#09# Encrucijada II
Seguía sumergido en las profundidades de aquél amasijo de cables y hierros que empezaba a tomar cierta forma de un vehículo relativamente grande. A un lado de éste, que permanecía levantado mediante un enorme elevador, la carrocería lucía limada y a punto de pintarse después de recibir los últimos retoques.Des de luego que había estado invirtiendo horas y horas durante aquella última semana. No había dejado de trabajar ni un segundo. Tras llevar a cabo las primeras programaciones del decodificador, las más complicadas, había repartido su tiempo entre el encargo y la construcción del nuevo acorazado.
Kevin sabía espavilarse lo suficiente cómo hacer frente a los encargos de otros clientes y Donatello había podido disfrutar de sus propios hobbies aunque fuese a coste de dejarse la piel.
Sacó el pequeño CD de la ranura del ordenador cuando ésta se abrió. Airoso, se volteó junto con la silla hacia Kevin sonriéndole con arrogancia.
Éste aplaudió:
.- Muy bien, en poco tiempo.
.- ¿Por quien me has tomado? – kevin tan solo sonrió.
Donatello envolvió el CD en plástico delicadamente antes de introducirlo en una pequeña funda de plástico. Lo tiró a los brazos de Kevin que se tambaleó para alcanzarlo:
.- ¿te has puesto en contacto con ella?
.- Si, por supuesto – susurró tras recoger el CD cuidadosamente en sus manos – ya le dije el lugar y la hora. El almacén del puerto le pareció bien.
.- ¿A la noche?
.- Antes de media noche.
.- Bien – tratando de aprovechar algunos minutos de descanso tras acabar el trabajo más importante, Donatello se recostó hacia atrás en sus silla colocando los pies encima de la mesa.
No pudo evitar desviar su mirada hacia lo alto, en la columna justo en la que descansaba el cuadro de Michelanggelo. Solía quedarse largos minutos observándolo cuando le daba vueltas a algún hecho importante y no podía dejar de comerse la cabeza. Era cómo si tratase de encontrar aquello oculto que Mickie trataba de mostrar con su obra.
Pero para él no era más que un cuadro.
Para cuándo se dio cuenta, Kevin le hablaba de fondo y luchó por volver al mundo:
.- ¿Decías? – se apresuró a preguntar:
.- Me dijiste que me llevase esto ¿verdad? – Kevin sostenía entre sus gruesas manos un pequeño micro adaptable al oído que pretendía mantener contacto entre él y Donatello en el intercambio.
Algo apenas perceptible.
.- No te preocupes, estaré fuera en la camioneta. Si algo va mal, entraré.
.- claro, vas a protegerme dando golpes con tu palo ¿cierto?
.- …bo staff….- soltó casi en un gruñido – pero no creo que sea necesario.
Donatello giró sobre sí mismo y tecleó algo en el ordenado, al instante la pantalla de éste se dividió en 6 mostrando diferentes puntos de vista del viejo y abandonado almacén en dónde se efectuaría la entrega.
Kevin parpadeó de asombro:
.- Me he tomado la libertad de asegurar el lugar. Coloqué cámaras escondidas por todos los rincones más importantes. Podré vigilar todas las esquinas.
.- Dios mío. Eres un desconfiado Don – la tortuga lo miró ofendido:
.- Si hubieras visto lo mismo que yo por estas calles tampoco escatimarías esfuerzos en seguridad…
.- Bueno, espero que nada de eso te haya valido la pena…no quiero jugarme el pellejo trabajando…- Donatello le lanzó una mirada irónica:
.- Entra dentro de tus honorarios, así que si hace falta te lo juegas – finalmente apagó el monitor y se incorporó a la vez que colocaba una mano en el hombro de Kevin – tranquilo. Vas a estar seguro.
.-
Permanecía despreocupadamente descubierto. Con los brazos cruzados i aires de aborrecimiento.
Tras esconderse durante algunos minutos en la azotea, había ido perdiendo interés en la furtividad después de tanto esperar y había dado la cara por el borde de la esquina sin quitarle el ojo de encima a Elisabeth Wagner.
Llevaba varios minutos acurrucada junto a una papelera esperando a que pasase el autobús. Se apartaba con insistencia el pelo de la cara y miraba con preocupación hacia todos lados.
Iba mucho más cubierta de lo normal, pero sus medias y su falda seguían estando presentes, pero esta vez se había dotado de una inmensa bolsa y ocultaba su rostro con un gorro y una bufanda de lana.
Raphael arrugó la nariz.
Para nada parecía tan peligrosa cómo Jan le había advertido y a sus ojos no dejaba de ser una chiquilla escuchimizada, alguien en quien no costaría ni una gota de sudor reducir a motas de polvo.
Alguien verdaderamente débil.
Se miró de nuevo la muñeca comprobando, por aburrimiento, que la señal que desprendía el reloj que Jan le había dado marcaba el lugar exacto en el que se encontraba Lizz.
Se extrañó pensando que, después de tanto tiempo, la muchacha no se hubiera percatado del rastreador de su nuca.
"se le habrá quedado enredado en esas trenzas…" pensó para sí mismo tratando de desviar el aborrecimiento hacia otro lado.
Tenía tantas ganas de saltar y sacudirla que si no fuera por la rechistante voz de Jan que seguía escociéndole en el oído advirtiéndole de las consecuencias de no seguir sus normas, ya lo hubiera hecho.
".- Espérate a tenerla a buen recaudo y que no haya nadie a su alrededor. ¡Y recuerda! Nada de heridas ni contusiones graves. Nada de miembros rotos. Nada de amordazarla. Nada de alardeos y sobretodo, por favor, sigilo"- Raphael gruñó al recordar las estrictas exigencias de Jan Dorvin en cuánto al asunto de Wagner.
Por supuesto que le había dado carta blanca¿pero a que precio?…seguía estando más controlado que con anterioridad…
Se fugaron de su cabeza todos los insultos que uno a uno destinaba a la chica policía en cuánto vio aparecer el autobús por la esquina.
El vehículo se detuvo y Lizz se dirigió hacia él mientras sacaba algo de su bolso.
Al parecer, lo llevaba demasiado lleno y mientras rebuscaba el cañón de una pistola asomó entre las pertinencias que llevaba consigo.
Raphael agudizó la vista fijándose delicadamente en ello.
Tenía que tener cuidado si la chica estaba armada.
Repentinamente y percatándose de que su pistola había asomado, Lizz miró a su alrededor e incluso mandó una mirada hacia la azotea. Raph se agazapó con velocidad y, cuando volvió a asomarse, el autobús había iniciado la marcha y Elisabeth Wagner se sentaba en el final.
Sonriendo por poder moverse al fin, saltó hacia la azotea contigua tratando de no perder de vista en ningún momento el vehículo deseando que Lizz se bajase en algún lugar lo suficientemente deshabitado.
.-
Otra vez, perdió la concentración y la estaca se tambaleó peligrosamente. Pero logró recuperar el equilibrio y seguir aguantándose en pie.
A pesar de que la planta de su pie derecho, utilizado cómo soporte, empezaba a dolerle una barbaridad por llevar tanto rato sosteniéndose encima de una superficie tan pequeña, el maestro no parecía querer dejar el ejercicio en paz y seguía supervisando el entrenamiento de Michelanggelo des de lo alto de la torre de agua que se ostentaba encima del edifico de April O'Neil.
Una vez caída la noche ya nadie frecuentaba esos lugares.
Respiró hondo una vez más, más por querer hacer pasar el dolor de su pie que por concentración y trató de volver a conseguir que la estrecha y larga estaca de madera sobre la que se sostenía dejase de oscilar con violencia.
Notaba como el viento soplaba más fuerte a ratos y tenía que enderezarse aún más para evitar que éste lo tumbase. Pero cuando desviaba la atención hacia otra cosa, el viento volvía a traicionarle y la estaca se tambaleaba de nuevo.
Tras la amenaza de Splinter de quedarse sin postres durante una semana más si no empezaba a tomarse en serio los entrenamientos, Michelanggelo había sentado la cabeza y trataba de acontentar al maestro en todo lo que pudiera.
Pero era tan aburrido.
Tremendamente aburrido, más bien.
Nunca se había percatado de que echase tanto de menos a sus hermanos durante los entrenamientos. Tal vez cuando ellos estaban presentes solía tomárselos mucho más en serio.
La competencia era su principal aliada y las feroces ganas que envolvían a los hermanos de superarse entre ellos cuando entrenaban juntos era lo que les hacía seguir adelante.
Bueno, más bien competían todos menos Leo. Era el único que lograba acabar los ejercicios sin inmutarse y sin apenas necesitar que alguien le retase a ello.
Mickie esbozó una leve sonrisa recordando aquellos días en que solían rifarse el lavar los platos a base de ejercicios.
Por entonces todo resultaba mucho más divertido.
Pero ahora…
Sólo estaba él, y Splinter….y la anciana rata, fuera de querer encontrar una distracción mejor a Michelanggelo, no resultaba ser suficiente amena como para que la tortuga se viera atraída por los ejercicios.
Es más, empezaba a repugnarlos.
Suspiró una vez más cansado de todo aquello y dio un respingo cuando Splinter, a sus espaldas en lo alto de la torreta, le llamó:
.- Michelanggelo – la tortuga luchó por no tambalearse en la estaca a la vez que encaraba a su maestro – eleva más ese pie.
.- ¡Aghhh¡No puedo más con esto sensei! – bajo la atenta mirada de la rata, trató de cumplir su orden pero su pierna le traicionó al estirarse demasiado y perdió de nuevo el equilibrio.
Tras tambalearse violentamente, logró volver a recuperar la estabilidad que aprovechó para cambiar el pie de soporte.
La palma de su pie le ardía a horrores:
.- ¿Puedo bajar ya?
.- Michelanggelo – la tortuga se estremeció con semejante rugido – la principal virtud de un ninja es su paciencia.
.- ya, y su principal defecto el aburrimiento – susurró para sí mismo. Splinter arqueó una ceja abriendo por primera vez los ojos des de su posición de meditación. Mickie se hizo el concentrado y el maestro devolvió de nuevo su atención a su estado meditativo.
Michelanggelo volvió a relajarse y se cruzó de brazos mientras clavaba su mirada al negro cielo:
.- …Raph…¿qué le dijo?- Splinter no izo ningún ademán de contestarle - …ese imbécil…al menos se dignó a haceros una visita a April y a ti…¿sabe que está con la vecina? ...esa muchacha morena que siempre va con la gabardina…tiene el mismo carácter que un bulldog…
Splinter abrió los ojos de repente.
Algo estalló en su pecho y se vio sorprendido.
Su respiración empezó a agitarse y luchaba con fuerzas para hacer pasar el intenso dolor que sentía en su interior.
Tan intenso que empezó a sudar frío.
Sin darse cuenta se había agarrado en un puño el pliegue de su kimono e iba cayendo hacia delante con los ojos desorbitados.
Michelanggelo, dándole la espalda, seguía sumido en sus cabilaciones:
.- …ella es policía ¿verdad?….o eso creo que me contó April… ¡demonios! Seguro que Rapha está con ella por el dinero…
Splinter empezó a respirar con mucha más violencia y se vio obligado a cerrar los ojos mientras aún seguía agarrándose el pecho con espanto.
Fue entonces cuando Mickie, con los brazos detrás de la cabeza, trató por voltearse levemente sin caer de la estaca:
.- ¿Ocurre algo, sensei?
Por unos instantes, el dolor punzante pareció desaparecer a gandes zancadas y Splinter empezó a retomar la calma y el aliento.
Pero estaba tremendamente asustado.
Michelanggelo se volteó del todo y observó extrañado cómo la anciana rata se incorporaba tratando de recuperar su compostura.
Frente a la insistente mirada de su alumno que, por despistado no se había percatado de nada, Splinter tan solo negó con la cabeza para indicarle que todo andaba bien:
.- me parece que…ya es suficiente por hoy…
Michelanggelo dio gracias al cielo y fue a saltar de la estaca cuándo la anciana rata, de un fugaz movimiento, saltó por encima de la cabeza de la tortuga hacia la cornisa.
Asustado por aquella reacción repentina, Michelanggelo perdió soporte y cayó al suelo estrepitosamente des de toda la altura de la estaca:
.- … me cago en!….- soltó ahogadamente mientras se frotaba el trasero - ¿pero porqué?
.- ¡Shht! – Splinter mandó callar a Michelanggelo. Se encontraba en la esquina de la azotea, escrutando el paisaje del otro lado con suma concentración.
Curioso, la tortuga se asomó por detrás sin dejar de sobarse las partes doloridas:
.- ¿Qué ocurre? – la anciana rata tan solo señaló con el bastón a la calle.
Ésta se encontraba repleta de coches que permanecían a espera en un semáforo en rojo. En uno de ellos, específicamente una pequeña furgoneta de color azul marino, permanecía recostada encima de la cera. La puerta de atrás se encontraba estrechamente abierta y un hombre algo mayor corría hacia esa dirección.
En cuánto llegó alguien le abrió la puerta de par en par para abrirle el paso y ojeó a su alrededor antes de volver a cerrarla.
Michelanggelo quedó trastornado:
.- ¿Ese era…? – Splinter se recostó hacia atrás con aires de preocupación:
.- …Donatello…
.-
Saltó rápidamente hacia el edificio contiguo y, finalmente, alcanzó a verlo.
El almacén.
Se alzaba viejo, polvoriento y ciertamente tenebroso en el centro de un pequeño descampado lleno de las sombras de lo que algún día había sido el inicio de alguna obra en construcción
En la entrada de éste reposaba un deportivo negro.
Leonardo se presionó el micro junto a la comisura de los labios:
.- ¿Lizz? Estoy ahí…en el caso de que Milo Hace tenga un cochazo negro, él también ha llegado.
>¿Si?….genial….- la muchacha parecía preocupada – estoy a punto de llegar. Trata de que no te vea nadie entrando.
Leonardo saltó al pie del edificio y corrió agazapado entre las sombras del solar hasta alcanzar la estructura del almacén. Una vez allí, escaló hacia el techo y permaneció cerca de la claraboya abierta seguramente por el derrumbamiento de las viejas vigas del techo:
.- Soy un ninja¿recuerdas?
>A veces lo olvido
.-
Lizz bajó del autobús y anduvo con rapidez por las calles dirigiéndose con prisa al almacén.
Miraba a su alrededor con insistencia preocupada y visiblemente histérica y carcomida por los nervios. Se sujetaba el micro en la oreja con fuerza, como si desease tener a Leonardo cerca en esos momentos:
>¿Todo bien? – preguntó la tortuga al otro lado del micro – oigo tu respiración muy agitada.
- No es nada, solo estoy nerviosa…oye….¿de verdad estás en el almacén?
>justo en lo alto de éste…¿porqué?
.- Bueno…tengo la sensación de que me siguen…- Lizz paseó nuevamente la mirada a su alrededor antes de ajustarse la gorra e inspirar – déjalo…nos vemos dentro Leo.
>Estaré contigo – seguidamente desconectó.
Elisabeth Wagner agarró con fuerza la bolsa y cruzó la calle en dirección al almacén, tan solo a unos minutos de distancia.
Corroborando las sospechas de la chica, algo saltó con velocidad por encima de ella quedando colgado en la farola más próxima, hacia la que Lizz no pensó en mirar.
Raphael sonrió arrogante entre las sombras del lugar y desenvainó su sai con el que jugueteó unos instantes en sus manos antes de saltar de nuevo sigilosamente siguiendo a la chica.
Se detuvo a cuclillas sobre otra farola cuando interceptó el enorme solar sobre el que se levantaba el almacén medio destruido. Frunció el ceño de confusión para luego volver a esbozar una sonrisa:
.- vaya…me lo vas a poner fácil como sigas metiéndote entre las sombras señorita Wagner…
.-
Raphael se metió por una de las ventanas y rápidamente se acomodó en lo alto de las vigas del techo en cuánto comprobó que Lizz no estaba sola en el lugar.
Milo Hace la sonrió con arrogancia en cuánto la vio entrar por el enorme portón. Lizz le devolvió la sonrisa antes de mandarle una furtiva mirada a la chica que permanecía de pie al lado de Milo.
Una chica rubia, vestida simplemente con un vestido tejano por las rodillas. Ésta la estudió de arriba abajo y Lizz se sintió extrañamente incómoda:
.- ¿Quién…? – preguntó titubeando a Milo sobre la presencia de la otra mujer.
.- Diana. Mi…mi chica de confianza – Milo la agarró por la cintura cariñosamente – ya sabes.
Lizz arrugó la nariz y depositó la bolsa encima de una mugrienta caja mientras seguía estudiando a la chica rubia.
Le era extrañamente familiar y no dejaba de quitarle el ojo de encima…su mirada, su manera de hablar, de moverse….de andar…la conocía de algo y exactamente no sabía de qué, pero en esos momentos mientras estuviera de su parte le era exactamente igual quién fuera.
Pacientemente y con los nervios a flor de piel, tomó asiento en la esquina de una de las cajas de madera y esperó. Milo se le encaró al frente:
.- ¿va a tardar mucho?
.- No lo creo…vaya, espero que no – el hombre suspiró profundamente.
.- Espero que no haya problemas Lizz…es mucho mejor para ti que no los haya.
.- Lo sé. Estáte tranquilo Hace, no los habrá. Está todo controlado – Milo le dio la espalda y Lizz le lanzó una mirada despectiva deseando saltarle al cuello de inmediato. Mirada que fue interceptada por Diana, la chica rubia, que quedó de nuevo escrutando palmo a palmo a Lizz.
.-
A Raphael le dio un vuelco el pecho y tuvo que agarrarse con más fuerza a la viga de madera del techo:
.- Cago en la puta Jan…¿qué haces aquí? – susurró para sí mismo.
Des de luego que Jan Dorvin había recibido el aviso de Milo Hace de que le acompañase a una entrega, pero para nada se habían imaginado que aquella entrega iba a ser la misma en la que Lizz iba a recibir el decodificador.
Así pues, Milo era el verdadero comprador del programa y Lizz tan solo la intermediaria…
Chasqueó los dientes mientras daba vueltas a la cabeza pensando en cómo podían acabar las cosas.
Agazapándose entre las sombras del techo y desplazándose con sigilo por las enormes vigas, Raphael estudió la situación tratando de encontrar alguna manera de poder llevarse por delante a Milo Hace y a Lizz Wagner de un solo golpe.
No estaban protegidos. Eso era algo.
No tardaría ni dos segundos en deshacerse de ambos y en plantar cara al encargado de EDIAP en cuánto apareciera.
Jan quería acabar con todo ¿no? Pues en una misma noche iba a estar todo arreglado.
Sumergido en sus macabros pensamientos, Raphael escuchó un silbido lejano que se acercaba a gran velocidad.
Retiró la cabeza a un lado justo a tiempo para que un shuriken quedase clavado en la pútrida madera justo a pocos centímetros de su cara.
Se giró sorprendido descubriendo a una silueta que le sonreía arrogante escondiéndose también entre las sombras de las vigas:
.- Bueno, no has perdido reflejos – Raphael dio un respingo cuando reconoció a la voz de Leonardo hablándole en un susurro.
Arrancó el suriken de un tirón y lo devolvió de vuelta a su dueño con fuerza.
Leo lo detuvo con una sola mano sosteniéndolo entre dos dedos justo antes de moverse a su lado:
.- A pesar de perderte de vista durante meses, sigues persiguiéndome en mis escapadas nocturnas ¿hermano? – Raphael dejó caer su conocido sarcasmo en el ambiente no sorprendiendo a Leonardo.
.- ¿te crees el ombligo del mundo Raph? – la tortuga devolvió su mirada abajo, sin quitar el ojo de Lizz - …hace tiempo que ya dejó de importarme tus borracheras nocturnas con Casey.
.- ¿Entonces que coño haces aquí?
.- ¿Y tú?
.- Estoy trabajando, imbécil.
.- Bien, igual que yo, pues – el ruido de un motor y al momento el de la puerta al abrirse advirtió a ambos que se giraron instantáneamente.
Kevin hacía acto de presencia embutido en una enorme chaqueta. Todos los presentes se giraron a verle sin saber del cierto si se trataba de la persona que esperaban o no.
Para acabar con el enigma, Kevin mostró el envoltorio de plástico del CD en el cual se plasmaba el logo de EDIAP.
Lizz suspiró de alivio y avanzó hacia el hombre. Parecía terriblemente bajita al lado de la bestia de Kevin.
Éste le ofreció la mano:
.- ¿Lizz?
.- ¿Don? – ambos encajaron la mano antes de que Kevin mandase una mirada curiosa hacia Milo y Diana (Jan). Lizz se percató de ello y se apresuró a calmar la tensión del ambiente:
.- Son amigos. – Kevin asintió antes de volver a echar una ojeada al lugar.
Algo no andaba bien y no se sentía nada cómodo.
Se encaró de nuevo a Lizz y metió la mano dentro de la enorme chaqueta para sacar algo.
Fue casi un acto reflejo el que Leonardo apretase con fuerza la empuñadura de su katana esperando a que el hombre no le diera por sacar algo parecido a una pistola.
Raphael se percató de ello.
Kevin sacó el CD tras indicar que el envoltorio había sido un amago por si acaso. Delicadamente lo entregó a Lizz y ésta lo guardó rápidamente en el bolsillo de su chaqueta.
Milo se acercó con paso lento y confiado hacia ambos y estrechó la mano también con Kevin.
Algo se movió con sigilo entre las sombras en la parte más trasera del derrumbado almacén.
Splinter permaneció agazapado junto a Michelanggelo sin dejar de clavar la mirada en Raphael y Leonardo que, des de su posición, eran perfectamente visibles.
Le dio vueltas a la cabeza sobre el porqué todos se encontraban en ese lugar. El resto de personas no las conocía y tampoco le importaba, pero le resultaba tremendamente extraño que tanto Leonardo, cómo Raphael y Donatello, al cual habían estado siguiendo en la furgoneta de Kevin, se encontrasen ahí todos reunidos.
Por unos instantes el vago pensamiento de que tal vez, de nuevo, sus hijos habían empezado a actuar juntos se presentó en su cabeza. Pero algo le decía que no era así. Que todo tan solo había sido una amarga coincidencia de la que muchos de ellos aún no eran conscientes….entonces…
¿Porqué estaban todos ahí?
Michelanggelo se colocó a su lado también clavando la mirada en sus dos hermanos que permanecían ocultos entre las vigas del techo:
.- Esto es muy raro…¿por qué están todos aquí?….incluso Don se ha quedado fuera en la furgoneta…
.- me parece que todo esto va más allá de lo que tan solo vemos…- Splinter paseó su mirada.
El almacén gozaba de dos habitaciones, una muy amplia, en la que se encontraban todos, y otra mucho más estrecha y derrumbada que quedaba en un segundo plano al final del lugar.
Tan solo dos estrechas puertas lo comunicaban, pero el techo de aquella parte se había colpasado y, al estar ambos justo en medio de la pared, tenían el campo de visión de las dos partes del almacén.
Cuando Splinter volteó su mirada hacia la parte trasera de éste, descubrió que una decena de hombres se metían en la segunda habitación por un pequeño boquete en la pared.
Esperaban algo.
Frunció el ceño desconfiado y supo de inmediato que alguno de los humanos allí presentes, desconfiaba de la situación y se había traído su propio grupo de guardaespaldas por si acaso la cosa se ponía mal.
.-
Jan (Diana) repartió, una vez más, su atención entre las preguntas de Milo y el techo.
Raphael le hacía señas bastante desagradables cada vez que columpiaba su mirada hacia allí.
"¿Qué demonios está haciendo éste imbécil?" fue en lo primero que pensó, pero luego se percató que, después de todo, su trabajo era seguir a Lizz Wagner.
Y ella también estaba allí.
Cuando Kevin se presentó, no pudo evitar sentirse tremendamente incómoda por la situación.
Todos habían acabado juntos.
Todos y cada uno de sus objetivos estaban en un mismo lugar y metidos en el mismo asunto.
Se le hacía extrañamente amargo y creió que, si Raphael trataba de hacer algo al respecto cómo atacar, la cosa se pondría ciertamente difícil.
….Jan dudaba de que Milo Hace únicamente se la hubiera traído a ella consigo….el hombre era demasiado precavido cómo para cubrirse las espaldas con un solo compañero.
Así pues mantenía la mosca tras la oreja convencida de que algo en todo eso no andaba bien.
Una vez más, y aprovechando que Hace le dio la espalda, dirigió una mirada al techo.
Raphael no estaba solo.
Algo más había junto a él agazapado entre las sombras.
Ya no sabía ni que pensar.
Todo se iba de sus manos y no entendía nada de nada a pesar de que era ella misma quien trataba de alcanzarlos a todos
Bien, pues ahora parecía que "todos" la habían alcanzado a ella.
Ponderó por unos instantes la posibilidad de escabullirse y pedir refuerzos…pero su orgullo le impedía pedir ayuda a su hermano.
Stanley tendría que agradecerle la vida después de esto…
.-
.- No puede ser….estoy alucinando…- se recostó hacia atrás haciendo que el viejo y cascado sillín de la furgoneta crujiera.
Con las manos en la cabeza de sorpresa parpadeaba por confusión constantemente sin sacarle los ojos de encima al monitor de su portátil.
En una de las cámaras, Splinter y Michelanggelo estudiaban la situación viéndose a ambos en la esquina superior de una de las paredes.
En otra, la situación se hacía evidente frente a sus ojos viendo cómo Kevin hacía la entrega a Lizz y cómo ésta había acudido acompañada por un hombre y otra mujer…
En otro de los pequeños recuadros de la pantalla, la cámara había atrapado por completo a Raphael y a Leonardo por la espalda al estar ésta completamente pegada al techo. Husmeaban en la situación hablándose repetidas veces entre ellos no con muy buenas caras…
Y finalmente, tras varias perspectivas distintas de la misma situación, la otra cámara mostraba la pequeña habitación colocada al final del almacén. Una docena de gorilas de Milo Hace quedaban escondidos en perfecto silencio y visiblemente armados.
Donatello se frotó las sienes una vez más.
Se encontraba inmensamente confuso y no entendía porqué todos estaban ahí…
Pero tampoco se lo quiso seguir preguntando mucho rato, pues al percatarse de la real situación, se comunicó con Kevin inmediatamente aprovechando que, tal y como le mostraba la pantalla, los tres individuos se habían puesto a hablar entre ellos.
.-
>Kevin
El hombre dio un respingo antes de presionarse con disimulo el micro en su oído. Se volteó sin hacer ruido y le habló en un susurro:
.- Ahora no Don…¿qué pasa?
>Sal de ahí de inmediato.
.- Pero no me han pagado…
>No creo que vayan a hacerlo, tú hazme caso y…
El micro de Kevin salió por los aires de un tirón.
Milo Hace había agarrado el fino cable y se lo había arrancado de la oreja.
El hombre se volteó asustado:
.- ¿Con quien coño hablabas? – musitó éste aparentemente enfadado con el micro en las manos.
Kevin no contestó, tan solo permaneció callado, acongojado sin saber si echarse a correr….bueno, tan solo eran tres…
De un nuevo tirón, Hace le sacó la gorra lanzándola al suelo.
Su expresión cambió por completo congelándose en una mueca de sorpresa, para luego esbozar una cínica sonrisa:
.- ¡pero mira a quién tenemos aquí¡Doctor Camdem!…¿se acuerda de mi, compañero? – soltó con ironía y desdén.
Kevin se puso serio y apretó sus puños con rabia:
.- Cómo no….Hace – Milo soltó una carcajada y rodeó a Kevin con tranquilidad estudiándolo palmo a palmo.
.- Muy bien. ¿Dónde está el truco? Estás tratando de joderme la vida o tan sólo te has buscado un nuevo trabajo?
.- Serás tú el que tendrás que buscarte un nuevo trabajo en cuánto se sepa lo del tráfico de drogas – en un movimiento fugaz, Milo se apoderó del rechoncho cuello del hombre apretándolo con fuerza y desenfundó su pistola que la colocó en la sien amenazadoramente:
.- Ya basta viejo. Supongo que no podrás ir a cantar con tu boquita si te reviento la cabeza antes ¿no?
El hombre tan solo cerró los ojos mientras empezaba a sudar considerablemente y sus piernas le temblaban.
Nunca le habían apuntado con una pistola y mucho menos en la sien.
Puso sentir el pulso de Milo completamente sereno, sin miedo ni contradicciones a la hora de disparar. Después de todo, si lo mataban allí¿quién iba a enterarse?
Mientras parecía escuchar junto a su oído cómo se tensaba el gatillo, Kevin cerró aún más los ojos con fuerza:
"Donatello…." Musitó para sí mismo esperando que éste pudiera hacer algo al respecto.
.- ¡Basta!
El grito tomó por sorpresa tanto a Kevin cómo a Milo y éste último se volteó curioso.
Jan sostenía su pistola en las manos apuntando a Milo.
.- Deja el arma, Hace – Milo quedó algo perplejo sin acabar de entender porqué Diana lo apuntaba e hizo un ademán de bajar el arma. Kevin consiguió escabullirse cuánto antes de las garras de Milo y se apartó considerablemente de él.
Hace empezó a avanzar con seriedad hacia Diana:
.- ¿Qué está pasando?
.- Deja el arma en el suelo. No va a haber ningún muerto hoy aquí…
Hace no obedeció y continuó acercándose.
.- ¿Es que no me has oído¡Suelta el arma!
Un nuevo "click" a las espaldas de Jan llamó la atención a la chica. Ésta se volteó sorprendida descubriendo a Lizz que la apuntaba también con su pistola.
Todo se le iba de las manos, no creyó que la chica pudiera llegar a involucrarse de aquella manera en el asunto…¿porqué querer salvarle el trasero a Hace?
.- Suéltala tú…poli.
Hace desencajó la mirada en cuánto Elisabeth pronunció "policía" descubriendo a Jan y dejándola completamente desnuda en su disfraz de Diana.
Con tranquilidad, Hace guardó su pistola y se acercó a Jan.
Pero lejos de querer verse atrapada, la chica mandó una patada a su estómago en cuánto estuvo lo suficientemente cerca y rodó por el suelo con rapidez para evitar que Lizz pudiera dispararle.
El disparo de la chica negra le pasó silbando al oído.
Jan volvió a sostener su arma con fuerza y apuntó a Lizz en un costado, pero no lo suficientemente rápido, pues ésta pudo reaccionar y también apuntó a Jan.
Ambas quedaron en el punto de mira enfrascándose en un baño de miradas de rencor:
.- Parece que te ha salido el tiro por la culata, Elisabeth Wagner.
.- Estamos en la misma situación.
.- Un momento – Milo se acercó temerariamente a la situación - ¿ella es policía?
Lizz sonrió:
.- Vamos¿porqué no te quitas esa horrible peluca, agente Dorvin?- Jan obedeció lanzando la mata de pelo a un lado y se incorporó aún apuntando a Lizz en el rostro:
.- No tientes a tu suerte niña, sigues estando apuntada- Jan mantenía sus cabales.
Pero Milo cayó. La desesperación y la frustración de haber sido engañado por tanto tiempo por una agente de policía lo enfureció de sobremanera:
.- Dispárale – ordenó a Lizz. La chica apretó levemente el gatillo.
.- Hazlo, y tu también caerás – Lizz miró a Milo de reojo confundida. Para nada quería tener que disparar contra un policía, hacerlo supondría fugarse de por vida.
.- Dispara – volvió a ordenar Milo secamente.
.- No seas tonta…
.- ¡Dispara de una maldita vez!
.- Podré acertarte en tan solo escuchar el disparo.
.- ¡Dispara vamos¿A qué esperas¡Dispara Lizz!
Las manos de Lizz temblaron:
.- ¡Dispara!
Lizz fue a apretar el gatillo pero algo rápido cayó pesadamente del techo.
Para cuando abrió los ojos el caparazón de Leonardo era su único campo de visión y éste calmaba su tensión agarrando con una mano las suyas sobre la pistola.
Al otro lado estaba Raphael.
Con ambos sais en las manos mirando amenazadoramente a su hermano, encarado a él.
Leonardo desenvainó una de sus katanas y continuó inmóvil, tratando de escrutar dentro de la mirada de su propio hermano que se le presentaba hostil.
.- ¡Que es esto¿Qué coño es esto? – Hace se alejó del lugar visiblemente sorprendido por ambas tortugas y no pudo evitar caer sobre su trasero de confusión.
Ninguna de las dos tortugas se movió.
Esperaban a que fuera la otra la que atacase pero, lo cierto era que cada uno tan solo había saltado a cumplir su faena.
Ahora se encaraban el uno al otro, haciendo movimientos relativamente lentos y estudiándose con las miradas tratando de saber de qué era capaz su hermano después de tanto tiempo.
Habían peleado, discuto, pegado y berreado en numerosas e incontables situaciones en su vida…pero el enfrentarse por una cuestión ajena a sus problemas familiares y después de tanto tiempo sin saber nada el uno del otro, les ponía la piel de gallina y se sentían extrañamente amenazados mútuamente por no saber exactamente cual era la real capacidad de su enemigo…
Aunque tampoco podían evitar sentir un gusto amargo en su garganta…
.- Voy a decirte algo hermano, y sé que no va a gustarte…- fue Raphael el primero en romper el incómodo silencio.
Jan se sorprendió, así pues, ese era su hermano del que le había hablado….pero por otro lado Lizz quedó igual de sorprendida al no conocer el hecho de que Leonardo tuviera hermanos. Aunque ciertamente hubiera llegado a imaginárselo…
.- No voy a apartarme, Rapha – Raphael cabeceó – tu trabajo era protegerla ¿verdad? Pues ya lo has conseguido.
.- Mi trabajo no es protegerla. Mi trabajo es exactamente lo que tienes detrás – Leonardo se volteó levemente descubriendo a Lizz que se aferraba a su caparazón confundida.
Leo suspiró:
.- Bien, pues en ese caso mi trabajo SÍ que es protegerla a ella…- Jan salió de detrás de Raphael:
.- Apártate tortuga, esto es una cuestión de la policía y puedes meterte en problemas – Jan enseñó la placa levemente sin dejar de sostener su pistola.
Kevin se tambaleó confundido manteniendo una distancia de seguridad. Parpadeaba sin saber si realmente veía doble, o si se trataba de Donatello ligeramente cambiado…y repetido:
.- Vaya…hay más Donatellos…- susurró para sí mismo
.- Ya has oído a la señorita Leo¡largo!
Leonardo no se movió.
Raphael le gruñó de impotencia y empuñó con fuerza sus sais a la vez que Leo desenvainaba su otra katana.
Sus músculos se tensaron momentáneamente al prepararse para saltar, pero para cuándo quisieron hacerlo, decenas y decenas de hombres se colaron por las dos diminutas y estrechas puertas que comunicaban el lugar con la parte trasera del almacén.
Sin duda alguna, los gorilas de Milo habían entrado en la escena por orden de éste y acorralaron en un corralillo a ambas tortugas y a las dos chicas.
Raphael y Leonardo descuidaron su enfrentamiento para prestar atención a sus verdugos que les apuntaban con una infinidad de armas.
.- Lo sabía…mierda….- Jan se acomodó cerca de Raphael.
Lizz observó confundida el paisaje tratando de diferenciar a Milo por encima de sus compañeros. Lo encontró, se incorporaba arrogante con una sonrisa en su rostro.
Lizz sonrió cuando éste se acercó a ella. Sabía que aquella vez estaba de parte de los "buenos" y ni él ni Leonardo iban a resultar heridos a pesar de encontrarse en el centro del corral.
Milo extendió su mano:
.- El decodificador VG – Lizz se tambaleó confusa y apretó el bolsillo de su chaqueta en el que se encontraba el valioso CD – dámelo.
.- Nuestra cuenta va a quedar zanjada ¿verdad? – se aseguró ésta con sospecha a la vez que sacaba el CD para depositarlo en la mano de Milo.
Éste le sonrió:
.- Por supuesto, después de todo, no vas a salir de ésta y los muertos nunca me han pagado…
Lizz se volvió pálida y Milo le arrebató el CD de las manos.
Se sintió traicionada, frustrada y tremendamente rabiosa:
.- ¡Eres un hijo de…! – Leonardo la sostuvo para que no se lanzase al cuello de Hace y adelantase la gran horda de disparos que se les iba a venir encima.
Hace se irguió triunfante con el CD en las manos y envió una sarcástica sonrisa a todos a la vez que chasqueaba los dedos para dar la señal de ataque.
Pero algo golpeó con bastante fuerza la mano de Hace, haciendo que el CD volase y éste se estremeciera de dolor.
El decodificador voló por los aires bajo la mirada de los presentes para acabar siendo agarrado con firmeza por la mano de Donatello que, blandiendo su bo con maestría tras golpear a Milo, se situaba en una de las esquinas del corralillo. Cercano a Kevin:
.- Esto se ha ido de las manos y, des de luego, no eres la persona más indicada para quedarte con esto.
Raphael y Leonardo no supieron si reír o llorar. La presencia de Donatello les iba que ni pintada, pero a la vez deseaban desaparecer de allí en cuánto antes.
Todo se había vuelto muy raro.
Milo Hace retrocedió confundido por la aparición de una nueva tortuga y siguió dando la orden de ataque con más rabia que anteriormente suponiendo que, si no conseguía el decodificador por las buenas, lo conseguiría de los dedos muertos de la tortuga.
La primera fila se dispuso a atacar y una oleada de recargas de sus automáticas llenaron el lugar mientras las tres tortugas quedaban tensas en el centro del círculo.
Parecía que los primeros disparos fueran a surcar el aire pero una inmensa y pesada viga de madera del techo cayó en un extremo del corralillo haciendo que muchos de los hombres tuvieran que apartarse mientras otros caían víctimas de los escombros.
La confusión volvió a caer en el ambiente y un enorme silencio con ella.
Encima de la viga y sin demorarse, Michelanggelo cayó a cuclillas encarándose a la multitud y detrás de él, Splinter.
Lizz gritó cuando tubo a la rata cerca y se apartó visiblemente asustada.
Nadie comprendía nada, sólo que cuatro tortugas y una rata habían ido apareciendo paulatinamente estrechando el cerco con los gorilas de Milo.
A éste ya no le importó nada en absoluto y siguió en las suyas mientras se agarraba la mano golpeada por Donatello posiblemente rota:
.- ¡Acabar con esas cosas!
Bueno. Si ya, blablablabla, sé que ya no actualizo con tanta rapidez cómo solía hacerlo... pero bueno! Almenos sigo mi ritmo, jeejeje.
SÍ! Es cierto, ando roneando a Raph. ¿Tanto se me nota Sam? ( voz en off: ...no...apenas ¬¬)jejejeje, hombre, pues si que es verdad que podría montarme un zoo erótico y hacer que Raphael se lo montase con Cascabel (la gata, no yo XD aunque abierta a posibilidades, jejej) y bueno, tampoco desentonaría con el material de la sección...o tal vez sí. Aún no he visto ninguna história de esas...aunque si te paras a pensar aquí hay mucha zoofilía...cada vez que alguna humanita se lo monta con algun TMNT no es otra cosa que zoofilía...uh! ke mal suela eso! XD
Uey! Kurai cuánto tiempo! Honra tu presencia de nuevo por este sitio (uf! al fin parece que esto realmente sí que va cobrando vida! jejeje) si esque al final todo queda en família, jeje.
A raphael lo puse a trabajar en ese curro porque creí que sería el más adecuado para él. de que se iba a ganar la vida si no un "descerebrado" (con cariño), rabioso, independiente y anti social? En las carreras de motos? (bueh...pues no está mal la idea...habrá que hacer un fic sobre eso "Valentino Raphael Rossi" XD. delirios delirios...jejeje, de todas formas, me alegra verte de vuelta.
Naoko encontró un "kit-kat" en su agenda para poder leer mi fic! Bien! después de estar tan ajetreada subiendo tus casi incontables one shoot (que por cierto, muy buenos todos, ya dejé presencia en los reviews, jejeje) por fin encontró algo de tiempo para ella. ;-P. Y sí...tiene que haber algún tipo de conspiración mundial de todos los PC contra los humanos o algo así...porque si no no entiendo que es lo que les pasa a los de mi casa...están todos locos...¡estar preparados! van a atacarnos en cualquier momento...XD
Y bueno, no sé si Martin va a leer esto, pero de todas formas le agradezco empezar a leer mi fic! Lo veo bastante ajetreado entre el de Charity, el mío y subiendo sus caps. jejeje, vas a tener lectura para siglos chiquillo! Por certo, supongo que echaré mano (plasmación total) de tu manera de subir los adelantos de los fics. me gustó, como algo así como un preview. Esque ya tengo una idea en la cabeza y hasta que no acabe HATE no me meteré de lleno en ello. Pero me hacía ilusión subir un preview de esos...a ver que tal, jejeje.(aunque tengo entendido que están prohibidos, es decir, está prohibido el utilizar sólo un capítulo para incluir solo notas del autor...o algo así leí. Pero ninguno de vosotros va a irse de la lengua ¿verdad?..."mirada asesina e intimidatoria que amenaza con degollar al que hable"...jejejeje.
bueno chente, nos estamos leyendo y ánimos ! que la sección cobra vida d nuevo con nuestros fics! Larga vida a la sección TMNT en español! bwahahahaha!
besos!
YaS ;-P
