#13# Quinta planta
Llegó a la quinta planta en un momento y sacudió la puerta de la escalera de una patada mientras desenfundaba sus sais temiéndose lo peor. Alcanzó a ver, al final del pasillo, los cuerpos de April y casey levantados, asustados e inmóviles, observando con cierto miedo a Jan, que restaba tendida en el suelo agarrándose con sopor el brazo.
Delante de ella, unos metros no muy lejos, Milo Hace permanecía de espaldas con la pistola en la mano que descansaba en su cintura. Observaba la escena con una enorme sonrisa y una mirada desbocada.
Raphael se apresuró a alcanzar a la pareja. April se le tiró a los brazos en cuánto lo vio aparecer a sus espaldas:
.- ¡Raph¿Quien es ese¡Le ha disparado! - la tortuga dejó a la chica a regazo de Case que, a la par con Raphael, se hizo con su bate de basebol cubriendo a April.
Milo Hace se volteó lanzando una cansada mirada a la tortuga. Acto seguido, su pistola tomó una posición mucho más viable:
.- ¿Otra vez? No se de que coño va todo esto y poco me importa de dónde hayas salido. Pero si vienes a por esta puta ya pudes marcharte por dónde has venido.
Raphael señaló a Milo con el extremo de uno de los sais mientras jugueteaba nervioso con el otro en su mano:
.- No vengo por ella precisamente, si no por ti.
Jan chasqueó la lengua y frunció la mirada fusilando a la tortuga con desagrado. Fue a gritarle alguna obscenidad, pero la bala en su brazo derecho la torturaba y notaba cómo la carne palpitaba víctima de fuertes contusiones debajo de la prieta gabardina.
Milo Hace, tras la contestación de la tortuga, enpuñó con mucha más fuerza su arma y apuntó sin vacilar a raphael, que dio un respingo al verse en el punto de mira:
.- ¿Por mi? - mandó una fugaz mirada de reojo a la policía tirada en una esquina - ya veo...así que ahora la policía se arma con monstruitos ¿nah?...ahora ya sé quien es el "justiciero" de Manhattan...
.- mucho gusto - bromeó la tortuga tras sentirse extremadamente incómoda por ser apuntada. Milo empuñó con más fuerza el mango.
.- Inténtalo - le retó - en cuánto muevas un músculo te tumbaré de un tiro.
Raphael sonrió cínicamente y echó a un lado a Casey y a April:
.- ¿Tu crees? - vaciló sonriente. Acto seguido, se convirtió en un manchón borroso que despareció del punto de mira de Milo y, usando las paredes del levemente estrecho pasillo, rebotó con fuerza lanzándose con suma brutalidad contra el cuerpo del hombre.
La bala silvó por su costado quedando clavada en la pared de yeso antes de que Milo Hace cayera arrastrándose varios metros atrás por el golpe.
Jan se echó a un lado cómo pudo para evitar que la massa de Hace chocase contra ella. Cuándo lo tuvo tumbado de cerca, trató de sacar fuerzas para desenfundar su pistola, pero Hace reaccionó deprisa y alargando la mano con velocidad, retorció la muñeca de la chica haciendo que el arma de ésta cayera al suelo.
Se hizo con el torso de ésta asiándola con fuerza hacia arriba, colocándola delante de sí, para luego plantarle el cañón de la pistola en la sien.
Raphael se detuvo en seco tras iniciar un nuevo ataque. Ponderó la situación considerando que la sesera de Jan amenazaba en rebentar.
La chica forcejeó dolorida y con frustración, pero Hace la agarró con más fuerza haciendo ahínco en la herida del hombro.
Jan soltó un grito y perdió toda fuerza.
Milo, por su parte, parecía nervioso, histérico. Toda razón y calma que lo caracterizaba se había desvanecido y empezaba a sudar con consistencia mientras la respiración se le agitaba y sus ojos se abrían cómo dos platos:
.-¡ No des ni un paso más, monstruo! - le gritó visiblemente asustado.
Raphael retrocedió levemente y enfundó sus sais de nuevo en su lugar.
.- No soporto...no soporto que la gente meta las narices en dónde no debe...- hundió con fuerza el cañón en la sien de la chica haciendo que ésta soltase un pequeño gruñido por la presión - ésta maldita se rió de mi en mi cara...y no durante unos momentos...¡durante semanas! Nadie, y digo ¡nadie! se rie de Milo hace estando entre sus filas, y mucho menos hace tratos con él para conseguir pruevas con las que culpabilizarme - Milo miró a Jan apretando aún más a su presa. La chica luchó por respirar - porque eso es lo que pretendías ¿verdad puta?
Jan no contestó, cerró los ojos con fuerza tratando de no sentir la inagotable presión sobre su sien y su pecho y de que el dolor de su lastimado brazo no la matase por completo.
.- ...oye...- la tortuga empezó a desesperarse al ver que Milo alcanzaba tal estado de nerviosismo, y lo que en un principio creía que n le había importado un bledo, empezó a preocuparle tremedamente. jan podía perder la vida si Hace se desesperaba demasiado -... ¿dónde pretendes llegar con esto?
.- Puedo llevarlo hacia extremos peores, créeme.
.- ¿y que?
Milo arqueó una ceja amenazadoramente.
.- sabes que si la matas, luego estaré por ti. Y a mi no se me amenaza con una pistola.
Hace pareció vacilar por unos instantes, momentos en los que aflojó la presión sobre su presa. Pero al instante, envuelto de nuevo por el aura agresiva, volvió a apretar el cuello de Jan:
.- ¿A caso crees que no estoy acabado? Esta maldita cabronaza tomó todas las pistas que le hicieron falta. de todos modos acabré encerrado o muerto...- devolvió su mirada a la chica aprisionada - tan solo quiero que todo también acabe para ella. Lo ha destrozado todo.
.- Tienes tu maldito decodificador de los huevos ¿no? Suéltala y corre ahora que puedes.
.- Me tomas por inútil, monstruo - Milo soltó una carcajada histérica algo temible - la tendré pisándome los talones al poco tiempo. Y tu me matarías tan solo soltarla...
Raphael apretó los puños y perdió la paciencia tras comprobar que el hombre no estaba dispuesto a torcer:
.- ¡serás...¡Escúchame desgraciado, pienso patearte el trasero en cuánto...! - la presión en el brazo de la tortuga por parte de la mano de Casey consiguió que Raphael abandonase su gruñido en forma de amenaza:
.- No lo compliques...- le susurró.
Varios pasos llamaron la atención de los presentes que se voltearon nerviosos por la situación a la vez que Milo retrocedía sosteniendo a Jan.
Por la misma puerta en la que Raphael había aparecido, leonardo, Michelanggelo, Donatello y Lizz asomaron frenando en seco al encontrarse con el caldeado ambiente:
.- ...pues sí era un disparo...- susurró Donatello para sí mismo.
April se apoderó del brazo de Michelanggelo en cuánto éste alcanzó su posición:
.- está loco...va a matarla...
Leonardo se adelantó vara ponerse a la par con raphael, pero se detuvo en seco a metros de él en cuánto Milo le alertó con un estridente chillido:
.- ¡No os mováis demonios!- Jan volvió a gruñir al ser presa de nuevo de una insoportable presión en su esófago y sien.
.- ¿que está pasando raph? - le susurró sin quitarle el ojo de encima al hombre con la rehén.
.- ¿esque no lo ves imbécil?- contestó ásperamente Raphael en un susurro mientras trataba de avanzar nuevamente.
.- ¡Fuera! - el grito de Milo lo retuvo de nuevo - ¡fuera todos de aquí¿que coño es tanta gente¡Esto es solo entre ella y yo! - los ojos de Milo cayeron pesadamente en Lizz, que permanecía en la retaguardia junto a Donatello - tú...también estás metida en esto...maldita traídora...
.- ...No soy yo quien abandona a los suyos en el campo de batalla.. - le reprochó ésta con eterna seriedad y los dientes apretados.
.- No lo provoques más...- le suplicó Michelanggelo en una falsa sonrisa apenas moviendo los labios.
.- ¡he dicho que fuera todo el mundo! - Milo empezaba a retomar su estado de histeria. Al verse envuelto de tanta gente, sus nervios aumentaron al igual que su temaor a ser cogido. En poco tiempo, soltó barbaridades obscenas a gritos pidiéndole a la gente que se marchase para arreglar sus cuentas con Jan Dorvin. Por otro lado, su presión sobre la chica seguía aumentando y ésta empezó a toser considerablemente mientras trataba de alejar el antebrazo de Hace de su cuello con leves tirones.
Pero éste tan solo le contestó hundiendo el cañón de la pistola en su sien haciendo que la cabeza de la muchacha se ladease con violencia hacia un costado.
.- ¡No me habéis oído!
Seguidamente, una puerta se abrió a un lado del pasillo, justo enfrente del numeroso grupo que esperaba a la retaguardia. Donatello se hizo a un lado sorprendido y alcanzó a ver cómo uno de los dos doctores que ayudaban a Kavin asomaba por el umbral, mostrando en el interior de la habitación, una casi insoportable luz blanca y una camilla envuelta en sábanas:
.- ¿que demonios son tantos gritos?- el hombre se sorprendió por la escena y quedó pasmado al ver a Milo con la rehén en su regazo - Hace...¿pero que...?
Donatello no le dejó terminar y, temiéndose que Milo pudiera ponerse aún mucho más nervioso, indicó al doctor que se callase y lo empujó de nuevo hacia la sala de operaciones:
.- sigan con su trabajo...no pasa nada.
.- ¿Que no pasa nada? Pero...! - Don acabó de cerrarle la pueta y devolvió su atención a la escena.
Todos dieron un respingo cuando Milo cargó el arma:
.- ya estoy harto de tanta mierda - Jan cerró los ojos con miedo y el sudor de la asfixia empezó a mezclarse con un sudor frío de puro terror - ¡fuera!
Raphael se volteó hacia Leonardo sin acabar de quitarle el ojo de encima a Milo:
.- hacedle caso...
.- ¿que?
.- Largaos de aquí Leo, tanta gente le está poniendo nervioso y acabará por hacer alguna locura...
.- ¿Estás loco? No vamos a dejarte solo - le reprochó Donatello a sus espaldas. Raph le mandó una mirada vacía, confusa por el comentario. Fue Michelanggelo quien respondió a eso:
.- bueno¿somos hermanos o no? - contestó arrugándose de hombros con una simulada sonrisa llena de terror.
Raphael devolvió la vista al frente:
.- va a matarla si os quedáis.
.- ¿Que te hace pensar que no la matará igual si te quedas tú?- no contestó a la pregunta de Leonardo. Tan sólo permaneció en silencio.
Lo comprendió.
El silencio y la espalda que Raphael le ofrecía le hizo comprenderlo todo. Básicamente porqué él también se había encontrado en el mismo lugar...sólo quería proteger a quien debía, nada más.
Protegerla a ella.
Al igual que él había estado protegiendo a Lizz.
Al instante, la puerta de la sala de operaciones se abrió.
Kevin apareció ciertamente sofocado y cuándo retiró su máscara, una ancha sonrisa alivió en cierta manera a los presentes:
.- ¿Bien? - se apresuró a preguntar Don.
.- Por supuesto - Kevin mandó una fugaz mirada a la escena. Milo le contestó con una fusilante y desdeñosa mueca - dios mío...Hace...
.- Más gente...¡esto es un maldito circo! - con un brusco movimiento, abrió una de las puertas al lado del pasillo y se metió dentro cerrando con llave.
Rápidamente Raphael se desplazó al lugar y aporreó la puerta casi echándola abajo:
.- ¡Abre maldito cobarde! Pienso hacer astillas la maldita puerta!
.- ¡Inténtalo y le pego un tiro!- se escuchó la voz del hombre igual de nerviosa que entonces.
Raphael lanzó un grito de frustración y se volvió hacia sus hermanos:
.- ¡Largaos ahora!
.- ¡No pudes tu solo con esto! - le reprochó de nuevo Michelanggelo, pero Kevin interfirió:
.- Vuesro em...maestro, no debería de quedarse en el hospital...cómo comprenderéis, no puedo tenerlo en una sala de observación durante unos días...sería mucho más seguro para él que...
.- Sí, nos lo llevaremos - aceptó Donatello de inmediato.
.- Iros ahora Leo - inquirió Raphael fríamente - llevaros a sensei Splinter a casa.
Leonardo suspiró y cerró los ojos momentáneamente. Cuándo volvió a abrirlos, la mirada vacía e indiferente de Raphael lo escrutaba. Esperando a que tomase la decisión y diera la órden.
Se volteó observando levemente al resto de sus hermanos que, impacientes, restaban en silencio completamente inmóviles confiando a ciegas en que su hermano mayor sabría qué hacer...confiando tal y como siempre lo habían hecho.
Finalmente, Leonardo devolvió la mirada a Raphael:
.- Si en media hora no estás en la guarida. Volveremos a por ti, Raph.
Raphael le sonrió levemente antes de devolver la atención a la puerta:
.- me quedaré con él - inquirió Casey apretando los puños, pero April le agarró por el hombro y le negó con la cabeza. Sin comprender, Jones se sometió a la órden y fue arrastrado por la chica pasillo a través.
Una camilla fue desplazada al exterior de la sala y en ella, tapado con una sábana blanca, permanecía inrte el cuerpo de Splinter aún visiblemente afectado por la anestesia.
Los tres hermanos se volcaron a verlo y, tras mandar miradas de preocupación a Raphael, se marcharon por el pasillo arrastando consigo la camilla del hospital.
Cuando todos se hubieron marchado, Kevin permaneció unos segundos escrutando a raphael con la mirada. la tortuga reaccionó:
.- Dime que tienes la maldita llave de esto - Kevin negó con la cabeza.
.- Prometeme que vas a darle una buena paliza en cuánto lo cojas - Raph sonrió maliciosamente:
.- No va a quedar nada de él cómo le toque un pelo a Jan...- Kevin le devolvió la sonrisa ofrececiendo cierta tranquilidad a la tortuga que, por quedarse sola en frente de un problema de aquél calibre, empezaba a aterrorizarse.
Kevin empezó a marchar:
.- Lo único que puedo hacer por ti ahora es...mantener la zona despejada hasta que todo acabe...- se volteó antes de entrar en el ascensor - tal vez se debería llamar a la policía...pero se que no te interesa ser visto...y has demostrado ser mucho más competente que ellos en según que situaciones. Buena suerte.
.-
El hombre la tiró a una esquina, justo al pie de una de las camillas, y una vez allí utilizó un tubo de goma de presión para los análisis de sangre para atarle las manos a Jan detrás de la espalda. Ésta se resintió enormemente por su hombro, pues al ser empujado violentamente hacia atrás, la herida pareció resgarse y las palpitaciones de su piel no tardaron en hacerla gruñir de nuevo.
Una vez se hubo asegurado de que la policía estaba bien atada, Hace se incorporó y vagó nervioso por la habitación con las manos en la cabeza y la pistola entre ellas.
Se escuchaban los golpes y los gritos de raphael al otro lado de la puerta:
.- ¡Lárgate de aquí monstruo¡ No pienso abrir hasta que no me quede solo! - le gritó una vez más mientras un agruesa vena asomaba por la sien de Milo. Los golpes cesaron y la rugosa voz de Raphael desapareció del lugar.
A Jan le recorrió el cuerpo un escalofrío al pensar que, tal vez, la tortuga se había marchado. No pudo evitar dar un respingo cuando Milo devolvió la atención hacia ella.
.- Mierda, mierda mierda...- musitó para sí mismo. Se acercó a un armario y rebuscó en su interior con frenesí - estaba aquí, estaba aquí...¡diablos!...aquí esta. Eso es.
De dentro del armario, escondida entre varios trastos, Milo sacó una pequeña bolsa blanca. Jan la reconoció al instante. se trataba de aquella sustancia con la que Milo comerciaba entro y fuera del hospital, a parte de la morfina: la cocaïna.
La misma que Lizz perdió y quedó deutora.
Con el pulso temblándole y el sudor recorriéndole la frente, Milo abrió la bolsa sin miedo a desperdiciar su bruto contenido. Hizo hueco encima de la mesa y se dispuso a servirse a si mismo una buena ración.
Jan observó cómo, delante suyo, Milo no tenía reparo en targetear la sustancia. Ahora entendía porque estaba tan alterado. POrque Milo Hace había perdido la calma y soberbia de sus operaciones, porque se había puesto tan nervioso y porque estaba tan aterorizado.
Simplemente estaba drogado. Ya lo estaba cuándo entró al hospital, y ya lo estaba cuándo la disparó.
De no haber sido así, el calculador de Hace nunca hubiera desperdiciado la oportunidad de vengarse de Jan de aquella manera. Prácticamente había estado actuando cómo un delincuente de baja categoria. Un secuestrador al que le tiembla el puslo en cuánto agarra la pistola...Hace nunca había sido así.
Jan lo miró con desagrado mientras Hace seguía esnifando campante y con un eterno tic en el pie:
.- veo que ya no tienes ni reparo en el hecho de queyo esté delante...- musitó la chica.
.- Ya lo sabías ¿no¿que más dará ahora? - contestó éste sosteniéndose la nariz y observando a Jan de reojo.
Se incorporó del taburete dirigiéndose hacia la chica con paso tranquilo y lento. En el trayecto, comprobó que la pistola estubiera cargada para luego volver a cerrar el cargador con un tenso click.
.- Bien - el hombre se acuclilló en frente de la chica.
.- ¿Ahora que? - preguntó esta con desdén y cierto terror en sus ojos. Aún y así trataba de mostrarse fría, calculadora, aunque lo que en realidad deseaba era que Raphael no se hubiera marchado y pudiera echar la puerta abajo en cualquier momento.
Sin contestarle, Milo recuperó su entrañable y sarcástica sonrisa así cómo su seguridad y su calma. Empezó a juguetear con el cañón de la pistola recorriendo palmo a palmo el cuerpo de Jan. Haciendo que el frío metal rozase la piel de ésta en un nervioso vaivén casi insoportable que paseaba des de su sien, hasta su boca para luego pasar por su pecho y su entrepierna.
Jan empezó a sudar con más consistencia mientras Milo la taladraba con la mirada y seguía mostrándole esa temible sonrisa de oreja a oreja. No pudo evitar recordar el día en que jugueteó con él, aún siendo Diana, justo en esa misma habitación del hospital. Día en que Milo, estando ella de incógnito, le enseñó la mercancía para luego pagarse el favor en carnes.
Por entonces Jan nunca pensó que la cosa pudiera ir tan en serio.
Empezó a temblar con consistencia en cuánto el frío metal no fue el único contacto con Milo, ya que éste se tomó la libertad de pasear su otra mano a sus anchas por la carne de Jan.
.-
Se volteó con rapidez cuando escuchó unos pasos detrás de él. Supuso que el personal del hospital ya se había cansado de tanta incógnita y habían trasasado el acordonamiento de Jan. Pero no fue así.
Des de la otra punta del pasillo y caminando con cierta tranquilidad y serenidad, Lizz Wagner se acercaba con cara enfadada y ceño fruncido hacia Raphael.
Éste entornó los ojos de cansancio:
.- Mira, sea lo que sea que tengas que decirme déjalo para otro momento ¿quieres? Ahora no estoy de guasa...- la tortuga devolvió la atención a la puerta.
Tenía que abrirla. Pero si se hacía demasiado evidente des de dentro que lo estaba intentando, Milo no vacilaría en mandarle un tiro a Jan entre ceja y ceja.
Desenfundó su sai y trató de hacer entrar uno de sus extremos en la cerradura, pero éste resultaba demasiado ancho cómo para poder forzar los mecanismos de la puerta en silencio.
Algo lo empujó con violencia echándolo a un lado de la puerta. Se balanceó perdiendo el equilibrio y perdió también la paciencia cuándo en su lugar se encontraba Lizz:
.- ¿que coño te pasa¿Esque no me has oído?
.- ¡Shht! - le indicó ésta que se callase - si sigue segando esos gritos van a matar a tu amiga la policía.
Raphael frunció el ceño sin comprender y se acercó a la muchacha que, sacándose un pequeño alambre de una de las trenzas, empezó a manipular la puerta.
La tortuga no alcanzaba a entender porqué ahora su enemiga, la enemiga de Jan y la amiga de Leo, había permanecido en el hospital por ayudar a Jan en vez de marcharse para huir de él y de la policía.
No lo entendía:
.- ¿Porque te has quedado?
.- No es asunto tuyo tortuga.
.- Pues yo diría que sí - Lizz lo miró de reojo, descuidando su minucioso trabajo unos instantes - no lo hago por ti, y muchomenos por ella.
.- Déjame adivinar - soltó Raphael con una irónica sonrisa. Lizz lo escrutó con la mirada - Lo haces por leonardo.
.- Tal vez. pero sobretodo quiero que Milo caiga...
Un pequeño forcejeo con la puerta provocó un sonoró "cleck". Raph dio un respingo y permaneció en silenci, inmóvil, con la esperanza de que Milo no lo hubiera escuchado y que la sien de Jan siguiera estando a salvo.
No hubo respuesta.
Su más inmediata acción fue mandar un sopapo a la nuca de Lizz. Ésta se giró ofendida:
.- Si vuelves a hacer ese ruido te crujo.
.- Oye imbécil, soy yo la que está haciendo la faena para que no le vuelen los sesos a tu fdama, así que ten un poco de respeto- le contestó sobándose la nuca con una mano.
Ambos prestaron atención y pegaron el oído a la puerta en cuánto se escucharon numeroso golpes. El corazón le dio un brinco a Raphael se temió lo peor. Pero en el fondo quería pensar que Jan se había librado de Hace y le estaba por propinar una buena paliza.
pero los gritos le corroboraron otra cosa.
Los gritos agudos, desesperados e impacientes de Jan lo alertaron y se le pusieron las escamas de punta:
.- ¡No me toques!
.-
Tras tener sumo cuidado en montar la camilla prestada por Kevin en la parte trasera de la van, Casey y April se disuseron a inmovilizar debidamente a Splinter mientras Mickie y Leo tomaban asiento con Donatello al volante:
.- Nos vamos - indicó éste mientras encendía el motor.
.- espera - Leo sacó la cabeza por la ventana escrutando el vacío parquing de la parte trasera del hospital.
.- No podemos esperar mucho más, no vaya ser que venga alguien...- indicó April.
Michelanggelo leyó la cara de preocupación de su hermano y se le acercó:
.- ¿Crees que ha sido acertado dejar a Raph solo?- leo tardó en contestar, aún con la mirada perdida en el lugar:
.-...no está solo...al menos, no del todo...- frunció el ceño con desagrado al saber que LIzz se había escabullido de ellos para quedarse en el lugar a pesar de que Leonardo había indicado de salir todos de allí. Consideraba una atolondrada idea la de la chica. Pues sus dos perseguidores y su enemigo se encontraban en el lugar. de seguro Raph y Jan no dudarían en detenerla en cuánto todo se calmase.
Pero también sabía que Elisabeth Wagner, a pesar de ser una alocada chiquilla, nunca actuaba sin pensar.
Así pues, ahuecó su confianza en Raph y en ella tratando de convencerse a sí mismo de que todo andaría bien.
Cómo si le estubiera leyendo el pensamiento, Donatello escrutó a Leonardo por el retrovisor:
.- Pienso volver si ha pasado mucho rato y no hay rastro de Raphael, Leo.- sltó con serena seriedad.
.- Volveremos todos - indicó éste bajando finalmente la ventanilla - pero ahora es preciso dejar a sensei en casa...
Sí bueno, ay sé que éste cap resultó algo más cortito, m creí hacer bien acortándolo por aquí, jejeje. Todo sea por alargar la incógnita.
Bueno, así pues, informo que la cosa no tardará mucho en terminar y que, tanto el próximo cap como el siguiente pueden ser los últimos, todo dependerá de por dónde corte las situaciones, jejejeje.
Ya leí tu fic Zen! Y cómo buena lectora dejké mi review, a pesar de que ya te lo había dicho tod antes. Cómo te indico, em gusta mucho más con los arreglos que le has dado, aunque si lo hubieras ublicado tal y como me lo enseñaste tampoco hubiera estado tan mal, jejeje. de todas formar, aunke no llegues a leer el review, ya te lo diré por msn, jejeje.
Sí, la verdad esque es ahora cuando parece que Raph se preocupa más d lo debido por Jan, pero bueno, es normal ¿no? después de haber sido compañeros (por así decirlo) de trabajo es normal que acabes encariñándote con otra persona. Pero tranquis, que si no ha pasado nada entre ellos a estas alturas, yano va a passar (no Raph, en éste fic no ligas, jejeje)
Gracias por tu review Naoko! menos mal, poca gente supuso que lo del perro pudiera hacer gracia, jejej, pero esque yo soy así de sadica, de seguro que si me pasase a mi me reiría. Claro, figurate una maldita abuela cascarabias con uno de esos chihuahuas asquerosos que parecen más ratas que perros que ladran a todo el mundo con el que se cruzan (si si, uno de esos a los que te dan ganas de dar una patada y no lo hace porque temes poder rebentarlos de lo enanos que son...). Yo me reiría si viera el cosré del perro en el parabrisas. Bwahahahahaha, que mala soy.
Bueno, pero yo y los animales somos uno, así que no penséis que algo así lo haría adrede, por muy mal que me puedan caer esos chuchos. Jejejeje
bueno chicas, me despido y espero poder acabar Hate pronto para empezar con Yin Yang, que ahí se quedó aparado el pobre preview, jejejeje
Adiosito! YaS ;-P
