CAPITULO 13: BELLEZA

Tomó un buen tiempo explicarle a Agata lo que había sucedido. La chica casi se va de espaldas cuando le dijeron quienes eran sus verdaderos padres. Y no fue la única. Máscara Mortal tampoco podía creerlo. ¿Su hermana, hija de Hades? Eso batía todos los records de cosas raras. Afrodita, por supuesto, ya lo sabía.

-Pero...- comenzó ella- si tu eres mi padre, ¿porqué me dejaste en Catania?-

-Es difícil de explicar- dijo Hades- tu tenías un cuerpo divino, que no crece ni envejece; pero una noche te enfadaste conmigo y saliste al mundo de los humanos, y fuiste a buscar a una hechicera... la misma que hoy destruimos-

Agata no dijo nada, y Hades continuó.

-Yo envié a los tres jueces a buscarte- continuó el dios- pero cuando te encontraron, ya era tarde. Deyana te había convertido en una humana recién nacida. Y los humanos no pueden vivir en el mundo de los muertos, a menos de que mueran o despierten la conciencia Araya-

-¿Qué es eso?- preguntó Agata.

-El octavo sentido- dijo Hades- la única manera de estar vivo en el Inframundo. Los caballeros la obtuvieron ya- miró a los caballeros dorados y al Patriarca- y tu eras muy pequeña para aprenderla... y aún no es tiempo. Mientras que lo fuera, te dejamos al cuidado de una familia de seres humanos en la que sabíamos que estarías a salvo-

-Pero enviaste a los espectros- dijo Agata- una vez, Aiakos me defendió de unos sujetos...-

-Los golpes de viento que a veces escuchaba éramos nosotros, princesa Agata- dijo Aiakos- desafortunadamente no podíamos decirle quien era usted...-

-Lo entiendo- dijo Agata, y se volvió a Hades, mostrándole su dije- ¿y tu fuiste quien me dio esto?-

-Así es-dijo Hades- ese no es solo un trozo de lava, sino que tiene en su núcleo una gema divina, que atrae a los espectros para que sepan donde te encuentras-

-Y la bruja me hizo usarlo para mal- dijo Agata tristemente.

-Debes entender también que aún no puedes ingresar al Inframundo- dijo Hades- tienes que aprender poco a poco a despertar la conciencia Araya, y después irás a acompañarnos... si quieres-

-¿Qué significó eso?- preguntó Agata.

-Que siempre puedes quedarte en la tierra a continuar tu vida- dijo Hades- tu madre y yo te estaremos esperando. Mientras tanto, quédate con tu familia mortal- sonrió- ahora sabes que los espectros siempre estarán cuidando de ti-

-Pero...-comenzó ella.

-Sigue bailando- dijo Hades- estaremos en Atenas en unos días...- se volvió a los espectros- Radamanthys, Minos, Aiakos, es hora de volver-

Los tres jueces asintieron, y desaparecieron del palacio junto con Hades.

-Y ahora- dijo Shion- Lily, tienes que decidir que hacer...-

Lily se volvió hacia las hechiceras, que la miraban expectante.

-No creo que sea necesario que sigan viviendo encerradas aquí- dijo Lily- este palacio es de ustedes, pero si quieren salir, pueden hacerlo...-

-¿Va a eliminar tantos siglos donde la reina y las salemitas se quedaba en su palacio?- preguntó una de las hechiceras.

-Así es- dijo Lily- son libres. Solo una cosa. No hagan lo que les enseñó mi abuela, no odien a los lemurianos- sonrió- sería muy bueno que viviéramos todos en paz-

-Si así lo desea la reina, así se hará- dijo otra hechicera. Todas se inclinaron y salieron del palacio, felices. Ya estaban cansadas de vivir ahí, bajo las órdenes de la antigua reina.

-Bien hecho- sonrió Shion.

-Mu, ¿estás bien?- dijo Lily.

-Sí, no te preocupes- dijo el caballero de Aries- ya sabes lo que siento cada vez que algo te pasa, ¿no?-

-No vuelvas a hacerme eso, Mu- dijo Lily frunciendo ligeramente el entrecejo- no vuelvas a preocuparme de esa manera...-

Una gruesa gota de sudor cayó de todas las cabezas presentes.

-Em... será mejor que volvamos a casa- dijo Dohko, cortando el silencio- Atena debe estar preocupada por nuestra ausencia...-

-Sí, supongo que mis amigas también- murmuró Agata, mirando hacia el suelo.

-Vamos- dijo Saga, abriendo un portal a otra dimensión- ya fue suficiente por una noche...-

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Después de dejar a Agata en su cuarto de hotel, donde Lorena ya la estaba esperando, los caballeros volvieron al Santuario. Saori y todas las chicas estaban muy preocupadas, pero se sintieron aliviadas al instante al ver que los caballeros estaban razonablemente bien.

-Saga, ¿qué te hicieron?- preguntó Clara, abrazando a su esposo muy preocupada.

-Tranquila, doctora- dijo Saga- todo está bien...-

Danny también había estado muy preocupada por Máscara Mortal, pero se limitó a abrazarlo por la cintura sin decir nada.

-Shion, ¿puedes explicarnos que pasó?- preguntó Saori.

-Todo terminó- dijo Shion, y les contó brevemente todo lo que había ocurrido- y ahora, Deyana está muerta, y las hechiceras no volverán a atacarnos-

-¿Estás seguro de que la nueva reina no nos atacará?- dijo Saori. Shion sonrió al mirar a Lily.

-Muy seguro- dijo Shion.

-Eso significa que podemos volver al recinto, ¿no?- dijo Marín de mal humor- sí, no pasó nada, muchas gracias...-

-Por cierto- dijo Danny- ¿dónde está Afrodita?-

Todos miraron alrededor. El caballero de Piscis había desaparecido.

-Ni idea- dijo Máscara Mortal- será mejor que vuelvas al recinto con Marín y las otras. Ya es muy tarde...-

-Cierto- dijo Melody, mirando el reloj del Santuario- tres y media de la mañana...-

-Está bien- dijo Saori con una sonrisa- para celebrar, mañana tienen todos día libre-

-Excelente- exclamaron todos. Saori volvió a su cuarto, Shion se retiró a sus habitaciones y el resto volvió a sus respectivas casas. Lily iba a volver al recinto con las demás, pero Mu la detuvo por el brazo.

-No te vayas- dijo el caballero de Aries- quisiera que al menos te quedaras conmigo esta noche. Te extrañé mucho-

-Claro- sonrió ella- yo también te extrañé...-

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Afrodita estaba sentado en su jardín. Bajo la luz de la luna, los botones de los rosales parecían esmeraldas, y las rosas brillaban como si fueran rubíes.

El caballero de Piscis dejó escapar un suspiro.

-Ya te vi- dijo Máscara Mortal. Afrodita se volvió, sorprendido, pero luego volvió su vista a las rosas de nuevo.

-Vi que Danny se alegró de verte- dijo Afrodita- estaba muy preocupada por ti...-

-Lo sé- dijo Máscara Mortal- pero no me cambies el tema...-

-¿Qué quieres, Máscara?- preguntó Afrodita sin muchas ganas. El caballero de Cáncer se sentó en el suelo, con cuidado de no aplastar ninguna de las plantas, no porque le importaran mucho sino porque no sería muy agradable sentarse sobre un rosal.

-Verás- dijo Máscara Mortal- desde que era pequeña, Agata ha tenido solo dos ideas: encontrar a su familia y bailar. Ya logró la primera, por rara que sea, y está a punto de lograr la segunda...-

-¿Pero a que precio?- dijo Afrodita.

-Tú sabías lo que hacía, ¿verdad?- dijo Máscara Mortal- me imaginaba que llegaría a esto...-

-¿De que hablas?- preguntó Afrodita.

-Es igual de terca que yo- dijo Máscara Mortal- y hará cualquier cosa para conseguir lo que quiere...incluso ponerse en riesgo-

-Lo sé- dijo Afrodita.

-Oye, vete a dormir- dijo Máscara Mortal- ya es bastante tarde...-

-Quizá tengas razón- dijo Afrodita, levantándose- quizá tal vez debería olvidarme de todo el asunto...-

-No olvidarte- dijo Máscara Mortal- descansa...lo necesitarás-

-Gracias, Máscara- dijo Afrodita.

-No es nada- dijo el caballero de Cáncer- no suelo dar terapia a nadie, considérate afortunado-

-¿Dices que Agata es igual de terca que tú?- dijo Afrodita- la que me espera...-

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Hades llegó al Inframundo casi al amanecer. Por extraño que suene, el dios estaba muerto de cansancio, pero su corazón estaba lleno de alegría. Se reunió con Hypnos y Thanatos. Supo que Thanatos había llevado a la amiga de Agata de vuelta a Atenas.

-Gracias por crear el sueño, Hypnos- dijo Hades- estoy seguro que eso nos ayudó...-

-No fue nada, señor- dijo Hypnos.

-Bueno, descansen ustedes también- dijo Hades antes de retirarse a su habitación.

El rey del Inframundo cerró la puerta, y vio a su esposa acostada en la cama, con las sábanas hasta la cintura, aparentemente dormida. Dejó escapar un suspiro. Se cambió y se metió a la cama.

-¿Dónde estabas?- dijo Perséfone de pronto. Hades se puso pálido: creía que estaba dormida.

-Este...yo...- comenzó Hades.

-Hades, antes de que pienses en algún pretexto- dijo Perséfone- mejor dime la verdad...-

-Bueno, pero solo un resumen, amor, porque estoy agotado- dijo Hades-

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A la mañana siguiente, Francesca llamó a la puerta de la habitación. Lorena salió. Agata seguía profundamente dormida.

-¿Y ella qué?- dijo Francesca de mal humor- ¿porqué no se ha levantado?-

-Tuvo una noche muy larga- dijo Lorena- déjala dormir un rato...-

-Sí, para que así tenga más energía para estarnos gritando- dijo Francesca de mal humor- en serio, Lorena, no sé como aún te puedes llevar con...-

-Tranquila, Francesca- dijo Lorena- deja que descanse... recuerda lo que dices: la cama, el baño y el perdón no se le niegan a nadie...-

-¿Y quien te autorizó a utilizar esa frase en mi contra?- dijo Francesca, frunciendo el entrecejo.

-Anda, vete a almorzar con Giovanni- dijo Lorena- nosotras los alcanzamos más tarde-

-Está bien, está bien- dijo Francesca- a dopo-

-Ci vediamo- respondió Lorena, entrando a la habitación y cerrando la puerta. Cuando se volvió, vio que Agata estaba despierta ya, y que la miraba con una sonrisa.

-Gracias- dijo Agata.

-No es nada, amiga- dijo Lorena, sacando un libro de su maleta de viaje.

-Oye, quería disculparme por lo que pasó ayer- dijo Agata- no sé como explicarte lo que...-

-No necesitas- la interrumpió Lorena- supe todo lo que sucedió ayer. De hecho, conocí a tu padre-

-¿En serio?- dijo Agata, abriendo los ojos desmesuradamente.

-Sí, es largo de contar- dijo Lorena- oye, esa vez que dijiste que Aiakos de Garuda te había defendido en Catania, no dijiste que estaba tan guapo...-

-¿De qué hablas?- dijo Agata, alzando una ceja.

-Sí, sí, lo comprendo- sonrió Lorena- el caballero tampoco está mal-

Las mejillas de Agata se tiñeron fuertemente de rojo, ante la risa de Lorena.

-Que cosas dices, Lorena- dijo Agata.

-Ya en serio- dijo Lorena- cuando estés lista vamos a almorzar...-

-No tengo hambre...-dijo Agata, dejándose caer boca abajo sobre la almohada.

-Vamos, no seas ridícula- dijo Lorena- faltan dos días para la presentación y necesitas energía, vamos a ir a almorzar...-

-No...- murmuró Agata, pero luego sacudió la cabeza- sí, tienes razón...-

-Anda, báñate y vístete- dijo Lorena- tienes media hora...-

-¿Media hora?- protestó Agata- uh, está bien...-

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Afrodita bajó al pueblo con toda la intención de encontrar a Agata. Las cosas no se habían quedado muy bien con ella la noche anterior. El caballero la encontró pronto. Estaba almorzando en un restaurante con su amiga Lorena.

Afrodita entró al restaurante. Vio que Agata le daba la espalda, mientras que Lorena sonrió al verlo y se levantó.

-Agata, voy a lavarme las manos- dijo Lorena, dejando la servilleta sobre su plato vacío- vuelvo enseguida-

-Pero si ya te las lavaste- dijo Agata- y ya comiste...-

-Sí, pero... tengo las manos pegajosas- y sin más, Lorena se levantó y se dirigió a la salida, no antes sin cerrar un ojo al caballero. Afrodita aprovechó y se sentó en el lugar que había dejado libre Lorena. Agata se sobresaltó al verlo.

-Hola- dijo Afrodita- no te asustes-

-No, no es eso- dijo Agata- es solo que no esperaba verte aquí...-

-Me imagino- dijo el caballero.

Mientras platicaban, dos pares de ojos los observaban fijamente desde una buena distancia. Minos y Aiakos, vestidos de civiles, aún no habían abandonado su trabajo de cuidar a la hija de su señor, y la vigilaban sentados en otra mesa del restaurante.

-¿Otra vez ese caballero de Piscis?- dijo Aiakos de mal humor- ahora sí lo descuento...-

-Pero Aiakos- trató de tranquilizarlo Minos- si Hades les permitió...-

-¡Lo sé!- interrumpió Aiakos- pero yo le dije que se alejara de ella- y diciendo esto, se levantó de la mesa.

Al ver a su compañero, Minos dejó caer su cabeza sobre la mesa. Vaya que ese Aiakos era necio. El espectro de Garuda fue derecho hacia la mesa donde estaban Afrodita y Agata. Sin embargo, nunca llegó, porque una chica lo detuvo.

-¿A dónde rayos crees que vas?- dijo Lorena, tomando con sus dos manos el brazo de Aiakos. El juez de Garuda se sorprendió.

-Este...pues...yo...- comenzó el espectro.

-Nada de pues yo- dijo Lorena- no pensabas interrumpirlos, ¿verdad?-

-Yo...- comenzó Aiakos.

-Lo sabía- dijo Lorena- sabía lo bueno y comprensivo que eres... vaya, Agata y Afrodita tienen mucho de que hablar y no quiero que te aburras mientras esperas. Ven, te invito una rebanada de la torta di fragola, de verdad que está excelente, y con un poco de helado de vainilla, mmm delicioso...- y lo jaló hacia otra mesa- y de paso, me cuentas como es...-

-¿Cómo es que?- preguntó Aiakos, algo mareado por la manera de hablar de Lorena. Vaya que esos italianos hablan mucho, muy fuerte y muy rápido.

-El Inframundo- dijo Lorena- me encanta leer sobre él-

Gracias a la asistencia de Lorena, la conversación de Afrodita y Agata siguió sin más rodeos.

-No tuve tiempo de agradecerte lo de ayer- dijo Agata, sin quitar su vista del plato- no tenías que haberlo hecho... después de lo que hice-

-Todo mundo se merece una segunda oportunidad- dijo Afrodita- además, esas zapatillas te habían...-

-No, Afrodita, no fueron las zapatillas- dijo Agata con tristeza- estaba tan desesperada por bailar bien, que...- pero no siguió, sino se llevó las manos a la cabeza.

-Ya, no te atormentes- dijo Afrodita.

-¿Puedo preguntarte...qué pasó con tu prima?- preguntó Agata. Afrodita suspiró.

-Por supuesto- dijo el caballero de Piscis- Jessy era como mi hermana mayor. Siempre se quedaba en casa a cuidarme, porque mi madre trabajaba. Le gustaban mucho las rosas, en especial las blancas...-

Agata siguió escuchando con atención.

-Yo nunca me di cuenta de lo que pasaba- continuó Afrodita- pero sabía que algo andaba mal. Siempre se levantaba al baño después de comer; cuando comía, cortaba todo en trozos pequeños y lo revolvía, para que no se notara que no comía. Un día, cuando volví de la escuela, mi madre me llevó al hospital...-

-Oh, por Dios...- murmuró Agata.

-La vi, pálida y delgada- continuó el caballero- pero no era un delgado normal, bonito... parecía solo huesos y piel...y eso era. Y fue entonces cuando me lo dijo. Me dijo que ella lo había hecho solo porque quería ser bonita. Pero para mí, era más bonita antes-

-¿Y que pasó?- preguntó ella.

-Murió- dijo Afrodita- delante de mis ojos. Fue algo espantoso. Vomitaba sangre y convulsionaba mientras los médicos trataban de salvarla, pero ya era todo en vano, su corazón se había dañado...-

-Lo siento tanto- dijo Agata.

-Yo también- dijo Afrodita- ese día le prometí que jamás dejaría que algo parecido sucediera de nuevo... después me fui de Estocolmo a entrenar al Santuario de Groenlandia. Cambié mi nombre y mi apariencia, dejé de ser Filip y me convertí en Afrodita...-

-¿Filip?- dijo Agata- ¿ese es tu nombre?- El caballero sonrió.

-El nombre que casi olvido- dijo Afrodita- solo tu hermano lo conoce. No me gusta, porque me recuerda bastante a Jessy...-

-Pero es un lindo nombre- dijo Agata tratando de sonreír, pero no pudo- siento lo que te dije el otro día. Siento haberte preocupado... yo solo quería...-

-¿Ser bonita?- dijo Afrodita. Agata asintió- pero ya lo eres...- ella sonrió- Agata, la verdadera belleza no está en el cuerpo, porque esa belleza se pierde... está en el interior, en el corazón. Y para mí, eres la mujer más hermosa de todo el mundo-

Agata acentuó más su sonrisa.

-Está bien- dijo Agata- dejaré esta manía mía...pero voy a necesitar ayuda, Filip-

-No te...¡un momento!- dijo Afrodita- no te dije que podías usar mi nombre...-

-No es necesario, Filip- sonrió Agata, levantándose de la mesa y dejando un billete sobre ella, y salió del restaurante a toda prisa. Afrodita la siguió.

-Te dije que no podías usar mi nombre- dijo Afrodita, alcanzándola cerca de la fuente del parque.

-Técnicamente no, Filip- dijo Agata- literalmente dijiste "no te dije que podías usar mi nombre"-

-¿Siempre eres tan terca?- preguntó Afrodita.

-Tanto como...Máscara Mortal- dijo ella- y si no vas con cuidado, los otros caballeros van a conocer tu nombre muy pronto...-

-Bueno, entonces es mejor negociar contigo- dijo el caballero de Piscis- ¿qué quieres para que no le digas a nadie mi nombre?-

Agata lo meditó unos segundos.

-Un beso- dijo por fin.

-¿En serio?- dijo Afrodita- ¿lo prometes?-

-Lo intentaré- dijo ella con una sonrisa traviesa.

El caballero de Piscis sonrió y la tomó en sus brazos, mientras que ella pasaba los suyos detrás del cuello de él. Los labios de ambos hicieron contacto, ambos corazones latiendo con fuerza. Después de besarse un rato se separaron.

Dentro del restaurante, mirando por la ventana, tres pares de ojos. Lorena dejó escapar un grito de alegría, Minos sonrió levemente y Aiakos hizo una mueca de disgusto.

-Pero que poco profesional- dijo el espectro de Garuda, cruzando los brazos.

-No seas aguafiestas, Aiakos- dijo Lorena.

-La señorita Lorena tiene razón, Aiakos- dijo Minos- el señor Hades va a estar feliz-

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FIN

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OMAKE: FUOCO DALL'ETNA

Era la noche del gran estreno. Todos los caballeros y espectros habían sido invitados al teatro de la ciudad. Hades y Perséfone tomaron asiento en uno de los palcos principales, junto al de Saori y Shion, escoltados por los tres jueces.

-Oye, Afrodita...- murmuró Mu, quien estaba sentado con Lily a su izquierda- ¿no vino Máscara Mortal?-

-No lo he visto- dijo el caballero de Piscis- espero que venga, Agata lo quería...-

-No dudo que venga- dijo Lily- estoy segura que Danny lo convencerá...-

Afrodita sonrió levemente. Segundos después apareció el caballero de Cáncer junto con su chica, y ambos tomaron asiento junto a él, a la derecha.

-¿Porqué tardaste tanto?- preguntó Afrodita.

-No iba a venir- gruñó Máscara Mortal- si no fuera por...-

-Shhh, Máscara, ya va a comenzar- dijo Danny.

Las luces se apagaron. Aparecieron dos hombres en el escenario, y Afrodita los reconoció como Emanuelle y Giovanni.

-Buenas noches, damas y caballeros- dijo Giovanni- bienvenidos a esta presentación de danza contemporánea, directo desde Catania, Sicilia. Esperamos que lo disfruten. ¡Con ustedes, el grupo Fuoco dall'Etna!- aplausos.

El telón se levantó, y las chicas aparecieron en el escenario.

-¿Dónde está ella?- preguntó Selene a Lily.

-Es ella, la del centro- dijo Lily.

Las chicas de la compañía bailaron diez canciones, entre cada una de las cuales fueron aplaudidas y ovacionadas. En la última canción, Agata llevó a cabo su difícil giro, el cual lo superó con facilidad, provocando aplausos de la audiencia. Lorena no perdió el paso en toda la presentación. Por fin, la última canción terminó y el telón cayó.

-Gracias, gracias- dijo Giovanni- ahora, si me permiten, les presentaré a las muchachas. Paperelle!-

El joven italiano comenzó a nombrar a las chicas, y éstas recibieron un aplauso.

-¡Dora Fiumicino! ¡Francesca Fontanarossa! ¡Lorena Romeo!- dijo Giovanni, y fue interrumpido por los fuertes aplausos de los espectros, sobre todo de los jueces- y finalmente, la estrella de esta noche, ¡Agata Perteghella!-

Al escuchar el nombre, los caballeros y los espectros se alzaron de sus asientos y aplaudieron, gritaron, silbaron y demás. Agata sonrió y se inclino.

-Gracias por venir a la presentación de Fuoco dall'Etna- concluyó Giovanni.

Afrodita se dirigió rápidamente al camerino y se detuvo en la puerta. Agata abrió, ya cambiada, se lanzó a sus brazos.

-Estuviste genial- dijo Afrodita- verdaderamente genial-

-Gracias, Filip- sonrió ella, pero algo detrás del caballero le llamó la atención- ¿Roberto? ¿Viniste?-

-Así es- dijo Máscara Mortal entre dientes- pero quiero que sepas que...- pero no pudo terminar, porque Agata le dio un abrazo.

-Gracias, hermanito- dijo Agata.

-Oye, oye, no te emociones- dijo Máscara Mortal- además, si te acaparo mucho, tus padres me matarán-

-¿Mis padres?- dijo Agata, perpleja. Detrás de Máscara Mortal venían Hades y Perséfone.

-Estuviste excelente, hija mía- dijo Hades, poniendo una rosa blanca en sus manos.

-Gracias, papá- sonrió ella.

-No te he presentado-continuó Hades, haciéndose a un lado para que su esposa pudiera pasar- ella es tu madre, Agata-

Perséfone le dedicó una dulce sonrisa y abrazó a su hija. También lo hizo Hades.

-Te extrañamos mucho, hija mía- dijo Hades- ya es tiempo de que aprendas sobre la conciencia Araya...-

-Pero, ¿cómo...?- dijo ella.

-Acabo de hablar con el Patriarca del Santuario de Atena- dijo Hades- te quedarás con ellos un tiempo para que aprendas a despertar el octavo sentido, ¿te parece? Aunque no creo que tengas inconveniente- añadió al mirar a Afrodita.

-No, para nada- sonrió Agata.

-Está bien- dijo Hades- entonces hasta pronto...- y salió con Perséfone. Lorena y los tres jueces iban detrás de ellos. Agata vio perpleja que su mejor amiga tomaba la mano de Aiakos.

-¡Lorena!- exclamó Agata- ¿qué rayos haces con la mano de mi guardaespaldas?-

Lorena se volvió al escuchar su nombre y se sonrojó al oír el reclamo de su amiga. Casi soltó la mano del juez, si éste no lo hubiera evitado.

-Eh, pues, yo...- comenzó Lorena.

-No te creas- dijo Agata- estoy feliz por ustedes dos-

-Entonces nos veremos después- dijo Lorena- yo volveré a Catania. Pero no te apures, haré que te manden tu motorino- y se fue.

-¡Mi motorino!- exclamó Agata- ahora mi vida está completa-

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FIN DEL OMAKE

Bueno, chicos, espero que les haya gustado este fic. Muchísimas gracias por todos sus reviews, de veras que me puse supercontenta cuando los leí. ¿Quieren saber quien es mi próxima víctima? Adivinen... bueno, bueno, ya, es Aldebarán. Así es, nuestro enorme caballero también va a caer. Y después caerán los dos más viejos.

Como dije, mil gracias por leer y por sus reviews. Hasta pronto.

Abby L. / Nona