CAPITULO 10: SIRACUSA

-No puedo creerlo- murmuró Afrodita, sin poder salir de su sorpresa-¿qué acaba de ocurrir?-

-Por todos los dioses...- dijo Aiakos, aún sin levantarse- mi señor Hades me desollará vivo cuando se entere de lo que esas malditas hicieron...- golpeó el suelo de nuevo y luego se llevó las manos a la cabeza- todo esto es mi culpa...-

-No te culpes, Aiakos- dijo Afrodita- volvamos al Santuario. El Patriarca sabe exactamente dónde están localizadas esas brujas en Italia, podemos encontrarlas fácilmente...-

-No puedo ir con ustedes sin ayuda de Minos y Radamanthys- dijo Aiakos- y ellos no irán sin que Hades se entere de lo ocurrido...-

Afrodita se mordió el labio inferior. A Hades no le gustaría para nada saber lo que acababa de ocurrir. Aiakos miraba aún la ventana que había estado vigilando desde que llegó a Atenas. Algo le llamaba la atención. El espectro abrió sus alas y voló hacia ella. Afrodita lo siguió, dando un ágil salto.

La habitación estaba oscura. Una cama estaba hecha, mientras que las otras dos estaban deshechas. La puerta de la habitación que comunicaba estaba abierta. Una voz llamó la atención de ambos.

-Agata, por favor... déjame salir...- decía una voz desde dentro del armario. Aiakos lo abrió, y encontró a la chica que conocía como la amiga de Agata.

-¡Ah!- gritó ella, más asustada que agradecida que la hayan sacado de ese sitio. Digo, no todos los días una se encuentra un sujeto vestido de demonio, ¿o sí?- ¿quiénes son ustedes?-

-No te asustes- le dijo Aiakos- ¿qué pasó con Agata?-

-No sé- dijo Lorena- me encerró en el armario y se fue... pero no era ella misma...-

-¿Notaste algo extraño en ella antes de que se fuera?- preguntó Afrodita.

-Pues...por supuesto- dijo Lorena- solo se puso esas zapatillas negras que se encontró en su casillero y no sé que le sucedió... se le pusieron los ojos rojos y me encerró aquí dentro...-

-¿Qué zapatillas?- preguntó Aiakos.

-Yo las vi, Aiakos- dijo Afrodita- dijo que eran unas zapatillas nuevas, pero no supe como las consiguió...-

Aiakos iba a preguntar esto a Lorena, pero se encontró a la chica mirándolo fijamente con curiosidad.

-¿Aiakos?- dijo Lorena, abriendo los ojos desmesuradamente- ¿Aiakos de Garuda?-

-Sí- dijo Aiakos, parpadeando sorprendido- ¿y tú eres...?-

-Lorena- dijo ella. Los miró alternadamente- ¿ustedes dos saben dónde está Agata?-

-Suponemos...- dijo Afrodita- vamos, Aiakos.

Aiakos no se movió. Había otra cosa que necesitaba saber. ¿Qué había pasado con el dije que su señor había dejado a Agata?

-¿Sabes donde está su dije, Lorena?- preguntó Aiakos- el que siempre trae consigo, que tiene forma de un elefante negro...-

-¿El que está hecho con lava del Etna?- dijo Lorena- sí, ella lo trae consigo, nunca he visto que se lo quite, ni siquiera para dormir...-

-Oh, demonios- dijo Aiakos- esto es peor de lo que pensé...-

-¿Qué harás?- le preguntó Afrodita. El espectro dejó escapar un suspiro.

-Iré a informar al señor Hades y a los otros dos jueces de lo sucedido- dijo Aiakos- y les expondré el plan que tienen...-

-Creo que ese es el mejor plan, por duro que sea- dijo Afrodita.

-¿Duro?- dijo Aiakos- Hades me pulverizará antes de que termine de explicar...-

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Saga y Clara volvieron al Santuario luego de que el Patriarca les indicara que ya estaban a salvo, y llegaron casi al mismo tiempo que Afrodita, Aiakos y Lorena. La chica no se había resignado a ser dejada atrás mientras su amiga estuviera en peligro. El cosmo de las hechiceras había desaparecido por completo de la ciudad. Todo el Santuario respiró tranquilo al ver que Clara estaba bien.

-Y más les valía a esas...- murmuró Aldebarán, quien no había dejado a Zalika sola desde el incidente. La pequeña abrazó a Clara, todavía llorando.

-Ya, ya, pequeña- dijo Clara en voz baja- todo está bien, no pasó nada...-

Saga, mientras tanto, miraba al espectro un tanto desconfiado, diciéndole con la mirada que si se acercaba a su chica lo pulverizaría. Aiakos ignoró la mirada por completo. Tenía un aspecto desolado.

-Saga, acabo de llamar al Patriarca y a los otros caballeros dorados- dijo Afrodita- Aiakos y yo tenemos algo importante que decirles...-

Al mismo tiempo que Afrodita hablaba, iban llegando los caballeros dorados.

-Clara, será mejor que Zalika y tú vuelvan a la casa de Géminis- dijo Saga con seriedad.

Clara se levantó y asintió. Besó a Saga rápidamente y, tomando a Zalika de la mano, comenzó a ascender hacia la casa de Tauro.

-¿Qué pasó?- dijo Saga, una vez que todos los caballeros estuvieron reuinidos.

El Patriarca y el resto de los caballeros también quisieron saber porque los dos traían una expresión de derrota. Afrodita y Aiakos les explicaron lo que había ocurrido con un poco de ayuda de Lorena, sin omitir el detalle de que Agata era la hija mortal de Hades.

-Demonios- dijo Aioria- esas hechiceras se mueven rápidamente...-

-Y eso no es todo- dijo Aiakos- estoy seguro que van tras el poder del dije que tiene la princesa Agata...-

-Y sumarlo con el del diamante de Giogia- añadió Mu.

-Todo parece indicar que se moverán muy pronto contra nosotros o contra Hades- dijo Aioros, pensativo.

-O contra ambos- añadió Shion.

-¿Qué sugiere que hagamos, Maestro?- preguntó Afrodita.

-Creo que sería prudente avisar a Hades lo ocurrido con su hija- dijo Shion, mirando a Aiakos, quien asintió- además, necesitamos la ayuda de los espectros, pues no podemos ir todos a pelear y dejar solo el Santuario, y tampoco podemos ir solo la mitad de los caballeros porque estaríamos en desventaja-

-Mi señor peleará con ustedes, de eso estoy seguro- dijo Aiakos.

-Eso espero- dijo Shion- dile a Hades que la mitad de los caballeros dorados irán. El resto se quedará a proteger a Atena y al resto de las chicas, por si esas hechiceras quieren volver a intentar algo, como ocurrió hace un rato- añadió.

-Yo iré- dijo Mu.

-Yo también- dijo Afrodita.

-Yo también iré- dijo Saga, apretando un puño con furia. No iba a olvidar fácilmente lo que se habían atrevido a intentar esas brujas.

-Excelente- dijo el Patriarca- estaría bien que también viniera Aioros, pues ha peleado contra ellas también...-

-Yo iré también- dijo Dohko, cruzando los brazos. Shion asintió.

-Y yo- dijo Máscara Mortal. Todos se le quedaron viendo, sorprendidos. ¿Máscara Mortal de voluntario?- ¿qué? Esas brujas ya me hartaron, y solo para asegurarme de que no se les ocurra molestar...-

"Sí, como no", pensó Afrodita, con una leve sonrisa.

-Entonces está hecho- dijo Shion- nosotros iremos. Las chicas se quedarán en el templo de Atena hasta nueva orden. Y eso incluye también a las amazonas- añadió.

-Perfecto- dijo Aiakos- iré de inmediato con mi señor Hades a informarle lo sucedido...-

-Aiakos, ¿puedo ir contigo?- preguntó Lorena- si Hades se enfada, puedo ayudarte a explicarle lo que sucedió-

A Aiakos no le hizo ninguna gracia lo que Lorena había dicho, pero tenía que admitir que la chica tenía razón.

-De acuerdo- dijo el espectro de Garuda- ven acá-

-Buena suerte- murmuró Afrodita, al ver al espectro tomar a Lorena por la cintura, abrir sus alas y desaparecer volando.

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Aiakos había llamado con su cosmo a los otros dos jueces para que lo esperaran en la entrada más cercana del Inframundo. Todos parecieron captar el peligro, pues el mismo Hades salió a esperar al espectro de Garuda, acompañado también de Hypnos y Thanatos.

-¿Y bien?- dijo el rey del Inframundo cuando Aiakos llegó, ignorando por completo la presencia de la otra chica- ¿qué fue lo que sucedió?-

-Lo lamento muchísimo, señor- dijo Aiakos, bastante apenado, aterrizando y clavando una rodilla en el suelo- le tengo una mala noticia. Descubrí a la hechicera que estuvo detrás de lo sucedido con la princesa Agata hace dieciséis años...- tragó saliva- pero... me temo que sus súbditas la hechizaron y se la llevaron a su escondite...-

Hades no dijo nada. Radamanthys y Minos se miraron entre ellos, y luego a Aiakos.

-¿La hechizaron?¿Cómo?- preguntó Radamanthys.

-Con un par de zapatillas negras- dijo Aiakos- al parecer alguien las dejó en su casillero del teatro, y la princesa se las puso sin saberlo...-

Hades frunció ligeramente el entrecejo, pero siguió sin decir nada.

-¿Cómo pudiste perderla de vista, Aiakos?- dijo Minos- dieciséis años de trabajo de los tres, para nada-

Aiakos no respondió, y Hades seguía sin hablar.

-Es cierto- dijo Radamanthys- todo por un momento de distracción...-

-¿Quieren dejar de acusar así a Aiakos?- dijo Lorena, interrumpiendo al espectro- no fue su culpa, ¿de acuerdo? Agata no tenía muchas luces tampoco, además, ¿quién iba a pensar que esas zapatillas tenían algo? Yo las ví y se veían muy inocentes...-

Los cuatro se quedaron viendo a Lorena, muy sorprendidos del atrevimiento de la chica.

-En vez de estar aquí culpándose, deberían hacer algo- continuó Lorena.

-Italianos...- dijo Radamanthys entre dientes- ¿porqué tienen que ser tan gritones?-

-Señor, los caballeros de Atena planear ir a combatir- continuó Aiakos- parece que esa hechicera tiene prisionera también a la chica de uno de los caballeros, una chica que posee un poderoso diamante. Tenemos que hacer algo...-

-¿No será acaso demasiado tarde?- preguntó Minos.

-No- dijo Hades, hablando por fin- ella está bien. Lo entiendo perfectamente. Parece que esa hechicera quiere el dije que le di, ¿no es así?- Aiakos asintió- bien, iremos a pelear con los caballeros...-

-¿Planea ir usted en persona, señor?- preguntó Minos.

-Así es- dijo Hades con su silenciosa cólera, poniendo su mano derecha sobre su espada, la cual estaba ceñida a su cintura- ustedes tres irán conmigo. Será suficiente. Thanatos, te harás cargo mientras no esté. Cuida de que Perséfone no se entere. No quiero que se preocupe. Hypnos...-

-¿Si, mi señor?- dijo el dios del Sueño.

-...tengo un trabajo para ti- dijo Hades.

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Lily escuchó la puerta abrirse, y se volvió. Vivien entró, seguida de la reina, Alice y una chica que Lily no conocía. Esta última tenía un aura muy peculiar. Vivien traía el diamante en su mano derecha.

-¿Y bien, mi querida Lilia?- dijo la reina- ¿lista para morir?-

-Nunca más dispuesta- dijo Lily, frunciendo el entrecejo.

-Aún tienes una oportunidad de unirte a mi, Lily, y de salvar tu vida- dijo Deyana- ¿que dices?-

-Que prefiero morir- dijo Lily- sé que solo me das esa oferta porque temes que Vivien falle de nuevo y tengas que esperar otra hora para intentarlo de nuevo-

-Respuesta equivocada, Lily- dijo la reina- eres igual que tu madre-

-Me siento halagada- dijo Lily.

-Igual de tonta- dijo Deyana- y que casualidad, morirás igual que ella. Como una traidora...-

-La traidora eres tú- dijo Lily.

-Si no fuera necesario este procedimiento, ya le habría ordenado a Agata que acabara contigo- dijo la reina.

Lily frunció el entrecejo.

-¿Ella es la hija de Hades?- dijo Lily al ver a la chica que tenía enfrente, la cual la miraba con sus ojos rojos y una expresión vacía en ellos.

-Así es- dijo la reina- Alice me hizo favor de... pedirle que nos acompañara. Gracias al poder del amuleto que Hades le dio, y el diamante que nos proporcionarás, atacaremos de frente a Hades y Atena, y por fin nos adueñaremos de la tierra...-

-Estás loca- dijo Lily.

-Ya lo veremos- dijo la reina- espero que esas hayan sido tus últimas palabras, porque ahora morirás. Vivien, ya sabes que hacer-

Vivien asintió y tomó un alfiler. Miró a su prima con malicia y luego lo clavó en el bulto, muy cerca de donde había clavado el anterior. Lily dejó escapar un fuerte grito al sentir como si una daga le atravesara el corazón.

-Suéltala- dijo la reina a Alice.

La hechicera obedeció y abrió las cadenas de Lily, la cual cayó al suelo boca abajo, con ambas manos sobre el pecho.

-Todo está terminado, mi querida Lilia- dijo la reina, mientras Lily aún temblaba de dolor- te han atravesado el corazón, y tardarás unos minutos más en morir... una vez que lo hagas, el diamante será de Vivien-

-No lo permitiré- dijo Lily casi sin aliento-no moriré...-

-Demasiado tarde- dijo la reina- deja de luchar y muere en paz... sé que es doloroso, pero no te preocupes, me ocuparé de que Mu vaya al otro mundo a hacerte compañía muy pronto...-

La reina y sus acompañantes salieron, dejando sola a Lily, luchando por seguir con vida.

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Hades y sus tres jueces habían ido al Santuario de Atena, donde se reunieron con los caballeros y partieron hacia la ciudad siciliana de Siracusa, pasando por un portal a otra dimensión creado por Saga.

-Este es- dijo Máscara Mortal, señalando un enorme palacio- aquí fue donde el maestro del templo de Agrigento me dijo que sintió el cosmo maligno de Deyana-

El Patriarca, los seis caballeros, Hades y los tres jueces miraron el enorme edificio.

-Identificarán nuestra presencia- dijo Shion- debemos ocultar nuestros cosmos...- Hades lo interrogó con la mirada, y el Patriarca continuó- es mejor caer de sorpresa... deben sospechar que atacaremos, pero es mejor que no sepan exactamente donde estamos-

-Estoy de acuerdo- dijo Hades con voz ronca.

-Bien- dijo Shion- la reina está en el ala oeste del palacio. Mu y yo tenemos que desviarnos un par de minutos. Ustedes diríjanse ahí. Dohko, tú puedes guiarlos, conoces el cosmo de Deyana tan bien como yo. Aioros, Saga, ya saben las precauciones que hay que tener con esas mujeres...-

-Sí, Maestro- dijo Aioros, mientras Saga asentía con seriedad.

-¿Y ustedes que harán mientras tanto?- quiso saber Radamanthys.

-Sus razones deben tener, Radamanthys- dijo Hades- nosotros iremos al ala oeste, como dijo el Patriarca Shion-

-Ahí los veremos- dijo Shion- no tardaremos. Y no lo olviden, oculten su cosmo y tengan cuidado con esas mujeres. Vamos, Mu-

Hades, los jueces y los caballeros entraron al palacio y se dirigieron al ala oeste, ocultando sus cosmos. Shion y Mu, en cambio, se dirigieron al ala este. Tenían algo más importante que hacer. Ambos habían sentido que el cosmo de Lily comenzaba a menguar, y ninguno de los dos parecía dispuesto a perderla, sobre todo Mu.

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Lily seguía resistiéndose a morir. El dolor en su pecho ya estaba comenzando a desaparecer poco a poco. Ya no sentía sus dedos, y su respiración se hacía cada vez más pausada. ¿Eso era morir? Escuchó pasos a lo lejos, y una voz conocida que pronunciaba su nombre.

-Lily...- decía la voz. Alguien la tomó en brazos y le dio la vuelva con cuidado. Lily abrió los ojos y se encontró con los rostros preocupados de Mu y Shion.

-Mu...- dijo ella con dificultad, sonriendo. Ambos estaban arrodillados junto a ella.

-Maestro, ¿qué le sucede?- preguntó Mu- no tiene ninguna herida...-

-Es un viejo hechizo- respondió Shion, levantándose y mirando alrededor. Su vista encontró la mesa y el bulto- ahí-

-¿Qué...?- comenzó Mu a preguntar.

El Patriarca no perdió el tiempo y se dirigió a la mesa. De una vez, arrancó los tres alfileres del pequeño bulto en el que estaban clavados. Ni bien hubo hecho esto, Mu sintió la sacudida en el cuerpo de Lily.

-¿Qué...?-

-Es una especie de vudú- dijo Shion, abriendo el bulto y separando el sapo del trozo de tela negro que alguna vez perteneció al vestido de Lily- es un rito extraño, y me sorprende no haberlo recordado antes...-

-¿De que se trata, Maestro?-preguntó Mu.

-Verás, Lily está ligada al diamante- dijo Shion- y viceversa, y Deyana no puede destruir a Lily sin llevarse consigo el poder del diamante. Solo hay una manera, y es aniquilarla con este rito...-se aclaró la garganta- envuelven un sapo en un pedazo de tela de la víctima, y le clavan alfileres...que es como si se los clavaran a ella...-

Mu frunció el entrecejo con verdadero odio. ¿Cómo se atrevían a hacerle eso?

-¿Y que pasará con ella?- preguntó Mu.

-No lo sé exactamente- dijo Shion, poniendo la tela sobre el corazón de Lily- uno le atravesó el corazón... ahora solo depende de ella- puso una mano en el hombro de Mu- déjala aquí, que se recupere... nosotros tenemos que seguir-

-Lo sé- dijo Mu, sin querer separarse de Lily. La depositó en el suelo, se quitó la capa blanca, la enrolló y la puso bajo la cabeza de su chica como almohada.

-Ten fe, Mu- dijo Shion en voz baja- ella lo logrará-

-Sé fuerte, Lily- dijo Mu, besándola en la frente- iremos a pelear... tú, mientras tanto, no te rindas, porque te necesito conmigo-

Shion no dijo nada. Solo frunció el entrecejo. Una vez que Mu se levantó, ambos se dirigieron lo más rápido posible al extremo oeste del palacio.

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CONTINUARÁ...

¡Hola! Bueno, espero que les esté gustando. Muchísimas gracias a todos los que me han enviado un review, se los agradezco bastante. De veras que así le dan ganas de escribir a una jeje... Un saludo a todos.

Abby L. / Nona