#11# Desesperación

Habían pasado más de dos horas des de que Donatello se había sentado delante de la pantalla del ordenador. Ya fuera porque el programa de desencriptación era mucho más complicado de lo que parecía, o porqué el sueño y el cansancio empezaba a crear estragos a esas altas horas de la madrugada, la tortuga parecía tener ciertas complicaciones en frente del monitor.

Jan se dejó caer en el sofá mientras trataba de esconder un bostezo y paseó la mirada visiblemente aburrida:

.- Sigo sin entender porqué demonios hemos tenido que venir a mi apartamento…- se quejó.

Donatello le contestó sin quitar ojo del monitor:

.- Simplemente por seguridad. Supongo que entenderá que no es de mi interés que pueda saber la ubicación exacta de EDIAP….- se giró mirando a Jan a la cara con una ancha e irónica sonrisa – además…fue usted quién quiso nuestra ayuda ¿no?

Jan entornó los ojos. En esos mismos momentos Kevin apareció por el salón después de una visita al baño.

Dedicó una fugaz mirada a la pantalla en busca de novedades:

.- Nada nuevo ¿verdad? – Donatello cabeceó

.- Pero no creo que tarde mucho más…

.- Mucho más ¿de cuánto? – Jan se incorporó de nuevo estirando sus músculos.

.- De un par de horas más…

La chica se volvió a dejar caer en el mullido sofá.

.-

Tras repetidos tics en el dedo pulgar pasando una y otra vez por los mismos canales sin llegar a detenerse en ninguno en concreto, el mando volvó de las manos de Michelanggelo de un zarpazo de April:

.- ¡Ya basta! ….me estás poniendo nerviosa ¡diablos! – la tortuga no le contestó, siguió con la mirada perdida en la pantalla - ¡oye!

.- April, - la muchacha dio un respingo por la inesperada contestación- ¿conduzco mal?

Parpadeó sin saber del cierto si se trataba de una pregunta trampa, o Michelanggelo realmente se encontraba preocupado por eso.

Con cierta desconfianza, frunció el ceño observándolo de reojo:

.- Mickie…acabas de encontrarte de nuevo con todos tus hermanos…¿y lo que más te preocupa en estos momentos es si conduces mal?

.- No, del cierto que no me preocupa…pero es para tener algo cierto en lo que apoyarme la próxima vez que me critiquen por ello.

.- Ah…pues no, no conduces mal.

.- Bien. Mejor – la tortuga arrebató el mando de las manos de April y volvió a fundir toda su atención en la televisión.

Confundida, la chica esperó.

Había creído que tal vez Michelanggelo estuviera necesitado de algo de apoyo y conversación tras el encontronazo de aquella noche. Pero por lo visto se lo tomaba con frialdad e indiferencia y parecía indispuesto a preocuparse más de lo debido por el tema.

April suspiró mientras se recostaba aún más entre los pliegues del sofá:

.- Mira que eres sencillo Mickie…ojalá todos los hombres fueran igual de fáciles de entender…

.- Bueno¿no se supone que sois las mujeres las complicadas, retorcidas, malpensadas y atacantes? – April lo fulminó con la mirada, pero la tortuga no le dio importancia – pues nosotros somos el contrapeso, el equilibrio…el Ying Yang, diría sensei…

.- ya claro – la chica se levantó frustrada del sofá – por eso sois vosotros los simples, sucios, básicos e indiferentes.

.- Claro.

.- Por cierto – April se volteó antes de entrar en la cocina - ¿dónde está Splinter?

.- Creo que dijo que iba a darse una ducha – Michelanggelo seguía sin quitarle el ojo de encima a la pantalla.

April no le dio importancia y cruzó el umbral de la cocina justo a tiempo para que el timbre de la puerta sonase. A sabiendas de que Michelanggelo no podía abrir por seguridad, resopló de cansancio cuando se dirigió hacia el pomo.

Miró por la mirilla.

Mickie le lanzó una mirada para asegurarse de si valía la pena o no desaparecer de lugar:

.- Mira tú, hablando de gorilas simples y sucios- por la puerta abierta, Casey Jones entró con las manos en los bolsillos y los labios morados de frío.

.- Hey, Case.

.- ¿Qué pasa Mickie? – saludó.

.- Casey¿no crees que son horas algo tardías cómo para ir paseándose por las casas de la gente?

.- Bueno…- el muchacho se quitó el abrigo y estudió con una mirada rápida toda la casa – es que…hace ya un par de noches que Raphael no aparece...pensé que tal vez lo habríais visto…

Mostrándose algo ocupada, April señaló a Michelanggelo antes de entrar finalmente en la cocina:

.- Él es tu hombre

Mickie prestó atención a Case:

.- ¿has visto a Rapha? – Casey se mostró algo sorprendido, pues el saber que Raphael se había vuelto a ver con alguno de sus hermanos le resultaba tremendamente extraño - ¿en serio?

.- No por voluntad propia y no por primera vez.

.- Vale, bien. ¿Y dónde está?…la casa está hecha una mierda…

.- Eso significa que ha pasado por allí.

.- Lo se, tan solo para ensuciar lo justo y volver a marchar….bueno, al menos se dignó a ponerle comida a Cascabel…- Case cayó a tierra de nuevo después de perderse unos segundos por las nubes - ¿dónde lo has visto?

.- Es largo de contar y la película me interesa, así que te resumiré algo sencillo. Cruza el pasillo y llama a la puerta. Ahí vive su novia.

.- ¿Qué?….¿Tiene novia?

.- No se…supongo….esa tía tiene el mismo mal carácter que él…estarán juntos, digo yo.

.- espera espera ..- Jones pareció empezar a atar ciertos cabos. Frunció el ceño de sospecha – esa chica…¿es policía?

.- Llevaba placa y pistola. O sea, sí.

.- ¡Nah! Que susto me has dado. Ella y Raphael tan solo son socios….nada más. Creo. Y dices que….¿Dorvin es vecina de April?

Michelanggelo asintió.

En esos momentos, April salió de la cocina. Estudió el lugar unos instantes:

.- Oye Mickie…¿Splinter no lleva mucho rato en la ducha?

.- ¿Tu crees? – la tortuga no mostró interés y siguió prestando atención a la pantalla. April entornó los ojos de nuevo mientras cruzaba el pasillo y se situaba en frente de la puerta del baño:

.- ¿Maestre Splinter? – golpeó la madera con los nudillos no queriendo entrar para no romper intimidad - ¿Está ahí?

Tras esperar unos minutos más, la chica decidió entrar temerosa de que la anciana rata no hubiera resbalado y caído en la ducha.

.-

La puerta del balcón se abrió con cierta brutalidad haciendo estremecer a todos los presentes que, asustados, se giraron ensordecidos por el ruido de las cristales al chocar.

Inconscientemente y al instante, Jan agarró su arma y apuntó al balcón.

Al correr las cortinas con nervio, sea lo que fuera que quisiera entrar, quedó envuelto con ellas cayendo al suelo a la vez que las descolgaba.

Sorprendida y sin comprender, Jan siguió apuntando al muñón de ropas revoltosas que se removían por el suelo de su piso.

Donatello arrugó la nariz y apartó la pistola de Jan.

Usando un extremo de su bo, levantó levemente la cortina liberando a su presa.

.- Que típico…el sigilo es lo mejor de ti.

Michelanggelo, revuelto aún entre las ropas, le lanzó una frustrada mirada a la vez que con mucho nervio y seriedad en el rostro, se deshacía del resto de las cortinas:

.- No pensaba encontrarte a ti aquí…- lanzó una mirada Jan sabiendo que debería de ser Raphael el que estuviera en aquella casa.

.- ¿Que quieres atontado? Deja ya de moverte que me estás poniendo nervioso.

.- ¿qué deje de moverme¿¡Que deje de moverme¡Mierda Don! Splinter está desmayado y apenas respira¡Mueve tú ese trasero y vamos al hospital!

Donatello quedó pálido y ni tan sólo se preocupó en dar explicaciones. Salió de un salto detrás de Michelanggelo dirigiéndose al piso de al lado, al apartamento de April.

Con curiosidad y bastante preocupación, Jan cruzó el pasillo del bloque de pisos seguida de Kevin y llamó con insistencia la puerta.

Una April algo pálida e histérica le abrió la puerta:

.- ¿qué pasa¿Qué ocurre?

No esperó a que le contestase y entró.

En el salón y sobre una toalla, el débil cuerpo de la anciana rata luchaba por seguir respirando a brazos de Donatello que traba de buscar algún tipo de síntomas claros. Michelanggelo daba vueltas histérico mientras Casey se mordía el labio de nervios.

Splinter apenas respiraba, se sujetaba con fuerza el áspero pelo de su pecho y esa parecía ser su única muestra de consciencia. Donatello lo meció tratando de conseguir que al menos abriese los ojos.

Pero no consiguió nada:

.- ¿Qué ha pasado? – preguntó alzando la voz.

.- Yo, yo…no lo se! Estaba en la ducha y tardaba en salir y yo…lo encontré tirado en el suelo…¡no sé¡No sé¡Casey! – el hombre dio un respingo – ¡llama a una ambulancia!

.- Querrás decir a un veterinario ¿no?

.- ¡llámala!

.- ¡No! – gritó Michelanggelo – No podemos llamar a una ambulancia...lo verían…

.- necesita atención médica, Michelanggelo.- corrigió Donatello cada vez más nervioso.

Sin decir nada, Kevin se abrió paso entre la gente y se arrodilló en frente.

Abrió las pupilas de la rata y comprobó su pulso y su respiración.

Donatello le mandó una mirada de complejidad y preocupación:

.- No necesito ser veterinario para saber que ha tenido una parada cardíaca…

.- ¿y lo es? – preguntó Michelanggelo después de pegar un grito con las manos en la cabeza.

.- No es veterinario, es cardiólogo – corrigió Donatello.

April seguía histérica:

.- ¿Pues a que espera¡Intervenga, intervenga!

.- Aquí no puedo…necesito mis herramientas…

Jan abrió la puerta de la casa de nuevo asegurándose que no había nadie en el pasillo:

.- Puedo abrir camino en el hospital. Mantendré acordonada una zona para vosotros, para que el Dr Camdem pueda trabajar. Ahora iros, ya. O será demasiado tarde.

Michelanggelo cargó a Splinter y salió veloz por la puerta seguido de Casey que no tardó en acondicionar la van para el transporte.

Jan empezó a marchar adelantándose a todos, pero Kevin la detuvo.

.- La acompaño. Iré con usted, llegaremos antes y tendré tiempo de prepararlo todo.

El coche de la policía partió el primero de todos con la luz provisional acondicionada en estado de emergencia. Tras él, después de unos minutos, la van de Casey Jones empezó a cruzar las calles con velocidad justo cuando el sol empezaba a salir en las primeras horas de la mañana.

.-

La chica cayó de nuevo.

Asustada, empezó a arrastrarse por el suelo hasta quedar pegada a la pared. Se sujetaba con fuerza la toalla tratando de no tener que prescindir de ella en ningún momento.

Raphael se cruzó de brazos delante de ella, tratando de no mostrar signos de lascividad al encontrarse desnuda:

.- ¡No…No me toques! – le gritó mientras trataba de pegarse aún más en la pared cómo si desease traspasarla para salir de allí de inmediato. Mandó una fugaz mirada a su pistola que permanecía tirada en el suelo después de que Raphael se la arrebatase tras tratar ella de encararse armada.

La tortuga se percató y alzó una ceja:

.- Ni lo pienses- Lizz tragó saliva completamente asustada – levanta.

La chica no le obedeció y permaneció quieta, sentada en el suelo fusilándole con la mirada agarrándose con fuerza la toalla.

Una vez más, trató de forcejear tirando con fuerza de sus muñecas hacia afuera, pero los sais habían quedado demasiado hundidos y la violencia y el desespero con que trataba de liberarse le había provocado heridas en ambas muñecas y no tardó en empezar a sangrar levemente.

No quitaba el ojo de encima a la escena que, aún y quedar algo alejada de su situación, controlaba a pelillo que Raphael no le pusiera un dedo encima a la chica:

.- ¡Raphael¡Ya basta!

La tortuga se giró levemente.

Encontrando un hueco, Lizz se levantó y volvió a correr. Pero antes de que pudiera tan solo alejarse unos metros, la garra de Raph la aferró con fuerza por el brazo arrastrándola, prácticamente, hacia el centro de la guarida, en dónde agarró su ropa y se la tiró a la cara sin soltarla ni un momento:

.- ¡Suéltala!

.- ya le has oído – corroboró Lizz tratando de deshacerse

.- Que grite lo que quiera. Para cuando logre salir de ahí ya estarás enjaulada. Aunque tal vez …- Raphael se volteó maliciosamente hacia Leonardo - …tal vez cualquier día te lo encuentres asaltando la comisaría para sacarte de allí. Puesto que todo signo de racionalidad parece haber desaparecido en él.

.- …no eres quien para hablar sobre racionalidad…

.- ¿Tu sí, verdad? – Raph lo fundió con la mirada y con desdén – Lo sabía leo…toda la maldita patraña que has tratado de meternos en los oídos durante todos estos años ha acabado volviéndose contra ti. Todo ese maldito código del honor del que alardeabas respetar ha acabado por hincharte las narices hasta a ti.

Leo lo siguió con la mirada sin evitar pensar que Raphael tenía cierta razón…después de todo, esta vez era Leonardo el que se ponía de parte de lo más oscuro con la única intención de salvar a una sola persona sin tener en cuenta el daño que ésta podría hacer a las demás…

Por unos instantes, perdió la vista en el suelo, creyendo que lo mejor sería olvidarlo todo…así tal vez Lizz podría conseguir la ayuda que necesitaba y tal vez la manera de enderezarla fuera el dejarla en manos de la ley.

Por unos instantes cayó en la realidad.

Pero cuando volvió a levantar la mirada encontrándose con los enormes ojos de la chica que desprendían temor a borbotones, volvió a encerrarse en su propio mundo y su acción más inmediata fue volver a tirar de sus muñecas para liberarse. Pero tan solo consiguió que sangrasen más.

Raphael observó la escena con un rostro indescifrable:

.- ..Vas a lastimarte…

Leo no le izo caso.

Un insistente pitido se coló en la zona.

El comunicador que Raphael traía consigo empezó a llamar la atención pero éste lo ignoró y encerró a Lizz en el baño para luego cerrar la puerta tras de sí:

.- Vístete – le ordenó – te abriré cuando acabes.

El pitido sonaba insistente pero Raph seguía sin intención de agarrarlo.

Siguió escrutando con la mirada a Leonardo mientras se apoyaba en la puerta del baño:

.- Déjalo – le indicó llegando a preocuparse por los profundos surcos que sus propios sais empezaban a formar en las muñecas de Leo.

Éste dejó de tirar para clavarle la mirada:

.- Déjala ir, Raph.

.- sabes que no lo haré.

.- ¿Porqué¿Por el maldito dinero que Dorvin debe de pagarte?

.- Principalmente.

.- sabes que no es por eso…- un incómodo silencio se esparció por la zona - ..tratas de hundirme ¿verdad?

.- ¿Bromeas? No necesito montar todo este numerito para hundirte. Lo he conseguido varias veces sin mover el meñique – Leonardo no dijo nada más. Raphael siguió estudiándolo, cada vez más preocupado por las gotas de sangre que empezaban a manchar levemente las losas bajo los pies de su hermano. Trató de estudiar en esos ojos.

En esos ojos que tantas veces le habían mostrado ser paredes, impenetrables, incomprensibles.

Nunca había logrado pensar lo que Leonardo creía, pensaba o quería.

Pero tampoco nunca le había importado.

Pero ahora, que de verdad quería saber qué era lo que le impulsaba a seguir del lado de Lizz, realmente le mosqueaba el no haber aprendido nunca a leer en sus ojos.

.- ¿Por qué lo haces?

Leo levantó la mirada.

El pitido del comunicador seguía insistente.

.- ¿Por qué sigues de su lado?...sabes que no es correcto. Que no está bien lo que has estado haciendo…y aún y así sigues empeñado en seguir por el mismo camino…nunca creí que fueras a ser tú el que algún día pudiera dar tantos problemas.

Leonardo entreabrió la boca, dispuesto a responder, pero el estridente pitido del comunicador lo interrumpió una vez más.

El buzón de voz había saltado y un sonoro "click" dejó escuchar la monótona y controlada voz de Jan que el aparato se molestó en ampliar:

>¿Raphael¿qué mierdas haces¿porqué no lo coges? Estoy con el Dr Camdem de camino al hospital de Milo Hace…tus hermanos van detrás en una van…algo le ha ocurrido a esa vieja rata…llámame.

Las miradas de Leonardo y Raphael se entremezclaron sin odio alguno.

Preocupación, sorpresa, nervios…fueron mucho los sentimientos que aquella vez Raph pudo leer en sus ojos y compartir a su vez.

Lizz abrió la puerta temerosa. Ya estaba vestida.

Raphael se volteó a verla.

Tras un largo e incómodo silencio, le dio la espalda de nuevo:

.- Lárgate. Y esta vez escóndete mejor.

Una vez más, la chica vio el cielo abierto y, tras acudir por Leonardo y sus heridas, éste también le indicó que se marchase y obedeció.

Preso de una tremenda rabia e histeria, Raphael se acercó a Leonardo quedando a escasos centímetros de él.

Con un rápido ademán, que Leo temió y giró la cara, agarró los extremos de sus sais y los desclavó de la madera.

Las muñecas de Leonardo quedaron libres y fueron tan sólo unos segundos los que éste dedicó a manoseárselas antes de desclavar sus katanas y enfundarlas a sus espaldas.

Permanecieron observándose corto rato antes de, con sincronización, marchar corriendo del lugar:

.- La próxima vez, Raph. No me hagas ningún favor – le soltó a regañadientes.

.- No te preocupes, no lo haré.

.-

Entre ambos, trataron de que el débil cuerpo de Splinter no se tambalease demasiado con la conducción temeraria de Casey.

Donatello apretaba con fuerza el pecho de la anciana rata tratando de sentir en todo momento los leves latidos de su corazón. Semi sentado entre Mickie y Don, Splinter pareció entreabrir momentáneamente los ojos.

Pero sus parpados parecían más pesados de lo que en realidad eran y los dejó caer de nuevo:

.- ¿Maestro?- Don se percató de ello y trató de que éste no se desmayase por completo- vamos, sensei, hábleme, dígame algo…

.- ¿Cómo quieres que te hable en el estado en el que se encuentra?- Michelanggelo seguía removiéndose histérico mientras sujetaba a su maestro para que no cayera con los balanceos de la van.

.- ¡Si no mantiene un estado de conciencia es posible que acabemos por perderlo del todo! – Donatello se encaró a su hermano reprochándole su eterna estupidez.

.- ¡Ah, claro! Disculpe Doctor no recordaba que usted es el listo y yo el payaso! – contestó el hermano menor con un tono sarcástico y rencoroso en su voz. Donatello arrugó la nariz en señal de desagrado – si tan eficiente eres, cerebrito¿por qué no haces algo de bueno y lo traes de vuelta?

.- Soy ninja, no médico.

.- ¡Pues te las das de sabiendas! O ¿tan solo tratas de recordarme y demostrarme una y otra vez lo inútil y alocado que soy?

.- ¡ya basta de tu irónica auto compasión , Michelanggelo! En estos momentos no nos conduce a ningún lado.

.- Ya vale chicos – indicó April des del asiento delantero junto a Case que luchaba por mantener la calma al volante - ¿No puedes ir más rápido?

.- ¿estás loca? Éste trasto es muy viejo y si lo apreto mucho más va a ahogarse.

.- Dile a Donny que te lo retoque, Case. Seguro que un par de días funciona cómo nuevo – Michelanggelo no abandonó su estado ofensivo hacia su hermano.

.- O mejor, deja que Mickie conduzca la van, que de seguro que llegamos antes al hospital. Pero en ambulancia.

Michelanggelo se volteó enfadado fusilando a Donatello con la mirada. Fue a decirle algo cuándo un fuerte golpe en el techo de la van sorprendió a todos.

April pegó un pequeño grito y su más consciente reacción fue creer que Case había estrellado el auto contra algún poste. Pero se extrañó tras comprobar que el vehículo seguía en la carretera.

Estruendosamente, las puertas traseras de la van se abrieron aún y estando ésta en marcha.

De un rápido movimiento, Leonardo y Raphael se balancearon des del umbral de ésta para meterse en la parte más trasera sorprendiendo a todos los presentes.

Cerraron de nuevo las puertas antes de voltearse prestándole atención a Splinter que parecía agonizar mientras se ahogaba en un sudor frío:

.- ¿Qué le ha ocurrido?

.- Una parada cardíaca….

.- ¿qué¿eso también lo tienen las ratas? – Raphael frunció el ceño de confusión.

Leonardo se colgó por encima de los asientos de sus dos hermanos para alcanzar a colocar su oído encima del pecho de Splinter:

.- Apenas….late…

.- Si tardamos mucho más la cosa podría no tener vuelta traás – informó Donatello aún agarrando con fuerza el pecho de su maestro.

Raphael, presa de una incontrolable impaciencia, se desplazó cómo pudo hasta los asientos delanteros y, echando a Casey Jones peligrosamente a un lado, se apoderó del volante.

A causa del cambio repentino de conductor, la van se balanceó peligrosamente dirigiéndose a lado y a lado de la calzada:

.- ¿qué estás haciendo¡vas a matarnos!

.- Si tenemos que confiar en la manera de conducir de Casey para salir de ésta, lo llevamos crudo – Raphael dio un fuerte acelerón esquivando a todos los autos que se encontraban detenidos en un semáforo en rojo.

Sin importarle que pudiera colisionar con alguien al cruzar la intersección, la tortuga siguió de frente adueñándose por completo de los 360 grados a su alrededor para conducir con velocidad la van:

.- ¡No la aceleres tanto Rapha! Éste trasto es muy viejo y podría dejarnos tirados – se quejó Case visiblemente preocupado por su auto.

.- Pues bueno, Donatello te fabricará otro – le contestó.

.- Claro, Donny siempre arregla lo que los demás rompen ¿cierto? – soltó con ironía des del asiento de atrás.

.- Oh…dios mío….- April se aferró con fuerza al quita miedos pegándose por completo al asiento del copiloto. Viéndose la que se les veía encima con Raph al volante y con los nervios y la tensión a flor de piel en el interior de la van, no tardó en voltearse y dejarse caer por encima del asiento para no tener que estar pendiente de la carretera en frente de sí.

Michelanggelo no tardó en apoderarse del asiento de la muchacha en cuánto esta lo dejó libre:

.- Por ahí, Raph, es más corto.

.- ¡Y un cuerno!

.- ¿qué has hecho? Te lo has pasado

.- Que no me fío de ti, Michelanggelo. Que al volante eres más peligroso que Leonardo al mando.

.- ¡Oye imbécil te voy a…! – Leo ahogó sus palabras en cuánto la van se topó en una calle lo suficientemente congestionada cómo para quedar detenidos horas.

Bruscamente, Raphael volteó hacia uno de los callejones que, siendo demasiado estrecho para la van, el auto empezó a frotar sus costados contra la dura piedra haciendo que numerosas chispas lo envolvieran mientras un estruendoso ruido metálico ponía los pelos de punta a Casey en tan sólo imaginarse cómo debería de estar quedando la carrocería de su vehículo.

La cólera, los nervios y la tensión volvieron a caer en el ambiente al mismo tiempo que Michelanggelo aullaba por el estridente sonido:

.- ¡Vas a matarnos inútil! – la voz de Donatello apenas se hizo audible entre los chirridos.

.- ¡No más, no más! – suplicó Case por su van

El auto pareció correr más en cuánto salió del callejón. Cuándo desapareció la fricción, la van volvió a ocupar toda la calzada para usarla a sus anchas y llegar cuánto antes al destino.

.- ¡Dame el volante Raph! – ordenó Leonardo incorporándose.

.- ¡Estáte quieto! – le gritó éste deshaciéndose de las garras de su hermano que lo aprisionaban des de detrás del asiento.

.- ¡Cuidado, cuidado! – Michelanggelo desesperó en cuánto la van se volcó demasiado encima de la cera. Raphael dio un respingo y volteó bruscamente haciendo que uno de los peatones se viera obligado a saltar para no ser arrollado.

.- ¡Quítale el volante o nos va a matar!

.- ¡Suéltame! – asqueado por el acoso de Leonardo, raphael se volteó olvidando por completo el volante durante unos segundos. Levantó el puño encarándose a Leonardo y la reacción de Michelanggelo fue crucial al alcanzar el volante des del asiento de al lado:

.- Mierda, mierda mierda¡Raphael¡Por tus huevos! – suplicó mientras conducía el volante temeroso de que Raphael solo mantenía apretado el pedal del acelerador.

.- ¿Qué estáis haciendo¡Basta! – April les llamó la atención pero nadie le prestó obediencia. Empezó a gritarles a Leo, Raph y Don que se enfrascaron en una batalla de insultos y leves golpes mientras Michelanggelo les llamaba por auxilio.

En cuánto los tres se percataron de quién conducía se voltearon asustados gritándole al hermano menor al unísono:

.- ¡No toques el volante!

Michelanggelo lo soltó del susto y, una vez más, la van corrió completamente descontrolada.

Raphael se apresuró a volver a hacerse con el control del vehículo justo a tiempo para girar bruscamente a la derecha evitando colisionar contra la pared de los edificios del final de la calle.

Al girar la esquina, una vieja anciana cruzaba la calle con un pequeño perro amarrado en su correa unos metros atrás.

Michelanggelo y raphael desesperaron de nuevo:

.- ¡Cuidado, Raph¡cuidado, cuidado, cuidado!

.- ¡Ya cállate! – de un respingo y tratando de frenar al máximo, la tortuga volteó para esquivar a la abuela que parecía no percatarse de lo que se le venía encima.

Asustado, Donatello cerró los ojos a tiempo para notar cómo la van botaba levemente habiendo atrapado algo bajo sus ruedas.

Abrió los ojos cómo platos y algo asustados.

Un tremendo silencio se esparció por la zona:

.- ¿La has….? – musitó mientras todos quedaban estáticos y la van seguía su marcha.

Raphael accionó los limpia parabrisas y en ellos, con un leve zumbido, se pudo observar un pequeño corsé roto que había quedado enredado y se sacudía de arriba abajo con el ritmo de los limpia.

Michelanggelo gritó estrudendosamente:

.- ¡El perro¡Has atropellado al perro de la vieja!

.- ¿Qué? – aulló Leonardo con furia.

.- Al menos no la he cogido a ella ¿no¡Diablos¡Si es que me estáis poniendo nervioso!

.- Vamos a morir….vamos a morir…

.- ¡Michelanggelo chapa esa boca!

.- ¡Cuidado atontado! – le gritó Donatello al encontrarse un nuevo semáforo en rojo en frente.

Pero Raphael no frenó y cruzó la intersección esquivando peligrosamente los demás vehículos.

Al tomar la nueva calle, un coche se pegó peligrosamente a un lado de la van yendo a par con esta y subiéndose por encima de la cera por conseguir seguirla.

.- ¿Pero qué demonios…?- susurró raphael sorprendido por ello.

Donatello desvió su mirada hacia allí:

.- ¿Esa no es…?

Siguiendo los ojos de su hermano, Leonardo se asomó por la ventanilla.

Dio un fuerte respingo en cuánto se encontró con Lizz que conducía temerariamente muy cerca del costado de la van.

La chica lo fulminaba con la mirada seguramente enfadada por la desaparición repentina de la tortuga de la guarida.

Sin miedo a ser visto, leo asomó medio cuerpo por la ventanilla indicándole a Lizz que se marchase.

Pero la chica negra tan sólo aminoró la marcha y dejó de conducir por la cera para seguir el desastroso camino que la van de Casey abría tras de sí:

.- vaya¿te sigue hasta la muerta no Leo?

Leonardo gruñó por el comentario sarcástico de su hermano.

Splinter se meció en su regazo:

.- ¿sensei? – musitó Donatello.

La anciana rata pareció inspirar con fuerza para luego expirar y quedar completamente inmóvil.

La garra que había permanecido agarrándose con fuerza al kimono sobre su pecho, perdió estabilidad y cayó a plomo sobre el asiento.

Leonardo y Donatello compartieron miradas cómplices de preocupación:

.- ¡acelera Rapha¡Que lo perdemos!

.-

La furgoneta no disminuyó su velocidad en cuánto entró al párquing trasero del Hospital central de Manahttan que, tal y cómo les indicó Jan, la zona se encontraba visiblemente abandonada y acordonada.

La mismisima Jan Dorvin les hizo señales en cuánto alcanzaron la puerta.

Con un estruendoso chirrido de ruedas, la van se detuvo finalmente y todos los de su interior comenzaron a bajar cargando con ellos el cuerpo inerte de Splinter.

A sabiendas de todo, Jan les entregó una de las camillas y les abrió camino hacia la planta que ella misma había logrado vaciar.

Splinter apenas respiraba y la espera dentro del ascensor se izo eterna:

.- ¿kevin lo tiene todo listo? – preguntó Donatello a la chica con preocupación.

Ésta asintió.

.- ¿Cómo está? – preguntó luego.

.- No muy bien…temo que haga ya algunos minutos que se haya ido…

.- No digas eso…no digas eso….- Michelanggelo se llevó de nuevo las manos a la cabeza haciendo tumbos por el estrecho ascensor.

La muchacha observó los nervios del ambiente con exaltación.

Donatello permanecía sobre su maestro tratando de no perder pista. A su lado, Leonardo se mordía el labio nervioso sin quitarle el ojo de encima. Casey y April permanecían en una esquina del ascensor con cara de preocupación y desmayó sin soltarse la mano entre ellos. Michelanggelo volteaba nervioso con las manos en la cabeza susurrando palabras inteligibles y Raph, al pasar cercano su hermano, le dedicó un bofetón en la nuca pidiéndole que se calmase.

Jan observó cómo Raphael punteaba con el talón con nervio mientras perdía la mirada en algún punto del concreto bajo sus pies.

La chica colocó una mano sobre la suya.

Raphael se volteó a verla mientras Jan le entregaba una sonrisa tranquilizadora:

.- No entiendo cómo tu hermano te ha dejado adueñarte así de una parte del hospital.

.- Bueno, él no lo sabe. Ese es mi mayor problema ahora…

.- tendrás problemas…

.- Para cuándo los tenga, vosotros ya no estaréis aquí – Raphael le devolvió la sonrisa tratando de mostrarse no tan preocupado cómo estaba y agradeciendo cálidamente a Jan el arriesgarse a acordonar la zona sin permiso alguno.

Finalmente, las puertas del ascensor se abrieron en la quinta planta y mostraron los pasillos completamente vacíos.

Con velocidad, Donatello empujaba la camilla siguiendo las indicaciones de Jan hacía la sala de quiropráctica.

Kevin los esperaba en la puerta. Recibió la camilla de manos de Don y le dedicó una mirada compasiva antes de indicarles que no podrían estar allí dentro.

Donatello comprendió:

.- Confío en ti, Kevin…- éste le sonrió.

Por la puerta entreabierta, Leonardo observó que Kevin no se encontraba solo. Junto a él en la misma sala y vestidos con sus batas blancas, habían dos personas más.

Se inquietó.

Kevin lo notó:

.- Tranquilos, son de mucha confianza. Antiguos colegas del hospital. No dirán nada – Leonardo asintió son quitarles el ojo de encima:

.- Ahora ya me da igual quienes sean y quienes dejen de ser – inquirió Michelanggelo aún volteando nervioso - ¡pero por favor empiecen ya!

La puerta de la sala de operaciones se cerró dejando a las cuatro tortugas atónitas y expectantes al otro lado de ésta.

Un extremado silencio acompañado de un leve zumbido de las máquinas se esparció por el lugar. Los nervios, la tensión y el drama habían desaparecido del ambiente y ahora todos se sumergían en una inagotable paciencia y preocupación dejando que su cuerpo descansase después de tanto movimiento.

Jan Dorvin se acercó a leonardo que había tomado asiento y sostenía su rostro con sus manos:

.- Tal vez deberías desaparecer de aquí – Leo levantó la mirada – quedaros cerca. Os informaremos de si algo ocurre.

.- ¿qué¿Dejar a Sensei Splinter solo? No, no no…

.- Michelanggelo, es lo mejor por ahora. Aquí no haremos nada bueno y si viene alguien nos delataremos…- Leonardo se incorporó del asiento.

.- No te preocupes – April posó una mano sobre el hombro de Mickie que se encontraba visiblemente preocupado –yo y Casey nos quedaremos.

La tortuga asintió y siguió a sus hermano pasillo a través hacia una de las ventanas que permanecían abiertas al final de ésta. Por allí, uno a uno, empezaron a desaparecer en dirección al tejado del hospital deseando que no fueran vistos por nadie.

El pasillo volvió a quedar en un silencio incómodo repleto de nervios.

April tomó asiento y hundió su rostro entre sus manos. Casey, a su lado, la envolvió con sus brazos dejando que la chica se recostase en él y suspiró mientras clavaba la mirada en la puerta por dónde Splinter había entrado.

Jan se apoyó contra la pared y se dejó resbalar por ella para acabar sentada en el suelo enfrente de la pareja.

Mandó la mirada al techo tratando de imaginarse el al trago y el mal momento que Raphael y todos sus hermanos estarían pasando en el frío tejado del edificio.

Aún y la situación, no pudo evitar esbozar una leve sonrisa a sabiendas de que, después de todo, las cuatro tortugas habían vuelto a unirse aunque tan sólo fuera para acompañar a su maestro en sus peores momentos.

Pensó que, cuándo las personas se sentían unidos por un mismo sentimiento, siempre quedaban estrechamente relacionadas…por mucho que llegasen a odiarse.


Bueno, aquí se incluiría el pequeño trocito del prólogo que, con tal de no repetirlo, he tratado de describir de distinta forma, pero vaya, que la situación que se desarrolla es exactamente la misma pero contada de distinta manera.

po si Sam, yo tmb lo pensé" la chica esta no se ducha, porque si no se ha encontrado el detector en su pelo durante una semana pues esque algo anda mal...". pero vaya, figúrate que quedó enredado entre las trenzas...después de todo ¿quién se frota la nuca cuándo se baña?...yo no...bueno, vaya, especialmente ahí no suelo rascarme con mucho nervio. jejejeje

Gracias por tu review Naoko. No creas, para escribir una historia larga tan solo necesitas un buen guión y un buen desarrollo. Esa es la parte más dif´cil. Pero para escribir una historia corta que realmente pueda chocar a la gente (que supongo que es lo que se intenta con los one-shoot) es difícil. ya que todo aquello que puedes ir explicando y enseñando a lo largo de los capítulos tienes que plasmarlo en uno solo y, además, se tiene que conseguir impresionar al público con algun final inesperado (vaya, lo sufrí en mis propias carnes cuando escribí el one-shoot del yaoi, ;-) )

Aún y así, podrías tratar de escribir una historia larga, con la suspicacia que tienes para entregar tragos armagos al lector podría ser interesante...jejeje

ATENCIÓN!ATENCIÓN! ACTUALICÉ ZEN! jejejeje, ese es el mensaje de alerta. Ok, pues ya te avisaré por msn en cuánto actualice, pero áun y así te informo que me parece que hay una opción para que cada vez que algún actor actualice se te envíe un mail para notificartelo. Pero vaya, tu tranqui que te aviso personalmente ;-D. veo que coincides con mi punto de que Raphael es el mejor de la serie (no refiriéndome a mi fic, ya que traté de hacerlo ameno...pero no puedo evitar que todo gire entorno a raph y a Leo...es la costumbre --' sorry)

Pues nada gentuza, nos estamos leyendo y ánimos aque actualicen sus fics! Que soy la única que da marcha a las cosas en la sección en español! (jo...yo también quiero leer ...sob!)

Adiosito! Ciao ciao y besos!

yaS ;-P