Hola, ante todo quiero saludar a Flor Black que me ayudo publicar este fic, y a amsp14 y varnq de las cuales leí mis primeros fics y me inspiraron a probar por mi misma lo genial de esto. Ahora si, gracias a todos por entrar a mi fic, como sabrán ninguno de los personajes sobre los que leerán es de mi propiedad sino de J. K. Rowling y esto fue escrito sin fines de lucro. Espero que os guste y sea de su agrado.
Quédate a mi lado
Capitulo 1: Aprendiendo a confiar
Sobre la alfombra del altillo un cuerpo delgado y grácil recibe los rayos del sol. A Ginny le encanta esta hora, últimamente se ha tomado la costumbre de subir al altillo a estar sola – hay tanta agitación abajo que nadie lo nota demasiado - . En realidad no estaba sola, lo tenía a él, sus fotografías, sus cartas. No pasaba un solo día sin recibir esas cartas. Obviamente no llegaban al Nº 12 de Grinmauld Place sino a la madriguera y de ahí todo el correo de los Wesley volaba al cuartel general donde invariablemente era recibida por Ginny, y es que luego de recibida la primera carta no quiso que nadie se enterara. Era su secreto. El secreto de ambos.
"Debe ser por la edad" oyó que le decía Tonks a Hermione y la castaña respondía "Además es el año de las MHB, debe estar estudiando". Ahora, cada vez que le preguntaban repetía la frase dicha por Hermione.
Dejando que los demás creyeran eso, ella se iba cada tarde y saboreaba el contenido de las cartas, palabras llenas de ternura y dulzura. La primera la había sorprendido, nunca había creído que él, justo él tuviera esos sentimientos por ella. Y empezó a responder, no a la primera (pensó que era una de las bromas de Fred y George) pero a la semana, cuando recibió la primera fotografía – para la que indudablemente él había posado – supo que era real y le envió la primera respuesta, y ahora era un ir y venir de largos pergaminos.
Además de preguntarse si estaría haciendo bien, sentía una leve sensación de voluptuosidad, la sensación de estar haciendo algo prohibido.
Justamente estaba escribiendo y por eso no oyó entrar a su castaña amiga.
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Unos leves golpes lo sacaron de la nada grata correspondencia del ministro. Le llegaba a escribir varias veces al día, pero lo prefería así. Fudge no sabia como manejar las cosas. Su mente tan fértil en imaginar los complots de Dumbledore, se había quedado en blanco al ver a Lord Voldemort en el mismísimo atrio del Ministerio. Guardo con cuidado los pergaminos en uno de los múltiples cajones de su escritorio.
-Pase. Ah, Minerva, ¿que deseas?
-El señor Krum está esperando afuera, dice que usted le solicitó que se presentara aquí.
-Ah, si, si, el señor Krum. Hágalo pasar. Este chico. La señorita Granger decía que era buena persona. Pues él se sentía inclinado a creerle.
-Perrrmiso Prrrofesorrr Dumbledorrre.
-Pase señor Krum, siéntese. ¿Prefiere descansar? Tengo entendido que acaba de llegar a Inglaterra.
-En rrrealidad la currriosidad puede más que el cansancio. Tengo entendido que tuvo una rrrazón imporrrtante para convocarrrme.
-Pues si. Como se habrá enterado tenemos un… problema con los profesores de cierta materia…
-Defensa Contrra Las Arrrtes Oscurrras. Es la materia mas famosa de Hogwarrrts porrr la suerte que corrren los que se atreven a imparrrtirrrla.
-Bien, verá. Tengo información de cierta jovencita con la que mantiene correspondencia de que tiene usted buenas intenciones. Teniendo en cuenta el instituto al que ha asistido, donde tengo entendido que se imparten Las Artes Oscuras, y su carácter bien intencionado, me preguntaba si no querría hacerse cargo del curso de este año.
-Me parrrece que no ha pensado en cierrrtas dificultades.
-¿Cuáles, por ejemplo?
-Pues, en que los alumnos no me tomarrran en serrrio, soy apenas mas joven que algunos de ellos.
-Eso no es problema, ha habido profesores jóvenes, y de hecho este año no serias el único, compartirías el cargo (ya que pondremos doble carga horaria de esa materia) con una profesora joven y muy simpática- y dijo mas para si que para Krum- combinación con efectos fatales ahora que lo pienso- Miró al joven que tenia ante si- Continua.
-La fama. Yo he jugado por placerrr y porrr mi país perrro me han hecho tal publicidad que tuve que viajarrr encapuchado luego de la prrrimerrra conmoción que cause en el aerrropuerto interrrnacional. Los muggles que no rrreconocían en mí a nadie imporrrtante no entendían nada.
-Pues aquí no habrá muggles que no entiendan y ya tuvimos un profesor de mucha fama.
-Si lo se, un escrrritor de frrraudes que esta en San Mungo por el único hechizo que sabia hacerrr. El caso fue muy comentado.
-Entonces ya ves, ni juventud ni fama te servirán de negativa. Si no deseas ocupar el puesto lo entenderé.- Y como si ya estuviera solo agregó- Creo que tendré que decirle a la señorita Granger que su recomendación no acepto el cargo.
-No, si usted dice que nada de eso tiene imporrrtancia, entonces me harrre carrrgo de la materrria.
Entonces Dumbledore miró a Krum por encima de sus anteojos de media luna. Había risa en sus ojos.
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Hacia días que Hermione notaba las ausencias de su amiga. Ya sin deberes del colegio que hacer, la primera semana habían quedado listos, se aburría terriblemente. Por más que insistiera e participar en cuanta tarea hubiera en la casa, escribiera a Víktor y agotara los volúmenes de la biblioteca Black, lo que necesitaba era charlar con Ginny.
Si bien había ayudado a que nadie molestara a su amiga ella pensó que estaba estudiando demasiado. Los gemelos debían haberla asustado con respecto a las MHB como lo habían hecho con Ron.
-Señora Wesley, voy arriba a ver a Ginny. ¿Desea que le diga algo?
-Si cariño, dile que pregunta su madre si la volveré a ver fuera de los horarios de las comidas o piensa pasarse el resto de las vacaciones estudiando.- Y conjurando una bandeja con el servicio del té y bollos le dijo –y llévale esto, no hace bien estudiar con el estomago vacío.
-Gracias. Y le daré el mensaje de parte de toda la orden. Y ambas se sonrieron.
Subió las escaleras hasta el altillo y entro sin hacer ruido por las dudas estuviera estudiando algo realmente importante, pero entonces noto que Ginny estaba escribiendo y sintió curiosidad. Si bien su amiga era aplicada con el estudio nunca la había visto escribir ningún trabajo con tanta pasión. Miró sobre el hombro bañado de cabellos rojos y se sorprendió. Ginny escribía una carta cuyo encabezado decía: "amor mío". Los pensamientos se agolparon en la cabeza de la castaña. Ginny tenía un amor, ¿Y no le había contado? ¿O quizás seria de nuevo el ojiverde el motivo de su querer?
En eso, Ginny noto una sombra a su lado y se levanto sobresaltada derribando a Hermione y el servicio de té.
-¿Cuánto hace que estas ahí?
-Buenas tardes para ti también. ¿Cómo te va? Hermione le dirigió una mirada picara a su amiga.
-De veras, Hermione. ¿Hace mucho que estas aquí atrás?
-Bien, bien. No, no hace mucho. Pensé que estarías estudiando y no quise hacer ruido.- Y haciéndose la enojada le dijo- ¿Qué es eso de "amor mío" que no me has contado?
-No tendrías que haber leído eso- El enojo de la pelirroja era autentico.
-Está bien, solo quería ayudarte con el estudio. Me voy.- Y acordándose de la bandeja que llevaba en las manos a la cual había salvado de milagro en la caída la apoyo en un arcón diciendo- Esto lo manda tu madre y pregunta si te vera fuera de los horarios de las comidas, algo que, de hecho, nos preguntamos todos los de la casa. Adiós.
-Herm, no te vayas. Yo… no te puedo contar todo, pero diré lo que a mi respecta. Lamento no habértelo dicho.- Y tomándola de la mano con una sonrisa le dijo- Vamos, ven siéntate. Además aquí hay dos tazas. ¿Cómo se supone que yo use ambas?
Hermione estuvo tentada de seguir haciéndose la enojada, pero la curiosidad y la sonrisa de su amiga podían más.- Bien, serviré el té y me cuentas.
Y mientras la mayor de las amigas ordenaba tazas, platos, bollos y tetera, la menor se apresuraba a guardar cartas y fotografías en una vieja caja bajo llave.
Dándose vuelta, con el rostro tan rojo como sus cabellos, Ginny miró a Hermione a los ojos y sin más vueltas le dijo- Estoy carteándome con… un chico.- Y viendo que su amiga habría la boca para preguntarse apresuro a agregar- pero no puedo decirte quien es. Es nuestro secreto… jamás pensé que tuviera esos sentimientos conmigo, pero es cierto y él es tan, dulce Herm, tan tierno. Lo veré recién dentro de una semana en el Callejón Diagon y me ha dicho que desea decirme algo importante. Es todo lo que puedo decirte, al menos por ahora.
Hermione la miraba con una sonrisa, en una semana irían por Harry al Callejón Diagon,- Entonces. ¿No me puedes decir quien es, verdad?
-Así es.
-Eso quiere decir que lo conozco.
Ginny lo pensó un poco. Su amiga era muy inteligente. ¿Y si se daba cuenta? Pero entonces lo pensó mejor, conocían a todo un alumnado de Hogwarts.- Si lo conoces, asiste a Hogwarts.
-Entonces…- La sonrisa se intensificó.
-Entonces dejaras de preguntarme pues él me ha pedido no divulgarlo y ya bastante te he contado porque eres mi amiga.
Se quedaron en silencio, pero no duró mucho.
-Así que todas estas tardes te las has pasado aquí, escribiéndole, leyendo sus cartas y sin estudiar absolutamente nada. Este año tienes las…
-Si, las MHB y no me he olvidado. No eres la única que se preocupa por estudiar.
-Okay, pero entonces…- De pronto Hermione abrió mucho los ojos.- Sus cartas, ¿no estarán dirigidas aquí, verdad?
-Claro que no. Me llegan desde La Madriguera. Sabes que ni los de la orden escriben aquí. Ya. ¿Podemos cambiar de tema? ¿Y tú?
-¿Yo que?
-Pues, ¿Qué hay de tus amorrres?
-No me vengas tú también con eso. Ya bastante tengo con soportar a tu hermano: "¿Otrrra vez escrrribiendo?", "Envíale saludos a Vicky de mi parrrte".
-Y no crees que Ron podría estar, ¿cómo decirlo, ¿celoso?
-¿Celoso? ¿Como se te ocurre? Esta bien que admire a Víctor por ser un gran jugador de Quidditch, pero de ahí a celarlo porque me escribe a mi en lugar de a él.
Ginny no podía creerlo, ¿su amiga se estaba haciendo la tonta?- De veras que eres increíble, siendo tan inteligente a veces sales con cada cosa.
-Pero si tú dijiste…
-Celoso de ti Herm.
-De mi, ¿pero de que estas hablando?
-¿No has notado como te mira, el perfume que te regalo la navidad pasada, a mi no me dio un perfume ni a mamá tampoco, y…
-Ay, por Merlín, ahora que estas enamorada no se puede mantener una conversación coherente contigo.
Hermione levantó el servicio del té y yéndose dijo- Celoso de mi, si claro.
Ginny se quedó pensativa y sonriente. En realidad Hermione se veía tan sospechosa como Ron. Sería por su estado enamorado, pero ella veía amor hasta en el hecho de que Hermione se hubiera dejado ambas tazas en su fuga, porque eso, eso había sido una fuga.
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-Pensé que te gustaría vengarte de ellos- la voz se volvió siseante- de él. Después de todo es su culpa que tu padre este en poder del ministerio.
Draco tenía su propio punto de vista acerca de lo que había sucedido aquella noche en el Ministerio. Rápidamente escondió esos pensamientos en un rincón de su mente, Snape lo estaba entrenando en la oclumancia con mucho éxito. Desde que habían hablado de los propósitos y sobre todo de los sentimientos del rubio, Severus lo había tomado bajo su tutela, secretamente, excepto en la Orden donde nada escapaba a ciertas orejas muuuy flexibles. Estaba ante el Señor oscuro, el Señor de su padre, un jactancioso Malfoy con un amo al cual servir que lo manejaba a su antojo. Se reprendió a si mismo, con esos pensamientos lo único que lograría seria terminar muerto, no sin antes ser torturado, claro. Se concentro en el piso de piedra y puso su mente en blanco. Ya tendría tiempo de pensar libremente. Voldemort se estaba tomando demasiado trabajo en convencerlo. Tal como había dicho Severus, él, Draco se había ido transformando, en la cabeza de Voldemort, en una pieza vital de sus próximos planes.
-¿Y bien?
-No me agrada el costo.- Era lo mas cierto que había dicho hasta ahora.
Los ojos rojos se entrecerraron calculadores. – ¿A que te refieres?- La voz sonó amenazadora y Nagini rodeo los pies de Draco, pero él no tenia tiempo de prestarle atención. Centro todos sus pensamientos en sus muestras de desprecio para con los Wesley, muy especialmente para con Ginny, y entonces sintió el relámpago que atravesaba su mente. Sonrió brevemente, pero se apresuró a convertir su gesto de satisfacción en una sonrisa de desprecio.
-No quisiera tener nada que ver con ella. Será de sangre pura, pero tanto ella como su familia son escoria, les gusta juntarse con esa sangre sucia de Granger, son locos por los muggles y los protegen. Y además son amigos de ese lunático y toda su pandilla que buscan salvar al mundo y a Har…
-En esta guerra hay quienes hacen el sacrificio de frecuentarlos por el bien de la causa, como tu querido padrino y tutor el cual por lo visto no te ha enseñado a obedecerme como corresponde. Cuando Yo ordeno algo, esto se cumple sin cuestionamientos, Yo soy tu Señor así como lo soy de tu padre y me obedecerás. Todavía no conoces mi verdadero lado oscuro, hasta ahora he sido demasiado benevolente contigo, pero tus estupidos cuestionamientos, con los cuales me insultas queriendo poner tu mente por encima de la mía, me están cansando.- Los ojos le relampaguearon fieramente, aunque la mente de Voldemort se mantenía fría, siempre utilizaba esa clase de recursos para intimidar a los que le servían.
Entonces Draco imitando a su padre en su reverencia más servil, y entornando sus ojos grises dijo- Entonces obedeceré. Harry Potter pagara caro estos quince años que le ha robado.
Voldemort disfruto con lo que estaba contemplando. Este chico sería la llave para penetrar al círculo más cercano al estupido-que-vivió-de prestado-hasta-ahora. El circulo de sus amigos.
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Espero que les haya gustado, es mi primer fic, así que no se si ha sido largo o corto. En el próximo chap, cosas que se aclaran y mas gente que entra en juego. Cualquier pregunta o sugerencia dirigirse al botoncito de los Reviews.
