Hola de nuevo, lamento la demora y espero que este capitulo sea de su agrado. Ahora contestaré sus reviews.

Yaiza: Gracias por tu opinion!!! espero que este capitulo no te desagrade. besos

ALEJAMOTO DIETHEL: Hola, pues si irá pero no sera por un campeonato, será algo mas "academico" por asi decirlo. Ojala te guste este cap. besos

Gracias por sus reviews

Nympha Nix Nivis

Capitulo 4: Soledad, amistad y amor.

Después del día de la declaración de Remus, los chicos estuvieron mas unidos que antes, trataban de pasar el mayor tiempo juntos, exceptuando los entrenamientos de quidditch a los cuales solo asistía James como buscador de la casa. Solo dejaban a Remus por la noche cuando se escabullían de la habitación hacia la biblioteca, buscando mayor información sobre la licantropía y una forma de hacer menos dolorosas las transformaciones del lupino. Una de esas tantas noches, James dio con la solución.

-Nos convertiremos en animagos- Declaró James.

-Eso nos llevará mucho tiempo- señaló Peter, sabiendo que para el no solo era una obstáculo el tiempo, sino tambien su poca habilidad en transformaciones- Y se necesita magia muy avanzada.

-"Mas vale tarde que nunca"-dijo Sirius- Muy buena idea James. No se como no se me ocurrió antes.

-Quizás "el gran Sirius Black" a dejado de poner atención a las clases y prestado mas atención a un demonio pelirrojo que se hace llamar chica...

-Detente James...

-En realidad Lily Evans no es algo muy interesante que mirar, pero que le vamos a hacer...

-Ja, ja, ja- rió Peter- A Sirius le gusta Evans, ja, ja, ja...

-No es gracioso- replicó el afectado bastante sonrojado.

-¡Entonces es verdad! ja ja ja ¡No lo puedo creer!

-Me las vas a pagar James- dijo Sirius amenazando a James con la varita en alto y los ojos con fuego dentro.

-Oh! Sirius, no seas rencoroso-objetó James- de todasd formas Peter se iba a enterar.

-¿y tu como te enteraste?- apuntó Sirius acusador.

-Je, je, je- rió nervioso el acusado- no lo recuerdo.

Se formo un silencio muy tenso en el que Sirius miraba incredulamente a James, mientras Peter trataba de controlar su risa.

-Ya Sirius no te enojes- dijo James- Si quieres no le digo a Remus.

-¿El no sabe?-pregunto Sirius, que se sentia extrañamente relajado al saber que su amigo aun no se enteraba- Esta bien te perdono.

-Yo no hable de perdon, pero bueno, no importa- James no iba a poner se a dicutir de nuevo con su muy terco amigo- Mejor busquemos la forma de transformarnos.

-¿Le direemos a Remus?

-No, Peter. Es mejor que sea una sorpresa.- respondió Sirius.

-Y si le decimos ahora es probable que no nos deje. Ya saben que si alguien se entera nos meteremos en un gran lío, y Remus no dejaría que corriéramos un riesgo tan grande para ayudarlo.

-Si, es verdad.

Y así pasaron los meses buscando maneras de transformarse, en lo que inconscientemente gastaban mucho tiempo, y ya que Remus no podía enterarse, pasaba mas solo que acompañado por sus amigos, en lo que aprovechaba para leer y estudiar. En un comienzo no le molesto mucho, ya que se había descuidado de sus estudios un poco cuando estaban todo el día junto a los demás y le serviría para subir sus calificaciones, pero ahora se sentía muy solo. En uno de esos momentos se puso a ordenar su baúl, en el fondo de este encontró antiguos pergaminos que resultaron ser cartas de Ethel, hace mucho tiempo que no recibía noticias de ella, pero sabia que iba a responderle si le enviaba una carta, siempre lo hacia, y en este momento lo que mas necesitaba era decirle a alguien lo solo que se sentía, por lo que sin demora se sentó frente al escritorio y comenzó a escribir la carta. Después de una hora ya estaba lista, en ella le contaba todo lo que habia sucedido en ese curso y le pedia una respuesta sin demora, si es que aun después de tanto tiempo su amistad seguia igual, amarró la carta a la pata de Ribus, la que se puso rumbó a su destino.

A la mañana siguiente, en Durmstrang, Ethel fue despertada por un picoteo en la ventana, después de maldecir a quien la hubiera despertado enfoco su vista en la lechuza y al reconocerla la dejo pasar enseguida, la alimento después de retirar la carta y se dispuso a leerla. Al finalizar comenzó a escribir la nota de respuesta contándole a su amigo todo lo que le había pasado, cuando creyó que no faltaba nada, ató la carta a la pata del ave y se dirigió a tomar un baño. Al salir, la lechuza ya se habia marchado asi que bajó a desayunar mas feliz de lo normal, lo que no paso desapercibido para Thomas, que en ese momento entraba en el comedor, seguido por Ian y Barry.

-Buenos dias- saludo Thomas tomando asiento.

-Buenos días le respodió Ethel con un sonrisa, lo que era nada común en ella, sobre todo en las mañanas.

-¿Por que tan feliz?

-¿Feliz? Mmm... por nada- concluyó sin dejar satisfecho a ninguno de sus compañeros

-¿Acaso recibiste una carta de tu novio?- Bromeó Ian guiñándole un ojo.

-Quizás... ja, ja, ja- Rió Ethel, pero paro en seco al ver la cara de espanto que ponía Ian- ¿Por que esa cara?¿Acaso estas celeso?

-Ja, ja, ja no... yo no- Respondió Ian dando una mirada a Thomas, lo que hizo que Ethel lo mirara fijamente.

-¿Kreshnov?- los tres implicados en el "plan bien planeado", miraron a Ethel queriendo saber que pensaba. Mientras que ella observaba detenidamente a Thomas-Tu...-dijo entrecerrando los ojos-tienes un bicho en el cabello.

En ese momento era imposible sabe cual de los tres tenia la boca mas abierta, coo podían tener una amiga tan poco sensible.

-Te he dicho que te laves bien el cabello en la mañana...- siguió sin haberse dado cuanta de las caras de sus amigos.

-Eres una tonta-dijo Thomas sin pensar.

Ethel le mandó la mirada mas fría que pudo, obviamente ocultando la tristeza que e producia que el la tratara de esa manera.

-Como digas... ya se me hacia raro que no me hubieras insultado en tanto tiempo. Eres un estúpido- Exclamó sentida Ethel quien sin bajar la mirada abandonó el comedor sin haber provado bocado.

-Tenía que abrir mi bocota- se culpó Thomas

-Pero hemos avanzado bastante—dijo Barry.

-Si, es verdad

-Dejen de hablar idioteces- los paró impaciente el chico de ojos grises.

-No son idioteces. Antes a Ethel le hubiera dado exactamente lo mismo que le dijeras tonta, y hubiera seguido comiendo como si nada hubiera pasado- expetó Ian- En cambio se sintió y se fue.

-Se me quitó el hambre. Nos vemos luego.

Tras esto Thomas abandonó el comedor, dirigiéndose hacia el patio interior del colegio, que era su lugar de meditación favorito.

-"¿Por que le dije tonta? No me había hecho absolutamente nada, soy un completo idiota, no..." ¡Auch!- gritó al ver interrumpido su paso tras chocar con alguien y caer al suelo- Disculpa.

-Si, no te preo... ¡No!- se interrumpió Ethel al ver quien era la persona que la hizo caer- Eres un estpido, siempre lo he dicho.- dijo pasando por el lado de Thomas para seguir su camino.

-Necesitamos hablar- acotó Thomas tras tomarle delicadamente el brazo, cosa bastante extraña en él.

-Yo no tengo nada que hablar contigo Kreshnov.

-Por supuesto que si, y lo vamos a hacer ahora- dijo jalándola del brazo, perdiendo toda la delicadeza que tuvo en un principio, dirigiéndose hacia las mazmorras, luego de pasar por diferentes laberintos llegaron frente a una gárgola- Rytus – esta se disipó dejando frente e los chicos una puerta de roble con una placa dorada, en la que se leía "Kreshnov Thomas, Tercer curso"- Entra- ordenó este tras abrir la puerta.

-No- respondió Ethel quedándose inmóvil en su sitio. Yo no tengo nada que hablar contigo. Así que adiós.-le dio la espalda lista para abandonar el lugar.

-Pero yo tengo algo muy importante que decirte... Ethel

Ethel con fuego en los ojos se dio vuelta para encararlo.

-¿Ehel?¿En que momento te di la confianza para que me llamaras así? Que te quede claro Kreshnov, para ti, siempre voy a ser Elliot. ¿Entiendes?

-Por favor déjame hablar – dijo Thomas ya perdiedo la poca pacienci que le quedaba.

-¿Entiendes?- repitió Ethel ignorándolo olímpicamente.

-No, no entiendo por que eres tan terca tachando a loa gente antes de conocerla. No entiendo por que no podemos llevarnos bien si eso... es lo único que quiero- la última frase la dijo tan bajito que ni siquiera él la escuch

-¿No entiendes?- dijo Ethel con cierto sarcasmo en la voz- Tú fuiste el que me tachó por ser inglesa, tu eres el que siempre me ofende. Me tienes aburrida, tanto que para alejarme de ti estoy dispuesta a dejar esta escuela.

-No tu no te vas a ir- la miró incrédulo.

-¿A no? Ya veremos- se dio la vuelta y como siempre elegante se alejo con la frente en alto y el andar lento pero seguro.

-No, tú nunca te irás. No mientras yo este aquí.- susurró Thomas viendo el vacío espacio que dejó Ethel tras su partida. Así fue encontrado por Ian y Barry.

-¡Hey!- lo espantó Ian al ver que no reaccionaba

-¿Qué?

-¿Como que "¿que?"? Estabas en un completo estado de embobamiento.

-¿Y que pasó?-preguntó Barry.

-¿Con que?-respondió Thomas sin ninguna cultura.

-¿Como que "¿Con que?"?... Thomas, parece que de verdad te afecta esto de Ethel.

-¡Ah! Y... ¿Que pasa con Ethel?-dijo Thomas bastante confundido y molesto por el juego de palabras.

-Eso es lo que te hemos estado preguntando (¬¬)-respondió Ian comenzando a mal humorarse. Cualquiera e imaginaba porque excepto, claro esta, Thomas.

-La vimos pasar bastante aireada- adjunto Barry tratando de que el mal humor de Ian pasara desapercibido.

-Me dijo que se quiere ir de esta escuela porque ya no me soporta- dijo bastante entristecido Thomas.

-No te preocupes, siempre dice lo mismo- lo animó Barry.

-Voy a hablar con ella, no quiero que estas dos ultimas semanas de clases sean un infierno con ustedes dos peleando-dijo Ian-Será mejor que vayan a clase de Defensa Contra las Artes Oscuras y aprovechan de decirle al profesor que ni Ethel, ni yo asistiremos.

-¿Como sabes que Elliot no irá?-preguntó Thomas.

-Porque en estos momentos necesita estar solaa para no derramar lágrimas, o que no la veamos hacerlo- finalizó Ian.

Luego de esa aclaración del estado animico de Ethel los amigos se despidieron, cada uno llendo donde se lo ordenaba el destino. Ian caminó hacia la habitación de Ethel, donde sabía, la encontraría. Dijo la contraseña "pinna" y al desaparecer el lienzo con el escudo del clan Draconis, apareció una puerta con la insignia se su ocupante "Ethel Elliot 3º Curso". Ian tocó la puerta repetidas veces y al no recibir respuesta la abrió con un simple hechhizo "alhomora". Tras cumplir su objetivo penetró en el cuarto en busca de su joven ocupante, en un rincón acurrucada abrazaando us rodillas se encontraba Ethel, Iaan muy sigiliso se acercó a ella y le pasó un brazo sobre los hombros.

-¿Qué pasó cariño?

-No lo soporto- respondió Ethel levantando la cabeza y dejando ver su rostro, que para sorpresa de Ian, se encontraba seco, sin rastro de lagrimas- Esun estúpido, ¿quien se cree que es?... No se como los soportas.

-Estuvieron, ustedes, bastante tiempo llevándose bien –acotó Ian.

-Si...

-¿Por que no se pueden llevar así siempre?

-Por que él me ofende, sin yo haber hecho algo como para que lo hiciese.

-No se te ha pasado por la cabeza que hoy, quizás, se puso celoso al verte tan contenta sin una razón convincente.

-No es mi culpa que el sea un amargado que nunca este feliz.

-No me refería a eso (Por que eres tan terca ¬¬U), me refería aa que quizás este celoso de el causante de tu feicidad.

-No tiene motivos para estar celoso de Remus.

-¿Remus?¿Quién es Remus?

-Ya te he hablado de él, es mi vecino en Inglaterra

-¡Ah! Si, si, ya lo recuerdo, pero ¿Por que él te hace tan feliz? ¿Acaso de verdad es tu novio?-preguntó Ian temeroso de tener que llevarle unaa mala noticia a Thomas.

-No, no es mi novio-dijo bastante irritada Ethel- Tu tienes una obsesión con ponerme novio. Él es solo un amigo, lo que pasa es que hace mucho tiempo que no recibía noticias de él, y hoy en la mañana llegó una lechuza con su carta.

-¡Ah! Ya veo, así que eso era lo que te tenía tan feliz.

-Sí, por eso pensé que hoy iba a ser un buen día... no pude haber cometido peor error...

-Thomas me dijo que te querías ir del colegio.

-Si. Y lo voy a hacer, mi palabra esta dada, solo tengo que hablar con mi madre.

-No seas ridícula ¿ Como te vas a ir por eso?

- No puedo arrepentirme ahora, lo dicho, dicho está. Si me contradigo ahora va a pensar que puede tratarme como quiere- dijo Ethel acomodándose entre los brazos de Ian para apoyar su cabeza en el pecho de este.

Pasó ese día, esa semana y la siguiente, ya estaban en su último día de clases y Ethel y Thomas seguían peleados. Esas dos semanas habían sido un infierno para sus compañeros, ya que si estaban con uno el otro se iba, afortunadamente había terminado. Subieron al barco que los llevaría al puerto en donde estarían sus padres, Ian y Barry tenían la ligera esperanza de que las cosas entre los dos problemáticos se solucionaran en el barco, ya que si no ocurría así tenían la certeza de que al volver de vacaciones faltaría uno de ellos, y el otro, por consecuencia, iba a estar destrozado.

Ian persuadió a Thomas de que hablara con Ethel en la cubierta del barco mientras servían la colación para todos, ya que obviaba que Ethel no iría para evitar encontrarse con el motivo de su ira. No sabía cuan bien la conocía.

Ya estaban en la mitad del trayecto y Ethel se encontraba pensando, mirando el horizonte, apoyando sus brazos cruzados en la baranda, en los que descansaba su cabeza. Metida, como estaba, en sus pensamientos no sintió cuando un joven de ojos grises se acercó a ella hasta rodearla con sus brazos.

-¿Qué te pasa?- preguntó sorprendida como acto reflejo.

-Nada, solo tenía ganas de abrazarte-respondió como si no tuviera importancia, lo que confundió mas a Ethel, suponiendo que estaban peleados y ni siquiera en el mejor momento de su "amistad" él la había abrazado. Este comportamiento realmente la llenó de interrogantes.

-¿Y por qué te dieron tan repentinas ganas de abrazarme?- cuestionó Ethel- Normalmente me habrías lanzado una maldición.

-Es que... –A Thomas le había costado un mundo decidirse a hablar con ella, pasó tanto tiempo decidiendo si ir o no ir que nunca pensó en lo que debería decir- es que...

-"Es que" ¿que?- Interrogó Ethel zafándose del abrazo, cruzando sus brazos entre se "amigo" y ella, quedándose cara a cara.

-Yo... quería pedirte disculpas por todas las molestias que te he causado en este tiempo.

-¿Tu pidiéndome disculpas?- dijo Ethel escéptica- ¿que te dieron Kreshnov?

-Nada... (¬¬) Entonces ¿Me disculpas?

-Mmm... Está bien. Ya te he torturado demasiado tiempo con mi indiferencia.

-¡Qué considerada!- Dijo Thomas abrazando por la cintura a Ethel, quien al sentir el contacto volteó rápidamente, sin romper el abrazo para evitar que se diera cuenta de un pequeño sonrojo que cubría sus normalmente pálidas mejillas.

Así pasaron largo rato, que fue abruptamente interrumpido por la llegada de sus dos amigos, quienes empezaron a molestar a la pareja al ver la escena, en la que los descubrieron infragantes, provocando la ira de la muchacha quien los amenazó con dejarles el rostro mas deforme de como lo tenían si seguían con ese jueguito. Luego de un tiempo cuando ya no causaban el efecto deseado- sonrojo- se fueron a jugar ajedrez mágico.

Los dos muchachos siguieron hablando como si esa pequeña interrupción no hubiera existido en el tiempo.

-¿Ya no te vas a cambiar de escuela?

-No, creo que no-dijo Ethel bastante despreocupada mirando por la borda-Menos mal que no se lo mencioné a Remus... –se interrumpió rápidamente al darse cuanta que sus pensamientos eran expresados y Thomas los escuchaba.

-¿Remus?¿Qué es eso?- preguntó el testigo del pequeño monólogo con el entrecejo fruncido.

-Es "quién", no "qu". Cualquiera sabría que es un nombre- dijo ácidamente Ethel.

-Bueno, entonces ¿Quienes ese?

-No es "ese", es Remus.

-¡Ok! Entonces ¿Quien es Remus?- Thomas dijo ya perdiendo el poco autocontrol que poseía, pesando lo poco que había durado su nueva "amistad" con Ethel.

-Mi vecino- respondió Ethel tranquilamente, haciendo caso omiso al tono de voz de Thomas. No quería que una estupidez lo arruinara de nuevo.

-¿Tu vecino?¿Y por que piensas en tu vecino?

Ese último comentario molesto mucho a Ethel "Quien se cree Kreshnov que es para decirme que puedo o no puedo pensar en Remus. A parte, es la primera vez que lo menciono delante de él, así que no tendría por que decirme... ¡Un momento!" La mente de la muchacha estaba trabajando a mil por hora, planeando la respuesta que le debería dar a Thomas "¡Él está celoso!... no, eso no puede ser..."

-¿Acaso estás celoso?- la voz de Ethel sonó de repente en cubierta retumbando en los tímpanos de Thomas que no alcanzaba a entender como ella le hacía esa pregunta, tenía toda la razón, claro está, su dilema estaba en si decirle la verdad o no.

-Sí, estoy muerto de celos.

Ethel casi se desmayó al escuchar la respuesta tan directa de los labios de Thomas. Eso, pese a la pregunta, era lo menos que se esperaba como rspuesta.

-¿Qué?

-No lo voy a repetir

-¿Por qué?

-Si lo preguntaste sabes por que.

-Si te lo pregunto es por que no lo sé. Tu sabes que no pregunto por preguntar Kreshnov.

Thomas se acercó a Ethel rodeándola en un tieno abrazo, provocándole un estremecimiento. Acercó lentamente sus labios al oído de esta, haciendola contener la respiración, susurrándole calmadamente.

-Algún día lo sabrás.

Se separaron abruptamente, Thomas se fue a su camarote y Ethel se quedó pensando, perdiendo sus ojos en las profundidades del mar, que habría pasado si hubiera correspondido aquel abrazo.

Hasta ahí queda el capitulo, espero sus reviews please, son las luces que guian mi camino.