Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore
No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.
AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.
Las parejas de este fanfic van a ser Artemis Entreri y otros drows, y Jarlaxle, por supuesto.
Capítulo 5. Depreque?
Versión de la conversación del capítulo 20, pg 309, del Estigma de Errtu.
Jarlaxle se sentó con un suspiro y observó a Entreri frente a él.
Recostado en un sillón, con la barbilla apoyada en una mano y la mirada perdida por la ventana del pequeño estudio. El aburrimiento podía palparse.
Hacía un par de días, tras la fiesta, Jarlaxle había atribuido aquel comportamiento a una resaca monstruosa y al enfado por descubrir que todos los drows le hacían guiñitos, pero ahora... no, aquel comportamiento de Entreri empezaba a ser algo constante, lo que ya había advertido los primeros días, aquella falta de interes del humano en todo cuanto ocurría, se estaba agudizando.
Acababa de tener lugar la reunión con Domo, jefe de la cofradia de los hombres-rata, y si no hubiera sido por la intervención de Sharlotta era probable que Entreri hubiese acabado no solo malogrando la reunión sino matando al licántropo. Y ahora lo ocurrido parecía importarle poco o nada.
Había intentado regañarle y llamarle la atención al respecto pero Entreri se había limitado a arquear una ceja, mirarle con enfado y despues pasar a una completa inactividad.
- Artemis... ¿tienes una depresión?
El humano le miró como si le hubiese propuesto saltar por la ventana.
- ¿Una deprequé?
- Una depresión, un periodo emocional bajo.
Entreri le dirigió una mirada inquisitiva que cuestionaba la estabilidad mental de Jarlaxle y finalmente devolvió su atención a la ventana con gesto nuevamente aburrido.
- Oh, vamos Artemis¡si estas a punto de convertirte en el bajá mas influyente que haya gobernado jamas las calles de Calimport!
Silencio. Entreri le hacía el mismo caso que a un mueble, no, de hecho un mueble hubiese recibido mas atención.
- ¿Por qué te aburres?.- Preguntó Jarlaxle considerando otro tipo de acercamiento.
El zumbido de una mosca perdida se hizo perfectamente audible, describió una excelente parábola por la habitación y se marchó por la ventana.
Reacción nula.
- ¿Eres un cobarde?
Entreri le dirigió otra mirada tipo "¿es que eres idiota?" y volvió a su interesantísima labor de contar los cúmulos de nubes que había hoy en el cielo.
Aquello no resultaba, Jarlaxle empezó a devanarse los sesos, tenía que dar con el quid de aquella situación, no le gustaba ver a Entreri tan abatido, además en ese estado no era nada adecuado para ser su representante en la superficie¡y le quería a él, a nadie mas, al frente de sus operaciones en Calimport!
- ¿Es por algo que ocurrió en Menzoberranzan?
En el blanco o muy cerca, la expresión de Entreri le delató, súbitamente se le veía incluso algo nervioso.
- ¿No te gustó lo que viste en Menzoberranzan?
- Exacto.- Respondió Entreri... con demasiada rapidez.
Jarlaxle frunció el ceño, había supuesto que ver la sociedad drow, guerreros y asesinos como él, un oscuro espejo a gran escala de lo que era Artemis, habría desalentado al humano, pero parecía que, aunque eso fuese cierto, había algo más.
- ¿Es entonces tu vida una mentira? Eso es lo que Drizzt Do'Urden afirmó ante ti¿no es cierto?
Premio. Un fogonazo de cólera desatada cruzó el rostro imperturbable de Entreri. Así que se trataba sobre todo de Drizzt. Jarlaxle se repantingó en el sillón y observó al humano sentado frente a él con una amplia sonrisa.
- Deseas enfrentarte de nuevo al vigilante, no has dado por acabado el duelo.
Entreri se removió aun mas en el asiento y empezó a tener espasmos en el párpado, ahora no se le veía enfadado sino visiblemente nervioso, cielos, el gran Artemis Entreri parecía a punto de empezar a morderse las uñas.
- No es nada de eso.- Replicó de forma poco creible.
- Venga ya, el modo de recuperar tus animos es enfrentarte de nuevo a Drizzt Do'Urden, no te empeñes en negarlo.
- ¡No, no es eso, no quiero volver a ver a Drizzt!.- Exclamó Entreri enfurruñado en un arranque de testarudez.
Aquel era el terreno adecuado. Jarlaxle retorció juguetonamente la pluma de su sombrero sabiendo que tenía la sarten por el mango, ya había sospechado que Entreri no había dejado atrás la cuenta pendiente con el vigilante y deseaba retarle de nuevo.
- A mi me parece que si que quieres verle...
Lo sabe, lo sabe, el maldito drow lo sabe...
Artemis procuró calmar su desbocada imaginación, no era posible, Jarlaxle no podía saberlo, nadie lo sabía... ¿verdad?
Quizá dejó a alguien siguiendonos desde Menzoberranzan hasta la superficie...
No, no, calma. No podía saberlo, no podía ser, se hubiesen dado cuenta de que los seguían, estando Drizzt, Guenvywar y él mismo se hubiesn percatado de que alguien les seguía los pasos, además ya se habían alejado mucho de Menzoberranzan cuando había ocurrido... eso.
Cuanto mas pensaba en ello mas se horrorizaba... ¡había retozado con Drizzt Do'Urden¡Se había acostado con el vigilante, con su enemigo, con su archinemesis! Pensaba que lo había superado, se había jurado a si mismo no volver a pensar mas en ello y enterrarlo en el mas profundo agujero de su mente.
¡Pero estando rodeado de drows le resultaba terriblemente dificil! Tras aquella horrible fiesta no solo había tenido una resaca espantosa sino que había tenido sueños de indole bastante... erótica con el maldito Drizzt.
No podía quitarselo de la cabeza, no podía dejar de pensar en lo que había ocurrido, en los ojos lavanda de Drizzt encendidos de deseo, arrancando los botones de su camisa con los dientes, recorriendole con voraz apetito...
No, no, no... había sido forzado, eso era, él no había participado de ninguna forma, todo era culpa de Drizzt, el hipócrita vigilante se había propasado claramente y se había aprovechado de él...
Pero bien que lo disfruté...
Horrorizado ante el involuntario pensamiento se tensó y concentró sus vista en la alfombra del suelo tratando de concentrarse. Frente a el Jarlaxle parecía disfrutar de lo lindo de su inquietud.
- Deseas otro enfrentamiento con el renegado drow.- Sentenció Jarlaxle.
¿No podría haber usado un verbo que no fuese desear? Entreri aferró los posabrazos de su sofa.
No deseo a Drizzt, No deseo a Drizzt, No deseo a Drizzt, No deseo a Drizzt, No deseo a Drizzt, No deseo a Drizzt...
- Y tambien eso puedo concedertelo.
Entre el debate interno contra sus propios sentidos y la frase de Jarlaxle, Entreri no pudo más y saltó.
- ¡NO¡No, no y no¡No deseo a Drizzt¿me oyes¡Fue un terrible error, yo no quería, él no me dejaba en paz¡No lo disfruté y desde luego no es eso lo que me recomcome¡No quiero volver a verle nunca más y puedo continuar mi vida con normalidad¡No me afectó en absoluto!
Jarlaxle se quedó sencillamente petrificado mientras Entreri recuperaba el aliento después de la explosión verbal.
Pasaron las nubes, cantaron un par de pájaros, la mosca regresó, dio un par de vueltas zumbando y volvió a irse, tocaron las campanas de la iglesia de Tyr, el cocinero anunció que la comida estaba lista, una refaga de viento agitó las cortinas...
Jarlaxle se quitó el sombrero... limpió unas motitas de polvo... se lo volvió a poner... miró a Entreri... miró por la ventana... volvió a mirar a Entreri...
- ¿Drizzt Do'Urden y tú echasteis un polvo cuando viajabais hacia la superficie?
Unos instantes despues Entreri salía dando un portazo y Jarlaxle trataba de salir de debajo del sofá que le habían tirado encima.
Jarlaxle daba vueltas por su dormitorio sin parar, como un animal encerrado recorriendo la jaula, cavilando sin cesar. Acaba de ordenar a Kimmuriel y Rai'gy que ultimaran todas las investigaciones sobre el paradero de Drizzt Do'Urden cuanto antes, sobre todo el tema de Caderly Bonaduce.
Antes, encontrar al drow renegado era importante... ¡ahora era urgente!
Se hubiera comido su propio sombrero de pura rabia... se suponía que la información era su punto fuerte, su poder residía en saber siempre más que los demas o que al menos lo pareciese... ¡y esto ni se lo había olido!
Sniff... ¿cómo había podido ocurrir¿Drizzt y Entreri¡Ni en sus mas locas y húmedas fantasias se hubiese imaginado que...! Bueno, quizá si que lo había imaginado en las mas locas y húmedas fantasías pero jamas lo hubiese considerado posible.
Para empezar porque eran enemigos, se odiaban, o al menos Entreri odiaba al vigilante, y Drizzt despreciaba al asesino.
¡Pero había ocurrido lo imposible! Aquello tenía que haber coincidido por fuerza con algún suceso cósmico, un choque de estrellas, la muerte de un dios, la caida de un panteón... algo importante que provocase una alteración del equilibrio en el continium-espacio-tiempo y paralizase el movimiento del plano de Mecanus y el caos total.
Caos... quizá había sido cosa de Lloth, por reirse del vigilante y el asesino a la vez, quizá.
El caso es que no podía dejar eso así, no cabía duda de que mantener relaciones con su archienemigo, aunque hubiese sido algo fortuito, había afectado profundamente al humano... de hecho le había afectado demasiado, y eso a Jarlaxle no le gustaba mucho, la verdad. Y no, no eran celos... bueno, quizá si que eran celos... ¡Estaba celoso, vale! No era justo, él hacía cenas, bailes, planeaba citas y viajes, le daba trabajo y le ponía en la cima del mundo... ¡y Entreri se quedaba alelado por un aquí-te-pillo-aquí-te-mato con Drizzt Do'Urden!
Y por supuesto el tema de que con un Artemis Entreri deprimido no había manera de trabajar... ni mucho menos de ligar.
Ahora solo tenía que hacer un pequeño cambio de estrategia¿cómo iba a solucionar adecuadamente el... "conflicto" de Entreri y Drizzt?
En casos como este era mejor consultar a los expertos del tema. Con paso ligero atravesó los pasillos de la base hasta la cámara de materiales peligrosos, sacó su llave de uso personal e intransferible y se internó hasta llegar a su caja fuerte. Abrió los siete candados, desactivo los glifos custodios... y empezó a releer su extensisima colección de novela rosa.
Kimmuriel y Rai'gy trabajaban a destajo para terminar los preparativos, de pronto Jarlaxle les había asediado con exigencias de localizar permanentemente a Drizzt Do'Urden y sus compañeros, estudiar a Caderly Bonaduce y despues contratar a Baeltimazifas, un doppelganger, para adquirir el aspecto del clerigo.
Aquello empezaba a ser mas y mas importante... además el clerigo-mago y el psionicista tenían un motivo extra para esforzarse.
Jarlaxle no les levantaría el castigo hasta que ultimasen con éxito la misión del vigilante.
¿Quién hubiese imaginado que Jarlaxle tuviese en su poder un conjuro de cinturón de castidad de Mordenkaiden¿Y que había poseido a Mordenkaiden para idear semejante conjuro?
Jarlaxle caminaba a paso ligero preguntando por Entreri, hacía un día entero que no le veía el pelo por ninguna parte. Finalmente le encontró en la cantina de la cofradía, Jarlaxle se disfrazó adecuadamente, no podía revelar la presencia drow, y fue hacia Entreri con un oportuno conjuro que producía la ilusión de que se trataba de un elfo de la superficie.
El humano le vió entrar e inmediatamente le dio la espalda y se encogió imperceptiblemente como si tratase de hacerse menos visible, cosa imposible dado que estaba solo, ninguno de los otros miembros de la cofradia se hubiese atrevido a acercarse a su bajá directamente y mucho menos si ese bajá era Artemis Entreri.
Jarlaxle se acercó y se sentó tranquilamente junto a Entreri, que le dirigió una mirada asesina patentada.
- Vamos, vamos, no te enfades conmigo.- Le dijó Jarlaxle susurrando para mantener la conversación en privado.
Entreri agarraba la jarra de cerveza con tanta fuerza que tenía los nudillos blancos, cuando el cristal crujió se apresuró a soltarla para no acabar rompiéndola y dedicó su atención al insufrible elfo oscuro... al que por cierto le quedaba fatal la simulación de elfo solar, como elfo oscuro podía resultar atractivo y peculiar, como elfo solar parecía una especie de... ¿cómo se llamaba esa musica nueva? Un rapero, eso, una especie de raperillo elfo al que hubiesen echado de casa hasta que le volviese a crecer el pelo.
- Lárgate, ya tuvo lugar la reunión con los Rakers y fue perfecta¿qué quieres?
- Hablar contigo, hace días que no hablamos.
- ¿No me digas?.- Replicó Entreri con ironía.
Jarlaxle asintió y le miró con una efectiva preocupación.
- Veras... no quería decirtelo así pero... es que lo que me dijiste confirma lo que he oido rumorear...
Efecto inmediato, Entreri se tensó y miró a Jarlaxle con los ojos amenazadoramente entrecerrados como un animal al acecho.
- ¿Cómo?
Jarlaxle le hizo señas para que se fueran a hablar a otra parte, el asesino finalmente asintió y ambos salieron de la cofradia Basadoni para dirigirse a la zona drow, oculta del resto.
- ¿Qué es lo que tienes que decirme?
- Pues verás... es algo delicado...
- Jarlaxle, habla ahora o me largo.
El drow suspiró y le pasó una mano por los hombros, a lo que Artemis reaccionó tensándose incomodamente.
- Me temo que he estado haciendo averiguaciones sobre Do'Urden, por motivos de seguridad como bien puedes suponer...
- ¿Y? No me importa lo mas mínimo.- Mintió Entreri, que empezaba a estar terriblemente ansioso por saber que quería decirle Jarlaxle.
- La cuestión es que al parecer va diciendo cosas por ahí...
Entreri luchó con todas sus fuerzas por no dejar traslucir el horror que le produjo aquella simple frase... ¿diciendo cosas¿qué cosas? Se mantuvo impreterrito tratando de controlar todos sus gestos.
- En fin... parece ser que Drizzt se ha vangloriado en varios lugares de haber... bueno...- Jarlaxle suspiró y dirigió a Entreri una calculada expresión de estima dolorida.- Se jacta de haber pasado por la piedra al asesino mas temido de todo Faerun.
Entreri se puso lívido, blanco como las cejas de Jarlaxle.
- En varias localidades por las que ha pasado menciona como una de sus gestas el haberte dado por... ejem... bueno, ya entiendes.
Entendía. Entendía que el suceso que lo había atormentado durante aquellos meses confundiendo sus sentidos y perturbando los pilares de su existencia era la comidilla de los pueblos del norte porque Drizzt pensaba que era divertido ir por ahí carcajeándose de habersele avalanzado.
No dijo nada a Jarlaxle... no reaccionó, se separó del drow y se fue dando un paseo hasta su dormitorio, donde se encerró dejando fuera a Jarlaxle.
Consternado, el lider mercenario, permaneció allí unos instantes y cuando se iba a ir...
- ¡&$#+º$Drizzt& &$#+º$&drow&$#+º$&!
La blasfemia fue tan gorda que Jarlaxle tropezó hacia atrás y bajó las escaleras rodando. Ni siquiera un drow había escuchado semejantes barbaridades. Cuando llegó al descansillo y pudo recuperarse del susto y la caida se permitió una inmensa sonrisa.
Como le gustaba que todo saliese como planeaba. Drizzt iba a enfrentarse a un muy enfadado Entreri, perfecto, sencillamente perfecto.
Ahora solo tenía que ultimar los detalles con sus lugartenientes, tenía que asegurar todos los detalles, y asegurarse de que Entreri se libraba de los problemas para ser mas receptivo a las dulces atenciones de su menda.
Que bonito se había puesto el día.
Nota de la autora: Gracias por los reviews. Van a ir los capítulos muy seguidos, porque la verdad es que el genero de humor es el mas divertido de escribir y da mucho juego. Continuo con muchas risas... jijiji,realmente pobre Entreri, realmente le meto en cada fregado... pero bueno, ya le animáré.
