CAP.4 Quémate!
Al otro día el francés, se despertó muy temprano y dispuesto a vengarse de la bromita, tiró cacerolas, puso su sonoro despertador, cantó (O.o), hizo de todo, pero no había respuesta por parte de ella, hasta que se le ocurrió algo magnífico... tirarla de la cama:
-PLAF!- se escuchó, para después ver un cuerpo al pie de la cama sobándose la cara pues fue con lo primero que tocó tierra
-Ay! Me dolió, eres un salvaje!- mientras pensaba- ")&#?)?"(? Que bonita forma de despertarme )()?·"¿()/-
-Vaya hasta que te levantas, ya es tarde- señalando el reloj.
-¿QUEEEE? Estás bromeando verdad, SON LAS 5 DE LA MADRUGADA -
-Es buena hora si quieres manejar el aire frío -
-"Que cínico" -
Los dos salieron al lugar de entrenamiento, era temprano y Alba no podía evitar dormitar y bostezar de vez en cuando, cada que hacía esto, se escuchaba un sonoro regaño de parte del francés hasta que...
-¿Qué hacen aquí tan temprano?-preguntó Shion, que se había despertado por los gritos y se le olvidó quitarse su mameluco rosa de carneritos-chibis (kawaii!)
-Pues entrenar con este salvaje ¬¬- respondió Alba señalando a Camus y tratando de disimular la risa que le daba la pijama de Shion
-Pero si el entrenamiento, comienza a las 10 -
-¿QUEEEE?- la joven tenía una vena en la frente a punto de estallar, miraba al francés con ojos de rabia y odio, estaba a punto de tomar a Camus y mandarlo a Francia de una sola patada pero Milo llegó oportunamente.
-Hola Milo- saludó el francés y el griego le respondió con un gesto para después ir a donde estaba la pequeña Alba
-Tengo algo que preguntarte- Milo tomó de la mano a Alba y se la llevó a un lugar muy especial
Ya en aquél lugar
-Antes de que hables¿Puedo preguntarte algo?-
-Si, si claro-
-¿Que haces despierto a estas horas?-
-Pues... escuché los regaños de Camus e imaginé que ya estarías despierta, así que aproveché-
-Creo que en verdad se molestó por la pequeña broma de ayer-
-Si, eso creo, bien cambiando de tema quería saber si tu bueno pues no se tal ves algún día tu quisierassalirconmigo?(¡asaltacunas!)-preguntó nerviosamente Milo
-Perdón?-
-que si quisieras salir conmigo- finalizó
-mmm... no lo se, déjame pensarlo... esta bien-
-en serio-
-CLARO, pero cuando-
-que te parece AHORITA-
-a las 6 de la madrugada ¬.¬-dijo Alba
-es cierto, vengo después del entrenamiento-
-Perfecto- Milo se despidió de ella con un dulce beso en la comisura de los labios acción que sonrojó a la aprendiz.
El entrenamiento terminó sin contratiempos, ella estaba realmente sorprendida de lo fuerte que eran todos los dorados y lo duro que era el entrenamiento, pero eso no le importaba.
-A donde vas?- preguntó Camus
-Que te importa-
-Tienes razón, no me interesa-
-Estúpido-
-Tonta-
-Imbécil-
-Loca-
-Idiota-
-Hola Milo-
-O.o-
-Ya veo que se están divirtiendo muchachos-
-Si, claro- contestó sarcásticamente el ojiazul
-Lista?- Alba solo asintió con la cabeza
-Perdón? De que me perdí-
-Ah, es que hace rato la invité a salir-
-mmm…-
-Te la devuelvo al rato-
-¿Devolverla? Te la regalo!- La respuesta de Camus no fue para nada del agrado de Alba que se acercó al francés y le dio un pequeño "regalito"
-O.O- Tenía los ojos completamente abiertos y comenzó a sudar frío, un intenso dolor lo aquejaba, cayó de rodillas al piso, con sus manos cubriéndose la entrepierna, algunas lagrimas se le habían salido, gracias al "regalito"
-Estúpido!-
-O.o- Y así se fueron a algún lugar lejos del Santuario
-Estúpida niña- apenas murmuró, mientras seguía de rodillas tratando de clamar su dolor
Después de la proposición siguieron saliendo por dos meses hasta que Milo se decidió a preguntarle algo más
-Bien yo se que llevamos muucho tiempo saliendo y no se si te gustaría, ser mi novia (les dije que todo podía suceder)-
-Si me encanta...-no pudo terminar, porque Milo la sorprendió con un suave beso en los labios.
Después de aquella melosa escena, Alba se despidió del escorpión y regresó al templo de Acuario, ya ahí se dirigió a la recámara de Camus, en donde habían dos camas (si, después del problemita, no le quedó otro remedio que conseguir una cama nueva), ella se dirigió a la cama de la derecha y se sentó, de entre sus ropas sacó una pequeña cadena de oro, que sostenía un anillo de plata, con algunas incrustaciones de un metal rosa, algo grande para ella, lo quitó, para después tomarlo fuertemente con su mano derecha, miró hacia el techo y dio un pequeño suspiro, se dejó caer sobre la cama y cerró los ojos por un momento, sintió que algo tibio emergía de sus ojos – "Madre, padre, yo…-
-Alba, en donde estás!- Al escuchar esa voz la joven se limpió las lágrimas y guardó el anillo, inmediatamente sacó un encendedor de plata y comenzó a jugar con él.
-Estoy en la recámara-
-¿Qué haces, porque juegas con eso, no sabes que puedes ocasionar un incendio!-
-Cállate Camus- respondió Alba, mientras hacía la flama más grande
-Dame eso!- El francés le arrebató el encendedor, pero lo tomó de una parte muy cercana a la flama, lo que hizo que se quemara y por instinto lo soltara, el encendedor cayó sobre la cama, y las sábanas comenzaron a incendiarse. – Ves lo que haces!-
-Maldita sea Camus!- dijo ella, mientras se levantaba de la cama y tomaba el encendedor y con la otra mano apagaba el fuego
-Te dije que no jugaras con eso!-
-Crees que soy tan tonta!-
-En serio quieres que te conteste?-Este comentario hizo que Alba perdiera la cabeza
-Sabes! Desearía que Milo fuera mi maestro, el no es tan frío como tú, no es tan irrespetuoso, el en verdad me aprecia- dijo mientras tomaba su encendedor y empujaba a Camus para que le diera permiso.
-Lárgate de aquí niña estúpida!- le dijo Camus
-Eres un imbécil- le dijo mientras le mostraba el dedo medio y se iba de ahí. Ella en realidad estaba enojada, aunque el francés no comprendía la razón de ello, estaba realmente sorprendido por esa actitud.
Alba caminó sin rumbo aparente, llegó a un lugar bastante lindo, había pasto, algunos árboles y una roca gigante
-Maldita sea!- gritaba al tiempo que golpeaba una gran roca
-Eres un imbécil- gritó con todas sus fuerzas al tiempo que volvía golpear la roca, pero aún era demasiado débil, por lo que unas pequeñas gotas de sangre comenzaron a manchar el suelo, ella bajó su puño y recargó su espalda en la roca, de pronto sintió que sus piernas perdían fuerza y cayó sentada al piso, tomó su mano lastimada y la apretó con fuerza, aunque por más que quiso no pudo evitar llorar
-Maldita sea!- se reprendía mientras apretaba su puño y sacaba el encendedor, comenzó a jugar de nueva cuenta con él y se incorporó, pero de pronto se sintió algo mareada y sintió un intenso dolor en la cabeza, por lo que soltó el encendedor, para después caer al piso desmayada. Para su mala suerte el encendedor cayó sobre el pasto seco que estaba ahí, y comenzó un gran incendio.
-Oigan huele a quemado, Camus está cocinando?- dijo Milo
-No, eso no es de la comida de Camus, mejor dicho eso no es de nada comestible- dijo Aldebarán levantándose de la silla
-Tienes razón- Afro se tapó la nariz e hizo una cara de "fuchi"
De pronto Saga y Kanon entraron bastante agitados – Hay un incendio muchachos!- gritaron los gemelos
-Que?- dijeron todos mientras salían del templo de Leo
-Oh no!- MM estaba preocupado (que raro, no?)
-Que sucede MM-
-Es que en esa dirección estaba Alba
-¿Qué dijiste?- Milo tomó a MM de la camisa
-Si, la vi, estaba bastante enojada, al parecer tuvo algún problema con Camus-
-Maldita sea!- dijo el escorpión mientras corría hacia esa dirección seguido de los demás dorados
En el templo de Acuario, el francés se había quedado dormido después de la pelea que tuvo con Alba. Pero olió que algo se quemaba, por lo que se despertó y decidió ver que sucedía. Él no tenía ni idea de lo que estaba pasando, pero algo le dijo que fuera hacia ese lugar
-Oh Dios!- el francés estaba horrorizado, pues cerca del incendio había algunas huellas de los zapatos de la joven
-Niña estúpida- dijo mientras se acercaba al lugar y con un leve movimiento de su brazo, logró controlar el fuego, para después con solo abrir su mano, apagarlo, pero lo que vio lo dejó totalmente sorprendido, los rastros del fuego estaban a escasos centímetros del cuerpo de Alba
-Si me hubiera tardado un poco más, ella…-
-Alba!- gritó Milo al verla tirada
-Ella esta bien- dijo Camus, al mismo tiempo que les daba la espalda y se iba – "si me hubiera tardado un poco más" Ah! Total, es una necia, aunque es un milagro que no le haya pasado nada-
CONTINUARÁ…
HOLA!
Como ven que Alba nos salió pirómana, jeje, bueno, gracias por leer el fic, como ya estoy a punto de acabar mi song fic LA ROCKOLA DEL ZODIACO, podré dedicarle más tiempo a este fic, muchas gracias a THE SHADE GHOST por el apoyo que me ha brindado en los 2 fics...
Au Revoir
ATTE
LadyIceKiller
MOERO MOERO!
