Capítulo 1: Yo soy así.

Mi madre acaba de entrar en mi habitación hecha una furia al ver que todavía estaba durmiendo. ¿Qué culpa tengo yo de que al maldito despertador le halla dado por amargarme la existencia volviéndose a estropear? Ella sigue chillando mientras sube la persiana y me deslumbra la luz del sol de España. Acto seguido, agarra las mantas que me cubren y las aparta de un solo golpe ensayado durante años. ¿Pero es que no se ha dado cuenta de que no es bueno que a una la despierten de esa manera? No puede ser sano. Definitivamente, no va a ser un buen día.

Me levanto y voy al baño a darme una ducha y asearme un poco mientras ella sigue despotricando contra mí. Lo entiendo, tendríamos que haber salido hace media hora hacia el aeropuerto. Mi madre es de esas personas que para ir a un sitio al que normalmente tardas una hora en llegar, sale cuatro horas antes. Lo calcula todo y siempre se pone en lo peor. Que si puede haber un atasco, una manifestación... Y hoy está especialmente histérica. Es normal, ya que su "niña del alma" ( o sea, yo) se va a un país extranjero a estudiar ( si por ella fuera me tendría toda la vida pegada a sus faldas). Además, no debe ser fácil para ella asimilar el por qué de ese cambio: soy una bruja, y tener una bruja en la familia no debe de ser fácil.

Todavía recuerdo las caras de asombro de mis padres cuando una lechuza entró por la ventana de la cocina a mediados de Junio y me entregó una carta de Hogwarts, mi nuevo "colegio". En ella, el director me explicaba que era una bruja y que mi caso era excepcional, puesto que a los niños muggles ( que es u término que por lo visto usan los magos para designar a las personas no mágicas) se les suele notificar que son magos a los 11 años (que es la edad a la que empiezan en Hogwarts) y yo tengo 21. Menos mal que se me ocurrió acabar la licenciatura de Física en cuatro años, si no, habría tenido que dejar la carrera a medias. Como comprenderéis, la idea de volver a estudiar a mi edad no es muy agradable. Sobre todo después de lo sucedido en los laboratorios. Siempre he sido un poco "rarita" ( Vale, no un poco, ¡un mucho!). A mi alrededor siempre han ocurrido cosas extrañas: sueños que se cumplen incluso un año después de tenerlos, farolas que se apagan al pasar cerca de ellas, un montón de dèja vu, cosas que desaparecen cuando las busco, fallos en los ordenadores, cosas que estallan a mi paso en los laboratorios, aparatos que dejan de funcionar cuando me acerco, experimentos que salen al revés... La gente decía que era gafe y... ¡AUCH!

¡El agua ha empezado a salir helada de repente! No, si al final van a tener razón y voy a ser gafe. Salgo tiritando de la ducha, me envuelvo en una toalla y enchufo el secador. Éste de por sí ya suena raro cada vez que lo cojo, pero lo de hoy es la gota que colma el vaso. Empieza a oler a quemado y acto seguido se incendia. ¡Es que no me puede salir nada bien!

Cuando consigo vestirme y bajo a desayunar, mi madre me mira con mala cara. Vale, ya se que no debo estar muy presentable con ojeras, cada pelo disparado en una dirección distinta ( y eso que lo tengo liso) y bostezando muerta de sueño. Desayuno rápidamente, y cómo no, la taza resbala entre mis manos y me tiro el café encima mientras mi padre termina de meter todas mis cosas en el coche. Subo a cambiarme de ropa y me pongo unos vaqueros y una camiseta, mientras mi madre me tiende el cepillo para que me peine con cara de pocos amigos. Recogemos todo y salimos disparados para el aeropuerto.

Como de costumbre, llegamos dos horas antes de lo debido, por lo que nos toca estar esperando sentados en un banco, momento que mi madre aprovecha para echarme la charla con lo que debo o no debo hacer y decirme que tenga cuidado en Inglaterra. Primero iré a Londres, a un lugar llamado "El Callejón Diagon" a comprar los útiles del colegio, y luego a la estación de King´s Cross a coger el tren para ir al colegio. Lo que no sé es como me las voy a arreglar, por que yo de inglés... Supongo que cuando llegue allí me soltaré un poco (¿no?)

Mi maleta está en medio de la zona de paso, ¿cómo demonios ha ido a parar allí? Mi madre sigue con su charla, mientras intento hacer un gesto a mi padre para que coja la maldita maleta que parece estar viva y la traiga de vuelta. Solo espero que nadie se tropiece y... ¡PUM! Una señora que caminaba de espaldas porque estaba llamando a su marido se ha tragado la maleta. La ayudo a incorporarse y me disculpo, aprovechando para dejar de escuchar a mi madre, y cojo la maleta. En ese momento anuncian mi vuelo. ¡La oportunidad perfecta! Parece que por una vez en la vida me voy a salvar de la regañina de mi madre por haber dejado la maleta en medio. ¡Pero si yo no he sido, lo juro! ¡Se ha movido sola!

Ya en el avión intento ponerme el cinturón, que se niega en redondo a dejarse manejar. Incluso tengo que llamar a una azafata, que también lo intenta, pero, por lo visto, se ha atascado. Esto es cada vez peor. Mi compañero de asiento se carcajea de mí y propone hacer un nudo para dejarlo bien atado. Mi mirada de odio ha debido de ser terrible, por que se calla y se pone a mirar por la ventanilla. Al final, entre dos azafatas consiguen arreglarlo y hacer que se quede bien cerrado. Lo malo es que tal y como lo han puesto, para desabrocharlo va a haber que usar una palanca.

Decido no preocuparme más durante el vuelo. ¡Londres, allá voy!

Hola!!! ¿Qué tal? Este es mi segundo fic, y decidí hacerlo un poco en clave de humor. Sé que es muy corto, pero intenso;) A esta chica es que le pasa de todo. Al final creo que va a resultar que si es un poquito gafe. Espero que os guste.

Y ya sabéis, halagos, tomatazos, consejos , reclamaciones, maldiciones imperdonables.... todo en los reviews!!!1 ( Porfi, escribidme algo, aunque sea vuestra vida!!!) Un besazo a tod@s, Luna_Kitty_Lovegood