¡Oops¡Alto, antes de que quieran matarme por no actualizar en tanto tiempo; lean mi Bio. Gracias por su apoyo y por los lindos mails que he recibido y también por los reviews ;)

Aquí les traigo un nuevo capítulo que espero les guste.

No más de 6 reviews NO actualización. Vale, hombre; denme un poquito de mérito XP.

Con cariño, Cloe.


-Homología-

Capítulo 3

Sakura ajustó la pañoleta anaranjada que cubría parte de su cabello rizado. Ella recogió la canasta de ropa del piso de su habitación y se dirigió al cuarto de lavado para meter la ropa de la canasta dentro de la lavadora. Caminaba descalza de un lado a otro en su departamento tratando de no pensar mucho porque cada vez que lo hacía, ella se sentía más y más ofuscada cuando recordaba cuanto le gustaba su hogar porque le traía como resultado la remembranza del capricho de un conocido y galante hombre, quien para ella; no era más que un estorbo y una prueba para su paciencia.

Mei Ling estaba sentada sobre la mesa de la cocina y la veía andar de un lado a otro con pasos torpes. La adolescente pensaba en que quizá no debió decirle lo que el joven Syaoran le había contado y lo que también su madre, la dueña del edificio donde Sakura vivía; le había dicho.

"Prepara el departamento número tres, un joven apuesto y bien educado que ya había tenido la oportunidad de habitar aquí tiempo atrás, lo quiere a su disposición el lunes por la mañana."

Las palabras de su madre aún estaban dando vueltas dentro de su cabeza. «Un joven que habitó aquí tiempo atrás» Mei Ling contempló de reojo a Sakura. Mei Ling pensaba en lo confuso que era que aquel hombre hubiera habitado en el edificio años anteriores sin que ella, como la hija de la dueña del lugar; pudiera recordar a Syaoran. Aunque Sakura si aparentaba recordarlo demasiado bien.

Por un momento, Sakura tomó asiento junto a la adolescente en la mesa de la cocina. Sin romper con lo que ya parecía una costumbre desde que su tremendamente inesperado reencuentro con Syaoran había sucedido; hoy, Sakura estaba de mal humor. Pese a la aberración que Sakura sufría en contra de Paris; ella estaba fascinada con el lugar donde vivía. Su departamento era de lo más preciado que poseía. Lo había decorado de la manera que a ella le gustaba, era amplio y lo que quizá más le agradaba era la localización de éste. Estaba situado en un barrio tranquilo; donde por las tardes, los niños de las casas vecinas salían a jugar a la calle que en esa parte de la ciudad; no era tan transitada. La colonia estaba cubierta de flores durante todo el año, incluso en invierno cuando es la época en la que menos colores tienen los árboles, la calle se notaba pintoresca. Cerca estaba un parque igual de colorido que el resto del barrio y que poseía tantas flores, que incluso en ocasiones, ella lo visitaba únicamente para sentir el aroma de cada una de ellas. Y lo que quizá más le agradaba; era saber que tan sólo a unas calles de su departamento, se encontraba el malecón y la bella bahía.

Para Sakura, la sencilla idea de trabajar con Syaoran; ya estaba siendo bastante difícil. Que tuviera una buena relación con su mejor amiga, era irritante. Que tuviera que lidiar con éste cada vez que por simple casualidad se lo encontraba en las calles parisinas; era insoportable. El hombre ni siquiera llevaba la semana entera en el trabajo junto a ella y ya había sufrido varios ataques de migraña. Y mañana lunes; ella se habría convertido ya en el cliente por excelencia de Syaoran. Sin embargo, ella soportaba aquel malestar porque sabía que a diario, éste terminaba una vez que había llegado a su hogar lejos del edificio donde ambos trabajaban y muy lejos del hombre ese.

Pero ahora ya ni eso podría darle un respiro porque, a Syaoran; se le dio la gana de habitar el último departamento vacante en el mismo edificio que ella. Un bohemio y pintoresco edificio que poseía únicamente una planta y que exclusivamente contaba con seis distintos departamentos lo suficientemente cómodos y amplios para habitarlos mínimo en binas. Sakura era la única mujer que pagaba la renta de su respectivo departamento para ella sola aunque aparentemente Syaoran también lo haría ahora.

Cada puerta principal de los cuartos; colindaba con el enorme jardín y la bonita terraza del edificio que resultaba ser una enorme casa de huéspedes. Ella sabía que ese hombre podía pagar mucho más que una casa de huéspedes. Por supuesto que Sakura, cuando pidió al hombre una explicación por su repentina decisión de habitar la última casa; obtuvo como respuesta lo que ella menos esperaba escuchar. Su indeseable viejo conocido, peor enemigo y quien ahora por una jugarreta del destino era su agente; explicó que aquel lugar tan agradable, le traía preciados recuerdos.

"Pero, señorita Sakura; ¿Usted y el joven Syaoran siempre han sido enemigos?." Preguntó Mei Ling hastiada del silencio que había en la cocina y Sakura salió de sus pensamientos algo sobresaltada por la pregunta inesperada de la adolescente a la cual, por supuesto; no pensaba contestar y a la cual, aunque ella hubiera querido responder, no hubiera podido cuando un agradable sonido musical, había sido llevado hasta la cocina de Sakura viajando entre las corrientes de aire.

Mei Ling alzó una ceja y miró a los ojos de Sakura. "¿Un piano?." Preguntó la adolescente, a lo que Sakura, mirando hacia la pared, asintió confundida intentando comprender porqué aquella melodía se le hacía tan familiar repentinamente.

"¿La has escuchado antes?." Inquirió la mujer mientras caminaba hacia la puerta de la cocina, seguida por Mei Ling quien como respuesta, negó con la cabeza. Y Sakura abrió la puerta de su departamento un tanto curiosa del origen de aquella composición.

Por supuesto, cuando Sakura notó que aquella melodía provenía del departamento número tres del edificio, su curiosidad aumentó tremendamente. Pero ella rodó los ojos y fingió desinterés mientras ingresaba nuevamente a su departamento. "Creí haberla escuchado antes y es por eso que…" Dijo ella sin continuar cuando al voltear en sí para mirar a la adolescente, se percató de que aquella no estaba y salió una vez más tras ella sólo para notar que Mei Ling estaba de pie frente al departamento de Syaoran, Sakura brincó un poco. "¡Mei Ling, no!."

Mei Ling, sin escuchar la voz de Sakura; sonrió un tanto conmovida con la visión del hombre que tocaba el piano encantadoramente al mismo tiempo que escuchaba aquella melodía exageradamente romántica aunque completamente desconocida sin que aquel hombre, que había olvidado cerrar la puerta de su departamento al que había ido a echar un simple vistazo; supiera que la cría estaba parada frente a la puerta mirándolo tocar el armonioso instrumento. Y Mei Ling miró a Sakura hacerle señas a unos pasos del departamento del hombre sin entender, por lo que caminó hacia la mujer y tomándola de la delgada muñeca; la arrastró pragmáticamente hacia el departamento del hombre mientras en leves susurros desesperados, Sakura se quejaba. "¡Mei Ling, no, ya, detente; ¡He dejado la ropa sin colgar!."

Pese a que la adolescente soltó la muñeca de Sakura al término de varios segundos después de que se detuvieron en la puerta del departamento número tres; ella pudo haberlo hecho antes, porque la resistencia de la mujer, había terminado precisamente en el momento en que sus ojos contemplaron la figura del hombre que de pie frente al piano, tocaba la melodía desconocida, misma que para ella; era familiar.

Así que los ojos verdes contemplaron la figura del atractivo hombre mientras escuchaba la melodía sin letra hasta que su mirada se encontró un tanto sorprendida al notar que los labios del hombre; se movían levemente articulando palabras sin sonido. "¡Era el señor Li, Sakura!." Le dijo Mei Ling ingenua cuando ya estaban en la puerta del departamento número tres.

La voz de Mei Ling, obligó a Sakura a dejar de admirar los labios del hombre mientras intentaba comprender lo que de ellos salía, sin éxito. Y a los oídos de aquel hombre, el nombre de Sakura llegó a través del viaje del sonido en la voz de la adolescente; por lo que levantó la mirada hacia los ojos verdes que lo estaban mirando tan fijamente y sus dedos hicieron un movimiento torpe distorsionando por completo la melodía, a lo que el distraído hombre rió alejándose del piano mientras Sakura resoplaba un poco confundida como si de pronto hubiera despertado de un intrascendente letargo. Syaoran se aproximó un poco a la puerta y miró a los ojos verdes que lo evadieron cuando Sakura dio la vuelta para dirigirse a su departamento. Por el contrario, Mei Ling ingresó al departamento del hombre contemplando como aquel aún estaba casi vacío.

"¿Cuándo va a mudarse aquí, joven Li?." Preguntó febrilmente con un tono que aparentaba que ella no podía esperar más a que él lo hiciera. Así que Syaoran rió con la emotiva personalidad de la adolescente. "Mi madre me dijo que probablemente lo hiciera mañana."

"En efecto," Dijo él mientras Mei Ling tomaba asiento en el banco del piano. "He estado ocupando un cuarto en la residencia de un viejo conocido, preferiría no seguir molestándolo."

La adolescente sonrió. "Yo podría ayudarle a acomodar sus cosas cuando regrese del colegio."

"Te lo agradecería bastante, señorita; pero prefiero no molestarte." Dijo él con respeto.

"¡Qué va!" Aclaró ella. "No será ninguna molestia, podríamos pedirle ayuda también a la señorita Sakura una vez que regrese de su trabajo."

Syaoran rompió a reír y Mei Ling se asombró un poco. "Eso es algo que me encantaría verte intentar." Dijo él manteniendo una sonrisa preciosa que hizo sentir un poco nerviosa a la adolescente. "Has crecido bastante, Mei Ling."

Ella se sobresaltó sintiéndose apenada. "¡Usted sabe mi nombre!." Señaló ella sin disimular su alegría. Con la ausencia de muebles en el departamento, Syaoran se sentó sobre el piso de madera doblando una pierna y colocando un brazo sobre ésta. "Pero, mi madre dijo algo que también llamó mi atención, tal y como usted lo dice ahora. Aparentemente me conoce desde hace tiempo, igual que la señorita Sakura." Aclaró ella. "¿Porqué no lo recuerdo?."

Syaoran sonrió. "Por que cuando nos conocimos tú estabas tan ocupada jugando con tus muñecas que preferías pasar más tiempo con ellas que en fijarte en la gente desconocida que vivía aquí."

"¡Ah!." Exclamo ella sintiendo un poco de incomodidad al saber que aquel hombre apuesto la conoció cuando era ella bastante menor. "La señorita Sakura está un poco incómoda con su presencia aquí." Dijo la adolescente que súbitamente llevó sus manos a sus labios arrepentida de haber dicho aquello y el hombre frente a ella rió como respuesta.

"Ella está incómoda con cualquier cosa que la obligue a verme, Mei Ling." Explicó él.

"Pero usted es una buena persona, joven Li." Reprendió Mei Ling llevando sus manos a sus rodillas.

"La señorita Sakura y yo, tuvimos algunos problemas en el pasado…" Syaoran, quien no pensaba seguir explicando aquel tema; se vio obligado a callar cuando la fuerte voz de una conocida mujer demandó la presencia de la adolescente. "Aparentemente, con el tiempo te has ganado a una hermana mayor." Bromeó él. Mei Ling se rió y Syaoran sonrió contemplando a la adolescente salir de su departamento.

El hombre se incorporó y clavó su mirada en el piano que tiempo antes estuvo tocando, mismo donde deslizó su mano suavemente provocando el sonido de las teclas y luego sonrió pícaramente tomando sus llaves y saliendo del departamento el cual cerró bajo llave para dejar el edificio no sin antes contemplar la puerta cuatro del departamento de Sakura y a aquella que con una pañoleta sobre la cabeza y vistiendo casualmente; hablaba con Mei Ling en la puerta de su departamento.


Paris es una ciudad maravillosa y llena de colores diferentes. Paris es tan cosmopolita que en sus floreadas calles; se encuentra a personas de todos los colores y nacionalidades. Paris es la cede de maravillosos eventos, lugares y espectáculos; instituciones importantes se encuentran en ella. Y es exageradamente bohemia; la capital francesa posee un aire de romanticismo tremendo que incluso llega a respirarse, incluso ahora, cuando el ocaso de cada año que culmina, cuando la cuarta estación comienza a llegar a su fin; abraza la ciudad vistiéndola de blanco.

El fin de semana había concluido exageradamente rápido y tal como habían avisado la semana anterior; los interiores del edificio estaban completamente remodelados. Le Crise ha adquirido ahora, un nuevo aire ejecutivo, un tanto más serio y también más profesional. Pese a que el 'profesionalismo' de los trabajadores de la compañía, sigue siendo tan excelente como desde siempre.

Después de que dejó el automóvil en el estacionamiento del edificio, el uniformado portero amable, le había dado los buenos días sin esperar a que ella le contestara como de costumbre. Sakura había ya ingresado al edificio tras las puertas giratorias de cristal con marco de madera y ya dejaba la amplia recepción donde terminó de anotar la hora de su entrada al trabajo esta mañana. Como siempre acostumbraba, ella llevaba cargando varias cosas; su abrigo y bolso en el antebrazo, el infalible vaso de café en la mano de ese mismo brazo y su portafolio en la otra mano. Y la bonita mujer ya se había dado la vuelta para dirigirse a la oficina de Tomoyo en la planta baja ya que como era de su conocimiento; ella estaba de suplente nuevamente para una de sus amistades. Después Sakura se dirigiría a las escaleras estáticas que la llevarían a la tercera planta del edificio donde su propia oficina se encontraba.

"¡Señorita Kinomoto!." Exclamó la recepcionista que salía de su puesto tras los pasos de la mujer y Sakura hizo un alto después de escuchar que la recepcionista la solicitaba. Así que Sakura levantó una ceja un poco confundida y contempló el par de llaves en la mano de la recepcionista uniformada elegantemente. "Las llaves de su nueva oficina." Explicó la recepcionista. "Se me ha olvidado decirle que todas sus cosas se encuentran ya en su nueva oficina, señorita Kinomoto."

Sakura parpadeó un par de veces. "¿Mi nueva oficina?." Preguntó mientras se inclinaba un poco de lado para dejar su portafolio en el lustroso piso del edificio.

La mujer uniformada asintió con una sonrisa. "Sí, la que usted compartirá con el señor Li." Y Sakura rodó los ojos dando un suspiro. "Le gustará, es mucho más amplia que la anterior y con la nueva decoración de Le Crise, ha quedado muy bien." Finalmente Sakura tomó un sorbo de su café escuchando a la mujer continuar. "Así que, aquí tiene las llaves de su nueva oficina en la 13va planta del edificio." La mujer de ojos verdes y cabello rizado terminó atragantándose con el café después de que la recepcionista terminó su comentario con una naturalidad tremenda.

Sakura tosió demandando aire y abanicándose. "¡El decimotercer piso!."

La recepcionista asintió preocupada por la mujer que repentinamente había palidecido. Por otra parte, Sakura; quien ya lograba reunir el suficiente aire, recordó de súbito la conversación que había tenido con su nuevo 'agente' acerca del cambio de oficina la semana pasada. "Pero eso es imposible, yo no puedo subir diariamente trece plantas." Aclaró Sakura. "Sería demasiado cansado y me demoraría bastante." Continuó. "El decimotercero…" Murmuró mientras miraba desde la planta baja y con la cabeza hacia arriba, los pasillos de los trece pisos arriba de ella en el centro de la recepción. "¡Ese condenado!" Dijo ella tomando las llaves de la recepcionista, introduciéndolas en su bolso y cogiendo su portafolio del piso. Después se dirigió con un paso rápido hacia la oficina donde Tomoyo estaría. La recepcionista se encogió de hombros confundida y regresó a su puesto.

Dentro de una de las oficinas de la planta baja, y sentada tras el escritorio en un confortable asiento; Tomoyo contempló su mano extendida y la brillante sortija de diamantes platinada en uno de sus dedos mientras se reía ligeramente sosteniendo su conversación por medio del teléfono inalámbrico. La sonrisa que curveaba sus rosados labios delataba el júbilo que ella experimentaba en ese momento; cuando la voz masculina al otro lado de la línea, le susurraba algo pretendiendo estar ahí, muy cerca de ella y con los labios demasiado cerca de sus oídos mientras le acariciaba las manos o tal vez le apretaba la cintura acercándola a su cuerpo, como comúnmente solía él hacer. Y ella notaba que aquella voz, que de por sí era bastante masculina; se transformaba en una voz sumamente varonil, enternecedora y hasta sensual en el teléfono.

La mujer se rió un poco más antes de sobresaltarse cuando escuchó la puerta de la oficina abrirse escandalosamente por una mujer que parecía furiosa.

"Eh, preciosa; ¿Ha ocurrido algo?." Murmuró la voz al otro lado del teléfono.

Tomoyo suspiró mientras escuchaba sin entender; los gritos que Sakura, quien caminaba a un lado a otro de la oficina, estaba pegando al aire. "Esta llamada terminó. Que tengas un excelente vuelo." Masculló intentando que Sakura no se percatara de con quien ella estaba hablando.

La mujer de ojos verdes miró que Tomoyo tenía el teléfono en sus manos y se sobresaltó dejando su portafolio y su abrigo sobre el escritorio, luego ella puso su bolso y el café sobre el portafolio. "¡Ese es Eriol!. Dile que lo mataré en cuanto regrese a Paris, que no sabe lo que le espera cuando regrese. ¡No¡Mejor dame ese teléfono, yo misma se lo diré!." Dijo Sakura desesperada recargándose sobre el escritorio que la separaba de Tomoyo y aquella, terminó por colgar la llamada justo antes de que Sakura le arrebatara el teléfono de las manos. Sakura escuchó los timbres que indicaban que la llamada telefónica había sido cortada.

"Buenos días, Saku-chan." Dijo Tomoyo con una sonrisa mientras se acercaba a la puerta que Sakura había dejado abierta, para cerrarla aunque Sakura se lo impidió después de abrazarla como una cría desesperada.

"¡Tomoyo, lo demandaré. ¡Él no puede tomar decisiones tan importantes sin preguntarme primero, por supuesto él dijo algo acerca de eso la última vez que nos vimos; ¡Pero conociéndolo creí que sólo buscaba irritarme!."

Tomoyo sintió el abrazo de Sakura que aparentemente buscaba un poco de comprensión y ella palmeó la rizada cabellera de su amiga. "Sakura¿De qué estás hablando?." Preguntó ella suavemente sin entender.

Sakura soltó precipitadamente a Tomoyo. "¡Li!." La mujer de cabellos oscuros cerró los ojos comprendiendo y pensando en que debió suponer aquello. "¡Ese sujeto nos ha trasladado al decimotercer piso, Tomoyo!. Y Eriol lo ha consentido."

Tomoyo ofreció asiento a Sakura y ella se sentó al otro lado del escritorio. Sakura dio un gruñido mientras la oficina quedaba en silencio unos segundos. Y la mujer de cabello oscuro y ojos azules, se sintió incapaz de contener por más tiempo sus dudas.

"Bien, entonces, dispara. ¿Cómo lo has conocido!." Preguntó Tomoyo finalmente con un entusiasmo enfermizo para Sakura que en consecuencia, rodó los ojos.

"Fue una vez, en el infierno." Tomoyo rió escuchando la aparente verdad de Sakura "O una noche macabra de un viernes 13 cuando yo pasaba por una avenida y observé que erróneamente un chico había tirado una pelota. Yo quise ayudarlo así que miré que la pelota había caído en una casa que parecía estar abandonada con el número 666 en la puerta. Puedo jurarte que la casa estaba totalmente cubierta de árboles muertos y cuervos negros volaban alrededor. Y entonces, un hombre salió de aquella casa, dijo que su nombre era Xiao Lang Li y que jamás volviera a irrumpir su territorio. El macabro sujeto, cogió la pelota del chico y con una de sus garras, terminó rompiéndola. Él tenía los ojos tan penetrantes y tan aterradores que juraría que se trataba del mismísimo diablo…"

"¡Eres mala, Sakura!." Aunque Sakura miró que Tomoyo reía.

"¡Espera, Tomoyo, aún no he llegado a la parte donde tengo que llamar a los agentes Fox Mulder y Dana Scully!." Con eso último, Sakura también rió acompañando a Tomoyo y ésta última se sintió aliviada al ver que Sakura comenzaba a calmarse. Discutir con ella la localización de su nueva oficina iba a ser bastante conflictivo y también aburrido, de modo que Tomoyo agradeció que ésta hubiera olvidado ese tema por unos momentos.

"¡No más Expediente X para ti, Saku-chan!." Tomoyo continuó. "Pero, ahora dime la verdad. ¿Cómo lo conociste?."

"Ya te lo estoy diciendo, Tomoyo. Fue en el infierno." Certificó Sakura mirando la puerta abierta sin tener ganas de cerrarla para comenzar su confidencial plática. Sakura pensó que después de todo; Le Crise sabría más tarde o más temprano que ella y Li Syaoran, no se llevaban para nada bien. Con ese pensamiento, ella recargó sus codos sobre el escritorio y luego escondió su rostro entre sus manos. "De vuelta al tema principal," Sakura se apresuró a cambiar la conversación antes de que Tomoyo insistiera más, pero el sonido de que alguien tocaba la puerta abierta avisando que iba a ingresar; interrumpió la plática.

"¡Ah, señor Li, muy buenos días!" Dijo Tomoyo levantándose de su asiento después de contemplar al conocido hombre en la puerta de la oficina. "Por favor, entre."

El hombre sonrió después de notar que la recepcionista tenía razón; Sakura aún seguía dentro de la oficina de la planta baja con la amable señorita de cabello negro.

"Buenos días Señorita..." Dijo él tratando de recordar el nombre de la mujer.

"¡Es Daidouji, inútil!." Pensó Sakura sin percatarse de que lo había hecho en voz alta hasta que ella misma escuchó su propia voz.

El hombre sonrió evitando reír al escuchar aquella vozy Tomoyo pidió disculpas al hombre ante el comentario de Sakura. Syaoran negó con la cabeza. "Nunca he sido bueno recordando nombres." Dijo él entre una risa que hizo sonreír a Tomoyo. Sakura asintió completamente de acuerdo con el comentario del hombre. Ya se habían visto en varias ocasiones y aquel personaje insoportable; aún no recordaba el nombre de Tomoyo cada vez que la veía. Tomoyo dedujo algo muy rápidamente. Si el 'prospecto para marido número uno'; tenía tan mala memoria para los nombres como él adjudicaba; seguramente había olvidado el nombre de Sakura en varias ocasiones cuando recién la conocía hace bastante tiempo atrás. «¡Ah!.» Pensó. «Es por eso que Li llama a Sakura 'Bambina'; por que en italiano, aquella palabra significa "muchacha"» Tomoyo alzó las cejas mirando a Sakura sin que ella lo notara y de reojo al adorable hombre. «¡Por eso Saku-chan detesta que Li le llame de esa manera; le recuerda el tiempo en que comenzaban a conocerse!. » La mujer sonrió ante su astucia mientras pensaba en que si ya había podido deducir aquello, seguramente podría averiguar algo más acerca del pasado de aquel par; más adelante.

Para cuando Tomoyo salió de sus pensamientos, Sakura ya estaba de pie y comenzaba a reñir con Syaoran. "Escucha Li¡Yo no puedo subir diariamente un millón de escalones para llegar al piso numero trece!."

"Si, pero... ¡Aaah," Dijo él con una voz que parecía una señal de hallazgo. "Para eso está el ascensor, mi querida señorita Kinomoto." Sakura rodó los ojos y Tomoyo sonrió amable después de que Syaoran Li, vestido impecablemente, le guiñó un ojo a Sakura. "Seguramente, la señorita Daidouji tiene mucho trabajo que hacer; será mejor que no la molestemos más¿No lo cree así, Kinomoto?."

Tomoyo sonrió. "¡Ah, para nada es una molestia!." Aseguró ella cortésmente.

Syaoran contempló que Sakura cogía sus cosas sobre el escritorio y antes de que ella se decidiera a coger su portafolio después de que ya había agarrado su bolso, el abrigo y su café; él ya lo estaba haciendo. Así que él ya estaba cargando dos portafolios. El de aquella mujer, y el suyo propio.

"Ha sido un placer saludarla, Daidouji. Buen día." Dijo el hombre caballerescamente mientras salía se la oficina. Y Tomoyo le dio su mejor sonrisa.

Sakura suspiró mientras Syaoran la empujaba lentamente hacia la puerta y la sacaba de aquella oficina. Adentro Tomoyo cerró la puerta y suspiró intrigada. Al mismo tiempo miró el teléfono inalámbrico sobre su escritorio y sonrió cariñosamente mientras miraba su mano y el anillo que estaba en ella una vez más.

Sakura se había detenido a unos pasos de la oficina en la que antes estaba. Syaoran sonrió a Sakura después de que en forma de saludo, revolvió sus cabellos. Sakura sencillamente gruñó un poco. "Si Syaoran Li no revuelve los cabellos recién peinados de su pobrecita 'víctima' Sakura, entonces él, no la ha saludado." Dijo Sakura con una voz pesada que hizo reír al hombre.

"Entonces, señorita Sakura¿Estás deseosa de conocer tu nueva oficina tanto como yo?."

"Ni se te ocurra pensar que voy a subir trece pisos diariamente para llegar a la oficina." Dijo ella sin agradecer al hombre que amablemente le cargaba el pesado portafolio mirando que Syaoran ya se adelantaba unos pasos. "¿Qué estás haciendo?."

Syaoran contempló el elegante reloj en el edificio. "Faltan diez minutos para la hora de entrada." Sakura lo miró sin entender. "Cinco para convencerte de subir por el elevador y los otros cinco, para llegar a la oficina." Explicó el hombre de manera sutil.

Sakura hizo una mueca de repruebo. "¿Piensas que voy a subirme a eso?." Preguntó ella señalando el ascensor y sintiéndose levemente empujada por el hombre que la estaba obligando a caminar cogiéndola de un costado. Y él no contesto hasta que ambos estuvieron frente al ascensor y tuvo que detenerse después de que ella lo había hecho. Sakura giró la cabeza a la derecha para contemplar los ojos castaños. "Tienes que estar bromeando."

Syaoran sonrió un poco y alzó una ceja. "¿Tú crees?."

"Más vale." Dijo ella a la defensiva. "Por que decir que voy a subir a ese ascensor es como asegurar que me agrada la idea de trabajar contigo."

El hombre miró malicioso a Sakura. "Y tú detestas la idea."

Sakura cabeceó. "¡Vale, has salido inteligente!." Dijo sarcástica.

"Pero aunque desapruebes la idea de tener que verme a diario durante el resto de tu vida por cuestiones laborales; debes hacerlo. Y tú eres quien decide si lo aceptará y vivirá tranquila con la idea o si tendremos que discutir siempre durante el tiempo que estemos juntos en esto. De igual manera..." Continuó el hombre colocando los portafolios dentro del ascensor que ya había abierto sus puertas. "Que puedes decidir si subir por el ascensor, pensando tal y como la gente normal lo hace; en que nada va a suceder, o quizá lo hagas obligadamente y yo tendré que poner a prueba mi inagotable paciencia contigo, una vez más." Y luego él cogió el abrigo y el vaso de café de la mano de la mujer, del cual tomó un sorbo mientras le guiñaba un ojo nuevamente y lo puso sobre el banco dentro del elevador. Ella lo vio con una cara fea y un poco temerosa.

"Si estás intentando asustarme, pierdes tu tiempo."

"¡Oh, no, yo no intento asustarte, bambina. De ninguna manera podría; tú eres mucho más aterradora que yo." Dijo él sonriendo mientras miraba la cara irritada de la mujer. "Sólo estoy diciendo que tú puedes escoger cómo quieres que lleguemos a la oficina. ¿Te gustaría subir tranquilamente o prefieres que nuestras acostumbradas riñas comiencen de nuevo? En lo personal; pienso que es más divertida la segunda manera. Pero tú decides, querida."

Sakura dio unos pasos para atrás. "Yo no quiero subir a eso." Aclaró la mujer señalando reiteradamente el ascensor.

El hombre sonrió. "Eso fue lo que pensé."

Sakura miró los conocidos ojos castaños del hombre y ese brillo determinado suyo. Syaoran no tuvo que emplear mucha fuerza y tampoco mucho tiempo para coger a la mujer de la cintura y levantarla sólo unos pocos centímetros del suelo entre sus brazos y darle la vuelta para subirla al elevador. Pero Sakura hizo que aquellos segundos en que los brazos de Syaoran rodearon la delgada cintura de la mujer, parecieran semanas; puesto que los gritos de auxilio asustados y también desesperados de la misma, le hicieron pasar una vergüenza tremenda. Por supuesto, la sonrisa divertida que él puso después de que, dentro del elevador, ella colocara su cabeza sobre su pecho y que lo rodeara con los brazos a la altura de su cintura masculina; delató lo poco que le importaba que las personas en la recepción de la primera planta del edificio, voltearan a verlos. Así que él ya había presionado el botón para llegar al 13vo piso del rascacielos. "¡Mierda, Syaoran!; ¡Esta vez te has pasado!." Dijo ella apretando los párpados, mientras oprimía un poco más el cuerpo del bien parecido hombre y pegaba su cabeza al pecho del mismo.

"Bambina, yo no me voy a ir a ninguna parte." Bromeó Syaoran y se rió un poco porque ya estaba sintiendo la prisión formada por los brazos de Sakura quien lo apretaba con fuerza.

Y el elevador abrió sus puertas en la quinta planta del edificio unos momentos después. Dos mujeres y un hombre ingresaron al ascensor y cuando las puertas de éste se cerraron, las dos mujeres murmuraron discretamente acerca de lo apuesto y galante que el hombre de pelo castaño es. El hombre que había ingresado al elevador, saludó a Syaoran y contempló a Sakura un poco confundido. Sabía que ésta mujer, no podía tener tanta confianza con una persona a no ser de que la conociera demasiado bien. Así que Syaoran aprovechó la mirada confundida del hombre para bromear un poco. "Ella me extrañaba bastante." Explicó palmeando la cabeza de la mujer que lo abrazaba y mirando al hombre que parecía confuso. Sakura frunció un poco el ceño y terminó pellizcando la espalda del hombre de cabello castaño y ojos seductores. Syaoran aguantó las ganas de dar un quejido adolorido mientras veía a una de las mujeres presentes presionar el botón del 13vo piso pero él si se mordió el labio inferior de modo que una de una de ellas le mal interpretó y le guiñó un ojo. Syaoran frunció en el entrecejo y un poco incómodo, escondió discretamente su apuesto rostro entre los cabellos de Sakura, sintiendo el agradable aroma de ellos como si se tratara de un crío asustado. Que una mujer se le insinuara aunque sea un poco; podía ser peligroso si él estaba cerca de Sakura mientras eso sucedía. Ella era tremendamente celosa tiempo atrás y muy probablemente lo siguiera siendo.

Pese a que aparentemente; ella lo detestaba ahora. Muy diferentemente a aquel entonces.

Unos pocos minutos después, las puertas del ascensor se abrieron nuevamente, las dos mujeres, desearon buenos días al nuevo miembro de la compañía y a la que parecía ser muy amiga suya; la excéntrica señorita Kinomoto. El otro hombre también había salido ya del elevador. Y en la decimotercera planta; Sakura sintió nuevamente la estabilidad del ascensor y subió la cabeza para mirar la cara del hombre que estaba abrazando y que alzó las cejas saludándole. "¿Lista?." Preguntó él.

Sakura soltó al hombre inusitadamente y se sacudió la ropa haciendo una mueca fea, luego cogió su café del banco del elevador. Syaoran, que ya tenia ambos portafolios en su mano y el abrigo de Sakura; salió del ascensor tres pasos atrás de Sakura. La mujer contempló enseguida la puerta de su nueva oficina que tenía los nombres de ambos en el cristal de ésta.

Y dentro de la oficina, Sakura admiró el escritorio cerca de la ventana que tenía su nombre en una placa transparente. Y luego admiró el escritorio de Syaoran que estaba un tanto más lejos de la ventana y que también sobre éste, estaba la placa con su nombre. Él ya había puesto los portafolios sobre un mueble negro, elegante y amplio cerca de la entrada. Sakura puso su bolso sobre el mismo mueble. Después le dio el café al hombre que lo dejó sobre un banco junto a la puerta.

Sakura se acercó a su escritorio y cogió la placa con su nombre. Y luego, con ésta aún entre sus manos, cogió la placa del hombre. "Kinomoto Sakura. Reportero promotor." Murmuró leyendo su placa. "Li Xiao Lang. Agente publicista." Próximamente, la mujer cambió las placas de escritorio, dejó la suya en el escritorio del hombre y la de él en el escritorio que antes iba a ser de ella.

Syaoran ya había acomodado el abrigo y el bolso de Sakura sobre la percha de pie y se quitaba el suyo mientras la miraba confundido. "¿Qué estás haciendo?."

La mujer tomó su asiento en el escritorio que había escogido. "El tuyo está más lejos de la ventana y como tú no tienes ningún inconveniente en estar cerca de ésta, me tomé la libertad de cambiar de puestos."

El hombre rió muy ligero ante la paranoia de Sakura. "Hay algo que yo no entiendo." Dijo ella y Syaoran movió la cabeza delatando que la escuchaba. "Si tú eres únicamente mi agente¿Porqué debes acompañarme a la oficina diariamente?."

"Yo debo regular tu comportamiento, escribir un reporte y corregirte en caso de que tus actitudes sean incorrectas."

Sakura alzó una ceja. "Tú eres un agente publicitario, se supone que debes encargarte de mi imagen."

"¡Oh, sí, eso también. Pero, tú vas a convertirte en una figura de la televisión; señorita Sakura. Todo lo que hagas de ahora en adelante necesitará asesoramiento hasta que seas capaz de distinguir lo que te conviene a ti y a la empresa." Explicó.

"Pero¿Regular mi comportamiento¿Escribir un reporte?." Preguntó extrañada "¿Eso no es lo que hace un psiquiatra¿Ellos creen que necesito alguno?." Continuó y ella lo miró a los ojos aún confundida. "¿Tú crees que esto tenga algo que ver con esa idea del 'eslabón perdido'?

"Hasta donde sé, puedes ser antisocial, egocéntrica, manipuladora, orgullosa y no poseer ni lo más mínimo de carisma. Aún así posees un talento indiscutible según la empresa. De ahí lo de 'Eslabón perdido'." Dijo él mientras se sentaba enfrente de Sakura y por un momento la miró fijamente a los ojos mientras continuaba. "Yo no creo que necesites a un psiquiatra, pienso que conmigo será suficiente y, si las cosas se ponen feas; para eso contamos con mi inagotable paciencia, bambina." Aseguró y Sakura se echó para atrás en su asiento. Éste Li, era engreído y muy confiado. "Pienso que irrefutablemente vamos a tener que tratar con tu nueva desconfianza hacia conmigo y hacia cualquier miembro de mi sexo; señorita."

Sakura escuchó desinteresada. "No es desconfianza, hombre."

"No es desconfianza." Él repitió lo que ella había dicho. "¿Intolerancia?." Insistió.

"Dudo que necesitemos entrar en ese tema para que pueda efectuar mi trabajo, Li."

"Te equivocas. Como imagen publica vas a tener que tratar con gente de cualquier sexo. Y, es algo que me gustaría averiguar." Aclaró. "Sakura; solía agradarte bastante la compañía masculina..."

La mujer se puso de pie. "Falso." Interrumpió antes de que él pudiera continuar con su comentario.

Syaoran sonrió. "¡Ah, cierto!. Era mi compañía en especial la que solía agradarte tanto." Se mofó.

Sakura se horrorizó con el último comentario de aquel hombre. "¡Tú!" gritó ella y apretó uno de sus puños irritada mientras con otra mano tomaba el abrecartas sobre el escritorio. "¡Eres un monstruo sarcástico, presumido y de lo más insoportable!." Gritó ella en lo que lanzaba el abrecartas hacia Syaoran quien terminó por inclinarse bajo el escritorio.


Se podría decir, que aquel día había sido el más largo del mes. Sakura pensaba en que si todos los días serían igual a la anterior durante el tiempo que ella estuviera al cargo de Syaoran Li; tendría que pensar si verdaderamente su trabajo, valía toda esa tortura.

Se sumergió por completo en el agua caliente de la bañera después de cerrar los ojos. Cuando Sakura volvió a sacar la cabeza, suspiró aliviada después de recordar que aquel hombre por primera vez desde su llegada; le había dado una buena noticia. Ella no tendría que verlo diario en Le Crise; porque Syaoran únicamente iría a la compañía a asesorarla dos veces por semana. Eso era perfecto para Sakura, porque ella concluyó de esa misma manera; que ya sólo tendría que verlo los lunes y los viernes. Aunque ella pensaba que sería aún mejor, si él no estuviera viviendo a lado de su departamento; pero Sakura ya se había resignado a eso, al menos no tendría un contacto directo con él a no ser porque en ocasiones se lo encontrara saliendo del departamento o regresando a este.

Sakura ingresó a su recamara con la bata de baño vistiendo su cuerpo y una toalla entre sus manos, la que restregaba en su cabello mojado para secarlo; cuando escuchó el timbre de la puerta. «Seguramente es Mei Ling» Pensó. Ella siempre la visitaba cada tarde y en ocasiones, ambas salían juntas a caminar un rato o quizá a alquilar una película. Y si ambas estaban indecisas y alquilaban más de una película; Meil Ling se quedaba en su departamento hasta la mañana siguiente cuando tenía que despertarse temprano para ir al colegio y Sakura para ir al trabajo. Sakura miró el reloj en la pared mientras caminaba descalza hacia la puerta junto a la que se detuvo y sin siquiera mirar por el ojillo, ella abrió ésta sin que le importara que estuviera vistiendo la bata de baño y que tuviera el cabello mojado y revuelto al mismo tiempo.

Por eso cuando Syaoran Li la contempló fuera del departamento alzó las cejas y sonrió preparado para hacer una nueva broma la cual nunca pudo hacer por que la risa que salió de sus labios, provocada por la cara horrorizada de Sakura al verlo en la puerta de su departamento; se abrió paso antes de que el pudiera decir algo.

Completamente espantada, Sakura cerró la puerta en ese mismo momento. Y Syaoran cerró los ojos como un reflejo al escuchar el escándalo que Sakura hizo al cerrar la puerta.

«¡Qué está haciendo aquí!». Pensó ella detrás de la puerta. «¿Y si fuera Mei Ling y soy yo la que está imaginando cosas?» Se preguntó. «Después de todo, Tomoyo podría tener razón; quizá la presión me tiene paranoica.» Pese a que la mujer de ojos verdes, tenía la seguridad de que fuera de su departamento se encontraba su molesto agente; ella prefirió creer que quizá estaba imaginando que aquel hombre estuviera ahí. Por eso, Sakura abrió la puerta de su departamento nuevamente esperando que ella estuviera equivocada.

Y cuando miró los ojos castaños tan conocidos que aquel hombre chino, ella intentó cerrar la puerta nuevamente hasta que Syaoran interpuso su pie entre la pared y la puerta impidiendo que la japonesa le cerrara la puerta nuevamente en la nariz. Sakura lo miró a los ojos y él sonrió. "Te has vuelto predecible, mi querida Sakura." Dijo él mientras estaba entrando al departamento de la mujer que con el comentario de Syaoran; parecía ofendida. "

"Pero Li... ¡Qué estás haciendo aquí!" Preguntó ella mirando los ojos castaños con un poco de temor por lo que Syaoran pudiera decirle, su visita la había dejado desprevenida. Y pensando aquello; Sakura sacudió la cabeza, lista para una nueva batalla en caso de que necesitara comenzar una.

Y como respuesta a la pregunta de Sakura, Syaoran le mostró el fólder de color negro que él traía en una de sus manos. "Nosotros tenemos trabajo que hacer," Comentaba él mientras se dirigía a la cocina de Sakura. "y pensé que éste era un buen momento para enseñarte tu nuevo itinerario."

Sakura levantó una ceja. "Mi nuevo itinerario." Murmuró confundida repitiendo lo que Syaoran había dicho y siguiendo los pasos del hombre que olía bien. Él movió la cabeza asintiendo con naturalidad mientras encendía la cafetera. "¿No podías esperar a decirme sobre esto el viernes?." Preguntó ella de una manera agresiva.

"Claro." Respondió Syaoran, mirándola. "Pero si tenemos trabajo que hacer ahora¿Porqué no empezar desde hoy?."

"Pero," Sakura todavía no podía entender y continuó mientras miraba al hombre tomar asiento junto a la mesa de la cocina. "pero Li, tu has dicho que sólo tenemos trabajo juntos los lunes y los viernes…"

"En Le Crise." Interrumpió él. "Yo sólo tengo que asesorarte dos veces por semana en la compañía, Sakura." Syaoran sonrió divertido. "¿Podría ser, Bambina, que acaso pensaste que ellos me pagarían únicamente por trabajar dos días a la semana en su importantísimo 'Eslabón perdido'?"

Sakura palideció. "¡Qué quieres decir?." Preguntó ella sentándose frente a Syaoran quien se estaba levantando.

Sakura frunció el entrecejo contemplando a su agente abrir cada una de las puertas de la alacena buscando algo. "Afortunadamente, tú y yo tendremos que trabajar muy poco en tu aspecto…" Decía él mientras continuaba buscando entre cajones y gavetas y Sakura lo escuchaba entre suspiros tratando de contener la paciencia. "Tú tienes exactamente 'eso' que la gente quiere ver." Continuó mientras abría la puerta de otra gaveta en la alacena. «¡Ah!» Agregó mentalmente después de que había encontrado lo que buscaba, sin saber que la mujer detrás de él; sentada junto a la mesa, lo escuchaba ahora con interés. "Siempre has sido bastante bonita." Agregó sacando el café en las tazas que había encontrado sin que pudiera notar el leve y repentino sonrojo en el rostro femenino. "Desafortunadamente, yo no puedo decir lo mismo de tu personalidad." Aseguró de regreso en su asiento y colocando dos tazas con café sobre la mesa. "Eres antipática, agresiva y desconfiada con la gente, Bambina." Explicó mirando como el entrecejo de Sakura nuevamente se arrugaba. "Contestando a tu pregunta; con todo esto quiero decir que ambos necesitaremos más de dos días por semana para lograr que un eslabón tan tremendamente perdido como tú, querida Sakura; aparente ser una de esas modelos de televisión que Le Crise quiere que parezcas. Con la personalidad agradable, amistosa y sociable que ellos quieren que tengas."

"O que finja." Murmuró ella.

Syaoran se encogió de hombros. Ella podía llamarlo así también, 'una mentira'. "Y tú nunca has sido buena mintiendo y sí muy mala." Aseguró Syaoran. "Por eso ambos vamos a necesitar más esfuerzo y mucho, mucho más tiempo."

Sakura alzó una ceja. "Voy a verte más de dos veces por semana en la compañía¿Cierto?."

Syaoran negó con la cabeza. "Falso." La mujer suspiró aliviada hasta que miró a Syaoran entregarle el fólder que traía consigo. "Para eso tenemos todas las tardes, los días que tu entrada a la oficina es más tarde y también los fines de semana."

"¡Qué?" Sakura casi se estremeció escuchando lo que él decía y mirando el itinerario descrito en el papel dentro de la carpeta. "Pero, pero… ¿Y los días de descanso?."

Syaoran rompió a reír. "¡Bambina, estás siendo poco profesional!."

"Yo no puedo ser profesional si trabajo contigo¿¡Eh?; ¡Tú siempre me molestas!." Se excusó haciendo una mueca. "En un momento yo estaba tranquila, acababa de darme un baño y luego tú…"

"¡Ah!" Interrumpió. El hombre de cabello y mirada castaña sonrió mientras tomaba un sorbo de su café; y entonces la examinó de los pies a la cabeza. "Eso me parece." Y rió un poco viéndola vestida con esa bata de baño blanca, descalza y con el cabello húmedo.

Sakura bajó la cabeza para mirarse el cuerpo recordando que ella vestía inadecuadamente para una visita. Y ella se sonrojó un poco.

"Aún haces eso." Murmuró él, repasando con la vista esos ojos verdes.

La mujer lo miró pero sin entender el significado de lo que decía.

"Cuando estás en una situación difícil o incómoda; tu rostro se parece a un jitomate." Bromeó.

"Sí, bien" Señaló ella sin saber en realidad que decir. "Te has vuelto observador."

Syaoran negó con la cabeza. "No." Aseguró. "Eso fue un recuerdo."

Sakura miró los ojos castaños y el semblante atractivo de Syaoran. Sí, él siempre había sido un hombre bastante masculino y muy apuesto. Repentinamente, ella arrugó el entrecejo nuevamente y aporreó la taza que tenía entre las manos, en la mesa. Y luego ella prefirió levantarse de su asiento. "Iré a cambiarme y luego podemos comenzar a trabajar si es necesario."

Y Syaoran asintió con una bonita sonrisa. "¡Mon Dieu! Voy a extrañarte, Bambina." Y Sakura tuvo que voltear a verlo tratando de entender. "Sólo trata de terminar antes de que mi pobre cuerpo se parezca al de una momia."

Sakura rodó los ojos dirigiéndose a su habitación. «¡Éste hombre no es más que un crío inmaduro!» Pensó ella.

Todavía tendría que revisar ese itinerario y discutir un rato con él. Iba a ser mejor preparar algo de té y tener aspirinas cerca durante todo el tiempo que Syaoran Li, estuviera en su departamento.

"Ésta va ha ser una de esas noches interminables." Masculló suspirando resignada.

N/E¡Hola por aquí, Sorry por la exagerada tardanza XS, prometo hacer todo lo posible para que no vuelva a suceder. Ha habido unos problemas con mi ordenador que ¡ya, al fin después de un mes y ocho días sin la unidad logré reponer.

Y hablando del fic, démosle un vistazo a éste ¿Shall we? P. ¿Qué les ha parecido el capítulo?. ¡Mi vida, Syao es molesto ¿no¡Ah, pero también es encantador, y aparte salió músico también¿De qué va esa melodía que ha dejado a Saku tan pensativa, Y Tomoyo ¡comprometida con Eriol y éste todavía no aparece!. ¿Soy yo o Mei Ling de repente pasa demasiado tiempo con el castaño?.

¿Qué se traen entre manos los protagonistas¿Ustedes que creen que haya sucedido entre ese par?. ¡Uuf! Esperemos a ver que pasa en la próxima actualización, cuando menos sabemos gracias a Tomoyo el significado detrás de aquel adorable 'Bambina' que el irresistible Syaorancito utiliza tanto para llamar a Saku.

Bien, ya lo saben, para que actualice más rápido: No más de 6 reviews NO actualización, política de la empresa XD. Así que, dejen reviews ;)

See you!