A/N: Para referencias a mi estilo y a ciertos aspectos del fic, lean 'Littera Minima' y sus secuelas, de la cuál esta es su más reciente entrega. Estén atentos a los cambios de locación; cualquier frase que aparezca de este modo ":frase:" indica una acción realizada durante los diálogos. Mucho muy importante, esto es post–Hades y es una continuación de mi extrañísima línea temporal, así que hagan los cálculos que correspondan. Misao es mala con las matemáticas.

¡MILLONES DE GRACIAS A MI LECTORA DE PRUEBA¡Gracias Lady Rowan por el tiempo que te diste para leer y corregir mis locuras!

Saint Seiya, la trama y sus personajes pertenecen al Sr. Kurumada y a quienes han pagado por el derecho respectivo. No estoy ganando dinero con esto, nada más entretengo a mi imaginación y le doy más trabajo a mi Musa. El personaje de Selene Ishikawa pertenece a Fanny Shadow. Los demás personajes originales que no reconozcan, adivinen quién fue la mente maestra detrás de ellos.

ADVERTENCIA.

Principio 95 para ver y entender Manga: Todos los villanos del espacio exterior quieren destruir la Tierra.

Se pide criterio y discreción por parte de los lectores. No me hago responsable de castigos, lesiones, o penas capitales derivados de la lectura de este capítulo.

Capítulo 13:

Escape del Buque de Arte.

En el Caleuche.

Como no podía ser de otro modo, las pelotitas se detuvieron justo a los pies del trío, como si supieran exactamente que debían detenerse allí y no en otro lugar. En cosa de un instante, Mu les dio un puntapié que las lanzó a la otra esquina de la bodega antes que estas les descargasen corriente eléctrica, al mismo tiempo que Anneke se adelantó un escalón hacia la salida, y estirando los brazos, dejó escapar parte de su poder, tomando por sorpresa a los brujos, oportunidad que los santos aprovecharon para salir de allí.

Viendo esto, Saga empujó a Mu por delante al ver que quienes les esperaban en la cubierta fueron repelidos por el poder lanzado por Anneke. El santo de Aries ni tiempo tuvo de protestar, pues el impulso que Saga le dio fue tal que no tardó ni 4 zancadas en salir a la cubierta, como el más efectivo de los arietes (¿Quién lo manda a ser Aries?). El Santo de Géminis salió justo detrás de él, con Anneke del brazo, quien al igual que Mu, tampoco tuvo tiempo de protestar la medida tomada por Saga.

Saga es muy mandón.

"¡A ELLOS!"

"QUE NO ESCAPEN."

Es bien sabido el hecho que los tripulantes del Caleuche son brujos, delincuentes o malas personas, y de esto no cabía duda en esta ocasión. Al ver como los santos irrumpían en la cubierta del barco, no dudaron ni un segundo en atacarles, tanto usando fuerza física como magia.

"¡KYAAAAAA!"

¡PUNCH!

Mu dio un giro sobre sí mismo para asestarle una patada a uno de los brujos que le atacaba por la espalda, para atacar con una seguidilla de golpes con sus puños, codazos y otras maniobras del estilo a quienes no cesaban en su ataque. Un certero puñetazo, seguido de un enfermizo ruido, fue la evidencia de una nariz rota. La piel se le erizó de repente al sentir una extraña concentración de energía.

"¡CRYSTAL WALL!"

¡CLAAAAAAAAAAAAAAAAANG!

"¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!"

Aquél conjuro se regresó a su dueño, quien se contorsionó de dolor antes de encenderse en llamas y caer por la borda en su desesperación por apagarse. Por el rabillo del ojo, vio encenderse una poderosa luz blanca: Anneke, aterrada, estaba extrañamente sola. Saga estaba arreglando cuentas con parte de la tripulación y no le era posible ayudarla de momento. Sin embargo la chica se defendía… bueno: se negaba a abrir los ojos, que los tenía cerrados con fuerza. La luz que emanaba de sus manos, y que tenía un gran efecto contra los brujos, era disparada en forma involuntaria a medida que algún tripulante del barco se le acercaba.

Mu propinó un codazo hacia atrás, deteniendo a un brujo de súbito, a quien le rompió la mandíbula. El santo de Aries corrió hasta Anneke y la obligó a ponerse de pie, aunque tuvo que evitar que la chica le atacase.

"¡Opa! Tranquila, soy yo."

"¡Ay, perdón, no me fijé!"

"Salga de aquí, señorita, está expuesta." Le pidió amable, pero urgente.

Anneke fue llevada por Mu hacia un costado de la cubierta, que parecía ser relativamente seguro, antes de disponerse a volver a… la tremenda batahola que había a bordo, que no merecía llamarse una batalla propiamente tal.

Algunas gotitas comenzaron a caer. Mu se detuvo unos momentos y miró al cielo muy molesto: le chocaba cuando se ponía a llover en medio de una pelea…

Un momento…

Mu se dio cuenta de algo… El suelo de la cubierta no estaba precisamente quieto. ¿Cómo era posible? En las bodegas no había percibido movimiento…

El barco se movía y se mecía, se mecía y se movía. ¿Por qué no lo había notado antes? Sintió un molesto vacío en las tripas, El vaivén del barco le producía una desagradable sensación en su estómago y su oído medio estaba muy descompensado. ¿Quién lo mandaba a subirse a un barco? Tenía que haber estado muy concentrado en la pelea como para no notarlo. Cosa rara, abajo en las bodegas ni se había percatado¡Es que allí abajo el movimiento era nulo! Tragó saliva y sacudió la cabeza… ¡UGH! Mala idea… mejor no la volvía a sacudir y se concentraba en la pelea. Un colorcillo verduzco arreboló sus mejillas.

"¡MU!"

Un brujo le saltó a la espalda, pero tras un par de ágiles movimientos (aunque no tan ágiles como hubiera querido), Mu se lo sacudió de encima tras rodar por la cubierta. Una vez que se quedaron quietos, el lemuriano le propinó un golpe en la cara que lo dejó fuera de servicio. Anneke se le acercó.

"¿Estás bien, Mu?" Preguntó con urgencia.

"Sí, estoy estupendo…" Respondió el lemuriano con una sonrisa… que se le borró del rostro en cuanto, sin querer queriendo, vio hacia el agitado mar.

El suelo bajo sus pies se hundió a una fuerte rapidez y se elevó en el aire con la misma velocidad, casi sin mediar mucho tiempo de diferencia. El mar se sacudía con tal ímpetu que la nave, por muy fantasmal que fuera, se movía a la par de las olas, produciendo un bamboleo muy desagradable para estómagos sensibles.

Es que el Caleuche se movía y se movía, se movía y se movía, de un lado para el otro, para un lado y para el otro, hacia arriba y hacia abajo, hacia arriba y hacia abajo, de derecha a izquierda, de derecha a izquierda, a un costado y hacia el otro, a un costado y hacia el otro, diagonal y vertical, diagonal y vertical… creo que ya entienden la idea.

"Mu ¡No estás bien! Estás de color verde." Protestó Anneke preocupada, al tiempo que ayudaba a Mu a sostenerse contra la baranda, sobre la cuál se había apoyado involuntariamente. La pelea seguía desarrollándose. "¿Te marean los barcos?"

"No lo menciones…" Mu le sonrió precariamente."¡ABAJO!"

Anneke se lanzó al suelo al tiempo que Mu lanzaba un puñetazo. Si bien acabó con el brujo, digamos que ese fue el último golpe que el lemuriano pudo propinar antes que el vértigo lo dominase. Estaba por completo y absolutamente mareado. El santo de Aries se sujetó de la borda y se sentó en el suelo como pudo, tratando de aguantarse las ganas de vomitar, y reprimiendo las ganas de inclinarse sobre la borda para tratar de tomar aire.

Dos teorías: o bien Mu se saltó la lección de cómo evitar marearse en un barco durante una pelea o Shion, sufriendo de un súbito ataque de Alzheimer selectivo (era viejito cuando lo entrenó), se le olvidó enseñarle tal cosa.

Los entrenamientos de los dorados dejan mucho que desear de un tiempo a esta parte.

"Sí, te marean." Afirmó Anneke mientras le sobaba la espalda.

"¿Por qué un barco?" Se lamentó aturdido el lemuriano, mientras miraba con ojos grandes hacia la borda del barco, pálido como nunca en antes en su vida, con adornos de color azul verduzco en el rostro. Anneke le dio más palmaditas en la espalda, mientras cruzaba los dedos para que los brujos no se percataran que estaban allí, al margen de aquella gresca.

Saga por su parte se manejaba bien en la pelea. Desde el principio de la reyerta, y a diferencia de Mu, él se había llevado gran parte del ataque, pero apenas si le estaban haciendo cosquillas. Lo que sí, era muy molesto tener que lidiar con tanto brujo él solo. De cuando en cuando le lanzaban algún hechizo, que poco efecto tenía en él… más que reducirlo por magia, querían reducirlo por la fuerza.

Dos brujos volaron fuera de borda cuando Saga les propinó un fuerte empujón, otros dos perdieron los dientes, y un quinto quedó tirado en el suelo, sin fuelle alguno, debido a la patada que el Santo de Géminis le propinó en el estómago. Unos barriles cercanos se destrozaron bajo el peso de otros dos desafortunados, al tiempo que algunas costillas crujieron con un tétrico sonido cuando se rompieron.

Era demasiado fácil.

MUY Fácil.

Un dolor penetrante en la cabeza parecía agujerearle el cráneo desde la nuca, tan intenso que Saga casi se desmaya. Se sujetó la cabeza a dos manos, sin siquiera querer percatarse que dos sujetos, uno de ellos traía la boca ensangrentada por causa de su repentina pérdida de dientes, se lanzaron encima de él y lo sujetaron de los brazos, permitiendo de este modo que los demás le cayeran a palos.

"¡AAAGH!" Si Saga se quejó no fue precisamente la batería de patadas que le estaban dando, que dicho sea de paso ni cosquillas le daban. Su súbita migraña amenazaba con partirle el cerebro en dos… si es que no lo había hecho ya. De pronto estaba vulnerable, sin poder defenderse.

QUÉ Porfiado Eres!" Se burló una voz demasiado conocida. Saga frunció el ceño enojado: la voz le palpitaba detrás de las orejas. "Aún siendo mi prisionero te resistes." Esta vez la voz sonó fuera de su cabeza, como si la persona estuviera de pie detrás de él.

Y en efecto, allí estaba. Aunque manteniendo la distancia.

"¿Esperabas otra cosa?" Interrogó Saga entre dientes, con un gran esfuerzo. El dolor aumentó demasiado y esta vez sí estuvo a punto de perder la conciencia.

¡PLONG, PLAAAAF¡FIIIIIIIIIIIIIIIIIISSSSSSSSSSSSSSSSSSS!

"¡Aléjate de Él!"

Una onda psíquica golpeó nuevamente al atacante de Saga y le obligó a retroceder, junto con la migraña. Pero las cosas no terminaron allí. Una gruesa polea de barco dio contra la espalda de uno de los brujos que sujetaba a Saga y con el siguiente movimiento, dio contra dos brujos más, antes que una descarga blanca le diera de lleno en el pecho a un tercero. Mu, todavía mareado y haciendo un gran esfuerzo por conservar su desayuno dentro de su estómago y dar los golpes que eran requeridos, usando su telequinesia, se deshizo de los restantes brujos y tanto él como Anneke corrieron a asistir a Saga, que había quedado arrodillado y tambaleándose por causa de su migraña…

… bueno… Mu se aseguró que seguía respirando, para volver a sujetarse de la saliente más cercana. Claro que por obvias razones no pudo hacerlo por culpa de los brujos. ¡Es que no fallaba! Se deshacían de uno, y salían dos más a reemplazarlo. Podrán haber sido débiles, pero por DIOS que eran NECIOS.

¿Qué de donde había sacado Anneke la polea? Bueno, el Caleuche será un barco fantasma, pero es un barco al fin y al cabo, y encima uno antiguo. Hay muchas poleas a disposición… claro, ninguna de ociosa y todas formando parte de aquél intrincado sistema de cuerdas que hay en los barcos de este tipo. Ocurre que cuando Anneke detectó que Saga comenzaría a sufrir un nuevo ataque psíquico, nerviosa, comenzó a ver en derredor suyo por si había algo con lo cuál ayudarle… vio una polea en su lugar, y sin esperar más, tomó a Mu de un brazo, le llevó a rastras hasta la polea, le obligó a cortar algunas cuerdas, de manera que ella pudiera llevarla y ¡VOILÁ! Anneke quedó armada en menos tiempo del que Mu se tarda en marearse. Blandiendo la polea a diestro y siniestro (BIEN SINIESTRO), ambos se abrieron paso hasta Saga para ayudarle.

Anneke se agachó junto a Saga, dejando la polea a un lado, y le sujetó la cabeza. Silenciosamente le obligó a abrir los ojos: el santo de géminis le obedeció, aunque bien remolonamente.

"Esperaba otro tipo de ayuda…" Le sonrió muy dolorido cuando hubo abierto los ojos. Su jaqueca seguía allí, pero en franca retirada.

"Es lo que hay. Tendrás que conformarte." Le sonrió Anneke, con una luminosa sonrisa. La chica había respirado de alivio al ver a Saga en mejor condición.

Mu de Aries en ese momento se estrelló contra Saga, llevándoselo por delante. Afortunadamente, Anneke logró ponerse a salvo y no fue arrastrada por la sorpresiva acción. Maldiciendo abiertamente y a los 4 vientos, ambos dorados se pusieron de pie en cuanto se detuvieron. Anneke quiso correr hacia ellos, pero dos fuertes brazos la atraparon por la espalda y la alzaron en el aire sin mucha delicadeza. Pataleando y gritando, Anneke no se la puso fácil.

"¡SUÉLTAME DESGRACIADO! KYAAAAAAAAAAAAA¡SUÉLTAME MALDITO INFELIZ!" Debo añadir que la chica también añadió coloridas palabras propias del folklore popular chileno, pero que no voy a repetir por considerarme una dama.

Admito que hay momentos en que las caídas del lenguaje son meritorias.

"¡ANNEKE!" Saga se puso de pie lo más rápido que pudo, botando a Mu por el suelo en el proceso, cosa que no ayudó a su mareo. Corrió hacia la chica, que gritaba como una banshee anunciando una muerte.

En casos como estos, es bueno que ni Saga ni Mu estuvieran muy al tanto de aquellas palabras. El santo de Aries se quedó en el suelo, esta vez de color azul, y al sentarse, de lo único que fue capaz fue de abrazar un barril cercano, que vaya a saber uno como es que había aguantado entero la pelea.

Ya sea porque algo aumentaba la fuerza y velocidad del fornido brujo que se llevaba a Anneke o porque había algún hechizo de por medio que le impedía correr más rápido, Saga no podía alcanzar a su amiga, quien era llevada hacia la proa. El sujeto subió con Anneke a cuestas por una escalerilla, hacia una plataforma. Entonces vio 3 siluetas recortadas contra el aire, quietas, muy quietas, encapuchadas. La que estaba en el medio era la más baja, pero a Saga le pareció asquerosamente familiar. Se detuvo y empuñando las manos, gruñó tal cuál le había enseñado Bruno, el perro de Anneke.

"¡KYAAAAAAAAAAAAAA!"

Anneke fue arrojada al suelo frente a estas tres siluetas. Una de ellas, la de la izquierda, le dio un empujón con el pie para evitar que se pusiera de pie, pero la de la derecha, en un rápido movimiento, la tomó bruscamente por el mentón y la obligó a ponerse de pie, para luego girarla sobre sus talones y apresarla contra su cuerpo en un doloroso y sofocante abrazo. Anneke no podía mover las manos y respiraba con pesadez. La chica estaba enojada, muy enojada y forcejeó contra su captor. Saga, peleando contra este extraño hechizo, se abrió paso con dificultad hasta donde estaba Anneke.

"¡Maldita MEICA DEScastada! Voy a DISFRUTAR Haciéndote sufrir por todos los problemas que me diste." Gruñó la tercera figura, la más baja, que se descubrió la cabeza al dar un paso hacia Anneke. Era bien sabido que el sujeto tenía más o menos unos 26 años, pero tenía cara de niño.

"¡Humberto! NO SOY una Meica y lo sabes." La chica ladró con decisión. En un súbito movimiento, comenzó a patalear, logrando asestarle una patada a este sujeto. "¡Pedófilo Malnacido!" Con esto ganó que su captor la sujetara con más fuerza y que el otro brujo que allí había le asestase un fuerte bofetón.

"¿Cómo TE ATREVES a GOLPEAR al Capitán del Caleuche?" Protestó embravecido, mientras sacaba una daga y la sujetaba de manera tal que pudiera apuñalar con más facilidad. "Ahora Aprenderás tu lección." Humberto alcanzó a dar dos pasos.

CRACK, PUNCH, PLAAF, SQUASH. FAAAAAAAAAAAS. CRACK, CRACK, PUNCH, SPLAT.

Yo les traduzco esos ruidos. Saga de súbito sujetó a la figura que permanecía quieta, la que había abofeteado a Anneke, y la lanzó fuera de borda con facilidad. Luego golpeó en la mandíbula al que sujetaba a la chica, obligándola a soltarla. La chica al verse libre, se tiró al suelo al tiempo que el santo de Géminis le propinaba una patada a Humberto, pero no tuvo tiempo de reaccionar cuando Mu apareció de súbito junto a ella, y la teletransportó a otro sector de la cubierta. Saga avanzó hacia Humberto y lo sujetó del cuello, levantándolo varios centímetros en el aire.

"Tu pelea es conmigo, gusano."

Los ojos de Humberto se pusieron de un vivo color rojo y conjuró su poder para hechizar a Saga, pero el santo de géminis, harto ya de estos trucos baratos (es que no había visto nada que valiera la pena hasta ese momento), comenzó a zarandearlo con violencia hasta que lo mareó. Una vez que los efectos especiales se hubieran apagado por motivos de fuerza mayor, Saga golpeó a Humberto contra uno de los mástiles.

"¿POR QUÉ Nos Atacas¿Es que no sabes a quién te enfrentas?" Exigió saber MUY enojado.

NO TENGO porqué Responderte, BASTARDO!" Ladró Humberto, pero la presión en su cuello aumentó drásticamente.

"No he tenido un buen día. Encima tú no vales la pena." Saga lo soltó como quien se deshace de una alimaña desagradable. "No sé que planes tengas, pero si no eres capaz de llevarlos a cabo, NO MOLESTES." El geminiano se dio la vuelta, golpeó en la cara a uno de los tripulantes que venía hacia él a golpearlo con un tablón y siguió su camino. "Mu, Anneke: Nos vamos."

Saga caminó a paso veloz hasta sus amigos. Mu, estático de felicidad porque por fin podrían bajarse del condenado barco, asintió con la cabeza, Anneke abrió los ojos espantada. No reaccionó sino hasta que el geminiano llegó hasta ellos. La tripulación observaba al trío desde una prudente distancia, pero todos prestos a atacar. ¿De dónde salían tantos brujos?

"¡No, Mu, Saga! No podemos irnos así no más." Dijo Anneke a la rápida y muy alarmada. "Necesitamos el permiso expreso de la tripulación del Caleuche."

"¿QUÉ?" Exclamó Mu decepcionado.

"¿QUE tenemos que conseguir el permiso de QUIEN?" Saga no estaba contento.

"De los brujos y no me hagas repetirlo. Ya se los dije hace rato." Dijo Anneke con urgencia, tampoco estaba de buen humor, mientras sujetaba del brazo a ambos santos. "Si saltamos por la borda nos volveremos locos. ¡EN SERIO perderemos la razón!"

"Saga está acostumbrado." Dijo Mu tragando saliva, sin darse cuenta de lo que estaba hablando. El santo de Géminis lo miró con cara de pocos amigos. "¿Ahora QUÉ dije?"

"¿Tu no estabas mareado?"

"Feh."

"Anneke¿POR QUÉ NO DIJISTE ESO ANTES?" Quiso saber Saga.

"No me dieron tiempo. Y creo que sí se los dije." No más de casualidad, por el rabillo del ojo, Anneke descubrió algo que les iba a perjudicar mucho. Abrió los ojos como platos: Por haberse distraído, ninguno se había dado cuenta que Humberto había conjurado un hechizo y ellos estaban en la línea de fuego… "¡CUIDADO!"

Saga empujó a Mu a un lado y abrazando a Anneke, se quitaron del camino de un poderoso hechizo que destrozó buena parte de la cubierta y que redujo a cenizas a dos pobres distraídos que habían estado allí momentos antes. Cuando el geminiano consideró que era seguro, Anneke temblaba de miedo entre sus brazos, rápidamente miró en dirección de Mu, que estaba bien, pero tan serio como él. A su alrededor, los brujos le rodeaban, esta vez listos para atacarles en bola y con todo lo que tenían.

"Hazle caso a esa Mujer, Santo de Athena." Vociferó Humberto. "Necesitan mi permiso para irse del barco con sus facultades intactas… ¿No crees que deberías negociar?"

Saga apretó los dientes y se puso de pie, junto con Anneke, a quien tenía fuertemente segura entre sus brazos. Sí, se bajarían, conseguirían el maldito permiso… pero, por como que su nombre era Saga y que encima era un santo dorado al servicio de la diosa Athena, JURABA POR SU HONOR, que le rompería la nariz a ESE INFELIZ antes de bajarse del Caleuche.

Pero primero… ¿Cómo conseguirían el permiso para bajarse?

Continuará.

Por

Manquehuito (Misao–CG)

Próximo Capítulo: Llegada a la Costa.

"Ni modo." Dijo Mu encogiéndose de hombros e intercambiando una cómplice mirada con Saga. "Es la única solución que tenemos."

"Nos bajamos del barco… A lo cavernícola." Añadió Saga. Anneke les miró curiosa.

PS: Vamos viendo dijo el ciego. Una vez más seguro que hubo cosas que no entendieron, por ejemplo, como que Anneke conoce a Humberto y por qué le dijo pedófilo o porqué el Capitán del Caleuche la trató de meica. Les recuerdo que este fic está ligado con el siguiente en una forma MUY cercana, recuerden que eran fics siameses, separados por cirugía. Anneke tuvo MUY buenas razones para llamarlo de ese modo, lo mismo Humberto. Esa es una relación odio–odio y ya sabrán porqué. Desde ya les adelanto, si es que no lo sospechan ya, que este sujeto será la gran piedra en el zapato de Julián Solo. Tengo mis honestas dudas respecto de este capítulo. Ayúdenme a despejarlas o confirmarlas por medio de una ¡BELLA REVIEW! Y les daré galletitas virtuales recién hechas. ¡Aprovechen que no engordan!

Datitos Culturales.

Meica: Una meica es una mujer curandera del campo. Es una figura chilena, no necesariamente indígena, pero que tiene poderes muy parecidos a los que tiene la Machi, que es una curandera (una chamán si prefieren) entre los mapuches, que sí son un pueblo indígena.

Caleuche: El Caleuche tiene una tripulación de brujos, delincuentes, náufragos y de personas que lo han visto sin querer. Nadie escapa del Caleuche: una vez arriba del barco, no podrás abandonarlo, a menos que se obtenga un permiso expreso. Quienes ha escapado, han perdido la razón y nunca la han recuperado. Es que a bordo del barco, los tripulantes llevan sus tesoros y sus secretos, que guardan con mucho celo. El Caleuche es también llamado el "Buque De Arte."