CAPITULO 4: ENCUENTRO DE HERMANOS

Esa mañana, Agata se levantó con el sonido de la regadera. Lorena se había levantado temprano y se había metido a bañar. Francesca seguía durmiendo a pierna suelta.

-Buenos días- dijo Agata con una sonrisa, cuando Lorena salió de bañarse.

-Buenos días- dijo Lorena- lamento haberte despertado...-

-No te preocupes, tenía ganas de levantarme temprano- dijo Agata, y echó un ojo a su otra amiga, la cual seguía roncando- pero parece que Francesca no...-suspiró- me daré un baño y luego me ayudas a despertarla, porque sospecho que nos tomará tiempo...-

-Giovanni quería que llegáramos temprano al ensayo- dijo Lorena- ¿sabes donde es el teatro de la ciudad?-

-Por supuesto- dijo Agata- Giovanni nos dio las instrucciones anoche. Está cerca y no tardaremos mucho en llegar, y eso que iremos a pie y no en el motorino...-

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Esa mañana, Afrodita se enteró de que Lily estaba enferma. Le pareció muy extraño esto, pero bueno, quizá un virus rebelde andaba suelto. El caballero de Piscis decidió bajar a la ciudad. Mientras lo hacía, se encontró con el Patriarca, quien venía subiendo.

-Maestro- dijo Afrodita- ¿qué hace abajo tan temprano?-

-Vine a ver como seguía Lily- dijo Shion- aún no ha despertado... espero que esté mejor-

-¿Y sabe que es lo que tiene?- preguntó Afrodita.

-Ojala lo supiera- dijo el Patriarca- así podríamos hacer algo... pero no, no tengo idea, y ni Mu ni ella tampoco...-

-Pues en ese caso, espero que solo sea un resfriado y que se recupere pronto- dijo Afrodita- yo me disponía a bajar al pueblo. ¿Necesita usted algo?-

-Nada, Afrodita, gracias- dijo Shion con el semblante aún preocupado.

El caballero de Piscis asintió y siguió bajando. Más delante se encontró con Danny y Máscara Mortal.

-Hola, Afrodita, ¿a dónde te diriges?- preguntó Danny muy animadamente.

-Voy a bajar al pueblo- dijo el caballero de Piscis- voy a comprar algunas cosas que necesito, además de que quiero estirar las piernas, ¿quieren venir?-

-¡Me encantaría!- exclamó ella, y se volvió a Máscara Mortal con unos enormes ojos- ¿podemos ir, Roberto?-

-Si quieres- dijo Máscara Mortal entre dientes.

-Excelente- dijo Danny emocionada- Afrodita, ¿puedes llevarnos a esa florería que tanto me gusta?-

-Por supuesto- sonrió Afrodita. La verdad era que él también disfrutaba las visitas a la florería, no como Máscara Mortal, que siempre salía de ahí con estornudos y escurrimiento nasal. El caballero de Cáncer y su alergia al polen no cuadraban muy bien en ese tipo de negocios.

-Ya que- dijo Máscara Mortal, resignándose a su suerte.

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-Vamos, paperelle- exclamó Giovanni- uno, dos, tres, ¡ahora!-

Tras varias horas de entrenamiento, Agata era la única chica que aún seguía en pie. Francesca se había rendido hacía rato y se había sentado a descansar, mientras que Lorena no podía seguirle el paso y había decidido acompañar a Francesca.

-Agata, practica el giro que no te ha salido aún- dijo Giovanni- estoy seguro que vale la pena para colocarlo en el acto...-

-Yo sé que vale la pena- dijo Dora, antes de que Agata pudiera contestar- pero ella no es capaz de hacerlo...-

Agata le lanzó una mirada furiosa. Se colocó en el centro del escenario y comenzó. Dio una, dos, tres, cuatro vueltas, luego se inclinó hacia delante y dio un salto hacia atrás, girando en el aire y cayendo perfectamente en pie. Después comenzó a girar sobre su pie izquierdo y volvió a saltar para cambiar el pie, y fue ahí cuando perdió el equilibrio y cayó de sentón al suelo.

-Auch- dijo Agata.

-¿Estás bien?- preguntó Giovanni.

-Sí, estoy bien- dijo Agata, levantándose sin problemas.

-¿Ven?- dijo Dora en voz alta- les dije que no podía...-

-Bueno, un descanso, ragazze, porque son las dos de la tarde- dijo Giovanni- vayan a comer y a descansar, seguiremos a las cinco...-

Las chicas agradecieron a Giovanni y salieron.

-Se los dije, soy un fraude- dijo tristemente Lorena- no puedo seguirles el ritmo...-

-No seas llorona, Lorena- dijo Francesca- ya te dijimos que lo haces bien, es esa loca de Dora la que dice que no, no le hagas caso...igual tú, Agata- añadió al ver muy callada a su otra amiga- cuando volvamos te haré practicar tanto esa vuelta que te saldrá o me dejo de llamar Francesca...-

-Pues Francesca no es un nombre tan genial, después de todo- dijo Lorena.

-Pues al menos es más original que el tuyo- dijo Francesca de mal humor.

Las dos chicas se fueron peleando todo el camino, hablando tan fuerte que la gente se volvía para verlas, y no se sorprendían, ya que los italianos tienen fama de gritar mucho.

Agata no ponía atención a la discusión de sus amigas, caminando más despacio que ellas mientras las dos chicas se perdían entre la gente. Eso no pareció importarle. Su mente estaba aún en la práctica de hacía un rato. ¿Porqué demonios no podía hacer esa vuelta bien? La había practicado tantas veces, pero no quería salir. Simplemente no podía.

Mientras que pensaba en ello, iba viendo a través de las ventanas del negocio de flores junto al teatro. ¡Rosas blancas! La verdad amaba ese tipo de flores. No sabía porqué, pero siempre había sentido fascinación por ellas.

Por estar pensando en ello y con toda la intención de entrar al negocio, fue a toparse contra un chico que iba caminando en dirección contraria a ella, el cual al parecer también había intentado entrar.

-Ay, lo siento- dijo Agata, bastante apenada, mirando hacia arriba.

-No...no hay cuidado...- dijo el chico, sorprendido. Agata se le quedó viendo con la boca abierta. Jamás en su vida había visto un hombre tan bello.

Afrodita, quien obviamente era el chico contra el que Agata había chocado, miró a la chica igual de sorprendido. Ni todas las mujeres del mundo juntas lograban superar la belleza de la chica que tenía enfrente: esos ojos celestes, cabellos azul oscuro y blanquísima piel.

-¿Porqué te detienes, Afrodita?- dijo Máscara Mortal, deteniéndose junto al caballero de Piscis, y luego mirando a la chica- ¿Agata?-

Agata salió de su sorpresa para entrar a otra.

-¿Roberto? ¿eres tú?- dijo ella, esta vez muy sorprendida.

-Así es- dijo Máscara Mortal-¿qué rayos estás haciendo aquí en Grecia?-

-Medio momento- dijo Afrodita, verdaderamente sorprendido de que un ser humano aparte de él y Danny supiera el verdadero nombre de Máscara Mortal- ¿ustedes dos se conocen?-

-Por supuesto- dijo Máscara Mortal no muy alegremente- ella es mi hermana...-

-¿Tu qué?- exclamaron Afrodita y Danny al mismo tiempo.

-Su hermana- repitió Agata, con el mismo gesto de Máscara Mortal- y adoptiva, como Roberto era tan amable de recordarme siempre en casa... al menos Claudio era más amable-

-¿Y quieres saber como terminó?- replicó Máscara Mortal.

-¡Basta!- dijo Afrodita, lanzándole una mirada de advertencia a su compañero.

-En fin- dijo Máscara Mortal fríamente- ¿porqué viniste a Grecia?-

-A bailar- dijo Agata, señalando el teatro y luego un cartel que estaba pegado en la pared- Fuoco dall'Etna, la próxima semana...-

-Me alegro por ti- dijo Máscara Mortal con el mismo tono, mirando a cualquier lado excepto a los ojos de la chica que tenía enfrente- al menos eso era lo que querías, ¿no?-

-Así es- dijo Agata.

-Bien- dijo Máscara Mortal, y se volvió a su chica- Danny, ¿no querías entrar a ver las flores?-

-Em... sí, claro- dijo Danny, y se dispuso a entrar con Máscara Mortal a la tienda.

-Espera- dijo Agata- ¿irás a verme un día?-

Máscara Mortal se detuvo, pero no se volvió a mirarla.

-No lo sé, tal vez, si tengo tiempo- contestó fríamente el caballero de Cáncer, antes de desaparecer con su chica dentro del negocio. Agata se quedó mirándolo con tristeza hasta que se percató de que el chico contra el que había chocado no se había movido aún.

-¿Y tú eres...?- dijo Agata, alzando una ceja.

-Un caballero también- dijo éste- me llamo Afrodita de Piscis-

-¿Afrodita?- dijo ella, alzando una ceja- creí que ese es el nombre de una diosa griega, bueno, una amiga mía me lo dijo...-

-Es un nombre que adopté- dijo Afrodita.

-Oh, así que no es tu verdadero nombre- dijo Agata- como Roberto ahora se llama- rió en voz baja- Máscara Mortal-

-Algo así- dijo Afrodita.

-Pues que raros son los caballeros de Atena...- dijo Agata, entrando a la florería. Vio a Máscara Mortal a lo lejos con su chica, pero decidió ignorarlo.

Afrodita entró tras ella. El caballero de Piscis tomó una rosa blanca, la cual tenía las orillas de los pétalos ligeramente marchitas, y que tenía un listón verde alrededor del tallo. Que lástima le daban esas flores, si las de su jardín estaban mil veces mejor cuidadas. Agata, por su parte, tomó otra, que era en verdad hermosa y tenía un listón azul.

-¿Y cuál es el problema con Más... quiero decir, con Roberto?- preguntó Afrodita, haciendo girar el tallo de la rosa entre sus dedos.

-Ninguno- dijo Agata, quitando la rosa de las manos del caballero y formándose en la fila para pagar- él no demuestra que le importa una persona hasta que es demasiado tarde-

-¿Te gustan las rosas blancas?- preguntó Afrodita.

-Son mis flores favoritas- dijo Agata- en casa, mamá tiene bastantes rosales en el patio-

Afrodita sonrió al tratar de imaginarse a la madre de Máscara Mortal. Agata pareció detectar eso, porque le lanzó una mirada sospechosa.

-Un euro y veinte centavos, señorita- dijo el encargado de la tienda. Agata depositó dos monedas sobre el contador- gracias por su compra...-

-Gracias a usted- dijo Agata, tomando sus dos rosas.

-Y entonces tú eres la hermana de Máscara Mortal- dijo Afrodita, siguiéndola fuera del negocio- digo, de...-

-Sí, así es- dijo ella con una enorme sonrisa, ofreciéndole la mano- me llamo Agata. Como le dije a mi "dulce" hermanito, vengo porque mi compañía de baile se presentará la próxima semana-

-Fuoco dall'Etna- dijo Afrodita.

-Así es- dijo Agata- lo que me recuerda que debo irme a continuar mi práctica, y primero tengo que hallar a mis amigas. Fue un gusto conocerte, Afrodita, y si puedes convencer a... Mascara Mortal de ir a verme, te lo agradeceré...-

-Por supuesto- dijo Afrodita-bueno, lo intentaré, pero sabes lo necio que es-

-Hay medios para conseguirlo- dijo Agata en voz baja con una sonrisa un tanto traviesa, y le entregó la rosa blanca que tenía el listón verde, la misma que el caballero había tomado- Roberto jamás se metería tan fácilmente a una florería en Catania, la alergia lo matará...hasta pronto-

Y la chica desapareció entre la gente. Afrodita se quedó mirando el punto donde había desaparecido. Un fuerte estornudo lo sacó de sus pensamientos. Máscara Mortal y Danny habían salido del negocio, la chica llevando un pequeño ramo de cuatro margaritas.

-Espero que estés... ¡achú! Contenta, ya me enfermé...- dijo el caballero de Cáncer, sacando su pañuelo y sonándose la nariz.

-Pero todas las flores son lindas- dijo Danny- además, creí que te quedarías fuera...-

Máscara Mortal iba a decir algo pero se contuvo. Afrodita solo sonrió, aún con la rosa blanca en su mano. A Danny le llamó la atención.

-¡Mira que rosa tan linda!- exclamó la chica.

-Ni tanto- dijo Afrodita, - tiene las...- pero se interrumpió. Las orillas de la rosa ya no estaban marchitas. Muy al contrario, la rosa parecía la más hermosa que había visto en toda su vida. Revisó el listón. Sí, era la verde, la que él mismo había tomado. ¿Cómo podía ser eso posible?

El caballero de Piscis volvió con Máscara Mortal y Danny al Santuario, aún sin entender que demonios había pasado. Pronto dejó de pensar en ello. Tal vez Agata la había cambiado en el mostrador sin que él se diera cuenta.

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-Agata, ¿dónde estabas?- exclamó Francesca- ¡nos preocupamos mucho por ti!-

-Lo siento, chicas, de veras lo siento- dijo Agata, jugueteando con la rosa blanca entre sus manos- me encontré a alguien conocido en el camino, y me detuve a saludarlo sin tener oportunidad de avisarles...-

-¡Que rosa tan linda!- dijo Lorena al verla. Agata sonrió.

-Bueno, ya que- dijo Francesca de mal humor- ¿al menos ya comiste?-

-Sí, me detuve a comer- dijo Agata, poniéndose un poco nerviosa. Al parecer sus amigas no se percataron de ello.

-Bueno, volvamos al teatro y nos pondremos manos a la obra- dijo Francesca- recuerda que Lorena tiene que alcanzar nuestro ritmo, y además ese giro te tiene que salir...-

Agata sonrió.

-Lo sé- dijo ella- vamos...-

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Esa noche, Mu estaba mucho más preocupado que la anterior. Lily casi no había despertado en todo el día, y cuando lo hacía no parecía saber donde se encontraba. Ya había perdido la voz por completo, y su piel estaba cubierta de un fino puntilleo rojo, y todo contacto o movimiento le producía mucho dolor, aún respirar.

Aioros y Aioria habían ido esa tarde, sobre todo por la insistencia de Marín, la cual también estaba muy preocupada. Los hermanos habían intentado usar sus poderes curativos en ella, aunque sin éxito.

Mu, sin saber que hacer, había pedido al caballero de Géminis que su esposa fuera a ver a Lily. Clara había insistido en ir a verla, muy en contra de la voluntad de Saga, pues tenía miedo de que la chica tuviera una enfermedad contagiosa que Clara pudiera adquirir y, peor aún, el bebé que llevaba en su vientre.

No solo había ido Clara, sino también estaban Shion, Dohko, Shaka y Nahir, Máscara Mortal y Afrodita.

-¿Sabes que tiene?- le preguntó Shion. Clara sacudió la cabeza.

-No tengo ni la menor idea- dijo Clara, tras haberla examinado- no tiene ninguna enfermedad conocida que pueda tener un ser humano...- se volvió hacia la chica- Lily, ¿sabes si a alguien de tu familia le ha pasado esto antes?-

-No tiene- dijo Mu, respondiendo por ella- su única familia es su abuela...-

-Lily, ¿ya te había ocurrido esto antes?- preguntó Clara. Lily lo meditó unos segundos, cerrando los ojos, y luego asintió con mucha dificultad.

-¿Cuándo? ¿Cómo?- preguntó el Patriarca. ¿Cómo se había olvidado de preguntarle algo tan crucial? Lily movió los labios, pero ningún sonido salió de ellos. Saga le pasó una libreta y una pluma, y la chica comenzó a escribir con mucha dificultad la palabra "Giogia".

-¿Giogia?- dijo Clara sin entender- ¿qué es eso?-

De nuevo, Lily trató en vano de hablar. Agotada, cerró los ojos y quedó sumida en un profundo sueño de nuevo. Todos los presentes se sorprendieron al ver que de las comisuras de sus ojos y de su boca salían finas líneas de roja sangre, al igual que a ambos lados de las uñas de sus manos.

-Giogia significa alegría en italiano- dijo Máscara Mortal con fría indiferencia, haciendo que los presentes se vuelvan hacia él- ¿qué, le da alegría la forma en la que está?-

-¡Máscara!- exclamó Afrodita, sin poder creer el cinismo de su compañero. Mu se enfureció con el caballero de Cáncer, lo tomó por el cuello y lo estrelló contra la pared.

-Eres un...- comenzó Mu, pero se contuvo. Luego continuó- ¿Qué no te das cuenta? ¡Lily se está muriendo!-

Las últimas palabras de Mu dejaron helados a todos los presentes. De pronto, el Patriarca se golpeó la frente.

-Giogia, por supuesto- murmuró el Patriarca.

-¿Qué sucede, Shion?- preguntó Dohko.

-Acabo de comprender algo- dijo Shion en voz baja, como si estuviera hablando solo para sí mismo- tengo que ir al templo del Patriarca, ahora vuelvo- y desapareció. Dohko salió de la habitación y subió tan rápido como pudo hacia donde Shion había ido a aparecer.

Todos los demás los miraron, interrogantes. Mu dejó ir a Máscara Mortal, el cual se acomodó el cuello un tanto indignado.

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El Patriarca apareció en la entrada del templo y caminó hacia su habitación, mas no entró en ella, sino siguió al pequeño cuarto que estaba junto. Abrió la puerta y maldijo al ver que el cuarto estaba en completa oscuridad.

-No puede ser- dijo Shion, encendiendo la luz- por favor, que no sea lo que creo...-

La habitación tenía forma circular, y en el centro había una pequeña mesita redonda, completamente vacía. En ese momento, Dohko entró a la habitación detrás de él.

-Shion, ¿qué sucede?- preguntó el caballero de Libra. Shion señaló la mesita vacía.

-Ha desaparecido- murmuró Shion en voz baja- ella lo ha robado, no hay otra explicación-

-¿De que hablas?- dijo Dohko- ¿qué es lo que ha desaparecido?-

-¿Recuerdas el diamante de Giogia?- dijo Shion- ¿el mismo que robamos una vez de la reina Deyana?- Dohko asintió y el Patriarca continuó- es la fuerza vital de Lily... la ausencia de él es lo que la ha puesto así- Shion tragó saliva- sin ese diamante cerca, ella va a morir...-

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CONTINUARÁ...

¡Hola! Perdón por la tardanza, tuve mucho trabajo. Espero que les esté gustando. Muchas gracias por seguir leyendo y por sus reviews.

Abby L. / Nona