#04# Sobreviviendo
"2 meses después"
Sacó las cosas de las bolsas de la compra para colocarlas encima del mármol esperando a que April terminase de hablar por teléfono para que pudiera ayudarle a situar en su sitio tal cantidad de comida.
Michelanggelo no pudo evitar arrugar la nariz al ver la cantidad de productos dietéticos y light que la chica solía incluir en sus contundentes compras:
.- ¿Chocolate bajo en calorías? – susurró para sí mismo mientras sostenía la tableta en las manos - ¿cómo puede ser bajo en calorías el chocolate?…
Se encogió de hombros y empezó a colocar las primeras cosas en la nevera prácticamente vacía.
No podía evitar sentirse mal cada vez que April tenía que sacar dinero de debajo de las piedras para poder hacer la compra de la semana. El hecho de que él y Splinter no fueran del todo "normales" no le suponía una facilidad para encontrar algún tipo de trabajo que pudiera traer algo más de dinero a casa…
Lo único semejante que había conseguido desarrollar había sido una especie de stock de cuadros en la tienda de antigüedades de la chica.
Michelanggelo siempre había sido un buen artista, no solo por hacer honor a su nombre si no porque el arte y la pintura era algo que lo apasionaba , fuera de los cómics y las series de televisión.
Apenas hacía un mes que la idea le había venido a la cabeza y April, por probar suerte, no se había negado a que Mickie participase en la economía familiar.
Todo había ido sobre ruedas cuando, en tan solo la segunda exposición, la mitad de los cuadros habían desaparecido por completo y a la tercera, ya estaban duplicados de precio.
Las cosas tampoco iban tan mal después de todo…si no fuera porque el vivir aún con Maestre Splinter provocaba que sus ejercicios de ninjutsu no hubieran dejado de existir y el ocupar el salón de April mientras ésta trabajaba ya era un ritual diario.
Envuelto en sus cavilaciones no se percató del pitido que la nevera hacía indicando que llevaba demasiado tiempo abierta. Apresurándose, lo apagó para seguir colocando las cosas en su sitio mientras escuchaba la incansable conversación de la muchacha paseándose por toda a casa recién salida de la ducha con la toalla en la cabeza:
.- Bueno, no creas, resulta tremendamente divertido vivir con dos animales de compañía – la chica les guiñó un ojo tanto a Michelanggelo como a Splinter que se voltearon a fusilarla con la mirada.
.-
Casey se apresuró a contestar antes de soltar una carcajada:
.- A mi me lo vas a contar, no sé quién deja más pelo, si Raphael o Cascabel.
.- ¡Oye! Un poco de respeto – la gata no tardó en apoderarse de la falda de Raphael que, desparramado en el sofá con el mando entre las manos, la echó a un lado tratando de evitar el contacto con la bola de pelo.
Casey permanecía sentado en la barandilla del balcón hablando incansablemente con April. Sus conversaciones solían alargarse hasta la hora de la cena llegando una factura de teléfono bastante considerable a final de mes.
La casa se encontraba literalmente patas arriba. La basura se amontonaba aquí y allí.
Envoltorios vacíos, latas de cerveza medio llenas por todos los rincones, platos amontonados y mugrientos en la pica y montones de dvd's tirados por encima de la mesa del comedor.
Raphael lo observó todo con vagancia sin poder evitar dibujar una mueca de asco por el aspecto del lugar. Des de luego, si él no recogía Casey no iba a hacerlo y, a éste paso, cualquier día Cascabel se perdería entre los escombros.
Sacando fuerzas de una perrería extrema, la tortuga se incorporó con un gemido y, tras estirar sus músculos, se dispuso a recoger levemente la zona para tener algo de espacio sobre el que desplazarse:
.- Esto está hecho una mierda Case. Tal vez tocaría una sesión de limpieza exhaustiva ¿no? – Casey Jones abrió los ojos como dos platos y no tardó en dar la nueva a April al otro lado del aparato:
.- ¡Espera, espera April¡Raphael dice que va a recoger la casa! – la tortuga lo miró con desdén con las manos en la cintura escuchando levemente cómo April se derretía en carcajadas por la broma.
.- No me seas cazurro y ayuda tú también – Raph agarró unos calzoncillos que habían quedado tirados por el suelo – la gran mayoría de la mierda no es mía…
Haciendo prácticamente caso omiso a la insistencia de Raphael por recoger el lugar, Casey continuó hablando con la chica a través del aparato hasta que la tortuga no lo agarró por la camisa tirándolo dentro de casa para que ayudase a recoger. Aún y algunos esfuerzos por parte del chico en alcanzar mínimas cosas del suelo, acabó por desplomarse de nuevo en el sofá bajo la ceñuda mirada de Raphael que empezaba a ponderar la posibilidad de cortarle la línea telefónica:
.- Espera nena, tengo otra llamada – Casey pasó a la otra línea – Rapha, es para ti.
Tras resoplar, la tortuga alcanzó el aparato con desdén y con cierta arrogancia en su tono de voz. La expresión de su rostro cambió hacia una enorme sonrisa justo antes de colgar:
.- ¡Eh! April estaba esperándome por la otra línea – soltó el muchacho arrebatándole el teléfono de las manos con resignación:
.- Déjala vivir en paz – la tortuga salió al balcón.
.- ¿Te vas? – Raphael se giró con una maliciosa sonrisa en el rostro mientras se agarraba a la cornisa para balancearse hacia arriba.
.- ¡Dentro de poco tendremos la pantalla de plasma Case! – dedicó una cariñosa seña con el dedo central antes de desaparecer entre las primeras sombras de la noche.
Jones volvió a desplomarse en el sofá mientras observaba 360 grados a su alrededor descubriendo, tal vez por primera vez, que la casa se encontraba realmente asquerosa:
.- Genial, por tonto ahora me toca recoger solo…
.-
La lluvia justo había empezado a caer en tan solo aparecer la noche.
A pesar de la consistente estructura del lugar, el techo dejaba mucho que desear y las goteras eran inminentes cada vez que las nubes amenazaban con diluvio. Aún y así, la tranquilidad del sonido de las gotas y el eco en la zona del teclear del ordenador, ofrecían una rara sensación de bienestar por la que Donatello se derretía a pesar de estar solo.
La soledad.
No le había resultado un problema en aquellos dos meses y había sabido volcar toda su atención en la construcción de una nueva empresa vía net que le permitía ganar lo suficiente como para seguir encargando la maquinaria necesaria pudiendo llegar a permitirse la mejor del mercado.
Así pues, en tan solo un mes, EDIAP había alcanzado un gran éxito entre los usuarios de compra y venta de programas por internet y, a pesar de que las negociaciones nunca eran cara a cara, Donatello había sabido montárselo de manera que los créditos llegasen con firmeza a la cuenta bancaria antes de enviar los encargos.
Una simple empresa de encargos de informática avanzada y programación.
Nada en lo que Don no supiera desenvolverse con facilidad y tranquilidad.
Había desarrollado un foro propio en el cual los usuarios entraban en contacto por chat con le mismísimo Donatello preguntando por numerosos programas, problemas de programación y artilugios de informática que no podían encontrarse en el mercado con facilidad.
El lugar se encontraba completamente a oscuras por olvido de la tortuga a encender el generador principal en tan solo caer la noche. Pero no le había resultado ningún problema para seguir trabajando.
La iluminación de la pantalla y la taza de café caliente sobre la mesa le eran suficientes para pasarse horas y horas trabajando.
Se recostó hacia atrás estirando sus brazos por encima de su cabeza tratando de despertar a los músculos agarrotados tras estar horas en la misma posición. En la pantalla, numerosas ventanas permanecían abiertas a modo de conversación:
.- "Necesito los drivers para un reproductor DVD clásico del modelo num. 6269-BBG" – Donatello se aguantó el mentón con pesadez – diablos…la gente no tiene ni idea de cómo utilizar internet…– volvió a lanzarse al teclado tras darle un trago a la taza de café pronunciando lo que escribía en voz alta – "muy bien zara015, dame tu mail y en dos días los tendrás. Por favor, observa antes la lista de precios y el número de cuenta corriente. Es por cobro avanzado"
Al otro lado de la línea el usuario con el nombre zara015 pareció inquietarse:
.- "¿Pago avanzado? Eres un desconfiado Don" – Donatello entornó los ojos antes de volver a contestarle con simple indiferencia – "¿Pretendes que confíe de alguien a quien no veo la cara? Buen negocio haría, pues."
Cerró la ventana de conversación antes de dirigirse irremediablemente hacia otra que aún permanecía en espera. A veces realmente le gustaría tener algún tipo de operario que pudiera ayudarle a tratar con todos los clientes, realmente le fastidiaba tener que estar constantemente pendiente de todos los usuarios que le requerían.
Una de las conversaciones parecía estar impacientándose a causa del largo rato de espera.
Donatello frunció el ceño al ver el nombre en la ventana:
.- "Lizz: Dime que puedes conseguirme un decodificador de la clase VG" – apoyándose de nuevo en el respaldo y frotándose la nuca observaba perplejo la insistencia de la chica en conseguir el aparato - ¿un decodificador VG¿Para que va a querer eso?
Fue a lanzarse contra el teclado de nuevo cuándo algo golpeó con fuerza el enorme portón de madera del almacén.
Trastornado, Donatello guardó silencio por unos instantes esperando que, tal vez , el inquilino se diera por vencido.
Pero no fue así y los golpes en la puerta eran cada vez más bruscos y sonoros.
Con una mueca de desagrado en el rostro, Donatello se incorporó dispuesto a abrir confiando en que la oscuridad en la que se encontraba sumido el lugar ocultaría su aspecto mientras despachaba al visitante.
La puerta chirrió con fuerza al abrirse estrechamente apenas viendo como la lluvia se agolpaba con fuerza al exterior. Un hombre completamente envuelto en un impermeable y de mediana estatura levantó la mano en señal de salutación sin tan solo decir nada:
.- ¿qué quiere? Estoy ocupado – la imagen de Don era completamente oscura y el hombre no llegó a percatarse del hecho que hablaba con una tortuga gigante:
.- ¡Déjeme entrar¡Por favor!- los gritos sonaban a desesperación y apenas se escuchaban bajo el ruido de la lluvia al caer con consistencia sobre su cuerpo:
.- Olvídelo, esto es una propiedad privada.
.- ¡Y un cuerno! Lleva años abandonado – Donatello chasqueó los dientes con desagrado. Por unos instantes ponderó la posibilidad de que pudiera tratarse de algún policía que se había percatado de la actividad ilegal de aquél lugar.
Antes de que pudiera tan solo responder, un sonoro "clack" indicó que los plomos habían saltado a causa de una sobrecarga eléctrica.
Los ordenadores continuaron encendidos por estar dotados de un generador secundario, pero la conocida luz roja de emergencia que solía ocupar el lugar cuándo la electricidad saltaba, cayó pesadamente sobre Donatello quedando al descubierto por completo delante de su visitante.
Bañado en una curiosa luz roja y golpeándose la frente repetidas veces maldiciendo a la lluvia no se preocupó en esconderse del hombre, pues ya lo había visto y de esa forma solo empeoraría las cosas.
El hombre retrocedió confundido y algo aturdido:
.- Un….¡un demonio! – Donatello agarró la solapa del hombre con fuerza y lo metió dentro cerrando el portón con fuerza:
.- ¿De verdad que no se os ocurre nada mejor cuándo nos veis?
.-
Solía escrutar la oscuridad tratando de encontrar algo de su interés. No solo se sentía mucho más libre cada vez que vagaba por las azoteas en plena noche, si no que, para él, resultaba ser un mayor campo de entrenamiento.
En aquellos dos meses había seguido solo su propio "camino del ninja" siguiendo todos y cada uno de los consejos que Splinter le había dado a lo largo de su vida….solo era que, no quería volver a depender de nadie.
Nunca se había llegado a imaginar que el no tener que dar explicaciones, el no tener que ocuparse más que por sí mismo y el seguir su entrenamiento a su manera, pudiera gustarle tanto.
Aún y así, la soledad seguía ofreciéndole malos tragos y, en pocas ocasiones se veía en compañía…incluso a veces había llegado a pensar en que tal vez el hecho de estar solo no pudiera resultar del todo beneficioso para su formación.
Pero algunos años no hacen daño a nadie y el no tener que escuchar otra voz más que la suya le sumergía en un campo de pensamientos llegando a comprenderse a sí mismo cómo nunca había logrado hacerlo.
Saltó de nuevo hacia otro tejado procurando encontrar un buen soporte que no cediera bajo su peso. Tras colocarse en lo alto de una de las torres de agua, se acuclilló dando tregua a sus músculos y permaneció observando cómo la gente paseaba por las aceras siguiendo su propio destino. Sin detenerse por nada y con una individualidad algo egocéntrica.
Leonardo suspiró con contundencia antes de dejarse caer en la base de la torre de madera y permanecer levemente sentado hasta que algo llamó su atención.
Alguien permanecía sentado en el borde de la cornisa de uno de los edificios contiguos así que, haciendo uso de la mayor invisibilidad posible, se acercó únicamente por curiosidad preguntándose si realmente existía algún humano que pudiera disfrutar de las vistas tanto como él.
Saltó escondiéndose en los pilares del edificio manteniendo una distancia de seguridad.
No.
No había ningún humano que disfrutase tanto de aquello.
Si más no, ese no lo era.
Para el asombro de Leonardo, no le fue difícil distinguir la anaranjada bandana de su hermano que se mecía histérica con el viento.
Michelanggelo permanecía sentado con las piernas cruzadas y un bloc de hojas entre las manos. Observaba minuciosamente el paisaje urbano que se desprendía bajo sus pies y lo dibujaba a milímetro sobre el papel.
Leonardo sonrió levemente aún tratando de no ser visto por su hermano.
Permaneció allí por largos minutos, observando con cierta familiaridad cómo su hermano se desenvolvía con el lápiz y el papel mientras se mordía la lengua en señal de concentración…..
….nunca creyó que le enternecería tanto poder volver a ver a su hermano menor dibujando…aún y cuándo recordaba reprocharle el pintarle cuándo hacia sus entrenamientos.
Recordaba no soportarlo.
Sentirse observado de aquella manera mientras trataba de concentrarse le oprimía enormemente y solía echar a Michelanggelo a gritos de la sala para tratar de tener un poco de tranquilidad.
Ahora la tranquilidad se desbordaba por todos los rincones y daría lo que fuera por poder escuchar un par de gritos y carcajadas de vez en cuando.
Pero nada ocurría en vano y, aún y sentirse extrañamente cómodo cerca de su hermano de nuevo, no deseaba volver a entablar relación con él.
Ni con él ni con ninguno del resto.
Su camino del ninja había elegido la soledad y la tranquilidad, así como la serenidad. Cosas que sin duda desaparecerían en cuánto volviera a estar con ellos.
Seguramente fueron esos pensamientos los que obligaron a Leonardo a abandonar el lugar tras considerar que llevaba demasiado tiempo allí. Temía por ser descubierto y su orgullo no permitiría que Michelanggelo creyese que lo observaba por nostalgia.
Así pues, desapareció en uno de los callejones que envolvían al edificio tratando de ser lo más sigiloso posible mientras abandonaba a su hermano menor en sus cavilaciones artísticas.
.-
.- No sé si acabo de entenderlo del todo….
.- No le hace falta entenderlo, tan solo ver, callar y salir de aquí – Donatello entornó los ojos – ¿tan difícil le supone?
El hombre no le contestó. Tras quitarse el empapado impermeable observó minuciosamente a Donatello antes de pasear la mirada por el lugar quedando completamente asombrado.
Se trataba de un hombre algo mayor, tal vez unos cincuenta años, que vestía de una manera algo haraposa por tratarse de quién era.
Don lo observó una vez más mientras se desparramaba en su silla:
.- así que usted es…
.- Kevin Camdem, doctor de la planta cardiovascular del Hospital Central de Manhattan.
.- ¿Cardiólogo? – Donatello arqueó ambas cejas con incredulidad mientras Kevin manoseaba con cuidado la maquinaria del lugar.
.- Sí. Ice un encargo a EDIAP de un programa informático para operar digitalmente hará algunas semanas – Donatello se frotó el mentón algo pensativo antes de que los ojos le brillasen con intensidad al reconocer al supuesto cliente.
.- Claro…usted debe de ser…KC54…recuerdo haber hecho su encargo….- el hombre sonrió mostrando una enorme papada bajo su cuello:
.- K y C son mis iniciales, 54 es mi edad.
.- Si bueno, de todas formas – Don parecía empezar a impacientarse pues el hombre no concretaba a qué se debía su visita desesperada - ¿tiene alguna queja? Para eso solo tiene que ponerse en contacto conmigo vía mail, no hace falta que venga hasta aquí…- Don arqueó ambas cejas – a todo esto….¿cómo demonios ha sabido en dónde se encontraba EDIAP?
El hombretón le sonrió mientras se quitaba el empapado jersey de lana que parecía estar acalorándole por momentos:
.- Únicamente te seguí la señal por radio. Los equipos de mi oficina son muy sensibles a cualquier onda eléctrica y…seguramente debiste de tener alguna llamada telefónica en aquel momento…
Don se golpeó la frente de nuevo maldiciéndose a sí mismo por comer pizza mientras trabajaba…más pedir que la trajeran hasta el almacén…
Donatello pareció rendirse finalmente ante el cansino positivismo del hombre que parecía estar en sus sueños rodeado por tal maquinaria:
.- ¿Y que¿Tiene algún problema con su encargo?
.- En absoluto.
.- ¿Entonces?
.- Bueno…siento molestar, pero tan solo quería venir ha hacer una visita al director de la empresa...pero vaya, no creí que fuera un lugar tan mugriento y que tú fueras.…
.- Una tortuga – el hombre observó una vez más a Donatello antes de echarse a reír:
.- Des de luego, siempre que veo algo así me conformo con decirme que estoy viviendo en la ciudad de Nueva York, si no ya hubiera acabado muerto hace mucho tiempo…- sin tan solo pedir permiso, el hombre tomó asiento en una de las cajas de cartón que, principalmente, adornaban la zona.
Donatello únicamente se encogió de hombros dándose por vencido y pidiendo gracias por algo de compañía por un rato.
Él también tomó asiento tras ofrecerle una taza de café que Kevin no negó:
.- Me gustaría felicitarte por todo el trabajo que estas haciendo. Conozco mucha gente del hospital que ha encargado cosas a tu empresa y ni uno se han quejado.
.- Y has sido tú el único que ha decidido en hacerme una visita…- Kevin se percató de la importancia que otorgaba Don al hecho de que sus clientes no supieran acerca de su aspecto:
.- Tranquilo…¿Don?
.- Ajá.
.- Soy el único que rastreó la señal…si es lo que te preocupa…tan solo vine...por cortesía – Donatello observó algo incrédulo al hombre. No acababa de creerse que Kevin hubiera venido a verlo tan solo por darle las gracias. Así que la mirada interrogativa que le lanzó fue suficiente para que el hombre se diera por aludido:
.- Bueno…está bien…verás, es que, por algunos problemillas me han echado del hospital y…bueno, a parte de intervenir quirúrgicamente soy bueno en el mundo de la informática así que…EDIAP me pareció una pequeña empresa que tal vez pudiera necesitar de algo de personal…..y reitero al verte que estás completamente solo.
.- Esto es genial…- Donatello se levantó andando con nervios por la zona trazando un circulo bajo sus pies mientras musitaba algunas palabras inteligibles referidas al hombre.
Le había sentado mal la intrusión del invitado en el lugar y el hecho de que interrumpiera el trabajo de aquella manera. Pero, por otro lado, se encontraba tremendamente necesitado de algo de ayuda y, por supuesto, de algo de compañía.
Tras unos breves minutos en los que se derritió un escalofriante silencio en el lugar, Donatelo se encaró al hombre:
.- Así que, quieres trabajo ¿no? – Kevin asintió – no sé si voy a poder cumplir tus expectativas laborales al igual que tampoco podré pagarte tanto cómo podrías llegar a cobrar de quiropráctico…pero des de luego que no me vendría mal una ayudita en todo esto, y más si sabes del tema me vas a venir que ni pintado.
Kevin esbozó una amplia sonrisa mientras los ojos comenzaron a brillarle por el comentario de Don, pues ya había dado por supuesto que lo aceptaba:
.- Gracias, de verdad.
.- Espera, habrán algunas normas, más que nada sobre la clandestinidad del lugar, mi aspecto y el hecho de mantener contacto personal con los clientes…
.- Ningún problema – el hombre pareció haber tenido la vida arreglada en tan solo unos segundos y, bajo la mirada de Donatello, únicamente se trataba de un adulto regordete y medio calvo que podría ofrecerle una ayuda en el asunto.
El hombre prestó atención a las explicaciones de Donatello pero, no pudo evitar sentir curiosidad por el nombre de la empresa:
.- A todo esto…¿EDIAP qué significa? – Donatello esbozó una sonrisa en el rostro de auto-satisfacción:
.- Te parecerá estúpido, pero es lo mejor que se me ocurrió: Encargos Donatello de Informática Avanzada y Programación.
.- ¿Donatello¿Ese es tu nombre o tu nick?
.- Es mi nombre completo, mi nick es Don – lanzó una mirada picarona al hombre – y no pienso cambiar las siglas para meter una K de por en medio.
.-
Algo irrumpió con cierta torpeza en el salón haciendo que April diera un respingo del sofá mientras el libro le resbalaba de las manos.
Cerca de la ventana, Michelanggelo luchaba por deshacerse de la cortina que lo había envuelto al estar completamente empapado. Al percatarse de que la chica se incorporaba delante de él con posado enfadado sonrió inocentemente:
.- ¡Buenas noches April!
.- ¡Michelanggelo las cortinas! – de un salto la tortuga se incorporó.
.-Tranquila, las coloco, las coloco.
.- ¡No te muevas¡Me estás encharcando el parqué!
.- Uops! Lo siento, ya friego.
.- ¡No¡Quédate quieto, no te muevas!
Splinter asomó la cabeza por el pasillo al escuchar las voces de la chica y no pudo evitar suspirar mientras entornaba los ojos al ver la torpeza de su discípulo con las cortinas cada vez que trataba de entrar por la ventana:
.- Supongo que ahora es cuándo debo recordarte qué un buen ninja se caracteriza por su sutilidad, silencio y facilidad al desplazarse por los lugares más escabrosos.
.- Lo sé, sensei, pero esa lluvia me estaba congelando las escamas…- Tras secarse, la tortuga se dirigió hacia su principal visita tras llegar a casa. La nevera.
Se detuvo momentáneamente al pasar por al lado de Splinter:
.- Por cierto, maestro…por si le interesa, Leonardo sigue estando en plena forma.
Splinter interrogó a su hijo con la mirada pero éste tan solo le dio la espalda para dirigirse hacia la cocina con despreocupación.
La anciana rata no pudo evitar sonreír levemente al imaginarse que, después de tanto tiempo, tal vez Michelanggelo había mantenido algún tipo de contacto con su hermano. Pero no podía imaginarse qué aquél contacto tan solo había sido basado en una suprema indiferencia por parte de la tortuga menor tras saber que había estado siendo observado por uno de sus hermanos.
.-
Poco le faltaba a Casey para fusionarse finalmente con el sofá.
Tras recoger incansablemente la casa, todo había quedado reluciente y extrañamente limpio y su cuerpo le había pedido una tregua con el sofá y la televisión mientras unas pizzas se calentaban al horno.
Algo golpeó con fuerza la puerta cerrada del balcón.
Refunfuñando por tener que levantarse una vez más, Casey se apresuró a abrirle a Raphael que entró abrazándose a sí mismo y completamente empapado:
.- ¿En qué estás pensando? Te tengo dicho que no me cierres la puerta Case, no estoy dispuesto a pasar la noche fuera si algún día te quedas dormido.
.- Estaba despierto, lo juro.
.- Pues tu cara no dice lo mismo – Raphael se secó con una toalla antes de observar por primera vez a su alrededor – vaya, cuándo quieres eres muy eficiente. Veo que lo has limpiado todo a conciencia…
.- La próxima vez no vas a escaquearte listillo. Te va a tocar a ti.
.- Descuida – Raphael se retiró al lavabo y case volvió a desplomarse en el sofá justo a tiempo para las noticias de media noche.
La televisión mostraba un abandonado local cercano al puerto en dónde la policía había encontrado a tres ladrones buscado en todo el estado y éstos permanecían amordazados en el suelo visiblemente apalizados:
.- "Nuevamente, parece que la violencia callejera vuelve a crear estragos incluso dentro de los de su mismo género. Otros tres delincuentes buscados por la ley des de hace varios meses han sido encontrados en uno de los locales al este de Manhattan completamente amordazados. Todo indica que, antes de la intervención policial, ya habían sido atacados"
Casey sonrió ampliamente mientras lanzaba un cojín a la cabeza de Raphael cuándo éste apareció de nuevo en el salón:
.- La pantalla de plasma ¿nah?
Bueeeeno, pues siento haber tardado más de lo previsto, pero bueh, la excusa de siempre, que os voy a contar que ya no se sepa...(grrr! malditos exámenes!...).
Tranquila Karliña! ke si, Michelanggelo va a ser el mismo de siempre, pero cuándo April lo miró y dijo que ya no era Mickie, si no Michelanggelo, fue una manera de decir que ya no se trataba de un niño. (y si él, que supuestamente es el más pequeño, ya no es un niño, pues el resto todavía menos, jejeje)
Bueno, si hay algun machote en vez de levantar la mano mejor ke diga algo, porque Karla alomejor tiene alguna especie de infrarojos para detectarlos (a los machotes) , pero yo soy mu normal y no podría verlo! XD. Nah nah, tu tranquila nena, ke yo tambien tengo los radares puestos en "búsqueda y captura" XD, jejejeje.
Pues ala, nos vemos dentro de na, besus des de la parte más contaminada de la península (o sease, Barcelona city).
Ciao ciao! YaS ;-P
