De nuevo Hikari molestando a todas las personas del Ningenkai. Y es justamente lo que mas me gusta hacer.

Escribir, hombre, no hablo de fastidiar /Que es mi segundo pasatiempo Favorito/.

Y aún lamento mi retraso en esto pero mi vida esta más que apretada en todo aspecto como para darme el tiempo que mi amada escritura merece.

Pero eso... no creo que les interese en lo mas mínimo a si que...

Fan Fic en progreso.

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Esto no podía a haberle ocurrido a él.

Estaba en el suelo, bajo el frío filo de la Katana de Hiei. Sintiendo algo similar al miedo. ¿Cómo era que un patético youkai de una clase tan absurda lo tuviere en esa situación? Los carmesíes ojos del Jaganashi estaban tan fríos, serios. Despiadados. Dando la idea de lo que él estaba dispuesto a hacer por el kitsune aquel de nombre Kurama.

"¡Te dije que lo soltaras Hiei!" Gritó Najeri una vez más. Ella tampoco había podido escuchar los pensamientos de Hiei.

"¿De verdad te importa tanto? Hn. Claro que si." Era justamente lo que Hiei esperaba. Que esa estúpida mujer hiciere lo que fuere por ese bastardo que amenazaba con la katana.

Presionó de nuevo el filo de ésta contra el cuello de Sesaru. Claro que tal vez estaba perdiendo la razón pero...

"Ya no tengo nada mas que perder ahora..."

Si tendría que matar, blasfemar, herir o sangrar a quien fuese para encontrar a Kurama, así habría que ser. Era la unica manera de sobrevivir el en Meikai. De apresurar las cosas y encontrar a ese kitsune.

"¿Tanto te importa Kurama?" Preguntó ella. Con la voz mas suave y calmada que pudo articular en ese momento.

"No"

"Lo haces... te importa. Tanto como para venir hasta aquí. Y buscarlo."

¿Quién era ella? No podía simplemente profanar su mente y decirle cosas las cuales no importaban ahora. Lo que debería estar haciendo es decirle a Hiei donde estaba Akhenaton.

"No he venido hasta aquí para que una estúpida como tu, me de clases de sensibilidad"

"Pero..."

"Calla ahora" Ordenó Hiei. Hablando en un susurro aterrador. "Si de verdad te interesa este bastardo, dime hacia donde se fueron... Dime todo lo que sepas respecto a ellos... Y sabes a quien me refiero"

"Si te lo digo todo... ¿Me garantizas que soltarás a Sesaru?"

Hiei no contesto.

Ella escuchó claramente los pensamientos de Hiei. Lo haría. Hiei no tenía la mas mínima intención de dañarlo si no era necesario.

Pero además de eso, había un murmullo más en la intrincada mente de Hiei. Una voz mas baja, repleta de deseos... de incertidumbre. Y murmuraba un nombre... 'Kurama'

E insistía en eso. Llamaba y no callaba. Y a cada murmullo se hacía mas fuerte dentro de él. ¿Qué acaso estos eran indicios y sentimientos que no estaban aún claros en la mente de Hiei? Esa era la mente más enigmática que había tendido la oportunidad de escuchar. Todos siempre tenían asuntos ocultos en lo mas profundo de sus subconscientes. Asuntos mas que íntimos... incluso para sí mismos.

Por primera vez en siglos de vida, sintió como si todo lo que hubiere hecho con Hiei fuere algo malo.

Sacudió su cabeza de un rápido movimiento.

Eso no interesaba ahora. Tenía que quitarle a Hiei de encima a Sesaru.

"De acuerdo, Hiei. Te diremos todo lo que sabemos respecto a Akhenaton... y de Kurama."

Hiei dudó de ella un momento. ¿Cómo podía confiar en ella? ¿Y si era una estúpida treta para que estúpidamente lo soltare y en cuanto estuvieran juntos, ellos atacarían a Hiei? No podía asegurarse nada a si mismo.

Pero por otro lado... no tenía tiempo que perder en dudas.

"Te aseguro que no es lo que crees, Hiei. Yo quiero ayudarte... Esa era mi intención desde el principio, pero..."

"¿Qué me hace creer que dices la verdad?"

"No tengo idea solo... quiero hacerlo" Contestó ella, poniéndose de pie.

"Esa costumbre suya por ayudar a cuanto acongojado se pasea enfrene de ella." Jadeó Sesaru bajo la katana de Hiei. "No se si odio esa costumbre o la amo... Te he dicho que esto, un día terminaría dándonos problemas y míranos ahora."

"Lo sé pero no puedo evitarlo"

"Tranquila, no es tu culpa." Sonrió de modo dulce. Pidiendo que ella le correspondiera con otra mas. "Es solo otro de tus hábitos, esos que me enloquecen"

"Se ahorrarían mas problemas, si dejaren de meterse en la mente de los demás" Gruñó Hiei. De nuevo sintiéndose asqueado de su romanticismo absurdo. Aunque más que nada, confundido.

"¿Le soltarás?" Pidió ella.

"Cuando me digas todo lo que sepas a cerca de Kurama"

Y mas valía que fuere lo mas rápido posible. Ya no quería recordar el tiempo que había perdido hasta ahora. Su mediocridad era algo de lo que ya estaba harto de cargar.

"Te lo diré ahora." Dijo Najeri. Tomando asiento frente a Hiei, tomando suavemente la mano de Sesaru.

Extrañamente, no tuvo tiempo de pensar en una traición de parte de ella. Simplemente se sentó si hacer un movimiento en falso. Procuró preguntar en que era lo que ella quería. Que si trataba de atacarlo desprevenido sería un grave error. Que estaría firmando la sentencia de muerte de Sesaru ella misma.

"No es eso te lo aseguro" susurró. Acariciando la palma de su compañero. "Y se que muy interiormente, lo sabes"

Hiei se limitó a gruñir.

Estaban colmándole la paciencia y justamente hoy no tenía mucha de ella.

"Tengo la katana presionando su garganta. Si siento que me estas mintiendo... Hn. Sabes lo que voy a hacer"

"Lo sé, Hiei. Estas muy confundido y... se que si te altero un poco mas... Harías algo de lo que yo me arrepentiría eternamente"

"Eres pensante"

La tormenta de arena que estaba hacía unos minutos poco a poco se fue disipando. Y pronto sus agresivos vientos no eran mas que una sombra pasada. Casi tenía la impresión de que se encontraba en una frágil urna de cristal. Que rompería a cualquier minuto y se daría cuanta que todo esto no sería mas que un sueño. Algo mas irritante que un pesadilla.

Que despertaría en medio del ningenkai, sobre una conocida rama, frente a una familiar ventana en un sitio al cual estaba acostumbrándose a ir últimamente.

Y todo esto no sería mas que un mal sueño.

Entrar a la habitación de Kurama cuidadosamente... y sentarse a esperar que abriere sus verdes ojos. Concentrarse en el sofisticado aroma de Kurama. Escuchar sus suspiros y aquel suave quejido que emitía antes de despertar.

Pero solo eran deseos.

Aunque se aseguraría de arrastrar a Kurama de nuevo a casa. De patearlo de vuelta y no perderlo de vista nunca mas. Tal y como deseó hacerlo desde hacía tiempo atrás.

¿Porqué darse cuenta de lo que de verdad quería hacer hasta que Kurama se fue?

"Porque hay que aprender a aceptar nuestras emociones... nos gusten o no" Le llamó Najeri, que le miraba atentamente.

Otra vez, metiéndose en los pensamientos de Hiei. Él no necesitaba de las palabras de una mujer tan cursi. Él no necesitaba de nadie...

"¿Ni siquiera de Kurama?"

Mas de sus juegos mentales. No había algo que mas odiare de ella.

"No" Escrutó Hiei. Bajando la mirada. Acción que él no notó. Reacciones de un cansado youkai.

Podía escuchar los pensamientos varios de Hiei.

La voz mas fuerte la de su aparente frialdad que decía a cerca de que parare de fastidios y le dijera toda la verdad. Una mas baja, llena de los temores de Hiei, de advertencias. Mas de la que decía de su necesidad por encontrar a Kurama. Una agresiva que pedía inmediata acción.

Pero todas, cualquiera que fuere, decía al menos una sola vez el nombre de Kurama.

Ella pensó, que de verdad Hiei debería estar más que angustiado por él.

Ya no deseaba hacerlo esperar mas. Ni tenerlo al frente suyo. Estaba comenzando a aturdirla con todo ello.

Estiró uno de sus brazos, señalando hacia un sitio del Meikai.

Hiei siguió la orden, elevando la mirada hacia donde ella apuntaba.

Una cordillera.

No había notado nada de esto en el tiempo que había estado ahí. Considerando la tormenta pasada y todo el asunto del paradero de Kurama.

"Se fueron por ahí"

"¿Qué?"

"Hace unas días, Sesaru y yo estábamos a el pie de la cordillera. Cazábamos un par de demonios de baja clase." Una sonrisa de dio es sus labios, esa había sido una practica de caza muy divertida "Y de la nada, surgieron un par de poderes, uno mas débil que el otro. Era similar al tuyo."

"Y esos dos olían exactamente igual a ti" Añadió Sesaru. Haciendo que Hiei apartara solo un poco su katana del cuello de éste.

"Somos curiosos, así que decidimos investigar eso"

"Ellos estaban peleando cuando llegamos"

"Pude escuchar al pelirrojo. Decía algo acerca de que lugar era este. Y preguntaba por Yusuke... un tal Kuwabara y.. por Hiei. Por ti"

"¿Estaba bien? ¿Qué pasó después?" Mierda, estaba comenzando a sonar desesperado. Hiei maldijo interiormente.

"Después de eso, ambos pelearon un rato, parecía que el pelirrojo tenía la victoria en sus manos, pero..."

"¿Qué coños pasó?"

"Él..."

"Najeri, ya dile" Aconsejo Sesaru ante la pausa larga que ella había hecho.

"Sabes que una batalla puede decidirse en un segundo. Quien sea mas rápido o... solo el de mas suerte"

"Mierda... déjate de rodeos y dímelo de una buena vez!"

"¡El lo cegó!"

¿Qué tontería era esa? ¿Cegó? ¿A Kurama? ¿Cómo era que...?

"Con algo de su youki, Akhenaton lo intensificó, volviéndolo luz. Era tan intensa que... Nos afectó a nosotros también."

"Eso es una habilidad que pocos poseen, Hiei. Le había dicho a Najeri que es inmensamente difícil encontrar a un youkai con la habilidad para ello"

"El no es ningún youkai común..."

"Nos tomó tiempo recuperarnos de los efectos de su ataque. A penas y pude distinguir que se inclinaba al suelo... sobre una mancha de Rojo... Ese era tu migo Kurama" Reveló ella

Hiei permaneció quieto en su exacta posición. Escuchando su versión de las cosas.

Kurama no podía...

"Y haba algo mas..."

"Que era..."

"En el pecho del pelirrojo estaba lleno de sangre, roja mas que si cabello"

"Había una mancha enorme de ella. Le dije a Najeri que el pobre habría de morir desangrado, por la cantidad que ya había perdido hasta ahora."

"Pero Akhenaton no lo iba a permitir... Escuché lo que pensó. No dejaría morir a Kurama tan fácilmente, no sin antes jugar con su patética persona..."

Estaba comenzando a temer de lo que ellos le hablaban.

Kurama no podía simplemente desparecer de su vida. Y mucho menor por capricho de un imbécil que decidió que así tendría que ser.

"Se acercó hasta él y... colocó un par de esposas de poder en sus muñecas, y tobillos de tu amigo"

Cosa que enfureció a Najeri. Eso no debía ser. Estaba segura de que él ya no podría moverse mas. Era completamente innecesario viendo la condición el la que se encontraba.

"Eso no era necesario.."

"Firmó su sentencia de muerte... eso es lo que ha hecho... maldito bastardo" Murmuraba Hiei, si era para él mismo, o para alguien mas le era confuso.

Lo único que aguantaba en ese momento era el insistente deseo de venganza. Pura y delirante. Acabar de una vez con Akhenaton, mandarlo al infierno.

Viendo la condición de Hiei, Najeri dudó en continuar con esto. Y terminar de decirle todo lo que había acontecido con su kitsune amigo.

Pero era lo mejor.

Después de todo... había pedido que toda la verdad le fuere dicha.

"Luego de eso..." Hiei abrió mas sus atónitos ojos. ¿Había algo más que escuchar? ¿Qué podía haberle pasado mas a Kurama? Ya incluso dudaba si tendría la fuerza para escuchar mas de eso.

De cualquier modo, prestó inmediata atención a Najeri que hablaba en voz pausada, no dando de golpe toda esa información evitando irritar a Hiei.

"El terminó de colocarle las esposas. Y se sentó a gatas sobre el tendido cuerpo de Kurama... Tomó su cabeza y la elevó un poco. Rasguñó su mejilla, y lamió la sangre que manaba de esta..."

"¿Qué?" empezó a apretar sus dientes corroído en furia. "Se atrevió a..."

"Le lamió la mejilla y luego agitó su cabello de una manera atroz..."

"Y lo supimos... Tu amigo guardaba semillas ahí, en su cabello."

Había desarmado a Kurama. Ese maldito sabía de su absoluto control sobre las plantas. Y el lugar donde las escondía también.

Sesaru llamo de nuevo a Hiei a la realidad.

"Fue un movimiento brutal. Y varias pequeñas semillas saltaban del pelo rojo de tu amigo. Pasó varias veces sus manos por su cabello, asegurándose que no quedare ni una sola."

"Cuando al fin quedó seguro que no había nada ya, soltó a kurama y le dejó golpear contra el suelo"

"Y se que es duro" Comentó Sesaru, señalando con obviedad su condición a causa del Jaganashi que estaba encima suyo.

Eso le obligó a Hiei a presionar de nuevo la Katana contra su cuello.

"No salgas con bromas así en este momento, idiota. Que si Hiei te mata te juro que no me opondré si continuas con ésta actitud" Reclamó ella. De verdad irritaba.

Estaba comenzando a afectarle a ella también lo acontecido con Kurama.

Era curioso... Ni siquiera le había tratado ni dos segundos con él y este ya se había ganado su ... Por decirlo de algún modo, simpatía.

"Vale ya! Me callo."

"... Maldita sea .."

"Hiei... luego de eso... Arrancó el traje de batallas que en ese momento era rojo, haciendo con él algo así como... un vendaje improvisado. Intentando detener que mas sangre escapare de su cuerpo, la colocó fuertemente alrededor de su pecho."

"Lo apretó varias veces... Con una fuerza y malicia la cual no puedo recordar haber visto nunca antes"

Justamente como Takai le había dicho. De lo despiadado que este podía llegar a ser. Y justamente Kurama había tenido que caer en este blasfemo juego.

Poco a poco comenzó a perderse es sus pensamientos de nuevo.

Levantó su cuerpo de Sesaru, y enfundó su Katana, ya no amenazando a su rehén. Pasaba una y otra vez una mano sobre de su cabello negro y revuelto, lleno de tierra y polvo.

Najeri se acercó hasta su compañero y le tendió una mano para ayudarlo a levantar. Éste la aceptó y se puso de pie en un segundo. Abrazándola de nuevo. Correspondiéndole de inmediato al tacto. Así permanecieron un momento, disfrutándose mutuamente.

Pero ella se separó, atraída por la expresión perdida en el rostro de Hiei. Y si bien en un principio solo veía incertidumbre en él, al siguiente segundo había ahora rencor. Murmuraba advertencias tan bajas y rápidas que era imposible entenderlas. Cubrió su rostro con una mano que a penas mostraba esa mirada corroída en furia. Inspiraba temor... por no decir Miedo.

"H-Hiei..." Llamó Najeri, posando su mano en el hombro de Hiei. Pero él no le prestó atención mayor y en ese instante la retiró por igual. "No quería molestarte... pero ya sabes hacia donde fueron... es mejor que nada"

El Jaganashi no se movió. Sabía perfectamente que tenía que, pero simplemente estaba tan.. ¿Pasmado? No... ¿Furioso? ¿Confundido? ...

"Yo... Me voy ahora mismo." Balbuceó, y comenzó a caminar hacia la cordillera. Si quería ya ver a Kurama tendría que superarlo. Quitar el peso que el zorro había cargado en Hiei, impidiéndole pensar claro.

"No puedes irte aún, Hiei" Le dijo en hombre de cabellera blanca "Ciertamente ellos tomaron esa dirección, pero eso fue hace tanto tiempo...Y se que es lo último que deseas es perder mas de ello, así que escúchame"

¿Tiempo? Eso era lo que él y su estúpida novia le habían hecho perder ya. ¿Cómo podía insinuar que le ayudaría a acelerar su búsqueda? Aunque... quisiere o no, quitando el hecho de que ese par hablaba en exageración, habían ayudado a... tener una idea de donde ir. En lugar de andar vagando aquí y allá.

"Hn... Mierda." Suspiró exasperado "Vale, dolo ahora"

"No vayas de pico en pico. Es tanto mas tardado como inútil y difícil. Te confundirías y... ciertamente eso quita tiempo"

"¿Es todo?"

"Aún hay mas" Interrumpió ella "Tampoco rodees la cordillera, es enorme. Rodear implica mayor facilidad , pero es aún mas tardado"

Hiei elevó una ceja irritado, analizando esa basura de información.

"Demonios... ¡¿Y que quieren que haga! ¿Volar? ¿O tal vez que la traspase?" Sus advertencias y supuestos consejos no eran útiles para el Koorime. Estaban haciéndolo de nuevo. Le hacían perder tiempo.

"No es eso. ¿Te han dicho que no escuchas a nadie? Lo que Sesaru ha tratado de decirte es que además de esas rutas hay una mas"

"¿Qué?"

"Rápida, no hay que rodear. Es imposible perderse. Te ahorrará varias horas. Pero..."

¿Pero? Joder, ellos no hacían más que confundir a Hiei. Hablar y parar sus palabras justo donde eran mas necesarias.

"¿Qué? ¿Cuál es el estúpido problema?"

"Hiei... Me temo que esta actitud tuya, ésta tan explosiva. Por ella te será imposible tomar esa ruta"

"Tu no puedes asegurar nada"

"Escucha a Najeri. Con ese temperamento no podrás hacerlo"

Hiei suspiró de nuevo, buscando algo de paciencia en el aire. Cubriendo su boca para no soltar todas esas palabras que deseaba liberar. Insultos, maldiciones, blasfemias y reproches encaminados a ese par. Pero ese no era el momento para esto.

"Aclárense" Pidió, hablando entre dientes.

Sesaru señalo hacia la cadena lejana, en medio de ella.

"Justo en medio de ella, hay algo similar a una Gruta. O un pasaje o corredor como quieras verlo"

"Y ese camino, te llevará del otro lado. Hacia donde se fue Akhenaton con Kurama."

"Genial. Es justo lo que necesito" Murmuró Hiei dando la vuelta "Si voy por ese camino, me quitaré de problemas"

"No. Tu no podrás hacerlo" Advirtió Najeri, ganándose una rencorosa mirada del Jaganashi visitante "¿Quieres saber porque? Bien, te lo voy a decir: Tu actitud. Esa es tu principal debilidad"

"Estoy harto... ¡Llevan diciéndome esa basura de mi actitud bastante tiempo, pero no exactamente cual es el dichoso 'problema'! Estoy harto de sus juegos mentales. Soporté que profanaran mi mente, aguanté su cursilería, pero no voy a tolerar mas de sus advertencias sin sentido"

"... Dile ya."

"¿Sesaru? Pero no creo que él pueda..."

"No importa. Dile. De cualquier modo, le dijéramos o no, él iría por ahí. Es mejor que sepa a que se enfrenta aunque no esté preparado para ello"

La mirada en el rostro de Hiei era totalmente irritada. Apretando los dientes y cerrando los puños. Casi clavándose a sí mismo las uñas. Ambos pensaron que si no le era inmediatamente dicho todo a Hiei, algo atroz podría ocurrir.

"Como quieras" Espetó ella, desviando la mirada, encontrando refugio en su aparente indiferencia "Escúchame, Hiei. La gruta en medio de la cordillera es rápida en paso, sumergida en una suave penumbra que es rara vez cortada por el sol. Hay tantos sitios donde ocultarse como cuevas y fosas, rocas y grietas en el sitio. Lo que le hace... el lugar perfecto para atacantes y bandidos"

En ese lugar, habitan por lo menos veintinueve bandas distintas de forajidos. Unas dan risa, otros inspiran preocupación,... pero otras... Temor..."

Hiei escuchaba atentamente más de esas advertencias de las cuales ya estaba harto de escuchar. Tanto de ellos como de Koenma o Itsuki, Yusuke y mas... Estaba harto... Cansado de ellas.

"Eso no es un problema" Aclaró con una fiera sonrisa en su rostro "Simplemente hay que eliminarlos. No importa cuantos sean ellos"

Nada le imperaría llegar hasta Kurama...

"Tal vez si. No dudo que esa fuerza adicional de la que te provee tu furia te haga hacerlo, o de menos asustarlos y ganar su respeto. Pero considera esto..."

"Eso te tomará bastante tiempo, Jaganashi" Advirtió Najeri recalcando la obviedad de la situación.

"En eso te quedan dos opciones... O cruzas la gruta central y ganas ese tiempo tan preciado..."

"O puedes elegir otra mas. Que sería igual de tardado que si cruzares y peleares, como sé que harás"

Hiei pareció meditarlo. Un análisis rápido. Luego rió calmadamente, seguro de sí mismo.

"Si es así de simple..."

"¿Qué hará, señor Jaganashi?" Preguntó Sesaru haciendo una falsa reverencia ante Hiei.

Éste solo le miró. Ocultando cualquier emoción mientras el árido viendo del lugar despeinada su cabello. Tomó un poco de aire, haciendo un ademán al hablar.

"Lo necesario para encontrar a Kurama"

Najeri y Sesaru se miraron confundidos uno al otro. Eso no era una respuesta concreta de parte de Hiei. Decidieron ambos indagar en por última vez en su mente. Quizá ahí hallarían una decisión clara. Ambos quedaron sorprendidos ante la facilidad con la que habían podido entrar en sus pensamientos, casi invitados a hacerlo.

Entonces lo escucharon claramente. Una y otra vez...

'Lo necesario para encontrar a Kurama'

'Lo necesario para encontrar a Kurama'

Murmuraban sus todas voces.

'Lo que sea... por Kurama'

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"¡¿Qué has dicho!"

"¡Justamente lo que oíste, mentecato!"

Una pelea era audible por todas partes en los bosques fuera de los dominios de Yomi.

De esperarse claro, cuando el masoku aquel pierde los estribos al ser ignorado de una manera tan fácil y tajante.

"Aclárame de nuevo, Koenma... ¿Dónde Coños está Hiei?" Exigió Yusuke, mirando con ojos medio cerrados al príncipe del Reikai. Quien con esfuerzos a penas y podía mantenerse en pie.

"Te lo he dicho, Yusuke, él fue por Kurama"

"¿Cómo? Rayos Koenma, no termino de entender como! Y porque sigues en esta ridícula posición" Recargó uno de sus codos en la espalda de el chico, con obvia intención de molestarle. "¿No te incomoda? A mi lo haría, creme"

Pero su fastidio no duró mucho.

Kuwabara le había tirado de un golpe en la cara.

"Deja de hacer idioteces, Urameshi" Recalco "¿No ves? ¿Acaso eres ciego? Observa imbecil" Tomó la cabeza del masoku y le hizo ver esa rara fisura en frente de ellos.

"Eso no me importa en nada" Escupió Yusuke mientras a sus espaldas Shura asomaba temeroso la cabeza siendo fiel a su curioso instinto. "Oye tu! Aléjate de ahí. No sabes que es eso, niño mimado"

"Cállate" Devolvió él. Dándole una mirada enfadada y peligrosa.

Koenma soltó un gemido de incomodidad y cerro los ojos fastidiado, escuchando la pelea que el hijo de Yomi había iniciado con Yusuke, y las innecesarias intervenciones de Kuwabara tratando de encontrar algo de orden ahí. ¿Por qué tenían que encontrarlo? Él estaba perfectamente sin todos esos ineptos a su lado.

Cuando Yusuke cargó a Shura y amenazó con arrojarlo dentro del portal, Koenma estallo.

"Con mil demonios... ¡YA PUEDES DEJAR DE MOLESTARME!" Gritó casi dejando su posición en medio de ese reclame. "¡Te dije que esto fue idea de Hiei! ¡Él dijo que iría solo! Y ciertamente me alegra que fuera él el que fue a ese lugar... Tu eres demasiado impulsivo e infantil, te habían matado al poner un pie ahí."

El masoku guardó silencio. Y Shura aprovecho lo pasmado que estaba para quitarse las manos de Yusuke de encima y bajar en un salto.

"Siempre eres muy molesto, Koenma" Murmuró.

"Lo se pero... Sabes que hoy día estoy más... Estresado, ya sabes... ¡Con todo eso de que Kurama no aparece!" Elevó las cejas en reclame.

"Anda clámate un poco ¿vale?" Aconsejó Kuwabara "Y explícanos de nuevo... ¿Por qué el enano fue y nosotros no?"

Tal parecía que estaba enfrente de un grupo de niños mimados. ¿Por qué les habría de importar quien iba o no al Meikai? No era un parque de atracciones ni mucho menos para que todos ellos desearen ir a visitar.

"Porque me vino en gana"

"Koenma... No vengo de humor para soportarte así que dime de una buena ves porque fue Hiei y yo no"

"Lo has de saber, Urameshi, no confía en ti."

"No es eso"

"¿A no?

"No"

"¿Entonces?"

"Hiei estaba aquí cuando pensé en esta idea. Simplemente es suerte, solamente eso. Y como no teníamos nada de tiempo por perder... Decidí enviarlo a él solo." A demás de la amenaza que el Jaganashi había elevado en su contra.

Mientras hablaba Yusuke notó los jadeos constantes de Koenma. Y hasta ese momento no lo había notado, toda la expresión en el príncipe era igual. Reflejando agotamiento. Su mirada cansada acorde a sus facciones y el sudor que recorría su frente.

"¿Cansado, Koenma?" Preguntó algo preocupado "Veo que este portalcillo te quita energía"

"Es verdad!" Interrumpió Kuwabara "¿Qué no habías dicho que no había forma alguna de llegar al Meikai?"

"Oye eso es cierto... Koenma... ¿Por qué no nos informaste antes? En vez de hacernos perder el tiempo. Cada minuto que derrochamos en supuestas soluciones fue innecesario! Y mientras Kurama pudo haber..."

"No es por eso... Esto que ves enfrente de mi... No es más que... Una puerta a otro lugar que no es el Meikai..." Jadeaba Koenma. Tolerando la enorme presión que este hacía sobre de si.

"¿Qué?" Preguntó Yusuke, rascando su mejilla con un dedo que demostraba abiertamente su falta de comprensión "Espera... ¿Eso que veo ahí no es el Meikai?"

Shura llegó por sus espaldas, y le golpeó en la nuca para acomodar sus ideas. Y hacer funcionar su cerebro... Si es que tenía uno, claro.

"No seas idiota. Eso es un plano diferente, imbecil. No hay ninguna clase de energía dentro de ahí."

"OH... comprendo ya" Aseguró Kuwabara.

Yusuke ladeó la cabeza y masculló algo indescifrable.

"¿Qué has dicho?" Preguntó Koenma

"Mierda... Que en ese caso... ¿Qué es eso?..." Escupió no importando quedar como un completo idiota.

"Bien... Esto es el Seudo Espacio" Dijo el príncipe. "Y antes de que salgas con mas de tus preguntas estúpidas, es ahí donde está aquel que podría abrir una fisura desde ese lugar hasta el Meikai."

Yusuke puso cara de no entender... A pesar que asentía con la cabeza, aparentando comprender.

"...Rayos... Y bien... como ustedes saben el Seudo Espacio es el punto medio entre todos los mundos. Makai, Reikai, Ningenkai... y el Meikai... espero" y por la tardanza de Hiei, así podía adivinar.

"Pero aun no explica como desde ahí abrirá esa desgraciada fisura, chico listo" Cuestionó Kuwabara, poniendo los ojos en blanco.

"Y sabrán que... Ahí... esta uno de los que pueden obrar a voluntad abrir y cerrar pasos asi..."

No podía estarse refiriendo a...

"Itsuki lo hará... El es el youkai capaz de hacerlo..."

"¿Qué que?" Yusuke se puso de pie y tomo de la ropa a Koenma, agitándolo fuertemente "¡Como se te ocurre! ¿Qué te hace pensar que lo hará? Por si no lo recuerdas... ¡Maté a Sensui! Y eso no creo que lo vaya a tomar como un favor pendiente al mundo espiritual"

"Urameshi, clámate un poco" Aconsejó Kuwabara. "A demás... creo que estas lastimando a Koenma.."

"Uh... lo siento" Dijo el masoku, y abrió los puños soltando a Koenma.

Éste solo pudo jadear algo de aire, para reclamar a Yusuke.

"... . Dios... Idiota... Casi me... Matas..."

"Dije que lo sentía" Se defendió.

"Déjalo así..." Jadeo "... Es de esperarse... de un idiota como tu..."

Yusuke le miró de nuevo, con ojos entrecerrados exigiendo una explicación mas que esa que le había dado hacía unos segundos. Entendió que tendría que explicarle mas a ese masoku cerebro cerrado.

"y bien... Es asunto de él... si Hiei... puede persuadirlo... Estamos en buen camino..."

Aunque había algo mas a superar por él. Algo mas difícil y peligroso. El Meikai, como mundo ajeno al mundo espiritual. Con aquellos youkai mas que fuertes, mas que peligrosos. Lidiar con ellos y el hecho máximo de la búsqueda en un mundo enorme.

"En ese caso, es solo cuestión de tiempo ¿no?"

"Claro que si, Kuwabara" Calmó Yusuke "Ahora solo podemos esperar a que Hiei traiga a Kurama para llevarlo a casa antes que su madre se dé cuenta de su ausencia ¿No es así, Koenma?" Dijo, dirigiendo la última frase al cansado chico.

"Eh... Claro..."

Ahora solo restaba esperar... y desear que fuere asi. Que Hiei trajese a Kurama de nuevo. O al menos... que uno de los dos lograse salir de ahí.

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Odiaba como estaban resultando las cosas.

Se decía a si mismo mientras escondía su cuerpo tras una roca. Luchando contra los malditos demonios interiores que se ocultan en su pecho. Deseaba salir a pelear. Y callar a esos cretinos que oía cerca de él.

"Se que está por aquí"

"No debe andar lejos... ¡Busquen por todo el lugar!"

Era justamente como Najeri y Sesaru le habían advertido. Bandidos que atacarían en cuanto entrare a este lugar.

"Ese cobarde... Demonio débil y enano no se atreve a darnos la cara..." Dijo uno, muy cerca de la roca donde Hiei estaba resguardado.

Al escuchar esas palabras casi salta de su lugar.

No permitiría que quienes quiere que fueren, se atrevieran a decir semejantes mentiras respecto a él. Pero no podía hacerlo... no importaba cuanto lo deseare. No iba a perder tiempo peleando... Por el bien de ese zorro. Hiei pensó, que cuando encontrare a Kurama, le haría pagar esta humillación en su nombre.

"Me lo pagarás, zorro idiota... lo juro... cuando te tenga enfrente de nuevo... te arrepentirás..." Murmuró, mientras se convencía a si mismo de ello.

Cuando escuchó algo de silencio, asomó un poco para encontrar una salida pronta.

Había dos de ellos, parados en mitad del camino... y Uno mas cerca de él. Mientras los demás andaban lejos y hurgando el en lugar donde había dejado la capa como pista falsa.

Era ahora o nunca.

En diestro salto salió de su escondite, desenvainando la katana.

"Decías de mi debilidad..." Dijo a aquel que había burlado hacía unos segundos y le dividió en dos Con un diestro golpe.

Los demás alertaron el movimiento de Hiei, solo los más cercanos a él, mientras los otros pelmazos entretenían en otro lejano lugar.

Uno intentó gritar por ayuda, declarar la posición del forastero youkai de negro.

"¡Es...!" Muy tarde ya, pues del mismo modo fue eliminado que el otro.

Procuró hacer el mas mínimo movimiento al hacerlo, dando sutiles y mortales golpes y divisiones.

Corrió justo a la salida del lugar. Aquel pasaje que de verdad, le había ahorrado mucho tiempo de viaje inútil por el Meikai.

Cuidando perfectamente no ser perseguido por los demás youkai en el lugar, el viento pegaba en su rostro a causa de la anormal velocidad que había adquirido en reciente vez. Lo que ese blasfemo zorro podía hacer con su persona, hacerle ver que podía superar su absurda velocidad.

Tal vez... se tomaría su tiempo para agradecer...

"¡Miren, está por ahí!" Gritó uno de ellos, al percatarse del movimiento de Hiei..

Mierda.

Tenían que haberse dado cuenta de ello. No, podía negarlo, eran buenos en su oficio.

Solo corrió aun mas, acelerando para salir de ahí e internarse en el bosque que había a sus afueras, saltando las gruesas raíces serpenteantes que emergían de el suelo, negras y duras, de lo mas antiguas al igual que la existencia misma.

"¡Cobarde!"

"¡No dejen que escape!"

"¡Cuando le alcance ya verá! ¡Nadie corre de mí nunca!"

Gritaban a Hiei en medio de aquel bosque espeso.

Solo apretaba mas la mandíbula ante esas palabras. Y a pesar que sentía que sus extremidades paraban en deseo por saldar cuentas y callar a esos idiotas, su parte razonable, si es que quedaba algo de ella, exigía que los perdiera de inmediato.

Cuando tomó una considerable distancia, entre los árboles iba a esconder.

Corrió sobre la hierba larga que llegaba hasta sus rodillas. Espeso verdal que estaba a sus pies. Pero justo cuando iba a saltar dentro de las ramas y las hojas, tomó el impulso para ello...

Pero nada había en el suelo bajo sus pies.

Sintió caer dentro de una... ¿Zanja? Por lo que pudo ver en ese lugar.

Sacudió su cabeza y la elevó un segundo.

"¿Dónde demonios estoy?" Se preguntó. Obvio que había caído en una de esas molestas de zanjas. Estúpido sea el verde pasto.

Pero de cualquier modo... era un bien sitio donde... aguardar hasta que aquellos que le perseguían se fueran del lugar.

En medio de ello... Sitió un conocido poder... débil y casi agonizante de...

No...

"Kurama..." Murmuró "¡Kurama!"

Corrió hacia el lugar dentro de la cueva terráquea. Perdiendo su cuerpo entre la anormal oscuridad que bajo la tierra era presente.

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Y bien... Aquí el capítulo acaba.

Gracias a aquellos que se toman el tiempo de escribir un mínimo comentario y claro.. leer esta cosa

Bye bye