Bueno, aquí estoy con el segundo capítulo, para mí, es un record, ¡¡6 reviews en el primer capítulo, wow, bueno, eso era todo, ahora si, la contestación a los reviews:

Sarah-keyko: Ola, la verdad es que sí, el tuyo es el primer review del fic, jejeje, me alegro de que pienses que empezé con buen pie.

Leweline-hechicera: Ola, ¿De verdad ves al fic con futuro, valla, gracias.

Jessi Weasley: Ola! Jejeje, bueno, lo de Reyes, pues...xD, que más da, si de todas formas era para ver como se comportaba con el regalo de Ron...

BiAnK rAdClIfFe: Ola, me alegra que te guste el fic, aunque en este capítulo no se resuelve mucho, que se diga.

Cervatilla: Ola! Ya tienes aquí el siguiente capítulo, jejeje, y respecto a lo de la batalla de nieve y si pasa algo...¿Po qué no lo compruebas tú misma, jejeje, me alegra de que te gustó mucho.

Ginny PoshSpice: Ola, ya escribí el siguiente capítulo, espero que te guste.

Capítulo II. Batalla en la nieve y sentimientos confusos.

Hermione subió las escaleras despacio, entró en la habitación y se sentó en la cama. Crookshanks subió a su regazo y empezó a ronronear. Le acarició mientras miraba al vacío. ¿Por qué no había podido mantener la mirada de Ron? No era que... sintió un cosquilleo en las piernas. No seas tonta, se dijo a sí misma.

Empujó a Crookshanks de su regazo, se levantó y se puso unos vaqueros. Después se puso las botas y buscó una cazadora de lana muy calentita. Atándose la bufanda alrededor del cuello, se dirigió hacia la puerta... y se detuvo. Tirada en el suelo, de nuevo junto a la pared, estaba la revista de Lavender. 'Ya la quité de ahí.' Dijo en voz alta a la habitación vacía. Estaba sobre mi mesilla – se giró, pero ya no estaba allí. Los acontecimientos de la noche anterior volvieron a su mente.

Sintiéndose tonta y un poco nerviosa, se acercó a la revista. Los mismos titulares en la portada, las mismas fotografías, era la misma revista. La miró fijamente. Después la cogió, fue hacia su escritorio y la puso en una cajón. Crookie – debe de haber sido él, debe de haber estado jugando con ella. El gato estaba tumbado sobre una silla, mirándola como si estuviese molesto, su mirada de porqué-no-me-estás-mimando. Hermione sonrió y se acercó a él acariciándole durante un par de minutos. Entonces se fue corriendo.

Fuera se encontró con un paraíso invernal. El aire era tan limpio, sentía que podría ver cientos de kilómetros a la redonda. Parecía que todos sus sentidos estaban magnificados y se sentía abrumada por la definida belleza de lo que la rodeaba. Las huellas sobre la nieve le indicaban que camino seguir pronto encontró a los demás. Ron y Harry estaban bombardeando a Ginny con bolas de nieve y ésta empezada a estar sospechosamente blanca. Hermione les gritó. Se giraron y la sonrieron – y acto seguido empezaron a tirarle bolas de nieve a ella. Hermione se agachó y evitó, e intentó devolverles alguna, pero con los tres atacando era imposible y pronto ella también empezaba a parecerse a un hombre de nieve.

"Esto no es justo." Se quejó Hermione.

"De eso se trata." Gritó Harry, lanzando otra bola de nieve, con puntería.

Hermione empezó retroceder y estaba a punto de salir corriendo, cuando ron se le acercó y empezó a tirar bolas de nieve tras él, Harry y Ginny unieron fuerzas y empezaron a apuntar hacia Ron, así que Hermione empezó a tirarle bolas a Ginny. La batalla se volvió más dura, pero mucho más equilibrada. Ahora que alguien estaba de su lado, Hermione empezó a disfrutar. Era divertido, ¡cuando no tenías que apañártelas tu sola! Le dio tres veces a Ginny directamente en el cuerpo y un par de ellas a Harry. Ron consiguió interceptar la mayoría de las que iban dirigidas a ella, pero como resultado recibió un montón de ella él.

"Estoy hecho polvo" Gritó Ron de repente, tirándose en la nieve, estaba muy mojado como para preocuparse.

"Yo también." Dijo Hermione, dejándose caer junto a él.

Ganamos! ¡Ganamos!" Gritó Ginny emocionada, saltando de un lado para otro. Le tiró una última bola de nieve a Ron, riendo cuando le dio en un lado de la cabeza.

"¿Y ahora qué?" Preguntó Harry, intentado sacudirse la nieve.

"Trineo." Anunció Ginny. Sacó su varita, cerró los ojos, y movió la varita de un lado a otro. Una auténtica bandeja de Hogwarts apareció. Era perfecta para deslizarse por las nevadas colinas. Ginny la cogió y miró interrogante a Harry.

"Vale." Dijo él, riendo.

"¿Venís?" Gritó a Ron y Hermione mientras se alejaban.

"Yo no." Contestaron a la vez Ron y Hermione. Se giraron y se sonrieron el uno al otro, y después observaron como Ginny y Harry subían por la colina.

"¿Qué está haciendo Ginny?" Preguntó Ron, protegiéndose los ojos del sol.

"Intentado meterle una bola de nieve a Harry por el cuello del abrigo."

"Extraño."

"La verdad es que no." Dijo Hermione.

"¿Qué quieres decir?"

"Nada." Contestó Hermione, intentado con todas sus fuerzas no reírse.

Ron la miró extrañado y abrió la boca para hablar, pero Hermione le interrumpió.

"Quedarnos sentados sobre la nieve mojándonos aún más no es una buena idea." Le informó, en un tono que descartaba cualquier otra opinión sobre el tema. "Hay un banco por ahí, vamos a ver si lo encontramos."

Ron la siguió obediente mientras se abría camino a través de la espesa capa de nieve, intentando recordar donde estaba el camino. Encontraron el banco en un par de minutos. Ron quitó la nieve que lo cubría y ambos se dejaron caer en él.

"Estoy empapada y helada." Dijo Hermione. "¿Cómo narices vamos a entrar en calor?"

"Y lo dice la chica especialista en fuegos portátiles." La contestó Ron, mirando al cielo con gesto de desesperación.

"Oh, es verdad, lo olvidaba." Rió Hermione. Conjuró unos cuanto fuegos y los situó alrededor del banco.

"Eso está mejor." Dijo Ron, calentándose las manos sobre un fuego que flotaba entre los dos.

"A que sí." Reconoció Hermione, extendiendo las manos cerca, pero no demasiado, de las de Ron.

"De todas formas ha sido divertido." Comentó Ron. "Pero supongo que Ginny estará todo el día fanfarroneando de cómo Harry y ella nos ganaron. Aún así, no lo hicimos demasiado mal... teniendo en cuenta las circunstancias."

"¿Qué circunstancias?" Preguntó Hermione.

Que no aciertas una así tu vida dependa de ello." Contestó Ron, poniendo enseguida las manos frente a él, como símbolo de arrepentimiento.

"Vaya, gracias."

"Bueno, no lo hiciste mal del todo." Siguió Ron, sin notar el gesto dolido que Hermione había puesto. "Quiero decir, que no tan mal como lo hubiesen hecho Parvati o Lavender. Ellas se habrían estado quejando sobre su pelo, sus uñas o el abrillantador de labios o algo así."

"Brillo de labios."

"Sí eso también." Dijo Ron, riendo. "Al menos tú no eres tan cursi. Tienes demasiado sentido común como para preocuparte de cómo está tu pelo. Lavender se quejaba el último día de clases porque Harry y yo no nos habíamos dado cuenta de que se había recogido el pelo en una coleta o algo así."

"Creo que cambió la coleta por trenzas." Corrigió Hermione, sonriendo. Inconscientemente se tocó el pelo.

"Lo que sea. ¿Por qué las chicas se preocupan tanto por esas cosas? Es una locura. Intento alejarme de ese tipo de chicas."

"¿Y cuál es tu tipo de chica?" Preguntó Hermione, viendo a ver como reaccionaba.

"No lo sé. Normal." Dijo Ron simplemente. No había ni una pizca de la vergüenza que esperaba ver en él.

"¿Normal?"

"Eso es, pero no creo que haya chicas normales en Gryffindor. A parte de ti y de Ginny, claro. Y vosotras no contáis."

"Supongo que no." Aceptó Hermione, preguntándose por qué ese último comentario le había dolido. Se mordió el labio y miró al suelo. Se quedaron sentados en silencio un rato mientras entraban en calor.

"¿Qué quieres hacer?" Preguntó Ron finalmente. "Trineo o volvemos al castillo."

"Por mí volvemos al castillo."

"Vale, pero vamos a coger el camino largo. Quiero ver si el lago está helado."

"De acuerdo, será un paseo agradable, debe estar precioso por los árboles." Hizo desaparecer los fuegos. Ron se levantó y le tendió la mano. Hermione la cogió y dejó que la ayudase a levantarse.

"Tienes la mano helada." Dijo Ron.

"Lo sé. Soy un desastre en cuanto salgo al aire libre."

"Trae." Indicó Ron. Juntando las manos de Hermione entre las suyas y frotándolas con energía. Hermione notó como sus manos se calentaban. Y, por algún motivo, sus mejillas también. Alzo la mirada hacia Ron, dándose cuenta por primera vez de lo mucho que había crecido. Era bastante más alto que ella y ya no tenía ese aire infantil del año anterior. Él la sonrió.

"¿Mejor?"

"Sí, gracias." Dijo Hermione. "Ya me puedo poner los guantes, ahora que hemos dejado de tirar bolas de nieve."

"¿Estás segura?" Preguntó Ron, con un brillo malicioso en sus ojos.

"¡SÍ!" Contestó Hermione con energía.

"Vale, vámonos."

Caminaban juntos, lentamente, abriéndose camino de nuevo entre la nieve, rodeando las zonas más profundas. Ron se cayó de bruces en una cuando intentaba, y no conseguía, saltar sobre un árbol caído. Hermione se río y le ofreció la mano. Ron la cogió – e intentó tirar de ella hacia el hoyo con él. Casi lo consigue pero, justo cuando Hermione ya estaba asumiendo que se iba a volver a empapar, él la miró a los ojos y le soltó la mano, volviendo a caer en la nieve. Hermione volvió a extender la mano. Ron sonrió (N/A: La verdad es que no se explicar muy bien cómo es ese tipo de sonrisa, es algo así cómo de medio lado, no se si me entendéis) , la cogió, y dejó que tirase de él para ayudarle a levantarse.

"Gracias." Le dijo tímidamente. Después sonrió. "Un vistazo rápido al lago y luego volvemos. Te echo una carrera."

Según lo dijo echó a correr. Hermione se lanzó tras él y pronto llegaron a la orilla del lago. Estaba completamente helado.

"¡Guau!" Exclamó Ron. "Fíjate. Podría cruzarlo andando. Seguro que no hay muchos que lo hayan hecho."

"¡No!" Dijo Hermione. "No lo hagas. Podría romperse por cualquier lado. Sería una estupidez. Te podrías ahogar."

"No creo que eso le importase a nadie." Dijo Ron, encogiéndose de hombros. Se quedaron en silencio. Y entonces, aunque no sabía que era o que le hacía decirlo, Hermione habló.

"A mí me importaría."

"Oh." Murmuró. Se dio la vuelta mirando hacia el lago helado. Hermione se quedó allí jugueteando con sus guantes.

"Es mejor que volvamos. Es la hora de comer." Anunció Ron, tras un rato. Caminaron hacia el castillo, sin hablar, evitando mirarse. Sentimientos extraños se estaban apoderando de Hermione. No conseguía entenderlos. Y eso la preocupaba.

La hora de la comida fue tranquila. Tenían demasiada hambre para hacer otra cosa que no fuese devorar la comida que tenían ante ellos. Cuando ya estaban llenos, volvieron tranquilamente a la sala común. Ron y Harry se dejaron caer en los mejores sillones enfrente del fuego una vez más. Harry se quitó los zapatos y puso los pies frente al fuego.

"La verdad es que esos calcetines son horrorosos." Dijo Ginny.

"Oh, no sé." Contestó Harry. "Creo que están empezando a gustarme. Son calentitos." Terminó moviendo los dedos de los pies.

"Bueno, yo se como voy a entrar en calor." Anunció Ginny. "Un buen baño caliente me está llamando."

"Buena idea." Coincidió Hermione. " Creo que yo voy a optar por una larga y caliente ducha. Vamos."

"Luego os vemos, posiblemente a la hora del té, si tengo que guiarme por el tiempo que Ginny pasa en el baño." Dijo Ron.

"Sólo porque no aprecias las buenas cosas de la vida." Se defendió Ginny, poniéndole caras. Con eso, ella y Hermione subieron tranquilamente las escaleras.

"¿Qué tal con el trineo?" Preguntó Hermione de repente.

"Genial, una vez que nos organizamos." Contestó Ginny, deteniéndose en las escaleras.

"¿A que te refieres?"

"Bueno, cuando llegamos a lo alto de la colina, Harry se dio cuenta de que solo teníamos una bandeja, así que quería que hiciese aparecer otra para que pudiésemos dejarnos caer los dos juntos. Después de pensarlo un rato, y de insistir un poquito, se dio cuenta de que se podía poner detrás de mí y podíamos caber los dos juntos."

"Entonces tuvo que poner sus brazos a tu alrededor." Dijo Hermione sonriendo.

"Rodeándome la cintura, se agarró durante toda la bajada. Es muy fuerte." Suspiró con añoranza. "bajamos por la colina seis veces, y nunca fui capaz de reunir el coraje de bajar yo sola. De hecho estaba tan nerviosa que no podía evitar acurrucarme más contra él."

Hermione negó con la cabeza. "Ginny, en serio, eres incorregible, aprovecharte así de un pobre chico indefenso. Especialmente Harry. Me refiero a que es tan..."

"Negado con las chicas." Terminó Ginny, riendo. "Pero es muy agradable, me gusta de verdad." Añadió, mordiéndose el labio y sonrojándose ligeramente.

"Lo sé." Dijo Hermione. "No es que sea difícil de averiguar. Necesita a alguien que cuide de él. Me alegro de que seas tú." Se acercó a Ginny y la abrazó.

"¿Cómo te lo pasaste tu con el aburrido de mi hermano? Imagino que intentaría ahogarte en bolas de nieve o algo así, ¿no?"

"No." Replicó Hermione. "Dimos un agradable paseo alrededor del lago. La verdad es que fue bastante caballeroso."

"Bueno, siempre hay una primera vez." Se sorprendió Ginny, y entrelazó el brazo de su amiga mientras reanudaban su ascenso por las escaleras.

"¿Cómo es? Fuera del colegio, quiero decir. ¿Es majo? No parece que el se meta contigo tanto como Fred y George."

"No estaremos interesadas en él, ¿verdad?" Preguntó Ginny, con cierto tono pícaro.

"No, por supuesto que no, bueno, no como Harry y tú, bueno no que yo sepa, quiero decir que no creo que Ron... y yo no sé si... no, definitivamente no." Balbuceó Hermione, muy deprisa. Sus mejillas cogieron un cierto tono rosado.

"¡Te gusta!" Chilló Ginny.

"Yo no he dicho eso. Yo... No lo sé, a decir verdad. Sólo le he conocido como un amigo... pero después de esta mañana algo es diferente, pero no sé lo que es."

"Así es cuando te gusta alguien" Dijo Ginny, con la seguridad de quien sabe de qué habla. "Al principio no sabes lo que es. Creo que a mí me pasó la primera vez que vi a Harry, en vuestro primer día de colegio."

"Eras muy pequeña entonces, ¿estás segura?"

"Puede que lo fuese, pero el sentimiento nunca se ha ido, y se va haciendo más fuerte. Algunas veces empiezo a sentir una especie de hormigueo cuando le veo. Y algunas noches no puedo dormir pensando en él. Parece todo una tontería, pero mi madre me ha dicho que es normal."

"Oh." Fue todo lo que Hermione fue capaz de decir. Recordaba el hormigueo que había sentido. Y se sintió al mismo tiempo avergonzada e insegura de sí misma, era una situación desconocida para ella. Ginny y ella llegaron a la parte de arriba de las escaleras, se separaron y fueron a sus respectivos dormitorios.

"Hermione." La llamó Ginny. "No luches contra ello."

En la sala común, los objetos de sus afectos hablaban sobre Quidditch, comían chucherías y tiraban los envoltorios a las flores de Ginny, ignorantes de lo que sucedía a su alrededor.

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Bueno, eso ha sido todo por hoy, trataré de actualizar lo más rápido que pueda, ¡Ah! Y lo más importante:

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