Ni una palabra
Capítulo 1: Sombras...
"¿Está muerta?"
"No... pero no por mucho tiempo"
"¿Crees que morirá?"
"Nadie sobrevive a esto..."
"Es terrible"
"Y lo peor es que nunca sabremos quien lo hizo"
"¿Ella fue la única testigo?"
"Así es... y por eso es que terminó de ésta manera..."
Los dos hombres se miraron angustiados. El cuerpo había sido hallado hacía apenas unas horas y había sido llevado de inmediato al hospital San Mungo.
En la camilla, la muchacha los observaba sin ver. Sus ojos carecían de expresión... como si estuvieran perdidos en alguna laguna mental de la que no podían salir. Tenía heridas múltiples... pero la peor era de seguro el terrible daño en su mente.
"¿No te asusta?" Preguntó de pronto uno de ellos, deteniéndose en el rostro pálido de la chica.
"Es aterrador... parece una muerta en vida..."
Ambos salieron de la habitación. Una brisa se coló por la ventana abierta. La luna fue tapada por unas inmensas nubes.
Y de a poco, todo se oscureció...
Ella intentó moverse... pero no pudo. Sabía que estaba sola. Sabía que nadie la vería. Sabía que tenía que hablar...
Pero no podía...
Ella lo amaba. Y no iba a dejar que nadie lo lastimara. Se sentía abatida. Demasiado cansada para pensar. Sintió una lágrima deslizarse suavemente por su rostro. Pensó que al menos podría llorar...
La única lágrima fue directo a perderse en sus labios. Ella pensó en sus besos... en sus caricias... en sus abrazos... y luego el dolor. Él la había lastimado, y mucho. Y sin embargo, a pesar de la gravedad de los hechos, su cuerpo le impedía deshacerse de aquel amor que sentía en su pecho.
Por más que deseara contar lo sucedido, sus labios no se abrían...
Creyó que lo mejor sería dormirse y no despertar jamás. No quería agonizar... no deseaba una muerte lenta y dolorosa.
Ella simplemente quería morir...
Sus ojos se cerraron...
Su mente se despejó...
Y como tratando de olvidar su pasado, poco a poco el sueño la invadió...
O:o:o:O:o:o:O
El hombre se sentó en la silla. La visión de su hermana en esas condiciones lo dejó atontado. Tomó entre sus temblorosas manos la de ella.
"Háblame Ginny... dime que estarás bien..." Le susurró tiernamente, dejando escapar una lágrima. Pero nadie le respondió. Sólo una mano en su hombro le indicó que no estaba solo.
"Tenemos que esperar, Ron..." Hermione apretó sus labios con fuerza para no llorar. Temía derrumbarse ante él justo en aquel momento. Sabía que la necesitaba más que nunca, y tenía que mostrarse fuerte... aunque no lo fuera...
"¿...esperar?"
"Estas cosas necesitan tiempo para resolverse..."
"¿Cómo pudieron hacerlo, Herm?"
Ella no le contestó. No había palabras para hacerlo.
"Yo sabía que no era el momento... fue mi culpa..." Susurró Ron, dejando escapar un sollozo. Hermione se le acercó aún más, y lo abrazó.
"No te culpes, Ron... nadie sabía lo que pasaría..."
"Pude haberlo evitado"
"No, no pudiste"
Él se levantó bruscamente de la silla y se dirigió a la puerta. Puso una mano en el picaporte, pero antes de salir se volteó y mirando directamente a su hermana, dijo:
"No te preocupes Gin, encontraré al bastardo que te hizo esto... y lo haré pagar..."
Y cerró la puerta con fiereza. Hermione suspiró. Estaba tensa, asustada. Se sentó en la silla donde minutos antes había estado su novio y la observó.
Parecía tan tranquila...
"Debes ser fuerte, Ginny... tienes que lograrlo... por tu hermano... por Harry... por todos nosotros..."
Pero Ginny no pudo contestarle. Sus labios quisieron moverse, para susurrarle que estaba bien... pero no lo logró. Parecían estar sellados por alguna magia muy poderosa.
Hermione, al ver que no obtenía ningún resultado se tapó la cara con sus manos. No podía creer que aquello estaba pasando. Nadie había previsto que la misión encomendada a Ginny podría terminar de esa manera...
La chica suspiró consternada. Todo lo estudiado, todos los hechizos aprendidos, todas las artes mágicas o las pociones no servirían de nada.
Ahora sólo dependía de Ginny...
O:o:o:O:o:o:O
El viento acariciaba las cortinas suavemente. La habitación a oscuras, el silencio como único sonido. Y ella miraba las estrellas desde las sombras de su alma.
Pensaba en los momentos que habían compartido... los sueños que habían tenido... las palabras que se habían dicho...
Pero luego todo se ensombrecía.
Sus ojos ni siquiera parpadeaban. Era como si su cuerpo quisiera darse por vencido pero algo dentro de ella le suplicaba que soportara.
Y el sentimiento de dolor incrementaba al mismo tiempo que el paso de los días en aquella cama.
Intentaba moverse... sin resultado...
Trataba de dejar de respirar... sin resultado...
Quería dejar de vivir ese infierno... sin resultado...
Y de pronto, como si un ángel viniese a oír sus plegarias, él apareció. Una figura emergió de entre la negrura de la noche y atravesó la ventana sin hacer el menor ruido.
Sólo ella percibía su presencia...
Sus ojos brillaron al reconocerlo. Su cuerpo se llenó de magia. Su alma volvió a encenderse de esperanza.
Él se acercó a la cama titubeante. La veía como si estuviera frente a un cadáver... y es que ella tenía toda la apariencia de una muerta...
Parecía como paralizado. Ella sentía que su corazón palpitaba levemente... indicándole que aún funcionaba...
El hombre se arrodilló y la tuvo frente a él. Acercó sus manos a una de las de ella y la acarició suavemente. Luego puso dos dedos en sus labios y los llevó a los de ella.
"Lo siento tanto... sabes que nunca quise que esto pasara..." Susurró, temiendo que ella no pudiera oírlo.
Pero Ginny lo había escuchado, y sentía que todo su cuerpo se estremecía. Quería abrazarlo, tocarlo, besarlo... y el no poder hacerlo hacía que hirviera de la impotencia.
"Perdóname Ginny..." La chica observó llena de dolor una lágrima que se resbalaba por la mejilla de aquel que más amaba.
"Si mueres... llévame contigo..." Suplicó él, hundiendo su rostro en las sábanas pero sin soltar la mano de ella que luchaba para poder moverse.
Y ese fue el momento en que Ginny supo que tenía que vivir.
Tenía que vivir para él.
Por él...
Tenía que vivir por Draco...
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