Victoria III
Pues nada, aquí me tenéis intentando burlar la vigilancia de Snape para drogarle la bebida... es casi imposible, sobre todo teniendo en cuenta que su tema de estudio es mi cabeza. No creo que esté tan concentrado como para no fijarse en mi mano deslizándose furtivamente hacia su copa... algo tengo que hacer.
Victoria, piensa.
Oigo el rasgueo de la pluma de Snape sobre su cuaderno.
Vaya, qué frío me entra... sobre todo en las orejas... Cállate y piensa.
Oigo el tic-tac lejano de algún viejo reloj de péndulo. ¿Y si es una bomba? Yo no veo que en el despacho haya ningún reloj... pero me estoy distrayendo. Copa. Filtro. Snape. Pensar.
Tic-tac
Lalalallllalalalaaa
Pensar.
Pensar
Tic-tac
Pensar... pensar...pensandooooo... pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar, pensar... PIENSA ALGO DE UNA MALDITA VEZ CEREBRO DE MOSQUITO ... ¿PARA ESO TENGO UN CRANEO BRILLANTE¿ESTÁ DESOCUPADO O QUÉ? PUES SI NO VAS A COLABORAR, CEREBRO MÍO, TE JURO QUE ESTA NOCHE ME VUELO LA TAPA DE LOS SESOS... AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHH... NO SOPORTO MÁS ESTE SILENCIOOOOOOOO...
Vale, vale... tranquila. Uf, respirar, espirar... respirar...
-¿Ocurre algo señorita xxx?
¿Quién es este¡ah, ya me acuerdo!... mi Snape. Oh, tengo que drogarle de algún modo... piensaaaaaaa... ¿porqué me mira tan fijamente? Ah, sí, me ha hecho una pregunta hace dos minutos y no le he respondido... uf, voy a parar de respirar tan fuerte, me voy a marear.
-¿Decía usted algo?
Puso cara de resignación y le vi conteniendo una respuesta. Lo juro, pude sentir que me iba a responder mal y se calló. En su lugar me dijo:
-Le preguntaba a usted si se encontraba bien. Lleva 20 minutos con la vista fija en mi mesa... y ahora parece hiperventilar...
-Em..¿ah, sí? Será el calor, que me embota la cabeza.
¿El calor¿en las mazmorras? En qué estaría yo pensando... él se debió dar cuenta de lo extraño de mi respuesta, pues se arrebujó un poco en su capa, como dando a entender que él tenía un frío de narices (y yo también, a ver, si tenía la cabeza al fresco).
-Sí, el calor... ya veo.
Y se levantó para ponerse más cerca de mí. Ahora sí que empezaba a sentir calor... Y cuando él me puso la mano en la frente con gesto distraído, más todavía.
-No parece tener fiebre... si la tuviese podríamos considerarlo otro síntoma de su... problema capilar.
No me sentía con fuerzas para responder agudamente. Mi mente había empezado a trabajar.¡IDEA! Bien, ya no tendría que cumplir mi promesa de volarme la tapa de los sesos.¡Por fin mi inteligente cerebro había conectado con el mundo!
-Mmm... profesor... – me dejé resbalar lánguidamente por mi silla. Me puse una mano en la frente... para añadir patetismo.
Él levantó una ceja. Todavía estaba de pie a mi lado.
-¿Si?
-No me encuentro muy bien... ¿podría beber algo?
Y entonces, haciendo gala de mi despliegue escénico más artístico me levanté de la silla y me dirigí a su escritorio. Cogí la copa.
-¿Puedo?
-NO. ... de esa copa no. Es mi bebida, y es lo suficientemente fuerte como para hacer que usted se desmaye.
¡Bingo! Sabía que no me dejaría beber de su copa...
-¿Entonces¿Podría convocar un vaso de agua para mí?
Soy toda una actriz. Puse mi mejor voz de enferma que pide algo en su lecho de muerte... me dejaba caer como un ser sin fuerzas... Oh, qué genial soy... bueno, eso pensaba en ese momento. Ahora me da vergüenza recordarlo. Pero sin duda que sobre un escenario me hubieran aplaudido.
Snape no me aplaudió. Me miraba con cara de asco. Tampoco me hizo buscar por mí sola el vaso. Eso ya era un logro. Se acercó al escritorio y rodeándolo, abrió un armario que tenía detrás. Yo esperaba que allí hubiera tarros con cosas repugnantes y me acuerdo de haber pensado que ojalá no me hiciera beber de una poción de aspecto horripilante. No, yo ya tenía suficientes pociones por esa semana. En su lugar, me sorprendió descubrir que allí había un juego de copas finamente talladas. Sacó una de agua (ya sabéis que en los juegos de copas hay copa de agua, de vino tinto, de vino blanco, champagne y algunos juegos tienen también de coñac) y lo depositó elegantemente sobre la mesa.
-Acuamenti.- dijo agitando la varita. De la punta de ésta salió un chorro de agua que llenó mi copa.
Pero no era el momento de quedarse embobada con la copa. ¿Para qué había venido yo allí¿para qué me había quedado calva¿Para contentarme con que Severus me diera un poco de agua cuando yo le quería a él enterito? No. Mi mente volvió a urdir una estrategia. Bien, ya estaba al lado de su copa... necesitaba una maniobra de distracción. Metí la mano por mi túnica buscando la botellita con el potingue para tenerlo listo.
Tres, dos, uno... ¡dispara!
-Profesor... ¿qué es eso de allí?- pregunté señalando algo a su espalda con cara de horror. Vale, sé que era una chorrada de maniobra, pero apuesto a que vosotros no lo habríais hecho mejor.
Él se giró y aproveché el momento. Visto y no visto. Ni siquiera burbujeó sobre su copa. HAHAHAHAHA... no pude evitar sonreír. Demasiado pronto. Él debió de verme con cara sospechosa.
-¿A qué se refería señorita xxx?
-¿Qué? Ah, nada... me había parecido que había un bicho que trepaba por la pared... se habrá ido.
No le pareció convencer del todo mi respuesta. Bien. Cogí mi copa de agua triunfalmente. Ya no quedaba nada. Iba a ganar. ¿Pero qué era lo que fallaba?... espera¡Severus no bebía conmigo! Había que hacer algo. Ya está.
Cuando iba a beber, justo en ese momento bajo la copa de mis labios y le miro con cara de perrito.
-¿No bebe conmigo, profesor? Podríamos brindar por algo.
YA. Patética... pero estaba muy nerviosa ¿vale? Y además... además la falta de pelo hacía que las ideas buenas no arraigaran en mi cabeza... Él debió de pensar que sufría de paranoia... o locura... por lo menos no cogió su cuaderno para apuntar más posibles síntomas.
Me miró de manera muy extraña... como esa otra vez en la enfermería. Y cogió su copa. Mi corazón empezó a latir con fuerza. Bebe... BEBE. BEBEEEEEE... nada. Pues a intentar la técnica que se hace con los monos. Tal vez si yo bebo de la mía, él como buen monito me imitará.
Lo hago y veo que la táctica- imitación funciona. Sus (suaves) labios rozan el borde, no puedo contenerme y le miro muy fijamente. Y justo cuando ya creo que es mío...
-He cambiado de opinión... he pensado que le conviene algo más fuerte... algo que la haga reaccionar.- y me ofreció su copa... ¡la copa con la poción!
Y vaya si reaccioné.
-¿Qué? P-pero si es s-su copa... ¿no me dejaría otra? Es que s-soy escrupulosa.
-No. No sea tímida. Beba.
Sus palabras y gestos pretendían ser amables, pero yo adivinaba que tras ellos había algo más. ¿Se habría dado cuenta?
-N-no... gracias, profesor... prefiero el agua. Uy, qué tarde es... me voy ya.
Pero él no me dejó ir. En lugar de eso me cogió del brazo y me arrojó sobre la silla. No pude evitar pensar lo mucho que me ¿gustó? que me hiciera eso... que alguien me lo explique a mí misma porque yo no me entiendo. Se acercó a mí lentamente, con su copa entre las manos.
-Si no bebe ahora, aunque sea sólo un sorbo, le quitaré todos los puntos a su casa y notificaré mis sospechas a su jefa de casa... ¿no le parece que una expulsión temporal durante su último año arruinará su expediente? Y más si es por intento de envenenar a un profesor.
Le miré aterrorizada. Él sabía que yo había puesto algo... me dieron ganas de salir corriendo. Pero me quedé allí, mirándole... estaba tan cerca. Oía su suave voz acariciándome, tan susurrante... No pude responderle nada.
-¿Quien se cree que soy? Es más tonta de lo que pensé... ¿en serio pensaba que iba a engañar al profesor de pociones con una poción? Ja.
Parecía la típica charla de malo de película cuando tiene preso al protagonista... os lo juro. ¡y yo que creía que era una buena actriz! Me gustaría verle a él sobre un escenario.. ayyyyyy... qué pensamientos... pero el tío seguía hablando... mientras sólo hablara... en realidad estaba como hipnotizada... sabía que estaba en peligro y sin embargo disfrutaba de su cercanía. Bien, lo había intentado, y había perdido.
-...Aunque todavía le queda alguna esperanza, señorita...
Levanté la cabeza curiosa. Sus pausas dramáticas son geniales. Esperé a que continuara, como el que va a la ópera.
-Si bebiera y me demostrara que no hay nada excepto mi bebida, yo no tendría ninguna prueba contra usted... y si sí que hubiera echado algo... bien, en ese caso, espero que no sea venenoso... ah, además ya sabe que con el alcohol los efectos de cualquier poción se multiplican por diez.
Hizo su sonrisa siniestra... ay, qué listo que es... ¡y qué cabrón! Yo quiero ser como él de mayor. Pero ahora tenía muy claro lo que tenía que hacer. Valor Gryffindor. Cogí la copa que tenía entre sus manos y le sonreí yo también. Jejeje, estaba aprendiendo de él. Por un momento estuve tentada de tirarla al suelo. No iba a decirle la verdad por nada del mundo, y si me la tomaba y no miraba a nadie... ¡entonces no pasaría nada! Qué inocente era yo, pensaba que podría pasarme la vida entera sin mirar a nadie y las palabras de Snape "ya sabe que con el alcohol los efectos de cualquier poción se multiplican por diez." no parecían haber llegado a mi cerebro... pues hice la cosa más estúpida que podía haber hecho.
-A su salud, profesor.
Y bebí. Cerré los ojos con fuerza mientras lo hacía. Puaaaaaaaggggggg Bill no me había dicho que sabría tan mal... ¿o era la bebida que tomaba Snape? No me la bebí entera, sólo tomé un par de tragos... berg, era realmente horrible. ¿A Severus le gustaba esta cosa?
-Lo ve, profesor... no había nada.- dije mirándome a los zapatos.-si me disculpa, es muy tarde.
No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires. No-le-mires.
Y me levanté todo lo dignamente que pude. Dándole la espalda me dirigí hacia la puerta y cogí mi pañuelo para la cabeza. Me lo ataría sobre los ojos una vez estuviera fuera del despacho. ¡Tal vez si no miraba a nadie en poco tiempo, los efectos desaparecerían!
Snape debió de quedar convencido... eso creo. A lo mejor sabía que tenía filtro en la copa y pensó que eso ya era suficiente castigo... el caso es que no me detuvo.
Qué raro... me empezaba a marear... ¿sería por la poción? Puf, tuve que agarrarme muy fuerte al pomo para no caerme. Ayyyyy, me dueleeeeee... jajaja, en realidad se está muy bien. Uy... tengo que salir de aquí. Vic, cierra los ojos, cariñín, que si no se va a descubrir el pastel. Ow¿por qué todo da vueltas?
-Señorita... ¿se encuentra bien?
Jajaja, qué pregunta más estúpida... jajajaajaj... estoy... DE FÁBULAAAAAA... MUAJAJAJAJAJAJ... ¿y qué más da que se descubra el pastel? Jajajajaaj... yo quiero a Sev. Tralaaralaaaaa tralalaaaaa... me estaba empezando a coger con fuerza del manillar. ¿Por qué no se abría?
-Profesor... profesooorrrrr... su puerta es igual de mala que usted. No quiere dejarme pasar. Joooooooo. ¡Déjeme salir! No puedo mirar a nadie. Ay, mi pañuelo, me lo ataré a los ojos y diré que estoy jugando a la gallinita ciega.
Sí, todo eso lo decía en alto. Se lo decía a él, concretamente, pero mirando a la puerta, como si fuera él.
-Señorita...
-Victoriaaaaaaa... me llamo Victoriaaaaaaaa, odio mi apellido.
-Señorita...
-HE DICHO QUE VICTORIA
Silencio. ¿Por qué estoy así? Jajajaj ¿y por qué no veo nada? Ah, ya me acuerdo, me he atado el pañuelo a los ojos... jejejeej, soy como cupido pero vestida de negro...
-Victoria...- dijo él con cautela.
¡Victoria! Pensé yo. ¡lo he conseguidooooo! Me ha llamado por mi nombre... sin duda eso significa que por fin ha caido a mis pies.
-¿Si, Severus?
Si hubiera estado sobria y le hubiera visto, sin duda habría notado su disgusto al pronunciar yo su nombre. Pero en ese momento yo estaba feliz.
-Dese la vuelta.
Sip, me di la vuelta. Jajajajaja pero no le veía.
-¿Quieres jugar conmigo a la gallinita ciega, Sev? Ajajaaj.
-Victoria...- siiiii, dilo más veces.- está borracha.
-¿Yoooooo? Pero qué dices, hombre... uooououououou... ¿no quieres jugaaaaarrrrr? Ajajaja, pero te advierto de que no me puedes quitar el pañueloooo... o tendrás una sorpresita jajajjajaja... ¡que te pillooooo!
Y yo, ni corta ni perezosa me dediqué a dar tumbos por el elegante despacho lleno de cosas frágiles y sustancias explosivas y venenosas... ay, qué vergüenza recordarlo... os habréis dado cuenta, supongo, de que no iba muy... em... sobria. No, estaba completamente pedo... ¡era culpa de él! Él me emborrachó, él me obligó a beber... tal vez esa fuera la causa por la que todavía no me había echado de su despacho. No quería que nadie supiera que iba por ahí emborrachando a bellas estudiantes como yo para sus perversos planes... Ahora que lo pienso... sí, es verdad. ¡Él me obligó a beber esa cosa horrible y en ese momento yo estaba intentando jugar a la gallinita ciega con él¡Era perversoooooo!
-¿SEeeeeV¿Dónde estás?
-Señorita...
-Victoriaaaaaa
-Sí, eso... siéntese, por favor.
Noté como alguien me tomaba del brazo firmemente y me acercaban a una silla. Como sólo estábamos los dos... ¿qué hubierais hecho vosotras en mi lugar? Jajajaja, estaba borracha, iba a aprovecharmeeeeeee... aunque mi yo consciente no pensaba mucho, sólo actuaba.
-¡Hola profesor¡te pille!
Y me abracé a él. Pude notar a pesar de mi cogorza cómo todos los músculos de su cuerpo se tensaban a la vez.
-Victoria...- su voz debió de sonar amenazante.
-¿si?- dije frotando la cara sobre su hombro... jooooo, se estaba tan bien allí...
-Suélteme.- ja, ni lo sueñes, guapo.
-¿Por qué? Severus¿qué es lo que me has dado?
Él gruñó.
-¿cómo has dicho sev?
-Que grog. ¡Y no me llame "Sev"! diez puntos menos para Gryffindor.
-¿qué? Pero si has sido tú el que me ha dado ese... grog.
Se intenta soltar de mí, pero yo no le dejo y me aprieto más. Uy¿qué es esto que han encontrado mis deditos por aquí? Jajaja, tranquilos malpensados... sólo era su pelo... empecé a juguetear con él... al tacto no era tan grasiento.
-¿Por qué no se quita ese ridículo pañuelo de la cara?
-Ah, no. Las reglas para jugar son que no me lo quite.- me separé de él un momento.- jajaaj, ya te he encontrado... ahora la ligas túuuuuu...
-Señorita...
-Victoria... llámame Victoria...
-No voy a jugar con usted.
-¿Qué¿Por qué no? Si es muy divertido. Si no te gusta la gallinita ciega, podemos jugar... ¡al escondite!
Si, o al pocker, el mus, la pirindola, al parchís... joe, si es que soy imbécil.
-NO. No quiero jugar. ¡Y siéntese o tendré que llamar al director!
Vaya una amenaza, teniendo en cuenta que él era el culpable de mi situación. Pero funcionó. Tanteando, encontré un respaldo y me senté... por el lado que no tenía asiento la silla... o sea, que me caí al suelo. Menos mal que yo no podía verle. Seguro que me miró muy mal.
-Ay.
Pero ya que estaba ahí, pues me quedé sentada en el suelo.
-¡Y quítese ese estúpido pañuelo de la cara!
Mi reacción fue instantánea. ¿Por qué se habrá metido este hombre a profesor, si no sabe tratar a la gente?
-¿Qué?... snif... au, me duele el culo... snif... y mi... snif... pañuelo no es estúpido... snif... usted sí que lo es... snif, snif... buaaaaaaaaaa, no le gusta mi pañuelo... buaaaaaaaaa... y yo tampoco... buaaaaaa... BUAAAAAAAAAAAAA
Sí, comencé a berrear como un bebé.
-Bueno, no se ponga así. ¡Cállese!
-Buaaaaaaaaaaa... usted es una amargado... buaaaaaaaaaaaa... no le quiere nadie... buaaaaaaaaa.
La verdad es que me sentía muy dolida y quería que él también se sintiese así... dudo que lo hubiera conseguido.
-Le he dicho que se calle.
-Y YO... BUAAAAAAAAAAAA... LE HE DICHO QUE ES UN AMARGADO... BUEEEEEE... Y NO LE GUSTA MI PAÑUELOOOOO BUAAAAAAAAAAA...
Pasaron unos minutos en los que yo seguía sollozando desconsoladamente mientras decía cosas incoherentes. Después de un rato, cuando ya me hube calmado pude oírle.
-Señorita...
-Vict...
-¡No me interrumpa!... usted no puede salir por el colegio en este estado. No puedo permitir que la vea todo el colegio.
Sí¡ja! Como si no lo hubiera visto... él no me intentaba proteger¡sino que se protegía a sí mismo!
-Snif... snif... me da igual. A usted no le gusta mi pañuelo.
-Grumph... como iba diciendo- puso voz de hablar con un niño pequeño e idiota que se mete el dedo en la nariz.- no puede salir de aquí en ese estado... y como no sé qué tenía exactamente la copa aparte de grog...
-¡No le voy a decir qué es lo que le eché! Ups.
¡Seré bocazas! me tapé la boca con las manos...
-Luego.- como si viera su sonrisa de triunfo, igual.- admite usted que puso algo.
-¿Yo? No... lo que quería decir era que... um... que si hubiera echado algo... emm.. ¡diga que le gusta mi pañuelo!- Hala¿a que soy un as cambiando de tema?
-En cualquier caso, no es conveniente para ninguno de los dos que esto se sepa... sobre todo para usted... así que propongo que pase esta noche en mi despacho.
Cri-cri... vaya, si se oyen grillitos en las mazmorras... ¿Eh¿ me ha parecido oír lo que me ha parecido oír? Mejor me cerciono.
-¿Cómo has dicho?
-Hábleme de usted. Y le he dicho que duerma aquí esta noche.
Cri-cri... ¿lo habéis oído grillos? Me está haciendo una proposición indecente. Si no fuera por el pañuelo, me habríais visto poner los ojos como platos. La mandíbula caída sí que se me vio.
-¿C-con usted¿Aquí?
-No he dicho que vaya a quedarme toda la noche a su lado. No quiero que ningún cadáver aparezca por la mañana en este cuarto.
¿Cadáver¿a qué se refiere¿a él o a mí?
-No. Si no es contigo, no me quedo.
Ea, viva mi borrachera. ¿Habéis oído lo que he dicho grillitos?
Cri-cri...
¿Eso es que sí?
-No lo tome como algo personal, pero la idea de pasar la noche con una lunática calva de 17 años que se niega a quitarse un pañuelo de los ojos y que va hasta los topes de alcohol no es que me atraiga mucho.
Cri-Cri... no me he enterado de nada.
-¿Entonces te quedas?- diquesí diquesí diquesí diquesí diquesí diquesí diquesí diquesí diquesí diquesí diquesí diquesí diquesí diquesí
-Me voy.
Es curioso cómo se agudizan los otros sentidos cuando inutilizas uno... pude oír cómo se ponía a andar, que se dirigía hacia la puerta... y al alzar el brazo hasta él y justo topar con su pierna (recordad que estaba tirada por el suelo) me agarré a él con fuerza.
-Usted no se va.
-Suéltame. ¡maldita criaja!
Y me agarré a sus dos piernas con fuerza. Él forcejeaba por desasirse. No debió hacerlo. Qué pena que no pudiera verlo. De repente se oyó un "PAF" y me encontré a mí misma todavía sujetando sus piernas pero en posición horizontal, o sea: que había conseguido que él se cayera al suelo y gracias a eso ahora estaba yo sobre él, a la altura de sus piernas (no penséis mal, que mi cabeza estaba a la altura de las rodillas.)
Nos quedamos así un rato sin hablar ni movernos. ¿No se habría desmayado, verdad?
-¿Profesor?
-Grumph.
-No le voy a dejar escapar.
-Eso me temo. Rece usted porque mañana no recuerde nada. Le juro que me vengaré. Ah, y vaya olvidándose de una cura para su pelo.
-¿Mi pelo? Oh, me da igual. El pañuelo a lo pirata me queda genial.
-Bueno... eso es opinable.
-¿Qué quiere decir? ME QUEDA MUY BIEN.
-Si, es una pena que lo lleve en los ojos.
-Eso es porque...- no, no lo iba a soltar. Todavía me quedaba algo de cordura.- no es asunto suyo.
-¿Quiere que juguemos a algo?- me dijo en tono muy tentador. Todavía estábamos los dos en el suelo, yo abrazando sus rodillas.
-¿Jugar¡Claro¿a qué quiere jugar?
-Conoce el juego de "verdad o prenda"?
Este tío es muy listo, sí señor. Lo que quiere es que me quite el pañuelo de los ojos o le diga lo que le puse en la copa.
-NI hablar. No pienso jugar a eso con usted. Usted es malo, y no me fío.
-Qué extraño... creo que circulan muchos rumores sobre mí por el colegio... ¿no le gustaría preguntarme cosas privadas y saber que las voy a responder?
Tentaciones fuera. No. Seré fuerte... tentaciones FUERA. Uf, uf... qué subidón... ya sé por qué los Slytherin tienen por símbolo la serpiente... por su tono de voz suavemente modulado puedo imaginarme a Sev como una serpiente enroscándose alrededor de una jugosa manzana roja... Hum... "cosas privadas" ayayayayayayay... suena tan bien... me está costando decidirme. No, no puedo hacerlo... ¿y si descubre lo que has hecho? Por que si juego a "verdad o prenda" antes me quedo en cueros que responder la verdad acerca del filtro o quitarme el pañuelo de los ojos... pero si Sev no contestaba... ¡también se tendría que quitar ropa!... hum, dado que tengo los ojos vendados, eso me da igual.
-No sé.- consigo responder después de un rato.
-¿No sabe? Qué decepción. En cualquier caso¿por qué no se acomoda en el sofá? No querrá pasar toda la noche en el suelo.
Me agarré más fuerte a sus rodillas.
-NO. Lo que usted quiere es irse... y yo... snif... no quiero... snif, snif... pasarme la noche aquí sola.
-Bueno... espere, no llore. Anda, vamos de la manita... ¿así mejor?
Me cogió de la mano (sí, de verdad... ¡eso no fue fruto del alcohol!) y nos levantamos. Así su mano muy fuerte para que no se escapase.
-¿Lo ve?- qué carajo, si estaba ciega... menos guasita rico.- Bien, y ahora acuéstese y a dormir.
-¿Y usted?- pestañitas moviéndose. Qué pena que él no las pueda ver.
-Yo me quedaré a su ladito hasta que se duerma...
-...¿y luego se irá?
-Grumph. NO. Luego me quedaré a cantarle una nana.
Ya me parecía a mí que estaba muy amable.
Cri-cri. Los grillos opinan como yo.
Pues nada. Qué felicidad que da el grog. Cuando se lo cuente a Bill y a los demás no se lo van a creer... ¿y si les digo a Mónica y María que hice que Severus bebiera la poción y que por eso pasé la noche con él? Ja, después de todo, no estaría mintiendo... y ellas me dejarían en paz. Me tumbé en el sofá boca arriba y agarré con tal fuerza la mano de Sev que se la debí de dejar morada.
-¿Sev?
-Le he dicho que no me llame así.
-Sev¿estás enfadado conmigo?- ¿qué queréis? Me sentía un poco culpable.
-Duérmase.
-jijijijijijij...
-Y ahora de qué se ríe.
-jijij... ¿No me va a ... jjijijijj... dar un besito de buenas noches?
Os juro que no volveré a beber en lo que me queda de vida... ¿habéis oído mi risita idiota junto con la frasecita? Pero lo mejor fue su respuesta:
-¿Y por qué iba a hacer algo así? No me tiene nada contento. Tiene suerte de que no la haya matado todavía.
Vale, era un poco brusco... ¡pero me estaba siguiendo el rollo!
-Pues porque... hum... soy una buena estudiante... y... porque se lo he pedido.
Añadí con tono convincente.
-Se lo doy si se quita el pañuelo.
-¡Anda¿En serio? Jijijijijiji... si lo hago, voy a querer más que un besito... jijijijj.
Dios¿por qué no entró alguien en ese momento antes que dejarme decir algo semejante? Severus estaba aprovechando para que le confesase lo que había echado a su copa... y haría lo que fuese para saber la verdad. ¡será cotilla! Además, aunque se enterase, si se lo dijese a alguien yo podría contar que a mí él me emborrachó y me acostó en el sofá de su despacho toda la noche. Mientras, él seguía interrogando, y yo, como idiota borracha y enamorada que soy, le contestaba, tonteando un poco con él.
-¿Ah sí¿Por qué?- me preguntó.
Ay, ahora era él quien me apretaba la mano con fuerza.
-ijiijijjiij... por que lo que le he echado era... jjiijijiiiiiijij
-¿Qué¿Qué era?
-¡Ay! Me va a dejar sin mano. Y no se lo voy a decir. Ja, se ha creído que soy tonta.
-¿Y no lo es? Ya estoy harto de hacer el payaso. Fuera ese pañuelo.
Y de un tirón, me lo quitó.
-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh- chillé yo. Me intenté tapar los ojos con las manos, pero como él me sujetaba una de ellas, no lo conseguí. Y le miré.
Repito: y le miré.
Cri- Cri.
Pues no siento más ganas que las habituales de tirarme encima de él y comérmelo a besos... ¿por qué?
Nos miramos los dos a la cara. Él con esa profundidad característica... a veces tengo la impresión de que es capaz de leer el pensamiento. Le preguntaré a Bill si eso es posible.
-¿Y bien?
-¿Y bien qué, profesor?
-¿Por qué llevaba los ojos vendados?
-Jijijijijij... no lo sé... jijijijijij
Puso los ojos en blanco y se sentó en el suelo. Yo todavía tenía cogida su mano.
-En fin. No sé quién es más idiota de los dos... – le oí murmurar.
-¿Y mi besito?
-Váyase a la...
-Jooooo, no hace falta que sea tan brusco conmigo... Buenas noches.
Y como él no me lo daba a mí, fui yo la que me incliné y deposité un beso sobre su suave mejilla. Enseguida me tumbé y cerré los ojos fuerte. De todos modos, mi comportamiento de hoy sólo se debe al alcohol... y como fue él quien me lo dio.. ¡Que no se queje! No le han debido dar un beso en años.
Él no se movió de su sitio. Ni siquiera hizo ademán de "limpiarse" la mejilla... tampoco hizo ningún comentario... creo que le dejé un poco asombrado.
Y ya no pensé nada más, porque al rato me debí de quedar dormida... A la mañana siguiente cuando abrí los ojos, no le encontré al lado de mi sofá, sino que estaba sobre un sillón que había acercado a donde yo estaba. Qué mono, a pesar de todo se había quedado conmigo, pudiendo dejarme en el despacho... claro que a lo mejor sólo quería vigilar que no hiciera nada malo... o impropio.
Estuve tentada de despertarle, pero después de unos minutos de contemplación adoradora de su sueño, decidí irme de allí en silencio. Recogí mis cosas. Alguien me había quitado los zapatos... claro, para que no le manchara el sofá, no para que estuviera más cómoda. Y un poco tambaleándome (me dolía la cabeza a rabiar) salí de allí con el mayor de los sigilos. Fui por los pasillos desiertos. Ni siquiera Filch debía estar vigilando a esa hora, todavía era muy temprano... o muy tarde, según se mire.
Cuando llegué por fin a mi cuarto y me dejé caer en mi cama, solté un suspiro... recordaba casi todo lo que había pasado... más o menos. Tal vez no en el mismo orden, pero sí algunos retazos de conversación. ¿Por qué no había funcionado la poción cuando vi a Severus? Bue, qué más daba. Había sido una noche memorable y tan divertida... más o menos. Me dolía la cabeza. Resacaaaaaaa.
Sólo habían pasado unos minutos desde que salí de su despacho y ya le echaba de menos. Busqué por los bolsillos de la túnica, ahora un poco arrugada, y saqué el pañuelo de Sev, el que tenía sus iniciales bordadas. Al hacerlo, algo más cayó del bolsillo. Un frasquito de cristal. El que contenía el filtro.
Al principio no me di cuenta, pero cuando lo descubrí quise que se me tragara la tierra...
¡ESTABA LLENO!
Hasta los topes. Completo. Repleto. Sin vaciar. Full. Saturado. Colmado. Cuajado...
Mi mente empezó a trabajar a toda pastilla... ¿CÓMO era posible? Y entonces la verdad me vino a la cabeza tan sólida e implacable que dolía. Victoria, te has ganado el premio a los idiotas que conceden una vez cada dos mil años: a la hora de vaciar el contenido sobre la copa, estaba tan nerviosa que se me olvidó destaparlo. Claro, seguro que estaba mirando a Sev en vez de a la copa... o sea, que me había pasado la tarde con los ojos vendados para nada... ¡y Sev realmente me había emborrachado sin nada más!
Ahora que lo pienso, tiene gracia la cosa. Nota mental: hablar con Bill para establecer un nuevo plan. Habrá que intentarlo de otra forma.
Un beso a todos los que habéis seguido hasta aquí... ¡dejad reviews¡y muchas gracias a todos los que ya me habéis dejado algunoooooo!
O0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o00o
Qué tía esta Victoria, la dejo hablar y no para... en fin. Muchas gracias por vuestras ideas¡ya lo tengo claro lo que hacer! Jjejejeejejejejej .Jos, el bicho este para editar no me deja poner miles de signos de exclamación... espero que eso no le quite emoción...
Un besoooooo
Snape White
Miembro de la Orden Severusiana
In Severus I trust
