He hecho revisión de los capítulos anteriores para mejorar la presentación (faltas de ortografía y fallos gramaticales) y he añadido o borrado un par de cosas sin importancia. Meros datos recogidos en el sexto libro. Por lo demás, mis queridos lectores aquí tenéis el siguiente capítulo. Disfrutad

Capítulo7: Clases particulares

Lily Evans se encontraba en la calle principal de Hogsmeade. Acababa de llegar y esta buscando a sus amigas entre la multitud de estudiantes. Llevaba una gran sonrisa en sus labios. Gracias a Snape habían terminado la detención y les sobró tiempo para venir al pueblecillo. No se lo habría dicho pero le estaba agradecida. Lo que más necesitaba en ese momento era pasar un rato con sus amigas y relajarse. Los días anteriores no habían sido nada fáciles…

La pelirroja pasaba la mirada frenéticamente por entre los escaparates de las tiendas.

Veamos… ¿dónde podrían haberse metido……?

La chica iba mirando a los lados, buscándolas. De repente chocó con alguien. Lily murmuró unas palabras de disculpa de inmediato. Luego, al girar la cabeza vio con quién había coincidido. Remus Lupin la estaba mirando directamente a los ojos.

- Uh, hola Remus.- Dijo Lily bajando levemente la cabeza.

- Hola, Lily.- El chico le habló con tono serio y severo. Después de la respuesta hubo un silencio incomodo. Remus estaba apunto de marcharse.

- ¡E-espera Remus!- Dijo la pelirroja agarrándole de sus ropas.

Lily revolvió en la pequeña mochila de piel que llevaba a la espalda. Sacó solo un poco la capa de invisibilidad de James para que el chico de pelo castaño pudiera verla. Ella le miró. Él no cambio su expresión seria. Lily intentó decir algo.

- Quería devolvértela…me la dio ayer el profesor Williams, cuando le dije que ni siquiera era mía…- Lily le observó, esperando a que hablara.

¡Aquel silencio la estaba matando!

Remus finalmente la tomó de la mano y la llevó hasta una calle alejada del gentío. Comprobando que no había nadie por las cercanías dio un suspiro.

- Dámela.- Dijo el chico. Alargando la mano.

- Aquí tienes.- Lily se la extendió.

Remus se quedó mirando la capa. Tenía muy claro que había sido un error prestársela a la chica. Se había arriesgado a que James se diera cuenta con el resultado de que la inofensiva travesura que la pelirroja había preparado había acabado convirtiéndose en una broma de mal gusto. Si Remus dijese que no estaba algo mosqueado con la chica estaría mintiendo.

Lily de mientras se sentía un poco avergonzada. El chico no le hablaba.

- Remus… siento haberte metido en todo esto. Yo solo quería… darle un escarmiento a James.- Intentó excusarse.

- Pues creo que te has pasado Lily. Te equivocaste de escarmiento.- Su voz era dura y fria, aunque sus facciones no mostraban enfado. Era algo mas como…¿decepción?.- Aparte de que nos has perjudicado también a Sirius y a mi…

- Pero…- Intentó intervenir ella. Remus estaba guardando la capa en su bolsillo de dentro de la cazadora.

- Lily…- La cortó el chico de pelo castaño.- Esta vez estoy con ellos.

Con esto dio la espalda a Lily y se marchó de la callejuela.

Lily encontró mas tarde a sus amigas, pero aun así fue incapaz de disfrutar durante el resto de la excursión.


La profesora McGonagall se encontraba en su despacho. Corrigiendo deberes de sus chicos de 3º. No le había apetecido nada ir a Hogsmeade. Tenía una montaña gigantesca de deberes que corregir y unas cuantas clases que preparar… ¡De hecho dudaba que pudiera salir en todo el fin de semana!

Tranquila Minerva siempre te pasa lo mismo a principio de curso. Te agobias demasiado…

McGonagall dejó la pluma en el tintero de líquido rojo, especial para corregir mientras respiraba profundamente y cerraba los ojos. Pensó en que nota ponerle a Lily Evans con ese ensayo sobre animagos que acababa de leer. Había tenido un par de errores en ciertos puntos pero aparte de eso y las faltas de ortografía no estaba mal del todo…

Mmm… quizás le ponga un 7…

La profesora asintió para si misma. Si, esa sería la nota que le pondría. Estaba bien pero necesitaba mejorar, y ella no era la clase de profesora que regalaba las notas, no señor.

Dio un suspiro. Había terminado con los deberes de los Gryffindor. Le quedaban las otras tres casas. Dio otro suspiro. Empezaría con los Slytherin para quitárselos de en medio. Francamente, era el peor de sus grupos de tercero. Y eso sin contar a Severus…

¿Qué haré con este chico?

Minerva estaba desesperada en especial con él. No le salía ni una transformación al completo, es mas, volvía todo de color verde, y llevaba arrastrando el problema desde primer curso. La profesora puso a un lado de la mesa los ensayos ya corregidos de sus Gryffindor y pasó a los Slytherin. Cogió el primer royo de pergamino y lo desenvolvió. Levantó su pluma de corregir y leyó. Era el ensayo de Severus Snape.

Hablando del rey de roma…

Los músculos de Minerva se tensaron. No estaba realmente leyendo la redacción. Se estaba fijando en el tipo de escritura.

Esta no es la letra de Severus…

La profesora de transformaciones se quedó observando la redacción. ¡Conocía muy bien la escritura de Snape y estaba segura de que esa no era para nada la suya! No, la letra de Snape era especialmente sinuosa, ordenada y pequeña. Reflejaba su timidez y su escrupulosidad con los estudios.

¿Qué está ocurriendo aquí?

Sin embargo se quedó extrañada. Había visto esas letras grandes y redondeadas en alguna otra parte. Estaba segura.

Minerva echo un vistazo a la tarea de los Gryffindor y… en efecto.

¡Aquella era la letra de Lily Evans¡Acababa de corregir sus deberes!

Alguien va a tener que darme unas cuantas explicaciones…


Severus entró a su sala común. Acababan de llegar de Hogsmeade y se encontraba exhausto. Había visitado casi todas las tiendas del pueblo pero aun así no había encontrado lo que quería. Aunque ni siquiera estaba seguro de que si lo hubiese encontrado le habrían permitido comprarlo…

Most potent potions no era precisamente un libro para niños…

Severus se acercó hasta uno de sus sillones preferidos, apartado, cerca de una de las esquinas para encontrarse con que ¡ya estaba ocupado! Había una chica de primer año sentada confortablemente, leyendo un libro que tenía puesto en sus rodillas.

Snape resopló. Tendría que mostrarle a la chiquilla que nadie se sentaba en SU sillón.

El chico se paró enfrente de ella.

- Fuera.- Le dijo a la niña en tono firme.

Ella dejó de leer y observó al moreno.

- ¿Qué?

- Ya me has oído. Largo de mi sillón.- Le respondió él cruzándose de brazos.

- No voy a quitarme de aquí porque tú lo digas. Yo llegué antes.

Snape sacó su varita y apuntó a la chica. Ella apretó los labios y con un gruñido se levantó del sillón. Todo Slytherin sabía que con Severus Snape no se juega…

Severus sonrió y se sentó en su cómodo sillón dando un suspiro. Era bien sabido por los estudiantes de segundo y primer año que Snape podía ser peligroso con la varita. De hecho, había entrado en el colegio sabiendo más maldiciones y conjuros que algunos estudiantes.

El chico de pelo grasiento se reclinó y se puso cómodo. No pensaba levantarse de ahí en un buen rato…

- ¡Snape!

A menos que claro está venga alguien a fastidiar…

Se le acercó Narcissa, de su mismo año. Tenía el pelo rubio y largo, cayendo en cascadas por detrás de su espalda. Llevaba su capa negra para salir.

Severus sabía que era una chica lista, muy buena en las artes oscuras, al igual que él ( aunque no se acercaba ni por asomo a su nivel claro está) y a veces demasiado… entrometida.

Llegó hasta su lado y le dijo:

- McGonagall quiere verte en su despacho ahora mismo…

- ¿McGonagall?- Severus estaba confuso. No había hecho nada que mereciese una detención en las últimas 24 horas¿Por qué querría verle?- ¿Y que es lo que quiere?

- Oh, no lo se.- Dijo Narcissa sonriendo.- Pero parecía realmente cabreada. Yo me daría prisa…

Estupendo… Pensó Snape levantándose molesto de su asiento y saliendo de la sala común. ¿Es que no podía tener un fin de semana tranquilo?


Snape llegó hasta la puerta del despacho de la profesora de transformaciones y dio unos golpes. Se escuchó un "adelante" y seguidamente entró en la habitación.

La profesora se encontraba rígida detrás de su escritorio y con las manos entrelazadas encima de la mesa. Sentada al frente del escritorio Severus reconoció una cabecita pelirroja.

¿Evans…?

- Cierre la puerta y siéntese Sr. Snape.- Dijo la profesora en tono autoritario.

Severus hizo como le dijo. ¿Qué estaba pasando?

- Bien, ahora, entre los dos, me vais a explicar, por qué señor Snape, tienen sus deberes de transformaciones la letra de la señorita Evans, y porque señorita Evans, en su ensayo pone exactamente lo mismo que en el del señor Snape.- Al terminar de decir aquello tanto Lily como Severus se quedaron helados.

Demonios… Es cierto que se le había olvidado aquel pequeño detalle cuando le dijo a la pelirroja que le hiciera los deberes. ¿Pero porque no había reparado ella en eso¿Y como había sido tan tonta de poner lo mismo que en sus propios deberes?

Lily le lanzó una mirado por el rabillo del ojo. Estaba diciéndole a gritos "¿Qué hacemos?"

Snape miró hacia otro lado.

- ¿Y bien?- Preguntó la profesora McGonagall impacientemente.

Los muchachos se miraron el uno al otro de nuevo.

Evans, ni se te ocurra…

Lily pareció entender a la perfección el mensaje de Snape, ya que paseó nerviosamente la mirada por la habitación, sin decir ni una palabra.

- Muy bien muchachos. Me están ustedes obligando a que les castigue sin salir a Hogsmeade durante todo el año.- Si había algo que McGonagall no soportaba eran las mentiras.

- ¡N-No puede hacer eso!- Dijo Snape alarmado. ¿Todo un año sin ir a Hogsmeade¡Ni hablar!

- Oh, si que puedo, señor Snape, y estaré encantada de hacerlo si no me dicen que esta ocurriendo.- Le informó la profesora con tono amenazante.

La pelirroja se removió en su asiento.

- Veo que os habéis puesto de acuerdo…- Continuó la profesora al ver que ninguno hablaba.- Ya que os lleváis tan bien podría daros detención a los dos juntos…

Aquellas palabras actuaron como un estimulante. Lily se levantó de golpe de su silla. Severus la miró alarmado. ¿No se atrevería a……?

- Profesora, yo le hice los deberes a Snape.

¡Yo la mato!

Snape la miró con rabia asesina.

- Ya veo…- Dijo la profesora McGonagall mirando de soslayo a Severus.- ¿Y fue usted coaccionada por el Sr. Snape para que los hiciera, señorita Evans?

- N-no profesora. Le hice los deberes a cambio de una poción.- Lily bajó la cabeza y comenzó a mirarse los pies.

La profesora de transformaciones se quedó sorprendida. La pelirroja acabó contándole cual había sido el trato exactamente. Snape fue enfadándose más y más a medida que la chica desembuchaba todo. Cruzando los brazos y mirando para otro lado. La profesora McGonagall habló después de ella.

- ¡Salís a deshora de vuestras camas, robáis en el armario de un profesor, "envenenáis" a un alumno y además falsificáis la tarea!- Dijo la profesora exasperada.- Esto es algo inaudito. ¡Ahora mismo vendréis conmigo a ver al director!

Y levantándose de su asiento detrás del escritorio. Les hizo salir de la clase hasta el despacho del director. Si las miradas matasen, Lily Evans habría muerto varias veces de camino a la oficina de Albus Dumbledor. Snape estaba furioso.

Al llegar a la puerta, después de haber pasado por la gárgola y haber subido por la escalera de caracol, minerva Mcgonagall llamó a la puerta del despacho. Dumbledore le indico desde dentro que pasaran.

Lily no pudo reprimir un grito ahogado al ver la oficina circular. Estaba llena de artilugios plateados y de estanterías repletas de libros. En un rincón, sobre una percha se posaba un ave de color rojizo, que Lily reconoció como un ave fénix. Si no hubiese estado atemorizada por lo que estaba pasando (¡era la primera vez que la llevaban ante el director!) se habría quedado observándolo.

Minerva entró en la habitación con paso decidido. Dumbledore levanto la vista de unos pergaminos.

- ¿Qué ocurre Minerva?- Dijo mirando por encima de sus gafas de media luna.- ¡Ahh! Pero si tenemos aquí al señor Snape de nuevo…- luego posó su vista en Lily.- ¡Vaya! Y esto si que es una sorpresa. La señorita Evans.

El hombre de las barbas canosas parecía intrigado. Mcgonagall hizo un gesto para que ambos muchachos se sentaran.

- Albus, te traigo a dos delincuentes.- Dijo la profesora en tono escandalizado.- El otro día hicieron una pequeña excursión nocturna y robaron del armario de un profesor. Además, fueron ellos los causantes del extraño comportamiento del joven Potter y luego intentaron falsificar unos deberes. Te pediría que les dieses un castigo ejemplar a ambos.

Dumbledore levantó las cejas, evidentemente no se había esperado aquello. Lily empezó a sonrojarse por la vergüenza…

- Pero profesora.- Intervino Snape, que no había dicho ni una sola palabra desde que Lilly contase todo.- Ya hemos cumplido detención con el profesor Williams, nos quitó puntos a cada uno y tuvimos que lavar montones de calderos sucios a mano. Además, la poción que le dimos a Potter era inofensiva.

Dumbledore miró a Lily y a Snape y se echo a reir. Lily levantó de repente la vista. ¿Qué le hacia tanta gracia al director?

- ¡Albus!- La profesora McGonagall estaba totalmente escandalizada.- No tiene ninguna gracia. Ya sabes lo peligrosas que son las pociones amorosas.

- Minerva.- Dijo Dumbledore con una sonrisa.- Es evidente que no te has dado cuenta de lo que acaba de suceder.- Hizo un gesto con la mano, señalando a ambos alumnos delante suya.- Es la primera vez en todos los años que llevo aquí que veo como un Gryffindor y un Slytherin se unen por una causa común. Eso es cuanto menos fascinante.- Dijo sin dejar de sonreír.- De hecho… se me ocurre una idea…

Albus se levanto lentamente de su asiento, poniendo sus manos a la espalda y contemplándolos a los dos. Lily tuvo la sensación de que esos ojos azules que la miraban la estaban escaneando, leyendo su mente.

- Si no me equivoco, el señor Snape tiene problemas con tu asignatura ¿Minerva?

- Si pero…- Intentó intervenir la profesora.

- Y la señorita Evans tiene calificaciones muy bajas en defensa contra las artes oscuras.

- Albus ¿a dónde quieres llegar?

- Esta muy claro.- Dijo sonriendo una vez más.- Creo que si fueron capaces de intentar gastarle una broma al señor Potter juntos, serán capaces de ayudarse el uno al otro en ciertas asignaturas.

Snape no pudo creer lo que estaba oyendo. Aquel viejo debía estar chocheando.

- Vuestro castigo será hacer un grupo de estudios. El señor Snape, enseñará defensa contra las artes oscuras a la señorita Evans, y ella se comprometerá a ayudar en cuanto pueda al señor Snape en transformaciones.- Miró a la profesora McGonagall, la cual obviamente pensaba que aquel no era un castigo suficientemente duro.- Nos aseguraremos de que las clases den sus frutos, lo comprobaremos en las calificaciones finales.

¿Y que pasa si no quiero darle clases a la sangre-sucia?

Como si Dumbledore le hubiera leído la mente añadió:

- Oh, y por supuesto, nos aseguraremos de que las clases se estén dando y haremos informes a vuestras respectivas familias cada cierto tiempo.- Terminó Dumbledore.- Espero muchachos que se pongan de acuerdo en que días les conviene dar las lecciones.- Les dijo en tono divertido.- Minerva ya puedes llevártelos.

La profesora McGonagall no parecía demasiado satisfecha con aquella detención. Le parecía muy poco severa, ciertamente. Sin embargo hizo caso de Albus.

Sabe muy bien lo que hace, Minerva.

Y diciéndose esto a si misma se llevó de vuelta a los chicos a su propia oficina, donde revisando los horarios de ambos, decidió que Lily le daría las lecciones de transformación a Snape los martes por la tarde, y que éste a su vez, daría las lecciones de defensa los jueves.

Ni Severus ni Lily supieron por aquel entonces en lo importantes que se convertirían esas lecciones, ni lo que saldrían de ellas…


¡Ya está! Eso es todo por ahora. Espero subir el próximo capítulo en breve. Ahora los reviews:

Hermilidi ¡Tu review fue como un estimulante para mi cerebro! No sabes lo que me alegró leer tus palabras Me alegra que ahora pienses que Snape después de todo tiene algo bueno. Yo siempre he pensado que los villanos no nacen, se hacen. Por eso decidí hacer esta historia, para narrar la caida de Severus. Espero llegar hasta entonces… ¡Gracias por el review!

GeruSnape: Me alegra de que te guste el fic, y como suelo decir comentad cualquier cosa que creáis oportuna, ya que quiero mejorar mi escritura. ¡Gracias por dejar review!

D.N.Angel girlEspero que este capítulo también te guste. Tuve muchas ganas de escribir este en especial, ya que lo tenía pensado desde hace tiempo. Por cierto, acertaste, me leí el sexto libro. Ojala estés en lo cierto y vuelva a tener tantos lectores como antes, para ello trabajaré duro¡sobre todo ahora que estoy de vacaciones! Me alivia mucho que te gustase como quedó al final lo de Sirius y Remus. Revisé por lo menos 7 veces aquella escena antes de decidirme a publicar el capítulo --. Bueno, lo dicho. ¡Muchas gracias por tus reviews! No tienes idea de lo contenta que me ponen

También quiero dar gracias a esas personas que me han puesto en su lista de alertas o en favoritos¡Eso me hace muy feliz!

Y por último también a aquellas que leen aunque no dejen comentario. Se que no siempre se tiene tiempo para hacerlo.

¡Hasta pronto!

En el próximo capítulo: la primera de las lecciones de transformación. Lily intenta ayudar a Severus con su problemilla en la asignatura. ¿Acabarán la clase a tortas?