(Leed con atención, al final os planteo dudas que tengo para escribir el siguiente cap)
¡Hola otra vez¿Por dónde nos habíamos quedado? Ah, sí, fui a la torre a encontrarme con Bill... y lo que allí encontré me dejó un poco atónita.
Nada más abrir la clase la encontré toda sumida en tinieblas y ya iba a cerrar la puerta, temiendo haberme equivocado de lugar cuando distinguí un caldero en la semipenumbra. Me acerqué a él lentamente y vi que en su interior había ya algo burbujeando. ¡Por lo visto Bill no había perdido el tiempo! Bien, eso le daba puntos al chico, tal vez no le ahorcara, después de todo... me conformaría con dejarle la piel a tiras.
Creía que estaba sola, pero me había equivocado... la puerta se cerró de golpe tras de mí, dejándome atrapada.
-¿Quién está ahí?- soy Gryffindor, pero os confieso que empecé a sentir un poco de... miedo.
Nadie me respondió... pero noté que una mano se posó sobre mi hombro.
-¿Bill¿Eres tú?
Una segunda mano me rodeó la cintura.
-¡Ya está bien, Bill!
Y traté de deshacerme de él. Justo cuando le empujé hacia atrás, él se me abrazó con más fuerza y noté que me besaba...Al principio estaba tan sorprendida que ¡me quedé allí sin hacer nada! Pero luego reaccioné.
-¡Petríficus totalus!
Menos mal que siempre llevo la varita a mano. Pude petrificarle y me deshice de él. Me dirigí a la puerta... ¡pero no la pude abrir!. Empecé a aporrearla y a berrear para que alguien me ayudara. Estaba desesperada. El acosador seguía petrificado.
-Te lo mereces, Bill. Ojalá no te encuentre nadie y te quedes así toda la vida.- Le decía yo a mi silencioso acompañante.- SACADME DE AQUÍIIIIIIII.
Otra vez aporreando la puerta. Por fin esta se abrió y pude salir.
-Menos mal, ya pensaba que me iba... ¿Bill?
Efectivamente. Bill. O sea, que el que me había besado no había sido él. Me quedé allí sin saber que decir. Bill me miraba con expectación.
-Menos mal que se me ha ocurrido venir a buscarte- me dijo Bill.- Aunque ya veo que he llegado tarde.
El muy 24wewfgo9gr92 estaba ¿riéndose de mí? Otra vez la ira subiendo.
-¿Por qué llevas ese gorro tan gracioso?... si no hace tanto frío...
Debió notar que me rechinaban los dientes, pero antes de matarle quería respuestas. Cerré la puerta y nos quedamos los dos fuera de la sala en donde estaba el acosador.
-Bill, vamos a sentarnos.- y nos sentamos en el suelo, apoyando la espalda en la puerta.- ¿Quién era ese?
-¿Te lo has pasado bien ahí dentro?
-Bill, tengo una lista interminable de cosas contra ti hoy¿de verdad quieres morir tan joven?
-Vale, no te pongas violenta... te lo explicaré todo, si te tranquilizas.
Me miró para asegurarse de que me tranquilizaba y luego siguió.
-Pues verás, no sé si te has dado cuenta, pero la poción ya está terminada- hinchó el pecho de orgullo.
-Sí, lo pude ver antes de que alguien me manoseara...
-Ejem, bueno, pues como te digo, está terminada... lo que no estaba seguro era de si iba a funcionar...Así que me busqué dos conejillos de Indias.
-¿Qué?
-Que cogí dos conejillos de indias... ya sabes, para probar el líquido. Al principio los dos estaban muy ilusionados con la idea, pero luego justo cuando él se la bebió, ella se lo pensó mejor y salió corriendo. Como a mí no me interesan los chavales, pues salí también de allí lo más rápido que pude... y hechicé la salida para que no saliera... lo que no pensé es que alguien fuera a entrar.- otra vez su sonrisa.
-¿Chavales¿Cuantos años tiene?
No tendría que haber preguntado.
-Qué más te da... ¡después de que pasen 12 horas no recordará nada¿Habéis hecho algo de lo que te avergüences?
-¿Cuantos años, Bill?
-jajaja, bueno, no estoy seguro... creo que está en tercero o en segundo... se llama Oliver Wood... es un chico muy majo... aunque lo veo un poco pequeño para ti. Si estabas tan desesperada podías haberte liado con alguien de tu edad.
-BILL.
Ya no pude contenerme más y me lancé directamente a por su cuello. Empecé a descargar bofetadas sobre él.
-¡Te odio! Por tu culpa me he quedado calva y me ha besado un mocosoooooo.
-Ay, tranquila... estate quieta...
Pero yo no paraba. Sabía que realmente no debía estar haciendo daño a Bill, pero por lo menos me descargaba... hasta que él me paró. ¿Cómo? Muy sencillo, me puso boca abajo, tumbada en el suelo y se sentó encima de mí. Todo en un movimiento... todavía no sé cómo lo hizo exactamente, pero ya no podía pegarle. Lo único que podía hacer era gritarle y patalear.
-Cabrón, suéltame...
-Cállate... a ver... ¿qué es eso de que te has quedado calva por mi culpa?
-Me estás aplastando... Socorroooooo... me aplastaaaaaaaannnn.
-No me hagas perder la paciencia. ¿Por eso llevas el gorro?
-A ver, estúpido – dije yo, intentando no ahogarme bajo su peso.- ¿qué es lo que no entiendes? Cuando me tiraste me cayó una poción encima... y me he quedado sin pelo... ¡me vengaré!
Bill se quedó un rato callado, pero no se quitó de encima...
-Lo siento... ¿se puede hacer algo?
-No, gracias, tú ya has hecho bastante...
-no en serio lo siento. ¿Vas a quedarte así definitivamente?
Entonces me acordé de la cita con Severus...
-Ay, Bill, no te lo he contado... ¡Snape me ha dicho que vaya hoy a su despacho para ver si se puede solucionar! Dice que es posible hacerse...
Ya no me importaba estar siendo aplastada y calva... Severus me iba a devolver mi bonita melena oscura y rizada... es cierto, no os he dicho cómo tenía el pelo...
-Genial... así tendrás una oportunidad para darle la poción... ya sabemos que funciona, además.
Intenté no mirarle mal.
-Bill, todavía no sé cómo lo voy a hacer...
-No te preocupes... embotellaremos la poción y la llevarás todo el día encima, hasta que se te presente la ocasión... y si no es hoy, pues otro día.
Bill tenía razón. Noté como se levantaba (de encima de mí) y me tendía la mano para ayudarme.
.-Mejor que entre yo solo a embotellarla. No queremos más incidentes ¿verdad?
-¿Crees que no sé defenderme de un niño? Está petrificado.
Bill se quedó un rato mirándome y luego se echó a reír...
-¡Pues sí que hay que tener cuidado contigo! Se lo diré a todos para que no intenten pasarse.- Y se metió corriendo dentro de la clase antes de que yo pudiera pegarle otra vez.
Cuando salió, llevaba un frasco transparente en la mano.
-Oye, Vic... ¿No crees que te has pasado un poco con el pobre chico?
Grumph. No me digné a contestarle, sencillamente tendí mi mano para que me diera la botella. Él pareció dudar un segundo, pero luego me la dio. Otra pista que debía de haberme puesto en guardia contra Bill...
Metí el frasco en el bolsillo de mi túnica y mis dedos rozaron el pañuelo de Severus... ay, mi Sev... ¿Cuando te darás cuenta de lo mucho que te necesito? Como esa tarde la tenía libre, decidí acicalarme un poco para mi (ay) "cita".
Seguro que sabéis de lo que hablo cuando os digo que me pasé ¡2 horas! Intentando arreglarme. Bien, por lo menos el peinado no era un problema... Pero ese gorro no me favorecía del todo. Así que probé a cambiarlo hasta intentar que fuera un gorro más decente. El gorro en cuestión originalmente era oscuro y de punto... Los colores oscuros no van bien con mi cara... me hacen parecer más pálida (como seeeeeeeev) y yo quería estar no guapa, sino arrebatadora... JA JA JA . Severus se iba a olvidar de todo nada más verme y no me haría ninguna falta la poción de amor... Bueno, esa era mi idea.
Pero el gorrito cambió de color mil veces (rojo, rosa, azul, naranja, verde, metalizado, dorado, amarillo, beige, gris, negro, blanco, crema ¡Incluso rojo cadmio oscuro!), cambió de forma otras mil (con ala ancha, sin ala, con el ala levantada a un lado, sólo ala delante, caído sobre las cejas, abombado, estrecho, alto, con orla, a franjas...), cambió de tamaño 3 (grande, mediano, pequeño. Obvio), cambió de adornos (con flores, estrellas, corazones, ositos, perritos, niños, animales, peluches, plumas, purpurina, lazos, cadenitas, lentejuelas...) en fin, que si McGonagall hubiese visto la excelente labor de transformaciones en un sólo gorro se hubiera puesto a llorar de emoción y a aplaudir dando saltitos.
Pero ni McGo estaba allí para dar saltitos ni el gorro quedó satisfactoriamente bonito... ¿y si llevaba velo? Puf, a veces me entran ganas de pegarme a mí misma. Pues nada, decidí dejarlo como estaba... pero algo debió de fallar a la hora de volverlo como ántes. (Claro que sí. SIEMPRE HAY ALGO QUE FALLA) y el gorro quedó (ay, no) rosa chicle metalizado, abultado en la parte de atrás y con una flor gigante de color verde moco (puag, encima combinaba mal con el rosa chicle metalizado) que por si fuera poco tenía los pétalos como plumas gigantes. Bien, ya tenía un gorro... original. No importaba, eso me daría estilo.
Y luego la túnica. Por que claro, luego está el dilema: túnica o ropa muggle. El destino de la cita dependerá de ello. Y además, luego eliges ropa muggle y tienes que decidir entre falda o pantalón. Y si eliges falda, tienes que decidir si larga o corta, pero si eliges pantalón tienes que escoger entre ajustados u holgados... probé todo mi armario... y el de mis amigas (sin que ellas lo supieran, claro) Y podéis creerme¡¡¡no encontré nada apropiado! Resignación. Me puse mi desgastada túnica del colegio... con el gorro que parecía salido de "Pesadilla antes de Navidad" sólo que esta vez la pesadilla era real.
Me miré al espejo, todavía estaba sin maquillar (esa es otra...) y me dieron unas ganas enormes de echarme a llorar (últimamente lloro con frecuencia... ¿Seré la nueva Myrtle?) Menos mal que justo entraron en la habitación María y Mónica. Me vieron allí... frente al espejo... con lagrimas, un sombrero horrible y una túnica vulgar.
Podrían haberse descojonado de mí y haberme dejado peor, pero son mis amigas y nos queremos mucho. Les expliqué la situación y en un periquete, con un poco de aquí y otro de allá, sufrí la transformación. Me miré al espejo de nuevo y luego corrí a abrazarlas... ¡me habían dejado muy guapa! En vez del gorro me pusieron un pañuelo negro en la cabeza al estilo pirata, de manera que me cubría todo el cráneo (menos la cara, se entiende) y atado en un nudo que hacía que la tela cayera de manera preciosa. Y la túnica... me dejaron una que me era austera y negra, como las del colegio, pero con toques verdes por los puños y el cuello... además tenía un corte que me favorecía mucho. Ya nadie podía reírse de mí. Jajaaj, perecía que me había puesto a conjunto con él: verde y negro. Esperaba que le gustase. Además ya os he dicho que los colores oscuros me hacen parecer más pálida todavía: era la versión arreglada y femenina (y calva) de Severus.
-Vamos, Victoria. ¿No quieres que te vean en la sala común antes de ir?- me dijo Mónica.
-Bueno... hemos quedado después de cenar, de todos modos nos verán.
Y bajamos las tres. Allí estaban Bill, Jim y Leo. Bill parecía que hablaba con un chico de tercero. Nos acercamos a ellos y pude oír que el chico le decía a Bill.
-¡es que no sabemos dónde está! Y ya lleva mucho tiempo...
-No te preocupes. ¿Cómo has dicho que se llamaba?
-Oliver. Oliver Wood.
-Vale, ahora iré a buscarle. Seguro que está escondido por ahí.- le dijo Bill al chico.
Bill puede ser muy majo... pero miente como un bellaco, ya lo habéis visto. Con carita de saber lo que se hace: "¿Cómo has dicho que se llamaba?" "Vale, ahora iré a buscarle"... y mientras el niñito allí creyendo que es un héroe pelirrojo o algo por el estilo... ¡si ese pobre niño supiese!
Me acerqué a Bill.
-Bill, tenemos que hablar.
-Victoria... ¡bonito pañuelo! Te sienta muy bien.
Joooooo¿por qué? Yo voy decidida a echarle la bronca, a decirle lo inmaduro y despreciable que es y a hacerle sentir culpable por mentir a un niño... y él va y ataca antes...
-¿En serio te gusta?- digo yo con sonrisilla. ¡Dime más Bill!
No soy nada presumida, pero un halago no se puede desperdiciar así por así. Y entonces lo que hace ya me deja incapaz de hablar. En vez de responderme me... me... sonríe. ¡Pero si a mí no me gusta Bill! Ya, pero es que es tan guapooooooo... ¡es muy cruel por su parte que no me deje gritarle cuatro cosas y encima me sonría así!
Mis amigas se están dando cuenta de mi embeleso y deciden tomar parte. Ellas también quieren quedarse mirando a Bill con sonrisa idiota. Bueno, ellas lo hacen sin necesidad de que Bill les diga algo bonito... nunca hemos hablado del tema entre nosotras, pero está claro que hay una rivalidad femenina. Yo por mí, les doy a Bill entero, con Severus me sobra.
Después de estar un rato en la sala común, decidimos bajar a cenar todos juntos. Yo, como siempre, llevaba mi frasquito de poción y el pañuelo...
No le vi en el Gran Comedor, pero no importaba, así cuando me mirase en su despacho, quedaría impactado. Y vaya si se quedó impactado... Después de cenar apresuradamente, me despedí de todos y ellos me desearon suerte (Bill me guió un ojo).
Con los nervios a flor de piel, conseguí llegar hasta las mazmorras. Creo que sobra decir que las rodillas me temblaban y que mi cara sin duda debía estar en colapso nervioso. Por lo menos no me había salido ningún tic en el ojo ni nada por el estilo. Justio delante de la puerta de su despacho me atusé un poco el pañuelo y me alisé la túnica. Tomé aire... respira, respira, respira... y llamé a la puerta.
Toc Toc
Silencio.
Tengo unas ganas enormes de salir corriendo.
Toc Toc – repito la operación.
Silencio de nuevo.
No sé que hacer ¿entro sin más¿y si está dentro? Tomo aire y vuelvo a golpear la puerta. Si esta vez no me responde, saldré al galope y me tiraré por el puente más cercano.
Toc...
-¿es que no oye que le estoy diciendo que pase!- La puerta se abrió de golpe y me quedé allí, con la mano en alto mirando al iracundo Severus. Una vena palpita en su sien. Creo que no es un buen momento.
Esbocé una sonrisa tímida. Todavía no me había invitado a pasar...
-Lo siento, profesor... no se oye nada desde fuera.
Él me miró como evaluando si decía la verdad o mentía. Debió de decidir que decía la verdad. Noté que miraba mi pañuelo en la cabeza... me puse muy, MUY nerviosa.
-¿Quería usted algo señorita XXX (apellido horrible)?
No podía ser... estaba segura de que ese hombre tenía una memoria inquebrantable... pero ni siquiera con mi obviamente calva cabeza debajo del pañuelo negro y después de haberme llevado ese mismo día en brazos hasta la enfermería parecía recordar nada.
-Estoy segura, Profesor de que recuerda mi accidente en clase...- le explico un poco molesta. Dejo que se oiga mi irritación en la voz.
-Ah, sí. Cómo olvidar espectáculo tan patético.
Mi ira crece por momentos. Él ha empezado a sonreír. Al contrario que la sonrisa de Bill, esa torcida mueca de desprecio en vez de calmarme me enerva.
-Sin duda recordará también la charla que mantuvimos después. Esa en la que usted me ofrecía su ayuda para ver si se podía hacer algo.- sé que estaba un poco borde con él. Pero él me estaba haciendo sentir eso... ¡yo no tenía la culpa si él estaba jugando conmigo!
Y entonces fue cuando él se apartó del umbral de la puerta y me dijo:
-Por supuesto... pase, pase. Empecemos.
Jooooo, lo que yo pensaba que iba a ser una agradable cita en la que terminaría conquistando su frío corazón, resultó ser como una operación sin anestesia en un quirófano. Creía que me iba a morir de la vergüenza.
-Bien, señorita... si tiene la bondad de despejar la zona afectada.
Grumph, estaba muy nerviosa. Me desaté el nudo del pañuelo y observé que él desvió la mirada, como si me estuviera desnudando... ooohhh, volví a ablandarme... qué cortés, qué tímido, que amable...
-Urg, es realmente desagradable. Espero que terminemos pronto con esto...
Cortés... tímido... amable... Le odio. ¡y me gusta tanto¿por qué soy así de complicada?
Pues nada, el resto del tiempo la pasé como con él observándome... bueno, observando mi cráneo y lo más emocionante de todo fue cuando puso sus manos sobre él... o sea, un desastre total. Yo quería entablar alguna conversación del tipo¿qué opina sobre la inmortalidad? O ¿Cree usted en el ministerio? Ya sabéis, algo que me hiciera parecer madura e inteligente... pero nada. No me atreví. Lógico, estaba ahí sentada con él más cerca de lo que nunca pensé estar pero de una manera fría y profesional... bueno, ya sabéis cómo es él. De vez en cuando soltaba comentarios sarcásticos, pero yo resolví no contestarle y él se terminó cansando. Así que al final todo fue un silencio sepulcral.
Como no quería pensar en lo que ese hombre me estaba haciendo (ahora tomaba notas en un cuaderno mientras me miraba), paseé mi vista por el despacho... y entonces la vi: una copa llena de bebida. Me llevé la mano inconscientemente al bolsillo de la túnica en el que guardaba la poción. ¿Sería capaz? Mi corazón empezó a latir con fuerza y si él no hubiera estado tan ocupado con mi cabeza, seguro que hubiera notado el cambio que se operaba en mí. Empecé a pensar a toda prisa. Lo primero era acercarme a la copa poción en mano. Luego habría que llenar la copa, hacer que el hombre se la bebiera mientras yo estuviera presente y finalmente hacer que me mirara. Pan comido.
O0o0o0o0ooo
Holaaaaaa! Aquí Snape White con una duda terrible. Veréis, cuando empecé este fic tenía clarísimo qué iba a suceder, pero hoy, pensando cómo continuarlo me ha caído encima una avalancha de ideas... como adoro que la gente opine sobre lo que escribo y me dé ideas pues aquí tenéis mis ideas para que elijáis... ¡me hacéis un favor si votáis por alguna de estas!
Tened en cuenta que cuanta más gente opine, mejor y que antes podré continuar la historia¡ el destino de Victoria depende de vosotros/as!
Estas son las opciones (las he escrito de manera muy esquemástica para que no sepáis lo que ocurre si elegís cualquiera de ellas. Mejor que os sorprenda.)
1.Snape se toma la poción... pero ve a Bill antes que a Victoria. Si elegís esta... ¿Queréis que a Bill le guste Snape y haga la competencia a Victoria o queréis que esté completamente horrorizado y que quiera esconderse todo el día del profesor?
2.Bill se toma la poción. Si elegís esta ¿a quién ve primero¿a Snape o a Victoria?
3. Es Victoria la que se toma la poción y ve a Bill.
4 Opción combinada¿varias de las opciones a la vez? En ese caso¿cuales? Y ¿todas al mismo tiempo o que se las den unos a otros como venganza?
Fiuuuuu, imaginaos mi cerebro cortocircuitado ante un mundo tan amplio de posibilidades. Queda descartado que Snape se tome la poción y vea a Victoria porque desde el principio del fic queda claro que no le sale bien la jugada a Victoria y que Bill tiene la culpa... claro que también desde el principio del fic queda claro que es Snape quien toma la poción... bueno, eso lo puedo arreglar, depende de cómo queráis que continúe.
Contestad please!
Snape White
Miembro de la Orden Severusiana
In Severus I trust
