De nuevo disculpen la tardanza. Ya se sabe que con esto de los exámenes no se tiene tiempo para nada u (excusa barata). Esta claro que como tarde siempre tanto en actualizar me voy a quedar sin lectores. ¡Mil perdones! La verdad es que se nota que no hay tantos reviews desde que hice aquél parón de casi un año OO. No les culpo. Bueno, continuemos con el nuevo capítulo. Como siempre los reviews al final. Que disfruten.
Capítulo 6: castigados
La luz de luna entraba por los ventanales y caía sobre el suelo de piedra de la habitación de los Gryffindor. Remus Lupin se encontraba sentado sobre el colchón de su amigo James, el cual se había quedado finalmente dormido. A los pies de James se encontraba Peter que también se había quedado adormilado intentando consolarle.
Remus dio un suspiro y miró a Sirius. Él estaba todavía despierto. En ese momento estaba intentando quitar el brazo derecho de debajo de James. Después de conseguirlo miró a Remus, pensativo.
El lupino se levantó también de la cama de James, era ya bastante tarde y se encontraba exhausto. El día había sido realmente agotador entre todo lo ocurrido, y lo peor era que todos estaban igual de deprimidos que James.
James ni siquiera tenía ganas de ir al día siguiente a Hogsmeade, a comprar chucherías y a tomarse una cerveza de mantequilla. Se encontraba destrozado, y el sus amigos no supieron como animarlo.
Sirius recordaba con amargura el momento en el que James se enamoró de Lily. Fue en el andén nueve y tres cuartos, el primer día de escuela. El pequeño Jimmy y él iban corriendo por el andén, pues iban a llegar tarde, pero de repente James paró en seco e hizo que su amigo chocara con él. "¿Jimmy por qué paras?" Recordó Sirius que le preguntó al pequeño moreno de las gafas.
Su respuesta fue sorprendente: "Sirius, acabo de ver un ángel" dijo apuntando a una delicada chiquilla, con el pelo rojo brillante, unos ojos verde esmeralda y de tez muy clara. Tenía algunas pecas en la nariz por aquel entonces, e iba con un vestido muggle, vaporoso y de color blanco. Estaba despidiéndose de sus padres.
James se enamoró de ella y desde entonces soñaba con ser su novio algún día. De hecho llevaba tres años intentándolo, pero se veía que Lily no tenía sentimientos por él. Por eso de vez en cuando salía con otras chicas.
Sirius hizo una mueca ante los recuerdos. Parecía que el pequeño angelito de James había resultado ser una endiablada muchacha, capaz de acabar en un solo día con la reputación que llevaban años labrándose.
Lily se ha pasado de la raya…
Remus se echó en su cama dando un suspiro mientras observaba el techo. Lily no solo le había roto el corazón a James, además había arruinado su reputación. De haberlo sabido, Remus no habría dejado que Lily llevara acabo su venganza.
Si antes, el moreno de gafas podría haberse consolado saliendo con alguna chica, esa posibilidad quedaba ahora desechada. Sirius se fue a hacerle compañía al lupino, tumbándose junto a él en su cama. El moreno se quedó boca arriba, Lupin boca abajo.
- ¿Sabes? Se me han quitado a mi también las ganas de ir mañana a Hogsmeade…- Le dijo a su compañero de pelo castaño en voz baja.
- A mi tampoco me apetece.- dijo Remus en un susurro.- Además, no necesito que las chicas me vayan señalando por la calle.
Sirius miró a Remus sin comprender lo que quería decir, enarcando una ceja.
- ¿Por qué iban a hacer eso?- Su compañero lo miró y recordó que Sirius no había estado delante cuando tiró aquel libro de pociones contra la pared…
Remus habló cogiendo las sábanas y cubriéndose con ellas hasta las rodillas a si mismo y a Sirius.
- Todo el colegio piensa ya que yo también soy gay. Creen que hacemos un trío o algo.- Dijo Remus sin darle demasiada importancia aparentemente.
Lo siguiente fue un breve silencio por parte de ambos. Cada uno sumido en sus pensamientos. Sirius miró a su lado y preguntó:
- Por cierto¿Qué fue lo que hiciste esta tarde?- Dijo intrigado.- ¿conseguiste hacer los deberes de pociones sin mi?- Miró a Remus, esperando la respuesta. Después de un breve silencio, llegó.
- Mierda…
Remus había pasado la tarde esperando a Sirius para hacer los deberes de pociones con él, pero con todo el lío de James y aquella conversación con Lily se ha había olvidado completamente de la tarea. Parecía que tendría que dedicar algo de su tiempo en el fin de semana para hacerla.
- Evans nos ha fastidiado bien…- Dijo Sirius en un suspiro de resignación.
Después de otro breve silencio Remus le contestó.
- Eso les sirve a los dos de escarmiento por enfadarla.- Había recordado que el enfado de Lily había sido por culpa de Sirius, quien animó a James a besar a Lily.- Ahora pasaréis un buen tiempo sin chicas que os acosen.
- ¿Sabes que te digo?- Le respondió Sirius con algo de enfado.- Pues que mucho mejor. Las mujeres no traen más que problemas. Fíjate en el pobre cornamenta.
Aquello sonó totalmente insólito saliendo de la boca de Sirius Black. Tanto, que Remus tuvo girarse a mirarlo.
- Nunca creí que te oiría decir eso.- Explicó el lupino lentamente.- Normalmente te encanta tener un montón de chicas a tu alrededor, recordándote lo guapo que eres.
- Oh, gracias por lo de guapo, "Remsito".- Dijo el moreno en tono jocoso.
El otro chico puso los ojos en blanco y se envolvió hasta el cuello con las sábanas, girando levemente en la cama y dándole la espalda al moreno mientras le decía:
- Eres un engreído.- Le dijo con una leve sonrisa.- No se como las chicas se fijan en ti.
Las vuelvo locas.- Contestó Sirius acercándose a su amigo y echando su cabeza en su hombro, sonriendo.
- Creo que los únicos que probablemente te encontrarán atractivo a partir de ahora serán hombres.- Intentó enfadarle Remus.
- A esta última frase, Sirius hizo una mueca de repulsión.
- No pongas esa cara...- Dijo Remus sonriendo y volviéndose a mirarle.- ¿cómo sabes que no acabarán gustándote los hombres? Quizás sea eso por lo que no eres capaz de salir en serio con ninguna chica…
En realidad, aquella reflexión tenía mucho sentido… ¿Cómo podía cansarse tan pronto de la compañía de una chica? Tenía entendido que la vez que menos duró una relacion de Sirius, fueron dos horas.
Sirius no contestó de inmediato.
- Bah, eso no sucederá.
Hubo una pequeña pausa, luego habló el chico de pelo castaño.
- ¿Por qué lo sabes? Nunca lo has probado…
Remus estaba en realidad formulando las preguntas que se había estado haciendo a si mismo aquella tarde. Todo el tema de Sirius lo había puesto realmente celoso. Y no sabía si era porque estaba muy acostumbrado a que su mejor amigo le prestase excesiva atención o porque estaba comenzando a sentir algo por él.
Sirius se le quedó mirando y le dijo, divertido:
- ¿Me estas diciendo que a ti no te daría asco besar a…- Sirius buscó un sujeto para ponerlo de ejemplo.-…a Peter?
- ¿Eh? bueno, no lo sé.-Contestó Remus mirando al chico adormilado a los pies de James. Sus ronquidos sonaban en toda la habitación.- Pero no podría hablar sin saber que se siente al hacerlo.- Dijo Remus con una nota de inseguridad en su voz.
- A mi no me hace falta probarlo, se que me daría asco.- Dijo Sirius incorporándose y sentándose en la cama para mirar a Peter. Sus ronquidos despertarían a un muerto.- Hay cosas que no me haría falta probar para saber que no me agradan.
- Y estás convencido de que esta es una de esas cosas…- Dijo el chico castaño, incorporándose un poco para mirar también a Peter.
La afirmación de Remus fue seguida de un silencio. Ambos escucharon con desinterés los ronquidos. Alguien debería revisarle los conductos nasales a ese chico…
Remus volvió la cabeza hacia Sirius para darse cuenta de que su amigo le estaba observando, como considerando posibilidades.
De improviso Sirius se acercó a él y sus labios se tocaron. El moreno mantuvo su boca pegada a la de su amigo durante un instante. ¿Pero que demonios…?
Lupin se apartó rápidamente. En su cara se dibujó una mueca.
- Puaajj…- Dijo pasando la mano por sus labios con fuerza para quitar posible saliva.- ¿Se puede saber a que ha venido eso?- Preguntó mientras Sirius le sonreía ampliamente. Parecía estar divirtiéndose.
- Pensé que quizás tuvieras razón. Tenía que probarlo- Dijo entre risitas.
Adoraba gastarle pequeñas bromas a Remus. Siempre ponía caras graciosas. Abría muchísimo los ojos y levantaba las cejas, sorprendido. Su cara dejaba de ser la de un chico preocupado y demasiado maduro, se llenaba de vida.
Sirius vio a su compañero hacer aquellos gestos, como había esperado, y se echó a reír sonoramente. Será payaso…Remus cogió su almohada y le pegó con ella.
- Shhhh. Los vas a despertar.- Le advirtió Remus. luego se levantó de la cama y se puso las zapatillas. Sirius, que había dejado de reírse lo miró extrañado.
- ¿Dónde vas?
- Al cuarto de baño, a lavarme la boca con jabón.- Le respondió el lupino ya en camino y sin volverse a mirarlo.
El resto de la noche transcurrió apacible pues todos los presentes en aquella habitación dormían. Remus había salido de dudas sobre sus sentimientos gracias a la broma de Sirius. Desde ese momento supo que JAMAS volvería a besar a un hombre, ni aunque este fuese su mejor amigo. Ni siquiera Sirius.
Remus pensó en el hecho de que había sido tan solo hace semanas que él y Sirius se habían convertido en grandes amigos. De él y de James y Peter. Le estaban ayudando mucho en todo, incluso estaba dejando de ser tan tímido. Ahora incluso hablaba con estudiantes de las otras casas. Se sentía muchísimo mejor. Había dejado de ser el chico solitario y deprimido de antes. Y todo porque Sirius descubrió su secreto…
Pensó en como se enteró de todo, y no pudo evitar sonreír. Que Sirius se hubiera dado cuenta de que era un hombre lobo fue una de las mejores cosas que le habían ocurrido nunca. Le reconfortaba saber que Sirius se preocupaba por él y estaría siempre dispuesto a ayudarle. "¡Es para lo que están los amigos, hombre!" solía decirle Sirius.
Aquel día había sentido que esa amistad podía estar amenazada, y por eso reaccionó así. "¡Qué tonto soy! James es también mi amigo, el nunca apartaría a Sirius de mi". Remus durmió tranquilo aquella noche, en su mullida cama. Sabiendo que al día siguiente las cosas volverían a estar como siempre dentro de la pandilla.
Severus despertó al día siguiente tumbado en la cama de la enfermería. Abrió los ojos lentamente para poder adaptar su visión al torrente de luz que entraba por los ventanales. Casi pegó un salto cuando distinguió una figura sentada a los pies de su cama.
- Vaya, finalmente despertaste.- El profesor Williams le dedicó una leve sonrisa. Severus no puedo evitar hacer una discreta mueca.
Encontrar al profesor al que mas odias sentado en tu cama, observándote, no era la idea que Severus tenía de un despertar agradable.
- La señorita Evans se levantó hace ya rato y me contó lo sucedido ayer con su tobillo y como acabaron ambos aquí, en la enfermería.- El hombre hizo una nueva pausa y se levantó de donde estaba sentado, sin dejar de mirar a Severus. Por su tono de voz, no parecía muy contento con la explicación de Evans.- Vístase y desayune algo en el gran comedor. En cuanto termine baje a las mazmorras para continuar con los calderos.
Con una última sonrisa el hombre salió de la enfermería.
Severus resopló. Había esperado poder librarse de su castigo, pero parecía que el profesor de pociones no perdonaba ni una. "Es odioso." Pensó el chico mientras caminaba hacia el gran comedor para desayunar algo. "Ojalá que el profesor Slughorn regrese el año que viene." Se dijo a si mismo, recordando al antiguo profesor. Le prefería mil veces antes que a Williams.
Severus dejó de pensar en esto. Estaba hambriento y se sentía raro. Las cosas parecían haber encogido de tamaño.
"Debo de haber crecido con la fiebre" Se preguntaba el moreno mientras entraba al gran comedor.
Dentro apenas quedaban estudiantes, lo cual le hizo recordar algo que había pasado por alto: Hoy iba a ser su primera visita a Hogsmade.
IBA. Pasado… Por culpa de no haberlo terminado ayer, el castigo no le permitiría ir al pueblo aquel día.
"Fantástico" Se dijo con sarcasmo.
Pasar más tiempo con la chica Gryffindor le hacía todavía menos gracia. "Hace cosas raras y consigue ponerme nervioso". Decidió que era a causa de su actitud. Parecía que solo tenía pájaros en la cabeza, y le daba la sensación de que era el tipo de persona que piensa que todo el mundo es bueno hasta que se demuestre lo contrario.
"Alguien va a tener que abrirle los ojos…" Pensó Severus
Su fin de semana estaba ya irremediablemente arruinado. Así que después de haber tomado unas tostadas y algo de zumo de calabaza bajó a las mazmorras con resignación.
"La forma perfecta de empezar el día"
Como habrá podido observar el lector, el sarcasmo siempre había sido la especialidad de Severus Snape.
Lily se encontraba de rodillas en el suelo de la mazmorra, frotando con fuerza dentro de un caldero. Tan solo llevaba tres y ya estaba agotada.
"Estarías ahora mismo en Hogsmade si no hubieras robado del armario privado del profesor." Le replicó su conciencia.
La chica no pudo evitar lanzar un suspiro. Solo esperaba que Snape viniera cumplir su parte de la detención pronto. La visión de la pila de calderos sucios y el silencio de la mazmorra la estaban agobiando.
Finalmente, Severus apareció por la puerta. Lily se giró a mirarlo con una sonrisa.
Snape entró en la habitación. Vio que allí estaba ya la pelirroja, rodeada de calderos y con un cubo de agua puesto a su lado. Ella le miró con curiosidad. Había estado esperando a que llegara el moreno para al menos poder charlar mientras realizaban el aburrido y pesado castigo que todavía tenían que cumplir. Pero la sonrisa de la cara de Lily se esfumó al observar a Snape.
Parecía de muy mal humor. Las posibilidades de arrancarle alguna palabra (aunque fuese "hola") eran muy bajas. Aún así, Lily lo intentó.
- Buenos días Severus.- Dijo la chica usando un tono de neutralidad. Se produjo un silencio.
El susodicho ni tan siquiera se volvió a mirarla, simplemente hizo como si no estuviera ahí. Se arrodillo delante de unos calderos y al lado de un cubo con agua. Acto seguido se arremangó la túnica y las mangas de la camisa, comenzando a limpiar.
La pelirroja no pudo evitar enfadarse. ¿Es que a caso no la había oído?
- He dicho "buenos días, Severus".- Repitió Lily alto y claro. Era difícil no dejar escapar una nota de irritación.
Severus dio un suspiro. Ya sabía de sobra que estaba allí, la había visto al entrar... ¿Y porque se empeñaba en llamarle Severus?
- Te escuché la primera vez, Evans.- Le respondió Snape en el tono más maleducado que fue capaz de encontrar.
Lily dio un bufido. Aquello había sido lo que su madre habría calificado de "verdaderamente grosero". ¡Por el amor del cielo! Ella solo había intentado ser amable...
Lily pensó en las escenas de la noche anterior. El Snape indefenso y enfermo que la había confundido con su madre le dio pena. Había sentido lástima por Snape (¡Quién lo hubiera dicho!) y supuso que después de todo, debía ser un chico con muchos problemas.
"Pero si no quiere hablar de ello peor para él." Pensó Lily con firmeza, al comprobar que el Snape de la noche anterior se había esfumado y había vuelto a la normalidad. Grosero, desagradable y mordaz. Si, ese era él.
Continuaron en silencio durante un buen rato, lo cual alivió en parte a Snape, quien estaba pensando amargamente como sus compañeros estarían divirtiéndose en Hogsmade. A su lado, la pelirroja también imaginaba a sus amigas, comprando dulces y chucherias en Honey Dukes...mientras ella se encontraba allí, encerrada, padeciendo la compañía de la persona que conseguía sacar lo peor de ella.
Pasó más tiempo, y ambos seguían en silencio. Lo unico que se escuchaba era como los dos frotaban las esponjas contra los calderos. Snape estaba realmente desesperado con un recipiente en particular, el cual tenía unas manchas de color violeta que no conseguía quitar. Exasperado, lo dejo de lado para pasar a otro, mirando el montón que todavía quedaban por limpiar. No pudo evitar que de su boca escapase un gran suspiro. Su paciencia (y la verdad es que no poseía mucha) tenía un cierto limite, y desde luego, ya había sido rebasado.
El chico se levantó y miró al rededor de la habitación, observando los frascos de pociones de las estanterías. Luego se acercó a la que pensaba que podría tener lo que estaba buscando.
"Si realmente están ordenadas por orden alfabético como parece, debería andar por aquí."
Ante el ruido de botellas de cristal chocando entre si, Lily levanto la vista de lo que estaba haciendo.
- ¿Qué haces, Snape?- Preguntó cuando vio al muchacho revolver ente los frascos de una estantería.
Severus se dio cuenta de que la pelirroja había utilizado esta vez su apellido, y supo que lo hacía porque estaba enfadada. Empezaba a distinguir cuando prefería utilizar su nombre y cuando su apellido.
Al no recibir ninguna respuesta de nuevo, la rabia de Lily fue en aumento.
- ¡Snape te estoy hablando!
El chico paró de revolver entre las botellas pero sin darse la vuelta le contestó:
- Como ya dije antes, Evans, te escuché la primera vez. Y no hace falta que grites.
La chica no pudo evitar enfadarse todavía más.
- ¿Qué te crees que estás haciendo¡Esos frascos no son tuyos, y si usas una de esas pociones para hacer el trabajo el profesor William se dará cuenta!
Snape escogió por fin las pociones que había estado buscando. Las mezcló en un mismo frasco y lo movió un poco para consolidar la mezcla, la cual era de un rosa muy intenso, y burbujas del mismo color subían por el frasco.
- Si no se dio cuenta de que le faltaba un frasco con huevos de ashwinder no creo que eche de menos esto.- Dijo Snape dándose la vuelta y mostrándole el frasco.
Lily le miró mientras se acercaba a los cubos con agua. Se levantó del suelo, donde había estado todo el rato de rodillas y le dijo al chico con tono amenazante:
- Si usas esas pociones se lo diré al profesor.
Snape la contempló por un instante. Parecía que lo que acababa de decir iba totalmente en serio, y él no estaba dispuesto a quedarse allí encerrado más tiempo.
Decidió que sería mejor intentar convencerla.
- Evans, no seas estúpida. Esto limpiaría los calderos en segundos.- Dijo Snape intentando sonar convincente.- Piénsalo. Un par de minutos y los dos podríamos irnos a Hogsmade. ¿Por qué irías a impedírmelo?
- Porque...- Lily parecía desarmada.-…no estas haciendo lo correcto...
La respuesta de Lily sonó realmente insegura así que Snape tomó ventaja.
- Tienes miedo de que nos pillen de nuevo ¿eh?- Ella no dijo nada. Quien calla otorga.- Mira, si Williams lo descubre, diré que he sido yo. ¿Mm?
Cualquiera que conociese a Snape un poco sabía que en ese momento estaba mintiendo como un bellaco.
La pelirroja se lo pensó en silencio mientras le miraba, intentando adivinar si estaba diciendo la verdad. Snape esperó impacientemente. Finalmente ella dio su veredicto.
- Bueno... supongo que si usamos un poco de magia...
Snape no pudo más que sonreír. Había sabido que eso funcionaría con la chica.
Complacido consigo mismo, fue a echar el contenido de la botella entre los dos cubos de agua.
- Apártate Evans.- le dijo a la pelirroja para que se moviera.- Si te salpica una gota podría hacerte un boquete en la piel.
La chica no necesitó que se lo dijeran dos veces. Era él el que había decidido usar aquellos mejunjes y si algo salía mal, ella no quería tener nada que ver.
El agua de los cubos se volvió de color rosa y la arrojó a todos los calderos que quedaban por limpiar. El efecto fue inmediato. El líquido rosa se extendía en una mancha por toda la superficie, carcomiendo toda la suciedad, hasta que el caldero quedaba limpio y reluciente. Lily pensó que le recordaba un poco a aquellos anuncios de televisión en los que enseñaban como una gota de un potente quita-grasas te limpiaba todos los platos.
Al final del proceso los calderos quedaron como nuevos, casi como recién comprados. El líquido rosa había desaparecido sin dejar rastro. Lily tenía la boca abierta.
Severus sonrió de nuevo. Desde ese mismo momento era libre.
- Bueno Evans, ahora solo tenemos que apilar estos calderos con los otros que limpiamos a mano, para que parezca que lo hemos hecho nosotros.
Lily se volvió a mirarlo.
- En serio Snape, das miedo.
La chica fue apilando los calderos mientras él, fue a llamar al profesor Williams. A la pelirroja le sorprendía la rapidez mental con la que el chico había urdido un plan. Era cuidadoso con los detalles, como si llevase años de experiencia en librarse de castigos.
Al cabo de un par de minutos volvió Severus junto con el profesor. Un sudor frío le apareció a Lily sobre la frente mientras Williams inspeccionaba la habitación. Pasados unos treinta segundos de nerviosismo, Williams anuncio su sentencia:
- Está bien, chicos. Habéis hecho un buen trabajo. Podéis marcharos.
No tubo que repetirlo. Ambos estudiantes salieron rápidamente de la mazmorra. Lily estaba todavía alerta por si el profesor se daba cuenta y salía tras ellos.
- Snape¿estás seguro de que no notará nada?
- Totalmente.- Respondió él en tono altivo.
- ¿y si reconoce la poción que has hecho?
En la cara del chico apareció una sonrisa de autosuficiencia.
- Eso sería imposible, Evans.
- Aunque seas un alumno muy avanzado en pociones, te recuerdo que él es profesor. ¿Cómo estás tan seguro de que no la reconocerá? – Dijo ella mientras se acercaban a la bifurcación que les haría separarse en el camino.
Snape se rió. Cuando le contestó ya había tomado su camino y estaba de espaldas a ella.
- Porque esa mezcla la he inventado yo Evans.
Lily Evans se quedó mirando como el misteriosos Severus Snape desaparecía por el corredor. El chico era una caja de sorpresas ¿Qué clase de cosas escondería?
Este último capitulo va dedicado a aquellos que me han escrito aunque solo fuese para animarme a que continuara. ¡Gracias! Se que este es un capitulo corto, pero espero poder actualizar más a menudo de esta forma.
Ahora si, contestación a los reviews:
mariag malfoy: Me alegra que te gustase y gracias por los ánimos. Siento que fuese tan corto pero me temo que a partir de ahora, y para no llevarme tanto tiempo sin actualizar serán más o menos como este.
D.N.Angel girlMuchas gracias. De verdad que me animaste. Leeré tu review cada vez que me falten las fuerzas o me entre la pereza. ;)
potter5: Actualizada queda. Gracias por el review
S.S: A sus órdenes :) Disculpa la tardanza.
En el siguiente capítulo: Lily le sigue haciendo los deberes a Snape, pero ambos olvidan un pequeño detalle y se descubre el engaño. ¿Mas castigos juntos?
