pidió Reiko empujando a un aún en shock, Sasuke. Delante de ellos Kankuro y Tenten no paraban de reír;

- Kurenai nos vemos allí ¿vale? –preguntó Midori-

- Claro que si…tengo ganas de que alguien te vea –terminó susurrando la profesora cuando la jounin de la arena y Gaara, salieron de allí.

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El salón que habían elegido para la fiesta era, sin lugar a dudas, el adecuado. La entrada parecía a simple vista la de un dojo, pero al entrar en ella el olor de las flores de sakura y lilas llenaban el ambiente; entre ellas algún que otro crisantemo adornaba aquella pequeña entrada que llevaba a un lugar rodeado de columnas como si aquello fuera un templo de la antigua Grecia, un templo de planta redondeada con un suelo de fina madera donde los tacones que llevaran alguna que otras mujeres se escuchase tan lejano como el ruido de la fuente que coronaba el exterior; un exterior que rodeaba aquella planta redonda, de color verde y con olor a hierba recientemente mojada. Un olor que se mezclaba con el de las flores que llegaban hasta un gracioso laberinto hecho con altos setos.

En él, genins, jounins y algún que otro señor feudal se divertían; la música era suave y relajante y era muchas veces opacado por el sonido del agua de la fuente. Un par de mesas llenas de comida y alguna que otra botella de saque hacían de aquella reunión algo donde poderse divertir, y ahora mismo un centro de reunión para Naruto y sus compañeros.

- Parece que Tsunade-baachan tiró la casa por la ventana.

- Recuerda Naruto, siempre hay que llevarse bien con los aliados… aunque sinceramente no creo que sea la forma de llevarse con Gaara, no le gusta esto –sonrió Temari mientras se apoyaba de Shikamaru.

- Aún así nos ha servido para volver a unirnos chicos –dijo risueña Sakura- por cierto¿aun no llegaron Shino ni Kiba?

- Acaban de hacerlo, frentuda –señaló Ino viendo entrar a los amigos junto a dos muchachas que parecían gemelas; de cabellos violáceos y ojos profundamente negros.

- ¡Ey! Hola –saludó Kiba- están todas muy bonitas chicas¡¡Hinata-chan! Estás preciosa, me siento honrado de ser tu compañero de grupo –su acompañante le dio un pequeño pellizco en el brazo a lo que los chicos rieron- perdonadme, ella es Yuki y esa es su hermana Yuna.- todos fueron presentándose a las recién llegadas, sobre todo una sonrojada Hinata que no paraba de balbucearle a Yuki que ella solo era amiga de Kiba.

- Anda llegó por fin Sasuke –dijo Naruto llamando la atención de todas las chicas que estaban a su alrededor. Ino apretó levemente el brazo de Chouji quien la miró de reojo comprendiéndola, él la había encontrado, días atrás, bastante abatida; llorando sobre todo… Ino había decidido dejar a Sasuke por un imposible, después de tantos años había tomado una decisión pero le era difícil. Por suerte contaba con Chouji y con Shikamaru, además la llegada de Temari y aquellas muchachas de la aldea de la arena le habían venido bien puesto que no había pensado más en él.

La cara de Sakura también era un poema, se había dado cuenta desde que volvió a Konoha, de que él muchacho no parecía interesado en nadie. Pero desde que aquella muchacha había llegado siempre los había visto juntos; Midori y Kakashi los habían juntado en aquella búsqueda del kunai y desde entonces parecían inseparables. Ella nunca había visto más sonrisas y complicidad del moreno con nadie, tal vez solo con Naruto a veces pero jamás con una chica; cuando se le acercaban ella había visto como el propio Sasuke las había casi espantado con la mirada, pero con ella era diferente…

- ¿Qué piensas frentuda? –susurró Ino

- ¿No ves a Sasuke-kun muy cambiado con esa chica de la Arena?

- Has pensado lo mismo que yo Sakura –respondió la rubia de ojos turquesas- pero eso se debe a que ella no se comporta como nosotras lo hacíamos y como lo hacen todas las chicas de Konoha.

- ¿Cómo?

- Reiko nunca ha buscado a Sasuke como algo más que un amigo –se unió Temari quien las había escuchado- Vosotras siempre ibais tras de él porque estabais o estáis enamoradas de él… o eso os parece. Pero Sasuke no necesitaba eso.

- Necesitaba alguien con quien hablar, con quien desahogarse… eso hizo hace unos días, yo les vi –terminó la muchacha de ojos turquesas.

Sakura volvió a mirarles, Sasuke tenía a la morena tomada de la mano y ella ni siquiera estaba sonrojada. Hablaban con Tsunade-shishou con tranquilidad, no era cuando ella se la encontraba y todo lo hablaba ella ante un Sasuke que solo contestaba sus típicos "Hm." o con su silencio, era como si supieran cuando el otro iba a hablar para callar y apoyarle con ese silencio.En ese momento los vieron acercarse junto a Kankuro y Tenten.

- ¡Ohayo chicos! Sasuke-baka –saludó alegremente Naruto terminando en una mirada a su eterno rival

- Usuratonkachi –susurró el moreno entre las risas de su acompañante.

Los corrillos no tardaron en hacerse, no solo en el lado donde estaban los chicos; en el lado de los mayores era igual. Un pequeño grupo de jounins por un lado, señores feudales por otro… En uno de los rincones, Gaara y Midori cuchicheaban, ella le contaba cosas de los señores feudales de Konoha, formas de comportarse ante ellos y algún que otro cotilleo. El pelirrojo llamaba poderosamente la atención de todo el que se cruzaba con él, por su color de cabello, por sus ropas rojo oscuro o tal vez la acompañante la cual estaba llevándose las miradas de la mayoría de los hombres de la fiesta, algunas de ellas sutilmente rechazadas por los ambarinos ojos de la joven y otras, por las feroces pupilas verdes de su acompañante.

- Buenas noches Gaara-sama –saludo Kotetsu – Midori-san… es la primera vez que te veo sin mascara.

- Y con vestido –terminó Izumo al otro lado del moreno, Gaara miró a los dos y tras de eso a Midori quien sonreía.- ¿Llegó Nakuru? –la morena tragó duro¿acaso aquellos dos ya lo sabían todo?

- Acaba de llegar –terminó Gaara.

Nakuru entraba del brazo de Kakashi con un vestido también largo de color verde agua con algunas tiras en plata que delineaban perfectamente la cintura de la muchacha, el escote en forma de V dejaba ver un pequeño colgante y su cabello siempre alocado estaba graciosamente recogido en sus laterales dejando el resto del cabello suelto caer por su espalda. A Kotetsu e Izumo pareció iluminárseles los ojos viendo a la jounin tan cambiada, Gaara la miraba de vez en cuando mirando de soslayo a Kakashi y la reacción de Midori, pero para sorpresa de todos ella no se había vuelto a mirarles, estaba de espalda a ellos hablando con Genma muy animadamente. Gaara suspiró levemente, no comprendía porque los adultos podían ser tan complicados, además justo ahora aquellos se acercaban y…

- Buenas noches –sonrió la profesora de ojos rojos, muy bien abrazada del brazo de Asuma. – Gaara-sama¿y Midori? Se le olvidó algo en casa… -el muchacho de la arena solo señalo. Ella estaba de espaldas pero la vista así era demasiado buena, había pensado Kakashi quien no le quitaba ojo a aquella muchacha del vestido blanco y celeste. Aún no había visto los ojos de aquella pero el vestido había llamado la atención de todo el mundo al ser totalmente descubierto por la espalda, justo hasta sus caderas donde comenzaba a taparle, pero eso no era todo; al darse ella la vuelta pudieron ver mejor el detalle del vestido que estaba cerrado a su cuello pero dos largos cortes a los laterales dejaban ver aquellas piernas tan escandalosamente largas. El cabello caía recogido algo desordenadamente tapando un poco sus ojos dorados, Nakuru y Kurenai se miraron con una pequeña sonrisa cómplice, aquello había resultado.

Kakashi la miraba sin pestañear, aquel conjunto había resultado a su vista pero lo que más le llamo la atención fue la falta de la mascara que siempre la cubría, la piel de sus mejillas se le antojaban suavemente rojas y sus labios carnosos a la vista, un pequeño manjar. Nakuru le apretó la mano y le sonrió maliciosa, el jounin suspiró en mala hora se le había ocurrido contarle nada a Nakuru. Asuma y Kurenai se sonreían ambos, sabían mejor que nadie el tiempo que Kakashi había esperado aquello… el tiempo que la había esperado a ella. En ese momento la música comenzó a cambiar, a hacerse más lenta y más intima; alguno que otros de los muchachos habían llevado a sus parejas a la pequeña pista y otros, como Shikamaru y Temari lo hacían en los alrededores de la fuente.

Gaara se había dado cuenta del juego de miradas de los otros jounin y rápidamente se había dado cuenta, así que aprovechó y se acercó a Nakuru rápida y elegantemente;

- ¿Bailáis conmigo Nakuru-san? –la muchacha sonrió levemente y salieron a la pista, parecían haberse puesto de acuerdo, tras de ellos Asuma y Kurenai con la excusa de "vigilar de cerca de Nakuru" se habían marchado dejando a aquellos dos solos. Midori no había abierto la boca desde que llegaron, y Kakashi siquiera podía…

- Estas… preciosa Midori… hacía mucho que no te veía sin la mascara.

- Tu en cambio ni para esto –sonrió la de los ojos dorados señalándole a Kakashi la mascara. Kakashi suspiró levemente y le tendió la mano, al comienzo con algo de miedo;

- ¿Bailas?

No muy lejos de allí los muchachos tampoco se perdían aquello, no solo disfrutaban ellos sino que observaban a sus mayores, sobre todo Jiraiya y Tsunade quien de buenas a primeras se habían convertido en el centro de atención de los muchachos al verles bailar tan pegaditos. En uno de los rincones Naruto no dejaba de observarles, jamás había visto a Jiraiya tan…

- … ¿serio? –le especificó Megumi al rubio.

- Algo así –dijo- el Ero-Sennin jamás había sido así…

- Todo el mundo puede cambiar –dijo Lee- sino mira a tu sensei y a Midori-san.

Todas las miradas se volvieron a ellos, sobre todo la de una emocionada Reiko quien inconscientemente había abrazado a Sasuke, en la pista Midori y Kakashi bailaban lentamente como si el mundo hubiese acabado y nada más que ellos existieran. Lentamente y sin dejarse de mirar a los ojos ejecutaban paso a paso aquel baile.

A Naruto estaba a punto de desencajársele la mandíbula porque no eran los únicos que bailaban así, Kankuro y Tenten parecían en su mundo justo como Shikamaru y Temari.

- Reiko-chan…. Esto… ¿bailas? –un sonrojado Sasuke le tendía la mano a la muchacha que aceptó sin vacilar, Naruto volvió a asombrarse aquel día parecía que todos estuvieran hechizados… Sin darse cuenta Lee y Megumi se habían marchado también y estar solo con Hinata le ponía demasiado nervioso. Aun así tragó duro y la invitó a dar un paseo por el jardín, algo que a la tímida Hinata le pareció maravilloso. Sin darse cuenta pasaron con suma tranquilidad al lado de Sakura quien bailaba lentamente con Iruka, el chuunin se encontraba ligeramente nervioso, creyendo que todos los ojos estaban en él.

No muy lejos de allí Mizanaki miraba con su gesto siempre enfadado aquella fiesta, a ella no le llamaba la atención bailar. Tampoco le llamaba mucho aquel vestido que Midori y Reiko casi le habían impuesto a la fuerza, pero por suerte con aquello había callado por aquella noche al cansino de Neji Hyuuga quien parecía ensimismado, no en la búsqueda de Hinata, sino en su acompañante. Era la primera vez que sentía aquello que no se sentía extraño en la presencia de una mujer, y que con suerte, aquella mujer le atraía…demasiado. Sentada en aquel banco, con los reflejos de la luna acariciando la piel marfilada se le hacía más hermosa si es que podía, más etérea e irreal… El Hyuuga suspiró levemente acercándose a ella sin dejar de mirarla, el contacto de aquella mano que ella había pensado fría la sobresaltó mirando al muchacho de ojos opalinos. Neji ni siquiera parpadeaba, quería sentir… necesitaba sentir y hacer aquello que su corazón le dictaba en aquel momento, aun cuando Mizanaki fuera capaz de ensartarle en su katana.

Ella ni siquiera parpadeó al sentir los fríos labios del muchacho Hyuuga posarse sobre los suyos, suavemente como si no quisiera que ella se diera cuenta. Una de las manos el muchacho se aferró a la cintura de ella justo donde su piel estaba al aire, la misma piel que se enchinó al contacto de la mano de Neji. Los brazos de Mizanaki rodearon el cuello del Hyuuga profundizando aquel beso, haciéndolo más audaz si es que era posible. Al poco ambos se separaron, confundidos y sonrojados, sin saber que decir, ni que hacer; por lo que optaron por quedarse en completo silencio.

No muy lejos de allí Reiko y Sasuke paseaban tranquilamente, habían decidido entrar al laberinto, a veces Reiko se soltaba de él echándose a correr al interior, llamando a Sasuke. Al moreno le agradaba aquello que compartía con ella, ella misma le agradaba puesto que no se comportaba como sus constantes seguidoras y eso le daba un suspiro. En un momento dado ella le paró poniéndole un dedo en los labios, algo a lo que Sasuke enrojeció tanto como pudo, y le señaló al interior del siguiente pasillo; allí, apoyada y casi cazada en una de las paredes estaba Tenten siendo besada casi salvajemente por Kankuro, las miradas de Reiko y Sasuke se cruzaron levemente poniéndose más rojos por segundo, echándose a correr hacia la otra parte.

En ese entonces, Sasuke la volvió a escuchar reír tan clara y cristalina como siempre, y al verla no pudo evitar sonreír. Al llegar al sitio donde estaba no pudo evitar clavar su mirada en ella, estaba completamente empapada; los aspersores se habían activado y la habían mojado completamente. Ella reía como una niña pequeña dando vueltas sobre ella misma, con el cabello caído pegado a su cara y el vestido completamente pegado a ella. Hasta que sintió unas manos rodearla y un cuerpo cálido pegarse a ella, una mano retirando con delicadeza sus cabellos pegados y tras ello, un beso en su cuello y una caricia con sus labios.

- Sa…Sasuke…

- Me he dado cuenta de algo –dijo él empapándose junto a ella, sin dejar de abrazarla- me estoy enamorando de ti…Reiko Naname…

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La fiesta transcurrió tranquila, las parejas fueron marchándose algunas juntas, otras separadas. Sasuke y Reiko habían sido los primeros en marcharse después de empaparse en los aspersores. Midori había accedido a que la muchacha fuera a casa del Uchiha a cambiarse, ya que quedaba más cerca; además tenía que ver donde estaba Mizanaki y tardaría algo más.

Así que ambos emprendieron el corto camino a la casa del moreno tomados de la mano, siendo la envidia de las muchachas que soñaban con estar junto a Sasuke. Por suerte las calles de Konoha a esas horas estaban vacías y el camino a la casa de Sasuke había sido rápido. Subieron hasta la casa del muchacho sin mirarse, Reiko estaba nerviosa y mirar a Sasuke la ponía todavía más intranquila; se sentó en una silla que el le indicó aun mirando al suelo. Poco después llegó él tendiéndole una toalla que ella tomó medio ausente, Sasuke respiró levemente y se agachó hasta quedar a su altura;

- Siento lo de antes… es que yo jamás había… sentido…

- Sasuke… -ella levantó su mirada y sonrió levemente abrazándole fuertemente- yo… se lo que estás sintiendo, yo jamás lo había sentido… pero…

- Déjalo Rei-chan… no tienes por que –ella colocó un dedo acallando los labios del muchacho para depositar después un beso en ellos, cálido y dulce, el cual fue llenándose de pasión.

Las manos de Sasuke recorrieron con miedo la figura que había perdido todo rastro de niñez, los ojos violetas se ensancharon al sentir de nuevo los finos labios del Uchiha contra los suyos y sus mejillas se tiñeron de escarlata. Los labios de Sasuke eran suaves y adictivos tanto que un suave gemido escapó de los labios de Reiko dándole entrada a la cálida lengua del Uchiha la cual se enredó como una serpiente ávida de deseo con la de la Naname en un sensual baile.

Las caricias sobre la ropa de aquella fiesta no se hizo esperar, las manos ansiosas de Sasuke levantaban aquel vestido corto acariciando la tersa piel de los muslos. Sus manos en antaño frías ahora contra la piel de la muchacha eran cálidas, como todo su cuerpo. Ella alzó sus brazos rodeándole el cuello, exponiéndose a la extraña dulzura que el Uchiha poseía aquella noche; solo con ella con Reiko Naname la chica que llegó hace unas semanas de la Arena, la única que le ha escuchado en silencio, la que le vio llorar.. Unos ojos violetas que no desaparecían de su mente, un cabello que a la luz del sol se veía tan azul como el cielo que les cubría; unos ojos que le llenaban, que le hacía desear algo más que no fuera la venganza contra Itachi.

To really love a woman

To understand her, you gotta know her deep inside

Aquella muchacha que ahora se estremecía como una hoja entre sus brazos le había hecho vivir más con aquellas pocas semanas que cualquiera de las que le perseguían. Esas no habían visto su interior y Reiko, aún sin leer sus pensamientos, había sido capaz de tocar hasta su alma con sus suaves manos, las mismas manos que ahora le tocaban el cuerpo con curiosidad. Sus miradas volvieron a cruzarse y una sonrisa se trazó en los labios de ambos;

- Te ves mejor sonriendo –susurró nerviosa la chuunin – mucho mejor… Sasuke…

- ¿Te gusta lo que ves? –preguntó malicioso el Uchiha mirándola a los ojos; Reiko le guiñó un ojo aun tras de su sonrojo.

- Adoro lo que veo, lo que toco –dijo tocando el pecho de Sasuke- y lo que siento…

Las ropas fueron cayendo lentamente de ambos cuerpos, el vestido amarillo que tanto había adorado Sasuke aquella noche, cayó lenta y pausadamente del cuerpo de la muchacha en una suave caricia dejándole ver las prendas que guardaban celosamente el cuerpo de la menor de las Naname. Sus manos temblaron durante un instante, era la primera vez que sentía a una mujer tan cercana, Reiko había sido la única que en pocos días había tocado esa parte que él tan celosamente guardaba. Sasuke necesitaba a su lado a una igual, a una ninja, a una guerrera… y Reiko le había enseñado lo capaz que era.

Sasuke acarició con aparente miedo la pieza de satén blanco que escondía los senos de Reiko, un tenue gemido de los labios de la muchacha le dieron a entender que aquello le gustaba. Con esa afirmación en su mente profundizó su caricia con suma delicadeza acompañándola con besos en su cuello y caricias en ese mismo sitio que hacían estremecer a Reiko.

Hear every thought, see every dream

And give her wings when she wants to fly

El sello de Orochimaru pareció activarse y un firme dolor recorrió el cuerpo de Sasuke quien se quedó quieto. Reiko le observó fijamente con sus violáceos ojos, sabía algo del sello y estaba estudiándolo junto a Midori para poder eliminarlo… Suspiró recordando lo dicho por su hermana "abrázale, siéntele… si le notas ido por el sello… bésale" y eso hizo, besarle y acariciarle levemente mirándole a los ojos. La mirada azabache de Sasuke se calmó y paró aquella maldita espiral que producía el sello maldito, fundiendo de nuevo sus labios, abrazándola contra su cuerpo.

Con la fuerza que le quedaba la levantó en sus brazos llevándola a su habitación donde la dejó caer lentamente en la cama. Reiko reía, los ojos se le ensancharon observando a Sasuke quien la observaba fijamente sin perder un ápice de su piel la cual tocó con un dedo pasándolo desde su cuello a su pecho hasta llegar a su vientre. Una sonrisita traviesa y unas manos eliminando la camisa que llevaba aquella noche le hicieron sonreír. Reiko se había sentado en la cama y lentamente comenzaba a quitarle la ropa, divirtiéndose al mirar a Sasuke completamente sonrojado. El mismo que se acostó, ya solo con sus boxers a su lado; observándose mutuamente; atentos al menor sonrojo, al menor suspiro, a una sonrisa… Sus labios volvieron a encontrarse jugando sus lenguas de nuevo a aquel juego que tanto les gustaba. Sasuke se sintió morir al sentirse de nuevo sobre ella, el pecho de ella ya descubierto presionándole.

Then when you find yourself lying helpless, in her arms

You know you really love a woman

Sus ojos se encontraron un segundo, Reiko sonrió tomando una de sus manos y enredando sus dedos con los de él. Sasuke suspiró bajando traviesamente sus manos, colocándose entre las piernas de ella quien le abrazó temblando como una hoja antes de caer. Las manos del descendiente de los Uchiha se colocaron en sus caderas ayudándole a desprenderse de aquella prenda mientras ella le ayudaba a él, un sonrojo evidente de aquello lleno sus caras y una sonrisa maliciosa apareció en los suaves labios de Sasuke.

- ¿Estás segura? – ella solo puso asentir con un suave gemido, sentía el cuerpo de Sasuke llenándola de sensaciones que eran nuevas y aquel cosquilleo lo era. Deseaba sentirle, estar con él…

- Soy tuya –gimió levemente al sentir al Uchiha entrar lentamente dentro de ella. Quedó quieto al ver las lágrimas pugnando por salir de la mirada violeta pero prosiguió con una sonrisa de ella tomando con ese movimiento lo último que le quedaba de su niñez.

Quedó quieto esperando una mínima aprobación de los ojos de la kunoichi, aprobación que no se hizo esperar. La que le dio rienda suelta de profundizar, de sentirse más de ella, de asirse más al fino cuerpo esmaltado que se estremecía bajo él con cada arremetida a su cuerpo.

Unos movimientos que terminaron con sus cuerpos derrumbados uno junto al otro, sudorosos y cálidos…Suaves al tacto de los otros dedos…

Sasuke tapó el cuerpo de su compañera y la abrazó cuidadosamente, como si fuera a romperse, observándola dormir con aquella calma y tranquilidad que le encantaba. La observó dormir por unos minutos para sonreír tras de eso, antes de quedarse dormido.

- Te encontré…Reiko…

When you love a woman, you tell her that she's really wanted

When you love a woman, you tell her that she's the one

Notas: Muchos pensarán que ya había desistido del fic xD pero no… aquí estoy con el capitulo, actualmente, más largo de todos y que avisé que iba a tener lemon.

Por cierto las letras de canción del lemon son de "Have you ever really love a woman?" de Bryam Adams.

Gracias a Zelha y a Nakuru como siempre ;) y a mi inseparable Itachito que me ha prometido review si lo nombraba xDDD.

Espero que os guste y bueno, capitulo dedicado a mi Reiko… espero que te guste el lemon :P sabes que yo no se de esto jajaja.

Zelha: xDDD después de todo el coñazo que he dado acabe… a ver si te gusta lo tuyo nena.

Kagome1013: Gracias ya me dirás que te parece este capitulo.

RiMi: Que bueno que te gustó el Iruka x Sakura… para mi que más adelante voy a explotarlo :P igual que el Kankuro x Tenten jejeje… Espero que te guste este mega-capitulo

Mey: aquí esta el capitulo a ver si te parece interesante o no ;)