Dragon Ball: Sangre nueva

Capitulo 15: Tejiendo la telaraña

El pequeño Piccolo derramaba sus lagrimas mientras contemplaba el paisaje sentado al borde de la atalaya del Kami, se sentía destrozado por dentro, un ardor indescriptible brotaba de su garganta y la impotencia que sentía ante la negativa de Gohan solo hacia que incrementar su ira. La vida del joven guerrero había sido de todo menos sencilla; durante sus primeros años de vida su madre le crió ella sola, porque al parecer su padre real ni sabía de su existencia, se podría decir que su madre siempre fue un poco ligera de cascos, por lo tanto desde su mas tierna edad Piccolo había conocido infinidad de padres... aunque muchos duraban solo unos meses o unas semanas o incluso una noche. Ya casi no recordaba los nombres de algunos. Entonces un día apareció un profesor sustituto llamado Son Gohan, por alguna razón que el pequeño Piccolo aun tardaría unos años en comprender la sola mención de su nombre la primera vez que le vio le emocionó. La conexión entre el maestro y el alumno fue inmediata. Gohan no solo se convirtió en su maestro en las artes marciales sino también en su ídolo, incluso le decepcionó saber que ya estaba casado, porque siempre imaginó, secretamente por supuesto, que su madre y él acababan enamorándose, casándose y formando una familia feliz. Aun que ese deseo no se cumplió tal y como deseaba, su madre si que conoció a un hombre del que se enamoró y se casaron formando los tres una familia como Piccolo siempre deseó. Pero ahora todo aquello había desaparecido en un solo instante, borrado de un plumazo por una mujer a la que siempre odiaría. Mutari.

Piccolo cerro los puños con rabia y en un ataque de ira golpeó el suelo con tal fuerza que provocó un ligero temblor y resquebrajó las baldosas de la zona golpeada.

.-. Con otro golpe de esos seguro que te haces daño. – dijo una voz de niño desde su espalda.

El peli-verde se volvió y se encontró con que Kakarot y Rhiad caminaban lentamente hacia él. Piccolo volvió la vista y se restregó los ojos para borrar todo rastro de lagrimas. Después sin volver la mirada dijo con voz grave:

.-. ¿Qué hacéis aquí? No os necesito, marchaos.

.-. ¿Quien es ahora el borde?- dijo Rhiad cruzando los brazos sobre el pecho, pero justo después de acabar su pregunta fue fulminada por una mirada de Júnior, que le hizo entender bien claro que no era momento para rencores.

Piccolo no hizo caso a la provocación de la saiyan, simplemente se levantó dispuesto a irse, pero en ese momento una mano se posó sobre su hombro. El niño volvió la vista y se encontró con la mirada clara y la amable sonrisa del pequeño de los Son. Solo fue un simple gesto en el semblante de Kakarotto lo que hizo que los ojos del pequeño Piccolo volvieran a llenarse de lagrimas, pero tan solo fue un segundo pues después apartó de sí a Júnior con rabia.

.-. NO NECESITO DE VUESTRA COMPASIÓN – les gritó el niño tragándose las lagrimas.

.-. Entonces no la tendrás. – le contesto Kakarot tranquilamente. – Tan solo déjanos hacerte compañía. –Declaró el niño sentándose en el suelo.

Rhiad le imitó sin decir nada y Piccolo tras pensárselo un rato volvió a su sitio inicial junto con sus dos amigos. Sumiéndose así cada uno en sus pensamientos.

A unos metros de ahí, Pan y Uub aterrizaron sobre la plataforma. Tras echarles una vaga mirada a los niños se dirigieron al interior del Palacio. No tardaron en llegar a la habitación donde todos estaban reunidos.

.-. ¿Qué tal os ha ido, chicos?- les preguntó Krilin nada mas verlos aparecer por la puerta.

.-. Ni rastro.- Declaró Pan- Esa mujer es mas escurridiza que una lagartija.

.-. Oíd. No habréis visto a Bra por el camino ¿verdad?- les preguntó Bulma con preocupación.

.-. No, lo siento Bulma.- le respondió Uub.

Bulma se sentó abatida en la silla mas cercana que tenía. Chichi posó sus manos sobre los hombros de su amiga para consolarla.

.-. Espero que esté bien... – susurró Bulma con la mirada perdida.

La cabeza le daba vueltas, la mandíbula le dolía terriblemente y la boca le sabía a sangre. Keven se levantó lentamente temiendo lastimarse las costillas aun mas, tras ponerse completamente en pie se apoyó contra una de las paredes para recobrar el aliento. El joven inspeccionó el lugar con la mirada. Se encontraba en una cueva y la única fuente de luz eran las rendijas que dejaba la gran losa de piedra que tapaba la entrada. Era una pequeña gruta de apenas diez metros cuadrados y le parecía que la entrada era también la única salida. No recordaba exactamente como había llegado ahí, solo se acordaba de que Rhiad se había transformado en una mujer monstruosa que atacó a Bra. Keven había empujado a Mutari y le gritó a Bra que huyera, pero como era de esperar el muchacho ni siquiera logró encajarle un puñetazo y la "hermana" de Cell se ensañó con él de tal forma que le extrañaba que siguiera vivo.

Tras inspeccionar la cueva mas detalladamente y no encontrar mas salidas se dirigió decidido hacia la entrada obstruida. Puso sus manos sobre la piedra y afianzó bien sus pies y empujó la losa con todas sus fuerzas. La roca ni se movió. Aun así estuvo un rato intentándolo, hasta que al final desistió exhausto.

.-. ¡Mierda! No tengo suficiente fuerza... – se quejó Keven.

En ese momento algo corto la luz que se filtraba a través de las rendijas y la piedra comenzó a temblar y a desencajarse lentamente. Keven se alejó de la entrada y adoptó su posición de combate atento a quien estaba a punto de entrar. La roca se retiró completamente y un torrente de luz entró en la caverna deslumbrando al muchacho. Cuando Keven volvió a abrir los ojos vio que en la entrada se había perfilado una figura claramente femenina y que ésta comenzó a acercarse a él. El chico no lo pensó dos veces y lanzó un puñetazo directo hacia el invasor que lo esquivó sin mucha dificultad. Keven no se detuvo y lanzó otro puñetazo que fue parado por una mano que aunque con apariencia frágil poseía una gran fuerza.

.-. ¡Tranquilízate! ¡Soy yo! ¡BRA! – dijo la chica apresuradamente.

.-. ¿Bra? – Preguntó Keven extrañado y mirando a su novia de arriba a bajo. La chica estaba sucia y despeinada, y su ropa presentaba varios desgarrones.- ¡¿Conseguiste escapar!- preguntó él, aunque sonó mas como una afirmación.

.-. Si, bueno... mas o menos... Peleé con ella, pero era muy fuerte por lo que al final tuve que deslumbrarla y salir corriendo. Me escondí y observé como te metía aquí dentro; siento no haberte sacado antes, pero tuve que esperar a que se iría.- le explicó ella.

.-. ¿Pero como hiciste para que no te encontrara?

.-. Cuando juegas desde niña al escondite con un hermano mayor que es experto identificando el ki, aprendes a volverlo completamente invisible.- respondió la chica poniendo una pose de superioridad.

.-. Nunca dejaras de asombrarme, Bra.- le comentó Keven con una sonrisa y acercándose a ella con el fin de besarla.

.-. Ya tendremos tiempo para ponernos cariñosos.- le detuvo la chica- Antes tenemos que salir de aquí antes de que aquella mujer vuelva. Debemos ir a buscar a mi padre.

.-. Si, es verdad... pero Bra ¿no estabas enfadada con Vegeta?

La chica le miró con ojos de curiosidad y después puso cara de haber recordado algo desagradable.

.-. Tienes razón.- comentó ella- Pero algo me dice que esto no es un problema que nos influya únicamente a nosotros.

En el Palacio de Kami los niños seguían sentados en el mismo sitio. Rhiad tumbada en el suelo miraba al cielo aburrida, Kakarot sentado en el borde con los pies colgando en el borde miraba con curiosidad el paisaje que se extendía bajo sus pies y Piccolo sentado junto a él con las piernas y los brazos cruzados era la clara estampa de su vida anterior. Hasta que el guerrero reencarnado atrajo la mirada de los otros dos al levantarse de pronto con la mirada decidida fija en algún punto del horizonte.

.-. Voy a ir. –sentenció Piccolo tajantemente, cosa que hizo que la mirada de curiosidad del nieto de Goku se incrementara.

.-. ¿A dónde? – preguntó el joven Son.

.-. A buscar a Mutari. – Respondió el otro sin siquiera mirarle.

.-. Pero Piccolo si los mayores no la encuentran ¿cómo vas a encontrarla tú solo? – Afirmó el saiyan.

.-. La encontraré porque debo vengar a mis papas.

.-. Pero esa mujer es muy mala. – continuó Júnior.- Derrotó a mi papa y también al papa de Rhiad. No podrás vencerla solo, ¡tan solo eres un niño!

Piccolo bajó la cabeza decepcionado ante la verdad de tal afirmación.

.-. La vencerá, – dijo Rhiad incorporándose de pronto- porque yo voy contigo.- anunció decidida.

.-. ¿¿QUÉ? ¿Te has vuelto loca? ¡Prometiste a mi prima que no irías a buscar a Mutari!... Y ya sabes lo que hace Pan cuando no se cumple una promesa.

.-. La verdad es que le prometí que no iría yo SOLA, y si voy con Piccolo no estaré sola. – Se defendió la niña con tranquilidad.

Kakarotto la miró con reproche, aun que la verdad siempre le impresionaba como su amiga era capaz de encontrar la forma de encontrar un sentido a una frase que le ayudaría en sus propósitos.

.-. Además,- continuó la niña mientras se ponía en pie- Mi papa y mi mama también murieron por culpa de Nutari.

.-. Se llama Mutari. – le corrigió Júnior – Y me sigue pareciendo mal que os vayáis, me aburriré mucho aquí yo solo.- se quejó el niño cruzando los brazos con fastidio.

Tanto a Piccolo como a Rhiad les apareció una gran gota sobre la cabeza.

.-. Eso es fácil de solucionar.- dijo Piccolo con seriedad- Ven con nosotros. Siendo tres tendremos mas posibilidades.

.-. ¿Tú crees?

La saiyan y el humano asintieron con firmeza.

.-. Aun así esa mujer es muy fuerte... – siguió Júnior cavilando.

Rhiad se arrodilló junto a su amigo y le susurró.

.-. Imagínate la fiesta que se celebrará cuando acabemos con ella... seguro que mi abuela comprará un pastel enorme. – Por supuesto la niña enfatizó la palabra "pastel".

A Kakarot se le iluminaron los ojos y se levanto con mayor decisión que sus compañeros.

.-. ¡¡¡¿A que esperamos para dar una paliza a esa bruja! – gritó el niño.

.-. ¡Así se habla Júnior! – le respondió la niña mientras se quitaba el lazo rosa que su abuela nunca se cansaba de ponerle.

"Con menudo par me he ido a juntar" Pensó Piccolo llevándose una mano a la cabeza.

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COMENTARIOS DE AUTORA:

BUENAS. Si, ya se que he tardado mucho en actualizar, ha sido culpa de los examenes y si, se que es muy corto, pero que se le va a hacer. n.n

Goku: Oye Rune, el titulo no tiene nada que ver con el texto.

Rune: Si que tiene que ver.

Goku: No, no tiene nada que ver. No sale una araña por ningún lado.

Rune: Es una metáfora, Goku.

Goku: ¿Metaque?

Rune: No me apetece ponerme a explicarte literatura a estas horas de la noche, así que lo buscas en el diccionario.

Goku: ¿Diccioque?

Rune: ...¬¬û En fin, no lo pienses demasiado. En esencia significa que alguien esta maquinando algo malo y oculto.

Goku: Ah... ¿Y el que?

Rune: No puedo desvelarlo, Mutari me mataría. Deberás esperar al siguiente capitulo : "Tejiendo la telaraña II"

Goku: Esa maldita Mutari... un momento... ¿acaso se puede matar a la autora?

Rune: No lo se y prefiero no comprobarlo... ¡Bah! Seguro que tu me protegerías ¿verdad?

Goku: ...

Rune: ¡¡Goku!

Goku: Jejeje n.nÛ solo era una broma.

Rune: Eso espero ¬¬. En fin ya me despido n.n

Gracias a todos los lectores por vuestra paciencia, leer hasta aquí ya es todo un logro. Dejar reviews, debo recuperar los que tenia antes non

¡HASTA LA VISTA!

RunlineY