Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore
No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.
AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.
Las parejas de este fanfic van a ser Artemis Entreri y otros drows, y Jarlaxle, por supuesto.
Capítulo 6. Según lo planeado?
Versión del suceso de El Estigma de Errtu, Capítulo 23, página 345Jarlaxle era como un niño con zapatos nuevos. Irradiaba euforia. Tenía un nuevo juguete mágico, y no uno cualquiera.
Crenshinibon. El lider de Bregan D'aerthe esperaba en la amplia entrada de la torre que la piedra de cristal había elevado para su proposito, aquel artefacto hacía que todo el plan fuese aun mejor de lo pensado en un principio.
Drizzt Do'Urden no tardaría en aparecer. Baeltimazifas y Rai'gy habían cumplido con su papel de suplantar a Caderly a la perfección, engañando al vigilante y a sus amigos, ahora crenshinibon estaba en su poder y el duelo entre Drizzt y Entreri podría tener lugar allí, en la torre.
Hablando del rey de roma, Drizzt acababa de llegar. El renegado llevaba las cimitarras gemelas envainadas pero sus manos estaban prestas sobre ellas, no había cambiado demasiado desde su último encuentro, seguía siendo el drow joven pero curtido de su último encuentro, la misma melena lacia y nivea, los mismos rasgos jovenes pero curtidos por una voluntad fuerte, un culito respingón y redondito... igual que su padre... si sus ojos no hubieran sido de aquel intenso tono violeta Jarlaxle hubiese creido ver a un jovencísimo Zaknafein frente a él.
Sigh... echaba de menos a Zaknafeín, pero así eran las cosas.
- Bien hallado, Drizzt Do'Urden.- Le saludó.- Por favor, entra y charlemos.
Aseguró a Drizzt que sus amigos, fuera de la torre de cristal , estarían a salvo. No quería enfrentarse al vigilante, no era parte del plan. Finalmente ambos drows tomaron asiento, Jarlaxle sonrió, ahora podrían hablar tranquilamente, aclaró a Drizzt todo lo ocurrido, la suplantación de Caderly y por supuesto que pensaba quedarse con la piedra de cristal.
- Ya es suficiente.- Indicó Jarlaxle, echándose adelante en su asiento, repentinamente expeditivo.- Te he traido aquí para que puedas reunirte con un antiguo conocido, y con el que has luchado a su lado y también en su contra. Al parecer esta persona tiene un asunto pendiente con Drizzt Do'Urden, y esa incertidumbre me está costando un tiempo precioso con él.
Drizzt contempló con fijeza al mercenario, sin comprender a qué podría estar refiriéndose..., pero solo por un instante.
Drizzt se ruborizó hasta tal punto que se puso púrpura. ¡Artemis Entreri¡Artemis estaba allí! Empezó a sentir un sudor frio en la espalda, se le cerró la garganta, movió nerviosamente los dedos hasta empezar a juguetear con la esquina de su capa y finalmente juntó valor para alzar al vista y encontrar su voz.
- Artem... esto... Entreri está... ¿está aquí?
- Ajá, está en el piso superior.- Indicó Jarlaxle con una sonrisa que ocupaba la mitad de su cara... que gracioso era Drizzt, en eso no se parecía nada a Zak.
Drizzt estaba al borde de una hiperventilación. No estaba preparado para encontrarse con Artemis, no después de... de...
Dulce Mielikki, había tratado de olvidarlo, había tratado de darse una explicación, echar la culpa a alguien, sobre todo al asesino pero... no podía. No podía cambiar lo que había ocurrido en los túneles de la infraoscuridad ni podía olvidar el apasionado encuentro que había tenido con el humano.
El calor, los jadeos, los gemidos, el poderoso cuerpo bajo el suyo, los músculos temblando bajo sus manos, los ojos oscurecidos por la pasión, los labios deliciosos rojos de tantos besos apasionados...
Al percatarse de que tenía una tienda de campaña en los pantalones Drizzt se apresuró a cruzar las piernas lo mas disimuladamente que pudo.
Jarlaxle tenía serias dificultades para no estallar en carcajadas y tenía una expresión de risa contenida que apenas podía ocultar, le costaba horrores no tirarse del sofá y echarse a reir por el suelo rodando... en el lapso de un minuto Drizzt había representado en su cara toda la gama cromatica de rubores de un drow, púrpura, berenjena y bermellón oscuro. Y encima ahora se removía en su asiento con el culo inquieto, aunque lo que estaba inquieto era otra cosa, o Drizzt llevaba una daga en el bolsillo o se alegraba mucho con la idea de volver a ver a Entreri.
Poco imaginaba que Entreri tendría otras ideas. Pensó Jarlaxle con una risilla.
- Yo... no, no tengo el menor deseo de volver a ver a Entreri.
Mentía realmente mal. Drizzt se mordió el labio porque la mirada ladina de Jarlaxle lo decía todo... ¡lo sabía¡el mercenario drow lo sabía todo!
Drizzt estaba aterrorizado, ya había sido suficientemente embarazoso convencer a Catti-brie de que lo que había oido en la infraoscuridad había sido un duelo amistoso entre Artemis y él, que habían decidido aparcar sus diferencias con aquello y los... ejem, gemidos habían sido a causa del combate.
Sospechaba que Catti-brie no se lo había tragado porque ahora la humana le pedía opinión sobre si un hombre estaba bueno o no, si le parecía que estaba macizorro, y le comentaba que este o aquel estaban solteros... e incluso el día de los enamorados, día de celebración de Sune, le había regalado una camisa con la leyenda "me gustan morenitos y peligrosos".
Si, era posible que Catti-brie sospechase algo.
- Driiizt...
- ¿Qué? Ya te he dicho que...
- Lo seeee...- Canturreó Jarlaxle con una inmensa sonrisa que iba de oreja a oreja.
Drizzt empezó a arañar histericamente el posabrazos y mirar a cualquier parte que no fuese la cara de Jarlaxle, aquello de reencontrarse con Entreri ya era lo suficientemente dificil sin tener que hablarlo con Jarlaxle.
- Entreri me lo contó.
Drizzt no podía creerselo¿Entreri había..? No tenía sentido, cuando se habían recuperado de la intensidad del encuentro, mas agotador que cualquier combate que hubiesen trabado, Entreri había estado tan furioso que practicamente había echado rayos, Drizzt se había sentido tan culpable por haberle asaltado en su descontrol que se había desvivido en disculpas, pero el humano había sido mas arisco que un enano sin herrería, había estado claramente disgustado por lo ocurrido... aunque durante el acto había estado bastante contento, todo fuese dicho...
- Ah...te... lo contó. - Lo cierto era que no tenía palabras.
Jarlaxle chasqueó la lengua, ahora venía el golpe de gracia.
- Si, hace un par de días, de hecho, acababamos de echar un polvo particularmente intenso, me comentó que cuando salíais de la infraoscuridad se marcó un tanto contigo.
Drizzt entrecerró los ojos a medida que la ira crecía dentro de él. Jarlaxle sonrió interiormente, perfecto, el vigilante acabaría tan enfadado con Entreri que en vez de negarse a combatir contra él se lanzaría a la carrera para cortarle la cabeza.
- Al parecer tiene autentico fetichismo con los drows, sigh, pero lo cierto es que me parece mal que lo hiciera contigo, a los otros les daría igual pero supongo que tú te sentirás utilizado...
Los ojos lavanda brillaban con odio y los dientes empezaban a asomar en una mueca feroz y primaria.
- No es que a mi me importe, no soy celoso, pero creí que era un poco injusto que alardease de haber retozado con el drow al que buscaba toda la infraoscuridad.
Drizzt se puso en pie, el rostro en una mueca de tensa y primitiva ferocidad. No hacía falta decir nada más, no cabía duda de que no rechazaría un combate.
Drizzt aspiró con fuerza, tratando de calmarse al menos un poco, desentumedeció los dedos y brazos, y empezó a subir la escalera.
Artemis Entreri paseaba nervioso por la estancia... Drizzt, iba a encontrarse allí con el hijo de... Jarlaxle había dispuesto el encuentro para que pudiese "liberar tensión" según el elfo oscuro, y arreglasen sus diferencias.
Oh, si que lo haría¡iba a cortarle la lengua, llenarle la boca de sal y coserle los labios! Así el maldito vigilante no volvería a tener problemas de verborrea. Cuanto mas pensaba en ello más le hervía la sangre... ¡ir contandolo por ahí¿Cuánta gente lo sabría ya¿Llegaría a Calimport la noticia de que él, Artemis Entreri, asesino mas afamado de Calimport, había sido positivamente asaltado por Drizzt Do'Urden, heroe del norte, vigilante justiciero?
Apretó los dientes con furia asesina... lo iba a castrar, le empalaría, le despellejaría, le mutilaría, le crucificaría y luego... luego vendría lo peor.
Un leve sonido le hizo dar la vuelta.
Drizzt Do'Urden estaba en el umbral.
Sin decir una palabra el vigilante drow entró en la estancia, y no dio ni un respingo cuando la puerta se cerró a su espalda.
Inmediato, desenvainado rápido, humano y drow, asesino y vigilante, se lanzaron al combate con mortales intenciones.
Jarlaxle se llevó un puñado de palomitas saladas a la boca, el combate estaba interesantísimo, había hecho bien en venir preparado, era algo magnífico.
Los dos guerreros combatían con ferocidad y elegancia, Jarlaxle sonrió mientras se zampaba otro puñado de palomitas del enorme cubo que se había agenciado. Chasqueó los dedos y Kimmuriel le alcanzó el vaso de refresco.
Ventajas de ser el jefe, asiento en primera fila y servicio inmediato. Y por supuesto el mejor espéctaculo en primera plana, los combatientes no verían el exterior pero podrían ser vistos. No era una pelea en el barro pero se acercaba, por supuesto sobraba ropa, pero no se podía tener todo¿verdad?
El claro sonido del acero golpeando el acero resonaba en la estancia mientras el asesino y el vigilante luchaban. Su lucha había llevado a los dos combatientes por la torre de cristal luchando en escaleras, rellanos y pasarelas.
Aunque habían quedado bastante consternados cuando se habían visto obligados a luchar en una especie de noria con globitos.
Las cimitarras de Drizzt se movían en complejos patrones de ataque mientras Entreri contrarrestaba eficazmente, su daga enjoyada y espada larga igualando las dos armas del vigilante.
Anulada la magia, los contrincantes intercambiaban ataques y contraataques, esquivando, atacando, sabiendo que solo su propia habilidad les daría la derrota o la victoria.
A otro lado de la habitación, tras el cristal de Crenshinibon, Jarlaxle se había acabado la cuarta bolsa de palomitas y atacaba con nerviosismo su comida, sorbiendo a ratos de su refresco, tras él, Kimmuriel daba un respingo cada vez que un filo cortaba carne y apretaba entre las manos un almohadón en tanto soltaba "Uy!" "Ay!" según se producían ataques temerarios. Rai'gy hacia medios amagos de ataques murmurando entre dientes "¡Dale así!" "¡Machacalo!". Aunque era dificil saber a quien animaba.
La lucha continuó hasta que finalmente llegó a su punto culminante.
En una serie de movimientos certeros y letales llegó el final del combate.
Con una veloz maniobra, todo movimiento se interrumpió de improviso. El asesino con un brazo inmovilizado hacia atrás y el otro detrás del brazo de Drizzt que empuñaba la cimitarra, no podía detener la acción del vigilante si este decidía hundirle la hoja en la garganta.
Gruñendo y temblando, tan en el límite de su autocontrol como no lo había estado jamas, Drizzt retuvo la hoja.
No podía hacerlo. Ambos contendientes se miraron, jadeando.
Entreri miró a Drizzt, la tunica del vigilante estaba desgarrada y humeda de sudor, pegandose sobre el musculoso cuerpo y mostrando la sedosa piel de ónice. El cabello estaba revuelto como la melena de un león, su respiración acelerada, los ojos lavanda encendidos, los labios levemente abiertos y la punta rosa de la lengua asomando timidamente... la furia empezó a tornarse lujuria, lo que había contenido tanto tiempo empezaba a desbordarse...
Drizzt vió el fuego en los oscuros ojos de Entreri, y se estremeció. La camisa del humano estaba hecha jirones, colgando del cinto, revelando la perfectamente definida musculatura, elmasculino rostro cubierto de sudor, los labios jadeantes y la mirada hambrienta, Drizzt sintió que su deseo por Entreri volvía a encenderse con fuerza.
Jarlaxle observó lo que ocurría en la sala... y se atragantó con las palomitas. Tras unos angustiosos segundos de asfixia y de beber del refresco compulsivamente, tratando de aclarar su atascada garganta, un aturdido y medio ahogado Jarlaxle logró arrastrarse de regreso a su sillón y cambiar el estado de asfixia por uno de colapso mental.
Se estaban besando... ¡hacia cinco minutos se arrancaban la piel con los filos de las armas y ahora se arrebataban la ropa con las manos!
Rai´gy y Kimmuriel imitaban a la perfección la expresión de Jarlaxle, con los ojos como platos, la mandíbula tocando el suelo y tics nerviosos en los dedos.
En el exterior de la Torre de Cristal, los compañeros de Drizzt, que habían estado observando el combate tras el cristal, tenían expresiones bastante similares a las de los drows.
Catti-brie se volvió hacia Bruenor y le dirigió una enorme sonrisa.
- Me debes treinta piezas de oro, ya te decía yo que este era de la otra acera.
Bruenor solo pudo decir algo parecido a "Gaaaaaah"... porque no era capaz de pronunciar con la mandíbula desencajada. Un enano de pura raza no podía asimilar demasiado bien la homosexualidad ni mucho menos que Drizzt se estuviese enrollando con su peor enemigo. De hecho su cerebro, de consistencia similar a la roca, estaba ahora en estado de coma mientras trataba de poner orden en el colapso que le había producido la información recibida.
Regis, recién recuperado de una herida mortal recibida hacía poco, tuvo una bajada de tensión al ver al humano que era su pesadilla bajar los pantalones de su mejor amigo... pasó del rojo cangrejo al blanco nuclear en unos segundo y despues se desmayó.
Guenhwyvar ladeó la cabeza, volvió a ladearla, y tras comprender la situación se tumbó y se dedicó tranquilamente a lamerse para acicarlarse, era un momento tan bueno como cualquier otro y no tenía nada mejor que hacer.
Jarlaxle se puso el sombrero por delante... ¿qué hacer, qué hacer...¡Entreri y Drizzt estaban echando un polvo allí mismo¡Ciegos de pasión, se habían arrancado la ropa a tiras y ahora se enroscaban como serpientes!
¡Aquello no tenía que ser así¡Tenía que ser acorde a su plan! Drizzt y Entreri tendrían su duelo y cuando terminase Entreri y él volverían a Calimport donde un Entreri muy agradecido le daría mimitos, y en el caso de que Entreri perdiese entonces Jarlaxle le consolaría muy cariñosamente y resultado sería el mismo.
¡Pero no tenían que tener un arranque de pasión y ponerse a retozar allí mismo¡¡Agh, y ahora hacían un 69!... Y... oye, que bien lo hacían.
El cerebro de Jarlaxle desactivó las opciones de pensar y Jarlaxle se quedó mirando con cara de perversión y un hilo de babilla resbalando, repantingado en el sillón... espectáculo porno gratuito... mmmmh...
- Kimmuriel...
- Eh... ah... ¿estoo, si ?
- Mas palomitas.
Nota de la autora: ¡Haz el amor y no la guerra! Jajajajaja, le debía un buen rato a Entreri despues de hacerselo pasar tan mal. Jijijiji. Gracias por el apoyo recibido, este fanfic va a ir rapidito, que el humor es muy facil de seguir.
