Capítulo 8: Amenazas

Sus ojos veían sin ver. Su corazón latía con fuerza, tratando de no pensar en lo que estaba ocurriendo. Sus piernas corrían hacia la casa, aún cuando él quería huir de ese lugar.

Al llegar al umbral de la casa observó lo que no quería ver. El cuerpo inerte de Hermione se hallaba en el suelo. 'No puede ser...' Se dijo a sí mismo. Ella era inocente... ellos habían venido por él...

Y ella estaba...

Draco se paralizó al verla moverse. ¿Estaba viva? Se agachó y la tomó en brazos. No iba a dejarla allí. Sabía que los mortífagos estarían cerca... pero no podía dejarla en ese estado.

"¡Malfoy!" Se dio la vuelta y su mirada se posó en el auror que venía del patio de la casa.

"¿Potter?"

Harry se acercó a él. Tenía la varita en sus manos y una herida en su cabeza que cruzaba la famosa cicatriz en forma de rayo. Lo miró con odio en sus ojos.

"Todo esto es tu culpa... si ella no te hubiera ocultado, los mortífagos no le habrían atacado..." Le escupió en la cara. Draco no reparó en lo que le estaba diciendo.

"Hay que llevarla a un médico..." No terminó de hablar porque sintió el cuerpo de Hermione levantarse de sus brazos y empezar a levitar.

"Yo me haré cargo" Harry había hechizado a la mujer y la tomó en brazos. Draco quiso golpearlo. Pero se contuvo.

Después de todo, tenía razón.

Sin decir una palabra más, Harry desapareció llevándose consigo a su amiga. Draco se dejó caer. Delante de los demás tenía que aparentar... pero cuando estaba solo se derrumbaba.

¿Cómo podía seguir adelante con tanta gente en contra?

Ginny.

Ella era la única que se preocupaba por él... la única que lo ayudaba a vivir... la única que se daba cuenta que él no era puro hielo. Que él también podía amar.

Y ser amado.

Y supo que no podía dejarse vencer tan fácilmente. Tenía que continuar luchando.

Por ella...

O:o:o:O:o:o:O

"Estoy bien, Ron... no fue para tanto..." Hermione odiaba ser el centro de la atención. Desde que los mortífagos habían atacado su casa tenía a todos pendientes de ella.

"Maldito desgraciado de Malfoy..." Murmuró entre dientes el muchacho, pero al ver la cara de reproche de su novia no dijo nada más.

"Ron... tienes que aceptarlo... tu hermana lo ama..."

"Es sólo un capricho de adolescente"

"Ella solo tiene un año menos que tú ¿O lo olvidaste?"

Ron abrió la boca para protestar, pero no dijo nada. Sabía que ella tenía la razón. Ginny no era una niña... y le dolía pensar en eso. Ya era una mujer.

Y había decidido...

"No sé que hubiera pasado si Harry no hubiese estado allí para defenderte..." Susurró al fin, cambiando de tema. Ella suspiró. No quería pensar en aquella posibilidad.

"Jamás me perdonaría perderte, sabiendo que lo último que nos dijimos fue en una discusión..."

Ella no pudo reprimir una lágrima. Y luego otra. Ron la observó llorar en silencio, creyéndose el culpable. La abrazó fuerte, como para transmitirle algo de la poca entereza que le quedaba.

"Tenemos que ser fuertes, Herm..." Le susurró tratando de calmarla. La escuchó sollozar. Ella lo apartó un poco y lo enfrentó mirándolo directo a los ojos.

"Entonces ayúdame..." Le pidió.

"No puedo hacerlo si tu no me dejas" Ron estaba nuevamente enojado. Hermione hundió su cabeza entre las sábanas.

"Tienes que entender que Malfoy es la clave para salvar a tu hermana" Susurró. Él se dio vuelta. Le costaba asimilar la idea de que Ginny se hubiera involucrado con un mortífago.

Y no era un mortífago cualquiera.

Era Malfoy.

Ron observó a su novia. Estaba muy pálida... y le dolía verla así. Le recordaba a Ginny. Suspiró resignado. En su corazón, algo muy pequeño se quebró, y supo que lo haría.

"Te amo, Herm. Más de lo que te imaginas..." Ella levantó la cabeza y se encontró con su mirada. Lo vio triste. Quiso sonreír, pero no tuvo el valor suficiente.

"Yo también te amo..." Le dijo y ambos se besaron. Hacía tiempo que no se dejaban guiar por la pasión... pero en aquel instante todo desapareció.

Sólo con un beso...

O:o:o:O:o:o:O

Draco entró por la ventana. Como siempre. Sin hacer ruido, colocó sobre la mesilla de luz las rosas negras que traía como obsequio. Se acercó a la cama sigilosamente y se sentó en la silla para las visitas.

Y allí, dormida, yacía ella. Sonrió al verla moverse. Una alegría inmensa se apoderó de él en el instante en que ella comenzó a hablar dormida.

Pero de repente, todo se oscureció.

Sus palabras comenzaron a ser alaridos de dolor y pedidos de auxilio. Sus movimientos eran bruscos y era claro que no era un sueño. Sino una pesadilla. Draco saltó de la silla y la abrazó, dándole su calor.

"Aquí estoy, pequeña... despierta..." Le susurró en el oído, bastante preocupado por ella.

La oyó gritar, y luego despertó.

"¿Estás bien?" Le preguntó él, alarmado. Ella jadeaba y sudaba. Buscaba las palabras, pero no podía darles forma. Estaba atemorizada.

Nuevamente había soñado con Tom. Pero ésta vez había algo peor.

"No... no me dejes..." Dijo al fín, abrazandose a él fuertemente, implorándole protección. Draco podía sentir el temblor en su cuerpo... y sabía que algo estaba mal.

"Dime que ocurre, Ginny"

Ella no le contestó. Temía que al decirlo, sus pesadillas se convirtieran en realidad. Y de pronto, comenzó a llorar. La angustia se quedó estancada en su garganta, mientras que el dolor le habría una úlcera en el pecho.

"Ginny, tengo que saberlo... ¡si no me dices que diablos ocurre no podré ayudarte!" Ahora Draco se hallaba muy preocupado. Y molesto. Él jamás se había enterado de lo que ella había oído aquella noche. Los mortífagos que la atacaron habían ido a contárselo... pero jamás lo hicieron.

Y él no tenía forma de saberlo, a menos que ella se lo dijera.

"La... la cla... clave..." Balbuceó ella y Draco simplemente la abrazó más fuerte para alentarla.

"La clave... la tienes tú..." Terminó de decir y fijó su mirada en él. Draco abrió la boca para preguntarle algo, pero volvió a cerrarla al verla cerrar los ojos. No tuvo tiempo para aclarar sus dudas. Entendió que el esfuerzo había sido demasiado... y la dejó dormir.

Pero no se alejó.

Se acurrucó a su lado, tratando de que ella estuviese lo más cómoda posible, y cerró los ojos.

Al instante, su memoria hizo efecto.

Y las palabras de Ginny comenzaron a tener sentido.

O:o:o:O:o:o:O FLASHBACK O:o:o:O:o:o:O

Draco penetró en el recinto. El aire estaba tenso... como siempre que el Lord se hallaba presente. Todos los mortífagos se acercaron. Todos encapuchados. Todos temerosos.

Todos, sus esclavos.

"Malfoy..." Draco sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo al escuchar aquel siseo. Dio un paso al frente con seguridad, tratando de no denotar su nerviosismo.

"Aquí estoy, Mi Lord"

"Lo necesito para una misión muy importante, Malfoy..." Volvió a decir Voldemort, con aquella voz que inspiraba temor. Y respeto.

Draco se hinchó de orgullo al oír esto. Hacía años que luchaba sirviendo al Dark Lord... pero jamás se había mostrado interesado en él. Hasta ahora.

"Estoy a su servicio, mi señor..." Le dijo, y se mantuvo expectante. Pero no hubo respuesta. Por el contrario, Bellatrix Lestrange apareció en escena, portando una urna de cristal.

Detrás de ella, se impuso una figura.

Los presentes se inclinaron al verlo. Draco contuvo la respiración. El Lord se había levantado y ahora se dirigía hacia él. A pesar de estar con la cabeza gacha, pudo notar sus ojos clavados en él.

"Levántate" Le ordenó. Y él obedeció. Bellatrix dio un paso adelante y le tendió la urna a Draco, quién la tomó entre sus manos preguntándose que diablos hacer con ella.

"Vas a esconder esta reliquia en un lugar seguro, Malfoy. Y vas a protegerla con tu vida. Y sólo la sacarás cuando se te ordene... ¿Me has entendido?"

Draco asintió con la cabeza. Pero en realidad estaba furioso. Así que la gran misión que le tenía encomendada, era guardar una caja. ¿Qué diablos contendría eso?

Esa pregunta le martillaba la cabeza... pero sabía que no podía preguntarle nada.

"Por supuesto, Mi lord." Asintió y se dispuso a irse, cuando algo lo detuvo.

"Esa urna puede llegar a ser mi destrucción, Malfoy. Y si algo le ocurre... puedes ir imaginando toda clase de castigos..."

El muchacho sintió un tremendo dolor en el pecho. Esas palabras sólo las había oído él. Voldemort se había metido en su mente y había descubierto su inquietud.

Sin poder evitarlo, se arrodilló. Aún con la urna entre sus manos. Asintió con la cabeza.

"No se preocupe, Mi lord... está en buenas manos..."

O:o:o:O:o:o:O FIN FLASHBACK O:o:o:O:o:o:O

Ginny abrió los ojos con lentitud. Aún era de noche, y los párpados le pesaban. Meneó la cabeza y ahogó un grito al encontrar a un hombre durmiendo a su lado. Draco. Sonrió inconscientemente al recordar viejas épocas.

En las que era ella quien se acostaba a su lado.

Subió una de sus manos hacia la cabeza del hombre que descansaba tranquilamente, y comenzó a acariciarle los cabellos. Se asustó cuando él se movió.

"¿Ginny?" Le escuchó decir, entre dormido y despierto. Ella asintió levemente. Lo vio cansado. Las ojeras delataban las horas que se había pasado en aquel hospital, velando por ella.

"Shh... no grites..." Le susurró ella, al tiempo que continuaba acariciándolo. Él se irguió un poco. Ginny pudo notar un brillo de felicidad en sus ojos.

"Estas... estás hablando..." Le dijo él, abrazándola. Ella volvió a asentir.

"Que bueno que no te quedaste sordo..."

Como única respuesta obtuvo un beso. Ella pudo notar como su cuerpo entero se estremecía al sentir aquella sensación. Ese calor que la embargaba cada vez que él la tocaba.

Y se sintió felíz.

Olvidó todo lo que estaba ocurriendo. El dolor... el miedo... la inseguridad.

Su mente se vació, y ella sacó fuera de su cabeza cualquier sentimiento que no fuera el amor que sentía por él.

Él no le dijo nada. Simplemente la hizo vibrar. Como si el tiempo no hubiera pasado. Como si las heridas fueran simples cicatrices.

Como si nada se hubiera interpuesto entre ellos...

La hizo felíz.

Y mientras ellos se lanzaban a los placeres del amor, alguien esperaba.

Aguardaba expectante, para poder encontrar el momento.

De hacerlos caer en la trampa...